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Capitulo II: Síntesis del diagnostico socio-económico de la región fronteriza del Trifinio

2.1 Aspectos físicos y de recursos naturales
2.2 Aspectos demográficos y sociales
2.3 Estructura productiva
2.4 Infraestructura
2.5 Acción de los gobiernos en la región
2.6 La problemática de la región

El área escogida por Guatemala, El Salvador y Honduras para el Plan de Desarrollo Regional Trifinio forma una unidad constituída por tres sectores (uno por cada país) alrededor del Macizo de Montecristo, donde existe una zona ecológica de reconocido valor por sus especies de flora y fauna y donde también convergen las fronteras de los tres países. Está ubicada entre 88°48 y 89°50, Longitud Oeste, y entre 14°05 y 15°12 Latitud Norte.

La extensión total de la región del Trifinio es de 7.584 km2 ,correspondiendo 3.392 km2 a Guatemala (44.7%), 1.158 km2 a El Salvador (15.3%) y 3.034 km2 a Honduras (40%). A su vez, el área de cada zona representa el 3.2%, el 5.5% y el 2.7% de sus respectivos países.

La región está conformada por 45 municipios, correspondiendo 15 a la zona guatemalteca (todo el Departamento de Chiquimula y cuatro municipios del Departamento de Jutiapa), 22 a la zona hondureña (todo el Departamento de Ocotepeque y seis municipios del Departamento de Copán) y 8 municipios a la zona salvadoreña (cinco del Departamento de Santa Ana y tres del Departamento de Chalatenango).

2.1 Aspectos físicos y de recursos naturales

La región se encuentra en la zona intramontana a ambos lados del parteaguas continental, al sur del gran valle del río Motagua. Incluye los nacimientos del río Lempa y, en su mayor parte, es un área semiárida de topografía accidentada, en la que mas de tres cuartas partes de su superficie presenta pendientes superiores al 25%.

Se caracteriza por tres formas de relieve principales: montaña, pie de monte y zonas planas. La zona montañosa presenta suelos poco profundos y afloramientos rocosos, hidrografía constituida por corrientes de ríos, riachuelos y quebradas que forman un drenaje dendrítico, subparalelo o paralelo. El pie de monte no es muy notorio debido a que los relieves escarpados llegan hasta las partes de relieve plano, posee suelos e hidrografía semejantes a la zona montañosa. Las partes planas, formadas por planicies coluvio-aluviales (como las de Ipala, Esquipulas, Metapán, Ocotepeque), han sido modeladas por movimientos de suelos por gravedad y por las corrientes de los ríos; se caracterizan por suelos profundos o casi profundos, productivos, y por ríos trenzados que presentan formas de drenaje subparalelo o paralelo.

Departamentos y municipios

El área está ubicada sobre la placa del Caribe, cuyo movimiento a lo largo de las fallas del valle del río Motagua, con respecto a la gran placa de Norteamérica, y el choque de las placas de Cocos, han influído en la configuración geológica actual y en la intensa actividad ígnea y volcánica. La parte norte está comprendida entre el sistema de fallas del valle del Motagua y la falla Jocotán-Chamelecón, cuyos movimientos causaron, a su vez, grandes fallas norte-sur, a lo largo de las cuales desplazamientos verticales provocaron la formación de varios bloques hundidos o grabens, como el valle de la Ciudad de Guatemala, valle de Ipala, depresión del Lago de Güija y el valle del río Ulúa en Honduras.

Como casi todo el istmo centroamericano, la región del Trifinio se halla influenciada a través del año por los fenómenos meteorológicos que provienen de las regiones ecuatoriales y tropicales (Zona Intertropical de Convergencia de los Vientos Alisios y las Ondas del Este) y de las regiones polares (Frentes Fríos y Anticiclones). Las precipitaciones pluviales medias anuales fluctúan entre 500 y 1.600 mm, las temperaturas medias entre 15°C y 25°C, la humedad relativa media anual entre 70% y 88% y evapotranspiración entre 900 y 1.600 mm anuales.

En la región del Trifinio se identifican nueve zonas de vida natural de acuerdo al Sistema Holdrige, de las cuales predomina el Bosque Húmedo Subtropical (61.7%). Como ecosistemas de alto potencial a proteger, se han identificado doce: uno trinacional (Reserva de la Biósfera Trifinio), uno binacional, tres en la zona guatemalteca, dos en la salvadoreña y cinco en la hondureña.

Los suelos de la región son en la gran mayoría delgados y con limitadas características para la agricultura, por lo que el uso potencial prioritario debe ser forestal (80%). Sin embargo, se usa actualmente en agricultura más allá de lo aconsejable (12% en vez de 8%), lo que constituye una de las causas principales del deterioro del suelo por erosión.

Como se indicó, la región es básicamente semiárida, sin embargo posee re cursos hídricos de importancia al constituir el origen y la cuenca alta del río Lempa, uno de los más importantes de Centroamérica, y ser atravesada en la parte norte por la subcuenca del río Grande de Zacapa, de la Cuenca del Motagua. El hecho que ambas cuencas sean compartidas por los países (la cuenca del Lempa es trinacional, en tanto que la del Motagua es compartida por Guatemala y Honduras), genera la necesidad que los países planifiquen conjuntamente su desarrollo. El 19.0% de toda la cuenca del Lempa está en la región del Trifinio y, por otro lado, el 46.7% - de la subzona guatemalteca del Trifinio, el 100% de la salvadoreña y el 25.1% de la hondureña están dentro de esta cuenca. El 16.4% de la cuenca del Motagua está en la región del Trifinio y, por otra parte, el 53.3% de la subzona guatemalteca del Trifinio y el 35.7% de la hondureña están dentro de esta cuenca del Motagua.

Isohietas e isotermas - Medias anuales

Ecosistemas especiales en el Trifinio

Cuencas de la región del Trifinio

No existen verdaderos inventarios de usos de agua en ninguna de las subcuencas de la región; solamente hay estimaciones parciales y datos de aprovechamientos que hacen ver que los usos, en conjunto, son todavía relativamente escasos, especialmente en riego, que no llega a cubrir un total de 2.000 hectáreas (0.3% del área regional). Aguas subterráneas se utilizan poco, especialmente para la industria de cemento en El Salvador. La calidad de las aguas superficiales y subterráneas es buena para consumo humano y para riego en toda la región.

El área cubierta con bosque es de 1.399 km2 (18.4% del total), lo cual es sensiblemente más bajo que lo recomendable de acuerdo a las zonas de vida, esto es, más del 80% del área. Quedan 766 km2 de coníferas, 600 km2 de bosques latifoliados y 33 km2 de bosques mixtos. Sin embargo, el consumo total de leña regional, equivalente a 7.000 hectáreas al año, de lo cual se reforesta menos del 7%, disminuye aceleradamente la existencia y disponibilidad del bosque, constituyendo este hecho uno de los que mayor atención demanda del Sector Público de los tres países.

En cuanto a aspectos geológico-mineros, el área del Trifinio se ubica en la frontera de tres provincias metalogenéticas. En la provincia N-1 se encuentra el yacimiento de oro El Pato-El Poxte, el prospecto de cobre de Tercerón (Chiquimula) y grafito, que es el único yacimiento mineral no metálico que ocurre en esta provincia metalogenética dentro del área. La provincia metalogenética N-2 se sitúa al sur de las fallas de Jocotán y Tercerón, cuyos principales yacimientos minerales metálicos están ubicados en los distritos mineros de Concepción Las Minas (Guatemala) y Metapán (El Salvador); la mina más productiva de esta provincia fue la San Pantaleón, con potencial de 20 a 40 millones de onzas de plata. Se ubican aquí varios tipos de yacimientos minerales no metálicos, como la bentonita, el yeso, caolín, caliza y travertino. En la provincia de Las Mesetas Volcánicas VP-1, el principal tipo de yacimiento es vetas de metales preciosos de origen epitermal o de baja temperatura. Dentro de esta provincia se ubica el prospecto de Ag-Zn-Pb de Las Monas, Honduras. Yacimientos no metálicos típicos de esta zona son diatomita y caolín o bentonita interestratificados con rocas volcánicas, como cenizas y coladas de lava riolíticas. Se sitúa, también, un yacimiento de lignito en San Antonio (Ocotepeque, Honduras).

Cubierta forestal

En términos generales, quizás con excepción de los hidroeléctricos, los recursos energéticos de los tres países no están suficientemente estudiados y conocidos, lo cual es aplicable a la región del Trifinio. Si bien el mayor recurso energético disponible en cada uno de los tres países es el hidroeléctrico, en la región, salvo la zona salvadoreña, no tiene mucha importancia, aunque en la zona guatemalteca se estudian seis aprovechamientos que sumarían una potencia estimada de 80.5 Mw (0.7% del potencial lineal bruto estimado para el país). En la zona salvadoreña existe operando la planta hidroeléctrica Guajoyo, con una potencia de 15 Mw, y se estudia el aprovechamiento del Zapotillo para 120 Mw. En la región no hay hidrocarburos ni tampoco posibilidades técnicas que alienten investigaciones para su búsqueda. La biodigestión ha despertado algún interés y desarrollo en la zona guatemalteca (6 biodigestores con producción estimada de 8.900 m3 de gas al año) pero ninguno en las otras dos - zonas. Los campos de interés geotérmico de los tres países están fuera de la región, la que presenta posibilidades muy secundarias en relación a ellos. Prácticamente el único recurso energético mineral de interés localizado es el ya mencionado lignito en la Aldea San Antonio de Ocotepeque, en la zona hondureña, del cual se estiman reservas de 3.2 millones de toneladas métricas, pero cuyo aprovechamiento todavía se analiza. Hay buenas posibilidades de utilizar la energía solar, aunque en la actualidad no hay ningún aprovechamiento. Eventualmente, en las áreas de Esquipulas (Guatemala) y de Montecristo (El Salvador), puede aprovecharse energía eólica para pequeña generación eléctrica.

Existe un buen número de atractivos turísticos con características locales, pero hay tres elementos que pueden ser la base de un circuito con proyecciones de mercado turístico internacional, principalmente centroamericano: las ruinas arqueológicas mayas de Copán (Honduras), la Reserva de la Biósfera La Fraternidad (trinacional), y Esquipulas (Guatemala), este último como atractivo religioso y político de integración centroamericana.

Gráfico metalogenético

En la región del Trifinio se distinguen cinco unidades ambientales básicas (bosque nebuloso, bosque de transición, bosque mixto de pino-roble, bosque seco sub-tropical y bosque húmedo tropical), las cuales tienen múltiples - bienes y servicios, de los cuales se han reconocido como importantes a 45. Los conflictos ambientales de los diez sectores más activos son de muy variadas características y distintos impactos, destacándose los que inciden en la destrucción de la cubierta forestal, en la erosión y destrucción de los suelos, y en las enfermedades de origen hídrico. Al menos 16 bienes y servicios naturales requieren de acciones deliberadas de conservación y 33 deberían ser prohibidos de desarrollar en las tres primeras unidades ambientales.

Siendo parte de Centroamérica, como es conocido, la región del Trifinio también sufre periódicamente de desastres naturales, algunos de ellos de gravedad. Los terremotos constituyen el mayor riesgo tanto en periodicidad como en pérdidas de vida y bienes; las inundaciones y avalanchas, asociadas a lluvias torrenciales, constituyen otro de los mayores riesgos (han destruido en el pasado a Ocotepeque, parte de Metapán, y a otros asentamientos); los deslizamientos son numerosos; el proceso de erosión-sedimentación se ha intensificado; el vulcanismo no constituye una amenaza de alto riesgo porque los volcanes existentes son considerados extintos; los incendios forestales provocados por el hombre son frecuentes; las enfermedades humanas y de animales, asociadas a plagas, amenazan a toda la región.

2.2 Aspectos demográficos y sociales

La población asentada en la región se estima en 571.790 personas (año 1987), con una densidad promedio de 75.3 personas por km2. La mayor parte de esta población se encuenta en la zona guatemalteca (57.1%), mientras en la zona salvadoreña está el 19.3% y en la hondureña el 23.6%. Internamente hay gran disparidad de densidad poblacional en los municipios: por ejemplo, Jocotán en Guatemala con 215.5 hab/km2, y Sinuapa, Honduras, con 12.8 hab/km2. La tasa media de crecimiento en estos últimos años es de 1.2%, bastante más baja que las nacionales de los tres países (2.40%, 1.85% y 3.53%, respectivamente, para el período 1975-85), debido a la alta emigración.

Movimientos sísmicos

La población tiene su origen, en su mayor parte, en asentamientos que datan de la época colonial. Su cultura y costumbres tradicionales están - fuertemente incluenciadas por la cultura española de esa época, como la profunda tradición católica, la arquitectura y las costumbres familiares. La mayor parte de la población es de carácter rural, que concentra sus actividades en labores de producción agrícola, parte en comercio y en algunas manifestaciones de artesanías de tejidos, cestería, cuero y madera. En la época prehispánica, el área estuvo ocupada por indígenas de las tribus pipiles y de la civilización Maya-Chortí. En una parte de los Departamentos de Chiquimula (Guatemala), Ocotepeque y Copán (Honduras) se encuentra asentado el único grupo indígena que conserva lengua, costumbres y valores propios, que es el Chortí.

La población regional presenta elevados niveles de pobreza: se estima que más del 60% de los residentes en el área carece de los medios para satisfacer sus necesidades básicas, hecho que las sitúa en condiciones de pobreza extrema.

Esta situación es producto de varios factores, entre los que se destacan - la estructura de propiedad de los medios de producción, los sistemas de tenencia de la tierra y los bajos niveles de ocupación de la fuerza de trabajo.

Estimaciones preliminares señalan que más del 50% de la población económicamente activa se encuentra desocupada (desempleo abierto más subempleo expresado en términos de desempleo pleno), y que el ingreso anual medio de los perceptores de ingreso en la región oscila entre 4% y 25% menos que los respectivos promedios nacionales.

La tasa de analfabetismo es alta: 54% para la región, y 52%, 55%, 58%, respectivamente, para las zonas guatemalteca, salvadoreña y hondureña. Estas altas tasas de analfabetismo tienen su razón de ser en el complejo sistema de limitaciones sociales y en la insuficiencia cuantitativa y cualitativa de los servicios educacionales. En términos generales, se estima que a nivel regional el equipamiento para educación permite atender a menos del 10% de la población en edad pre-escolar, 60% en primaria y 10% en la educación media. La deserción escolar sobrepasa el 10% y la no pro moción es del orden del 20% en la primaria y 50% en la secundaria.

Densidad de población por municipios

El equipamiento social de salud, con un solo hospital regional (Chiquimula) y varios centros y puestos de salud permite una cobertura de atención de alrededor del 40% de la población de la región del Trifinio.

La infraestructura de saneamiento básico es insuficiente, aunque todas las cabeceras municipales de las zonas guatemalteca y salvadoreña y parte de la hondureña tienen agua a domicilio (no toda potabilizada). Alcantarillado tiene solamente parte de las cabeceras municipales (11 en la zona quatemalteca, 1 en la salvadoreña y 3 en la hondureña). La cobertura de servicios de agua y desagüe a nivel regional es baja, apreciablemente menor que las medias nacionales.

Las principales causas de morbilidad y mortalidad de la población tienen que ver con las deficientes condiciones ambientales sanitarias y la insuficiencia de servicios de agua potable y alcantarillado. En efecto, las dos principales causas son infecciones y parasitosis intestinales, teniendo también alta incidencia infecciones respiratorias, anemia y efectos de desnutrición. La esperanza de vida al nacer, es, en promedio, de 2 a 3 años menos que las medias nacionales.

Pese a que hay algunas instituciones trabajando en la región en aspectos de promoción y protección social, los servicios que se ofrecen y la cobertura son muy restringidos. Por otro lado, existe un marcado individualismo, que constituye la mayor limitación para encauzar un proceso de movilización social. Las pocas formas asociativas que existen han surgido principalmente por impulso de los Gobiernos y de organizaciones no gubernamentales.

El déficit cuantitativo y, sobretodo, cualitativo de vivienda que afecta a los tres países se refleja también en la región del Trifinio, en la que los locales sin ningún servicio (agua, alcantarillado, energía eléctrica) se acercan al 70% del total y los locales con todos los servicios no llegan al 10%.

En la zona hondureña se presenta el caso especial de la existencia del - Campamento Mesa Grande de refugiados salvadoreños, que constituye el asentamiento más grande de la zona (10924 refugiados en agosto de 1987) situado cerca de San Marcos Ocotepeque, y que está asociado a problemas y riesgos de deterioro ambiental.

Infraestructura de Salud

La mayor parte de la población de la región (76.7%) vive en medio rural con sus clásicas características de dispersión y aislamiento. La estructura - de asentamiento urbanos, por su parte, es relativamente débil y poco integrada. En la zona guatemalteca los centros poblados que polarizan las actividades del territorio son Chiquimula (el más importante de todos) y el eje Jocotán-Camotán, Esquipulas y Asunción Mita. En la zona salvadoreña, la ciudad de Metapán es el polo preponderante. En la zona hondureña, Santa Rosa de Copán polariza las actividades territoriales aunque esta fuera de la región. Dentro de la zona, San Marcos, Nueva Ocotepeque, Santa Rita y Copán Ruinas tienen un rol importante.

2.3 Estructura productiva

Por tratarse de una zona eminentemente rural, la economía del área del Trifinio se caracteriza por una fuerte incidencia de las actividades silvoagropecuarias. Las actividades secundarias y terciarias son relativamente marginales en la región y muestran bajos niveles tecnológicos.

El sector silvoagropecuario regional presenta las características de zonas rurales marginales. En efecto, la estructura de propiedad y los sistemas de tenencia de la tierra muestran un elevado grado de concentración. Las fincas de menos de 0.7 hectáreas en la zona guatemalteca constituye el 42.7% en número, pero apenas el 4.4% de la superficie total, mientras las fincas mayores de 45 hectáreas, que son sólo el 2.5% en número ocupan el 47.2% de la superficie. En la zona hondureña, las fincas menores de 5 hectáreas son el 63.5% en número y ocupan el 2.88% de la superficie, mientras las fincas mayores de 200 hectáreas son apenas 0.86% en número y ocupan el 29.9% de la superficie. No existe un proceso de reforma agraria consistente en la región ni se espera que lo haya en los próximos años.

El suelo agrícola es escaso y presenta una elevada susceptibilidad a la erosión. Apenas el 0.42% (32 km2) de la región del Trifinio tiene suelos de clase I, esto es, para uso agrícola sin limitaciones, el 0.34% - (25.8 km2) de clase II (uso agrícola con pocas limitaciones) y el 7.13% (540.8 km2) de clase III (uso agrícola con fuertes limitaciones). En resumen, sólo alrededor del 8% del total de las tierras tiene vocación agrícola. A esto se añade que en la región predominan suelos de origen volcánico con partículas que no presentan una coherencia fuerte, lo que les hace susceptibles a la erosión.

Capacidad de uso de la tierra

Las características de zonas de vida en la región recomiendan que más del 80% de toda la extensión esté cubierta de bosque, pero ahora sólo el 18.4% tiene esa cubierta, la cual disminuye aceleradamente (cerca del 1% anual adicional). El 12% del área está bajo cultivos agrícolas, esto es, el 50% más aconsejable. Pese a que, por aspectos de protección de los recursos y por factores económicos y sociales, es aconsejable la mayor asociación de cultivos, así como especies protectoras de suelos en laderas, predomina el monocultivo que no protege al suelo (55.2% de toda el área cultivada está cubierta de maíz). Se cultiva productos de ciclo corto en pendientes mayores a las aconsejables. Zonas aptas para cultivos agrícolas se utilizan en pastos para ganadería y, al contrario, zonas de condiciones precarias, que deberían estar protegidas con bosque o pastos, se utilizan para producción agrícola.

En términos generales, se concluye que las explotaciones rurales se caracterizan por un uso predatorio de los recursos naturales. Esta situación es muy evidente en el caso de la actividad forestal. En efecto, anualmente se consume algo más de un millón de metros cúbicos de leña en la región, lo que equivale a 700 hectáreas de bosque. La reforestación nunca ha superado 500 hectáreas por año, lo que significa que, en ausencia de medidas radicales, los bosques que hoy existen en el área se extinguirán en un lapso del orden de 20 años. A esta situación contribuye la práctica de quemar intencionalmente áreas boscosas para eludir la ley que impide explotar bosques naturales, pero permite hacerlo en bosques quemados.

En cuanto a producción agrícola, tienen la mayor importancia los granos básicos maíz y frijol (la zona guatemalteca aporta con el 12.9% de la producción nacional de frijol y con el 4.4% de la de maíz; la zona hondureña aporta con el 3.6% de la producción nacional de maíz). La región produce sustancialmente alimentos para consumo local y de departamentos vecinos. Prácticamente no participa del esquema agroexportador de los tres países o lo hace en magnitudes pequeñas, por ejemplo, la participación en la producción de café con respecto a cada país es de sólo 0.3% en la zona de Guatemala y 2.83% en la zona de Honduras, y, la de caña de azúcar, es de 0.01% en Guatemala y casi 1% en Honduras.

Infraestructura de riego, eléctrica, almacenamiento y comercio agropecuario

Tradicionalmente, la producción pecuaria en la región se ha venido dando como una actividad marginal del desarrollo agrícola, pero, en los últimos años, algunos productores la han constituido en acción específica, alcanzando grados de tecnología mayores al tradicional. La producción pecuaria es fundamentalmente bovina de doble propósito (leche y carne), porcina y de aves de corral, que es la mas generalizada. Las características de la producción pecuaria varían marcadamente de acuerdo al tamaño de los productores, siendo en general precarias y de baja productividad en el caso de pequeños productores y con buen nivel tecnológico en el caso de los grandes. Existen 210.400 cabezas de ganado bovino, de lo cual el 44.6% esta en la zona guatemalteca, 22.3% en la salvadoreña y 33.1% en la hondureña. Existen 59,700 cabezas de ganado porcino, de lo cual la zona guatemalteca representa el 50.3%.

El desarrollo tecnológico de la actividad agrícola es escaso. Las productividades son, en general, menores que los promedios nacionales. Si bien en los últimos años algunos productores pecuarios han alcanzado un mejor grado de tecnología, el hato ganadero ha venido decreciendo desde la década de los 60 debido a las sequías y problemas de comercialización.

Pese a la escasez acentuada de agua para la agricultura, que está limitando el desarrollo general, las obras construidas para riego en las tres zonas son pocas y rudimentarias y el área cubierta es pequeña, aunque hay recursos hídricos que podrían utilizarse. En los últimos años, usuarios han solicitado autorización para regar en total alrededor de 170 hectáreas en la zona salvadoreña y 480 hectáreas en la hondureña, y existen cinco - sistemas de riego en operación en la zona guatemalteca que cubren 1,446 hectáreas. Los proyectos estudiados servirán a mediano plazo, adicionalmente, a alrededor de 3,000 hectáreas en la zona guatemalteca, 1,500 hectáreas en la salvadoreña y 700 en la hondureña.

En cuanto a infraestructura de almacenamiento y comercialización agropecuaria, el Instituto Nacional de Comercialización Agrícola en Guatemala (INDECA) tiene tres estaciones de compra y almacenamiento en la zona del Trifinio, que suman una capacidad de almacenamiento de 19,700 quintales de granos en silos y 8,500 en bodegas; el Instituto Regulador de Abastecimiento de El Salvador (IRA) tiene en Metapán bodegas y silos para almacenar 47,000 quintales de granos básicos y para comercializar con leche y azúcar; el Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola tiene dos graneros rurales de 2.700 T.M de capacidad (construidos por PRODERO).

Atractivos turísticos

No existe congruencia entre el volumen de producción agrícola comercializable y la infraestructura existente en el área, por lo que el grado de participación del INDECA en Guatemala, del IRA en El Salvador y el IHMA en - Honduras es muy bajo para establecer las condiciones reguladoras o de apoyo al productor.

La actividad forestal presenta buenas perspectivas en la región, aún cuando en la actualidad se caracteriza por graves deficiencias. Hay buena cantidad de especies de coníferas, pero no se cuenta con inventarios que permitan establecer con precisión el volumen de potencial forestal para las tres zonas. La actividad forestal de mayor importancia se desarrolla en la zona hondureña, con 38,169 metros cúbicos de madera procesada en 1986. Por su parte, en la zona guatemalteca se explotaron 20,491 metros cúbicos en el mismo año. La tecnología para extracción de la madera es rudimentaria, salvo pocos casos de dueños de aserraderos (principalmente en Honduras) que explotan para ventas en ciudades o para exportación.

La minería presenta en la actualidad un bajo nivel de actividad, pero existen buenas perspectivas para una importante expansión a mediano plazo. La única mina de minerales metálicos que en la actualidad se encuentra operando en la región del Trifinio es la Mina San Andrés, Copán, Honduras, que produce mas o menos 52 kilogramos de oro anualmente (US$ 780,000) y se explota a cielo abierto. Hay varias otras pequeñas operaciones de minerales no metálicos: bentonita en yacimiento Los Cimientos, en Chiquimula, Guatemala (4,625 tm en 1986); yeso en El Camalote, Chiquimula (273 tm en 1986); yeso en La Labor, Ocotepeque, Honduras (500 tm en 1987): óxido de hierro en Lela Obraje, Chiquimula (6949 tm en 1986). Sin embargo, los antecedentes disponibles permiten justificar un gran programa de prospecciones y exploraciones de yacimientos de minerales metálicos y no metálicos.

La actividad industrial y artesanal se encuentra fundamentalmente en la elaboración de productos de origen agropecuario y forestal, y, con importancia relativamente menor, en elaboración de productos minerales no metálicos. En la región existen muy pocos establecimientos industriales (solamente son tres industrias importantes: dos fábricas de cemento en la zona salvadoreña y una procesadora de leche y derivados en la zona guatemalteca). Las unidades manufactureras con 5 obreros o más son pequeñas y alrededor de productos alimenticios, textiles, vestidos de cuero, industrias de madera. Su número en total no excede de 40. En establecimientos artesanales (con 4 o menos obreros) se registra alrededor de 1.800 unidades con preponderancia en productos alimenticios, vestidos, industrias de la madera, algo de productos metálicos. No existe una tradición industrial y artesanal de importancia.

Infraestructura de transporte

El movimiento turístico es limitado y gira alrededor de Esquipulas, como centro religioso, y las Ruinas Mayas de Copán. La zona guatemalteca cuenta con nueve establecimientos hoteleros con 161 habitaciones, de lo cual el 77.8% esta en Esquipulas; la zona hondureña tiene facilidades hoteleras en Copán Ruinas (y un importante proyecto inconcluso desde casi 10 años) y en Ocotepeque; la zona salvadoreña tiene mayor escasez de planta turística.

2.4 Infraestructura

La red vial de comunicación internacional de la región del Trifinio es relativamente adecuada (sin perjuicio de las mejoras y complementos que prevén los países). Está integrada por un tramo de 276 kilómetros de la carretera centroamericana CA-10 (Límite departamental de Chiquimula-Esquipulas-Nueva Ocotepeque, límite departamental de Copán), por un tramo de 47 kms de la carretera centroamericana CA-12 (Padre Miguel-Metapán-límite de la región del Trifinio en El Salvador) y por el tramo de 8 km entre El Poy y Nueva Ocotepeque.

Por otra parte, el circuito vial básico de comunicación interna tiene seis tramos, de los cuales tres requerirán rehabilitación y mejora y tres están asfaltados. Los tramos indicados son: El Florido-Vado Hondo (45 km) Vado Hondo-Anguiatú (55 km), Anguiatú-Metapán (13 km), Metapán-El Poy (30 km), El Poy-La Entrada-Copán Ruinas (225 km), y Copán Ruinas-El Florido (12 km).

En la región existen más de 1.100 kms de caminos vecinales con grava o en tierra, que en buena parte se usan todo el año, aunque, en general, las condiciones son deficientes. De estos caminos, el 68% está en la zona guatemalteca, el 15% en la salvadoreña y el 17% en la hondureña.

Los mejoramientos previstos en el Plan de Rehabilitación y Mejoramiento Vial Centroamericano para la región del Trifinio incluyen 119 kms de expansión de la red, 176 kms de rehabilitación, 41 kms de ampliación y 183 kms de reconstrucción.

Infraestructura de comunicaciones

Existen nueve aeropuertos: cuatro en la zona guatemalteca, dos en la salvadoreña y tres en la hondureña. A excepción del aeropuerto de Esquipulas, cuya pista es asfaltada, todos son para avioneta o avión pequeño, con pista de tierra y en condiciones deficientes por el poco mantenimiento, salvo un aeropuerto militar.

Atraviesa la región del Trifinio el único ferrocarril que une dos países en Centroamérica, que es el de Zacapa (Guatemala)-San Salvador, con una longitud total de 319.6 km, de lo cual el 35.2% está en Guatemala, pero actualmente sin uso este tramo. Solamente funciona el tramo salvadoreño, entre Metapán y El Salvador y el ramal Texis Junction-Santa Ana, para transporte de cemento de las plantas Maya y Cessa, que se encuentran en la zona - salvadoreña del Trifinio.

En general, existe un aceptable equipamiento de comunicaciones en las zonas de Guatemala y El Salvador y más bien deficiente en el caso de la zona hondureña. Todas las cabeceras municipales cuentan con servicios de correos, la mayoría con telégrafos; con teléfono externo en el caso de las zonas guatemalteca y salvadoreña y parte en la hondureña; plantas telefónicas internas el 70% de las cabeceras municipales de las zonas guatemalteca y salvadoreña.

Existe sólo una central hidroeléctrica en operación, que es la de Guajoyo, integrada al Sistema de Interconectado de El Salvador, y que toma aguas del Lago Güija. En la zona guatemalteca, el sistema de subtransmisión y el de distribución sirve a 20.900 usuarios, esto es, a alrededor de 105,000 habitantes (42% de la población total), cubriendo el 12% del total de núcleos poblados. En la zona salvadoreña se sirve al 50% de la población, y, en la hondureña, al 30%. El sistema de transmisión y subtransmisión es débil e incide en una deficiente prestación de servicios a los usuarios por suspensiones y fallas frecuentes. La zona hondureña tiene insuficiente atención del sistema nacional eléctrico.

2.5 Acción de los gobiernos en la región

Institucionalmente, las zonas nacionales de la región del Trifinio son como cualesquiera otras de los tres países, a las que llegan las acciones de las instituciones nacionales sectoriales quizás con menor atención en algunos sectores por razones del mas bajo desarrollo relativo que se ha da do y por su ubicación geográfica en relación a centros de poder y de interés económico de los países. Son similares los organismos que actúan en la región por parte de los sectores públicos de los tres países. La mayor representación institucional es la del sector agropecuario, con los Ministerios de Agricultura, en los casos de Guatemala y El Salvador, y de Recursos Naturales en el caso de Honduras, con sus instituciones de servicios agrícolas, servicios pecuarios, forestales, de crédito, de investigación y de reforma de tenencia de la tierra correspondientes. También tienen presencia importante los Ministerios de la Gobernación, a través de Gobernadores Departamentales, los de Educación, de Salud, de Comunicaciones y de Finanzas. Instituciones de energía y de telecomunicaciones tienen una acción indispensable en la región. En cuanto a los municipios, el tamaño de las áreas municipales, los presupuestos y obras varían apreciablemente, - pero la acción fundamentalmente se dirige a tratar de cubrir déficit de servicios urbanos tradicionales. En el caso de Honduras, es importante - mencionar la existencia de un proyecto de desarrollo rural integral (PRODERO), con su propia estructura administrativa y de coordinación interinstitucional, que puede servir de base para las acciones que los proyectos del Trifinio desarrollen en esa zona.

La integración fronteriza en la región del Trifinio se ha venido dando dentro de los rubros tradicionales de zonas similares, esto es, comercio, turismo y uso de servicios de salud y educativos de otros países, lo que, a su vez, motiva la movilización a través de las vías y puestos fronterizos existentes. Sin embargo, el proceso de integración centroamericano ha te nido su influencia deliberada en la región en cuanto a aumentar el intercambio de personas y bienes y a la ejecución de algunas vías con importancia centroamericana. También alguna interconexión eléctrica ha permitido el suministro ocasional de energía de un país a otro para servicios en la región.

El inventario preliminar de proyectos planificados hasta mediados de 1987 para la región da un numero de 32 para la zona guatemalteca, 34 para la zona hondureña y 15 para la salvadoreña. Los montos de inversión previstos son del orden de 39 y 65 millones de dólares en Guatemala y Honduras, respectivamente, con un predominio de los sectores transporte (45% en zona guatemalteca y 38% en zona hondureña), energía y agrícola (este último con menor importancia de la que debería de tener). En el año 1987 se ejecutaban alrededor de 29 proyectos en la zona guatemalteca, 9 en la hondureña y 4 en la salvadoreña, que demandan recursos del orden de 21 y 6 millones de dólares en Guatemala y Honduras, respectivamente.

2.6 La problemática de la región

2.6.1 Problemas sobre aspectos físicos y de recursos naturales
2.6.2 Problemas económicos y sociales
2.6.3 Problemas derivados de la infraestructura económica y de servicios públicos
2.6.4 Problemas derivados del marco institucional

A manera de conclusiones y en base al diagnóstico socio-económico general de la región del Trifinio, pueden reconocerse los principales problemas que dificultan o limitan el desarrollo regional, los cuales se presentan reunidos en cuatro grupos sin un análisis de prioridad absoluta entre ellos ni dentro de cada uno, por el hecho de que su interrelación produce un condicionamiento mutuo que aconseja encararlos en su integralidad, a través de un conjunto de programas y proyectos que produza la solución global para el desarrollo. Algunos datos de la síntesis del diagnóstico vuelve a presentarse aquí como sustentación a los problemas identificados.

2.6.1 Problemas sobre aspectos físicos y de recursos naturales

a) Topografía desfavorable

La zona del Trifinio es una región sumamente montañosa (más del 75% tiene terrenos con pendientes mayores al 25%) que hace más difícil la interrelación y que limita y encarece la ejecución de la infraestructura necesaria para apoyar al desarrollo social y económico.

b) Severidad del clima

Existen condiciones marcadas de sequía que convierten a buena parte de la región en zona semiárida (más de 6 meses se tiene precipitación mensual inferior a 50 milímetros), lo cual, entre otras cosas, no permite labores agrícolas en la mitad del año. Las temperaturas relativamente altas en la zona suroeste de la región (media anual superior a 25°C) presentan alguna limitación en actividades durante los meses más calientes.

c) Fragilidad de los ecosistemas

A la presión de la actividad humana sobre recursos de tierras, hídricos y forestales se suman aspectos que hacen frágiles a los ecosistemas de la región (predominancia de rocas volcánicas susceptibles a la erosión, suelos poco profundos y con afloramientos rocosos, variación notable en precipitaciones pluviales, escasez de cobertura vegetal, etc.). Esta situación se agrava ante la falta de políticas para un correcto manejo ambiental y ante el muy bajo nivel cultural de la mayoría de la población.

d) Susceptibilidad a desastres naturales

Los terremotos constituyen el mayor riesgo para pérdidas de vidas y destrucción de bienes en la región. Las inundaciones y avalanchas, asociadas con las lluvias torrenciales, son un fuerte riesgo, que ya ha causado daños importantes en varias poblaciones. Deslizamientos ocurren numerosos debido a la sumatoria de terrenos con fuerte pendiente y lluvias irregulares. El proceso de erosión-sedimentación se ha intensificado en la región debido a la deforestación indiscriminada y al sobrepastoreo. Los incendios forestales, provocados por el hombre en la mayoría de los casos en época de sequía, constituyen un serio peligro para los pobladores, a la vez que causan pérdidas de enorme valor. Enfermedades humanas, vegetales y animales incrementan su amenaza de epidemias en varios aspectos.

e) Contaminación en aumento

El lago de Güija y algunos cursos de agua están sujetos a fuerte contaminación por la incorporación de desechos y afluentes no tratados industriales (principalmente las fabricas de cementos de Metapán) y urbanos; prácticamente no hay un sistema eficaz de recolección y disposición de basuras; la contaminación epidemiológica es mayor a zonas similares por la gran escasez de servicios básicos, por las condiciones climáticas y por la falta de políticas para manejo ambiental.

f) Escasa disponibilidad de suelo agrícola y su susceptibilidad a la erosión

Apenas el 0.42% (32 km2) de la región del Trifinio tiene suelos de clase I, esto es, para uso agrícola sin limitaciones, el 0.34% (25.8 km2) de clase II (uso agrícola con pocas limitaciones) y el 7,13% (540.8 km2) de clase III (uso agrícola con fuertes limitaciones). En resumen, sólo alrededor del 8% del total de las tierras tiene vocación agrícola. A esto se añade que en la región predominan suelos de origen volcánico con partículas que no presentan una coherencia fuerte, lo que les hace susceptibles a la erosión.

g) Incongruente utilización actual del suelo en relación a su capacidad de uso

Las características de zonas de vida en la región recomiendan que mas del 80% de toda la extensión esté cubierta de bosque, pero ahora sólo el 18.4% tiene esa cubierta, la cual disminuye aceleradamente (cerca del 1% anual adicional). El 12% del área esta bajo cultivos agrícolas, esto es, el 50% más de lo aconsejable. Pese a que, por aspectos de protección de los recursos y por factores económicos y sociales, es aconsejable la mayor asociación de cultivos, así como especies protectoras de suelos en laderas, predomina el monocultivo que no protege al suelo (el 55,2% de toda el área cultivada está cubierta de maíz). Se cultiva productos de ciclo corto en pendientes mayores a las aconsejables. Zonas aptas para cultivos agrícolas se utilizan en pastos para ganadería y, al contrario, zonas de condiciones precarias, que deberían estar protegidas con bosque o pastos, se utilizan para producción agrícola.

h) Limitada disponibilidad del recurso agua para uso humano y agrícola

La evapotranspiración potencial es mayor que la precipitación anual en - prácticamente toda la región, a más de la irregular presencia de esta última, que establece más de seis meses secos, lo cual hace indispensable contar con riego en base a aguas de ríos y, en menor caso, aguas subterráneas para la agricultura, mediante obras hidráulicas, que existen en mínima cantidad en el área (sólo el 2,2% de los cultivos están con riego, es decir, apenas el 0.26% del territorio). En las partes altas de la región no existe mayor dificultad en proveer de agua para uso doméstico a las poblaciones, pero la situación es crítica en numerosas aldeas y caseríos de partes bajas, existe insuficiente conocimiento de la cantidad y condiciones de aguas superficiales y subterráneas para su aprovechamiento, lo cual constituye un limitante importante.

i) Fuerte presión a recursos forestales por alto consumo de leña

Anualmente se consume en leña en la región algo más de un millón de metros cúbicos, lo que es un equivalente de 7.000 has de bosques, de lo cual se reforesta menos del 7%. No existen programas y proyectos consistentes de plantaciones forestales energéticas, lo que hace suponer que con éste y otros usos, de seguir la tendencia actual, los bosques existentes ahora se extinguirán en un lapso del orden de 20 años, tanto más que anualmente se producen varios incendios intencionales de áreas boscosas para eludir la ley que impide explotar bosques naturales pero permite hacerlo en bosques quemados.

j) Bajo grado de conocimiento y utilización de recursos mineros

Sólo hay una mina de minerales metálicos que está operando, en contraste a alrededor de veinte y cinco anomalías aparentemente prometedoras que se han detectado. De la información existente, hay un grupo elevado de posibilidades atractivas de minerales no metálicos (23 yacimientos), de los cuales sólo existe un aprovechamiento importante (cemento en Metapán); el resto se hace primitivamente. En general, falta efectuar amplios trabajos - de prospección y exploración minera para definir posibilidades de aprovechamiento efectivo que, en principio, aparentemente son muy positivas.

2.6.2 Problemas económicos y sociales

k) Excesivo crecimiento demográfico en relación a las posibilidades de soportarlo

El crecimiento demográfico natural de la región es similar al de las medias nacionales (2.46% en Guatemala, 1.86% en El Salvador y 3.50% en Honduras para el período 1980-1987), pero la falta de fuentes de trabajo y las condiciones económicas y sociales más desfavorables hace que la propensión a migrar represente entre el 30% y el 40% del crecimiento natural, dando como resultado que las tasas de crecimiento real poblacional dentro de la región sean sensiblemente menores que las medias nacionales, esto es, 1.0% para la zona guatemalteca, 1.3% para la zona salvadoreña, 1.8% para la zona hondureña y, en promedio, 1.2% para la región en conjunto. La estructura de la población es desequilibrada, prevaleciendo la población joven y dependiente.

l) Alto grado de pobreza

En general, el estado de pobreza absoluta afecta en mayor proporción a los pobladores del área del Trifinio que los promedios nacionales (por ejemplo, en el Departamento de Chiquimula, en 1981, afectaba al 63,4% de los perceptores de ingreso, mientras a nivel nacional era el 56%). Se asume que, en la actualidad (1.988), el estado de pobreza absoluta estaría afectando alrededor del 70% de los perceptores de ingreso en la región. Por otro lado, el ingreso medio anual de los perceptores de ingreso es menor entre 4% y 25% a los promedios nacionales.

m) Altos índices de desempleo y subempleo

El desempleo y el subempleo tienen tasas muy altas, mayores que los promedios nacionales: el desempleo abierto mas el subempleo equivalente a desempleo llegaba al 64% de la población económicamente activa en Chiquimula, en 1979, mientras a nivel nacional de Guatemala era 46%; en la zona hondureña del Trifinio era de 45.7%, mientras en el país 23,9%: en la zona salvadoreña se estimaba sobre el 32%, que es el promedio nacional. El subempleo y el desempleo abierto son los más graves problemas que debe atender el - Plan Trifinio.

n) Analfabetismo elevado y déficit educacional

Las tasas de analfabetismo son muy altas (personas de 15 años o más que saben leer): 52% de la población en la zona guatemalteca, 55% en la salvadoreña y 58% en la hondureña. Hay escasa cobertura en educación preprimaria (menos del 6%), primaria (alrededor del 60%) y media (alrededor del 10%), notándose un deterioro de la cobertura educacional a partir de 1983. La deserción escolar es del orden del 10% antes de terminar el segundo grado y la no promoción es aproximadamente del 20% de escolares y 50% de colegiales. La calidad de los servicios educacionales es deficiente, especialmente en el medio rural.

o) Altos niveles de morbilidad y mortalidad

Los índices de morbilidad y mortalidad son mayores que los nacionales (por ejemplo, en la zona guatemalteca, la tasa bruta de mortalidad es 12,2 por mil habitantes mientras en el país es 10,5); la esperanza de vida al nacer es alrededor de dos años menor que los promedios nacionales; las enfermedades que inciden en mayor porcentaje en la morbilidad y mortalidad son infecciones gastrointestinales, infecciones respiratorias, desnutrición y anemias (efectos de la pobreza y de la carencia de los servicios básicos - sanitarios).

p) Déficit de vivienda adecuada

El déficit cuantitativo y, sobretodo, cualitativo de vivienda es alto: locales rurales con todos los servicios no llegan al 0.5% y los urbanos al 10%; los locales rurales sin ningún servicio pasan del 80% y los urbanos se acercan al 70%; los locales con conexión de agua no pasan del 20% en el sector urbano y 10% en el rural y, en cuanto a red de drenaje, menos del 10% y del 1% respectivamente.

q) Altos índices de patología social

Razones estructurales por condiciones socioeconómicas y coyunturales por los conflictos en Centroamérica han dado como resultado un cuadro preocupante de patología social, que incluye a la región del Trifinio: transgresión juvenil, drogadicción, alcoholismo, prostitución y delincuencia común.

r) Bajo grado de organización social

La participación de la población en diferentes formas asociativas es mínima (14 cooperativas en la zona guatemalteca, 11 cooperativas agrícolas en la zona salvadoreña y 54 organizaciones agrícolas en la zona hondureña). Existe un marcado individualismo que constituye la mayor limitación para encauzar un proceso de movilización social.

s) Inadecuada estructura agraria

En la región conviven el minifundio y el latifundio: las fincas de menos de 0.7 hectáreas en la zona guatemalteca constituyen el 42.7% en numero, pero apenas el 4.4% de la superficie total, mientras las fincas mayores de 45 hectáreas, que son sólo el 2,5% en numero, ocupan el 47,2% de la superficie; en la zona hondureña, las fincas menores de 5 has son el 63.5% en número y ocupan el 2.88% de la superficie, mientras las fincas mayores de - 200 has son apenas 0.86% en número y ocupan el 29.9% de la superficie. No existe un proceso de reforma agraria consistente en la región ni se espera que lo haya en los próximos años.

t) Bajo grado de desarrollo agrícola y pecuario

El desarrollo tecnológico de la actividad agrícola es escaso. Las productividades, son, en general, menores que los promedios nacionales. Si bien en los últimos años algunos productores pecuarios han alcanzado un mejor grado de tecnología, ha venido decreciendo el hato ganadero desde la década de los 60 debido a la sequía y problemas de comercialización. La carga ganadera es baja, 0.86 cabezas/ha.

u) Bajo grado de industrialización

En la región existen muy pocos establecimientos industriales (solamente son 3 industrias importantes: 2 fábricas de cemento en la zona salvadoreña y una procesadora de leche y derivados en la zona guatemalteca). Las unidades manufactureras con 5 obreros o más son pequeñas y alrededor de productos alimenticios, textiles, vestidos de cuero, industrias de madera. Establecimientos artesanales (con 4 o menos obreros) tienen preponderancia en productos alimenticios, vestidos, industrias de la madera, algo de productos metálicos. No existe una tradición industrial y artesanal de importancia.

v) Subutilización de atractivos turísticos

A pesar de que la región del Trifinio posee atractivos turísticos naturales y culturales diversos, algunos de ellos con proyección extraregional, el desarrollo turístico actual se concentra en muy pocos aspectos, como los motivos religiosos de Esquipulas y otros.

2.6.3 Problemas derivados de la infraestructura económica y de servicios públicos

w) Insuficiencia de la red vial

Aunque el área del Trifinio es menos del 2% del área centroamericana y contiene el 2% de su población, tiene un efecto importante para Centroamérica porque constituye el centroide de su población (con un radio menor de los 250 kms desde el punto Trifinio, abarcando sólo el 12% del territorio centroamericano, se localiza el 60% de la población de los 5 países y, además, alcanza 3 capitales, 2 complejos portuarios en el Atlántico y 4 complejos portuarios en el Pacífico). El 75% de la red vial centroamericana se concentra dentro del radio de 250 kms desde el punto Trifinio. Las vías de las redes primaria y secundaria existentes en el Trifinio no cumplen completamente las condiciones necesarias en relación a tan importante papel en el transporte terrestre, por lo cual los Ministros de Transporte de - Centroamérica incluyeron en el Plan de Rehabilitación y Mejoramiento Vial Centroamericano lo siguiente en el área del Trifinio: 119 kms de expansión, 176 kms de rehabilitación, 41 kms de ampliación y 183 kms de reconstrucción. Los caminos vecinales son insuficientes para el desarrollo y los que existen están en la mayor parte en condiciones precarias. El mantenimiento vial es casi inexistente.

x) Insuficiencia de la red de comunicaciones

Las redes de comunicaciones telefónicas y telegráficas tienen un bajo grado de cobertura, especialmente en la zona hondureña. Son pocas las poblaciones que tienen servicio telefónico interno. La interrelación regionales casi inexistente. Los programas para equipamiento son escasos y pequeños.

y) Insuficiencia y deficiencia del sistema de electrificación

Las coberturas de electrificación son bajas: 42% de la población en la zona guatemalteca, 50% en la zona salvadoreña y 30% en la hondureña. El sistema de transmisión y subtransmisión es débil e incide en una deficiente prestación de servicios a los usuarios, por suspensiones y fallas frecuentes. La zona hondureña tiene insuficiente atención del sistema nacional eléctrico.

z) Insuficiencia de la infraestructura y mecanismo de comercialización agropecuarios

No existe congruencia entre el volumen de producción agrícola comercializable y la infraestructura existente en el área, por lo que el grado de participación del INDECA en Guatemala, del IRA en El Salvador y el IHMA en Honduras es muy bajo para establecer las condiciones reguladoras o de apoyo al productor.

a') Insuficiencia y deficiencia en la dotación de servicios básicos de salud y saneamiento

Menos del 40% de la población de la región del Trifinio es accesible a los servicios de salud, con la circunstancia adicional de que una buena parte de ellos adolece de muchas deficiencias por escasez de equipamiento y de personal adecuado. Solamente 16 de las 45 cabeceras municipales cuentan con infraestructura y servicios de drenaje. Aunque todas cabeceras municipales cuentan con agua a domicilio, solamente menos del 20% es potable.

b') Poco desarrollo de la infraestructura de riego

Pese a que la región del Trifinio es semiárida, sólo alrededor de 2000 has cuentan con sistemas de riego (2,2% del área cultivada), con el agravante de que las obras son rudimentarias y que existe poca capacitación de los usuarios en el manejo del agua para riego y en la organización de regantes. Los proyectos identificados y que se promoverían a corto y mediano plazos son pocos y cubrirían unas 4160 has adicionales (4,6% del área cultivada).

2.6.4 Problemas derivados del marco institucional

c') Limitada Inversión pública de los Estados en programas de desarrollo de sus zonas respectivas del Trifinio en comparación a la atención que se da a otras zonas de los países

Con algunas excepciones, la inversión pública en la región del Trifinio es menor relativamente que el resto de los países: por ejemplo, pese a que en la zona de Guatemala esta el 3,85% de la población nacional, sólo el - 1,1% de la inversión publica total guatemalteca se destinó en 1987. Porcentualmente las cifras son similares en las zonas salvadoreña y hondureña, aunque en esta última se ejecuta desde 1981 un proyecto de desarrollo rural de importancia nacional.

d') Limitada preparación de proyectos

Aunque se enuncia alguna cantidad de proyectos, en la práctica son pocos los estudios disponibles que permiten ejecutar programas y obras de importancia en la región. Este hecho constituye un serio limitante, que condiciona la inversión en la región.

e') Baja capacidad ejecutora de los organismos públicos

Por aspectos financieros, técnicos y administrativos, existe una baja capacidad ejecutora de organismos públicos de los tres países en la región del Trifinio, a lo cual se agrega el insuficiente grado de cobertura y eficiencia de los servicios estatales de apoyo a la producción (crédito, asistencia técnica, capacitación y otros).

f') Deficiencia en la coordinación institucional

La escasa experiencia en trabajo conjunto y coordinado de las instituciones públicas, salvo casos como el de PRODERO en Honduras, y la alta susceptibilidad a celos y problemas institucionales hace que la coordinación institucional sea precaria e insuficiente para la planificación y ejecución de programas y proyectos multisectoriales, lo que constituye un serio limitante para la aplicación de un plan regional como el del Trifinio.

g') Inexistencia de mecanismos para facilitar la movilización de personas en la región del Trifinio

Pese a que, por necesidades reales y diarias, la población fronteriza mantiene actividades de integración efectiva (trabajo, comercio, atención a la salud, lazos familiares, etc.), la estructura institucional, que diferencia muy poco el tratamiento en cuanto a movilización a través de frontera de personas, vehículos y bienes para los habitantes fronterizos y para visitantes ocasionales, crea dificultades y restricciones de desenvolvimiento económico y social de esa población fronteriza, incidiendo fuertemente en limitar nuevas posibilidades y beneficios que podrían darse para la región.

h') Inexistencia de mecanismos para facilitar la cooperación internacional a nivel fronterizo

Nuevamente, la rigidez institucional dificulta la cooperación entre los países fronterizos para programas permanentes y aun para situaciones coyunturales y de emergencia. Se da el caso de que, por ejemplo, la cooperación de un país en proporcionar materiales y personal para vacunación ante emergencias epidemiológicas se vea obstaculizada y, en parte anulada, por exigencia de trámites fronterizos y aduaneros indiscriminados. Sólo un cambio sustancial y definitivo de este aspecto hará posible la ejecución de un Plan de Desarrollo Regional como el del Trifinio.

i') Limitada capacitación de funcionarios y empleados para cumplir políticas y estrategias normales y especiales

Es frecuente el hecho de que las decisiones de integración y apoyo multinacional e interinstitucional queden a niveles altos políticos, aún con suscripción de convenios y acuerdos, y que, en la práctica, a niveles operativos fronterizos, no se traduzcan en cumplimiento efectivo o adecuación del funcionamiento rutinario, por falta de capacitación del personal administrativo, con lo cual no sólo que se desperdicia la oportunidad de los beneficios ideados sino que se incrementa el sentimiento de escepticismo y desconfianza de la población fronteriza.

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