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Capítulo 6. Pronostico de la situación ambiental

6.1 Introducción
6.2 Dificultades del análisis
6.3 Proyecciones de crecimiento poblacional
6.4 Hacia un area de servicios
6.5 Mercosur y competitividad del país
6.6 Comportamiento previsible de la economía rural
6.7 Medio ambiente y urbanización
6.8 Energía y contaminación
6.9 Incertidumbre en el crecimiento industrial
6.10 Degradación de las costas y sus ecosistemas naturales
6.11 Futuro de la salud publica
6.12 Tendencias en la contaminación transfronteriza
6.13 Resumen

6.1 Introducción

La evolución del medio ambiente uruguayo estará determinada en las próximas décadas por tres niveles de factores que interactúan entre sí. El primero derivado de su vulnerabilidad frente a los impactos del desarrollo de los países vecinos de la cuenca del Plata y, por lo tanto, relacionado a la potencialidad que esta región tiene en la integración en el MERCOSUR. En un segundo nivel, por el impacto de su propio estilo de desarrollo y la variación y distribución poblacional sobre el territorio. Y en un tercer nivel, por la universalidad que tiene la problemática del medio ambiente.

El crecimiento económico del país, según el producto global bruto (PBI), ha tenido un comportamiento discontinuo en los últimos 21 años, con una tendencia a incrementarse en un 1,8 por ciento, promedio anual. Hasta 1981 este crecimiento fue más acelerado (3,11 por ciento), cayó a partir de 1982 y se recuperó luego de 1985, sin lograr alcanzar el valor máximo de 1981. Estos ritmos de crecimiento serán necesariamente modificados en el nuevo escenario del MERCOSUR, si la integración tiene el nivel de éxito que se supone. Se estima que el producto nacional tenderá a crecer a un promedio del 3 por ciento acumulativo anual en el mediano plazo.

6.2 Dificultades del análisis

La particular coyuntura histórica en que se encuentra Uruguay al incorporarse al MERCOSUR hace complejo un análisis proyectivo del estado del medio ambiente. A ello se suma que la proyección de las tendencias (cuando se cuenta con la información en períodos suficientemente prolongados), lleva a conclusiones seguramente erróneas.

De los capítulos anteriores surge que el país tiene una serie de valores en la naturaleza que es beneficioso conservar y promover. Presenta problemas a resolver, los más importantes de los cuales se relacionan con la contaminación de los recursos hídricos, degradación de las costas, pérdida de productividad de la tierra y empobrecimiento de su diversidad biológica. Todos estos puntos están vinculados a falta de inversión, capacidad tecnológica y de tipo cultural. En conjunto afectan su potencialidad productiva en el tiempo (capacidad de sustentación) y, por lo tanto, las condiciones de vida de la población.

No obstante esto, en su proceso de crecimiento el país tuvo la capacidad de alcanzar, para sectores sociales relativamente amplios, una cierta calidad de vida. Un análisis de la cifras demuestra índices de mejoramiento económico y social: el PBI per cápita creció en un 33 por ciento entre 1968 y 1989. También mejoraron algunos indicadores sociales: aumentó la esperanza de vida, disminuyó la mortalidad infantil y se incrementó el nivel educativo general.

Sí esto fue posible en condiciones de un progreso económico muy limitado en las últimas tres décadas es debido, por un lado, al paralelo estancamiento demográfico, lo que supuso una fuerte emigración de la población en edad activa, la disminución de la tasa de natalidad y el consecuente envejecimiento promedio y, por otro lado, a un fuerte endeudamiento.

Desde el punto de vista ambiental, este desarrollo tuvo un cierto equilibrio global con desajustes parciales, que se produjeron por las limitantes financieras, los cambios tecnológicos y la diferente movimientos de la geografía económica de los asentamientos humanos. Aquellos centros que crecieron más rápidamente no contaron con la capacidad de inversión para el correspondiente desarrollo de la infraestructura, el equipamiento y los servicios, entre ellos el saneamiento, que ya mostraba signos de rezago respecto a otros sectores. Este hecho se arrastrará hacia el futuro como una de las principales causas de descontrol ambiental. Las limitaciones en adquisición y transferencia de tecnologías para la producción adecuadas al medio, son un factor clave para explicar los problemas actuales.

Este relativo equilibrio general que Uruguay logró será impactado positiva o negativamente por la integración, por ser un país con un mercado pequeño, con escasa población y con un menor desarrollo productivo, pero con una localización geográfica estratégica en el contexto de países de la región.

6.3 Proyecciones de crecimiento poblacional

El aumento de la población del país tiene un comportamiento demográfico definido. Sin embargo, las previsiones para el mediano y largo plazo se dificultan, pues actúan en el desarrollo poblacional variables difíciles de prever.

El método de complementar las proyecciones poblacionales que se derivan de las tendencias demográficas, con escenarios previsibles ha sido utilizado por la Dirección General de Estadísticas y Censos (DGEC), para realizar las proyecciones hasta el año 2025. Estas proyecciones suponen escenarios diversos incidiendo sobre las variables de fecundidad y migraciones:

Año

Población Total

1989

3.094.000 hab.

2000

3.274.000 hab.

2025

3.691.000 hab.

Es fundamental considerar hacia el futuro la dicotomía urbano-rural del asentamiento poblacional. El país está caracterizado por su fuerte urbanización, pero no se han llegado a producir crecimientos urbanos hipertrofiados. Las estimaciones de población rural de la DGEC se hacen sobre tres hipótesis. La primera retiene la tendencia histórica de la migración, con signo negativo del área rural hasta el 2025. La segunda busca los factores límites, considerando que la migración rural se continuará intensificando. Ello determina prácticamente la desaparición de la población rural como tal. La tercera hipótesis interesa porque se incorpora la variable ambiental explícitamente cuando supone que: "en el mediano plazo las estructuras institucionales del país relacionadas con el sistema de valores prevalecientes en la sociedad uruguaya, experimentarán modificaciones importantes, cuyo efecto, entre otros, se manifestará en la revalorización de la vida en el medio rural, la mayor conciencia ecológica, tal como se viene dando en países con un mayor grado de desarrollo económico y social. Esta reversión estaría apoyada por acciones políticas específicas en el sistema educativo, en la incorporación de nuevas tecnologías en el campo de las comunicaciones y la energía, en incentivos fiscales, de turismo social, esparcimiento, etc". En estas consideraciones de la DGEC toman jerarquía el deterioro de la calidad de vida urbana (seguridad, contaminación, etc.), lo que los lleva a plantear "una reversión de las corrientes migratorias en torno al año 2000 y adopta un patrón de distribución por sexo y grupos de edades de la población ahora emigrante, hacia el área rural, diferente al de las otras hipótesis".

De todas maneras, estamos en este caso frente a un concepto diferente de sociedad urbanizada ocupando áreas rurales y no frente a población rural dispersa trabajando productivamente el recurso tierra.

Los datos de estimaciones de proyecciones, hipótesis recomendada y alternativa se sintetizan por quinquenios, en el Cuadro VI-1, para el período 1990-2025.

Sin embargo, este lento ritmo de incremento que se desprende de la lectura del cuadro, fruto de lo sucedido en los últimos períodos intercensales, va a estar condicionado por el proceso integracionista que se plantea. Ello tenderá, en una valoración positiva del MERCOSUR, a estabilizar los ritmos de crecimiento socio-económico con ajustes sectoriales que pueden llegar a ser importantes y, por lo tanto, con equilibrios resultantes que supondrían para Uruguay una aceleración del desarrollo poblacional, ya que en este sentido está ubicado entre los dos polos más urbanizados de la América del Sur: Buenos Aires y San Pablo - Río de Janeiro.

Este escenario integracionista se ha considerado sólo con su signo positivo, puesto que ello es el objetivo buscado. Su incidencia es posible que no se sienta sino en el mediano plazo. Aún así éste no ha sido un escenario considerado en las proyecciones de población que ha realizado la DGEC.

CUADRO VI-1. PROYECCIONES DE POBLACION URBANA Y TOTAL SEGUN LA DGEC (Período 1990-2025, en miles de hab.)

HIPOTESIS RECOMENDADA

AÑOS

1990

1995

2000

2005

2010

2025

URBANA

2.748

2.871

2.985

3.133

3.327


TOTAL

3.094

3.196

3.274

3.365

3.453

3.691

ALTERNATIVA

URBANA

2.735

2.849

2.955

3.051

3.138

3.357

TOTAL

3.080

3.164

3.244

3.329

3.406

3.602

Fuente: URUGUAY: Estimaciones y Proyecciones de Población Urbana y Rural, por Sexo y Edad - 1970 - 2025 DGEC - 1989

La vigencia de esta realidad significaría una población para Uruguay superior a la reproducida aquí, semejante a la que se manifiesta en las áreas regionales dominantes. El aumento de la población será posible si se revierte la tendencia a la emigración internacional de la población uruguaya y paralelamente el Uruguay se convierta en un atractivo para corrientes migratorias regionales e incluso internacionales.

Si este escenario se verifica aumentará el crecimiento de ciertos sectores económicos (fundamentalmente servicios e infraestructura) y tendrá sus primeros impactos físico-ambientales en la urbanización en un sentido amplio, sobre el tráfico, la contaminación del aire y las cuencas hídricas.

La localización de la nueva población dependerá de cuál de los sectores productivos sea el más pujante en la generación de empleo. Seguramente el factor frontera pierda fuerza como atractivo poblacional y, por el contrario, el turismo mantenga o acreciente su incidencia en una previsible mayor movilidad regional. Los litorales y costas se verían, por lo tanto, afectados por el incremento urbano de las ciudades costeras del sur y por la actividad turística.

En conclusión, el desarrollo poblacional indicaría una tendencia a la aceleración del crecimiento de la población urbana, tanto de Montevideo como de los centros intermedios, y un afianzamiento de la ocupación y densificación de los litorales con crecimientos físicos vinculados a las áreas turísticas. Por su parte, las zonas rurales se continuarán despoblando en términos generales, con áreas de características rurales densas, vecinas a ciertos centros urbanos donde se localizan los servicios. Este proceso tendría incidencia mayor en el sur del país.

6.4 Hacia un area de servicios

Estas conclusiones iniciales, derivadas de las proyecciones de población y de los escenarios posibles, pueden ser precisadas aún más.

La evolución productiva de las últimas décadas indica que el sector económico más pujante ha sido el vinculado a la banca, cuyo producto creció a un ritmo de 7,73 por ciento entre 1974 y 1989, cuando el PBI lo hacía al 1,8 por ciento anual. Los depósitos de no residentes en relación al total de depósitos del sector privado pasaron del 3,6 por ciento en 1974 a representar más de la mitad en 1989, captando fondos fundamentalmente regionales. Es entonces previsible que Uruguay continúe cumpliendo un papel como centro financiero dentro del MERCOSUR, acompañado del desarrollo de otros servicios como las comunicaciones, ciertas áreas del comercio y el transporte.

Para Uruguay la integración acentúa su perfil de área de servicios dentro del mismo. Ya corresponde al país la sede de la Secretaría Ejecutiva del organismo. A su vez, el MERCOSUR apoya y justifica la realización de obras de envergadura que impulsarán los servicios de transporte y los vínculos regionales en este campo. Ellas son: el Puente Colonia-Buenos Aires y de la Hidrovía Paraná-Paraguay, ambas están en estudio por parte de los gobiernos involucrados.

Para el Puente Colonia-Buenos Aires está en curso el estudio de factibilidad por parte de una comisión uruguayo-argentina. La realización del mismo supone, en el largo plazo, impactos territoriales a dos niveles:

a) Un primer nivel es el que se dará sobre el área local de la ciudad y el departamento de Colonia, dado que se conectará una megalópolis como Buenos Aires con un área local débil pero con un equilibrado desarrollo urbano. Dada la magnitud de la obra, supone afectaciones al medio derivadas de su construcción y se verificará un impacto en el desarrollo con diversa intensidad de acuerdo a las escalas en que puede plantearse el análisis (local, zonal, nacional y regional). A nivel local, la presencia del puente incentivará el desarrollo urbano-poblacional, valorizaría el suelo, lo que traerá aparejado la intensificación y subdivisión de la tierra productiva, desarrollos de ciertas industrias y un intenso aprovechamiento turístico de sus atractivos litorales, históricos y culturales. Esto significará, a su vez, modificaciones al comportamiento productivo local, con importante impacto económico y cambios en los valores culturales de una población que quedará más integrada a un conjunto urbano de características de megalópolis, como es el del Gran Buenos Aires. De estos impactos se derivarán, de no tomarse medidas oportunas y adecuadas, modificaciones sobre los ecosistemas naturales, en particular problemas para la conservación de las costas y degradación de la flora y fauna.

b) Un segundo nivel tiene relación con el impacto que esta obra puede tener en un marco de integración regional más profundo.

Entre los efectos previsibles se encuentra el fortalecimiento del la conurbación que tiene el proceso de urbanización de Montevideo (como se mencionó en el Capítulo 1), en el complejo crecimiento turístico-habitacional de la capital hacia el este, profundizándolo y ampliándolo desde Colonia hasta el litoral costero de Rocha, dentro del territorio uruguayo.

A esto se suma, en el largo plazo, la exigencia de obras de infraestructura vial de consideración en caso de constituirse un corredor de transporte a través del territorio uruguayo. Esta incidencia territorial hace necesario pensar en políticas ambientales ante los cambios negativos que provendrán del desarrollo urbano. La prevención deberá orientarse hacia las áreas litorales del Río de la Plata y del Océano Atlántico, las que en el corto o largo plazo, continuarán siendo el escenario de las modificaciones ambientales más profundas. La comisión binacional para la gestión del Puente Colonia-Buenos Aires estudia estos eventuales impactos de la obra.

La incidencia sobre Uruguay del proyecto de Hidrovía Paraná-Paraguay, es importante en relación al tema hídrico, con una modificación ambiental limitado a las costas. Se dinamizará fundamentalmente la actividad de transporte portuario y comercial de la ciudad de Nueva Palmira, punto focal de este proyecto en relación al país. El puerto de Nueva Palmira se ubica frente a una de las bocas del delta del Paraná y asimismo en la línea de nacimiento del Río de la Plata. Esto lo puede llevar a cumplir un rol clave como punto de conexión del transporte fluvial de cabotaje con el marítimo. El crecimiento de esta ciudad incentivará hacia el litoral norte del departamento de Colonia la urbanización y el aumento de actividades económicas. El dragado del canal Martín García está actualmente en vías de concretarse. La Comisión formada para el proyecto de la Hidrovía cuenta con financiamiento y apoyo de Cooperación Técnica del gobierno de los Estados Unidos para realizar los estudios de impacto ambiental del mismo.

6.5 Mercosur y competitividad del país

La apertura al mercado regional será un hecho que desencadenará complejos mecanismos de ajuste. El país competirá con tres factores básicos:

a) Su localización estratégica en la región y su escala pequeña le confiere capacidad para el desarrollo de los servicios.

b) La competitividad natural de sus recursos productivos, básicamente similares a los del sur de Brasil y a los de Argentina, pero con suelos más pobres que esta última y menor escala de producción.

c) Sus recursos humanos, escasos en número pero con una buena base educativa y una cultura relativamente homogénea.

Desde el ángulo de la producción, el análisis de sus factores considerados aisladamente parecen indicar condiciones desfavorables para el país. Sin embargo, en su conjunto, Uruguay tiene grandes posibilidades en la producción de bienes basados en la calidad más que en los volúmenes, en la intensificación del uso de los recursos naturales que tradicionalmente han constituido su base productiva y en la mayor incorporación de recursos humanos capacitados. La preparación para el ingreso al MERCOSUR supone una transición rápida y no necesariamente dramática en su ajuste social, puesto que comprende el perfeccionamiento de una cultura productiva existente y una mayor demanda hacia la capacitación científico-técnica de la población involucrada.

Los destinos del comercio exterior indican que predomina la demanda proveniente de los países que se integrarán en el MERCOSUR. Brasil y Argentina en conjunto superan en los últimos años el 30 por ciento del valor de los bienes exportados. Brasil participa en un 25 por ciento y Argentina entre un 5 y un 9 por ciento de las exportaciones uruguayas. Analizando la estructura productiva de estos dos países parece evidente que existe una mayor complementación de la producción uruguaya con Brasil. Los otros mercados de importancia tradicional para Uruguay han sido la CEE, que representan 25 por ciento promedio y EEUU, con un 10 por ciento del valor de las exportaciones; a continuación se indican los valores medios:

Cuadro VI-2 Exportaciones del Uruguay por países de destino

PAIS

% EXP. TOTALES

Argentina

4,8

Brasil

27,7

C.E.E.

22,7

Estados Unidos

11,1

Europa Oriental

27,1

Otros

6,6

Total

100,0

Las exportaciones hacia Brasil consisten fundamentalmente en productos alimenticios vinculados a la producción de carne y leche, cereales y derivados, como cebada cervecera sin y con proceso de malteado, arroz y otros rubros menores de carácter no tradicional, entre los que se cuentan miel y ciertos rubros hortifrutícolas.

La formalización del mercado regional supone en su esencia que el país tiene condiciones para competir en los rubros que ya constituyen su base de exportación actual, en tanto no estén beneficiados por mecanismos de subsidios internos. Estos son fundamentalmente los productos pecuarios y sus subproductos en diferentes niveles de procesamiento, acondicionamiento o industrialización. Es posible que las demandas de estos productos se incrementen en el marco regional ampliado, para cuya satisfacción es imposible incorporar nuevos territorios a la producción. La alternativa de Uruguay se orienta hacia la intensificación en el uso de sus recursos, tanto naturales como humanos. De esta forma se aseguraría el incremento de productividad independientemente de la capacidad. Esta circunstancia presionará, asimismo, a la integración y racionalización de la producción y a la verticalización empresarial, con la consecuente mayor integración de los procesos de producción, comercialización y transporte.

En conclusión, en las próximas décadas es previsible que el país ajuste sus políticas productivas hacia una mayor competitividad regional, basada en una producción más intensiva e integrada por bienes agropecuarios y sus derivados, vinculada principalmente con la carne, la leche y el arroz, en un mercado regional amplio. Es posible que mejore su competencia hacia el exterior de la región en la colocación de bienes de alta calidad, algo que ya se insinúa en los productos cárnicos, en nichos de un mercado mundial caracterizado por países demandantes con alta capacidad adquisitiva y donde se busca la variedad y calidad certificada. En este ámbito el tema ambiental pasa a jugar un rol clave en la estrategia de comercialización internacional y condiciona la producción.

6.6 Comportamiento previsible de la economía rural

6.6.1 Disminución del area agrícola
6.6.2 Menos empresas agropecuarias y nuevas formas de organización
6.6.3 Perspectivas de la producción granjera
6.6.4 Mantenimiento de la actividad pecuaria
6.6.5 Aumento de areas forestadas

Independientemente de las consideraciones positivas relativas a la integración regional, el análisis aislado de la evolución que tendrá el uso de la tierra indica:

a) Una tendencia persistente a la disminución del área agrícola, con aumento paralelo de la productividad.

b) Disminución de empresas agropecuarias, sobre todo pequeñas, con concentración de la propiedad de la tierra.

c) Estabilización global de la producción pecuaria, con incremento del área bajo praderas implantadas.

d) Incremento del área forestada.

e) Disminución del área granjera.

A continuación se analizan estos puntos desde la perspectiva del medio ambiente.

6.6.1 Disminución del area agrícola

En los últimos 35 años el área agrícola ha disminuído a un ritmo de 12.000 hectáreas por año siendo que en 1986 el área bajo agricultura era de 920.000 hectáreas. Sin embargo, algunos cultivos agrícolas tienen crecimientos acelerados que compensan en parte la tendencia decreciente de otros, son los casos del arroz, la cebada cervecera y la soja, todos ellos destinados al mercado externo.

El cultivo de arroz se ha expandido con una acelerada tasa del 4,9 por ciento anual en los últimos 25 años, alcanzando en 1990 las 100.000 hectáreas sembradas. Ha tenido una fluída colocación en los mercados exteriores sobre la base de su calidad. En la instancia de abrirse el mercado regional el cultivo mantendría seguramente la expansión sobre nuevas áreas.

Como se indicó en el Capítulo 3, la limitante para el desarrollo del cultivo es la disponibilidad de grandes volúmenes de agua a transportar a distancias económicamente redituables donde existan suelos aptos. Ello indica que la cuenca de la Laguna Merín, por la combinación de ambos recursos, será requerida para plantar arroz aprovechando los relictos de humedales. En una segunda fase se tenderá a buscar nuevas tecnologías, las que intensificarán el uso de los recursos y de la infraestructura. Esto se dará cuando ya no queden más tierras húmedas disponibles en las condiciones requeridas. El arroz presiona, además, para incorporar otras áreas ya vinculadas al cultivo en el norte del país, con menor disponibilidad de recursos hídricos, y es posible que en su expansión busque cubrir tierras del litoral del Río Uruguay, planteando una nueva competencia con el monte indígena existente.

El caso de la soja, la superficie cultivada se considera estabilizada en las 50.000 hectáreas anuales. El cultivo se ha localizado en las áreas más altas de las zonas arroceras, complementando el uso de la maquinaria. En el Capítulo 3 se planteó este tema como una de las principales causas de erosión por su mala localización sobre suelos arenosos. Actualmente se ha calculado que el cultivo representa una pérdida total bruta de 3.150.000 toneladas de suelo, que es arrastrado hacia los cursos de agua. El poder de reposición natural es de 350.000 toneladas anuales. Considerando ciertas rotaciones que se dan en el cultivo, se estima que en veinte años se habrá perdido el horizonte superficial de los suelos y por lo tanto habrán perdido su capacidad productiva. Ello se constata fundamentalmente en los suelos incorporados a esta producción en los departamentos de Treinta y Tres y Cerro Largo. Además se producirá un sustancial incremento de sedimentos y materia orgánica sobre las ya conflictivas aguas de los cursos de la cuenca de la Laguna Merín.

En los casos del arroz y de la soja, de mantenerse las tecnologías actuales de producción, es previsible la caída de la productividad general de la tierra. En el caso de la soja se debe a la fuerte erosión del horizonte superficial de los suelos y en el caso del arroz a la degradación del ecosistema de humedales. De manera que, en definitiva, en estas condiciones el país tiende a perder en el mediano plazo uno de los rubros de producción que tiene mejores condiciones para un uso más intensivo y socialmente equilibrado del territorio.

La disminución del área agrícola en el litoral y la actual tendencia a la incorporación de tecnologías más adecuadas para la conservación de la productividad de los suelos, es indicativo de que es necesario ampliar el uso de las tecnologías ya probadas, como los nuevos sistemas de rotación y la mayor utilización de maquinaria y prácticas de mínimo laboreo y conservación de suelos.

6.6.2 Menos empresas agropecuarias y nuevas formas de organización

Se continuarán dando otros cambios en la estructura de producción rural. Continuará la concentración de los establecimientos agropecuarios con desplazamiento y emigración de los productores rurales de las pequeñas y medianas explotaciones. Entre 1961 y 1986 el número de establecimientos rurales se redujo de 86.928 a 56.623. En 1990 el Censo Agropecuario, en sus resultados preliminares, indica que existen sólo 54.819 establecimientos. Por lo tanto, el ritmo de desapariciones es de 1200 por año. Los que subsistan serán sensiblemente más grandes que los promedios actuales. Las explotaciones entre 1 y 50 hectáreas tienden a desaparecer y se consolidan las que se ubican entre los 500 y 2500 hectáreas. En esta escala (entre 500 y 2500) se identifica la introducción de métodos de producción agrícola-ganaderos semi-intensivos y la extensión de los sistemas pecuarios tradicionales de carácter extensivo.

Estas consideraciones confirman las proyecciones de población rural y suponen un problema social de magnitud al mantenerse e incluso acentuarse los éxodos rurales hacia los centros urbanos. La población migrante, que en general carece de los medios y capacidades culturales para enfrentar las nuevas condiciones, pasa a engrosar los cinturones de pobreza urbana.

Sin embargo, la incorporación de concepciones empresariales más amplias e integradas para la producción ha comenzado a modificar las condiciones de vida rural tradicional. Este cambio ha sido inducido en general por el sector industrial vinculado al desarrollo de agroindustrias. Existen sistemas intermedios relacionados con los ingenios azucareros y en las zonas arroceras. Las nuevas concepciones empresariales han penetrado a través de la citricultura y la producción hortifrutícola en el litoral norte y se insinúan con fuerza en el actual impulso del sector forestal. Ello engloba nuevas formas de uso de los recursos y, a su vez, asentamientos humanos rurales diferentes a través de una mayor presencia de asalariados rurales dependientes de las empresas. Esta reorientación de la producción ha significado la densificación y aumento de la población rural en ciertas secciones judiciales de los departamentos de Artigas, Rivera, Paysandú, Treinta y Tres y Rocha. Existe, en este sentido, una tendencia hacia la desconcentración de las actividades de acondicionamiento y procesamiento primario de los bienes producidos en el campo, estas actividades tienden a integrarse en los centros poblados y ciudades del interior vecinas a las zonas de producción, las que les aportan la mano de obra necesaria y los servicios. En ambos casos se tiende a la urbanización de la población rural actualmente dispersa que emigra hacia estos centros urbanos menores e intermedios.

6.6.3 Perspectivas de la producción granjera

En el contexto de la desaparición de las pequeñas explotaciones rurales y frente al surgimiento del MERCOSUR, la posición de la granja es incierta. El subsector está en gran medida protegido por las barreras arancelarias. La política proteccionista no ha sido global y de hecho el área dedicada a la producción hortifrutícola tradicional ha venido decreciendo aceleradamente. La integración afectará aún más estas explotaciones. Es probable que estos sectores sufran una transformación, tanto en rubros de producción, en sus formas organizativas y en las prácticas tecnológicas, hacia formas de producción asociativas que los asimilen a los modelos que se han planteado en el norte del país, de características más abiertas a los mercados externos. Ello supone un impacto social importante en las áreas granjeras del departamento de Canelones.

La contaminación, de no utilizarse otras variables tecnológicas en el uso de agroquímicos y en el laboreo del suelo, se mantendrá e incluso se incrementará en los nuevos modelos. La contaminación en las cuencas críticas también persistirán, así como los altos índices de erosión que pueden ser incrementados por la generalización del riego indiscriminado.

En resumen, para la granja del sur del país la opción es necesariamente un reciclaje de la producción, con sistemas con menores niveles de erosión para mantener rubros de producción hortifrutícola y el uso de nuevas tecnologías menos degradantes de los suelos. Ello es particularmente importante en las cuencas de los Ríos Santa Lucía, Pando, Las Piedras y sus afluentes.

6.6.4 Mantenimiento de la actividad pecuaria

Uruguay se ha caracterizado en su producción pecuaria por un sistema de explotación combinado bovino-ovino, aprovechando el diferente comportamiento de estas especies a las pasturas y a los regímenes climáticos que alternan en el país. El comportamiento global de la producción pecuaria demuestra una tendencia en el último decenio a fortalecer la participación de la ganadería de lana sobre la bovina destinada a carne. Ello ha sido favorecido por un alza relativa de los precios internacionales de la lana frente a los productos cárnicos que ha comenzado a invertirse en la década de los 90.

En conjunto puede afirmarse que la actividad pecuaria tradicional se mantiene en equilibrio productivo con una leve inclinación a incrementar la productividad por hectárea y una tendencia en los últimos 10 años a un mayor incremento de la productividad lanera, luego de importantes caídas en la década de los años 70.

Estos incrementos leves en productividad son coincidentes con una mayor inversión en tecnología, esto en particular se corresponde con la implantación más acelerada de praderas. El Censo General Agropecuario de 1990 indica preliminarmente que la superficie sembrada con pastos fue el rubro que más creció, 30 por ciento en 10 años. El tema merece un estudio de sustentabilidad económica integral del sistema pecuario, pues el nivel de insumos tecnológicos puede estar superando los beneficios reales obtenidos si se contabiliza la degradación de los recursos naturales involucrados. De verificarse este hecho, sería indicativo de un estancamiento de la productividad pecuaria de los ecosistemas de praderas naturales y la continuación del hecho histórico constatado de que se mantiene la degradación sin haber alcanzado un equilibrio bajo la actual tecnología de utilización.

Esto se puede comprobar a través del análisis de la variación de las existencias ganaderas y de la relación ovino/bovino. Considerando 3,5 cabezas ovinas por unidad animal bovina se observa que, con variaciones anuales de las existencias las unidades animales se mantienen estables, sin una tendencia definida.

Cuadro VI-3 Evolución Reciente de las existencias ovinas y bovinas (millones): Período 1980-1990

AÑO

OVINOS

BOVINOS

UNIDAD ANIMAL (UA)

1980

20,00

11,20

16,91

1981

20,50

11,50

17,36

1982

20,10

11,30

17,04

1983

20,20

9,50

15,27

1984

20,50

8,90

14,76

1985

20,80

9,30

15,24

1986

22,30

9,20

15,57

1987

23,80

9,80

16,60

1988

24,00

10,30

17,16

1989

24,40

9,30

16,27

1990

24,00

8,10

14,96

Fuente: 1980-1989-DISCOSE-Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. 1990-Censo General Agropecuario, 1990
Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

La importancia que tiene la lechería en los últimos años explica, en parte, el incremento del área de pastos plantados. En 1980 un total de 669.827 animales lecheros producían 795 millones de litros de leche/año, en tanto diez años después menos animales (657.663) producían casi mil millones de litros por año, multiplicándose la producción por 1,2.

Es difícil con la información disponible evaluar el daño en las formaciones vegetales de praderas naturales, en la medida que no ha sido valorado este punto de vista, ni se incorpora este concepto en el análisis contable de la producción agrícola. Las proyecciones planteadas indican que el deterioro se mantendrá dentro de un comportamiento que requiere cada vez más de la intervención de insumos externos (o insumos tecnológicos) para mantener o incrementar la productividad del ecosistema.

El mantenimiento de estos comportamientos y ritmos en el subsector pecuario en el proceso de integración, lleva a predecir para las próximas décadas, que Uruguay será un país que afirmará un perfil pecuario como productor de lana, carne y cueros, con una creciente importancia de la producción lechera basada en un mercado fundamentalmente regional. Ello lleva a un constante incremento en la implantación de nuevas praderas y, por lo tanto, con riesgos aumentados en el uso de agroquímicos con una mayor dispersión territorial y de erosión de los suelos.

Dado que es previsible que continúe la integración vertical de la industria con la producción primaria, se supone que se prestará atención a los problemas de los efluentes industriales de las industrias cárnicas, curtiembres, textiles y de productos lácteos. Es probable que las nuevas plantas tiendan a localizarse en el interior del país. En el caso de la industria lechera, es necesario atender los grandes volúmenes de líquidos efluentes. Para el resto de las industrias, dada la estabilidad en la producción, los cambios se relacionan fundamentalmente con los desarrollos tecnológicos.

6.6.5 Aumento de areas forestadas

El desarrollo de la forestación para los próximos cuatro años está programado en la meta de 200.000 hectáreas. Se tiende a buscar una masa crítica suficiente para desarrollos industriales completos. Se espera llegar, para el año 2025, a un total de 600.000 hectáreas forestadas.

Es probable que en ese año varios de los emprendimientos agroindustriales puedan estar en producción. El impacto ambiental de esta actividad es globalmente benéfico en tanto se respeten determinadas condiciones de implantación y uso. Es importante prever los impactos negativos y positivos a nivel local que puedan modificar a la biota y al medio físico por parte de los complejos agroindustriales, así como requerimientos que se deriven de la creación de empleos y la expansión de economías locales. Ello es particularmente claro en áreas de suelos de prioridad forestal de los departamentos de Rivera, Tacuarembó, Paysandú, Río Negro, Durazno, Lavalleja y Maldonado.

6.7 Medio ambiente y urbanización

6.7.1 Urbanizaciones de baja densidad sin servicios básicos
6.7.2 Residuos sólidos y material no biodegradable
6.7.3 Más tráfico y contaminación del aire
6.7.4 Contaminación del agua para consumo humano

Las cifras manejadas por la Dirección General de Estadísticas y Censos para las proyecciones de crecimiento poblacional indican una fuerte concentración y desarrollo de los centros urbanos mayores. En las áreas urbanas se centrará, por lo tanto, la estrategia para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población y sobre ellas se sentirán las mayores presiones para mantener la calidad del ambiente.

6.7.1 Urbanizaciones de baja densidad sin servicios básicos

El proceso de urbanización puede resumirse de la siguiente forma:

a) Un fenómeno de conurbación hacia el este, de Montevideo y paralelo a la costa, confundiendo el desarrollo urbano con la actividad turística. Esto supone un desarrollo homogéneo e indeferenciado de una masa urbana con mediana o baja densidad poblacional, que destruye los valores naturales de la costa y que incide fuertemente también en la degradación de las playas y en la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. En estas condiciones es antieconómico dotar de servicios a la población residente, sobre todo de aquellos más costosos, como es el caso de los sistemas de saneamiento con tratamiento de efluentes líquidos. De esta circunstancia se derivan dificultades que afectarán finalmente la salud de la población y tendrán incidencia negativa sobre la actividad turística y recreativa. En caso de construirse el Puente Colonia-Buenos Aires, este fenómeno de conurbación tendrá un nuevo polo de crecimiento hacia el oeste. Ello tendrá efectos sobre los ecosistemas costeros hacia la franja litoral que une Colonia con Montevideo y se tenderá a crear un corredor entre Buenos Aires, Colonia, Montevideo y Punta del Este. De no efectivizarse medidas correctivas de control y construcción de nueva infraestructura de saneamiento ambiental, Montevideo mantendrá e incrementará los problemas de contaminación y degradación de las cuencas y cauces de los arroyos urbanos.

b) Incremento poblacional y físico de los centros urbanos intermedios. Estos mantendrán su dinamismo en la captación de emigración rural, que se sumará a su propio crecimiento, aumentando en conjunto estimativamente alrededor de medio millón de habitantes. Los centros urbanos del interior han demostrado mayor incapacidad que Montevideo para adecuar su progreso físico y de los servicios a los incrementos poblacionales, lo que se manifiesta en promedios más altos de población con necesidades básicas insatisfechas. Esto provocará un mayor volumen de residuos líquidos y sólidos domiciliarios, que en estas condiciones de baja cobertura de servicios con dificultades de manejo y tratamiento, llevarán a incrementar los niveles de contaminación hídrica y de suelos y la proliferación de vectores y epidemias. Es posible que algunos de los centros continúen creciendo sobre la base de emprendimientos industriales o agroindustriales, con beneficios socioeconómicos para sus poblaciones, pero con dificultades adicionales de contaminación, fundamentalmente de suelos y aguas.

6.7.2 Residuos sólidos y material no biodegradable

Si bien las dificultades mayores de administración de los residuos sólidos se concentran en la ciudad de Montevideo, existen crecientes limitaciones de todos los municipios para un manejo ambientalmente adecuado de los mismos en sus diferentes etapas y en su disposición final segura y no contaminante. Hay que agregar los problemas que provoca el manipuleo del material desechable de plásticos biológicamente no degradables. Al estado actual se suma la contaminación visual con degradación de la imagen urbana de los paseos públicos y de las zonas vecinas a las ciudades.

6.7.3 Más tráfico y contaminación del aire

El aumento del parque automotor de Montevideo incrementará los dificultades de tráfico vehicular y de transporte público. A los 120.000 automotores y 2.500 ómnibus que diariamente circulan en la ciudad, se suman en promedio entre 8.000 y 10.000 vehículos anuales. Si bien es cierto que parte de las unidades salen de circulación, el tráfico de la ciudad se incrementará sensiblemente. El crecimiento lineal costero de este complejo urbano concentrará los problemas sobre los litorales, los paseos costeros y sobre vías que no están dimensionadas para este mayor volumen de tráfico.

En este sentido, las dificultades fundamentales serán:

a) Congestionamientos en las zonas céntricas de la ciudad y en puntos claves de corte de las vías longitudinales de acceso al centro, caso de la calle 8 de Octubre, Camino Maldonado y Avenida Italia.

b) Las limitaciones del sistema de transporte urbano, que deberá desplazar diariamente a la ciudad una ampliada población flotante.

c) La contaminación aérea derivada de este sistema de transporte que pasará a ser importante en las zonas donde el problema ya se detecta y en los ejes viales más densos.

6.7.4 Contaminación del agua para consumo humano

Este es un problema derivado del incremento de la contaminación de las fuentes de agua potable -superficial o subterránea- de los centros urbanos.

Sobre este tipo de contaminación y su relación con el incremento poblacional, se pueden elaborar dos hipótesis:

a) De mantenerse un crecimiento muy lento, el deterioro de los cuerpos hídricos estará más comprometido por la contaminación química derivados del descontrol industrial y el mayor uso de detergentes y sustancias biológicamente no degradables en las viviendas, así como por el uso de agroquímicos en las áreas cultivadas de las cuencas hídricas.

b) En una hipótesis de crecimiento poblacional más alto, el actual rezago en el manejo y tratamiento de las aguas servidas se incrementará, con ampliación y dispersión de la contaminación de este origen que aumentará los niveles de DBO y presentará mayores riesgos epidemiológicos. Se presentarán problemas graves para una población urbana concentrada en el área metropolitana de Montevideo que seguirá dependiendo como única fuente de abastecimiento del Río Santa Lucía, aguas cuyos niveles de eutroficación y contaminación química elevarán sustancialmente los costos de tratamiento y desmejorarán de todas formas su calidad para consumo humano. Similares cuestiones se detectan para la cadena de balnearios y ciudades litorales del sur del país, cuya densificación poblacional y de uso del suelo se preve más intensa. Otro nivel de dificultades, que pueden llegar a ser más agudas aunque afecten a menor número de personas, se constata en las ciudades del interior que tienen desarrollos importantes y donde los recursos hídricos son escasos.

6.8 Energía y contaminación

El país es altamente dependiente de sus recursos hidroenergéticos y del petróleo importado. Los primeros los ha utilizado en un 85 por ciento de su potencial económicamente aprovechable y las importaciones de petróleo representan un esfuerzo económico de primer orden dentro de la balanza comercial.

El aumento de la oferta energética ha sido programado de la siguiente manera:

a) La interconexión con un gasoducto a la República Argentina, destinado a servir básicamente al sector industrial y eventualmente a la generación termoeléctrica.

b) En lo inmediato, mediante la instalación de una nueva planta térmica en proceso de construcción en el área de La Tablada, en los suburbios urbanos de Montevideo.

c) Mediante el fortalecimiento del uso de recursos renovables posibles de producir en el país, como la leña que cumple un rol creciente en el balance energético nacional. Esto está planteado por parte de UTE en el estudio de factibilidad para plantas dendroeléctricas que se encuentra en fase de culminación.

d) En la ampliación y modernización de la actual planta de combustibles que ANCAP posee, localizada sobre la bahía, dentro de la ciudad de Montevideo.

La demanda energética está estabilizada en el consumo final de energía. Hasta 1987 la leña tuvo una participación creciente como fuente energética y existe un lento pero permanente crecimiento de la participación de la energía eléctrica. Los principales sectores de demanda son tres:

a) Transporte y agro-pesca, dependientes casi exclusivamente de los derivados del petróleo.

b) Industria que es atendida con derivados del petróleo, leña, electricidad y en menor proporción por residuos vegetales.

c) Sector residencial que demanda una tercera parte del consumo final de la energía disponible.

La oferta bruta de energía primaria muestra la dependencia del sistema energético de la hidroenergía y la vulnerabilidad que tiene el país a las sequías. El desarrollo del sector presenta alternativas muy débiles para expansiones industriales de fuerte demanda. Su crecimiento pasa por la mayor dependencia regional de Uruguay en el área energética y el uso de combustibles derivados del petróleo en primera instancia, sin que ello no implique aportes menores a la oferta desde otros sectores. El ahorro energético se ha encarado como política en relación a la industria y al transporte urbano. El sector residencial, que representa un tercio de la demanda, no ha sido considerado en ese sentido.

La política ambiental relacionada con la energía ha sido planteada sólo en el marco de las obras de infraestructura, sin una estrategia global en este sentido. Aún así, el hecho de disponer de costosas instalaciones ya implantadas y la lentitud en la gestión institucional en este ámbito, hacen que las plantas térmicas y la refinería que ya están instaladas dentro de la ciudad sean las principales causas de contaminación puntual que seguirá presentando en el futuro la ciudad de Montevideo.

6.9 Incertidumbre en el crecimiento industrial

El crecimiento industrial ha estado estancado en la última década. Su evolución futura es muy difícil de prever en la etapa actual de la integración. En todo caso, las tendencias en el sector industrial se inclinan hacia un reciclaje y modernización tecnológica con mejoramiento de los niveles de eficiencia y productividad. De procesarse este modelo, debería implicar un mejor aprovechamiento de la materia prima y menores deshechos hacia el ambiente. Sin embargo, por limitaciones de inversión es posible que la situación actual se mantenga.

Se prevee la implantación de agroindustrias en el interior del país y es también probable que algunas zonas francas sean base para la localización de nuevas industrias, con los consecuentes riesgos y requerimientos respecto a la posible contaminación tóxica u orgánica. El desarrollo industrial de Montevideo es más incierto y puede vincularse con su rol central de ciudad puerto y centro de servicios, manteniendo los problemas industriales ya detectados.

6.10 Degradación de las costas y sus ecosistemas naturales

Como se indicó en el Capítulo 3, el progreso del turismo masivo y la falta de pautas para la conservación de los ecosistemas costeros se han conjugado para hacer de esta actividad económica y cultural un factor desencadenante del deterioro de las costas del Río de la Plata y del Océano Atlántico.

El ingreso de turistas a partir de 1978 han ido en franco aumento aunque las cifras interanuales muestran una fuerte variabilidad. Aunque dominan los turistas argentinos, los mayores incrementos se constatan en el turismo proveniente de Brasil.

A continuación se puede apreciar la gran variabilidad en el número de turistas que ingresan a Uruguay. De un año para otro se aprecian variaciones superiores al 50 por ciento (-53% entre 1981 y 1982).

Cuadro VI-4 Ingreso de Turistas en Temporada (1) a Uruguay

AÑO

NUMERO DE TURISTAS EN TEMPORADA

1978

286.451

1979

442.515

1980

484.211

1981

547.243

1982

258.793

1983

269.071

1984

405.846

1985

450.374

1986

506.951

1987

433.927

1988

378.174

1989

540.976

(1) Temporada se considera del 15 de diciembre al 15 de marzo

También se visualiza que, aunque en forma marginal, crece el interés en visitar Uruguay desde otras regiones, particularmente de América del Norte y Europa. El futuro de la actividad a nivel mundial muestra que el turismo de playas, sobre la base de grandes centros turísticos que predominó hasta el momento, pierde importancia frente al turista interesado en la vivencia de la naturaleza. Ello supone que las áreas de costa menos intervenidas y las áreas naturales y parques protegidos tendrán un mayor interés.

De las 36 áreas identificadas con interés para su conservación las más amenazadas son las vinculadas con los humedales y la costa oceánica. Con su desaparición Uruguay perdería su mayor identidad ecoturística, además de los valores de la biodiversidad que estas áreas conservan.

Los problemas de degradación costera se pueden subdividir de la siguiente manera:

a) Fraccionamientos no ocupados de la costa oceánica, que en el futuro tenderán a ser balnearios precarios, poco densos y con deficiente infraestructura, ocupando áreas geológicamente frágiles pero con valor natural y paisajístico.

b) Asentamientos turísticos espontáneos sobre las costas, que han llegado a representar alrededor de 3.000 viviendas. Estas zonas hasta hace pocos años sólo eran habitadas por escaso número de familias de pescadores y hoy ocupan, con mayor o menor dispersión, unos 15 kilómetros de frente oceánico.

c) La presión a la interconexión de balnearios por la ruta litoral costera (Ruta 10). Esta opción es desaconsejable en su concepción actual.

d) El problema de los crecimientos turísticos tradicionales, con fuerte presión de ocupación del frente marino, modificando las playas por la construcción de infraestructura y equipamiento. De no revertirse este comportamiento continuará deteriorándose la calidad de las playas al incrementarse la actividad turística y el desarrollo físico de los centros balnearios.

El turismo hacia Punta del Este, como área representativa del modelo que ha predominado, es posible que se mantenga y que continúe en los próximos años con altos ritmos de crecimiento, pero cambiando el comportamiento de la demanda hacia concentraciones urbanísticas de alta densidad con servicios y puertos costeros. Existen iniciativas ya aprobadas para construir tres grandes complejos turísticos hacia el oeste de Punta del Este, dos de ellos buscando un fuerte vínculo con el medio natural, sobre la base del mar, la vegetación y el esparcimiento. Esta modalidad de desarrollo concentrado permitiría atender mejor la planificación y el impacto del crecimiento urbano sobre el ambiente del litoral y salvar el concepto de bosque urbanizado que caracteriza a Punta del Este y otros centros balnearios, pero que en el curso actual tienden a ser destruidos.

6.11 Futuro de la salud publica

Es probable que Uruguay continúe aumentando su esperanza de vida. En el decenio 1976-1986 se verificó un incremento promedio de 2,71 años, alcanzando una edad de 68,89. Se estima que la esperanza de vida llega a 72-75 años, que es el promedio para los países de mayor desarrollo actual.

La mortalidad infantil descendió de 61,9 defunciones sobre 1.000 nacidos vivos en 1968 a 23 por mil en 1988, con una tendencia a disminuir que se acelera a partir de 1978 sobre la base de la caída en el número de muertes antes del nacimiento (neonatales). Estas en 1988 pasan a ser un 10,6 por mil, valor prácticamente igual a las defunciones post-neonatales que son el 9,7 por mil. En la mortalidad post-neonatal se constata un leve incremento a partir de 1983, por la incidencia de la desnutrición, hecho vinculado a la existencia de población en condiciones de pobreza crítica. Las anomalías congénitas mantienen constante su incidencia en alrededor del 3,8 por mil de los nacidos vivos. El mejoramiento en las condiciones de saneamiento, en particular el mejoramiento en la dotación de agua potable de la población, ha logrado reducir la incidencia de la mortalidad post-neonatal a valores muy bajos, del 0,4 por mil.

En la mortalidad general hay un incremento constante en las tres causas principales de muerte: las afecciones cardiovasculares, los tumores malignos y los accidentes. La mortalidad por cáncer, entre 1943 y 1985, incrementó su incidencia de un 11,7 por ciento de los fallecimientos a un 22,2 por ciento. Esto no es exclusivo del Uruguay pero representa un índice comparativo muy elevado con el resto del mundo. Está vinculado a efectos derivados de la dispersión ambiental de sustancias tóxicas y factores asociados presumiblemente a la alimentación, la calidad del agua y las costumbres, así como hábitos propios de la cultura predominante como el uso del tabaco.

Los problemas de salud vinculados a focos de contaminantes químicos seguirán relacionados a la industria. Como no se preve un incremento industrial sustancial en áreas urbanas, la evolución de este problema depende de revertir la condición actual. Crecerán, sin embargo, los temas vinculados a enfermedades pulmonares derivados de la contaminación del aire por el tráfico urbano en los barrios de mayor densidad. Deberá cuidarse también el crecimiento de la intoxicación por plomo que ya demuestra incidencia por fuentes puntuales de contaminación provenientes de fábricas y talleres.

6.12 Tendencias en la contaminación transfronteriza

El marco institucional del MERCOSUR y el mantenimiento de un interés en la administración de los recursos y áreas de frontera, serán los instrumentos que tendrá el país para evitar su vulnerabilidad frente a la contaminación en los recursos compartidos con los países vecinos. Los dos mayores problemas que se estima se mantendrán en el futuro son:

a) La creciente contaminación y degradación de los cuerpos de agua compartidos con Brasil y Argentina. Hasta ahora solo existen problemas puntuales pero es previsible que, de no tomarse medidas, la situación se agrave.

b) El impacto negativo que puede tenerla generación de lluvias ácidas sobre una superficie territorial amplia por la ampliación prevista de la planta carboenergética de Candiota.

6.13 Resumen

La integración regional tenderá a ubicar a Uruguay en condiciones de competir con un producto nacional definido por sus condiciones naturales es decir, su localización, condiciones climáticas y producciones que más armonizan con sus capacidades naturales y culturales. Así entendido, independientemente de las debilidades relativas a su tamaño y población, el proceso integracionista va a favor de una mejor calidad de vida sustentable en la región.

En este sentido, una gestión coordinada que muestre respeto hacia la naturaleza y a la cultura redundará en el mediano y largo plazo en beneficios mayores para un desarrollo equitativo y sustentable. Se desprende de ello que en el futuro, la nueva realidad será diferente al estilo de desarrollo actual, con una mayor armonía entre una población que será más numerosa y urbanizada y un medio natural que será más respetado. En este marco, el ejercicio que se ha hecho de proyectar la realidad actual hacia adelante, tiene un valor demostrativo de la degradación y pérdida de capacidad de sustentación que representa la actual forma de utilización de los ecosistemas y recursos naturales. Permite mostrar, además, comportamientos patológicos que hay que corregir desarrollando lo antes posible las capacidades culturales, tecnológicas, financieras, de organización y gestión, capaces de evitar las pérdidas irreparables en la calidad y productividad de la naturaleza. La síntesis de las proyecciones de población realizadas permite pronosticar que la atención volverá a centrarse en los dificultades urbanas. Se prevé un mayor desfasaje entre el incremento de la población urbana y la disponibilidad de saneamiento ambiental. Este factor es desencadenante de una mayor contaminación ambiental, no sólo por nuevas obras que no se realizan, sino también por la incapacidad de superar la obsolecencia de las existentes. Se presentarán puntos agudos de contaminación de los recursos hídricos superficiales y subterráneos y dificultades en el manipuleo de los residuos sólidos con afectación de la salud pública. Esto será particularmente grave en el sur del país por el crecimiento desorganizado de Montevideo y los centros balnearios, la posible incidencia del Puente Colonia-Buenos Aires y el crecimiento físico de los centros turísticos y de servicios al turismo. En Montevideo, el aumento de las áreas urbanas y de la población trae aparejado un crecimiento del parque automotor y de las actividades de transporte, con conflictos en el tráfico urbano y la contaminación atmosférica en los barrios centrales y ejes viales más importantes. Por otra parte, el país habrá casi agotado su potencial de recursos hidroenergéticos, tendrá costos mayores para la generación de energía y producirá mayor contaminación del ambiente por sus plantas térmicas. También crecerá la contaminación de origen químico proveniente del uso de productos y sustancias no degradables a nivel doméstico, manteniéndose la generación industrial de químicos tóxicos en niveles similares a los actuales. Es importante que la política en el MERCOSUR en este tema sea similar en los países que lo integran.

Los residuos sólidos tendrán una administración más difícil por el mayor volúmen. La tendencia hacia la despoblación del campo se acompaña con la emigración hacia asentamientos marginales urbanos y centros poblados. La industria tenderá a vincularse verticalmente con la producción primaria localizándose en centros intermedios.

La degradación del suelo rural provendrá de la erosión vinculada a la agricultura y por una incrementada incidencia de productos químicos en las áreas agrícolas. Se constatarán mayores modificaciones de la biota y degradación de los ecosistemas rurales actuales (naturales e implantados). Esto indica que en las zonas de uso intenso de los suelos se incrementará la contaminación de los recursos hídricos superficiales y subterráneos, que en ciertas áreas serán escasos e imposibilitarán usos alternativos.

Los ecosistemas naturales remanentes y la riqueza biológica que contienen tenderán a ser afectados, sobre todo los relacionados con los humedales y los ecosistemas costeros del este del país. Las restantes áreas silvestres de interés paisajístico o biológico serán más presionadas por un turismo de origen urbano nacional e internacional, en modalidades contradictorias como el de caza y el ecoturismo. La fauna continuará perdiendo especies y serán mayores las plagas. Se percibe asimismo una mayor conciencia ambiental, conservacionista, que se origina en la constatación de las dificultades actuales y en una mayor participación en el tema de la enseñanza formal y los medios de comunicación. Debido a ello, la sociedad contará con mejores instrumentos para la defensa de la calidad ambiental y permitirá revertir los problemas planteados y utilizar mejor las potencialidades ambientales del país.

Por último, debe considerarse la mayor voluntad política de incidir en los procesos de deterioro ambiental, proponiendo nuevas políticas y buscando crear un sistema de control de la calidad ambiental de carácter integrado. El MVOTMA, cuya capacidad institucional será fortalecida, tendrá la responsabilidad de reorientar la acción del Estado hacia un desarrollo sustentable y la ejecución del Plan de Acción Ambiental que se propone.

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