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V. Acciones futuras

La mayor prioridad corresponde a la elaboración de proyectos solventes que puedan satisfacer los objetivos fijados por los gobiernos. Es necesario preparar planes regionales compuestos por medidas normativas y proyectos de inversión que fomenten el desarrollo sustentable de las zonas fronterizas. Aún debe completarse gran parte del trabajo de evaluación y diseño de las actividades previstas. En particular, la evaluación ambiental exigirá una amplia recolección y análisis de datos, así como la definición de las soluciones menos costosas para las metas trazadas en materia de conservación o rehabilitación. Deberá prestarse atención especial a la complementariedad y conflictos entre las distintas actividades de producción.

Para que los proyectos puedan desarrollarse será esencial un constante respaldo político de los niveles de gobierno más altos. Los acuerdos concluidos recientemente por los presidentes y vicepresidentes de los países constituyen hechos sumamente positivos, que deben asegurar el compromiso de los ministros y conducir a la adopción de las medidas políticas apropiadas. Es evidente que los proyectos que se preparen deben formar parte de los planes de desarrollo y los presupuestos nacionales de los países, y deben ceñirse a los programas de equilibrio macroeconómico en marcha. Además, los proyectos fronterizos requerirán el desarrollo de tecnologías adecuadas a fin de asegurar que se logre el triple objetivo de protección ambiental, alivio de la pobreza e integración económica. La complejidad de las tareas y el problema de tratar con varios países tomará más difíciles de organizar los arreglos institucionales. No obstante, deberán establecerse mecanismos de control efectivos para ejecutar los proyectos de inversión y mantener una contabilidad financiera transparente.

La preparación de proyectos que se superpongan a los límites presupone un diálogo serio entre los países interesados que conduzca a la asunción de compromisos firmes. Los acuerdos políticos internacionales necesarios se han tomado más viables en el clima de practica democrática que ahora comparten los países y gracias a la coincidencia de las agendas económicas que otorgan prioridad a la estabilidad macroeconómica y a las políticas de ajuste estructural.

Es interesante el arreglo institucional convenido para administrar el Plan Trifinio. El Plan está bajo la dirección de una Comisión Trinacional constituida por los vicepresidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras. La Comisión tiene una Secretaría Regional y tres Secretarías Nacionales y cuenta con el apoyo de una Unidad Técnica. Esta unidad está encabezada por un director nombrado por la OEA y ha recibido amplia colaboración del IICA, que nombró un coordinador agrícola.

Los proyectos de desarrollo regional propuestos requerirán, sin duda alguna, asistencia externa que complemente los limitados recursos que puede preverse razonablemente que aporten los países, habida cuenta de las restricciones presupuestarias que enfrentan en el período posterior a la crisis. La propia naturaleza de los proyectos que tratan de la conservación y el alivio de la pobreza reclama una sustancial ayuda en términos de préstamos, donaciones y asistencia técnica. El Plan Trifinio, por ejemplo, ya recibió contribuciones en forma de donaciones que ascienden a más de US$ 12 millones. Uno de los objetivos de esta reunión fue determinar los nuevos volúmenes de asistencia a considerar por los diversos países donantes e instituciones financieras. Lo que se busca son donantes promotores que puedan ofrecer apoyo a largo plazo y crear un clima de confianza en la sustentabilidad de los proyectos, y de esta forma estimular la participación de otros donantes.

Los países donantes, las fundaciones y las instituciones financieras internacionales - especialmente el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco Centroamericano de Integración Económica - tienen un importante papel a desempeñar en la estrategia indicada. Por otra parte, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Organización Panamericana de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo han participado ampliamente en los programas regionales que comprenden a varios países. La OEA, la SIECA y el IICA, patrocinadores de esta reunión, han mancomunado fuerzas para cooperar con los países en la promoción y ejecución de proyectos fronterizos, y están dispuestos a continuar haciéndolo en el futuro.

La Secretaría General de la OEA ha prestado cooperación técnica a los países de la región por medio del "Proyecto Plurinacional de Desarrollo Integrado de las Regiones Fronterizas de Centroamérica, México y Panamá". El objetivo de este instrumento, creado por los países miembros de la OEA, es promover el bienestar económico y social y la rehabilitación ambiental de las regiones fronterizas, a fin de asegurar su desarrollo sustentable. La cooperación técnica brindada incluye la asistencia para la formulación de programas y proyectos, para el establecimiento de estructuras institucionales y en la definición y promoción de requerimientos de cooperación financiera.

En síntesis, los esfuerzos conjuntos de los países y de la comunidad internacional son indispensables para impulsar el desarrollo regional de esas zonas cuyo potencial se halla descuidado. Los proyectos propuestos se concentran en la degradación ambiental y en la creciente pobreza de los países. Esos dos problemas críticos constituyen el núcleo de la cuestión del desarrollo sustentable y son cardinales para mantener la paz y la democracia por las cuales los pueblos de Centroamérica han pagado un precio muy alto.

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