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1. Recursos forestales mundiales

La superficie boscosa mundial comprende 3.000 millones de hectáreas de bosques naturales que en teoría pueden ser utilizados por la industria forestal. Los bosques de latifoliadas constituyen el 60% de esta superficie y se encuentran mayoritariamente en el hemisferio sur, en zonas tropicales y subtropicales de Sudamérica, África y el sur de Asia. En cambio, los bosques de coníferas, que conforman el 40% restante de los recursos forestales naturales del planeta, se concentran en el hemisferio norte, particularmente en Siberia, Escandinavia y América del Norte.

Por su parte, las plantaciones artificiales ocupan solamente un área cercana a 170 millones de hectáreas, siendo la superficie productiva significativamente menor. Las plantaciones presentan enormes ventajas productivas con respecto a los bosques naturales, como:

· Rapidez de crecimiento
· Silvicultura conocida
· Mayor posibilidad de planificar las faenas
· Mayor homogeneidad de la materia prima
· Alta concentración de volumen por unidad de superficie
· Problemas medioambientales de perfil comparativamente bajo.

De los recursos forestales mundiales se cosechan anualmente 3.400 millones de m3, de los cuales 1.600 millones de m3 corresponden a madera industrial y provienen predominantemente de bosques de coníferas, como se ilustra en el Organigrama 1.1. En los últimos treinta años la cosecha mundial se ha incrementado a un ritmo anual medio de 1,8%, observándose una estrecha correlación de este incremento con el crecimiento de la población y el mejoramiento de las condiciones de vida en diferentes partes del mundo, el cual se traduce en un mayor consumo per capita de productos forestales.

Organigrama I.1 - Cosecha mundial de madera: origen y destino

Las fuertes tendencias de crecimiento de la población que se observan a nivel mundial implicarán una mayor presión sobre los recursos forestales. De hecho, de 1950 al presente, la superficie de bosques cerrados por habitante ha disminuido 2,7 veces, al pasar de 1,6 a 0,6 hectáreas por habitante. Si bien los recursos existentes son de una magnitud considerable, existen varios factores que ponen en duda la capacidad de satisfacer las demandas futuras de madera que se avecinan, entre los cuales se destacan los siguientes:

· Dificultades de accesibilidad y falta de infraestructura para aprovechar los recursos forestales en extensas áreas del planeta. Este es el caso de áreas con bosques de coníferas en la ex-URSS y áreas muy vastas de bosques tropicales.

· Rendimientos muy bajos de ciertas especies, que no justifican el desarrollo de operaciones comerciales. En bosques tropicales, por ejemplo, la cantidad de ejemplares comerciales es muy baja por unidad de superficie.

· Un proceso de deforestación que alcanza tasas estimadas en más de 15 millones de hectáreas al año en el planeta. En Sudamérica, puede mencionarse el caso de Brasil, donde se calcula que se destruye más de un millón de hectáreas al año, y Colombia, donde la deforestación anual se eleva a 0,6 millones de hectáreas según fuentes gubernamentales.

· Los consiguientes problemas medioambientales y de otro tipo han originado acciones en favor de la conservación de los recursos naturales del planeta. Estas acciones se expresan en restricciones tanto en la tala de bosques naturales como en el comercio internacional de la madera procedente de estos últimos. Como ejemplo del primer caso se puede citar la legislación medioambiental actual en los Estados Unidos que llevará a una reducción de la producción de madera rolliza de este país de los 155 millones de m3 registrados en 1990 a 108 millones de m3 en 20056. Como ejemplo de las restricciones al comercio, Australia está considerando importar madera exclusivamente de países que manejan sus bosques en forma sostenible y ejercen un estricto control al respecto. Japón también ha declarado que al iniciarse el próximo siglo sólo desea adquirir madera de bosques implantados. De manera más general, la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (O.I.M.T.) planteó en 1994 que, al año 2000, todas las exportaciones de madera de bosques tropicales procedan de bosques manejados en forma sostenible e, incluso, considera incorporar a esta norma en el futuro los bosques boreales y templados.

6 Proyecciones de G.R. McKenzie & Groome Pöyry.

El escenario para este fin de siglo está marcado entonces por cambios significativos en la estructura de la oferta mundial de madera. De un lado, productores tradicionales como Estados Unidos, Canadá o Malasia ceden crecientemente el terreno a países forestales emergentes como Nueva Zelandia, Sudáfrica, Brasil y Chile. Además, las plantaciones desplazan cada vez más a los bosques nativos en la oferta mundial de madera. Por otra parte, algunos países tradicionalmente exportadores de materias primas forestales han desarrollado una industria de la madera con el fin de exportar productos con mayor valor agregado, tal como ha sucedido en el Sudeste Asiático, con la consiguiente caída de las exportaciones de materias primas tropicales, si bien ésta reconoce también otras causas como ya se indicara.

Suele haber consenso entre los especialistas en el tema forestal de que, en el futuro, el balance oferta-demanda del recurso forestal será, en el mejor de los casos, bastante ajustado y más probablemente negativo. Para el mercado internacional de latifoliadas, un estudio canadiense reciente, realizado por el Consejo de Industrias Forestales de Columbia Británica, estimó un déficit equivalente a 142 millones de m3 para 2010 que se incrementaría a 200 millones de m3 para 2020.

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