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Capítulo 2. El hombre y el medio

2.1 Población y asentamientos humanos
2.2 Actividades productivas

2.1 Población y asentamientos humanos

2.1.1 Origen y cultura
2.1.2 Crecimiento, distribución y urbanización
2.1.3 Procesos migratorios
2.1.4 Pobreza y condiciones de vida
2.1.5 Agua potable y saneamiento
2.1.6 Salud
2.1.7 Educación
2.1.8 Organizaciones no gubernamentales

El examen de la población y su ubicación en el territorio adquiere especial relevancia en un estudio ambiental al ser objeto y causa de las modificaciones del medio natural. El origen, la cultura, el incremento y la forma de los asentamientos determinan la intensidad y modalidad con que se usa el espacio, los recursos naturales y el ambiente.

2.1.1 Origen y cultura

La población uruguaya tiene un origen fundamentalmente europeo. La conquista y colonización española de estos territorios y la influencia portuguesa, definieron la cultura dominante. Posteriormente, durante el período de la independencia y consolidación institucional y económica del país, otras corrientes migratorias europeas se integran a la población fundamentalmente italianos y nuevas corrientes españolas, así como también ingleses, franceses, alemanes y rusos. La inmigración se mantiene hasta la década del 50, incentivada por las guerras europeas y mundiales. En las décadas siguientes, este proceso prácticamente desaparece y comienza la emigración.

La población indígena fue eliminada o asimilada por el español. De la conjunción racial surgió el gaucho, componente mestizo de la cultura rural de la región del Río de la Plata. La introducción por parte de España de personas de raza negra de Africa, a través del puerto de Montevideo, derivó en cierta presencia de esas poblaciones, las que incorporaron diversos aspectos de sus tradiciones a la cultura local. La herencia cultural de la población predominante implicó la introducción de especies, hábitos productivos y de vida que impactó los diferentes ecosistemas naturales del territorio uruguayo, modificándolos permanentemente.

2.1.2 Crecimiento, distribución y urbanización

La población es de 3.070.000 habitantes (1988). Tuvo un crecimiento del 16,6 por mil anual entre 1908 y 1963, cayó luego a un 6,2 por mil anual entre 1963 y 1975 y a sólo un 5,57 por mil entre 1975 y 1985. Este último es el incremento poblacional más bajo de América Latina, similar al de Francia y Japón alrededor de (7 por mil en el mismo período). El bajo crecimiento reciente ha acentuado el envejecimiento demográfico (el grupo de 60 años o más creció de 11,8 por ciento en 1963 a 15,8 por ciento en 1985).

El país ha experimentado una intensa urbanización: el 87,3 por ciento de su población vive en centros urbanos (ver Mapa II-1). Existe una fuerte centralización en Montevideo, ciudad que con el conjunto de su área metropolitana supera la mitad de la población nacional. En el último censo (1985) Montevideo contaba con 1.251.647 habitantes, siendo su último crecimiento intercensal (5.9 por mil anual entre 1975-1985) superior al anterior (1,20 por mil anual entre 1963-1975). El crecimiento urbano promedio del interior es mayor: las ciudades crecieron el 16.8 por mil anual entre 1963 y 1975 y el 15 por mil anual entre 1975 y 1985. A nivel del país, los centros con mayor aumento poblacional corresponden a la expansión conurbana de Montevideo hacia el este (Solymar) y al desarrollo de toda la costa balnearia, incluyendo la de Rocha, y de las ciudades fronterizas con Brasil. Los dos factores que más han activado éste incremento en la última década son el turismo y las fronteras. Este crecimiento poblacional, sin un aumento paralelo de la actividad económica, tuvo como consecuencia la incapacidad para dotar a las ciudades de los servicios necesarios y un efecto de presión sobre el medio natural, con expansión de las ciudades sobre las tierras productivas aledañas.

En 1985, la densidad nacional promedio de población era de 16.8 habitantes por kilómetro cuadrado. Está cifra baja a 9,4 habitantes por kilómetro cuadrado cuando se considera sólo la población de los departamentos del interior. Los departamentos más densamente poblados fuera de Montevideo se localizan al sur: Canelones tiene una densidad de 80 habitantes por kilómetro cuadrado, Maldonado 19.7, Colonia 19.5 y San José 18. En todos los demás departamentos es menor a 10 habitantes por kilómetro cuadrado.

2.1.3 Procesos migratorios

A nivel rural, el despoblamiento es intenso y se ha acentuado en el último período intercensal al pasar de -8,3 (1963-1975) por mil a - 28,18 por mil (1975-1985). La mayor emigración correspondió a mujeres y niños. A nivel departamental, el mayor despoblamiento corresponde a los departamentos del centro del país, donde aún el progreso de sus centros urbanos, no compensa la pérdida de población rural.

Existe también una fuerte emigración de su población en edad activa hacia el exterior. Entre 1963 y 1985 ésta alcanza la cifra de alrededor de 350.000 personas, hecho indicativo de los problemas socio-económicos y políticos que caracterizaron al país en este período. En 1980 los uruguayos residentes en la República Argentina eran 107.925. A partir de 1971 el porcentaje de emigrantes al país vecino aumentó sistemáticamente y es entre 1973 y 1976 que cobra la mayor importancia. En estos cuatro años se produce el 45 por ciento de la emigración total. Dos factores fueron determinantes de este comportamiento: las ventajas relativas del mercado de trabajo argentino y los efectos del golpe de Estado de 1973 en Uruguay. La población emigrante se caracteriza por ser de origen urbano, de Montevideo y de las ciudades limítrofes. Es una emigración urbana-urbana.

La emigración hacia Brasil es similar en su comportamiento pero de menores proporciones por su número. En 1980 los uruguayos con residencia en Brasil eran 21.238, de los cuales un 30 por ciento emigró en la década del 70, aunque falta información para definir la fecha de ingreso. La emigración se concentró fundamentalmente en el sur de Brasil (70 por ciento) y en las grandes ciudades de Río de Janeiro y San Pablo (27 por ciento).

2.1.4 Pobreza y condiciones de vida

Para medir la calidad de vida se utilizan los siguientes indicadores:

a) Pobreza,
b) Empleo y Desocupación,
c) Ingreso,
d) Vivienda,
e) Indice de Necesidades Básicas, definido como el conjunto de requerimientos psicofísicos y culturales mínimos para la vida y desarrollo de los seres humanos.

MAPA II-1. POBLACION

La población que se encuentra por debajo de la línea de pobreza alcanzó en 1986 alrededor de un 15 por ciento de los hogares, y con tendencia creciente, pese a haber disminuido su magnitud respecto a los años críticos de 1984-1985 durante los cuales que llegó a representar un 30 por ciento de los hogares del país.

El 23 por ciento de la población en estas condiciones se localizaba en las áreas rurales, y el 77 por ciento en áreas urbanas. Dada la fuerte concentración de la población el problema se agudiza en Montevideo, aunque solo constituya el 9 por ciento de la población en esa ciudad. En el conjunto de ciudades del interior del país el porcentaje es de 19 por ciento, de la población.

Estos grupos marginados de la economía formal, subsisten presionando directamente sobre los recursos del ambiente, con normas y valores propios derivados de la necesidad de sobrevivir. Sus condiciones de vida son generalmente insalubres, expuestos a riesgos naturales, en viviendas precarias localizadas en zonas públicas reservadas para la protección de los cuerpos de agua (riberas de arroyos), lugares destinados a áreas y parques públicos o en tugurios insalubres.

En la ciudad de Montevideo, la población en condiciones de pobreza se ubica en barrios tradicionales que mantienen su valor patrimonial como la Ciudad Vieja, Aguada y Cordón Norte, en viviendas deterioradas que son invadidas o en "cantegriles" (barrios de viviendas precarias) ubicados principalmente en las márgenes de los Arroyos Miguelete, Casavalle, Pantanoso y de los afluentes del Malvín y el Carrasco.

Unas 4.000 de estas familias subsisten en base a la recolección y reciclaje de residuos sólidos urbanos. Las áreas de concentración, clasificación y disposición final de los residuos, tienden a confundirse con el lugar donde están ubicadas sus viviendas precarias -vecinas a estos arroyos- sumando así al desajuste de la higiene urbana, una amenaza para la salud de sus familias y un problema más de contaminación sobre los cuerpos de agua de la ciudad.

Empleo

En 1988 la población en edad de trabajar era de 2.310.000 personas con una tasa de actividad del 59,1 por ciento (Población Económicamente Activa: 1.366.000). De ellos, 1.252.000 estaban ocupados, es decir, la desocupación era del 8,3 por ciento. El desempleo femenino (11,9 por ciento) ha sido más alto que el masculino (6,2 por ciento). El índice de desocupación ha variado en la década del 80 entre un máximo que sobrepasó el 15,9 por ciento en 1983 y un mínimo de alrededor del 8,3 por ciento entre el 88 y el 90. Este valor se incrementó levemente en el primer semestre de 1991 y oscila en torno al 9,5 por ciento.

Los niveles de subempleo se ubicaron en el 12 por ciento durante 1988, siendo más alto para el interior (13,5 por ciento) que para Montevideo (9,6 por ciento). De manera que la población desocupada y subocupada en estos años representó casi el 21 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA).

Existe una marcada diferencia entre la tasa de actividad masculina (77 por ciento) y femenina (42,6 por ciento). Está última se ha casi duplicado entre 1968 y 1988, en tanto la masculina creció sólo en tres puntos.

En 1988 un 39,6 por ciento de la población estaba ocupada, de manera que cada trabajador debía mantener 1,5 personas, de las cuales 1 era inactiva o desocupada y el 0.5 restante era población menor de 14 años. Estas cifras representan uno de los obstáculos fundamentales para la economía de un país, con un sistema de seguridad social fuertemente desarrollado, donde el peso político de la población pasiva es decisivo y cuenta con escasa población joven.

El sector servicios es la rama de actividad que genera más empleo (36,8 por ciento), seguido de la industria (21,1 por ciento) y el comercio (17.1 por ciento). De las demás actividades ninguna supera el 10 por ciento de la PEA. La construcción ocupa un 6,6 por ciento y el transporte y las comunicaciones el 5,8 por ciento. Las actividades primarias como la agricultura y la pesca no alcanzan a ocupar más que el 4,3 por ciento, idéntico porcentaje del que ocupan la banca y las finanzas.

El comportamiento de la demanda de empleo de los sectores es indicativo de dos fenómenos: el sector primario -base de sustentación de la economía- presenta una muy escasa demanda de mano de obra y existe un desarrollado sector de servicios dependientes del Estado con una profunda incidencia social y una importante participación de la industria y el comercio. Ambos hechos son determinantes del vacío rural y del fuerte desarrollo urbano alcanzado.

Ingresos

El crecimiento económico del país ha estado severamente condicionado por las altas tasas de inflación en las últimas décadas.

La inflación anual acumulada en el quinquenio 1979-1983 fue del 46 por ciento, en los cinco años siguientes del 69 por ciento a.a. y en 1989 llegó al 89 por ciento. A partir de 1990 el gobierno implanta una fuerte política para disminuir el déficit fiscal y controlar la inflación, pero ésta persiste aún en niveles altos.

La Encuesta de Hogares demuestra que el 20 por ciento de las familias más pobres de Montevideo reciben el 6,3 por ciento del ingreso, en tanto el 20 por ciento de las de mayores ingresos reciben el 46,3 por ciento. En las capitales del interior del país, estos porcentajes son muy similares.

En 1988 el 21,7 por ciento de los hogares urbanos tenía ingresos mensuales inferiores a US$190 (US$56 por persona y por mes) y de ellos el 9 por ciento un ingreso menor a US$130. Si se toma como índice 100 el salario real promedio del país en 1968, éste ha tenido un descenso a un valor 63 en 1989, con una caída máxima registrada en 1984 (48,1) de la cual se ha ido recuperando hasta 1990. El análisis por sector demuestra que el sector público ha sido el más perjudicado (57,2).

Vivienda

Según el censo de 1985 el número de viviendas en el país era de 988.525, es decir había una vivienda cada 3,1 habitantes promedio. De ellas sólo el 12 por ciento se localizaba en áreas rurales. El 13,1 por ciento del total se encontraban desocupadas. Para el interior, este valor es del 16,7 por ciento y para Montevideo de 8 por ciento, lo que es demostrativo del éxodo que caracteriza a las áreas rurales y a los centros poblados menores.

Las viviendas de características constructivas modestas son el 37,2 por ciento en Montevideo y el 56,7 por ciento en el interior. El déficit de vivienda -considerando las viviendas inadecuadas y el crecimiento poblacional- ha sido estimado en cerca de 100.000 unidades (alrededor del 10 por ciento del total de viviendas ocupadas) de las cuales un 47,6 por ciento corresponderían a las ciudades del interior, un 35,8 por ciento a Montevideo y el restante 16,5 por ciento a las zonas rurales.

El servicio eléctrico sirve al 85.3 por ciento de las viviendas del país: alcanza al 97 por ciento de las viviendas de Montevideo y al 92 por ciento del total urbano del país. Sin embargo, en el área rural donde la vivienda es dispersa y poco numerosa, el servicio llega al 37 por ciento de ellas.

Indice de Necesidades Básicas Insatisfechas (INBI)

Las necesidades básicas insatisfechas son medidas en este caso en base a seis indicadores de carencias de los hogares encuestados:

a) Tipo de vivienda,
b) Hacinamiento,
c) Abastecimiento de agua,
d) Servicio sanitario,
e) Deserción escolar, y
f) Capacidad de subsistencia. Este indicador se basa en el número de miembros sin ingreso por cada miembro receptor y en la capacidad educativa del jefe de familia para crear ingresos.

Los valores más destacados son los siguientes:

i) Uno de cada cinco hogares presenta al menos una necesidad básica insatisfecha (190.000 hogares).

ii) Montevideo registra el menor índice de necesidades insatisfechas (14,6 por ciento), mientras que el guarismo en el área rural aumenta a casi el triple (40,8 por ciento).

iii) Las localidades urbanas mayores e intermedias del interior tienen los porcentajes más bajos de necesidades insatisfechas (23,4 por ciento y 24,8 por ciento respectivamente).

iv) Las necesidades insatisfechas mayores son de infraestructura: vivienda (6 por ciento), hacinamiento (8 por ciento), agua (6 por ciento) y saneamiento (8 por ciento) y las menores son: deserción escolar (1,5 por ciento) y capacidad de subsistencia (3 por ciento).

v) En el área urbana, las carencias críticas son: hacinamiento (10,3 por ciento), abastecimiento de agua (9,0 por ciento) y servicio sanitario (9,0 por ciento). En el área rural las carencias son: servicio sanitario (21,6 por ciento) y vivienda (21,0 por ciento).

vi) El índice de satisfacción está asociado a la cercanía de cada zona con Montevideo.

vii) El INBI está también asociado al desarrollo histórico económico del Uruguay. Las necesidades son mayores en las zonas con predominio histórico de la ganadería o monocultivos extensivos y menor en zonas agrícolas intensivas o con mayor y más temprana participación en la industrialización del país.

viii) Las mayores carencias se dan en los departamentos de Artigas, Cerro Largo, Rivera y Tacuarembó. Los menores corresponden a Montevideo, Canelones, Colonia, Flores, Florida y Soriano.

El Indice de Necesidades Básicas Insatisfechas (INBI) muestra cada departamento con el porcentaje de hogares que presenta al menos una necesidad básica insatisfecha, se indica en el Cuadro II-1.

CUADRO II-1 HOGARES CON NECESIDADES BASICAS INSATISFECHAS (NBI) POR DEPARTAMENTO

DEPARTAMENTO

TOTAL HOGARES PARTICULARES

TOTAL HOGARES CON NBI

PORCENTAJE DE HOGARES CON CARENCIAS CRITICAS EN

ACCESO AL SISTEMA EDUCATIVO

CAPACIDAD DE SUBSISTENCIA

% HOGARES CON NBI

TIPO DE VIVIENDA

HACINA MIENTO

ABASTE CIMIENTO DE AGUA

TIPO DE SERVICIO SANITARIA

ART/Tot. Urbano

12.687

4.736

37,3

10,1

16,7

14,9

13,7

1,8

6,6

CEL/Tot. Urbano

17.244

5.975

34,6

12,1

10,8

14,0

14,7

2,1

5,5

RIV/Tot. Urbano

19.110

6.563

34,3

13,6

12,3

11,8

16,6

2,2

5,3

TAC/Tot. Urbano

15.989

4.921

30,8

7,4

10,6

10,8

13,0

2,4

5,3

DUR/Tot. Urbano

12.089

3.657

30,2

6,5

10,7

12,3

9,9

1,1

5,3

SAL/Tot. Urbano

21.577

6.329

29,3

7,3

13,2

9,1

11,4

1,9

4,9

ROC/Tot. Urbano

18.185

5.040

27,7

5,0

9,1

15,0

8,5

1,2

3,1

RWE/Tot. Urbano

9.856

2.647

26,9

5,6

13,3

4,6

9,0

1,5

5,7

TYT/Tot. Urbano

10.878

2.910

26,8

5,9

7,8

11,5

10,6

1,3

3,0

PAY/Tot. Urbano

23.351

6.119

26,2

7,1

12,1

10,0

7,4

2,2

3,7

SOR/Tot. Urbano

17.076

4.163

24,4

3,7

11,4

7,8

8,7

1,3

3,8

SJO/Tot. Urbano

18.512

4.510

24,4

3,9

8,9

8,0

7,4

2,2

3,7

CAM/Tot. Urbano

86.473

19.847

23,0

2,5

10,1

6,6

7,4

1,1

4,2

FLA/Tot. Urbano

13.736

3.151

22,9

3,3

7,4

11,1

8,3

1,1

2,5

FLO/Tot. Urbano

5.503

1.204

21,9

3,3

8,0

10,2

5,9

1,0

2,6

LAV/Tot. Urbano

14.809

3.144

21,2

5,3

6,7

9,1

7,2

1,4

2,5

COL/Tot. Urbano

27.826

5.137

18,5

2,2

8,1

5,8

5,9

0,7

2,9

MAL/Tot. Urbano

26.284

4.817

18,3

2,1

8,7

5,4

6,0

0,9

2,3

Fuente: Dirección General de Estadísticas y Censos

La comparación a nivel urbano y por departamentos entre el INBI y el porcentaje de población en condiciones de pobreza muestra que en el sur (Montevideo, Colonia, Canelones y Maldonado), ambos índices coinciden. Esto parece confirmar que el sur del país ha sido mejor atendido en sus requerimientos que el norte. Dentro de este último grupo los departamentos de Artigas, Paysandú y Tacuarembó tienen un INBI mayor que el porcentaje de población pobre, probablemente por carencias de servicios de infraestructura. En el resto de los departamentos, a nivel urbano son más los hogares en condiciones de pobreza que tienen, sin embargo, cubiertas sus necesidades básicas.

2.1.5 Agua potable y saneamiento

Agua Potable

Desde 1985 a 1991 se ha incrementado el servicio de agua a la vivienda. De acuerdo a informaciones de OSE, cumplido el plan quinquenal se llegó a servir en 1989 el 99.8 por ciento de la población del departamento de Montevideo y el 74 por ciento del interior. Este esfuerzo de conexión representó un incremento del 36.5 por ciento de la población anteriormente servida. La información sobre el medio rural, donde los servicios de redes son escasos (7.162 viviendas), demuestra que el pozo surgente es el medio más común para abastecerse de agua; 57.909 viviendas están condicionadas en el servicio por la calidad del agua de los acuíferos subterráneos y 25.341 utilizan métodos de almacenamiento de agua en aljibes o utilizan cachimbas (estanques de acumulación), por lo tanto están más expuestos a las enfermedades transmisibles por este medio.

Saneamiento

El problema del saneamiento es más crítico a nivel general: la red pública de alcantarillado cubre sólo el 46 por ciento de las viviendas del país, un 48 por ciento cuenta con fosa séptica o pozo negro y hay un 4 por ciento de las viviendas que carecen de todo tipo de instalación. A nivel urbano el porcentaje de las viviendas conectadas al alcantarillado sube al 52 por ciento. OSE indica que en el cuatrienio 1985-1989 la población con este servicio en el interior se elevó en un 10.9 por ciento, completando 110.700 nuevas conexiones. El problema de los servicios de saneamiento es particularmente grave en las áreas que tienen una urbanización más intensa como es la costa de Canelones (la llamada Ciudad de la Costa), donde no existe ningún servicio de alcantarillado. En Montevideo sólo un 74 por ciento de las viviendas cuentan con conexión a la red de alcantarillado y barrios enteros densamente poblados carecen de este servicio. Otros centros urbanos del país con rápido aumento de población están incorporando el saneamiento en sus áreas centrales, tal el caso de las ciudades del Chuy y Bella Unión. La falta de saneamiento urbano se constituye en uno de los problemas que provocan mayor contaminación ambiental, a lo que se suman las deficiencias, disfuncionalidades y obsolecencias de las redes de alcantarillado existentes, la insuficiencia de las plantas de tratamiento, las deficiencias de los sistemas aislados y el descontrol de los servicios de "barométricas" Camiones-tanque vacían por bombeo los pozos sépticos y descargan luego en ríos o arroyos. Si bien existen iniciativas prontas a concretarse para estudiar globalmente la situación del saneamiento de Montevideo (Plan Director IMM-BID) no sucede lo mismo en relación al interior del país, donde sólo se atienden las situaciones puntuales de mayor urgencia.

2.1.6 Salud

Casi la mitad de la población es atendida por servicios privados fundamentalmente mutualistas de asistencia. El 41 por ciento lo atiende el sector público y el 9,4 por ciento restante sistemas mixtos. Montevideo cuenta con un médico cada 254,7 personas y el interior del país uno cada 1.136 personas. Existen 8.940 camas de internación lo que hace 3 camas cada 1.000 habitantes. La esperanza de vida al nacer es de 68,4 años para el hombre y de 74,8 años para la mujer. Estos índices ubican al país en condiciones similares a Argentina y Chile en Sud América y son algo menores que los de EEUU, donde las expectativas son de 71 y 78 años para hombres y mujeres respectivamente. El índice promedio de esperanza de vida general pasó de 68,9 a 71,6 años en el periodo 1974-1976 a 1984-1986.

Causas de mortalidad

La tasa de mortalidad de menores de 5 años es de 31 por mil. Si bien es mucho menor que varios países de América Latina (Bolivia 172, Honduras 107, El Salvador 84) es superior a la de Chile (26) y muy superior a la de los países desarrollados (Francia 10, Japón 8). El nivel de mortalidad en los primeros años de vida es indicativo de las condiciones sanitarias y socioeconómicas de la población. Es notorio la alta incidencia que tiene la población superior a los 64 años de edad (11 por ciento) y lo reducida que es la base de población menor de 20 años (34,3 por ciento). Ello condiciona fuertemente las causas de muerte (ver Cuadro II-2).

CUADRO II.2 CAUSAS DE MUERTE EN URUGUAY (1987 - En porcentajes)

CAUSA

PORCENTAJE DEL TOTAL DE DEFUNCIONES

ENFERMEDADES DEL APARATO CIRCULATORIO

40,8

TUMORES MALIGNOS

22,3

ACCIDENTES Y EFECTOS DIVERSOS

4,9

INFECCIONES

4,3

AFECCIONES ORIGINADAS EN EL PERIODO PERINATAL Y ANOMALIAS CONGENITAS

2,9

SIGNOS, SINTOMAS Y ESTADOS MORBOSOS MAL DEFINIDOS

6,2

DIABETES MELLITUS

2,2

BRONQUITIS, ENFISEMA Y ASMA

1,4

NEFRITIS, SINDROME NEFROTICO Y NEFROSIS

0,8

SUICIDIO Y LESIONES AUTOINFLIGIDAS

0,9

CIRROSIS Y OTRAS ENFERMEDADES DEL HIGADO

1,0

OTRAS

12,3

TOTAL

100,0

Fuente: DGEC, Anuario Estadístico

Las enfermedades del aparato circulatorio sumadas a las de cáncer son causantes del 63 por ciento de la mortalidad general y las enfermedades infecciosas y parasitarias del 2.2 por ciento. Estos datos explican la preocupación de las autoridades sanitarias del país por la mortalidad causada por el cáncer que fue de 11,7 por ciento en 1943, de 20,3 por ciento en 1960, del 20,7 por ciento en 1970 y 22,2 por ciento en 1985. La mortalidad por el cáncer es un fenómeno preocupante en la medida que el país se encuentra entre los primeros en el mundo por esta causa.

Las Figuras II-1 y II-2 son el resultado de los estudios epidemiológicos sobre el cáncer y demuestran el avance diferente de la enfermedad. Su conocimiento importa en la búsqueda de elementos culturales y ambientales que pueden estar favoreciendo o inhibiendo, según los casos, los diferentes tipos y localización de tumores. El primer Gráfico indica los tipos de cáncer que tienen un fuerte ascenso, fundamentalmente pulmón (20,1 por ciento), mama (37,6 por ciento) y los vinculados al aparato digestivo (colon y próstata) salvo estómago, que es el único caso que tiene un comportamiento decreciente. El cáncer de esófago y páncreas están relativamente estabilizados (ver Figura II-2).

El número de fallecimientos por cáncer varía según la zona geográfica del país. Los departamentos del norte tienen una menor mortalidad por cáncer en hombres y los departamentos de Cerro Largo, Soriano, Colonia y Montevideo son los más afectados por los diversos tipos de tumores, tanto en hombres como mujeres. Si bien el factor edad puede ser un motivo para la alta incidencia del cáncer, es evidente que la cultura alimentaria, tecnologías y hábitos de todo tipo, pueden ser elementos coadyuvantes para la alta incidencia de los tumores. Otra importante causa de muertes son los accidentes provocados por el tráfico vehicular y actividades laborales. Según los datos estadísticos los accidentes laborales parecen relacionarse con la industria de la construcción.

FIGURA II-1. INCIDENCIA DEL CANCER. LOCALIZACIONES CON TENDENCIA ASCENDENTE

FIGURA II-2. INCIDENCIA DEL CANCER. LOCALIZACIONES CON TENDENCIA ESTABILIZADA

Las índices de morbilidad general registran un número importante de enfermedades venéreas (sífilis e infección gonocócica fundamentalmente) y de las gripes o influenza. En 1990 se ha constatado la existencia de 56 casos de SIDA. Esta cifra se considera conservadora, aún cuando el control se ha intensificado en los últimos tiempos.

La hepatitis infecciosa aparece como una enfermedad de alta incidencia permanente y está vinculada a ciertas áreas geográficas: Canelones, Montevideo, San José y Paysandú. Estos datos son reveladores de dificultades vinculadas a la contaminación por saneamiento deficiente y al uso de aguas contaminadas, ya sea en el consumo de la población o en el riego de frutas y hortalizas de consumo fresco.

En relación a otros asuntos de salud, se detecta una fuerte influencia del Echinococcus granulosus (hidatidosis) en la ganadería (ovinos, bovinos y suinos), con efectos importantes sobre la población. El desarrollo de esta enfermedad está relacionada con el ciclo de la tenia y a las carencias de higiene ambiental. La información disponible indica que son operadas anualmente 550 personas y mueren por esta causa 55.

Otra enfermedad fuertemente vinculada al medio rural es el mal de Chagas, transmitida por el Triatoma infestans (vinchuca). Se encuentra fundamentalmente en el norte del país, llegando a aproximadamente 37.000 casos de personas afectadas, lo que representa el 4 por ciento de la población de los 13 departamentos donde incide la enfermedad (MSP, 1988).

Mortalidad infantil

Este indicador es considerado como uno de los más útiles para conocer el estado de la salud pública. La evaluación de los índices de mortalidad infantil debe ser interpretada a la luz de la siguiente subdivisión: mortalidad infantil neonatal (fallecimiento de menores de 28 días) y mortalidad infantil post-neonatal (fallecimiento de mayores de 28 días y hasta un año). Este criterio está basado en el hecho de que la mortalidad ocurrida en los primeros días de vida está más ligada a las condiciones del parto y enfermedades congénitas, mientras que la ocurrida en los meses subsiguientes se relaciona a sus condiciones ambientales.

La mortalidad infantil en el país correspondía en el año 1961 al 48 por mil. Posteriormente se elevaron estos niveles, llegando a su valor máximo de 61,9 por mil en 1968. En los años siguientes se observa un descenso hasta un coeficiente de 23 por mil en el año 1988.

La mortalidad infantil en el Uruguay -comparada con el resto del mundo- es leve y con una clara tendencia a la disminución. Esto significa asistencia materno-infantil acentuada y ampliación de la cobertura de saneamiento básico.

El análisis de los registros del Ministerio de Salud Pública y datos de estadísticas vitales permite sacar las siguientes conclusiones:

a) En 1986 aproximadamente 56,1 por ciento de la mortalidad infantil se produce con algún equilibrio en los períodos neonatal y post-neonatal. Las principales causas fueron: traumatismos ocurridos durante el parto y otras causas relacionadas con trastornos en el feto, anomalías congénitas, causas de mortalidad perinatal y niños prematuros. En el período neonatal la mortalidad se debe a deficiencias en la asistencia materno-infantil y a otros factores imponderables. En el período post-neonatal, la mortalidad está determinada por las infecciones intestinales e insuficiencia respiratoria aguda. La desnutrición -debido a condiciones sociales, económicas y culturales, precarias carencia de saneamiento básico y contaminación ambiental- es la principal causa de fallecimientos.

b) En el período 1980-1986, la mortalidad infantil neonatal por causas intestinales tiene una tendencia a disminuir. Sufrió una baja importante entre 1980 y 1981, aumentó en los años siguientes y disminuyó nuevamente en 1985 y 1986. La mortalidad neonatal por desnutrición se mantuvo constante a lo largo del período.

c) El período 1980-1986 marca una tendencia a la disminución en la mortalidad post-natal. Esto indica una mejora de las condiciones de saneamiento y de atención médica. La mortalidad post-neonatal por desnutrición demuestra una tendencia en alta, mostrando qué factores socioeconómicos están influyendo en el indicador.

d) Los indicadores de mortalidad neonatal y post-neonatal están muy por debajo de la mayoría de los países de América Latina.

e) En los períodos 1970-1974 y 1982-1986, en todo el país se da una acentuada disminución de la mortalidad infantil total de 49,1 por ciento a 28,2 por ciento, correspondiendo a una reducción del 41 por ciento. Entre estos dos períodos, en 8 de los 19 departamentos se dio un porcentaje de reducción de la mortalidad infantil total, igual o superior al 40 por ciento y en 9 departamentos se constató un descenso igual o superior al 25 por ciento.

f) La mortalidad neonatal disminuyó en todo el país.

g) En Flores, Rivera y Treinta y Tres, los datos comparativos entre los quinquenios 1970/1974 y 1982/1986, indican una sustancial reducción de la mortalidad infantil neonatal, inferior o igual al 10 por ciento.

2.1.7 Educación

La Educación Formal

La enseñanza obligatoria abarca los seis grados del nivel primario y tres años del nivel secundario. En 1985 el 94,3 por ciento de la población estaba alfabetizada.

La población de escuelas públicas en 1989 era de 350.415 alumnos, con una matrícula en descenso (20 años antes era de 388.047). Una tercera parte de estos alumnos corresponde a escuelas del interior urbano y rural. El sub-sistema de enseñanza primaria estatal cuenta con 9.589 maestros en el área urbana y 805 maestros rurales. La población escolar del sistema privado -con incidencia creciente- agrega a estos guarismos un 40 por ciento más de alumnos.

La población de estudiantes secundarios en escuelas públicas fue, en 1989, de 160.962 alumnos, con un fuerte descenso respecto a 1987 con 188.784. La enseñanza técnica tiene 56.084 alumnos y registra un aumento en la matrícula. En conjunto, ambos sub-sistemas de enseñanza tienen 15.400 docentes. El 80 por ciento de los profesores que trabajan en la órbita de enseñanza secundaria no son titulados, hecho que se agrava en el caso de la enseñanza técnica.

La formación de docentes para enseñanza primaria cuenta con un instituto por departamento que en 1989 tenía 2.361 estudiantes, la mitad de los que se registraron en 1985. Los profesores de enseñanza secundaria se forman en el Instituto de Profesores Artigas, ubicado en Montevideo, donde existen 18 especializaciones y 1807 alumnos. Se establecerán otros cuatro centros regionales en los departamentos de Lavalleja, Rivera, Soriano y Paysandú. Mucho menor es la formación de docentes para la Universidad del Trabajo, que cuenta con 183 alumnos en Montevideo y 10 en el departamento de Salto.

El sistema educativo básico en el país, responde históricamente a una concepción descentralizada. El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) establece líneas de acción muy generales para todo el Sistema. El diseño sustantivo de las políticas, el trabajo técnico, los contenidos curriculares, los mecanismos de supervisión, gestión y elaboración de presupuestos, está fuera de la órbita del Ministerio. Dos organismos autónomos de carácter descentralizado se distribuyen las competencias de la enseñanza pública: la Administración Nacional de la Enseñanza Pública (ANEP), bajo la conducción del Consejo Directivo Central (CODICEN), para los niveles primario, secundario, educación técnica y la formación de maestros y profesores, y la Universidad de la República para la enseñanza de nivel terciario, administrada por el Consejo Central Universitario. La educación privada es coordinada en la órbita del MEC y existen los mismos tres niveles que en la enseñanza pública.

La estructura actual del sistema de educación pública se presenta en la Figura II-3. Al CODICEN le compete: centralizar la dirección de los niveles primario, secundario, técnico y de formación docente, definir las políticas globales para el sector, elaborar el presupuesto y aprobar, en última instancia, las reformas curriculares.

Debajo de esta estructura centralizada existen tres consejos desconcentrados que tienen competencia sobre la enseñanza primaria, secundaria y técnica, en tanto que los institutos de formación docente dependen directamente del CODICEN.

El nivel universitario está constituido por la Universidad de la República, con 140 años de existencia, y la Universidad Católica Dámaso Antonio Larrañaga, de reciente formación. La Universidad de la República es autónoma y dirigida por un cogobierno de docentes, estudiantes y egresados. Está estructurada en 12 facultades, 10 escuelas y 2 institutos, totalizando 24 unidades académicas. Las facultades son: Derecho, Ciencias Económicas, Medicina, Ingeniería, Humanidades y Ciencias de la Educación, Química, Agronomía, Veterinaria, Odontología, Arquitectura, Ciencias Sociales, Ciencias Exactas y Naturales; y los institutos de Ciencias de la Comunicación y de Psicología (asimilados a Facultades); y las escuelas de: Enfermería, Servicio Social, Bibliotecología, Tecnología Médica, Administración, Nutrición y Dietética, Música, Parteras, Auxiliar Odontológico y Bellas Artes.

Los estudiantes de la Universidad de la República eran en el año 1988 61.450, valor que cuadruplica la población estudiantil de 1960. El 85 por ciento de los mismos corresponde a facultades (52.428 alumnos) y el 15 por ciento (9.000 alumnos) a escuelas universitarias. La explosión demográfica registró sus mayores incrementos a partir de 1974. En términos relativos, este aumento se vincula más al incremento de las escuelas universitarias (589 por ciento) que a las facultades (380 por ciento). La distribución de estudiantes por áreas de estudio muestra que disminuye el peso relativo de las ciencias agrarias y de las ciencias médicas, aumentando en cambio el peso de las ciencias médicas auxiliares. La química ha mantenido su peso y ha aumentado en las disciplinas afínes a la ingeniería. En el área contable-administrativa, hubo un incremento en las carreras ofrecidas por la Escuela de Administración mientras que la propia Facultad de Ciencias Económicas mantuvo su peso relativo. La Facultad de Derecho decreció su participación en un 16 por ciento mientras que las ciencias sociales en su conjunto, se estima que representan actualmente el 8,2 por ciento del total.

FIGURA II-3. ORGANIZACION ADMINISTRATIVA DEL SISTEMA EDUCATIVO DEPENDIENTE DEL CODICEN

La información disponible permite afirmar que el ingreso escolar absoluto de 1988 es casi el mismo que el de tres décadas atrás, el secundario y técnico respectivamente se duplican y el universitario se cuadruplica. A partir de un ingreso escolar estacionario, el flujo vertical desde el nivel primario a los siguientes se incrementa: en 1988 la mitad de los estudiantes de primaria alcanzan el nivel secundario y a su vez la tercera parte de estos alcanzan el nivel universitario. En 1960, menos de la vigésima parte de los niños ingresados a primaria alcanzaban nivel universitario. Ambos fenómenos pueden ser sólo aparentes y responder a la privatización de la enseñanza.

En cuanto a su procedencia geográfica se observa que los estudiantes universitarios de origen rural descendieron en cifras absolutas de 7 por ciento a menos de 2 por ciento, descendiendo en un 75 por ciento. La procedencia social es la siguiente: 44,5, 34,4 y 17,7 por ciento son de estratos altos, medios y bajos, respectivamente.

Desde la enseñanza primaria hasta la universitaria, no existe una política explícita y estructurada para la consideración de la dimensión ambiental. En esta materia hay una gran heterogeneidad de situaciones, que van desde el abordaje sistemático hasta la ausencia total de consideración de la temática ambiental. El tratamiento de las cuestiones ambientales está desarticulado entre sus diferentes niveles, a pesar de los esfuerzos de coordinar la enseñanza primaria y la secundaria que se están llevando a cabo. No se constata todavía el efecto de arrastre de un subsistema sobre el siguiente, que dé fortaleza y persistencia al estudio de estos temas.

La Educación No Formal y los Medios de Comunicación

La educación no formal descansa en el rol de la familia y los mecanismos que la sociedad dispone para interactuar y comunicarse, pero el gran impacto actual está dado por los medios de comunicación de masas.

Formas alternativas de comunicación tales como vídeos o redes de microcomputación se suman a los medios tradicionales como diarios, revistas, radio, cine y televisión. La nueva forma de comunicarse es más flexible, llega a más gente y más fácilmente, produciendo una verdadera explosión de flujos informativos con una concepción de la información como espectáculo. El fenómeno de las redes y su multiplicación se ha generalizado en los sectores altos y medios de la sociedad con la aparición del microcomputador, lo cual ha permitido conectar y articular intereses entre individuos, grupos especializados, organismos nacionales e internacionales, empresas y organismos no gubernamentales. Así, por ejemplo, la red internacional GEONET articula a instituciones ecologistas y de desarrollo social, o la red ILET conecta por microcomputador a instituciones no gubernamentales para el desarrollo.

La prensa escrita tiene un rol cada vez menos importante. En 1990 se editaban 33 diarios: 9 capitalinos -dos de los cuales cerraron en 1991- y 24 en el interior. La prensa semanal está integrada por 13 semanarios publicados en Montevideo- la mayoría con bajo tiraje- y 53 en el interior. Se identifican, además, alrededor de 70 publicaciones, algunas revistas y en general publicaciones eventuales de menor frecuencia. La penetración de la radio y la televisión por el contrario es cada vez mayor. Existen 160 unidades de información: 87 radioemisoras AM, 63 radioemisoras FM y 10 radioemisoras de onda corta. Las estaciones de televisión en todo el país llegan a 35, de las cuales 14 son estaciones del Servicio Oficial de Difusión Radioeléctrica (SODRE). Operan en el país 16 agencias internacionales de noticias y un total de 11 servicios informativos.

En 1990 se editaban 87 publicaciones de muy diversa importancia, realizadas por instituciones no gubernamentales de contenido social o político (centros de investigación, partidos políticos, organizaciones gremiales, cámaras empresariales, etc.). Once de ellas contenían informaciones y artículos de opinión sobre materias ambientales, protección y defensa del consumidor, protección de derechos ambientales, recursos naturales, educación no formal y promoción educativa sobre dichos temas. De las trece publicaciones de organismos estatales, una de ellas editada por el MGAP desarrolla asuntos vinculados a los recursos naturales agropecuarios.

Los medios de comunicación han jugado un papel fundamental en la consideración y en el enfoque que se le ha dado en el país a la cuestión ambiental. Si bien los grandes temas-problemas han surgido de una conciencia pública de la degradación del medio natural (contaminación de playas y cuerpos hídricos, erosión y pérdida de productividad de suelos), han sido los medios los que apoyaron la difusión de los mismos.

2.1.8 Organizaciones no gubernamentales

Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han tenido una permanente presencia en el país, especialmente a partir de las décadas de los 70 y 80. Sus actividades son en general de interés social y tienen que ver con asuntos prioritarios del desarrollo y de la calidad de vida de la población. Intentan conjugar eficiencia operativa, con nivel académico y difusión pública de su actividad. Las fuentes de financiamiento de las ONG proceden mayoritariamente de su propio aporte, de la venta de servicios, de la cooperación internacional. Ocasionalmente realizan actividades para el Estado. En 1988 existían en el país aproximadamente un centenar de ONG's manteniéndose una mínima tendencia al crecimiento.

Su espectro de acción abarca en términos generales las áreas siguientes: investigación en ciencias sociales, promoción social, estudios y acciones sobre la condición de la mujer, prevención y protección de salud pública, derechos humanos, cooperativismo, trabajo con la juventud, apoyo a grupos de producción o servicios cooperativos, educación, comunicación, y defensa de la calidad de vida y medio ambiente.

Las actividades de las ONG's ambientalistas no son homogéneas. Existen diferencias vinculadas a la temática y su capacidad técnico-financiera. La gama va desde organizaciones de divulgación y de denuncia, a las que desarrollan espacios autónomos e independientes, las de prensa y las que tienen una fuerte interrelación con la acción del Estado. En algunos casos existe una falta de límites entre la acción política y la de las ONG's. El surgimiento de las ONG's vinculadas con el medio ambiente ha sido más bien tardío en relación a las otras esferas de acción social. Existen 30 ONG's ambientalistas bien constituidas pero se detecta un número muy superior con funcionamiento irregular o no formalizado. Se localizan tanto en Montevideo como en el interior del país.

Todas las ONG's vinculadas al ambiente comparten una preocupación general que se centra en el respeto a la naturaleza y la defensa de la conservación de los medios de vida. Posteriormente, algunas orientan su acción a la educación ambiental, a la defensa de la fauna nativa, de las especies, hábitat y ecosistemas. Hay ONG's que centran la atención en los puntos de contaminación de cuerpos hídricos y otras tienen como preocupación central la conservación de valores estéticos, paisajísticos o del patrimonio cultural. Otro tipo de organizaciones ambientales surgen de las relaciones internacionales con el objeto de atender los temas de tráfico ilegal de especies o de contaminación transfronteriza de interés regional o mundial. Con la misma preocupación se identifica la aparición de redes de intercomunicación ambiental vinculando ONG's nacionales.

Algunas ONG's no específicamente ambientalistas, vinculadas a temáticas del desarrollo económico y social, han incorporado a su actividad proyectos de investigación sobre medio ambiente. Las ONG ambientalistas son, salvo excepciones, organizaciones financieramente débiles, lo que limita sus áreas de actuación. No obstante han cumplido y cumplen roles importantes en la difusión de problemas, necesidad de control de la degradación del medio natural y la educación ambiental. Son pocas las que tienen capacidad de investigación, estudio y gestión. La evolución del movimiento ambientalista organizado del país ha llegado a conformar una Red de Organizaciones Ambientalistas de segundo grado que aglutina la mayoría de ellas. Existen intentos que tienen como fin lograr posiciones comunes frente a determinadas cuestiones de interés general.

2.2 Actividades productivas

2.2.1 Producción global
2.2.2 Agricultura y ganadería
2.2.3 Industria
2.2.4 Energía
2.2.5 Transporte
2.2.6 Turismo

Las actividades de los asentamientos humanos definieron el estado actual del medio natural y los principales comportamientos respecto a la calidad y productividad de los recursos naturales y el ambiente. A continuación se hace una relación de los indicadores básicos de la producción y su importancia para el desarrollo económico-social, vinculándolo con la base de sustentación natural sobre la que inciden.

2.2.1 Producción global

El Producto Bruto Interno (PBI) del país fue en 1989 de N$ 29.557 millones a precios de 1978 (equivalente a N$ 8420 millones). Su valor es casi igual al de 1980 (N$ 29.600 millones), habiendo caído bruscamente en 1982-1983, durante la crisis financiera internacional, recuperándose gradualmente luego. En la estructura del PBI (Ver Cuadro 11.3), sobresalen el sector industrial, con el 22,2 por ciento de participación -en leve descenso-, el comercio y los servicios, que en conjunto sobrepasan el 42,5 por ciento del total. El sector financiero es el que ha tenido un crecimiento más sostenido (3,6 por ciento en 1979 a 9,1 por ciento en 1989). Estos datos son coherentes con la alta concentración urbana y la fuerza tradicional de los servicios portuarios, del comercio y las finanzas.

CUADRO II-3 EVOLUCION DEL PBI POR PRINCIPALES SECTORES ECONOMICOS


1974 %

1981 %

1989 %

Agropecuario y Pesca

16,4

9,4

10,8

Industria Manufacturera y Construcción

27,3

28,4

25,4*

Servicios

41,8

40,4

42,5

(Banca)

(3,6)

(5,3)

(9,1)

Otros

14,5

21,8

21,3

* De ese total 22,2% corresponde al sector industrial

A pesar del escaso peso del sector agropecuario en el PBI, la producción agropecuaria primaria, por su relación vertical con la industria y su peso en la balanza comercial, se constituye en el eje de la economía nacional. El país ha sido tradicional exportador de productos vinculados a la producción ganadera: carne, lana y cueros. La industrialización de los productos exportados es cada vez mayor. Por ejemplo, de la lana exportada en 1982 el 51 por ciento era sucia, el 11 por ciento lavada y el 38 por ciento tops, en 1987 estos porcentajes variaron al 30,15 y 55 por ciento, respectivamente. En cuanto a productos cárnicos, en 1982 sobre 160.780 toneladas exportadas 5.306 toneladas eran en conserva, en 1987, sobre 86.978 toneladas exportadas 10.967 toneladas eran en conserva.

Una de las limitaciones que presenta el país es su baja tasa de inversión, la que en 1989 se ubicaba en torno del 10,8 por ciento del PBI, del cual el 63,2 por ciento se orienta a la construcción y un 35,2 por ciento a maquinaria y equipo.

Otros rubros importantes de exportación son el arroz, la cebada malteada y la pesca. La mayor importación corresponde al petróleo, cuyo consumo se fue amortiguando hasta 1988. La sequía de 1988-1989 motivó un nuevo incremento en las importaciones para generación termoeléctrica.

La balanza comercial, después de experimentar altos saldos negativos al iniciarse la década (US$ 513 millones en el bienio 1981-1982), se recuperó considerablemente después, habiendo alcanzado saldos positivos de US$ 396 y US$ 291 millones en 1989 y 1990, respectivamente. La deuda externa del país era de US$ 8.720 millones en 1990. El servicio de la deuda llegó al 45 por ciento de las exportaciones en 1988.

2.2.2 Agricultura y ganadería

La producción agropecuaria muestra estancamiento en la década de los setenta y cierto aumento en la de los ochenta, siendo el comportamiento de los componentes agrícola y ganadero muy similar, aunque con leve tendencia a un crecimiento mayor en valor del subsector pecuario. En 1989 el total de la producción agropecuaria estaba formado en un 35,5 por ciento por la producción agrícola y el 64,5 por ciento restante por la ganadería. En el producto pecuario, a su vez, se muestra el peso fundamental que tiene el ganado vacuno (35,5 por ciento), la lana (25,8 por ciento) y los productos lácteos (23,2 por ciento), la avicultura y la apicultura significan apenas un 6,8 por ciento.

En relación a la ganadería, la carga animal por hectárea llegó a niveles récord en los primeros años de la década del 80, luego cayó a niveles mínimos en 1984 y ha tendido a recuperarse desde ese año hasta la sequía de 1988. Estas oscilaciones involucran sólo a los vacunos, ya que el número de ovinos se ha incrementado permanentemente. La relación lanar-vacuno en unidades ganaderas (UG) alcanzó un máximo histórico de 3,29 en 1990.

La mayor producción ovina, alentada por los precios internacionales de la lana, aumenta el riesgo erosivo de las zonas ganaderas, ya que los ovinos bajo condiciones de pastoreo no controlado, tienden a arrancar la cobertura vegetal. La presión ganadera sobre los campos y pasturas puede agudizar el fenómeno de sobrepastoreo en un período crítico para la conservación de los recursos, como fue el de la sequía que afectó el noreste y centro del país entre 1988 y 1989. Este fenómeno natural afectó asimismo la dotación animal anteriormente mencionada, disminuyendo fundamentalmente el stock bovino.

El crecimiento del sector agrícola en la última década, se debe fundamentalmente al incremento de su volumen físico generado por una mayor productividad, especialmente de los cereales (ver Cuadro II-4). Este aumento se relaciona, en el caso de la actividad cerealera tradicional del litoral, con prácticas tecnológicas que han derivado en la conservación de la productividad de los suelos.

Los cambios en las tecnologías de la producción de cereales en el litoral han sido alentados por la política de liberalización en la comercialización de granos, el mejoramiento de los precios internacionales y la valorización de la producción ganadera de carne y lana que se verifica hasta 1989. Existe también un efecto de mayores rendimientos debido a la incorporación de insumos químicos (fertilizantes y agrotóxicos).

CUADRO II-4. EVOLUCION DE LA PRODUCCION AGRICOLA (En Hectáreas)

AÑO

TRIGO

CEBADA

LINO

AVENA

SORGO

GIRASOL

SOJA

MAIZ

ARROZ

1960/61

520.498

31.868

124.828

79.934

s/d

143.840

s/d

284.480

17.790

1961/62

435.912

28.920

144.175

86.260

s/d

136.650

s/d

267.270

17.788

1962/63

400.480

23.220

159.695

80.650

s/d

141.070

s/d

236.200

20.986

1963/64

353.950

32.250

131.565

85.300

s/d

120.840

s/d

167.200

20.557

1964/65

527.100

24.660

112.880

81.400

32.331

109.780

3.398

191.500

27.529

1965/66

546.570

14.908

68.564

102.263

37.104

161.524

599

230.513

30.499

1966/67

379.500

32.750

66.100

91.730

31.780

164.050

1.039

226.000

33.976

1967/68

222.060

24.510

51.250

54.150

38.110

108.970

837

161.700

30.747

1968/69

535.200

33.780

81.680

89.200

40.650

90.750

s/d

175.800

34.340

1969/70

450.460

30.293

144.348

66.596

31.617

123.697

366

227.048

35.691

1970/71

336.700

35.600

91.550

82.950

54.000

71.500

s/d

180.200

31.408

1971/72

339.600

48.060

73.620

69.050

42.180

102.950

s/d

181.000

31.146

1972/73

185.000

28.600

47.880

65.100

112.775

108.660

s/d

225.800

34.540

1973/74

303.908

32.826

46.351

78.141

111.144

113.297

5.284

201.306

42.660

1974/75

456.655

32.758

71.218

61.349

59.264

104.132

13.500

153.362

46.923

1975/76

462.943

48.798

102.512

83.747

58.584

136.052

8.000

176.659

52.327

1976/77

543.482

39.990

73.879

57.721

106.687

102.342

10.000

158.536

56.840

1977/78

321.428

49.925

87.964

30.446

94.520

142.026

22.000

178.143

58.380

1978/79

219.143

57.010

69.063

34.406

43.589

129.927

50.849

131.097

68.010

1979/80

319.510

44.748

71.993

65.018

41.762

69.294

40.418

144.649

54.569

1980/81

227.346

37.470

36.658

36.879

73.762

58.951

34.000

146.202

62.250

1981/82

295.850

63.539

18.215

25.289

56.518

71.914

20.800

94.948

69.450

1982/83

240.206

26.264

7.359

35.834

55.856

43.757

9.176

93.094

70.155

1983/84

255.652

51.759

13.912

53.514

48.053

71.28

9.205

85.996

78.770

1984/85

228.764

67.753

13.167

49.501

72.881

54.768

14.810

97.878

86.460

1985/86

216.262

65.949

10.620

32.976

40.061

77.385

20.090

76.262

84.729

1986/87

187.788

50.772

8.491

42.095

30.623

67.074

36.500

87.510

79.400

1987/88

169.320

61.900

3.617

57.881

44.783

46.967

50.000/3

74.328

80.844

1988/89

177.550

84.400

1.636

51.630

38.112

66.087

60.004/

76.340

95.200

1989/90

227.810

40.644

1.770

69.320

26.182

58.692

-

60.677

-

2.2.3 Industria

La tendencia en el comportamiento del producto industrial bruto demuestra en cifras globales un estancamiento en la última década (ver Cuadro II-5). Ha disminuido el número total de obreros y empleados de 167.602 en 1978 a 130.816 en 1987 lo que, para aproximadamente el mismo PBI industrial implicó en una mayor productividad de la mano de obra.

A partir de 1983, año de la mayor caída del volumen físico del producto industrial en los últimos años, el comportamiento por rama de actividad indica dinamismo en sectores vinculados a la minería no metálica y los productos metálicos, ambos de escaso peso en el PBI. Por otro lado, recupera actividad la rama de mayor aporte al PBI que es la de alimentos: carne, leche y derivados de la producción agrícola.

CUADRO II-5 PBI DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA EN MILLONES DE N$ DE 1978

AÑO

P.B.I

1978

6.363

1979

6.815

1980

6.980

1981

6.662

1982

5.536

1983

5.148

1984

5.292

1985

5.207

1986

5.837

1987

6.561

El parque industrial contaba de acuerdo con el censo de 1989 con 25.042 industrias, la mayoría pequeñas. El 86,2 por ciento tiene menos de 10 personas ocupadas. Su distribución geográfica es irregular, con una fuerte concentración en Montevideo y el área metropolitana de Canelones y San José. Otros centros industriales importantes son las ciudades de Paysandú y Salto y el departamento de Colonia.

Este conjunto de industrias son fuentes de producción de diferentes residuos contaminantes sobre el ambiente: orgánicos (expresados en Demanda Biológica de Oxígeno, DBO, por ser los cuerpos de agua sus receptores principales), material en forma de polvo emitido a la atmósfera y sustancias químicas tóxicas descargadas a los recursos hídricos, al suelo o al aire.

Contaminación Orgánica de Origen Industrial

Al tener la industria alimenticia y textil la mayor dispersión geográfica se detectan cargas importantes de DBO sobre los cuerpos de agua en las siguientes cuencas hídricas: las de los arroyos del área de Montevideo y Canelones (Arroyos Pantanoso, Miguelete, Carrasco y Pando) con promedios de 787.000 kilogramos por día de DBO, los de Canelones (Colorado y Las Piedras) con 76.000 kilogramos por día de DBO y los arroyos y el área costera del Río Uruguay vecina a la ciudad de Paysandú con 56.000 kilogramos día de DBO. A un menor nivel, pero con cargas de DBO importantes provenientes de la industria, están los cursos de agua vecinos a las ciudades de Salto, Maldonado y San Carlos, Florida, Mercedes, Colonia, Juan Lacaze y Tacuarembó.

Contaminación Tóxica de Origen Industrial

Las industrias con mayor potencial de contaminación hídrica por químicos tóxicos son las curtiembres, galvanoplásticas, químicas, textiles (con tintorerías), de papel y celulosa.

La gran mayoría de ellas se encuentran en Montevideo y sus alrededores, algunos casos aislados están en el interior del país. La contaminación industrial por químicos tóxicos es entonces un problema de índole urbano y está concentrado en el área metropolitana. Su impacto sobre la salud de la población, cuando se alcanzan niveles peligrosos, puede ser muy serio, dado que afecta las áreas con mayor densidad demográfica del país.

CUADRO II-6. DISTRIBUCION DE INDUSTRIAS POTENCIALMENTE TOXICAS (por departamentos)

TIPO DE INDUSTRIA

NUMERO TOTAL

NUMERO POR DEPARTAMENTO

MVDEO

CANELONES

COLONIA

OTROS

Curtiembre

58

43

7

4

4

Galvanoplástica

8

8

0

0

0

Química

31

21

5

2

3

Textil c/tinturas

24

20

2

2

0

Fuente: Banco de Datos de la DINAMA-MVOTMA.

Curtiembres. La mayoría de estas industrias se localizan en Montevideo, concentrándose en las cuencas del Arroyo Pantanoso (30 por ciento del total nacional) y del Arroyo Carrasco. Casi todas ellas curten cueros al cromo, produciendo gran cantidad de residuos tóxicos (sulfuro de cromo) y otros contaminantes convencionales. La capacidad instalada es aproximadamente, de 14.500 cueros vacunos y 28.000 cueros lanares por día.

La mayoría de las curtiembres poseen un tratamiento simplificado de sus efluentes, que consiste en combinar los desagües de las líneas de ribera (alcalinas, con sulfuros) con las de curtido (con cromo, ácidas), en tanques de homogeneización. En ellos ocurre una neutralización parcial, resultando un PH de 8.5 a 9, con la consiguiente precipitación del hidróxido de cromo junto con otros materiales en suspensión. Con tanques bien dimensionados y una manutención apropiada (retirada periódica de los barros para mantener una capacidad mínima para líquidos), podría conseguirse una remoción elevada del cromo. Esto, sin embargo, no ocurre, siendo común su liberación excesiva a los cuerpos de agua. Unas pocas curtiembres hacen un tratamiento adicional para la eliminación de los sulfuros, sea por aeración mecánica o por medio de lagunas. Apenas tres establecimientos efectúan la precipitación del cromo por adición de cal, como tratamiento específico. Dos de las curtiembres ya poseen plantas completas, con reciclado total del cromo, una en Montevideo y otra en Paysandú. La División de Saneamiento Ambiental posee pocos y datos sobre la concentración de cromo en los desagües de las curtiembres. A partir de estos valores, y conociendo el caudal de los desagües, se estimaron, según el método de cálculo, entre 1500 y 2500 kilogramos por día las cargas de cromo generadas por las curtiembres en todo el país.

Galvanoplástica. Las empresas más importantes dedicadas a la galvanoplástica son siete, todas ellas localizadas en Montevideo. Esta industria constituye una fuente importante de introducción de metales pesados en los cursos de agua. El caudal de sus desagües es pequeño, del orden de 10 a 20 metros cúbicos por día, salvo una que es de 200 metros cúbicos por día, que incluye el desagüe de galvanoplástica y otros de mayor volumen provenientes de otras líneas de trabajo. Esta es, aparentemente, la única industria que posee una planta de tratamiento, que consiste en homogeneización y decantación, con baja eficiencia para remover metales pesados. Las concentraciones típicas de metales pesados en los efluentes de las líneas galvanoplásticas son del orden de miligramos por litro. La carga de metales pesados liberados se estima en menos de algunas centenas de gramo por día, para cada uno de los metales (cobre, zinc, cromo y níquel). La liberación de cadmio es todavía menor, porque es poco utilizado.

Industrias químicas. La mayor parte de la industria química es de formulación y de fraccionamiento. De todas las plantas químicas registradas interesan aquellas que pueden presentar un mayor riesgo a la población por la liberación de sustancias tóxicas. Hay unas pocas industrias de grandes dimensiones que tienen líneas productivas: destilería de petróleo, fábricas de cemento, de fertilizantes, de soda cáustica y cloro, en tanto las otras son de menor porte, como fábricas de pintura, de productos de limpieza y de resinas.

Los problemas de contaminación detectados son los siguientes:

a) Producción de metales pesados y elementos orgánicos tóxicos, con niveles insuficientes de tratamiento.

b) Barros con contenidos tóxicos de destino final impreciso.

c) Falta de control en los tratamientos industriales en relación al manejo completo de los residuos tóxicos.

d) Incertidumbre sobre el destino de envases contaminados con elementos tóxicos.

e) Eliminación de tóxicos en alcantarillado urbano, particularmente de plomo proveniente de plantas de pintura en cantidades relativamente pequeñas que pueden ser absorbidos en el volumen del saneamiento urbano antes de alcanzar las aguas superficiales.

f) Lavado de humos de fundiciones de plomo, con dispersión aérea contaminante y contaminación de cursos de agua.

g) Contaminación ambiental importante por mercurio y cloro proveniente de plantas de cloro y soda, con incidencia en cursos de agua, aire y suelos. El tema afecta particularmente el área de la desembocadura del Río Santa Lucía.

h) En la misma zona, una fábrica de fertilizantes libera al aire fluoruros gaseosos y aerosoles en concentraciones altas.

i) Contaminación ambiental por las plantas de papel y celulosa en términos de DBO y Demanda Química de Oxígeno (DQO) y sólidos en suspensión con gran cantidad de fenoles y otros componentes orgánicos de incidencia poco conocida.

Existe preocupación manifiesta en la industria por algunos de estos problemas y de hecho varias plantas tienen diseñadas mejoras en sus plantas de tratamiento. Más allá de eso, la contaminación actual es mal conocida y los efluentes no son correctamente controlados ni monitoreados en sus efectos ambientales.

En resumen, del total de industrias analizadas, el mayor potencial de introducción de químicos tóxicos en arroyos y ríos lo tienen las curtiembres, (1,5 a 2,5 toneladas de cromo por día). La densa localización de estas industrias en el Arroyo Pantanoso y el Arroyo Carrasco, empeora la situación, porque el caudal de agua disponible para dilución en estos cursos de agua es pequeño. La cantidad real de cromo lanzada es difícil de conocer, porque depende de las características de los tanques de homogeneización y de la remoción oportuna de los barros acumulados en el tanque de sedimentación.

La retirada de los lodos representa otro problema serio. En el tratamiento de efluentes líquidos, generalmente se hace un cambio de fase, pasando los contaminantes para los sólidos, que luego decantan. Se evita así la contaminación por los desagües industriales, pero se transfiere el problema a los lodos, cuyo tratamiento (manipuleo, procesamiento y destino final) es incierto.

Residuos Sólidos Industriales

La cantidad, composición y destino final de los residuos sólidos generados por la industria es absolutamente desconocida, siendo cada industria la que decide qué hacer con ellos. Dependiendo de sus características físicas y volumen, ellos pueden ser colocados en el terreno de la propia industria, ser entregados a la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) como basura, o retirados por camiones, en cuyo caso el propio transportador decide donde descargarlos (generalmente en terrenos baldíos o a orillas de arroyos y ríos). Cuando se trata de residuos peligrosos (tóxicos o corrosivos), sus efectos en el medio ambiente -eventualmente en los seres humanos- acaban siendo descubiertos mucho tiempo después.

Emisiones Atmosféricas de la Industria

La emisión de químicos tóxicos a la atmósfera se conocida pero no sistemáticamente cuantificada. El control de la calidad del aire está a cargo de las intendencias, las que excepcionalmente poseen las condiciones técnicas para efectuar las mediciones requeridas y fiscalizar las fuentes de polución. En el caso particular de la IMM, el Laboratorio de Higiene ha realizado algunas mediciones de calidad del aire (si bien no siempre con las metodologías más apropiadas a cada caso, por falta de recursos técnicos). En general, se ha medido polvo sedimentable y SO2 (dióxido de azufre). No se midieron, en cambio, otras sustancias en áreas próximas a industrias que puedan liberarlas (fundiciones de plomo, por ejemplo). Las intendencias del interior no tienen condiciones para efectuar este tipo de monitoreo.

Tres son las industrias con mayor poder de contaminación atmosférica por químicos tóxicos, (incluyendo emisión de gases, aerosoles y material en particulas), la refinería de ANCAP, las usinas termoeléctricas y una planta de cemento portland. Las tres se localizan en Montevideo.

Refinería de ANCAP. La refinería de petróleo de ANCAP, localizada en la bahía de Montevideo, es una fuente continua de contaminación del aire, básicamente por SO2, producido en la desulfurización del petróleo y por hidrocarburos en general. Estos últimos son una mezcla indefinida de hidrocarburos alifáticos y aromáticos de diferentes pesos moleculares. Ellos no representan aún un problema agudo de salud para la población porque se diluyen rápidamente, especialmente por la buena dispersión atmosférica que generalmente impera en Montevideo.

La producción de derivados de petróleo de la refinería está en función de la demanda. Hasta 1980, existía una mayor demanda de fuel oíl para generación de energía eléctrica y para industrias. A partir de la entrada en operación de la presa de Salto Grande, hubo una sensible reducción de consumo, especialmente para la generación de electricidad. Las industrias sustituyeron parte de su combustible líquido por electricidad y por leña. Consecuentemente, la producción de la destilería cayó entre 1980 y 1986 y su estructura de producción también se alteró, aumentando la participación de otros combustibles, como diesel, gas oíl, gasolinas y naftas. Se verifican, por tanto, dos situaciones extremas en el volúmen de petróleo procesado. La primera corresponde a un año hidrológico típico, con generación normal de hidroelectricidad y la segunda, en condiciones de extrema sequía, cuyo límite pueda estar representado por la posición anterior al inicio de operación de Salto Grande.

El método por el cual se estimaron las emisiones gaseosas de la destilería, partió los niveles de producción (en kilotoneladas equivalentes de petróleo) de los años 1980 (producción alta) y 1986 (producción baja) a los que se les aplicó los índices de emisión por tipo de contaminantes que maneja la Organización Mundial de la Salud (ver Cuadro II-7).

CUADRO II-7. CONTAMINANTES ATMOSFERICOS GENERADOS POR LA DESTILERIA DE ANCAP

CONTAMINANTE

CARGA LIBERADA (t/año)

PRODUCCION ALTA

PRODUCCION BAJA

DIOXIDO DE AZUFRE

366

207

HIDROCARBUROS

4.570

2.588

Fuente: EPA/OMS. Elaborado por el EAN.

Los valores de dióxido de azufre (SO2) son poco significativos. Los de hidrocarburos, en cambio son equivalentes a los de toda la flota de vehículos a nafta del país (que es del orden de las 3.000 toneladas por año), pero liberados en un único punto.

Usinas Termoeléctricas. Dado que la usina hidroeléctrica de Salto Grande está atendiendo la demanda energética del país desde 1980, las usinas termoeléctricas de Montevideo son utilizadas apenas para complementar la oferta hidroeléctrica, especialmente en tiempo de sequía. Su poder contaminante está en función de la energía generada. Esto tuvo una disminución drástica a partir de 1980. El valor mínimo se alcanza en 1986 (3.5 por ciento en la energía total generada), subiendo en años subsiguientes. En 1988, a raíz de la sequía, se utilizaron 397.400 metros cúbicos de fuel oil, valor semejante al uso anterior al funcionamiento de Salto Grande. Para cuantificar la emisión atmosférica de contaminantes tóxicos se usaron las dos condiciones extremas: una de combustión de 400.000 toneladas anuales (demanda alta) y otra de 30.000 toneladas (demanda baja). El fuel-oil tiene una concentración media de azufre de 3 por ciento, también en este caso se usaron para el cálculo de productos contaminantes los factores de emisión recomendados por la Organización Mundial de la Salud (ver Cuadro II-8).

CUADRO II-8. EMISIONES DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS DE LA CENTRAL TERMO ELECTRICA DE UTE EN MONTEVIDEO

PRODUCTO

ALTA DEMANDA (400.000 t/año)**

BAJA DEMANDA (30.000 t/año)**

Material en partículas

416

31

Dióxido de Azufre (*)

23.880

1.791

Oxidos de Nitrógeno

5.280

396

Hidrocarburos

52

4

Monóxido de carbono

264

20

(*) Considerando contenido de 5% de azufre en el combustible.
** Toneladas de petróleo para las centrales térmicas.
Fuente: EPA/OMS. Elaborado por EAN.

Cemento Portland. El cemento como polvo inhalable constituye un problema de salud pública. Existe una fábrica de cemento dentro de la ciudad de Montevideo que ha creado innumerables dificultades a la población vecina. En 1990 fue finalmente instalado un sistema de tratamiento del tipo multiciclón de alta eficiencia, que ya se encuentra en funcionamiento. La producción de la fábrica en 1989 fue de 163.299 toneladas de cemento. La planta sin tratamiento liberaba 16.700 toneladas por año de material particulado, se estima que actualmente, libera 1.840 toneladas por año de acuerdo a la eficiencia de tratamiento (89 por ciento).

2.2.4 Energía

En las décadas de los 50 y 60, el petróleo fue la fuente energética fundamental y es un recurso importado en su totalidad. Los sustanciales incrementos de su precio en las crisis de la década del 70, impulsaron el proceso de ajuste del sistema energético e incrementaron la conciencia de lo vulnerabilidad del país en esta materia.

Desde la década del 30 el país inició el uso de sus recursos hídricos como fuente energética para la producción de electricidad. Construyó tres presas sobre el Río Negro y la presa binacional de Salto Grande sobre el Río Uruguay, junto con la República Argentina. Sobre está base, la capacidad hidroeléctrica de generación instalada alcanza a los 1.566 megawatios.

La debilidad del sistema energético radica en la alta dependencia de la generación hidroeléctrica en relación a los factores climáticos. El país, normalmente, puede abastecerse totalmente con hidroelectricidad, pero en períodos secos debe recurrir a las plantas térmicas de su sistema nacional interconectado. Estas representan, con 368 megawatios instalados, el 23 por ciento de la capacidad total de generación y se localizan en la ciudad de Montevideo.

La potencia total instalada para producción de energía eléctrica incluye además centrales térmicas a vapor y turbogas. Se construye actualmente una nueva central para cubrir los picos y períodos de déficit hídrico.

El Cuadro II-9 indica la evolución del consumo final total de energía. En lo referente a la evolución de la demanda de energía por sector, el comportamiento está determinado por los impactos de los incrementos de precios de petróleo de 1973 y 1979. El segundo ajuste provoca un impacto sustancial sobre sectores productivos como el industrial, donde se reducen drásticamente los consumos de fuel oil y se incrementan paulatinamente los consumos de leña.

CUADRO II-9 EVOLUCION DEL CONSUMO FINAL TOTAL DE ENERGIA

Año

Ktep

Año

Ktep

1965

1720.0

1978

2028.0

1966

1715.2

1979

2122.1

1967

1659.7

1980

2108.3

1968

1638.8

1981

2069.1

1969

1735.3

1982

1916.2

1970

1833.5

1983

1882.2

1971

1899.3

1984

1794.0

1972

1915.2

1985

1766.9

1973

1906.9

1986

1840.3

1974

1850.7

1987

1930.9

1975

1885.7

1988

1916.6

1976

1949.0

1989

1919.1

1977

1963.7

1990

1909.2

Ktep: Kilotoneladas equivalentes de petróleo.
Fuente: D.N.E - M.I.E.M.

El balance energético por sector indica que el mayor consumo corresponde al sector residencial, seguido por el industrial y el transporte. En los dos últimos sectores se han encarado campañas de ahorro de energía por parte de la Dirección Nacional de Energía (DNE) y la IMM, no así en el residencial.

El área metropolitana muestra los mayores consumos de las naftas (61 por ciento), de gas oil (54 por ciento) y de energía eléctrica (58 por ciento). La leña es la fuente de energía tradicional que abastece las poblaciones rurales y es adicionalmente demandada para servicios urbanos: panaderías, pizzerías, restaurantes y parrilladas. La calefacción doméstica urbana hace un uso importante de este recurso en invierno y la costumbre de realizar asados mantiene una cierta demanda en verano. El recurso leña cubre casi una cuarta parte del consumo final de energía del país.

El potencial energético utilizable de los bosques plantados fue estimado por la DNE en 1.355.330 toneladas de leña o por año para 1987. La aprobación de la Ley Forestal y los mencionados proyectos y programas de forestación en curso darán un fuerte impulso a las plantaciones forestales. En particular, UTE analiza la factibilidad de instalar plantas dendrotérmicas para la producción de energía, estudios cuyos resultados positivos incentivarían las plantaciones forestales en importantes extensiones.

Las restantes fuentes de energía no convencionales ni contaminantes, como la solar y eólica han sido estudiadas en su potencialidad para su utilización económica. Particularmente la eólica, hoy utilizada para la microgeneración eléctrica y el bombeo de agua a nivel rural, tiene excelentes posibilidades para su desarrollo. Se han identificado áreas con vientos que superan frecuentemente los 10 metros por segundo y llegan a niveles de 30 metros por segundo. Estos estudios han alentado la idea de la construcción de una granja eólica experimental para generación eléctrica en las sierras del sureste, donde se han realizado desde 1982 relevamientos sistemáticos.

La política energética del país centra su interés en la actualidad en la interconexión de un gasoducto desde Argentina, cuyo estudio de factibilidad se ha finalizado. Esta alternativa aportaría un nuevo combustible a los mercados doméstico y sobre todo industrial, con menos incidencia en la contaminación ambiental global.

2.2.5 Transporte

El sector transporte se ha estancado en la última década. Su mayor incidencia sobre el medio ambiente es a nivel urbano, especialmente en Montevideo. La contaminación que origina el transporte en esta ciudad se relaciona con:

a) las características y estructura del parque automotor y del tráfico; y
b) la actividad y localización del puerto en relación a la bahía y ciudad de Montevideo.

El parque automotor de Montevideo, era de 192.000 vehículos en 1988, lo que representa el 50 por ciento del total del país. Por su número, esta flota no representa aún una fuente peligrosa de contaminación aérea, excepto en algunas áreas del Centro y de la Ciudad Vieja, con aglomeración del transporte y mayor densidad urbana y donde se han comprobado puntualmente concentraciones de contaminantes a niveles peligrosos.

La actividad del puerto de Montevideo se ha incrementado considerablemente en el último decenio. En 1981 entraron 1.491 buques con un tonelaje de 9.701.300 toneladas, en 1987 lo hicieron 1.893 buques con un tonelaje de 11.532.793 toneladas. En 1988, entraron 3.913 buques y el volumen de carga se incrementó en 1.000.000 de toneladas. El desarrollo de flujos y el aumento de la infraestructura del puerto ha llevado a un conflicto aún no resuelto con el desarrollo urbano aledaño, hoy desestructurado y lleno de turgurios en un área de importante valor en su patrimonio histórico-cultural que debe preservarse. La contaminación de la bahía (donde se localiza el puerto) y los alijes de buques fuera de las zonas permitidas, son dos problemas que provocan contaminación vinculados al transporte marítimo.

2.2.6 Turismo

Por la actividad turística ingresan al país alrededor de un millón de personas por año, representando un ingreso de divisas que en los últimos años promedia los 235 millones de dólares. Aproximadamente un 60 por ciento de ellos viajan en verano y tienen como destino las playas del Río de la Plata (Costa de Oro y Piriápolis) y del Océano Atlántico (Punta del Este y costa de Rocha).

De los balnearios de la costa, Punta del Este y su área de influencia concentra el 43 por ciento del turismo en temporada. El turismo interno no ha sido bien estudiado en su distribución, pero supone una fuerte predominancia en los balnearios de la Costa de Oro y más de un 50 por ciento del que accede a la costa de Rocha. Su participación en Punta del Este es variable, de acuerdo a las precios del mercado inmobiliario orientado por la oferta de los turistas argentinos.

Tradicionalmente se ha buscado, sin mayor éxito, superar dos puntos que hacen vulnerable a la actividad turística, ellos son: la fuerte estacionalidad (el 50 por ciento del turismo ingresa en los primeros 75 días del año) vinculada al clima y al período de vacaciones argentinas y la alta dependencia de este mercado de donde proceden el 80 por ciento de los turistas. Los precios relativos entre los países condicionan drásticamente la actividad.

Pero hay otras puntos de atracción. Son los casos de Montevideo, ciudad que suma, al hecho de ser el centro político-administrativo del país, su implantación abierta a la costa; y el los centros termales del noroeste, que en los últimos anos han llegado a concentrar el 12 por ciento del ingreso anual de turistas extranjeros. Algunos de ellos (Daymán y Guaviyú) se han convertido en áreas recreativas de uso intenso para las poblaciones locales.

Las modificaciones de los espacios costeros se deben al turismo. Los cambios sobre el medio ambiente son el resultado del loteamiento y urbanización de los terrenos litorales del Río de la Plata y el Océano Atlántico y del uso masivo de las playas.

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