Conceptos
para la Seguridad Hemisférica
Documentos
CONSEJO PERMANENTE DE LA
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
COMISIÓN DE SEGURIDAD HEMISFÉRICA |
OEA/Ser.G
CP/CSH-333/00
25 enero 2000
Original: español/inglés |
REUNIÓN ESPECIAL DE LA COMISIÓN DE SEGURIDAD
HEMISFÉRICA:
"LOS NUEVOS ENFOQUES SOBRE LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA"
(AG/RES.1744 (XXX-O/00))
INFORME DE LA PRESIDENCIA
NOTA EXPLICATIVA
El documento que aquí se presenta tiene la
intención de entregar información, lo más completa posible, sobre el
desarrollo y los resultados de la Sesión Especial de la Comisión de
Seguridad Hemisférica llevada a cabo durante el 13 y 14 de Noviembre de
2000. Con tal propósito se incluyen un Resumen Ejecutivo del Presidente,
el Informe del Relator y un documento sobre el desarrollo de las
discusiones preparado por la Secretaría. A los mismos se anexan las
intervenciones realizadas en la sesión de apertura de la reunión, así
como las presentaciones escritas entregadas por las delegaciones de los
Estados Miembros.
INFORME DE LA PRESIDENCIA
I. RESUMEN EJECUTIVO
La Comisión de Seguridad Hemisférica (la Comisión)
celebró una reunión especial los días 13 y 14 de noviembre de 2000
para continuar la consideración de dos de los mandatos derivados de la
Segunda Cumbre de las Américas.
- La evaluación e identificación de las formas para revitalizar y
fortalecer las instituciones del sistema interamericano relacionadas
con los diversos aspectos de la seguridad, y
- El análisis de los enfoques comunes para abordar los diversos
aspectos de la seguridad internacional en el Hemisferio.
La Comisión designó como relator de la reunión al
Representante Permanente de los Estados Unidos y Vice-Presidente de la
Comisión, Embajador Luis Lauredo.1 En la
instalación de la reunión intervinieron el Secretario General y el
Presidente de la Comisión. El Representante Permanente de Brasil,
Embajador Valter Pecly Moreira hizo una presentación sobre la Cuarta
Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, realizada en
Manaus del 17 al 21 de Octubre de 2000.2 La
sesión contó con una nutrida participación de las delegaciones,
muchas de las cuales entregaron sus posiciones y aportes por escrito.3
El Presidente de la Junta Interamericana de Defensa, Mayor General Carl
H. Freeman, fue invitado a hacer una presentación ante la Comisión.4
A solicitud de varias de las delegaciones la Secretaría de la Comisión
preparó un resumen del desarrollo de las sesiones, el cual también se
encuentra anexo.5
- La evaluación e identificación de las formas para revitalizar y
fortalecer las instituciones del sistema interamericano relacionadas
con los diversos aspectos de la seguridad
Hubo una coincidencia apreciable entre las
delegaciones sobre las limitaciones que presentan instrumentos como el
TIAR y el Pacto de Bogotá, especialmente en lo que se refiere a su
universalidad y aplicabilidad a las nuevas circunstancias del continente,
contrastándolos con la vigencia que mantiene la Carta de la OEA.
Un tratamiento más detallado se dio en esta
oportunidad al tema de la Junta Interamericana de Defensa, señalándose
la participación limitada de los Estados Miembros de la OEA en la misma.
Así mismo se señaló que se debe resolver y aclarar su vínculo forma
con la Organización. Hubo también un amplio intercambio de opiniones
sobre las actividades que realiza la JID que incluyeron valoraciones
diversas de su participación en los programas de desminado, en la
elaboración de inventarios sobre medidas de confianza, en la
organización de la ayuda frente a desastres naturales y sobre los
curricula académica del Colegio Interamericano de Defensa. Así mismo,
se plantearon interrogantes y se virtieron apreciaciones sobre las
posibilidades de rotación de la presidencia de la JUNTA.
También se abrió una discusión de mayor extensión,
que en ocasiones anteriores, sobre la actual relevancia y pertinencia
del TIAR. Si bien el conjunto de las opiniones dan cuenta de que los
mecanismos del tratado han tenido una aplicación reducida en las
décadas recientes, y no vislumbran que vayan a invocarse con mayor
frecuencia en el futuro, no se rescata una posición convergente sobre
el tratamiento que se debe dar al TIAR, dentro del esfuerzo de
renovación de los mecanismos del sistema de seguridad. Por ello, se
puede destacar que este tema definitivamente requiere de mayor
discusión y trabajo. En esa tónica se hicieron propuestas en el
sentido de estudiar detenidamente los puntos mencionados con respecto al
tratado y se señaló que, al darse una declaración sobre los nuevos
compromisos hemisféricos en materia de seguridad, estos vendrían, de
hecho, a sobreponerse a aquellos contenidos en el TIAR.
La reunión reflejó el acuerdo, ya existente, sobre
la complementariedad entre los mecanismos sub-regionales de cooperación
en seguridad y el sistema hemisférico. Se ha señalado que aquellos
recogen realidades comunes, propias de países de zonas del continente,
y que deben ser fortalecidos por los mecanismos continentales renovados,
a la vez que éstos deben apoyarse en los procesos sub-regionales. En
este tenor se adelantó la posibilidad de avanzar en el establecimiento
de un mecanismo propio para el área del hemisferio, que se sumaría a
los que ya existen para Centroamérica y el Caribe.
Se reiteró la convergencia de opiniones en el
sentido de que esta Comisión debe ser el lugar de confluencia del
diálogo y negociación hemisféricos sobre la temática de seguridad,
en tanto es el único foro continental de carácter permanente y donde
se pueden generar negociaciones y acuerdos políticos, más allá del
intercambio de opiniones.
Relacionado con lo anterior, se trajo a la atención
de la reunión la unicidad de la agenda que la Comisión comparte con
las Reuniones de Ministros de Defensa. En este sentido, se expresó que
se debe avanzar paralelamente el desarrollo de los temas comunes, sin
esperar que un proceso absorba al otro, sino más bien estrechando y
consolidando los vínculos entre ellos. En para tal propósito
propusieron formas concretas como por ejemplo la de una invitación de
oficio al Secretario General y al Presidente de la Comisión por parte
de las Ministeriales, así como informar al Consejo Permanente sobre los
resultados de las mismas por parte del país anfitrión.
En lo que respecta a mecanismos que recojan los
posibles compromisos que se generen alrededor de los nuevos conceptos y
arquitetura de la seguridad hemisférica, se planteó la posibilidad de
adoptar una declaración en el futuro. Si bien no se descartó esta
propuesta como una posibilidad a considerar, se señaló que debería
verse con cierta cautela y retomar su discusión a medida que se
adviertan mayores avances substantivos, basados en los consensos
necesarários.
- El análisis de los enfoques comunes para abordar los diversos
aspectos de la seguridad internacional en el Hemisferio
En cuanto a los trabajos en el área de enfoques
comunes sobre la seguridad, se pudo constatar una aceptación
generalizada de un concepto amplio y polivalente, hacia la que se venía
avanzando en las reuniones anteriores. A partir de ahí, en esta
ocasión se pasó a considerar con mayor precisión el grado de amplitud
del enfoque y los principios que deben sustentarlo. Así, se explicó
que, por un lado, el concepto no puede ser tan amplio que arriesgue
perder su significado, ni ser tan estrecho que excluya preocupaciones
sentidas y particulares de los Estados Miembros. Hubo una amplia
reafirmación de que el enfoque de seguridad que se adopte deberá
enmarcarse rigurosamente dentro de los principios de las relaciones
interamericanas, contenidos fundamentalmente en la carta de la OEA. Se
expresó que la sujeción de los institutos armados al poder civil
constituía una aplicación de los postulados sobre democracia en el
ámbito de la seguridad.
Por otra parte se pudo notar una preocupación
compartida con respecto a algunas implicaciones de la adopción de un
concepto amplio de seguridad. En ese sentido se subrayó que cada Estado
mantenía la potestad de utilizar los medios más convenientes, a su
propio ordenamiento interno, para encarar las nuevas amenazas o las de
tipo no tradicional. En este sentido se hicieron alcances específicos
en cuanto al papel de las fuerzas armadas en la contención del crimen
organizado y el narcotráfico.
Finalmente, en cuanto a la realización de la
Conferencia Especial sobre Seguridad en el Hemisferio, se reafirmó que
antes de su realización es necesario culminar con los trabajos previos
previstos para que se garantice el éxito de la misma. En esta
dirección se acordó elaborar un cuestionario cuyos resultados deberán
trabajarse en una reunión de la Comisión durante el próximo mes de
febrero.
ANEXO I
RESUMEN DE LOS PROCEDIMIENTOS
Varias delegaciones presentaron declaraciones
generales sobre las posiciones de sus respectivos países con respecto a
los dos puntos del temario y, además, las delegaciones intervinieron
durante el análisis de cada uno. Se ofrece a continuación un resumen
de ese diálogo preparado por la Secretaría.
Punto 1 del temario.
Evaluación e
identificación de las formas de revitalizar y fortalecer las
instituciones del sistema interamericano relacionadas con los distintos
aspectos de la seguridad.
En relación con este punto del temario, la Comisión
intercambió ideas a propósito del Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR), el Tratado de Soluciones Pacíficas (Pacto de
Bogotá), la Junta Interamericana de Defensa, la Conferencia de
Ministros de Defensa de las Américas, las Cartas de la OEA y de las
Naciones Unidas, y la propia OEA, incluida la Comisión de Seguridad
Hemisférica. Con objeto de evaluar y definir formas de revitalizar y
fortalecer esas instituciones, las deliberaciones se concentraron en
tres cuestiones generales, a saber: su pertinencia en el marco de las
realidades actuales del hemisferio y sus necesidades con respecto a la
seguridad; su universalidad; y el foro y los mecanismos más apropiados
para tratar las cuestiones de seguridad a escala hemisférica.
a. La Junta interamericana de Defensa (JID)
En relación con la JID, su Presidente, Mayor General
Carl Freeman realizó una breve exposición y respondió a las preguntas
de las delegaciones relativas a varios aspectos. En este sentido, el
Presidente afirmó que la Junta puede ofrecer a la Comisión una amplia
variedad de especialidades y que sería deseable y alcanzable una
relación de trabajo más estrecha entre ambas instituciones.
En cuanto al tema de la representación, el
Presidente recordó que la incorporación a la Junta se encuentra
abierta para todos los estados miembros de la OEA e hizo hincapié en la
alta calidad de los funcionarios nombrados por los estados miembros.
Con respecto al carácter y funcionamiento
democráticos de la Junta, el Presidente señaló que los miembros de
ésta son nombrados por los estados por intermedio de un ministro de
Defensa civil, han jurado obediencia a los comandantes de sus
respectivas fuerzas armadas, cada miembro tiene un voto, las actividades
se ciñen a los mandatos explícitos de la OEA y abarcan cuestiones
civiles y militares, como la educación civil y militar, el desminado y
los desastres naturales. También en este sentido, enfatizó que en los
planos individual, orgánico e institucional la Junta es cuentadante en
el plano civil ante la Secretaría General de la OEA y los ministros de
Relaciones Exteriores de los estados miembros.
El Presidente instó a que más estados nombren
oficiales de estado mayor y otros representantes ante la Junta y a que
la Comisión considerara la financiación de una cátedra para que un ex
embajador se incorporara al cuerpo docente.
Con respecto al Colegio Interamericano de Defensa
(CID), el Presidente resaltó sus relaciones externas con instituciones
como el Lester B. Pearson Peacekeeping Center y el Departamento de
Defensa de los Estados Unidos.
El Presidente también explicó las fuentes y
asignaciones presupuestarias de la Junta y del Colegio, señalando que
siempre han funcionado dentro de los límites presupuestarios, que la
mayor parte de los US$2 millones que aporta la OEA se canaliza hacia el
Colegio y que se ha emprendido la búsqueda de fuentes de financiación
alternativas a fin de financiar programas académicos adicionales.
En respuesta a preguntas de la delegación del
Canadá acerca de las actividades de desminado, el Presidente informó
que se ha progresado considerablemente en Honduras y Costa Rica y que el
programa en Nicaragua está en vías de ampliación. Dijo, asimismo, que
la Junta sigue trabajando en estrecho contacto con la Unidad para la
Promoción de la Democracia (UPD) de la OEA en la búsqueda de recursos
para sufragar el costo de esas operaciones.
La delegación de Antigua y Barbuda sugirió que con
una ampliación adecuada de sus funciones, la Junta podría prestar
asistencia a los países del Caribe, incluidos los continentales que
poseen costa sobre el Caribe, en sus actividades contra el tráfico de
estupefacientes, en especial en lo atinente a la distribución de
información. Esa delegación también se refirió a la información
sobre el uso de la tierra y sugirió que la Junta asistiera a los
estados para obtenerla.
En respuesta a esas sugerencias y a una pregunta
sobre el proceso de modificación de la dirección actual de la Junta,
un representante de la Secretaría de Asuntos Jurídicos explicó que la
decisión tomada en la tercera reunión de la Junta nunca se incorporó
a las decisiones de la OEA y que la Carta de ésta no establece
claramente que la Junta sea un órgano permanente de la Organización, a
pesar de haber sido establecida por una Reunión de Consulta. Sugirió
que debe determinarse las funciones y la índole jurídica de la Junta
como primer paso para la evaluación de ésta y antes de una definición
de las formas en que pueda fortalecerse y revitalizarse.
La delegación de Costa Rica opinó que la Junta
puede ser muy útil para la OEA pero que actualmente se encuentra
subutilizada y sugirió su modificación a fin de permitir la
participación de más estados miembros lo cual, a su vez, serviría
para fortalecerla. Esta delegación ilustró acerca de la utilidad de la
Junta citando un estudio de evaluación fronteriza que ésta realizó en
1979 por solicitud del gobierno de Costa Rica.
La delegación de México manifestó que, por
invitación de los respectivos estados miembros, la Junta había hecho
una contribución sustancial a la educación para los esfuerzos de paz y
que había prestado asistencia a la Unidad para la Promoción de la
Democracia, de la OEA, en las operaciones de desminado en curso en
América Central. Esta delegación, empero, destacó que, de conformidad
con la resolución de la Asamblea General AG/RES. 1240(XXIII-O/93), la
Junta no está llamada a realizar actividades operacionales y esto, por
ende, limita sus funciones y hace que dicha delegación dude de que la
Junta pueda ampliarse para abarcar todas las funciones mencionadas por
el Presidente, como el mantenimiento de la paz y la seguridad ambiental.
Con respecto al Colegio Interamericano de Defensa (CID), la delegación
de México sugirió que fuera modernizado, desplazando su concentración
en la Guerra Fría hacia una perspectiva que comprendiera nuevos
problemas de seguridad y que aumentara el número de sus profesores.
Sobre la reforma de la Junta, esa delegación sugirió que está
prevista en la Carta de la OEA y que debe llevarse a cabo con la
participación de todos los estados miembros y adoptarse por consenso,
asegurándose la universalidad, la plena representación y el
funcionamiento democrático.
La delegación de Chile se refirió a la
universalidad de la Junta, señalando que 25 estados miembros de la OEA
también lo son de la Junta pero sólo 19 de ellos son participantes
activos, y sugirió que la medida en que la Junta alcance la
universalidad ayudará a la Comisión de Seguridad Hemisférica en su
análisis y evaluación de la Junta y reducirá los problemas de
carácter presupuestario.
La delegación de la Argentina opinó que la Junta
desempeña en el hemisferio una función vital en su esfera de
competencia.
La delegación de El Salvador manifestó su aprecio
por la labor que lleva a cabo la Junta, destacando su importancia para
el hemisferio. Señaló, asimismo, que la Junta trabaja con distintos
centros de estudios estratégicos y solicitó información acerca de sus
esfuerzos para estimular una participación mayor.
En respuesta a las cuestiones planteadas por estas
delegaciones, el Presidente de la Junta señaló lo siguiente:
- Medidas de fomento de la confianza y de la seguridad: La Junta
sólo compila las de naturaleza militar, de acuerdo con los mandatos
de la Asamblea General de la OEA y de la Conferencia de Ministros de
Defensa de las Américas y esa compilación ha recibido elogios de
los ministros de Defensa;
- Desastres naturales: La Junta trabaja activamente con la Comisión
sobre Preparación para casos de desastre y con la Organización
Panamericana de la Salud, y ha coordinado y fomentado el apoyo
siguiente a desastres naturales en América Central, especialmente
después del huracán Mitch, en colaboración con la UPD;
- CID: El plan de estudios del CID es objeto de examen permanente
para asegurar su afinidad con las realidades actuales, lo cual
incluye una activa cooperación con el Centro de Estudios
Hemisféricos, se procura ampliar el pequeño cuerpo docente estable
y los estudiantes participan cada vez en mayor grado en ejercicios
prácticos;
- Control de armamentos: La Junta posee experiencia en armas
pequeñas y trabaja en este aspecto del control de armamentos;
- Seguridad ambiental: La Junta ayuda con la limpieza en las
situaciones siguientes a los desastres y en lo atinente a la
contaminación del medio ambiente;
- Universalidad y participación: Varios estados hacen frente a
limitaciones financieras que reducen sus posibilidades de contar con
agregados militares en Washington, D.C., y la participación puede
reactivarse fácilmente por carta.
La delegación del Canadá opinó que la Junta debe
formar parte integral de la OEA para que en ella participen todos los
estados miembros de la Organización. Esta delegación también sugirió
que la Junta pase a ser la secretaría permanente de las conferencias de
ministros de Defensa y que se considere las cuestiones presupuestarias y
la posibilidad de que la presidencia sea rotatoria.
La delegación de Colombia manifestó que las
instituciones y los mecanismos hemisféricos relacionados con la
seguridad deben responder a las realidades actuales en esta materia y
que, para lograrlo, debe asignarse a la Junta nuevas funciones dentro de
la normativa de la Carta de la OEA, que debe clarificarse el vínculo
jurídico de la Junta con la OEA y que en la Junta deben estar presentes
todos los estados miembros.
La delegación del Brasil se refirió al documento
expositivo de su posición, distribuido antes, en el cual señaló que
las funciones consultivas y de asesoramiento de la Junta reflejan los
esfuerzos cooperativos del hemisferio en pro de la paz y la seguridad,
particularmente cuando promueven el intercambio de información y el
entendimiento entre las fuerzas armadas del hemisferio. Esta delegación
se manifestó dispuesta a participar en las deliberaciones conducentes a
transformar a la Junta en un órgano especializado de la OEA, pero
advirtió que no apoyaría la incorporación de una estructura militar
al sistema interamericano.
La delegación de Jamaica dijo que era imperioso que
la Junta continuara simplificando sus actividades y que debe
concentrarse en el Colegio, en la colaboración con la OEA y otros y
debe tratar de que todos los estados miembros de la OEA participen en
sus programas. Esta delegación también señaló que si la Junta no
adquiere importancia para todos los estados miembros, los esfuerzos para
que el Colegio sea más inclusivo serán infructuosos.
La delegación de los Estados Unidos propuso que la
Junta se amplíe y se reestructure a fin de adquirir un papel más claro
de asesoramiento para la CSH, ayudar al fomento de las relaciones entre
los ámbitos civil y militar y contribuir al diálogo y la cooperación
en torno a cuestiones de seguridad no tradicionales y responder a las
preocupaciones específicas de los pequeños estados insulares en esta
materia.
b.
La Carta de la OEA, el Tratado Interamericano
de Asistencia Recíproca (TIAR) y el Tratado interamericano de
Soluciones Pacíficas (Pacto de Bogotá)
La delegación de Jamaica manifestó que la Carta de
la OEA es el principal pilar del sistema interamericano respaldado por
el TIAR y el Pacto de Bogotá, pero que, si bien esos dos instrumentos
tienen significado histórico, no gozan de una adhesión universal, han
tenido uso limitado en el pasado y hoy día no están activos. Propuso
esta delegación que, por consiguiente, sean expurgados del marco
jurídico de la OEA, actualizados o reconocidos por su valor histórico.
La opinión jamaiquina fue compartida por la delegación de México, que
añadió que la Carta de la OEA es el mejor instrumento de asistencia
recíproca y que el TIAR dejó de ser operativo desde la adopción de la
Carta de la OEA, en 1948. La delegación de Antigua y Barbuda también
concordó con esta opinión, señalando que el TIAR ha perdido
pertinencia y no es posible invocarlo en el entorno hemisférico actual
atinente a la seguridad.
La delegación de Costa Rica observó que el TIAR es
el único instrumento hemisférico tocante a la seguridad colectiva y
que debe ser cuidadosamente revisado y reformado, al igual que el Pacto
de Bogotá, tomando en cuenta las nuevas realidades de seguridad, a fin
de darle mayor pertinencia y volverlo aplicable a todos los estados
miembros de la OEA. Las delegaciones de Argentina y Bolivia compartieron
esta opinión y la delegación argentina fue más allá, respaldando la
idea de que se examine ambos documentos en el seno de un grupo de
trabajo de la CSH, como lo sugiriera la delegación del Canadá. Ésta
concordó con que debe examinarse el TIAR en función de un marco
revisado de seguridad hemisférica y de medios eficaces para reflejar
las nuevas amenazas a la seguridad, y sugirió que podría reemplazarse
el tratado con una declaración de principios adoptada en la Conferencia
Especial sobre Seguridad ya prevista.
La delegación de los Estados Unidos manifestó su
acuerdo respecto de la necesidad de una revisión de esos instrumentos,
destacando la importancia de la inclusión y la pertinencia, y planteó,
para tenerse en cuenta durante esa revisión, estos interrogantes: 1)
¿El artículo 3 del TIAR se aplica a los conflictos entre estados del
hemisferio?, 2) ¿Se aplica el TIAR a los conflictos internos de los
estados?, 3) ¿El artículo 6, atinente a "cualquier otro hecho o
situación que ponga en peligro la paz en las Américas", abarca
las amenazas transnacionales?
La delegación de la Argentina también recordó que
actualmente la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos considera si
debe revisarse la Carta de la OEA.
c.
La Comisión de Seguridad Hemisférica (CSH)
Varias delegaciones sostuvieron que en virtud de su
universalidad, permanencia y estructura, la Organización de los Estados
Americanos constituye, por intermedio de su Comisión de Seguridad
Hemisférica, el foro apropiado para la consideración, negociación y
coordinación de los aspectos relacionados con la seguridad hemisférica.
En respaldo de esta posición, muchas delegaciones recordaron las
declaraciones formuladas en la Cuarta Conferencia de Ministros de
defensa (Manaos, Brasil, octubre de 2000) en el sentido de que la OEA es
el único foro viable para un diálogo inclusivo conducente al consenso
necesario para determinar las futuras políticas y cursos de acción
respecto de la seguridad hemisférica. La delegación del Brasil
señaló que las conclusiones a que se llegó en esa conferencia no son
obligatorias y que la CSH es el único foro político que puede
convertir esas ideas en una agenda política hemisférica. De la misma
forma, se indicó que el mandato de un amplio examen impartido por la
Cumbre de las Américas a la CSH es una muestra del reconocimiento
supremo que ésta ha recibido como el órgano más adecuado para tratar
las cuestiones de seguridad en el ámbito hemisférico.
Se sugirió, asimismo, que para hacer de este papel
una realidad, la Comisión debía fortalecerse y debía reforzarse sus
relaciones con otras instituciones, procesos y acuerdos subregionales.
d.
La Conferencia de Ministros de Defensa de las
Américas (CMDA)
La delegación del Canadá señaló que, si bien la
Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas se encuentra fuera
de la órbita de la OEA, es un valioso foro de fomento de la confianza
para los análisis e intercambios de opiniones sobre todas las
cuestiones de seguridad y que, por consiguiente,sería provechoso que la
OEA participara en sus sesiones. Esta delegación manifestó que esto
podría lograrse por medio de invitaciones permanentes al Secretario
General de la OEA y a la Presidencia de la CSH. La delegación de Chile
respaldó este parecer, agregando que la OEA y la CMDA tienen agendas
paralelas de cuestiones militares y políticas relacionadas con la
seguridad. Varias delegaciones manifestaron su respaldo al
fortalecimiento de las relaciones entre la CSH y la CMDA.
e.
Otras instituciones y arreglos, procesos y
acuerdos regionales
Varias delegaciones hicieron referencia a los
arreglos y acuerdos subregionales, como el Sistema Regional de Seguridad
de los países del Caribe Oriental, el Tratado Marco de Seguridad
Democrática en Centroamérica y la Declaración del Mercosur, Bolivia y
Chile, observándose que son todos ejemplos de cooperación y
transparencia que tratan preocupaciones específicas de grupos de
estados en materia de seguridad. Se dijo que el contacto entre esos
grupos y la CSH era necesario para la existencia de un sistema de
seguridad hemisférica verdaderamente coordinado.
La delegación de Antigua y Barbuda propuso que se
considerara al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre las
instituciones del sistema interamericano que guardan relación con la
seguridad, puesto que sus políticas y prácticas influyen directamente
en el desarrollo de los pequeños estados insulares del Caribe. La
delegación propuso, concretamente, que la pertenencia al BID se
universalizara y extendiera a cada uno de los miembros de la
Organización de los Estados del Caribe Oriental.
Punto 2 del temario. Análisis de los enfoques
comunes más apropiados que permitan abordar los diversos aspectos de la
seguridad internacional en el hemisferio.
Se manifestó un consenso general entre las
delegaciones presentes en el sentido de que el entorno de seguridad y
las realidades de los países americanos han cambiado en virtud de los
hechos políticos hemisféricos, intensificando los esfuerzos de fomento
de la confianza entre los países del hemisferio y las nuevas relaciones
internacionales. Se aceptó también, en general, que si bien la amenaza
tradicional de agresión militar contra el hemisferio aún tiene
relevancia, ya no es el problema primordial ni el más inmediato para la
paz y la seguridad de los estados de este hemisferio, sino que, más
bien, ha despuntado nuevas amenazas no militares que han alterado
sensiblemente la realidad del hemisferio en cuanto a la seguridad. Se
mencionó entre esas amenazas las que suscitan preocupación especial de
algunos estados, como el tráfico de estupefacientes y los delitos
conexos, desastres naturales, crimen transnacional organizado,
migración forzosa, acceso limitado al capital, violaciones de los
derechos humanos, inestabilidad política interna y terrorismo.
En virtud de estas nuevas realidades, se coincidió
en que debe definirse un nuevo concepto de seguridad hemisférica, así
como nuevos criterios para la consideración de las cuestiones de
seguridad. Habida cuenta de la disparidad y complejidad de la naturaleza
y la aplicabilidad de las preocupaciones de seguridad, varias
delegaciones señalaron que sería imprescindible que ese concepto y
criterios fueran inclusivos y tomaran en cuenta todos los aspectos de la
seguridad, las diferencias entre estados miembros y los distintos
instrumentos relacionados con la seguridad, incluida la Carta de la OEA.
Se afirmó, asimismo, que son necesarias respuestas multifacéticas, que
comprendan esfuerzos de civiles, militares y organismos internacionales,
para atender en la forma debida tal variedad de preocupaciones.
La delegación del Brasil llamó especialmente la
atención al hecho de que este hemisferio tiene un nivel relativamente
bajo de conflictos armados entre los estados y que, en efecto, el
continente es pacífico, y señaló que esto debería considerarse al
formular una definición de seguridad.
Las delegaciones de México y los Estados Unidos
hicieron referencia específica al valor de la negociación diplomática
y de la cooperación, como medios eficaces para resolver diferencias
entre las naciones que afecten su seguridad, y propusieron que se usara
este método en grado creciente, inclusive por conducto de la CSH.
Las delegaciones del Canadá y los Estados Unidos
pidieron que se elaborara una declaración de principios para orientar
el tratamiento de la seguridad hemisférica en el futuro.
Al tratarse este punto del temario, las delegaciones
también mencionaron la Conferencia Especial sobre Seguridad dispuesta
por la Asamblea General sobre la base de la decisión de los Jefes de
Estado y de Gobierno en la Segunda Cumbre de las Américas, que deberá
llevarse a cabo al comienzo del primer decenio del siglo XXI. La
delegación del Canadá sugirió que la Conferencia podría fijar
claramente la agenda de seguridad hemisférica adoptando la declaración
de principios de seguridad mencionada antes. La delegación de México
opinó que la CSH aún tiene mucho por hacer antes que pueda convocarse
esa conferencia.
Después de considerarse varias propuestas sobre la forma de proceder
con respecto a los mandatos impartidos por la Segunda Cumbre de las
Américas, la Comisión acordó la preparación de un cuestionario a fin
de obtener las manifestaciones de los estados miembros con sus
posiciones respecto de estos puntos del temario.
ANEXO II
CONSEJO PERMANENTE DE LA
ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
COMISIÓN DE SEGURIDAD HEMISFÉRICA |
OEA/Ser.G
CP/CSH-332/00
17 noviembre 2000
Original: inglés |
REUNIÓN ESPECIAL DE LA COMISIÓN DE SEGURIDAD
HEMISFÉRICA:
"LOS NUEVOS ENFOQUES SOBRE LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA"
(AG/RES. 1744 (XXX-O/00))
INFORME DEL RELATOR
I. INTRODUCCIÓN
La Comisión de Seguridad Hemisférica celebró la
reunión especial para examinar los nuevos enfoques sobre la seguridad
hemisférica emanados de la Segunda Cumbre de las Américas y suscritos
por la Asamblea General de la OEA en la resolución AG/RES. 1566 (XXVIII-O/98),
a saber:
Punto 15: Encomendar al Consejo Permanente que,
a través de la Comisión de Seguridad Hemisférica:
a. Efectúe el seguimiento y profundización de los
temas relativos a medidas de fomento de la confianza y la seguridad;
b. Realice un análisis sobre el significado,
alcance y proyección de los conceptos de seguridad internacional en
el Hemisferio, con el propósito de desarrollar los enfoques comunes
más apropiados que permitan abordar sus diversos aspectos, incluidos
el desarme y el control de armamentos; y
c. Identifique las formas de revitalizar y
fortalecer las instituciones del sistema interamericano relacionadas
con los distintos aspectos de la seguridad hemisférica.
Punto 16: Celebrar, una vez culminada las
tareas previstas en el párrafo precedente, la Conferencia Especial
sobre Seguridad.
Estos mandatos han sido reiterados en resoluciones
posteriores de la Asamblea General, y la Comisión ha recibido el
mandato de celebrar reuniones especiales para tratar estos temas, según
establece la resolución AG/RES. 1744 (XXX-O/00):
Punto 3: Solicitar al Consejo Permanente que,
por medio de la Comisión de Seguridad Hemisférica, celebre una
reunión especial con la participación de expertos de los Estados
Miembros para continuar desarrollando los enfoques comunes más
apropiados que permitan abordar los diversos aspectos de la seguridad
internacional en el Hemisferio.
En consecuencia, la Comisión celebró dos reuniones
especiales –una en abril de 1999 y otra en marzo de 2000– y decidió
celebrar una tercera el 13 y 14 de noviembre de 2000. La Comisión
preparó el proyecto de temario (CP/CSH-321/00 rev. 2) e invitó a
expertos gubernamentales a que participaran. El Presidente de la
Comisión preparó el temario anotado (CP/CSH-328/00).
II. DESARROLLO DE LOS TRABAJOS
La sesión inaugural se celebró el lunes 13 de
noviembre desde las 15.15 a las 16.30 horas. El primer vicepresidente de
la Comisión, Embajador Luis Lauredo, Representante Permanente de los
Estados Unidos, fue elegido relator de la reunión especial.
El Secretario General de la OEA, doctor César
Gaviria, hizo una exposición en la cual cubrió la amplia gama de temas
relacionados con la seguridad que el Hemisferio enfrenta y la labor
realizada por la OEA y la Comisión de Seguridad Hemisférica para
abordarlos.
El Presidente de la Comisión, Embajador Marcelo
Ostria Trigo, Representante Permanente de Bolivia ante la OEA, explicó
la metodología que se seguiría en esta reunión, destacando
particularmente la presencia del Presidente de la Junta Interamericana
de Defensa (JID), General de División Carl Freeman, y el representante
de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos, doctor Luis Jiménez, para
asistir a la Comisión durante sus deliberaciones. El Presidente hizo un
resumen general del tema, recordando el origen de los mandatos que
debían examinarse durante la reunión y ofreciendo algunas reflexiones
sobre la labor encomendada a la Comisión. En este contexto, el
Presidente observó que la Comisión había celebrado dos reuniones
especiales en cumplimiento de estos mandatos –en abril de 1999 y marzo
de 2000– y que en esas reuniones los Estados Miembros habían
presentado, en términos generales, ideas con respecto a las nuevas
percepciones de la seguridad.
El Embajador Walter Pecly Moreira, Representante
Permanente del Brasil, hizo una exposición sobre los temas tratados en
la Cuarta Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas,
celebrada en Manaos, Brasil, en octubre de 2000, refiriéndose
especialmente al reconocimiento dado en esa Conferencia a la OEA y a la
Comisión de Seguridad Hemisférica.
También asistieron a la sesión inaugural el
Secretario General Adjunto de la OEA, Embajador Luigi Einaudi, y el
Presidente de la Junta Interamericana de Defensa, General de División
Carl Freeman.
Las delegaciones de Antigua y Barbuda, Argentina, El
Salvador Estados Unidos y México hicieron comentarios en torno a las
presentaciones y también hicieron exposiciones generales. La
delegación del Canadá circuló un documento sobre aspectos de la
seguridad hemisférica. La delegación de los Estados Unidos puso en
conocimiento de la Comisión dos libros sobre medidas de fomento de la
confianza y la seguridad y gastos militares y transferencias de armas en
el ámbito mundial. El día siguiente se circuló el documento que
contiene la posición de la delegación del Brasil.
El 14 de noviembre la sesión comenzó a las 10.00
horas para considerar los puntos del temario:
1. Evaluación e identificación de las formas de
revitalizar y fortalecer las instituciones del sistema interamericano
relacionadas con los distintos aspectos de la seguridad hemisférica;
y
2. Análisis de los enfoques comunes más
apropiados que permitan abordar los diversos aspectos de la seguridad
internacional en el Hemisferio.
Las delegaciones de Antigua y Barbuda, Argentina,
Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El
Salvador, Estados Unidos, Jamaica, México y Venezuela hicieron
exposiciones sobre el punto 2 y también formularon comentarios sobre
los siguientes mecanismos e instituciones: el BID, el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), el Tratado Americano de
Soluciones Pacíficas (Pacto de Bogotá), la Conferencia de Ministros de
Defensa de las América, las Cartas de la OEA y de las Naciones Unidas,
y la propia OEA, incluida la Comisión de Seguridad Hemisférica. La
delegación de Antigua y Barbuda presentó una propuesta de incluir al
Banco Interamericano de Desarrollo en estas deliberaciones. Se
formularon diversas propuestas con respecto a los dos puntos del temario.
El Presidente de la JID hizo una breve exposición
sobre el papel de la Junta en el nuevo entorno de seguridad y sugirió
que podría ser revitalizado para ampliar la membresía y hacer que sus
funciones respondieran mejor a las necesidades de los miembros. En el
debate posterior, el General de División Freeman y el doctor Jiménez
respondieron a una serie de preguntas de las delegaciones.
Los comentarios formulados por las delegaciones en
relación con la JID se refirieron a la membresía, la pertinencia y la
modernización de la Junta.
Con respecto al TIAR y el Pacto de Bogotá, los
comentarios de las delegaciones también se refirieron a la pertinencia
y membresía de estos instrumentos.
En relación con la OEA y la Comisión de Seguridad
Hemisférica, los comentarios de las delegaciones versaron en torno a la
autoridad y capacidad de estos órganos de abordar la agenda de
seguridad hemisférica.
La Comisión consideró sus próximos actuaciones y
decidió preparar un cuestionario para solicitar los puntos de vista de
los Estados Miembros sobre temas relacionados con la seguridad
hemisférica y la futura Conferencia Especial sobre Seguridad. Las
delegaciones de Brasil, Canadá, Estados Unidos y México intervinieron
en relación con este punto.
El Presidente de la Comisión solicitó que las
delegaciones entregaran copia de sus intervenciones para las actas de la
reunión.
14 de noviembre de 2000
Embajador Luis J. Lauredo
Relator
ANEXO III
DISCURSOS PRONUNCIADOS EN LA SESIÓN INAUGURAL
1. Secretario General de la Organización de los Estados
Americanos, Dr. César Gaviria
\\OASNTADM1\HC\2001\cp7676sa.pdf
Nota:
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2. Presidente de la Comisión de Seguridad Hemisférica,
Embajador Marcelo Ostria Trigo
\\OASNTADM1\HC\2001\cp7676sb.pdf
Nota:
Para ver este archivo su computadora debe de tener instalado el programa Adobe
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3. Representante Permanente del Brasil ante la OEA,
Embajador Valter Pecly Moreira
INTERVENCIÓN DEL EMBAJADOR VALTER PECLY MOREIRA,
REPRESENTANTE PERMANENTE DEL BRASIL,
EN LA REUNIÓN ESPECIAL DE LA COMISIÓN DE SEGURIDAD HEMISFÉRICA
SOBRE LA IV CONFERENCIA MINISTERIAL DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
(Washington, 13 a 14 de noviembre de 2000)
Señor Presidente, reciba usted mis congratulaciones por
haber hecho posible esta reunión especial de la Comisión de Seguridad
Hemisférica.
Quisiera realizar una exposición sucinta, como
Representante Permanente del Brasil, acerca de la IV Conferencia Ministerial
de Defensa de las Américas que se llevó a cabo este año en Manaos, del 17
al 21 de octubre, con la presencia de representantes de 27 países del
continente.
Tuve oportunidad de formular algunos comentarios sobre la
Conferencia de Manaos en la sesión que el Consejo Permanente realizada el 8
de noviembre, después de la presentación del informe verbal del señor. En
esa ocasión me referí al discurso de apertura que pronunció el Presidente
Cardoso y a las razones por las que se escogió la capital del Amazonas como
sede de la reunión.
Para esta reunión, la Delegación del Brasil solicitó a
la Secretaría de la Comisión que se distribuyera a las delegaciones los
siguientes documentos relacionados con la IV CMDA: la "Declaración de
Manaus" y las conclusiones de los tres grupos de trabajo, a saber:
"La seguridad hemisférica al comienzo del siglo XXI", "La
confianza mutua en el continente americano, su situación y proyección para
la próxima década", y "Defensa del desarrollo: posibilidades de
cooperación regional".
Señor Presidente, la IV Conferencia Ministerial de Defensa
de las Américas constituyó una oportunidad única para el análisis de
propuestas que pudiesen ayudar efectivamente al debate en torno a la
definición de nuevos parámetros estratégicos de referencia en el proceso de
modernización de las estructuras nacionales de defensa de los países del
continente. Los responsables de las políticas de defensa de la región
pudieron tratar, con el espíritu franco y abierto que distingue a estas
conferencias, algunas cuestiones complejas –y muchas veces sensibles– en
materia de seguridad y defensa hemisféricas. Como bien se sintetizó en la
"Declaración de Manaus", aprobada al término de la reunión, la
Conferencia Ministerial de Defensa de las Américas tiene como finalidad
exclusiva la promoción y el conocimiento recíproco y el intercambio de ideas
en el campo de la defensa y la seguridad.
Durante la sesión plenaria, el Ministro de Defensa del
Brasil, Geraldo Quintão, destacó, entre otros aspectos, los grandes temas
abordados en las tres conferencias anteriores, entre ellos el refuerzo de la
democracia como requisito básico para el desarrollo y para la estabilidad
política y económica, y la participación de civiles y militares en
cuestiones que guarden relación con la defensa.
Un hecho especialmente importante para nuestra
Organización, que debe resaltarse aquí, fue la destacada participación de
la OEA en los trabajos de la conferencia, participación que mereció el
respaldo y estímulo especiales del gobierno brasileño. El Secretario
General, doctor César Gaviria, pronunció un discurso en la parte reservada a
las intervenciones de los ministros de Defensa y Jefes de Delegación,
mientras que el Presidente de la Comisión de Seguridad Hemisférica,
Embajador Marcelo Ostria Trigo, tuvo una intervención en el grupo de trabajo
al que se encomendó el tratamiento del tema "La seguridad hemisférica
en el comienzo del siglo XXI".
En su exposición, el Secretario General de la OEA destacó
que la agenda de la conferencia permitía comprobar que las prioridades
fijadas por los ministros de Defensa guardan consonancia con los temas
tratados por la OEA. Se refirió, además, a tres temas con respecto a los
cuales la Organización tratan de encontrar respuestas consensuales frente a
las amenazas que ahora se ciernen, a saber: el problema de las drogas, el
terrorismo y los desastres naturales.
También sobresale, en la exposición del doctor Gaviria,
la afirmación de que la consolidación de la democracia ha brindado al
hemisferio una oportunidad histórica para renovar y fortalecer su compromiso
y vocación profundos de paz, mediante la configuración de un nuevo paradigma
de seguridad. Esos temas, afirmó, han encontrado en la Organización de los
Estados Americanos un ámbito privilegiado de debate y negociaciones francas y
constructivas.
Nuestro Presidente, el Embajador Marcelo Ostria Trigo, por
su parte, puso de relieve en el seno del grupo de trabajo que mencioné, los
siguientes aspectos: la evolución de los conceptos de seguridad por medio de
una perspectiva histórica; los trabajos que viene realizando la Comisión en
esta materia, especialmente en cumplimiento de los mandatos de la Cumbre de
Santiago y de la Asamblea General de la OEA; y la necesidad de que exista una
coordinación estrecha y fluida entre las conferencias ministeriales de
Defensa de las Américas y la Comisión de Seguridad Hemisférica de la
Organización.
En el mismo grupo de trabajo, le cupo a la delegación
brasileña, por intermedio del representante del Ministerio de Defensa,
formular una exposición sobre el tema "El cuadro político-estratégico
en el ámbito mundial y regional: Nuevas amenazas y operaciones de paz",
en cuyo transcurso hizo hincapié en estos aspectos: el análisis del entorno
mundial y regional en materia de seguridad y defensa, con énfasis en el
continente sudamericano; los escenarios adversos y las nuevas amenazas; y la
posición y legislación brasileñas en relación con las operaciones de paz.
También se abordaron, en ese grupo de trabajo, los
subtemas "El sistema actual de seguridad hemisférica: Evaluación y
perfeccionamiento", a cargo de la delegación venezolana, y "Los
conceptos de seguridad y defensa", tema de nuestra reunión especial de
hoy, cuya relatoría se encomendó a la delegación argentina.
Por considerarlo útil para el desenvolvimiento de nuestros
trabajos, quisiera resaltar aquí las conclusiones a que llegaron nuestros
países, en la Conferencia de Manaos, en relación con el subtema "Conceptos
de seguridad y defensa":
1. Es importante adecuar los conceptos de seguridad y
defensa para configurar un entendimiento doctrinario en el ámbito de los
países del hemisferio.
2. Debe buscarse una definición amplia de la seguridad
hemisférica, capaz de satisfacer las condicionantes propias de cada región,
sin perder de vista el objetivo cardinal de la paz y el desarrollo del
continente.
3. El panorama incierto que caracteriza hoy día al
entorno internacional, impone que la defensa siga siendo una prioridad de
los gobiernos. En este sentido, el instrumento militar continúa revistiendo
una importancia fundamental para la supervivencia de los Estados.
4. Es importante que los países estimulen la
capacitación de civiles en cuestiones de defensa, así como la integración
entre civiles y militares en los debates de temas relacionados con la
seguridad y la defensa.
5. La seguridad y la defensa de cada país constituyen
responsabilidades de la sociedad como un todo, y no sólo de los militares.
6. La preocupación por la soberanía de los países
fortalece la idea de que se creen mecanismos de cooperación para el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y para hacer frente a
las amenazas transnacionales y a las crisis humanitarias.
La "Declaración de Manaus", aprobada en la
sesión de clausura en la tarde del día 19, recogió las conclusiones de los
tres grupos de trabajo.
Por intermedio de la "Declaración de Manaus",
los ministros de Defensa reconocen, entre otros aspectos importantes:
- que la democracia y las instituciones democráticas
constituyen elementos esenciales para la seguridad hemisférica,
- que los trabajos de la Conferencia Ministerial de
Defensa deben tener continuidad y, en tal sentido, se recomienda como
necesarias la coordinación y la cooperación entre los países;
- que la participación de los responsables de la defensa
de los países americanos en reuniones y actos bilaterales, subregionales o
regionales, es importante y debe estimularse;
- que las diferencias entre las realidades subregionales
no constituyen barreras para la cooperación y el intercambio, pero deben
respetarse y tenerse en cuenta en la concepción de un sistema de seguridad
equilibrado, que reconozca las circunstancias estratégicas peculiares de
las tres Américas; y
- que como temas importantes de interés para los países
participantes se destacan la seguridad hemisférica, las medidas de
confianza mutua, la cooperación regional para la defensa y el desarrollo, y
la evolución del papel de las Fuerzas Armadas en la democracia.
En la sesión de clausura se anunció el ofrecimiento de
Chile como sede de la próxima Conferencia Ministerial de Defensa, en 2002.
Puede afirmarse, señor Presidente, que la IV Conferencia
Ministerial de Defensa de las Américas alcanzó plenamente sus objetivos. Por
un lado, aprobó un documento de recomendaciones equilibrado, que refleja las
posiciones de los países de la región en relación con los temas de la
defensa y la seguridad del continente.
Por otro lado, al reunir a los responsables de las
políticas de defensa de la región, abrió cauce a un amplio intercambio de
experiencias, un análisis del marco global y regional, y un debate franco y
abierto en torno a temas de defensa, con posibilidades concretas de
cooperación, tanto bilateral como multilateral. Esos hechos, de por sí, son
fuente de confianza mutua y transparencia.
Finalmente, quedó asentado el entendimiento de que la
Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA tiene un papel fundamental en la
conducción de todos esos temas. Muchas gracias
Washington, 13 de noviembre de 2000
ANEXO IV
INTERVENCIONES DE LOS ESTADOS MIEMBROS6
-
Antigua y Barbuda
Brasil
Antigua y Barbuda
Canadá
Colombia
El Salvador
Estados Unidos
Jamaica
México
Venezuela
MISIÓN PERMANENTE DE ANTIGUA Y BARBUDA
ANTE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
Punto 1. Cuarta Conferencia de Ministros de Defensa de las
Américas
Declaración de Manaus
Señor Presidente, la Delegación de Antigua y Barbuda no
pudo estar presente en Manaus durante la reunión realizada del 16 al 21 de
octubre, hecho que lamentamos profundamente porque nos privamos de la
oportunidad de compartir varias iniciativas importantes con nuestros socios
hemisféricos. Creemos que las propuestas que pudo haber planteado nuestra
delegación, hubieran ejercido influencia en los resultados de la reunión y
en la Declaración de Manaos, pero aceptamos que la Declaración representa
las opiniones del hemisferio y refrendamos su contenido.
Sin embargo, hubiéramos propuesto que a los cuatro incisos
del asunto número 4 se agregara un quinto relativo a las preocupaciones
especiales de los pequeños estados insulares en materia de seguridad. La
atención a las necesidades especiales de los estados más indefensos del
hemisferio siempre ha sido uno de los temas de las anteriores conferencias
ministeriales de las Américas.
Si bien concordamos plenamente con que debe definirse los
"conceptos de seguridad y de defensa", tal como se estableció en el
quinto punto, mi delegación hubiera ido más allá, acordando una definición
–habida cuenta de las definiciones propuestas por esta Comisión- que buscara
la aceptación de las distintas definiciones ofrecidas por estados diferentes
tomando en cuenta el desequilibrio que existe en el hemisferio. En este
hemisferio se encuentran los estados más grandes y los más pequeños del
mundo.
En relación con el punto undécimo, mi delegación hubiera
sugerido la adición de un quinto inciso. Atento a la amenaza de desastres
naturales que se cierne sobre las islas pequeñas, especialmente los
provocados por el fenómeno del recalentamiento atmosférico, mi delegación
hubiera propuesto la inclusión de una referencia a la "urgente
ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático y su Protocolo de Kioto". La defensa de mi pequeño estado
insular frente a la crisis existencial que plantean la elevación del nivel
del mar, los huracanes espantosos, la desertificación y el cambio de los
patrones pluviales -para mencionar sólo algunas de nuestras preocupaciones en
materia de seguridad- hubiera llevado a que mi delegación insistiera en su
inclusión en la Declaración de Manaos.
Lamentamos nuestra ausencia, pero se nos ha asegurado que
nuestras preocupaciones reciben la consideración debida. Gracias.
Segundo día, 14 de noviembre de 2000
Punto 1. Evaluación e identificación de las formas de
revitalizar y fortalecer las instituciones del sistema interamericano
relacionadas con los distintos aspectos de la seguridad hemisférica:
Mi delegación quisiera referirse a otra institución del
sistema interamericano que reviste importancia primordial para la seguridad de
Antigua y Barbuda y de los estados insulares más pequeños, a saber el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID).
En primer lugar, sin embargo, quiero decir que mi
delegación se siente profundamente afectada por la admonición de mi colega
de los Estados Unidos, quien nos advirtió que una definición demasiado
amplia de la seguridad tendería a diluir nuestros esfuerzos. Si bien el BID
es una institución principalmente económica, su papel en nuestra matriz de
seguridad es importante debido a la dependencia absoluta de nuestros pequeños
estados con respecto al capital importado. El capital es el elemento vital del
desarrollo y se considera que el BID es una de sus fuentes más importantes.
Si bien el razonamiento por analogía entraña riesgos,
quiero explicar nuestra dependencia mediante la comparación con el petróleo.
Si a cualquier estado importador de petróleo representado en esta reunión,
se le negara la importación de petróleo, ese estado podría sostener con
razón que su seguridad se encuentra amenazada puesto que su colapso sería
seguro. Un suministro constante de petróleo es absolutamente necesario si ha
de garantizarse la defensa y la seguridad de cada estado y el capital cumple
un papel idéntico en el caso de un estado pequeño, desprovisto de recursos
naturales y dotado con una población pequeña.
Sin embargo, seis de los estados más pequeños del
hemisferio no son miembros de este Banco y, por ende, los seis estados más
pequeños no tienen acceso a los recursos del BID. Suele repetirse hasta el
aburrimiento que podemos lograr acceso por intermedio del Banco de Desarrollo
del Caribe, pero eso es tan inaceptable para nosotros como lo sería para
cualquier otro estado al que sólo pudiera asegurarse acceso a los fondos del
BID por intermedio de un tercero. Consideramos que esta situación dista de
ser aceptable y deseamos que la afiliación universal al BID se convierta en
realidad.
Se han presentado varias propuestas para asegurar esa
incorporación y es perceptible la resistencia a otorgar la condición de
miembros plenos porque las decisiones de fondo que deberían tomarse,
posiblemente estarían bajo la influencia, indebida para otros, de miembros
cuya participación en el capital accionario se vería reducida. Discrepamos
con esto. Sin embargo, los seis estados miembros, que lo son exclusivos de la
Organización de los Estados del Caribe Oriental (OECO), han convenido en
compartir un solo cargo en el Directorio del BID, pero las maniobras
dilatorias han pospuesto sin razón la oportunidad de nuestra incorporación.
En vista del tema que se trata, a saber Evaluación e
identificación de las formas de revitalizar y fortalecer las instituciones
del sistema interamericano relacionadas con los distintos aspectos de la
seguridad hemisférica, mi delegación insiste en que la afiliación
universal al BID es aún más importante para nuestra supervivencia que la
adhesión a varios de los tratados que aquí muchos consideran importantes
para la seguridad hemisférica. Sólo nos queda la esperanza de que antes de
la próxima Cumbre, la OECO ocupe un lugar en la mesa del Directorio del BID
como miembro. Gracias.
REUNIÓN ESPECIAL DEDICADA A
"LOS NUEVOS ENFOQUES SOBRE LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA"
13 Y 14 DE NOVIEMBRE
LA POSICIÓN BRASILEÑA
I. Evaluación e identificación de las formas de
revitalizar y fortalecer las instituciones del sistema interamericano
relacionadas con los distintos aspectos de la seguridad hemisférica.
I.1. Los instrumentos hemisféricos que guardan relación
con la paz y la seguridad, como la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y el Tratado
Americano de Solución Pacífica de Controversias.
Los mecanismos del sistema interamericano son
complementarios y tienen por objeto asegurar la paz en el hemisferio, promover
la solidaridad en nuestras actividades y fomentar la confianza mutua. El
Brasil considera que, en virtud de la complejidad de este tema, las
deliberaciones encaminadas a la revisión del sistema actual deben basarse en
parámetros precisos, propuestas coherentes y pautas firmes para la posible
reforma de los instrumentos.
La importancia de este proceso de renovación guarda más
relación con sus consecuencias sustantivas en el largo plazo que con urgencia
alguna. Cualquier ejercicio de revisión del concepto de la seguridad
hemisférica debe partir de dos premisas básicas, a saber: el hecho de que
los países de nuestra región tienen sus propias características en lo que
atañe a la seguridad y la necesidad de reconciliar nuestro nuevo concepto de
seguridad con la primacía de los principios básicos que rigen los asuntos
hemisféricos.
En el hemisferio compartimos un conjunto de principios
consagrados en la Carta de la OEA, como el de la adhesión a las normas de
derecho internacional, la no intervención en los asuntos internos, el respeto
a la soberanía y a la autodeterminación y la solución pacífica de las
controversias, principios que también han sido consagrados en la
Constitución brasileña.
I.2. Instituciones y procesos del sistema interamericano,
como las Cumbres de las Américas, la Organización de los Estados Americanos,
las reuniones ministeriales de defensa y la Junta Interamericana de Defensa,
junto con otros procesos, como las conferencias de comandantes en jefes de las
fuerzas armadas.
Por intermedio de la Comisión de Seguridad Hemisférica,
la OEA se ha convertido en centro del diseño de acuerdos para tratar las
preocupaciones comunes a todo el hemisferio y las que son específicas de cada
región. Por esta razón, la Comisión es el foro que alberga las actividades
de fortalecimiento del sistema interamericano.
La Cumbre de Santiago constituyó una oportunidad
significativa para consolidar los progresos logrados en materia de confianza y
seguridad hemisféricas. El Plan de Acción de Santiago fomenta, entre otras
iniciativas, el diálogo regional encaminado al fortalecimiento de las
instituciones del sistema interamericano, la puesta en práctica de las
decisiones tomadas por las conferencias regionales sobre medidas de fomento de
la confianza y la seguridad y el compromiso de trabajar para la adopción de
mecanismos de solución pacífica de las controversias ya existentes en el
sistema interamericano con objeto de resolver conflictos y disputas de manera
pacífica.
Las reuniones ministeriales de defensa facilitan el libre
intercambio de puntos de vista entre las autoridades de la defensa de las
naciones americanas y de esta manera han formado un caudal crítico de ideas y
tendencias. Sin embargo, puesto que sus conclusiones no tienen fuerza
obligatoria, las conferencias son de índole meramente consultiva. El mandato
político de llevar a cabo un examen del sistema hemisférico de seguridad fue
impartido a la Comisión de Seguridad Hemisférica.
Es importante que las deliberaciones mantenidas en
distintos foros sean transparentes -como es del caso aquí con las
conclusiones de la IV Conferencia Ministerial de Defensa- para que sea posible
la coordinación de los esfuerzos de promoción de la seguridad hemisférica.
En lo que concierne a la Junta Interamericana de Defensa,
opina el Brasil que sus funciones de consulta y asesoramiento reflejan los
esfuerzos cooperativos de la región en favor de la paz y la seguridad,
especialmente cuando promueven el intercambio de información y el
entendimiento entre las fuerzas armadas del hemisferio. Si bien el Brasil
estaría de acuerdo con la consideración de nuevos mandatos para la Junta, se
opone a las propuestas de creación de un plano militar en el sistema
interamericano y ha llegado al punto de sugerir que la Junta se convierta en
una organización especializada de la OEA.
I.3. Acuerdos, mecanismos y procesos de seguridad regional,
como el Sistema Regional de Seguridad (SRS), el tratado básico de seguridad
democrática en América Central y la declaración política del MERCOSUR,
Bolivia y Chile como zona de paz, y sus relaciones con otros acuerdos,
instituciones y procesos de seguridad hemisférica.
Los acuerdos subregionales deben enriquecer los esfuerzos
del hemisferio para revitalizar el sistema interamericano. El Brasil reconoce
que las diferencias entre los marcos estratégicos de América del Norte,
América Central y América del Sur, torna imposible un criterio único de
defensa. Cada región posee sus propias características y éstas reclaman
criterios específicos, iniciativas regionales múltiples y una cuidadosa
ponderación de las políticas a fin de armonizar los intereses.
Por consiguiente, no debe verse las iniciativas regionales
como expresiones de oposición o fragmentación ante un consenso
interamericano en ciernes, sino como etapas importantes que promueven la
fortaleza y la complementariedad de los acuerdos hemisféricos, puesto que
facilitan la identificación de cuestiones que puedan aplicarse más
comúnmente y su inclusión en el marco general.
El buen resultado de los bloques regionales de integración
económica, a su vez, alienta los esfuerzos para configurar una defensa más
integrada y estandarizada en términos de operaciones. Esos bloques sirven
para crear un entorno regional más seguro y previsible, que desanimen las
carreras armamentistas o las alianzas de privilegios.
La reunión de presidentes sudamericanos que tuvo lugar
este año en el Brasil, fue una iniciativa histórica que dio expresión a las
características específicas de nuestro hemisferio y vigorizó los lazos
entre los países sud En esa ocasión, los jefes de estado
reiteraron su compromiso con la integración en América Latina y el Caribe -una
meta de política exterior que es intrínseca a la identidad nacional de cada
país de la región.
II. Análisis de los enfoques comunes más apropiados que
permitan abordar los diversos aspectos de la seguridad internacional en el
hemisferio.
Como se indicó en el documento presentado a la Cuarta
Reunión Ministerial de Defensa de las Américas, hoy día el entorno mundial
se caracteriza por las incertidumbres que exigen una atención constante de
los gobiernos nacionales a la defensa y asignan a la presencia militar una
importancia vital para la supervivencia de los estados como unidades
independientes. Las fuerzas armadas son los instrumentos del derecho a la
defensa propia consagrado en la Carta de las Naciones Unidas.
Para que el debate sobre el alcance del papel que las
fuerzas armadas han de cumplir en las naciones americanas durante los
próximos decenios sea más rico, será necesario que cada país defina
claramente sus conceptos de seguridad y defensa.
En la nueva agenda de seguridad cobran lugar preponderante
una serie de riesgos y amenazas, como el crimen transnacional, las cuestiones
ambientales, las violaciones de los derechos humanos y la inestabilidad
política interna. Esos temas preocupantes para todas las naciones americanas
están más ligados con el amplio y complejo ámbito de la seguridad que con
la defensa y las misiones clásicas de las fuerzas armadas. En el escenario
estratégico actual, la creciente presencia de amenazas que no son militares
reclama esfuerzos conjuntos de las policías, las fuerzas armadas, otras
dependencias gubernamentales, mecanismos de cooperación internacionales y la
sociedad íntegra.
Sin embargo, a nuestro entender, las fuerzas armadas
regulares no deben ocuparse del delito organizado. En el Brasil, el tráfico
de drogas es una cuestión policial por mandato constitucional expreso. Las
fuerzas armadas respaldan las actividades policiales y aportan logística e
información.
En esta época de confianza y convergencia de intereses
crecientes entre los estados del hemisferio, el Brasil considera que debe
asignarse a la diplomacia un papel de primera línea en la ejecución y
respaldo de las iniciativas de integración y solidaridad hemisféricas. Por
esta razón, el Brasil aboga por el mantenimiento de los esfuerzos de
cooperación fronteriza y la intensificación de los intercambios entre las
fuerzas armadas de las naciones amigas. Nuestras acciones se guían por el
deseo de reunir a los países, reducir las tensiones y crear un clima positivo
en las Américas.
Washington, 10 de noviembre de 2000
EL PENSAMIENTO CANADIENSE EN MATERIA DE SEGURIDAD
HEMISFÉRICA
En la Segunda Cumbre de las Américas, que se llevó a cabo
en Santiago, Chile, los Jefes de Estado y de Gobierno instruyeron a la
Organización de los Estados Americanos (OEA) para que revitalizara y
reforzara las instituciones del sistema interamericano relacionadas con los
distintos aspectos de la seguridad hemisférica. La Comisión de Seguridad
Hemisférica (CSH) de la OEA recibió el mandato de llevar a cabo ese examen.
La opinión del Canadá, expuesta en su documento de abril de 1999 "Materias
de reflexión" y en su documento temático de marzo de 2000, es favorable
a la creación de un marco flexible para el análisis de las cuestiones de
seguridad en el ámbito hemisférico. El examen debe reunir los distintos
instrumentos de la seguridad hemisférica en un proceso cohesivo conducente a
una arquitectura que integre sus potenciales individuales, mejore la
comunicación entre ellos y elimine los vacíos entre las estructuras
existentes.
En la IV Conferencia Ministerial de Defensa, realizada en
Manaos, Brasil, se comprobó nuevamente que en este hemisferio el concepto de
seguridad comprende más que las clásicas cuestiones de defensa y militares.
Además de la solución de los litigios y reclamos territoriales, figuran
entre los temas de la seguridad hemisférica buena parte de la agenda de
seguridad humana, incluido el contraterrorismo, tráfico de estupefacientes,
defensa de la democracia, preparación para desastres y alivio de las
consecuencias de éstos, armas pequeñas y livianas, minas terrestres,
derechos humanos y medidas de creación de confianza.
Declaración de principios: El examen de la
seguridad hemisférica culminará con la conferencia especial sobre seguridad
que los Jefes de Estado y de Gobierno refrendaron en la Cumbre de Santiago. En
esa conferencia especial podría aprobarse una "declaración de
principios de seguridad" acordada por los estados miembros de la OEA que,
de hecho, reemplazaría al Tratado de Río (del cual no son partes todos los
estados miembros). Por consiguiente, esa declaración constituiría un texto
más amplio conforme al cual la OEA y, por ende, el sistema interamericano,
podría encauzar sus actividades en procura de un entorno de seguridad
pacífico y estable en las Américas. En un marco reformado de seguridad
hemisférica debería considerarse cuidadosamente la situación del Tratado de
Río.
El proceso de las reuniones ministeriales de defensa de
las Américas: El marco hemisférico existente incluye conferencias
ministeriales que promueven una agenda común atinente a varios temas, el más
importante de los cuales para la seguridad hemisférica es el proceso de la
Conferencia Ministerial de Defensa de las Américas (CMDA). Esas reuniones
constituyen un valioso ámbito de creación de confianza que brinda a
ministros y funcionarios jerárquicos la oportunidad de intercambiar opiniones
acerca de una amplia variedad de cuestiones de seguridad no tradicionales.
Sin embargo, al presente no existe un vínculo
institucional entre esas conferencias y la OEA. Por consiguiente, por lo menos
y como cuestión de principios, debería extenderse invitaciones permanentes
al Secretario General de la OEA y al Presidente de la Comisión de Seguridad
Hemisférica para que concurrieran a las conferencias y hablaran allí sobre
las actividades de la OEA que guardan relación con la seguridad. Luego, el
Secretario General o el Presidente de la CSH, o ambos, así como el
Representante Permanente ante la OEA del país sede de la conferencia,
deberían informar al Consejo Permanente y a la Comisión de Seguridad
Hemisférica sobre el trámite y resultados de la conferencia.
La Junta Interamericana de Defensa: Debe
incorporarse plenamente la JID a la OEA, modernizarse y considerarse la
modificación de su nombre.
Se dispondría la concurrencia del Presidente de la JID a
todas las reuniones de la CSH, merced a lo cual estaría en condiciones de
prestar asesoramiento técnico, en la medida requerida, acerca de las
cuestiones de seguridad que se sometieran a consideración de la CSH.
Debe incorporarse a los reglamentos de la JID la
presidencia rotatoria y el sistema de elecciones (en el seno del Consejo de
Delegados) para la ocupación de los restantes cargos, como consta en el
Capítulo III del reglamento actual de la JID. En general, los delegados y
funcionarios de la JID deben ocupar cargos que tengan relación directa o
indirecta con el marco de seguridad interamericano, para que en el
cumplimiento de sus cometidos en la JID pueda aprovecharse su experiencia al
máximo. Esto reforzaría el valor de la JID como instrumento de enlace entre
las fuerzas armadas del hemisferio. La JID también actuaría como fuente de
continuidad entre las CMDA, asegurando su seguimiento junto con la CSH. La JID,
como órgano integrado a la OEA, pasaría a ser la secretaría de las CMDA en
el futuro.
De los cambios mencionados en la JID podrían derivarse
modificaciones de la estructura del Colegio Interamericano de Defensa y una
JID revitalizada podría encargarse de la supervisión del programa
educacional del CID. Esta revisión del programa de instrucción del CID
permitiría que el Colegio madurase como institución académica de enseñanza
superior de materias de seguridad y defensa para la comunidad civil y militar
de la OEA.
Sería necesario un nuevo examen de los costos de una JID
modernizada. Actualmente, además de los fondos del presupuesto regular de la
OEA, la JID recibe fondos de respaldo para su presidencia (EE.UU.) y el uso de
instalaciones del país sede (también los EE.UU.). Dentro de una nueva
visión para la JID, podría combinarse un aporte del Fondo Regular de la OEA,
el refinamiento del presupuesto de la JID, el establecimiento de un fondo
voluntario específico y la asunción de responsabilidades adicionales por
parte de los estados miembros cuando ocuparan la presidencia.
El proceso de las Cumbres de las Américas: La
Comisión Especial sobre Gestión de Cumbres Interamericanas (CP) seguiría
oficiando como enlace principal entre la OEA y el proceso de las Cumbres de
las Américas en lo atinente a las cuestiones de seguridad, al igual que otras.
Conferencias de Comandantes de Fuerzas Armadas: Las
reuniones de los comandantes de las distintas ramas de las fuerzas armadas
seguirían siendo ajenas a la órbita de la OEA. Sin embargo, debería
instarse a sus responsables a que invitaran en forma permanente al Presidente
de la JID, quien informaría luego a la CSH sobre el resultado de esas
reuniones.
Próximos pasos y procesos: Considera el Canadá que,
a esta altura, sería útil que por intermedio de la Comisión de Seguridad
Hemisférica, se constituyeran grupos de trabajo sustantivos que prepararan
recomendaciones relativas a la JID, la Declaración de Principios y los
vínculos entre las instituciones y los procesos del marco de seguridad
hemisférica.
El grupo de trabajo encargado de estudiar la Declaración
de Principios debería considerar las cuestiones relacionadas con la
situación del Tratado de Río dentro de un marco reformado de seguridad
hemisférica, así como los modos eficaces de consideración de las nuevas
amenazas a la seguridad. De la misma manera, el grupo encargado de estudiar la
reforma de la JID debería tratar los aspectos concernientes a la
financiación. Los resultados del grupo de trabajo encargado de los vínculos
se volcarían, en definitiva, en la Declaración de Principios.
El Canadá tiene entendido que la CSH volverá a reunirse
en febrero de 2001 y recomendaríamos que, para esa reunión, estuvieran
disponibles los informes de los grupos de trabajo.
COLOMBIA
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EL SALVADOR
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DELEGACIÓN DE JAMAICA
La Delegación de Jamaica quisiera compartir algunas
reflexiones sobre los nuevos enfoques de la seguridad hemisférica. Pero antes
de hacerlo, permítanme agradecerle al General de División Freeman de la
Junta Interamericana de Defensa por su importante contribución y sus
respuestas a las diversas preguntas.
Al igual que otras delegaciones, Jamaica opina que el
propósito original de la JID ya no existe. Por lo tanto, debe hacerse un
esfuerzo concertado no sólo para aclarar los vínculos institucionales entre
la Junta y la OEA sino también para justificar la enorme asignación
presupuestaria a la Junta de recursos provenientes del Fondo Regular de la OEA.
Nos es muy grato escuchar al General de División Freeman hablar de los
esfuerzos de la Junta para lograr mayor eficiencia. A la luz de las
restricciones presupuestarias que enfrenta la Organización, creemos que es
imperativo que la Junta continúe dando los pasos necesarios para simplificar
sus operaciones.
Nos agrada saber que una porción importante del
presupuesto de la Junta se asigna al Colegio Interamericano de Defensa, y
quisiéramos destacar que la Junta continúa poniendo gran énfasis en este
aspecto de su labor de capacitación de personal militar y civil y, en lo
posible, procura colaborar con otras entidades de la OEA y otros organismos
regionales. También debe tratarse de asegurar una mayor representación de
los Estados Miembros de la Organización en los programas de capacitación del
Colegio. Los esfuerzos encaminados a alentar la participación en la Junta de
Estados Miembros como Jamaica, que no son miembros de la JID, no serán
fructíferos si la labor de la Junta no se relaciona con sus necesidades.
Con respecto a los nuevos enfoques de la seguridad
hemisférica, realmente concuerdan con las posiciones adoptadas por mi
delegación en ocasiones anteriores, incluso hace seis meses, en abril de
2000, cuando la Comisión celebró una reunión especial sobre este tema como
parte de nuestra labor permanente de elaborar una definición común de la
seguridad en el Hemisferio.
Como dijo mi delegación en esa reunión y en reuniones
anteriores, definir un solo enfoque conceptual de la seguridad hemisférica es
difícil, dada la amplia gama que cubre la agenda de seguridad, que se
extiende más allá de las cuestiones tradicionales en materia de defensa.
Comprende las nuevas amenazas a la seguridad e incluye nuevos actores, entre
ellos actores no estatales. Se ha reconocido que el Hemisferio no puede ser
visto desde una perspectiva de amenazas comunes. Si bien en efecto existen
intereses comunes y un compromiso compartido con la democracia, el marco
general económico, social y de seguridad de la región aún muestra gran
heterogeneidad, que se manifiesta en diferenciación regional y, de ahí, los
problemas asociados con la definición de conceptos universales. Esta
diferenciación resulta evidente, por ejemplo, en las preocupaciones no
tradicionales de seguridad de casi una tercera parte de los miembros de la OEA,
los pequeños Estados insulares del Caribe. Esas amenazas a la seguridad
incluyen el tráfico de drogas, el contrabando de armas y otras actividades
delictivas transnacionales, y las amenazas ambientales tales como los
desastres naturales. Últimamente podríamos agregar la pandemia del SIDA,
así como la deportación forzada de delincuentes a nuestras tierras.
En comparación con otras regiones del mundo, América
Latina y el Caribe se considera una zona de poco conflicto. No obstante, no
podemos ser demasiado confiados cuando se trata de los riesgos a la paz, la
seguridad y la estabilidad. Reviste importancia crítica, por lo tanto, la
formulación y aplicación de medidas para aumentar la confianza mutua. En
opinión de mi delegación, sin embargo, las medidas de fomento de la
confianza y la seguridad convencionales no son adecuadas para atender el
entorno de seguridad de todos los Estados Miembros de la Organización. Con
ello queremos decir que el tipo de fomento de la confianza que hemos estado
promoviendo, si bien es pertinente en el contexto de Estados Miembros con
capacidad y fuerzas militares significativas, es menos pertinente para los
Estados Miembros del Caribe, cuyas fuerzas de seguridad son pequeñas y se
dirigen al orden interno o se utilizan en la interdicción del tráfico
ilícito de drogas, las migraciones ilegales o la pesca de contrabando. Esta
diferencia justifica un enfoque de la seguridad hemisférica que tenga en
cuenta las peculiaridades de la agenda de seguridad de los pequeños Estados
insulares. Si hemos de abarcar a todos los Estados Miembros en la arquitectura
de la seguridad hemisférica, entonces es prudente que consideremos la
ampliación y el diseño de un enfoque más integral para que capte las
preocupaciones de una porción considerable de los miembros de la OEA.
Evaluación e identificación de formas para revitalizar y
fortalecer las instituciones del sistema interamericano vinculadas con los
diversos aspectos de la seguridad hemisférica
A la luz del cambio en el entorno de seguridad y a fin de
contrarrestar las nuevas amenazas y los nuevos desafíos a la seguridad
hemisférica, cabe reiterar que los nuevos instrumentos e instituciones del
régimen interamericano de seguridad exigen evaluación y una determinación
sobre el tipo de instrumentos e instituciones que se necesitan –de
necesitarse algunos– para promover la acción cooperativa en la esfera de la
seguridad.
Con respecto a los instrumentos hemisféricos a nuestra
disposición en materia de paz y seguridad, la Carta de la OEA es
evidentemente el pilar fundamental del sistema de seguridad hemisférica. La
Carta tiene como puntales el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y
el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas. Con frecuencia han surgido
preguntas sobre la vigencia de estos instrumentos, particularmente a la luz
del nuevo orden internacional tras la guerra fría. Ambos tratados han tenido
uso limitado en el pasado, y ninguno de los dos está activo hoy.
Los tratados nunca fueron plenamente ratificados y, por lo
tanto, no hay adhesión universal a ellos. Para todo fin práctico, el Tratado
de Río y el Pacto de Bogotá pertenecen más a la historia, y hoy no se
consideran instrumentos prioritarios para la paz y la seguridad del Hemisferio.
La ausencia de amenazas extrarregionales y la percepción de que las
democracias resuelven sus diferencia sin recurrir a la fuerza reafirman esta
posición. La cuestión ahora es si deben ser suprimidos del marco jurídico
de la Organización, o si deben ser actualizados, o sencillamente si los
Estados Miembros deben reconocerlos por su valor histórico más que por su
valor práctico. Más que emprender un largo ejercicio de revisión, mi
delegación cree que quizá sería más útil ver estos instrumentos en su
contexto histórico.
Con respecto a las instituciones y procesos, quisiera
reiterar nuestra posición de que la universalidad de la OEA hace que sea el
órgano apropiado, por medio de la Comisión de Seguridad Hemisférica, para
discutir asuntos de seguridad hemisférica conforme a los mandatos de la
Asamblea General y la Cumbre de las Américas y asumir un papel de
coordinación en materia de seguridad hemisférica.
Como se observó en la reciente reunión de Manaus, la
Conferencia de Ministros de Defensa brindó una excelente oportunidad de
consulta y comunicación al más alto nivel en cuestiones de seguridad. Desde
una perspectiva conjunta, y desde la perspectiva de las naciones individuales,
los Ministros de la CARICOM han subrayado la importancia y la necesidad de
cooperación al abordar las amenazas a la seguridad de la región. Una vez
más, teniendo en cuenta el carácter especializado de las reuniones
ministeriales de defensa, quisiéramos reiterar la importancia de la
inclusión de temas no tradicionales en la agenda.
Análisis de los enfoques más apropiados que se utilizan
para abordar los diversos aspectos de la seguridad internacional en el
Hemisferio
Hace unos momentos nos referimos a los enfoques para
abordar los diversos aspectos de la seguridad internacional en el Hemisferio.
Como indicamos, cualquier enfoque conceptual debe ser capaz de generar un
concepto integral de seguridad que abarque las diferentes formas en que se
manifiestan las amenazas a la seguridad del Hemisferio. También debe tener en
cuenta la vinculación entre la paz y la seguridad y el desarrollo económico.
MEXICO
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PALABRAS DEL
EMBAJADOR DE LOS ESTADOS UNIDOS, LUIS LAUREDO
ANTE LA REUNIÓN ESPECIAL DE LA
COMISIÓN DE SEGURIDAD HEMISFÉRICA SOBRE
NUEVOS ENFOQUES SOBRE LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA
14 DE NOVIEMBRE DE 2000
Nuestros presidentes y jefes de gobierno han planteado,
juiciosamente, el interrogante de "cómo revitalizar y fortalecer las
instituciones del sistema interamericano que guardan relación con los
distintos aspectos de la seguridad hemisférica". Hoy tenemos la
oportunidad de contribuir al debate regional en curso que culminará con una
conferencia especial sobre seguridad en el marco de la OEA.
Podemos considerar, por cierto, si el paradigma del Tratado
de Río constituye un anacronismo. Si bien ya no existe la amenaza de un
ataque extra-hemisférico que justificó la filosofía de defensa colectiva,
el tratado, junto con la Carta de la ONU, forma parte del mecanismo de
seguridad colectiva de la región. Empero, ¿qué realidades existen hoy que
no existían en 1947 y cuál debe ser nuestra respuesta común ante esas
realidades?
Nuevas realidades
Hoy día hacemos frente a un mundo diferente al de los
años cuarenta y no es de extrañarse que el sistema interamericano se
encuentre redefiniendo su estructura de seguridad.
En las Américas, hay diferencias importantes en cuanto a
la visión que los diversos miembros de nuestro hemisferio tienen de los
problemas de seguridad. Configuramos un abanico que va desde los Estados
Unidos, con una población de 270 millones de personas, a Saint Kitts y Nevis,
con 40.000. Esta diferencia de tamaño marca una distinción importante que es,
por ejemplo, las necesidades muy distintas de los pequeños estados insulares
del Caribe en materia de seguridad. Muchos estados del Caribe no tienen
fuerzas militares tradicionales y sólo dependen de pequeñas fuerzas
policiales o de unidades de seguridad especiales. Los estados del caribe
suelen definir sus preocupaciones con respecto a la seguridad en términos
mucho más amplios que los estados más grandes. Además de las amenazas
obvias, como el tráfico de estupefacientes, las preocupaciones adicionales de
los pequeños estados insulares van desde los efectos devastadores de los
desastres naturales a las consecuencias siempre dolorosas de los ajustes que
provoca la mundialización.
Igualmente significativas son las diferencias entre
América Central y América del Sur e, inclusive, dentro de ambas subregiones
existen distintas realidades y preocupaciones en cuanto a la seguridad. Más
importante aún, han evolucionado distintos acuerdos subregionales de
seguridad.
Además de las diferencias subregionales, en el hemisferio
hay también puntos de vista muy diferentes tocantes a las amenazas. Hoy día,
los conceptos en cuanto a las amenazas han variado radicalmente, disolviendo
el antiguo consenso en torno a las que debían constituir el foco de los
esfuerzos de cooperación hemisférica respecto de la seguridad. La
definición tradicional y estrecha de la seguridad concentrada en un posible
ataque externo, dejó paso a un concepto multidimensional que comprende
aspectos militares, políticos, económicos, sociales y naturales o
ambientales. El hemisferio no hace frente a una agresión externa, sino a
nuevas amenazas prominentes en el seno de la región, que exigen respuestas
coordinadas, cooperativas y multilaterales.
Al presente existen en las Américas amenazas a la
seguridad transnacionales y no tradicionales, a saber el terrorismo, el
tráfico de estupefacientes, los desastres naturales y ambientales, las
empresas delictivas transnacionales y la inmigración ilegal. A menudo, esas
amenazas exigen respuestas multilaterales de los gobiernos, puesto que ningún
estado o combinación de estados pueden hacerles frente solos. Esas amenazas
modernas también constituyen problemas multisectoriales que requieren
respuestas multifacéticas de distintas organizaciones nacionales que actúen
en la forma apropiada y de acuerdo con normas y principios democráticos.
Por ende, ¿a qué conclusiones y evaluaciones podemos
llegar con respecto al sistema interamericano de seguridad hemisférica sobre
la base de las nuevas realidades y problemas de seguridad en las Américas?
CONCLUSIONES
En primer lugar, debe reforzarse nuestro compromiso
democrático común por medio de una arquitectura de seguridad que refleje
nuestros valores y principios comunes -el compromiso con la democracia, la
libertad, la justicia y la protección de los derechos humanos. En lo atinente
a la seguridad, esto comprende la primacía de la autoridad civil sobre las
fuerzas armadas. Requiere que nuestras naciones cuenten con los medios
apropiados para respaldar al hemisferio contra las amenazas transnacionales de
una manera que refuerce esos valores comunes. Son elementos que forman parte
de la necesidad constante que tiene nuestra región de definir la seguridad
dentro del marco actual de la seguridad.
En segundo término, necesitamos un sistema interamericano
de seguridad que sea inclusivo. A esta altura, de los treinta y cuatro estados
miembros, veinticinco son miembros de la Junta Interamericana de Defensa,
sólo trece han ratificado el Pacto de Bogotá, sólo veintidós han
ratificado el Tratado de Río y sólo siete han ratificado sus protocolos. Con
un par de excepciones, los estados del Caribe no participan en los
instrumentos interamericanos de seguridad y tampoco lo hace el Canadá.
Cualquiera sea la estructura que configuremos al cabo de este examen, debe ser
una que todos los estados consideren adecuada a sus preocupaciones en materia
de seguridad y en la que puedan participar entusiastamente.
En tercer lugar, si bien existe hoy día un consenso claro
en cuanto a que debe actualizarse el concepto hemisférico de seguridad,
debemos obrar con cuidado al definir las amenazas comunes a nuestra seguridad.
Una definición muy estrecha puede dejarnos desguarnecidos para tratar las
preocupaciones singulares de los estados más pequeños, pero una definición
muy vasta entraña el riesgo de asignar prioridades falsas y recursos
inadecuados a problemas de índole completamente distinta. Debemos precavernos,
asimismo, contra la definición de cualquier problema como una cuestión de
seguridad, para evitar que el concepto pierda significado. Como región,
debemos evitar la rotulación de problemas que son principalmente económicos
o sociales como cuestiones de seguridad, pues de lo contrario nos
encontraremos usando los instrumentos equivocados para solucionar problemas
reales.
En cuarto término, esas amenazas transnacionales modernas
son problemas multisectoriales que exigen respuestas multifacéticas de
distintas organizaciones nacionales, dependientes de la índole y la gravedad
de la amenaza. Al presente, es mucho más frecuente que la respuesta a las
nuevas exigencias en materia de seguridad se encuentre en entidades civiles,
más que en las militares y en las fuerzas armadas tradicionales. Cada país
debe crear el equilibrio en el seno de su propia experiencia nacional y, en
algunos casos, quizá sea necesaria una respuesta civil y militar combinada.
Será necesaria una comunicación efectiva entre los gobiernos nacionales para
responder adecuadamente y aumentar la capacidad para llevar a cabo acciones
conjuntas y combinadas. En muchos casos, la respuesta de la región podrá
requerir acciones de elementos civiles y militares, dirigidos por los
gobiernos. La capacitación conjunta, la profesionalización de las fuerzas de
seguridad y cierta capacidad para el funcionamiento conjunto de dependencias
gubernamentales similares, serán necesarios para que exista una cooperación
multilateral eficaz.
En quinto lugar, debemos reforzar y coordinar de mejor
manera las instituciones y los procesos del sistema interamericano de
seguridad hemisférica. En 1995, la OEA creó la Comisión de Seguridad
Hemisférica, que es el primer foro regional permanente para la consideración
de cuestiones de control de armamentos, no proliferación, defensa y seguridad.
Desde 1995, la OEA ha configurado un caudal impresionante de logros, mediante
la adopción por consenso de más de cincuenta resoluciones sobre control
regional de armamentos, defensa y políticas de seguridad que han servido para
definir, por la vía de la acción, el concepto de seguridad hemisférica.
Debemos esforzarnos para seguir fortaleciendo a la
Comisión de Seguridad Hemisférica. Asimismo, debemos tratar de que se
intensifiquen la interacción y la eficacia de otros procesos del sistema
interamericano, como las conferencias ministeriales de defensa y las
conferencias de las fuerzas armadas americanas, asegurando que todas hagan un
aporte a la agenda de seguridad hemisférica. a. Quizá, también, quepa
preguntarse si no habrá llegado el momento de que la región imparta a la JID
un mandato claro para que cumpla un papel de asesoramiento técnico en materia
de seguridad y defensa dentro de la estructura de la OEA.
Esa función debería incluir la ampliación de la Carta de
la Junta para encomendarle a ésta el fomento de las relaciones entre los
ámbitos civil y militar y la contribución al diálogo y la cooperación en
torno a cuestiones de seguridad no tradicionales; la búsqueda de una mayor
participación regional en la Junta, particularmente de especialistas civiles
en seguridad y dependencias encargadas de vigilar el cumplimiento de la ley; y
el estudio de los mecanismos que le permitan a la Junta responder a las
necesidades de los pequeños estados insulares en materia de seguridad.
Esperamos que nuestros gobiernos puedan abrir cauces constructivos para la
reestructuración de la Junta y para impartirle a ésta nuevos mandatos que
contribuyan a nuestra agenda común de seguridad hemisférica.
Desde la perspectiva de los Estados Unidos, una parte
esencial del trabajo de la OEA y de nuestros estados en la revisión de las
instituciones del sistema interamericano relacionadas con la seguridad
hemisférica, debe ser una expresión común de principios de seguridad
hemisférica basada en las instituciones y procesos interamericanos existentes.
Este documento recogería el rico historial del hemisferio y las realidades
actuales y, más importante aún, una expresión común de seguridad
hemisférica nos daría una orientación para el nuevo milenio.
Creo firmemente que, en este campo, tenemos en común mucho
más de lo que se percibe a simple vista. Si bien, como se dice, el diablo
está en los detalles, todos los gobiernos y lo que es más importante, los
pueblos que representan en el continente de los líderes elegidos en forma
democrática, están unidos en el compromiso de trabajar juntos para
configurar una nueva visión de la seguridad hemisférica.
Sin embargo, el tiempo es esencial. La época moderna exige
resoluciones rápidas y los debates sin fin son cosa del pasado. El filósofo
José Ortega y Gasset elaboró el concepto "del hombre y sus
circunstancias" y el mismo principio se aplica a las naciones. Las
circunstancias de hoy día en las Américas nos encuentran en paz y unidos en
torno a valores comunes. El tiempo es hoy. Avancemos con audacia y rapidez.
Nuestros pueblos lo exigen. Gracias
VENEZUELA
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ANEXO V
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA
JUNTA INTERAMERICANA DE DEFENSA
DISCURSO DEL MAYOR GENERAL
CARL H. FREEMAN
PRESIDENTE DE LA JUNTA INTERAMERICANA DE DEFENSA
13 Y 14 DE NOVIEMBRE DE 2000
Señor Presidente, Embajador Ostria Trigo, distinguidos
embajadores, miembros del cuerpo diplomático y funcionarios de la Comisión
de Seguridad Hemisférica. Les agradezco que me hayan invitado a estar hoy
aquí.
Durante las semanas recientes me he reunido personalmente
con muchos de ustedes para considerar el papel de la Junta en circunstancias
en que ingresamos al nuevo entorno de seguridad del siglo XXI. He tomado
conocimiento de que ustedes desean que la Junta pase a ser una organización
más productiva y sensible, y hoy quisiera aprovechar esta oportunidad para
sumarme al llamado de ustedes en favor de una reforma y solicitarles su ayuda
para alcanzar esta meta.
Los programas internacionales de la Junta en aspectos como
el desminado humanitario, las medidas de creación de confianza, la asistencia
en casos de desastres naturales y la educación, constituyen logros
excepcionales. Son un testimonio de la buena voluntad y la fraternidad
existentes en nuestro hemisferio y demuestran lo que puede lograrse cuando las
autoridades civiles y militares trabajan juntas. Empero, el reconocimiento de
este progreso sólo indican que debemos esforzarnos para hacer más, no menos.
De hecho, la Junta puede y debe hacer más.
Muchos, entre ustedes, me han dicho que la Junta debe
responder a los intereses de los estados miembros en forma eficaz en función
del costo. Si bien puedo asegurarles que la Junta cumple sus mandatos actuales
de manera eficiente, necesito la asistencia de ustedes para hacerlo mejor.
Creo que la Comisión puede ayudar a la Junta en tres aspectos, a saber:
revitalización, inclusión y pertinencia. Concretamente:
• Revitalización de la Junta. Para obtener mejores
frutos de la gestión de la Junta, debe formalizarse sus relaciones
jurídicas y administrativas, porque esto permitirá que se le solicite
asesoramiento y servicios consultivos con más regularidad. Por ejemplo,
acogemos con satisfacción la oportunidad de preparar informes anuales que
respalden el trabajo de esta Comisión.
• Inclusión. Cada nación debe estar representada
activamente en la Junta y ejercer su derecho fundamental al voto en sus
actividades. Después de todo, esta es su Junta y la mejor forma de promover
sus intereses es actuando en su consejo. Les solicito que consulten con sus
autoridades militares o con los jerarcas civiles de los servicios de defensa
y nos ayuden a encontrar la forma de que cada nación participe.
• Pertinencia. La Junta debe llevar a cabo actividades
que respondan a las necesidades de la región. la adopción de resoluciones
que instruyan a la Junta para preparar informes concretos sobre temas como
el control de los armamentos, la seguridad ambiental, el mantenimiento de la
paz o la educación en materia de derechos humanos, son apenas algunos de
los logros que pueden concretarse y la Junta puede hacer todo eso sin
aumento de sus costos.
Me alientan las deliberaciones de la Comisión en torno a
las cuestiones que influyen en la paz y la seguridad en el nuevo milenio y les
solicito, respetuosamente, que ayuden a asegurar que la Junta y el Colegio
estén en condiciones de adaptarse para atender a las necesidades de esta
nueva era. Muchas gracias por su tiempo y su atención.
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
- Anexo II, Informe del Relator, documento
CP/CSH-332/00.
- Anexo III, Discursos Pronunciados en la Sesión
Inaugural.
- Anexo IV, Intervenciones de los Estados Miembros.
- Anexo V, Discurso el Presidente de la Junta
Interamericana de Defensa.
- Anexo I, Resumen de los Procedimientos.
En orden alfabético.
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