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I. Panorama general

Los límites como obstáculos para el desarrollo fronterizo

La Reunión de Autoridades y Donantes realizada durante el 23 y 24 de noviembre de 1993, tuvo como tema principal los proyectos de desarrollo regional en áreas fronterizas de Centroamérica. En algunos casos estas zonas hubieran formado regiones naturales integradas pero han sido segmentadas por los límites internacionales, perjudicando así el establecimiento de centros urbanos y polos de desarrollo, y el establecimiento de vínculos económicos y sociales entre las poblaciones vecinas.

Aunque el comercio entre los países creció rápidamente al crearse el Mercado Común Centroamericano a comienzos de los años sesenta, el proceso de integración ha comprendido principalmente a las capitales y los principales centros urbanos, y la industrialización ha soslayado las zonas fronterizas. La integración entre empresas situadas a cada lado de una frontera todavía es muy limitada. Si bien ha habido durante los años recientes una mejora considerable en cuanto a facilitar los desplazamientos de personas y bienes a través de las fronteras, los puestos limítrofes aún suponen ciertos controles aduaneros, de pasaportes y policiales, y representan los lindes entre los órganos de política gubernamental. En esas regiones cobran relieve las diferencias de políticas de precios, cambiarias, de adquisición de tierras, de trabajadores migratorios, etc., y se toman más notorias las diferencias entre los niveles de educación, salud y bienestar social. Además, una frontera representa el fin de las zonas de servicio de electricidad y telecomunicaciones de un país y la interconexión con los vecinos al otro lado de la frontera sólo es posible a través de los sistemas centrales de los países.

A pesar de que existe una relación espontánea entre los pobladores de ambos lados de una frontera las zonas fronterizas carecen de una integración internacional, así como de una integración nacional con sus propios centros de desarrollo. El aislamiento origina mayores costos para los alimentos, insumos y servicios, produciendo una menor actividad productiva y niveles inferiores de desarrollo tecnológico e institucional. Muchas veces, a pesar de que la extensión geográfica de centroamérica es relativamente pequeña, las distancias existentes entre las áreas fronterizas y las capitales no ha permitido la inclusión de estas zonas en los programas gubernamentales. Los servicios de salud y educación llegan difícilmente a estas áreas rurales y generalmente las inversiones en infraestructura son escasas.

Sin embargo, precisamente porque esas zonas fronterizas están más distantes, su densidad de población es menor y han permanecido relativamente rezagadas, en ellas el daño ecológico ha sido menor. En décadas recientes Centroamérica ha padecido lo que solo cabe definir como un enorme desastre ecológico (véase el Mapa 1).

MAPA 1 DEFORESTACION EN CENTROAMERICA: 1950*

MAPA 1 DEFORESTACION EN CENTROAMERICA: 1970*

MAPA 1 DEFORESTACION EN CENTROAMERICA: 1985*

* No incluye manglares y sabana con pinos.

Fuentes: USAID Country Environmental Profiles; Heckadon Mereno y Espinosa Gonzalez, 1985; Nations y Komer, 1983

Vastas regiones forestales han sido taladas y se ha degradado la tierra agrícola. Con escasas excepciones los bosques restantes no son el resultado de esfuerzos de conservación sino del hecho de que la "civilización" no haya llegado hasta ellos. En las zonas fronterizas coinciden el atraso económico y social, pero también existe en ellas un enorme potencial de desarrollo regional ecológicamente sólido y sustentable. Los proyectos fronterizos representan una "ventana de oportunidad" para contener y comenzar a disipar el proceso de degradación ambiental en Centroamérica.

Justificación y objetivos del desarrollo fronterizo

Como se dijo líneas arriba, el desarrollo de las regiones fronterizas en Centroamérica se ha visto seriamente limitado por los límites internacionales. Los proyectos de desarrollo integrado entre países son más eficaces porque enfrentan conjuntamente los problemas ambientales y de pobreza que puedan existir en ambos lados de la frontera, ya que es posible concebir los proyectos de manera que se complementen y se refuercen mutuamente. De esta manera los subproyectos que deben ejecutarse en una escala mayor para que resulten eficaces, pero que actualmente se hallan reprimidos por el bajo nivel de población o actividad económica de una región, ahora pueden tomarse viables. En la mayoría de los casos, no hay forma de que los países alcancen los objetivos trazados por medio de la acción unilateral. Por ejemplo un país no puede ejecutar solo y de manera provechosa los programas de sanidad que trascienden las fronteras internacionales y los proyectos de protección de cuencas hidrográficas.

Los proyectos fronterizos, además de perseguir objetivos de desarrollo regional, han sido concebidos como instrumentos para fortalecer los lazos entre vecinos. En particular, los proyectos situados en países linderos del Mercado Común comprenden subproyectos de infraestructura encaminados a facilitar el comercio a través de las fronteras y, en algunos casos, a integrar suministros productivos -objetivos que coinciden en alto grado con la renovada importancia atribuida por los gobiernos al proceso de integración.

Además, la "integración por proyectos" puede conducir al avance del proceso de integración, superando posibles desacuerdos entre los países con respecto a la política comercial o financiera general. Además de sus méritos intrínsecos, los proyectos fronterizos propuestos tienen la ventaja de plantear escasas amenazas a los balances macroeconómicos de los países o a sus principales empresas industriales; al contrario, en última instancia rendirán beneficios a los sectores modernos de las economías.

Los proyectos fronterizos en Centroamérica persiguen objetivos mucho más amplios que las ganancias de eficiencia mediante las iniciativas de integración. Los proyectos de desarrollo regional propuestos abarcan aspectos no comprendidos dentro de los tratados que establecieron el Mercado Común en 1960 -en particular, los programas para combatir la pobreza y proteger el medio ambiente.1 Es evidente que deben perseguirse ambos objetivos en forma simultánea, porque sufren las invasiones de la población migratoria castigada por la pobreza. Las tierras marginales y los bosques que aún existen en Centroamérica.

1 Es importante señalar, sin embargo, que el Protocolo del Tratado General de Integración Centroamericana, firmado por los presidentes de los seis países el 29 de octubre de 1993, confiere una elevada prioridad a la cuestión ambiental. El artículo 35 estipula: "En el campo de los recursos naturales y el medio ambiente, los Estados convienen en desarrollar estrategias comunes, con el objetivo de fortalecer la capacidad de los Estados para valorizar y proteger el patrimonio natural de la región, adoptar estilos de desarrollo sostenible, utilizar de forma óptima y racional los recursos naturales del área, controlar la contaminación y restablecer el equilibrio ecológico, entre otros, mediante el mejoramiento y la armonización a nivel regional de la legislación ambiental nacional y el financiamiento y la ejecución de proyectos de conservación del medio ambiente."

Buena parte de la destrucción de los montes ha sido causada por los leñadores comerciales, los propietarios de grandes plantaciones y los ganaderos, pero también es responsable de ella en grado considerable el campesino empobrecido que, para sobrevivir, tiene que recurrir al consumo de los recursos naturales, el desmonte para practicar la agricultura de corto plazo y el uso de la madera como principal combustible. De la misma manera, los pequeños pescadores han contribuido a la explotación excesiva de las pesquerías, diezmando las existencias de camarones, langostas y otros crustáceos. Para el futuro de la pesca es motivo de preocupación la vasta destrucción de las áreas de manglares, especialmente a lo largo de la costa del Pacífico.

La creciente movilización de los pobres ha obrado como catalizador de este proceso. Los desplazamientos de poblaciones dentro de Guatemala, El Salvador y Nicaragua hacia otros países del istmo han sido masivos. Como resultado de los conflictos armados y de la crisis económica, durante los años ochenta se desplazó aproximadamente el 14% de la población de esos tres países (véase el Mapa 2). El hecho es que los pobres se han integrado en Centroamérica y que las zonas fronterizas se han convertido en focos de tránsito -y también destinos finales- para los emigrantes en busca de tierra. Una porción significativa de la población desplazada se volcó hacia lo poco que queda en Centroamérica de tierras "fronterizas" no colonizadas -por ejemplo los bosques tropicales de El Peten, en Guatemala y Belice, y los bosques Bosawas en Nicaragua. De esta manera, la mayor movilización de los pobres ha incrementado la vulnerabilidad de los bosques restantes en Centroamérica. Por consiguiente, el desarrollo regional dirigido a la conservación de ecosistemas en peligro de extinción deberá enfrentar también el problema de la pobreza en las regiones aledañas.

Finalmente, los parques nacionales y los proyectos de desarrollo regional situada a lo largo de los límites internacionales también pueden fomentar una armonía política y social entre los países vecinos y, como lo manifestó el ex Presidente de Costa Rica Oscar Arias, pueden transformarse en instrumentos de paz. Las fronteras que durante el decenio pasado fueron una fuente de conflictos entre los países y sobrellevaron el peso de la dislocación social y la degradación ambiental pueden convertirse ahora en zonas donde los esfuerzos conjuntos multipliquen los beneficios en términos de desarrollo económico y armonía social.

Mapa 2

MOVIMIENTOS MIGRATORIOS EN CENTROAMERICA DURANTE 1980-1989

Los valores representan miles de habitantes
Estimados, no Incluyen migraciones hacia los Estados Unidos

Los proyectos fronterizos propuestos

Los gobiernos centroamericanos presentaron a la reunión 18 proyectos fronterizos regionales que se encuentran en distintas etapas de evolución (véase el Mapa 3). Dos de ellos están en ejecución y cinco se encuentran en diferentes fases de elaboración. Los once proyectos restantes son iniciativas identificadas que cuentan, en algunos casos, con estudios parciales. Todos estos proyectos combinaron una variedad de componentes de inversión. Y el número y amplitud de los programas y subproyectos y políticas dan una idea del alcance de las siguientes iniciativas regionales:

i) Infraestructura económica, por ejemplo construcción y mantenimiento de caminos rurales, sistemas de distribución de electricidad y desarrollo hidroeléctrico.

ii) Infraestructura y servicios sociales, como escuelas, viviendas rurales, programas de salud (por ejemplo, la coordinación de programas sanitarios) y proyectos de agua y alcantarillado.

iii) Desarrollo institucional de municipalidades y organizaciones locales que administran la infraestructura, los recursos y el uso de la tierra.

iv) Proyectos que conllevan apoyo directo a las actividades del sector privado, por ejemplo canales de riego, desarrollo de pequeñas empresas, servicios de extensión agrícola y servicios de comercialización.

v) Proyectos de reasentamiento de refugiados y personas desplazadas y programas para reglamentar las actividades de los trabajadores migratorios.

vi) Proyectos para la protección de cuencas hidrográficas que abarcan varios países en particular, proyectos relacionados con la conservación de suelos y de los bosques húmedos.

vii) Incentivos para la participación comunitaria. Apertura de canales para que las comunidades manifiesten sus intereses, desarrollen su potencial económico y social y aprovechen sus conocimientos y experiencia al planificar y ejecutar proyectos. Un componente importante de algunos proyectos es el desarrollo económico y social de las poblaciones indígenas que viven en las zonas fronterizas y la protección de su patrimonio cultural.

viii) Programas para la promoción del turismo, especialmente el de carácter ecológico (ecoturismo). Algunas regiones también poseen importantes sitios arqueológicos que pueden atraer turistas nacionales y extranjeros.

ix) Proyectos de ordenación ambiental, en particular, parques nacionales para conservar la flora y la fauna naturales, y programas de reforestación. Introducción de técnicas para mejorar la eficacia del consumo de leña (por ejemplo, cocinas de utilización efectiva de combustibles). Programas educativos que eleven el nivel de conciencia ambiental de la población. Sobre todo, esfuerzos para que los habitantes de la región se conviertan en guardianes de su propio patrimonio natural.

MAPA 3

Es importante hacer hincapié, una vez más, en la imposibilidad de concebir los proyectos de conservación como enclaves aislados, independientes de los problemas subyacentes en las regiones vecinas. Si las reservas naturales han de sobrevivir, deben encontrarse otras ocupaciones para los habitantes de las zonas circundantes y para los que llegan hasta ellas en busca de tierras, de manera que no continúen invadiendo en los recursos naturales del parque. Más concretamente, será necesario crear las condiciones para generar empleos permanentes para los pobres e incrementar su producción y productividad, y su participación en el proceso de formación de capital. Para reconciliar el desarrollo de sistemas productivos y asentamientos humanos con los intereses ecológicos, será necesaria la zonificación agroecológica de la región sumada a los incentivos económicos. En general, para sustentar el proyecto será necesario que el parque nacional o la reserva de la biosfera estén rodeados por una zona de amortiguación en la cual se promuevan actividades productivas compatibles, por ejemplo, explotación forestal adecuadamente ordenada, agricultura y cría de animales, pesca, pequeñas agroindustrias y artesanías, instalaciones para ecoturismo y servicios comerciales y de otra índole.

Un llamado a la acción

Existe una necesidad urgente de actuar de inmediato para proteger y desarrollar las regiones fronterizas de estos países. Quizá esta sea la última oportunidad para salvar los bosques que aún existen en Centroamérica y lograr el desarrollo racional de las zonas fronterizas. Este es un momento oportuno pues no solo existe una alarma generalizada ante la degradación ambiental, sino que el clima económico de la región ha cambiado: las economías parecen haber emprendido un ascenso y existen a esfuerzos renovados para impulsar el proceso de integración. Los proyectos propuestos constituyen un movimiento en la dirección correcta.

Evidentemente, los propios países tendrán la responsabilidad principal y el desarrollo de esas zonas dependerá en gran medida de sus esfuerzos. Los gobiernos del área han demostrado su compromiso impulsando dos importantes proyectos orientados a la conservación ecológica y el desarrollo regional: El Trifinio (un parque internacional situado en la unión de las fronteras de Guatemala, El Salvador y Honduras) y La Amistad (un parque internacional y dos reservas de la biosfera, una en Costa Rica y la otra en Panamá, el primero de ellos declarado Sitio de Patrimonio Mundial por la UNESCO). En este sentido, revisten enorme interés los importantes programas de conservación ecológica para la protección de bosques, fauna y flora silvestres que Costa Rica ha llevado a cabo exitosamentes mediante los canjes de deuda por naturaleza. Estas iniciativas constituyen una prueba palpable del compromiso de los países con los programas de desarrollo regional sustentable. Además, están en curso los arreglos institucionales y se están llevando a cabo estudios básicos para proyectos en otras áreas, como el Golfo de Fonseca (entre El Salvador, Honduras y Nicaragua) y el Golfo de Honduras (entre Guatemala y Honduras).

El ordenamiento ambiental y el alivio de la pobreza constituyen objetivos importantes en las naciones desarrolladas y enviar de desarrollo. Es evidente que la conservación de los bosques húmedos y de la diversidad biológica de la región beneficiarán a todo el mundo, y el alivio de la pobreza es el seguro más importante contra la reaparición de la violencia interna e internacional en la región - motivo central de inquietud para la comunidad internacional durante el decenio pasado. La cooperación externa sustancial y a largo plazo, que complemente los esfuerzos internos de los países, es esencial para llevar a cabo esas iniciativas de desarrollo regional. Un objetivo cardinal de esta Reunión de Autoridades de Gobiernos y Donantes fue despertar el interés de la comunidad internacional y obtener asistencia financiera y técnica para los proyectos.

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