Fomento de la confianza y la seguridad
Libros de Política de Defensa
REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
BASES
PARA UNA POLITICA
DE
DEFENSA NACIONAL
OCTUBRE de 1999
INDICE GENERAL
PROLOGO DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL, Dr.
Juan Luis Storace.
CAPITULO I.- LA SITUACION INTERNACIONAL
1.- El panorama internacional
2.- Un mundo que cambia rápidamente
3.- El cuadro regional
CAPITULO II.- NUESTRO PAIS
1.- El ámbito geográfico
2.- Aspectos económicos
3.- Relaciones internacionales
CAPITULO III.- LOS INTERESES NACIONALES
1.- Los intereses primarios
2.- Los intereses estratégicos
3.- Los intereses humanitarios
CAPITULO IV.- CONCEPTO DE DEFENSA NACIONAL
CAPITULO V.- OBJETIVOS DE LA DEFENSA NACIONAL
CAPITULO VI.- CONDUCCION DE LA DEFENSA NACIONAL
CAPITULO VII.- EL ROL DE LAS FUERZAS ARMADAS
CAPITULO VIII.- POLITICA DE DEFENSA Y POLITICA
EXTERIOR
CAPITULO IX.- POLITICAS DE DEFENSA
CAPITULO X.- EL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
1.- Competencias
2.- Organización
3.- Marco jurídico
CAPITULO XI.- LAS FUERZAS ARMADAS
1.- El Ejército Nacional
2.- La Armada Nacional
3.- La Fuerza Aérea Uruguaya
PROLOGO DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL
Si bien los temas de la defensa nacional son objeto
de análisis en los ambientes académicos militares y forman parte del
discurso político, en nuestro país se advierte la falta de una
publicación oficial que sirva de referencia en la materia. Ante esta
situación consideramos conveniente contar con un documento que, al
igual que lo han hecho otros países, informe a la sociedad y a la
comunidad internacional sobre los objetivos e instrumentos de nuestra
Defensa Nacional.
El presente trabajo, como su nombre lo indica, es
introductorio y base para el futuro Libro de la Defensa Nacional, y para
la elaboración de las doctrinas de cada Fuerza, lo que implicará la
participación de distintos organismos gubernamentales y del ámbito
académico con especialización en la materia.
Es una tarea muy ambiciosa, que conllevará un
esfuerzo colectivo de varios años y una importante coordinación, por
lo que se han impartido las directivas pertinentes, encontrándose
trabando en el proyecto los diferentes órganos del Ministerio de
Defensa Nacional.
De esta forma, la Secretaría de Estado cumple con el
expreso mandato del Poder Ejecutivo que le atribuyó la fijación de la
Política de Defensa Nacional como un cometido específico y propio.
Creemos que este documento permitirá llenar un
importante vacío de información sobre una de las funciones primarias
del Estado, contribuyendo a la difusión de los fundamentos de nuestra
Política de Defensa, tanto dentro como fuera del país, fomentando el
compromiso de nuestros compatriotas en torno a un tema que es de todos,
que refiere a la estabilidad de nuestro Estado independiente y soberano.
El fin de la confrontación Este – Oeste ha
determinado un ambiente internacional inestable, cuya evolución resulta
difícilmente predecible. Aunque se han reducido los riesgos de una
confrontación nuclear a escala mundial, también ha desaparecido la
antigua previsibilidad estratégica, ocupando su lugar otros riesgos y
amenazas como el terrorismo, los extremismos étnicos y religiosos, el
narcotráfico y el acceso a las armas de destrucción masiva.
En este cuadro mundial de incertidumbre, la Defensa
Nacional continua siendo una importante prioridad para todos los
gobiernos.
En nuestro continente, el camino de la
institucionalidad democrática ha contribuido a disminuir las
posibilidades de conflicto entre los países del área, permitiendo que
líderes con una legitimidad surgida de las urnas, resuelvan sus
diferencias mediante el diálogo y la negociación, en lugar de utilizar
el recurso de las armas. Es así que en los últimos años se han ido
resolviendo pacíficamente distintos conflictos que habían alimentado
la rivalidad y el odio entre hermanos americanos, dando paso a una nueva
era de cooperación y entendimiento entre los pueblos.
En el Uruguay, con más de un siglo sin verse
envuelto en conflictos externos, se trabaja activamente para promover
una mayor integración regional y continental. Las Fuerzas Armadas
participan con distinción en numerosas misiones de mantenimiento de la
paz, en países muy lejanos.
La tranquilidad en lo exterior y el panorama actual
en la región han llevado a cuestionar los asuntos de la defensa
nacional, instalándose la discusión sobre el rol actual de las Fuerzas
Armadas, fundamentalmente en ciertos foros académicos y en la prensa.
En este entorno social es aceptada toda discusión
seria y responsable sobre la cuestión, ya que consideramos que la
defensa nacional es uno de los grandes temas del país, que constituye
una responsabilidad del conjunto de la sociedad y no sólo del
Ministerio de Defensa Nacional o de las Fuerzas Armadas.
Si bien compete al gobierno la formulación de una
Política de Defensa, consideramos que la misma debe ser una Política
de Estado, respaldada por el nivel de conducción política y por un
amplio consenso social. Cuando se trata de la seguridad externa de un
país, todos los sectores de actuación del Estado se ven involucrados:
el de la defensa, el de Interior, el de Relaciones Exteriores y el
Económico. Se trata de un esfuerzo colectivo en el cual si bien las
Fuerzas Armadas tienen un rol trascendente, la participación de los
demás actores es también necesaria.
En el presente trabajo los lectores encontrarán
algunas referencias a la política exterior de nuestro país, por lo
cual resulta necesario aclarar que no ha sido nuestra intención
interferir en las competencias propias de otras Secretarías de Estado,
sino la de destacar la importancia de la complementación de todos los
sectores de actuación del Estado, para asegurar los intereses vitales
de nuestra Nación.
En este sentido todas las referencias a la política
exterior uruguaya, las hemos realizado en forma armoniosa con los
postulados de la política exterior nacional, evitando incursionar en
temas sobre los que no hay una posición oficial de la Cancillería. La
presente publicación es una primera aproximación al tema, a la que
seguirá otra más completa, para cuya elaboración seguramente se
contará con la participación de representantes del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
Al finalizar deseo reiterar que, con esta
publicación, presentamos un documento oficial que no tiene antecedentes
en nuestro país y que representa exclusivamente la posición del
Ministerio de Defensa Nacional. Alimentamos la esperanza de que con
éste se abra paso a un debate nacional franco y abierto, sobre un tema
de particular trascendencia para el futuro de la República.
DR. JUAN LUIS STORACE.-
MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL
MONTEVIDEO, AGOSTO DE 1999.-
CAPITULO I.- LA SITUACION
INTERNACIONAL
1.- El panorama internacional
El mundo muestra la existencia de una única
superpotencia, los Estados Unidos de América, con capacidad para jugar
simultáneamente un rol preponderante en los campos político, militar y
económico. Con la economía mayor del mundo, su incidencia es tal que
es posible relacionar el aumento de su productividad, con el aumento de
la competencia internacional, y con el establecimiento de un parámetro
mayor de productividad para la economía mundial en su conjunto.
Por su parte, si bien Rusia ya no se encuentra entre
las diez mayores economías del mundo, por su poderío militar y sus
capacidades potenciales, ostenta la categoría de potencia. Además, ha
tenido una destacada participación en materia de seguridad
internacional, pudiendo señalarse como ejemplo más reciente, el
acuerdo alcanzado en Kosovo con intervención de la diplomacia rusa.
Japón tiene una capacidad limitada para proyectar su
poder militar pero es también una potencia en función del tamaño de
su economía, la segunda del mundo.
Aunque Unión Europea no es un país, su peso
económico y político en el sistema mundial es fundamental, y la
reciente participación de la OTAN en los Balcanes, es una indicación
clara del papel de las fuerzas militares de la Alianza Atlántica en
materia de seguridad del continente europeo. Considerada en su conjunto,
la Unión Europea es sin duda otro de los grandes protagonistas de la
escena internacional.
En Asia se encuentran dos gigantes cuyas poblaciones
reúnen más de dos mil millones de personas: China e India. La
población de esta última, con una tasa de crecimiento mayor que la de
China, se prevé que habrá de superar a ésta en el año 2035. La
economía china ha venido creciendo a un promedio del diez por ciento en
los últimos diecinueve años, y si bien actualmente enfrenta algunos
problemas, todo indica que será una de las grandes potencias del
próximo siglo. En cuanto a la India, ha iniciado un camino de apertura
de su economía, que le permite exhibir éxitos muy significativos, por
ejemplo, desde 1992 ha venido creciendo a un ritmo del seis por ciento.
Estos dos países verán crecer la capacidad de demanda de sus
habitantes, en particular en materia alimentaria, lo que llevará a un
aumento de la producción agroalimentaria de los países productores de
alimentos, y de la capacidad de los buques que habrán de transportar
dichos productos, generando una dinámica muy particular en el comercio
internacional.
La Carta de Naciones Unidas continúa siendo el marco
jurídico base para el sistema de seguridad internacional, y de acuerdo
con ella la organización internacional ha definido los instrumentos
necesarios para enfrentar las situaciones de conflicto. Ellos son la
diplomacia preventiva, y las operaciones de establecimiento,
mantenimiento, imposición y consolidación de la paz.
En el aspecto estrictamente militar, las
posibilidades de un enfrentamiento entre grandes potencias son mínimas,
siendo la hipótesis de enfrentamiento más probable, la de un conflicto
entre poderes regionales. Los recientes choques armados en Cachemira son
un ejemplo en tal sentido.
Si bien hay muchos Estados en el mundo que mantienen
relaciones difíciles con sus vecinos, es posible prever que sólo en el
caso de aquellos países con fuerzas armadas muy poderosas y desplegadas
masivamente en sus fronteras, es que puede esperarse que surja un
conflicto militar en cualquier momento. Es posible identificar como las
áreas de mayor riesgo, el Medio Oriente, la península coreana, los
Balcanes y el Cáucaso. En estos lugares, el mantenimiento del balance
de fuerzas y una activa presencia de la comunidad internacional son
factores fundamentales para evitar el estallido de acciones bélicas.
Otras fuentes de tensión resultan de fenómenos
tales como el fundamentalismo religioso; la brecha entre países pobres
y ricos, en especial cuando éstos son vecinos; el acceso a las armas de
destrucción masiva; los flujos de inmigrantes ya sean por razones
políticas, religiosas o económicas; el crecimiento de los sentimientos
xenófobos; el poder corruptor del narcotráfico; el auge de la
delincuencia internacional; el terrorismo; la degradación del medio
ambiente, y la lucha por bienes escasos como el agua o las fuentes de
energía.
Se trata de fenómenos que aunque muchas veces pueden
considerarse lejanos, tienen el potencial de afectar a la Comunidad
Internacional en su conjunto. Se plantean así problemas nuevos como el
derecho de los Estados a practicar políticas en su territorio que no
sólo destruyen el medio ambiente allí, sino que también producen
efectos negativos en otros Estados. La amenaza del terrorismo de corte
fundamentalista golpea en lugares que, por su distancia de los puntos de
conflicto, se consideraban tradicionalmente a salvo.
Desde el fin de la Guerra Fría, el número de
Estados que enfrentan serios problemas de violaciones de los derechos
humanos o catástrofes humanitarias, ha ido creciendo. Las tensiones
generadas por estas situaciones, han producido flujos de refugiados
hacia los países vecinos y creado conflictos internos en dichos países
(casos de Sudán, Somalía, Ruanda y la República del Congo).
Se trata de factores de conflicto susceptibles de
producir una crisis internacional o regional, y cuya solución muchas
veces escapa a las posibilidades de los países involucrados, o de un
grupo de países, requiriendo respuestas adecuadas de la comunidad
internacional en su conjunto, y desafiando conceptos y tradiciones de
arraigo muy profundo.
2.- Un mundo que cambia rápidamente
La sociedad internacional asiste a cambios que por su
velocidad y profunda incidencia en la vida de la humanidad bien pueden
ser calificados como de revolucionarios. Nos referimos a las
modificaciones producidas en la tecnología de la información y en la
esfera de actuación de los gobiernos.
Con el fin de la Guerra Fría se produjo el
advenimiento de uno de los fenómenos más característicos del mundo
actual: la globalización. Esta se halla basada en el desarrollo de
sistemas de comunicaciones e intereses trasnacionales, y actúa
fundamentalmente en los campos de la cultura, la economía y la
política. La mundialización de los mercados es una de sus notas más
destacadas, y el control que los Estados pueden o deben ejercer sobre la
información en la red, uno de los temas que generan mayor polémica.
Las computadoras, faxes, cables de fibra óptica y
satélites, han acelerado el flujo de información a través de las
fronteras, reforzando el camino hacia las sociedades abiertas. Nadie
puede predecir la forma en que la información cambiará las esferas
tradicionales del poder de los Estados, pero ciertos temas han comenzado
a emerger. Uno de ellos es que el acceso a la información tecnológica
es un requisito previo para el crecimiento económico en la mayor parte
de los países. Otro es que las comunicaciones globales se han
transformado en una forma de transmitir intereses, culturas y valores.
La aplicación de la información a la guerra produce
nuevas e inimaginables posibilidades dentro del campo de batalla. La
intervención de las fuerzas aliadas en la Guerra del Golfo y la
reciente actuación militar de la OTAN en los Balcanes, con tecnologías
y armas que hasta hace muy poco parecían limitadas al campo de la
ciencia-ficción, han llenado de asombro al mundo entero.
En cuanto a la actuación gubernamental, puede
observarse que el poder de los gobiernos centrales está en retroceso en
todo el mundo. Cada vez más se transfiere poder a los gobiernos
regionales y locales, y éstos a su vez se ven sometidos a presiones
mayores provenientes de un público mejor informado.
También es posible apreciar que la globalización ha
dejado al descubierto la insuficiencia del Estado-Nación al cual se le
deberá redefinir su función.
También se aprecia un empuje privatizador, mediante
la cesión a particulares de muchas de las actividades que antes
realizaban los gobiernos, en un esfuerzo por disminuir sus déficits y
al mismo tiempo mejorar los servicios que se ofrecen a los ciudadanos.
En forma paralela a la disminución del poder de los gobiernos, se ha
producido un crecimiento del poder de las empresas trasnacionales,
aunque ello no ha influido sobre la capacidad de los gobiernos para
movilizar recursos en caso de amenaza a los intereses nacionales.
3.- El cuadro regional
En América Latina, la firma de tratados y el
diálogo bilateral ha sido tradicionalmente el instrumento elegido por
nuestros pueblos para solucionar sus conflictos.
A partir del final de la Guerra Fría, ha
desaparecido la percepción de amenazas militares externas al continente,
en las que se basaban las relaciones de cooperación militar
continental, por lo que las amenazas son definidas por cada Estado en
razón de la situación regional, y ya no del enfrentamiento Este-Oeste
que caracterizó el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Las nuevas amenazas constituyen en general problemas
de orden interno, más relacionados con la seguridad que con la defensa,
como por ejemplo el terrorismo, el narcotráfico, el crimen
internacional organizado, y los problemas del medio ambiente. Estos
tienen una incidencia muy distinta en cada país, y por ello resulta muy
difícil alcanzar una percepción común.
Actualmente América del Sur exhibe un proceso de
integración económica muy importante, un afianzamiento de los
gobiernos democráticos, la solución pacífica de antiguos conflictos
fronterizos entre países vecinos, y una progresiva disminución en el
gasto en armamentos, todo lo cual hace que las posibilidades de un
conflicto bélico en la región sean muy reducidas. Es así que podemos
apreciar que el nivel del gasto militar en América Latina ha venido
disminuyendo progresivamente, hasta situarse en aproximadamente en el 2
% del P.B.I., uno de los más bajos del mundo.
Si bien algunos países presentan situaciones de
tensión interna, ello no se traduce en dificultades con sus vecinos,
sino que quedan restringidas al ámbito estrictamente nacional.
En el ámbito de la Organización de Estados
Americanos (OEA), ha jugado un papel muy importante la Comisión de
Seguridad Hemisférica, fomentando las medidas de confianza mutua que
permitan superar viejos temores, y priorizando el diálogo como método
para superar las posibles dificultades. Al respecto debemos citar las
Declaraciones de Santiago , de 1995 y de San Salvador, de 1998.
La Cumbre de las Américas II, en abril de 1998,
asignó a la Comisión de Seguridad Hemisférica el estudio de medidas
destinadas al reforzamiento de las instituciones relacionadas con la
seguridad continental.
América Latina fue declarada zona libre de armas
nucleares, a partir del Tratado de Tlatelolco de 1967, el cual prohibe
las armas nucleares y suspende las investigaciones sobre la aplicación
militar de la energía nuclear, al momento de entrada en vigencia del
Tratado.
A efectos de afianzar el proceso de integración y
cooperación, es de fundamental importancia la promoción de la
confianza entre los países. Para ello son un instrumento esencial las
llamadas "Medidas de Confianza Mutua", que en el ámbito
militar están destinadas a atenuar las percepciones de amenaza mutua y
a evitar situaciones que por sorpresa o error, produzcan una crisis. Su
función es básicamente preventiva, y no están restringidas al sector
de la Defensa, sino que también pueden darse en materia económica o
política. Dentro de estas medidas se inscriben los ejercicios
combinados, las reuniones periódicas entre autoridades militares, el
intercambio de personal, la cooperación técnica y científica en
proyectos de interés común, y el intercambio de publicaciones
profesionales.
Por su parte, los Estados integrantes del MERCOSUR -
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, junto con Chile y Bolivia - , han
constituido el Mecanismo de Consulta y Concertación, con miras a
alcanzar acuerdos regionales no sólo en materia económica o comercial,
sino también en otros aspectos.
En Ushuaia, en julio de 1998, los Presidentes de los
países integrantes del MERCOSUR, Chile y Bolivia declararon a sus
países como Zona de Paz. Se acordó que la zona estaría libre de armas
de destrucción masiva, se destacó la voluntad de consagrar la zona
como libre de minas, se promovió el fortalecimiento de los mecanismos
de consulta, el estímulo a la cooperación para el uso pacífico y
seguro de la energía nuclear y de la ciencia y tecnología espaciales,
y se declaró a la paz como instrumento fundamental en el proceso de
integración, entre otras importantes medidas.
CAPITULO II.-
NUESTRO PAIS
1.- Generalidades.
UBICACIÓN GEOGRAFICA: se encuentra al Sudeste de
América del Sur entre los paralelos 30 y 35 de latitud Sur y los
meridianos 53 y 58 de longitud Oeste.
SUPERFICIE: 176.215 kilómetros cuadrados en la
parte terrestre del territorio nacional. Las aguas interiores, mar
territorial y zona económica exclusiva (ZEE) ocupan una superficie de
149.093 kilómetros cuadrados. Una vez confirmado el borde de la
plataforma continental esta superficie se ampliará superando el área
terrestre.
LIMITES: al norte y noreste, limita con la
República Federativa del Brasil, al sur y sureste con el Río de la
Plata, al oeste, el Río Uruguay, lo separa de la República Argentina.
CAPITAL: Montevideo
FORMA DE GOBIERNO: es una República Democrática
con dos Cámaras Legislativas, el Senado y la Cámara de Representantes
(Diputados).
POBLACION: 3.151.662 habitantes, según
resultados del censo efecdtuado en el año 1996.
2.- El ámbito geográfico
El territorio uruguayo fue en su nacimiento un campo
de conflictos. Bajo el dominio español se introdujo la riqueza ganadera,
pero su primer poblamiento de importancia fue llevado a cabo en 1680 por
los Portuguêss en Colonia del Sacramento.
Su nombre oficial actual tuvo una trayectoria;
primero y hasta el retiro de los españoles fue Banda Oriental, luego
paso a llamarse Provincia Oriental como parte de la Federación de
áreas que hoy integran el litoral argentino del Río y el sector
meridional del Río Grande del Sur en el ideario y la acción de José
Artigas.
Fue en la Convención Preliminar de Paz, celebrada en
Río de Janeiro en 1828 con la participación de la diplomacia de
Argentina y de Brasil, que Uruguay surge como Estado independiente, y
calificado como "Estado Tapón".
Con 176.215 Km.2, su área es similar al país menos
extenso de América del Sur, pudiéndose alcanzar a los países
limítrofes con solo recorrer poco mas de 300 Km
La suave topografía facilita las comunicaciones de
todo tipo así como también el conocimiento y control del territorio.
En cuanto al subsuelo del Uruguay, cabe destacar que
es una prolongación de las formaciones geológicas del sur de Brasil.
Los terrenos precámbricos que comienzan en el río Yaguarón y
predominan al sur del Río Negro, son el área en la que dominan las
colinas redondeadas y los cerros bajos pero destacados de la penillanura
o de las serranías, que desde Río Branco alcanzan el puerto turístico
de Piriápolis. Esta es la zona en que se destacan el punto mas alto del
país – el Cerro Catedral en la Sierra Carpa- a solo 514 metros, y la
explotación de granitos, arenas, mármoles, fedespatos y más
recientemente en San José el aprovechamiento del oro.-
En el triángulo nororiental limitado por la cuchilla
de Haedo, el Río Negro y la frontera posee cobertura sedimentaria
Gondwanica y aquí se destaca la existencia de minerales arcillosos y la
explotación ganadera extensiva.
Hacia el norte, se destacan lavas efusivas básicas
de la Cuenca del Paraná y principalmente en el departamento de Artigas,
las ágatas y amatistas constituyen un producto de exportación y de
colocación en áreas turísticas.
Las lavas sitas en el lecho de los ríos más
importantes posibilitaron la instalación de usinas que proporcionan el
90% de la energía eléctrica.
La cobertura sedimentaria cenozoica se destaca en la
Cuenca de la Laguna Merín, que comienza un arco que se continúa junto
al Océano Atlántico, el Río de la Plata y bordea el Río Uruguay en
su tramo final. Es la zona de las planicies que presenta diversas
características según sean los sedimentos, las pendientes y su
evolución. Hacia el este se ubican los suelos mal drenados que
facilitan una producción de arroz de altos rendimientos destinada,
principalmente, al mercado brasileño. En el sureste y sur constituyen
la base de uno de los más significativos recursos turísticos del país:
cientos de kilómetros de playa. Finalmente, hacia el suroeste,
habilitan los suelos más fuertes generalmente destacados por su
producción cerealera.
En cuanto a los recursos minerales, se debe remarcar:
a) el aún insuficiente avance de los estudios; b) la inexistencia de
combustibles; c) la carencia de minerales metálicos de valor
exportable; d) la abundancia en materiales de construcción, incluidas
las calizas metamórficas de Minas y las sedimentarias de Paysandú.
Si bien el territorio uruguayo se sitúa en la
porción de la zona templada próximo al trópico, sus características
climáticas derivan de la dependencia permanente, facilitada por la
carencia de elevaciones, de las masas de aires cálidas y húmedas del
anticiclón del Atlántico, así como de las frescas y secas del
anticiclón del Pacífico sur. Aunque en términos generales la
estacionalidad es marcada, la extrema irregularidad permite que en
ciertos momentos invernales los termómetros superen los 25º celsius.
El pasaje de los frentes facilita la existencia de
una pluviosidad que va desde los 900mm en el suroeste hasta los 1300 mm
en el vértice noroeste. En el centro del país se registran los mayores
niveles en materias de heladas (30 días por año) en tanto que los
menores (20) hacia el suroeste de mayor aptitud agrícola. En el apogeo
estival, Punta del Este tiene una media mensual de 22ª mientras en
julio llega a la mitad de esa cifra. En el extremo norte la fluctuación
se sitúa entre 26 y 13ª respectivamente.
Merced al perfil físico esbozado, el territorio
cuenta con una dominante aptitud pecuaria cifrada en sus pasturas
naturales, mejoradas o artificiales aunque no debe dejarse de lado al
más del millón de hectáreas aún no suficientemente aprovechado por
la explotación agrícola.
A las limitaciones referidas al escaso numero de
población absoluta se suma un conjunto de características que la
distingue de los demás países latino Con notorias
similitudes respecto a los países del primer mundo, no solo en cuanto a
sus ancestros ya que no existen comunidades indígenas, sino también en
cuanto al peso de la tercera edad en la pirámide de la población –16%
de 60 años y más- ; una expectativa de vida de 72 años y medio, una
baja tasa bruta de natalidad (17,8 por mil) que aún se ve disminuida no
solo por una tasa de mortalidad (10,3 por mil) sino por una emigración
que no cesa de afectar principalmente a los jóvenes, dando como
resultado un crecimiento intercensal decenal que no llega al 10% y con
una tasa de alfabetización que supera el 95%. La mitad de la población
uruguaya se asienta en la capital del país, Montevideo, la cual es Sede
del gobierno nacional y del gobierno del departamento homónimo y eje de
comunicaciones radiales, así como mayor puerto, aeropuerto, centro
financiero, industrial, comercial, educativo y cultural.
2.- Aspectos económicos
Vinculada a la política financiera se encuentra la
de las Zonas Francas, principalmente a partir de 1987 en que se
establece que el Poder Ejecutivo podrá disponer el establecimiento del
régimen en cualquier área del país.
La política de las zonas francas se propuso
constituir una atracción para el capital extranjero que no plasmaron
las leyes de promoción industrial y de inversión extranjera, buscando
crear la expectativa de un asentamiento al interior del Mercosur, sin
costos impositivos. En agosto de 1994 esas aspiraciones, como era
previsible, se desmoronaron ante la decisión de Argentina y Brasil que
consideraron a los productos provenientes de las zonas francas uruguayas
como ajenos al ámbito de los Tratados de Asunción, debiendo sujetarse
a las normas que rigen a las importaciones provenientes de terceros
países.
Resta en el territorio la presencia de 9 zonas, de
las cuales 6 apuntan notoriamente a la relación con el mercado de la
ciudad de Buenos Aires y solamente una alcanza la frontera con el Brasil.
Contrariamente a las expectativas, las zonas francas uruguayas se han
destinado a las funciones de depósitos comerciales para mercancías en
tránsito hacia el consumidor uruguayo.
El carácter de estado–cuña del Uruguay se ve
revalorizado estratégicamente en la actualidad con el desarrollo de los
intercambios de mercaderías, personas y capitales entre Argentina y
Brasil, entre éste y Chile y, por supuesto, entre aquéllos y el
Uruguay. Existe la posibilidad de que el territorio se convierta en un
área que reduzca los tiempos y las distancias. Es desde esa óptica que
se proyectó la construcción del puente Colonia – Buenos Aires, que
será el tramo fundamental de una rápida comunicación entre San Pablo
y Buenos Aires o los puertos del Pacífico.
El otro gran proyecto es el acondicionamiento de la
hidrovía Paraguay-Paraná con finalización en el puerto de Nueva
Palmira de nuestro país en donde ya hay asentada una zona franca. La
hidrovía con una extensión de 3442 kilómetros podría servir a un
área de 720.000 kilómetros cuadrados, compuesto por todos los países
de la Cuenca del Plata. . La vía fluvial siempre existió y ha sido
empleada para el transito de cabotaje, ahora se trata de reducir en unos
10 días los 36 que significa el viaje desde el interior
boliviano-paraguayo-brasileño hasta el Río de la Plata y convertirla
en la primera salida regular del interior del continente sudamericano.
El Uruguay cuenta con seis puertos comerciales de
ultramar y fluviales: Montevideo, Nueva Palmira, Fray Bentos, Colonia,
Paysandú y Juan Lacaze. El movimiento de cargas en la principal
terminal marítima supera los 150.000 contenedores y aumenta en el orden
de un 20 % anual.
El puerto de Nueva Palmira mueve cargas refrigeradas
y próximamente también cargas generales y contenedores. El puerto de
Fray Bentos se apresta , entre otros, a mover los productos de la
forestación a partir del año 2001.
La apuesta a un Uruguay territorio de paso, con
planes como el Eje Vial, el Puente Colonia - Buenos Aires y la Hidrovía
que afectarán la vida del país por mucho tiempo, significan una
opción que deberá ser el fruto de una discusión democrática con la
participación del conjunto de la sociedad uruguaya.
Es indudable que los acuerdos del Mercosur
constituyen una expresión regional del proceso de globalización y de
constitución de bloques en distintas zonas del mundo aunque sería
simplista interpretarlos como una sola iniciativa promovida por empresas
transnacionales.
Dentro de las actividades de trascendencia
internacional se encuentra el movimiento turístico. Un turismo con
desniveles estacionales que está compuesto en su mayoría por el
veraneo de argentinos o uruguayos residentes en aquel país.
Uruguay posee 4.7 hectáreas de tierra fértil para
pastura o granja, por habitante, lo que representa una proporción seis
veces superior al promedio mundial. El porcentaje de tierra dedicado a
la producción natural es de 85 %, uno de los más altos del mundo.
El potencial económico del país se multiplica
cuando se considera la riqueza de sus recursos naturales. Tiene áreas
apropiadas para la agricultura, la ganadería, la producción forestal ,
pesca y explotación mineral.
La producción de alimentos, cueros y lana genera el
55 % de las exportaciones.
Actualmente existen 25 millones de ovejas, 11
millones de vacunos y 1.9 millones de caballos.
El país ha comenzado hace diez años un ambicioso
programa de forestación que ha excedido el objetivo inicial de 200.000
nuevas hectáreas de plantación de árboles.
Muchos aspectos de la economía nacional han
alcanzado reconocimiento internacional por la calidad de sus productos,
ganando nuevos mercados. Entre estos productos se encuentran los
textiles, pieles, cueros , arroz, pescado, lácteos y vinos.
El sector servicios ha tenido también un importante
desarrollo en los últimos años, con una clara tendencia de la
economía en esa dirección.
3.- Relaciones Internacionales
El Uruguay se encuentra completamente integrado
dentro de la Comunidad Internacional, bilateralmente mediante las
Embajadas y Consulados, y a través de diferentes organizaciones
internacionales, las Naciones Unidas y la Organización de Estados
Desde el 26 de marzo de 1991, fecha de la firma del
Tratado de Asunción, el Uruguay es parte del Mercado Común del Sur (MERCOSUR)
junto a Argentina, Brasil y Paraguay. Con una población de más de 200
millones de habitantes, el objetivo final es el establecimiento de un
mercado común en la región.
El Protocolo de Ouro Preto, firmado en 1994
estableció la sede administrativa del MERCOSUR en Montevideo.
Desde los albores de su historia el Uruguay ha sido
tradicionalmente un país de principios en materia de su relacionamiento
internacional.
La no-intervención en los asuntos internos de otros
países, la libre autodeterminación de los pueblos, la necesidad de la
solución de las controversias internacionales a través del diálogo y
la negociación por medios pacíficos –especialmente jurisdiccionales-,
el multilateralismo y el establecimiento de amplias relaciones
diplomáticas por encima de condicionamientos ideológicos, han
caracterizado la política exterior uruguaya. Para nuestro país la
única garantía para una convivencia pacífica con el resto de las
Naciones es la firme, incondicional y plena aplicación y respeto de los
principios del Derecho Internacional.
Nuestra política exterior ha sido en consecuencia
una política de principios y no de ideologías. Su tarea fue y sigue
siendo, defender la imagen del país fuera de fronteras por la firmeza y
claridad de sus convicciones, particularmente en lo referente a la
materia jurídica, a las normas del Derecho Internacional, lo que
constituye en esencia la defensa de nuestra propia identidad y de
nuestra propia subsistencia.
La defensa de los derechos humanos, de todos los
derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
su respeto en el ámbito interno y la lucha por un sistema universal, es
también un principio esencial de la política exterior de nuestro país.
En consecuencia la política internacional del
Uruguay ha estado siempre al servicio del ser humano y de su eminente
dignidad, la justicia, la cooperación, la paz y la seguridad
internacionales. Este último aspecto, en particular, se ha transformado
en una preocupación constante de nuestro país, demandando de nuestra
parte un permanente esfuerzo para cooperar en la tarea de reducir la
conflictividad en el mundo y procurar reconciliaciones durables.
CAPITULO III.- LOS INTERESES NACIONALES
1.- Los Intereses Primarios
Son los que poseen una importancia fundamental para
la supervivencia del país.
Han sido definidos como aquellos por los cuales un
pueblo se reconoce necesario en su unidad y su singularidad, por los que
existe y afirma deber vivir. Son de carácter permanente.
Los intereses primarios del país son los siguientes:
a.- mantener la soberanía nacional y la
independencia del Estado.
b.- preservar su integridad territorial
c.- proteger la vida y la libertad de sus
habitantes.
d.- resguardar su identidad cultural
e.- preservar la forma democrática republicana de
gobierno y el Estado de Derecho consagrados por la Constitución de la
República.
2.- Los Intereses Estratégicos
Son aquellos que si bien no afectan la supervivencia
nacional, contribuyen a asegurar los intereses primarios del país.
Tienen una menor permanencia que estos últimos, ya
que guardan una mayor relación con elementos de la situación
estratégica normalmente variables.
Son los siguientes:
a.- mantenimiento de la paz y seguridad
internacionales
b.- asegurar el desarrollo económico y social del
país
c.- preservar el medio ambiente
d.- proyectar y promover la presencia del Estado
Uruguayo en el Continente Antártico, así como mantener la Base
Científica "General Artigas".
e.- promover la investigación científica en el
país y la adquisición de tecnología
f.- profundización de las relaciones de
cooperación, confianza y amistad con los demás países de la región
g.- mantener la presencia del Estado uruguayo en
los espacios marítimos de jurisdicción nacional.
3.- Los intereses humanitarios
Existen situaciones en las cuales si bien no se
encuentran afectados intereses primarios o estratégicos de nuestro
país, en cambio están en juego valores fundamentales de la humanidad,
como la solidaridad o el respeto a la vida humana.
Se producen generalmente en ocasión de catástrofes
naturales, o conflictos por motivos étnicos o religiosos. En estos
casos es posible utilizar recursos afectados a la defensa nacional,
aunque la situación no tenga relación directa con los intereses
primarios o estratégicos de nuestro país.
Será necesario para ello una decisión política de
las autoridades nacionales, y en su caso, además, el correspondiente
consentimiento de las partes involucradas y de la Comunidad
Internacional, que asegure la legitimidad de la operación.
CAPITULO IV.- CONCEPTO DE DEFENSA NACIONAL
La Defensa Nacional no debe ser confundida con la
Seguridad, aunque ambos conceptos están estrechamente relacionados.
La Seguridad es la situación requerida para que
exista un orden jurídico institucional dentro del territorio nacional,
conforme a la Constitución y a las Leyes de la República. Comprende
todos los actos destinados a asegurar la preservación de dicho orden,
abarcando el mantenimiento de la tranquilidad interior, la paz social,
el nivel cultural, las condiciones necesarias para el normal desarrollo
de las actividades económicas, y el mantenimiento de la soberanía e
independencia del Estado.
En este último aspecto, es que aparece la Defensa,
como un concepto más restringido que la Seguridad, ya que sólo se
refiere al mantenimiento de las condiciones que le permitan al país
asegurar sus intereses primarios, ante posibles amenazas o acciones del
exterior. La Defensa constituye la faceta externa de la Seguridad, y por
lo tanto en este ámbito actúan los Ministerios de Relaciones
Exteriores y de Defensa Nacional. Sin perjuicio, en aquellas situaciones
en que los órganos nacionales competentes lo dispongan, apoyarán a las
fuerzas de seguridad internas.
La Seguridad es un concepto que engloba a la Defensa.
Para que exista Seguridad no alcanza con la Defensa, sino que deberá
agregarse a ella el desarrollo socioeconómico del país y el
mantenimiento del orden interno. Tanto una como otra corresponden al
nivel de decisión político.
La legislación Uruguaya conceptualiza a la Defensa
Nacional como el empleo de la Fuerza Armada para defender el honor, la
independencia, la paz, la integridad del territorio y la organización
política dada por la constitución. Así la han definido las Leyes
Orgánicas del Ejército (Nº 15.068), de la Marina (Nº 10.808) y de
las Fuerzas Armadas (Nº 14.157 modificada por la Nº 15.808).
La Defensa puede considerarse como actividad o como
estructura. Como actividad, la Defensa Nacional busca mantener las
condiciones de seguridad externa necesarias para que el país pueda
asegurar sus intereses primarios. Como estructura es la organización y
el conjunto de recursos materiales y humanos destinados al cumplimiento
de la actividad antes definida.
La Defensa Nacional es un cometido esencial del
Estado en tanto sólo éste puede organizar y emplear la fuerza, en
protección de sus intereses.
Como todo cometido esencial, es prestada uti
universi, es decir, a todos los habitantes del país globalmente
considerados, y realizada por el propio Estado.
Tiene la particularidad de que es un cometido no
realizado únicamente por intermedio de la organización militar
permanente, sino que también participan los ciudadanos de la República,
los que en caso de guerra o conmoción interior, están obligados a
servir en las Fuerzas Armadas. Así lo establecen las leyes de
Instrucción Militar (Nº9.943) y de Defensa Pasiva (Nº 10.071).
Constituye una actividad integral del Estado en tanto
involucra el empleo de todos los medios nacionales necesarios a fin de
evitar y eliminar amenazas y resolver conflictos. En tal sentido
comprende un ámbito de competencia que excede los límites de lo
estrictamente militar.
En el marco de las normas constitucionales
pertinentes, el Ministerio de Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas,
son, por expresas disposiciones legales, los órganos del Poder
Ejecutivo competentes para organizar y coordinar la defensa del país,
así como para contribuir a la disuasión mediante la preparación y
mantenimiento de una Fuerza Militar.
El ámbito espacial del Estado cuya defensa compete
al Ministerio de Defensa Nacional es el comprendido por el territorio
continental e insular, el mar territorial, el espacio aéreo
correspondiente a dichas zonas, la zona económica exclusiva y la
plataforma continental.
CAPITULO V.- OBJETIVOS DE LA DEFENSA NACIONAL
A efectos de la elaboración de una política de
defensa nacional, será necesario establecer cuales son los objetivos de
la Defensa Nacional, los que naturalmente guardarán una íntima
relación con los Intereses Primarios y los Intereses Estratégicos del
país.
Como objetivos de la Defensa Nacional se establecen
los siguientes:
- Conservar la soberanía nacional y la independencia del Estado.
- Mantener su integridad territorial.
- Generar las condiciones de seguridad necesarias para hacer
frente a las amenazas externas.
- Apoyar a las fuerzas de seguridad internas, en aquellos casos en
que lo dispongan los órganos competentes.
- Promover el compromiso de toda la ciudadanía con la Defensa
Nacional.
- Contribuir a la promoción y mantenimiento de la paz
internacional
El cumplimiento de estos Objetivos se obtendrá a
través de una Política de Defensa esencialmente disuasiva, basada en
el desarrollo equilibrado de las capacidades nacionales, y en el
mantenimiento de fuerzas militares equipadas y entrenadas para disuadir,
enfrentar y neutralizar las amenazas externas que se presenten.
CAPITULO VI.-
CONDUCCION DE LA DEFENSA NACIONAL
La Constitución de la República establece en su
artículo 168 que al Presidente de la República, actuando con el
Ministro de Defensa Nacional o en Consejo de Ministros, le compete el
Mando Superior de las Fuerzas Armadas.
El primer cometido que la Constitución, ya desde
1830, le asigna al Poder Ejecutivo (art.168 num 1º) es: la
conservación del orden y la tranquilidad en lo interior – que
normalmente se atiende a través de la Policía- y la seguridad en el
exterior, para lo cual le asigna el mando superior de todas las
fuerzas armadas (num.2º), la potestad de declarar la guerra, si
para evitarla no dieren resultado el arbitraje u otros medios pacíficos
(num.16º) y tomar medidas prontas de seguridad en los casos graves e
imprevistos de ataque exterior o conmoción interior (num.17).
El Ministerio de Defensa Nacional es el órgano
político-administrativo que integra el mando superior de las Fuerzas
Armadas, y que está encargado de instrumentar las decisiones a través
de su organización administrativa.
De acuerdo con el Decreto 574/74 de 12 de julio de
1974, compete al Ministro de Defensa Nacional lo concerniente a la
política de defensa nacional; la seguridad en lo exterior; lo que se
relaciona con la defensa nacional en materias atribuidas a otros
Ministerios; y la organización, dirección y administración de las
Fuerzas Armadas.
Corresponde por lo tanto al nivel político, dentro
del marco constitucional y legal, la conducción de las Fuerzas Armadas
para la obtención de los objetivos de la defensa nacional.
CAPITULO VII.- EL ROL DE LAS FUERZAS ARMADAS
El artículo 2o del Decreto Ley 14.157 de 21 de
febrero de 1974, estableció que las Fuerzas Armadas deberán planificar
y ejecutar los actos militares que imponga la defensa nacional.
Por su parte, la Ley 15.808 de 2 de abril de 1988
expresa que las Fuerzas Armadas tienen por cometido fundamental defender
el honor, la independencia, y la paz de la República, la integridad de
su territorio, su Constitución y sus leyes, debiendo actuar siempre
bajo el mando superior del Presidente de la República, en acuerdo con
el Ministro respectivo, de conformidad con lo que establece el artículo
168 inciso 2do, de la Constitución de la República.
En tiempo de paz la finalidad principal de las
Fuerzas Armadas consiste en instruir, movilizar, equipar y encuadrar a
sus integrantes para la guerra.
Ante una agresión armada, el país debe emplear todo
el poder militar disponible, buscando la definición del conflicto lo
más rápidamente posible y con un mínimo de daños a la integridad y
los intereses nacionales, y tratar de crear las condiciones más
favorables para el restablecimiento de la paz.
El poder militar estará dado por la capacidad de las
Fuerzas Armadas, los recursos potenciales de la Nación y las reservas
movilizables.
Las Fuerzas Armadas deberán asegurar una
integración que optimice su preparación y eventual empleo,
racionalizar actividades afines y mantener una doctrina de acción
conjunta.
El fin de la guerra fría y del bloque soviético, la
progresiva solución de diferencias en el entorno más cercano de
nuestro país, parecen indicar una desaparición de las amenazas a la
paz y la seguridad del Uruguay.
Sin embargo, no puede descartarse que alguna de las
formas de amenaza tradicionales pueda presentarse ni puede ignorarse el
riesgo que entrañan las nuevas y difusas formas de amenaza. Dichas
formas pueden, a su vez, combinarse con las tradicionales.
Amenazas tales como la inmigración ilegal, el
terrorismo informático o el tráfico de drogas, aunque en un nivel
inicial son competencia de las fuerzas policiales, pueden llegar a
escalar a un nivel mayor, y afectar a aquellos bienes cuya tutela la
comunidad ha confiado a las Fuerzas Armadas. Además, estas
manifestaciones de inestabilidad pueden llegar a provocar inquietud en
los países vecinos, si no son controladas a tiempo, y despertar en
ellos la intención de intervenir allí donde las causas de
inestabilidad no son controladas, para evitar su propagación.
En esta perspectiva resulta indispensable disponer de
Fuerzas Armadas capaces de controlar con eficacia esos brotes y de
ejercer, tanto en sus agentes como en los demás países, el necesario
efecto disuasivo.
En este marco, las misiones de paz adquieren un
relieve singular. La prédica de nuestro país a favor de soluciones
pacíficas, conforme al Derecho Internacional y en la estructura de
organismos multilaterales, adquiere un contenido concreto, tangible, en
tales operaciones. No sólo afirmamos de palabra las soluciones sino que
contribuimos a ellas en el terreno.
Esta coherencia entre los dichos y los hechos es una
fuente de genuino respeto. Al potenciar así la imagen del Uruguay, se
fortalece también su seguridad.
El prestigio resulta ser en alguna medida disuasivo
de agresiones y, si ocurren, convoca el apoyo de la comunidad
internacional. Desde este ángulo, la participación en esas operaciones
es un elemento clave para fortalecer la posición del Uruguay en la
comunidad internacional, aportado por las Fuerzas Armadas.
La naturaleza de los nuevos riesgos o amenazas
implica una adecuación de las Fuerzas Armadas a esas condiciones. No
siendo posible determinar de antemano la forma bajo la cual se
materializarán las amenazas, se vuelve necesaria una organización
militar muy flexible, capaz de responder a situaciones diversas e
inesperadas, a menudo desarrolladas con medios tecnológicos avanzados.
La preparación y el entrenamiento de los efectivos
ha de seguir esa misma línea con una permanente actualización e
información. Probablemente las amenazas no se van a presentar
ciñéndose a los esquemas clásicos.
Por lo mismo, inteligencia, movilidad, comunicaciones,
coordinación, rapidez de respuesta, flexibilidad, formación general y
tecnología amplia, serán entre otros, elementos importantes en la
estructuración del poder militar. La disciplina y la organización de
la cadena de mandos, siempre elementos centrales, lo son muy
especialmente en operaciones con las características antedichas.
CAPITULO VIII.- POLITICA DE DEFENSA Y POLITICA EXTERIOR
La Política de Defensa de un país debe encontrarse
necesariamente relacionada con su Política Exterior, dado que ambas se
complementan mutuamente. El Uruguay tiene una clara vocación de paz, y
a través de su política de defensa sólo busca proteger los intereses
nacionales, sin constituir una amenaza para otros países.
Son principios fundamentales de la Política Exterior
nacional, el respeto de los tratados, la no injerencia en los asuntos
internos de otros Estados, el respeto del derecho internacional, la
solución pacífica de controversias, el uso de la fuerza sólo como
defensa ante la agresión, y la libre determinación de los pueblos.
Nuestra Política de Defensa se basa en unas Fuerzas
Armadas de estructura y tamaño adecuados para asegurar efectos
razonablemente disuasorios, y en un servicio exterior que actúe
preventivamente para la obtención de una solución pacífica de las
controversias que eventualmente se puedan presentar; en el marco de una
adecuada y oportuna estrategia de anticipación.
Dentro de estos lineamientos será necesario asegurar
límites perfectamente definidos y que gocen del reconocimiento
internacional, y mantener una estrecha relación con los países vecinos
y la comunidad internacional, basada en la confianza y el respecto
mutuos.
En particular se considera de especial importancia el
mantenimiento de una presencia muy activa de nuestros representantes
diplomáticos en los distintos foros, a efectos de proyectar
internacionalmente la imagen del Uruguay como país soberano, respetuoso
del Derecho Internacional y del Estado de Derecho, y contribuyente
permanente, dentro de sus posibilidades, a la paz y seguridad
internacionales.
En los últimos años, con la profundización de los
procesos de integración económica, se ha producido un notorio
incremento de los vínculos de cooperación en el ámbito de las Fuerzas
Armadas, entre los países de la región. Nuestras Fuerzas Armadas
mantienen estrechas relaciones con las de Argentina, Brasil y Paraguay,
realizándose reuniones de coordinación y ejercicios combinados en
forma periódica, así como intercambios de Oficiales y de información
sobre temas comunes.
En estos casos las Fuerzas Armadas han acompañado
los procesos de integración iniciados por los representantes
diplomáticos, dentro de su ámbito de competencia, y en coordinación
con los órganos de la Cancillería.
CAPITULO IX.- POLITICA DE DEFENSA
La Política de Defensa Nacional establece las
orientaciones generales para alcanzar los Objetivos de la Defensa
Nacional. Coordina los factores político, económico, militar, social y
científico-tecnológico, a fin de enfrentar las amenazas a la seguridad
externa del país.
Resulta por lo tanto necesario establecer en primer
lugar, cuales son las probables amenazas de las que habrá de defenderse
el Estado. La mayor o menor probabilidad de la ocurrencia de estas
amenazas, constituyen el fundamento de la Política de Defensa.
La identificación de nuestras potencialidades y
vulnerabilidades, permitirá determinar las distintas situaciones sobre
las que debe basarse la Política de Defensa. Se trata en definitiva, de
establecer la forma en que se evitará que agentes externos, mediante la
amenaza o la fuerza, afecten los intereses primarios de la Nación.
La Política de Defensa refiere a aquellos principios
y normas de carácter general, que originadas en los máximos niveles de
conducción, cuentan con el consenso de los factores sociales y
políticos, y tienen por objeto preservar los intereses primarios del
país.
En la elaboración de la Política de Defensa de un
Estado tienen participación el Señor Presidente de la República, el
Ministerio de Defensa Nacional, con sus órganos de asesoramiento y
ejecución; el de Relaciones Exteriores; los órganos competentes del
Poder Legislativo; Organismos del Estado cuyas actividades puedan dar
lugar a situaciones de conflicto exterior; y otras instituciones del
medio académico con especialización en la temática de Defensa.
La participación en operaciones de mantenimiento de
paz en el exterior, forma parte activa de la política de defensa, en la
medida que contribuye a asegurar los intereses de nuestro país.
Nuestra Política de Defensa debe ser esencialmente
disuasiva, para lo que requerirá que el potencial adversario perciba
que existe la capacidad y la voluntad de hacerle pagar un costo superior
a los beneficios que pudiera obtener con su accionar. Es un resultado
psicológico que se logra haciendo creíble la decisión de actuar
contra una amenaza, respaldado por los medios para hacerlo.
El objeto del presente capítulo es establecer de
manera explícita; y como punto de partida para desarrollos posteriores
más profundos, líneas directrices u orientaciones generales en la
materia, para lo que se ha realizado la siguiente división por factores:
1.- Militar
a) El empleo de las Fuerzas Armadas estará orientado
por una política esencialmente disuasiva, destinada a mantener un
estado de alistamiento creíble del personal y material, que permita
enfrentar y eventualmente neutralizar, las amenazas externas que se
presenten.
- Identificar las eventuales amenazas a los intereses primarios del
país. Mantener una información de inteligencia permanentemente
actualizada sobre las eventuales amenazas o riesgos para los
intereses primarios del país.
- Evaluar periódicamente la estructura operativa, instrucción y
despliegue de las Fuerzas Armadas, a efectos de asegurar y adecuar
las mismas para responder a las eventuales amenazas a los intereses
primarios del país.
- Incrementar la capacidad de operación conjunta. Participación
periódica de las tres Fuerzas en ejercicios conjuntos. Incrementar
la coordinación inter-Fuerzas a efectos de mejorar su capacidad de
comando, control, comunicaciones, inteligencia e informática.
- Potenciar las tareas de vigilancia y control de fronteras
terrestres, las aguas interiores, el mar territorial, el espacio
aéreo correspondiente, la zona económica exclusiva y la plataforma
continental.
- Proteger los recursos económicos en las aguas interiores, mar
territorial, zona económica exclusiva y plataforma continental.
- Participar en operaciones de mantenimiento de paz de acuerdo a los
intereses del país.
- Incrementar las capacidades de operación combinada de nuestras
Fuerzas Armadas con las de los países del MERCOSUR.
- Fomentar el intercambio periódico de integrantes de las tres
Fuerzas; a efectos de favorecer el conocimiento personal mutuo.
- Propiciar la integración de los Cursos de Estado Mayor a nivel
estratégico-operacional, de las tres Fuerzas, y de la enseñanza
militar de nivel superior, en un único centro de enseñanza.
- Asegurar una permanente actualización de la enseñanza que se
imparte en las Escuelas de Formación de Oficiales de las Fuerzas
Armadas y en los demás centros de enseñanza dependientes del
Ministerio de Defensa Nacional, y su compatibilidad con la
enseñanza que se imparte en el ámbito civil.
- Reorganizar y potenciar el Estado Mayor Conjunto (ESMACO)
- Promover el Sistema de Movilización, a efectos de atender las
necesidades en caso de conflictos. Revitalizar el Servicio Nacional
de Movilización previsto en las reglamentaciones vigentes, en forma
acorde a las necesidades nacionales actuales. Coordinar en forma
periódica con los diferentes Ministerios y organismos del Estado,
su participación en una eventual movilización general.
- Instrumentar un Estado Mayor del Ministro de Defensa Nacional con
el cometido de planificar y asesorar al Secretario de Estado en la
materia de su competencia.
Económico
Asignar recursos presupuestales permanentes y compatibles con el
alistamiento que las Fuerzas Armadas deben poseer para cumplir con
sus obligaciones en materia de Defensa Nacional.
Orientar las adquisiciones de equipamiento del Ejército, la
Armada y Fuerza Aérea a fin de obtener material con
características de multifuncionalidad, asegurar la estandarización
del equipamiento en una primera etapa en el ámbito de las tres
Fuerzas, y posteriormente a nivel de las Fuerzas Armadas de los
países del MERCOSUR.
Coordinar los mantenimientos y reparaciones de equipos comunes a
las tres Fuerzas, tendiendo a la centralización de dicha actividad.
Promover la centralización del abastecimiento de las tres Fuerzas.
Potenciar las capacidades de comando, control, comunicaciones,
inteligencia e informática de las Fuerzas Armadas, a través de la
adquisición del equipamiento adecuado. Coordinar entre las Fuerzas
la adquisición de equipamiento de uso común.
Fomentar una racionalización de los gastos de funcionamiento del
Inciso 03 "Defensa Nacional", y emplear los fondos que se
obtengan, en la mejora del equipamiento de las Fuerzas Armadas.
Asegurar los recursos necesarios para:
- Promover la presencia del Estado Uruguayo en el interior del
Continente Antártico.
- Mejorar infraestructura, funcionamiento y capacidad de
investigación de la Base Científica "General Artigas".
3.- Científico tecnológico
Apoyar la investigación científica y técnica a efectos de
consolidar sectores de conocimiento que permitan reducir la
dependencia externa del país. Comprometer instalaciones y medios
del Ministerio de Defensa Nacional para asistir en estas actividades,
realizando las coordinaciones pertinentes con los Ministerios, Entes
Autónomos e institutos de investigación que correspondan.
Asegurar la participación de integrantes de las Fuerzas Armadas
en órganos nacionales relacionados con la investigación
científica y el desarrollo tecnológico.
Promover la participación de Personal dependiente del M.D.N. en
tareas de investigación científica en la Antártida,
interrelacionándose con organismos públicos y privados, nacionales
y extranjeros.
5.- Político
Profundizar las relaciones de cooperación, confianza y amistad con
las Fuerzas Armadas de los países de la región. Fomentar el
intercambio de personal militar, las reuniones de autoridades de las
Fuerzas Armadas, las operaciones combinadas, el intercambio de
información y publicaciones profesionales, la participación en los
actos de conmemoración de fechas patrias de los países vecinos, la
presencia de observadores nacionales en las maniobras de otros países,
y la investigación técnica y científica en áreas de interés
común
Promover la participación activa de nuestro país en la
construcción de un orden internacional basado en el imperio del
derecho, que propicie la paz y el desarrollo sostenido de la humanidad.
Ello implica una presencia importante en órganos tales como la ONU,
Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA, Junta Interamericana de
Defensa, Cumbres Presidenciales, Grupo de Río, Organización Mundial
de Comercio, Reuniones de Ministros de Relaciones Exteriores y de
Defensa Nacional, y Foros Académicos internacionales.
Apoyar las iniciativas destinadas a eliminar las armas de
destrucción masiva, las minas antipersonales, y las armas
bacteriológicas y químicas. Propiciar la entrada en vigencia de
normas básicas en estos campos. Apoyar los programas de reducción de
armas convencionales en la región.
Fomentar las medidas de confianza mutua en el ámbito del MERCOSUR.
Apoyar el mantenimiento del status de zona desmilitarizada de la
Antártida.
Profundizar la coordinación entre el Ministerio de Defensa Nacional
y el de Relaciones Exteriores en materia de políticas de defensa.
Continuar participando activamente a través del Instituto
Antártico Uruguayo, en el proceso internacional de decisiones sobre
la Antártida, acorde a los intereses nacionales en dicha zona.
6.- Social
Mantener informada a la población sobre las actividades de las
Fuerzas Armadas.
Promover la toma de conciencia de la población sobre la importancia
de las Fuerzas Armadas para la Defensa Nacional, sobre las funciones
que éstas cumplen a tales efectos, y sobre las responsabilidades de
todos los ciudadanos con relación a la Defensa Nacional.
Promover la adhesión de la población a los principios de
convivencia pacífica entre los pueblos, a través de una amplia
difusión de los mismos.
Promover el intercambio cultural entre los ámbitos académicos
civiles y militares sobre las temáticas de Seguridad y Políticas de
Defensa.
Colaborar en la solución de problemas ecológicos y ambientales.
Mantener actualizada la identificación de las áreas de apoyo a la
Comunidad donde es más probable que se requiera la actuación de las
Fuerzas Armadas, seleccionar los medios que habrán de emplearse en
caso de ser solicitado el apoyo, y proporcionar al personal el
adiestramiento y equipamiento adecuado para cumplir la tarea.
Emplear los recursos de las Fuerzas Armadas en apoyo a la comunidad,
cuando los organismos competentes se vean sobrepasados por la
situación, y siempre que ello no implique riesgos para la defensa
nacional en su conjunto.
Asegurar la existencia de un marco jurídico adecuado para la
intervención de las Fuerzas Armadas en acciones de apoyo a la
comunidad, en forma previa a su asignación a dichas tareas.
Asignar recursos extraordinarios al Ministerio de Defensa Nacional
en los casos en que los órganos dependientes del mismo, deban cumplir
tareas de apoyo a la Comunidad.
Colaborar en la protección del medio ambiente.
CAPITULO X.- EL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
1.- Competencias
Compete al Ministerio de Defensa Nacional la
política de defensa nacional; la seguridad en lo exterior; cooperación
en el mantenimiento y restauración del orden, seguridad y tranquilidad
en lo interior; la organización, dirección y administración de las
Fuerzas Armadas; la capacitación, sanidad y seguridad social de los
funcionarios del Ministerio; la justicia militar y las construcciones
militares.
2.- Organización
a.- Organos de gobierno y administración
- Ministro de Defensa Nacional
- Subsecretario de Defensa Nacional
- Gabinete del Ministro de Defensa Nacional
- Dirección General de Secretaría
b.- Organos de asesoramiento y planificación
- Junta de Comandantes en Jefe
- Estado Mayor Conjunto
- Servicio General de Movilización
- Dirección General de Información de Defensa
- Tribunales de Honor Eventuales
c.- De ejecución
- Armada Nacional
- Ejército Nacional
- Fuerza Aérea Uruguaya
d.- Dependientes directamente del Ministerio de
Defensa Nacional
- Dirección Nacional de Sanidad de las Fuerzas Armadas
- Dirección Nacional de Comunicaciones
- Dirección Nacional de Meteorología
- Centro de Altos Estudios Nacionales
- Supremo Tribunal Militar
- Instituto Antártico Uruguayo
- Dirección General de los Servicios de las Fuerzas Armadas
- Tribunal Superior de Ascensos y Recursos de las Fuerzas Armadas
- Comisión Calificadora de los Servicios Comunes a las Fuerzas
Armadas
- Dirección de Pasos de Fronteras
CAPITULO XI.- LAS FUERZAS ARMADAS
1.- El Ejército Nacional
a.- Misión
El Ejército Nacional constituye la rama de las
Fuerzas Armadas organizada, equipada, instruida y entrenada, responsable
de planificar, preparar, ejecutar, y conducir los actos militares que
imponga la defensa nacional en el ámbito terrestre, solo o en
cooperación con los demás componentes de las Fuerzas Armadas.
Tiene como misión el contribuir a dar la seguridad
nacional exterior e interior, en el marco de la misión de las Fuerzas
Armadas, desarrollando su capacidad en función de las exigencias
previstas. Sin detrimento de su misión fundamental, el Ejército podrá
apoyar y tomar a su cargo planes de desarrollo que le sean asignados,
realizando obras de conveniencia pública.
b.- Estructura orgánica
El Mando Superior del Ejército es ejercido por el
Comandante en Jefe.
Del Comandante en Jefe dependen directamente cuatro
Divisiones de Ejército, el Estado Mayor , la Reserva General, el
sistema de enseñanza y el sistema de apoyo logístico.
c.- Medios materiales
El Ejército posee más de doscientos vehículos
blindados distribuidos en las armas de Infantería y Caballería.
El apoyo de fuego es brindado por medio centenar de
obuses con calibres de 105 mm y 155 mm En menor porcentaje encontramos
plataformas de lanzamiento múltiple de 40 tubos de 122 mm, obuses de
122 mm y vehículos multipropósito.
La protección antiaérea es brindada por cañones
antiaéreos Vulcan, Bofors de 40mm, e IMI TCM - 20 de 20mm
Se encuentra equipado con diferentes armas , que
combinadas brindan potencia de fuego en sus diferentes tipos y calibres.
Se destacan las armas antitanques, misiles Milan, fusiles sin retroceso
de 106 mm, y lanza cohetes de 88.9 mm , y las armas de trayectoria curva,
morteros, en sus diferentes calibres de 120 , 81 y 60 mm.
Entre las armas de menor calibre se cuentan
ametralladoras pesadas .50 y livianas .30 y MAG de 7.62 x 51 mm, así
como fusiles automáticos pesados y livianos , y en cantidades limitadas,
lanzagranadas de 40 mm.
Dentro del material de ingenieros el Ejército cuenta
con 60 máquinas de construcción vial de diverso origen, entre las que
se destacan bulldozers, motoniveladoras, retroexcavadoras, compactadoras,
mototraillas.
Varios tramos de su dotación de puentes se
encuentran instalados , manteniendo aún la posibilidad de instalar en
el orden de casi 200 metros de puentes. También se cuenta con la
posibilidad de instalar una docena de estaciones abastecedoras, tanto de
agua como de energía eléctrica.
El material comercial se encuentra dosificado en
todas las instalaciones militares del territorio nacional , contándose
con casi 100 estaciones fijas y 600 abonados móviles portátiles. El
material táctico existente cumple con las especificaciones OTAN, siendo
mayoritariamente móvil y portátil.
d.- Personal
Los recursos humanos se obtienen mediante el Sistema
de Reclutamiento sobre la base de la captación voluntaria de ciudadanos
que se relacionan con la Institución.
La fuerza permanente del Ejército se compone
aproximadamente de 15.000 efectivos.
El personal superior se estructura sobre la base de
un cuerpo de comando y un cuerpo de servicios. El personal superior del
Cuerpo de Comando se distribuye en cinco armas: infantería, artillería,
caballería, ingenieros y comunicaciones. El cuerpo de servicios se
estructura sobre la base de tres escalafones: Apoyo, Bandas Militares y
de Servicio de Veterinaria y de Remonta, e Ingenieros Agrónomos.
El personal subalterno son los voluntarios
contratados , que ingresan al Ejército como soldados ,con oportunidades
de ascenso a las subcategorías de clases y suboficiales.
2.- La Armada Nacional
a.- Misiones
La misión esencial de la Armada Nacional consiste en
la defensa de la Constitución y las Leyes del Estado, la integridad
territorial y la policía marítima de la República, a fin de
contribuir a defender el honor, la independencia y la paz de la misma.
b.- Estructura orgánica
El Mando Superior de la Armada es ejercido por el
Comandante en Jefe.
Del Comandante en Jefe dependen directamente el
Comando de la Flota, la Dirección General de Personal Naval, la
Prefectura Nacional Naval, la Dirección General de Material Naval, y el
Estado Mayor General de la Armada.
c.- Medios materiales
El Comando de la Flota nuclea los medios materiales
de combate de la Armada.
Del Comando de la Flota dependen el Comando de las
Fuerzas de Mar, el Comando de la Aviación Naval y el Comando del Cuerpo
de Fusileros Navales.
El Comando de las Fuerzas de Mar está integrado por
la División Escolta (buques tipo fragatas) , División Patrulla (buques
patrulleros rápidos de ataque y guardacostas), División Servicios (buques
de servicio y apoyo) y División de Minado y Contraminado (buques de
guerra de minas).
El Comando de la Aviación Naval posee un Escuadrón
de Exploración Antisubmarino, un Escuadrón de Helicópteros y un
Escuadrón de Instrucción.
El Cuerpo de Fusileros Navales es la fuerza anfibia
de la Armada y encara operaciones propias del combate anfibio.
Además de las unidades citadas la Armada cuenta con
el Velero Escuela ROU "Capitán Miranda", que realizar viajes
de instrucción con cada promoción de Guardiamarinas egresados de la
Escuela Naval.
d.- Personal
El personal superior de la Armada está organizado en
los siguientes cuerpos: Cuerpo General, Cuerpo de Ingenieros de
Máquinas y Electricidad, Cuerpo de Aprovisionamiento y Administración,
Cuerpo de Prefectura, Cuerpo Especialista y Cuerpo Auxiliar.
El personal subalterno está dividido en las
siguientes especialidades: Administración, Armas, Artífice, Banda,
Cámara y Cocina, Comunicaciones, Construcciones, Electrónica,
Electricidad, Fusilero , Mantenimiento (Aviación), Mar, Motores,
Operaciones, Operaciones (Aviación), Policía Marítima, Sanidad y
Técnico Profesional.
3.- La Fuerza Aérea Uruguaya
a.- Misión
La Fuerza Aérea Uruguaya es la rama de las Fuerzas
Armadas que se encuentra organizada, equipada y entrenada para
planificar , conducir y ejecutar los actos que impone la Defensa
Nacional en lo referente al poder aeroespacial.
b.- Estructura orgánica
El Mando Superior de la Fuerza Aérea es ejercido por
el Comandante en Jefe.
Del Comandante en Jefe dependen directamente el
Estado Mayor General, el Estado Mayor Personal, la Dirección de
Secretaría , la Dirección de Seguridad de Vuelo, la Dirección de
Relaciones Públicas, la Dirección de Economía y Finanzas, la
Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica,
el Comando Aéreo de Operaciones ,el Comando Aéreo de Personal, y el
Comando Aéreo de los Servicios .
c.- Medios materiales
Su capacidad en materia de misiones de caza y ataque,
está dada por aviones Cessna , A-37 y Pucará I A 58.
Posee una dotación de aviones PC 7 Pilatus, con la
posibilidad de llevar plataformas de armamento, y que permite la
formación de los futuros pilotos de combate. El transporte aerotáctico
está dotado con aviones Casa C 212, c 95 Bandeirante, Hércules C 130 y
Brasilia C 120.
La Fuerza Aérea posee helicópteros UH-1, Bell 212,
Dauphine y Wessex.
Los aviones Cessna 206 permiten llevar a cabo las
misiones de enlace, sanitarias, de relevamiento y de apoyo a otros
organismos del Estado.
La formación de los pilotos se hace en los aviones
Mentor T 34, los que próximamente serán reemplazados por aviones
Aeromacchi SF 260.
d.- Personal
En la actualidad 530 Oficiales y 2400 elementos de
personal subalterno , componen los efectivos de la Institución.
AGRADECIMIENTOS
Finalmente debemos agradecer a todos aquellos que han
colaborado para que esta obra pudiera ser concretada y muy especialmente
la labor desarrollada por la Comisión Redactora integrada por: el Dr.
Pablo Genta Fons, el C/N Enrique Falco y el C/F Dante Barrios.
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