Temas Ambientales para el Desarrollo
Sostenible en la Cuenca del
Plata
Es evidente que en esta cuenca
hidrográfica el desarrollo antrópico ha sido intenso y ha tenido consecuencias
importantes para el ambiente, con desafíos conocidos y problemas emergentes de
carácter transfronterizo que son de interés común para los países que la
comparten. De entre ellos, los países han convenido en destacar la necesidad de
avanzar hacia una visión más integrada de la Cuenca y de los factores climáticos
que condicionan su hidrología, con centro en los asuntos y problemas que se
describen a continuación, con la idea de identificar sus causas raíces y de
desarrollar un marco de acción coordinado a través de un programa que permita
preparar y llevar adelante soluciones para algunas de las más importantes causas
raíces de estos problemas.
Variabilidad y cambio del clima |
A partir de 1970 la secuencia de
datos hidrológicos evidencia aumentos en la precipitación y en los caudales de
los ríos de la Cuenca del Plata. Una comparación de los caudales medios en el
río Paraná y sus afluentes antes y después de 1970 muestran aumentos entre el
19% y el 46 %. En contraste con ésto, los caudales medios anuales del período
1960-70 en el alto río Paraguay fueron inesperadamente bajos y las áreas de
rivera que eran estacionalmente inundadas fueron incorporadas a la producción
pecuaria para ser luego abandonadas con fuertes perjuicios cuando subieron las
cotas después de 1970. La historia del río Paraná muestra una larga historia de
períodos de sequía seguidos por inundaciones. Investigaciones recientes han
permitido detectar una variación con una periodicidad de aproximadamente 10 años,
menor que la periodicidad de 15 años descrita por Charles Darwing en 1834, lo
que también sugiere un cambio en la frecuencia de las fluctuaciones climáticas.
Ciertamente es necesario conocer mucho más sobre los factores que influencian
estas fluctuaciones. Los cuatro grandes picos de caudal en el Paraná medio
durante el siglo que finalizó: 1983, 1904, 1992 y 1998, se relacionan con el
fenómeno de El Niño en que se detectaron fuertes y positivas anomalías en la
región.
Además de la variabilidad
climática, hay evidencias de cambio climático, por ejemplo, en gran parte de la
cuenca del río Uruguay, las temperaturas mínimas anuales aumentaron gradualmente
en más de un grado en los últimos 100 años.
Severas
inundaciones y prolongados períodos de sequía |
Las inundaciones son un problema
mayor en la cuenca del Plata, la perdida de vidas humanas y cuantiosos daños a
la infraestructura y a la economía son desastres recurrentes debido a la
severidad, periodicidad y permanencia en el tiempo de estos eventos,
particularmente en las subcuencas de los ríos Paraná, Uruguay y en el bajo río
Paraguay. El Centro de Alerta Hidrológica que opera en Argentina a partir de las
inundaciones devastadoras de 1982-83 informa que la duración promedio de las
inundaciones ocurridas entre 1987 y 1998 ha sido entre los 7 y los 40 días. Sólo
en Argentina los daños directos e intangibles de estas inundaciones se estimaron
en 2.640 millones de dólares y 235.000 personas evacuadas. Las inundaciones del
período 1991-92 significaron para este país una perdida de 513 millones de
dólares, más de 3 millones de hectáreas inundadas y 122.000 personas evacuadas.
En el estado de Santa Catalina, en Brasil, las mismas inundaciones del Paraná
significaron perdidas equivalentes al 8% del PIB anual de este estado. Las
inundaciones también causan graves daños en las ciudades costeras y a las
actividades económicas en la cuenca del río Uruguay. Durante el evento del Niño
de 1983-84 en el Uruguay medio fueron afectadas más de 40.000 personas, en más
de 70 ciudades; las perdidas estimadas por este evento en toda la Cuenca del
Plata se ha estimado que superó el billón de dólares.
La calidad del agua es un factor
principal para una efectiva gestión ambiental en una cuenca como la del Plata,
influenciada principalmente por el estado de desarrollo alcanzado en la región,
por la pérdida de cobertura vegetal, las concentraciones urbanas, y por la
producción agrícola intensiva con alta dependencia de agroquímicos, la
construcción de presas y la formación de reservorios, el transporte fluvial y
las actividades mineras.
La situación del transporte
incrementado de sedimentos y su deposición aparece como un tema de jerarquía en
casos incrementados por la contaminación proveniente de las actividades mineras,
sus insumos y desechos. El río Pilcomayo, compartido por Argentina, Bolivia y
Paraguay retrocede anualmente en su cauce y no alcanza a desembocar sus aguas en
el Paraguay debido a la enorme carga de sedimentos. Presenta una larga historia
de esfuerzos e inversiones para su manejo y para atenuar los efectos de la
contaminación minera.
Considerando el estado y las
necesidades de un consistente levantamiento de informaciones para evaluar la
calidad de las aguas en los ríos de la Cuenca del Plata, desde inicios de los
años 70 se comenzó a operar una red de monitoreo basada en 28 estaciones y
padrones de calidad y normas analíticas para laboratorios comunes. Sin embargo
sólo 9 de estas estaciones han funcionado normalmente, 9 han operado sólo
parcialmente y 10 no son operativas, además de presentarse limitaciones para la
sistematización de la información y la coordinación analítica entre otras
dificultades. Es importante indicar que cada país ha avanzado en el tema, por
ejemplo en el caso de Brasil se cuenta con un valioso informe de la calidad de
las aguas en los ríos de la Cuenca del Plata en territorio brasileño que
visualiza una situación general satisfactoria e identifica ya los cuerpos de
agua más comprometidos y el origen de la contaminación, fundamentalmente
vinculada a los vertimientos de los grandes centros urbanos.
Deforestación y deterioro de ecosistemas críticos |
La expansión de la agricultura
en el último siglo sobretodos los ecosistemas de la Cuenca ha significado la
desaparición de la cobertura de bosques que fueron parte determinante del
funcionamiento de los ecosistemas y de la hidrología. Uno de los casos más
agudos ha sido la deforestación de la Mata Atlántica, ecosistema que cubre las
zonas de la cuenca del alto y medio río Paraná con la mayor y más intensa
precipitación fluvial. En este ecosistema, por ejemplo su cobertura se redujo
del 58% al 8% en el estado de San Pablo en el último siglo y el estado de Paraná
pasó del 85% de su superficie cubierta de bosques al actual 5%. Algo similar
acontece en Paraguay, en un proceso más acelerado hacia el final del siglo pero
que se orienta en el mismo sentido. Como consecuencia los suelos al descubierto
e incorporados a la agricultura han sufrido las consecuencias de la compactación
y de la erosión hídrica, se han incremento y acelerado las escorrentías
superficiales hacia los cuerpos de agua, con menor alimentación a los acuíferos,
aumentan los caudales pico en tiempos menores y se incrementa la sedimentación
en los ríos y embalses, afectando su navegabilidad y acelerando el asolvamiento
de los embalses, con la consecuente perdida de su potencialidad energética.
En el caso de Argentina donde
las actividades económicas definen los usos de los ecosistemas pampeano y
chaqueño, las áreas agrícolas se incrementaron en la última década de 20 a 26
millones de hectáreas. En la Pampa, debido a condiciones económicas las pasturas
han estado siendo sustituidas por cultivos agrícolas por sus precios más
favorables comparado con la ganadería. Por ejemplo, en la provincia de Buenos
Aires las áreas bajo cultivo se incrementaron en un 40% entre 1988 y 1993. Estos
cambios han presionado la apertura de la frontera agrícola hacia suelos más
marginales del propio ecosistema pampeano y también del Chaco, lo cual implica
mayor deforestación y requiere de una intensificación de los sistemas de
producción y de los insumos, aumentando el riesgo de la degradación en zonas con
procesos de desertificación. Los contenidos de materia orgánica del suelo en
algunas áreas de la Cuenca se han reducido en un 50% de sus niveles anteriores a
su uso agrícola a inicios del siglo XX, afectando negativamente la capacidad del
suelo para retener agua. Esta situación esta siendo enfrentada mediante el
cultivo directo, tecnología en rápida expansión en la región que implica un
nuevo comportamiento hidrológico.
La introducción de cultivos
basados en el uso intensivo del agua, como el arroz avanzó rápidamente en la
cuenca media del río Uruguay planteando conflictos de uso por el agua con el
abastecimiento de poblaciones y ciudades y con el mantenimiento de los
ecosistemas ribereños a los ríos, que durante la canícula prácticamente
desaparecen, caso particularmente importante en los del Ibicuí y en el caso de
la cuenca transfronteriza del río Cuareim, en la frontera de Brasil y Uruguay.
La afectación a los ecosistemas
acuáticos merece una atención en el marco del conjunto de la cuenca del Plata,
caracterizada como una de las cuencas de mayor diversidad acuática continental
del mundo, en particular las subcuencas del río Paraná y del río Paraguay (Pantanal)
y de su frente marítimo. Actualmente estos ecosistemas son afectados
constantemente y principalmente por: i) los incrementados volúmenes de
sedimentos, ii) las modificaciones en el aporte de nutrientes a las aguas, iii)
la obstrucción que significan las presas y la proliferación de embalses creados,
particularmente importantes en el Paraná medio y superior y en el río Uruguay y,
iv) por efectos de la contaminación puntual y difusa de ciertos cuerpos de agua,
a lo que se suma para un adecuado manejo la dificultad del carácter
transfronterizo del tema. El manejo de la biodiversidad de estos ecosistemas,
particularmente de sus recursos ictícolas condicionados por las diferentes
situaciones de pesca, requiere de un conocimiento del funcionamiento de conjunto
y de un marco regulatorio común, más allá de los acuerdos binacionales que
actualmente existen.
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