III RÉUNION DES MINISTRES DE LA DÉFENSE DES AMÉRIQUES
PERMANENT COUNCIL OF THE
ORGANIZATION OF AMERICAN STATES
COMMITTEE ON HEMISPHERIC SECURITY
|
OEA/Ser. G
CP/CSH-265/00 corr.1
21 March 2000
Textual |
STATEMENTS DELIVERED AT THE THIRD DEFENSE MINISTERIAL
CARTAGENA DE INDIAS, COLOMBIA
NOVEMBER 1998
E X P L A N A T O R Y N
O T E
This document has been compiled by the General
Secretariat at the instruction of the Chair of the Committee on
Hemispheric Security, Ambassador Flavio Darío Espinal, Permanent
Representative of the Dominican Republic. The compilation and
circulation of this document represents one of the initiatives by the
Secretariat to comply with the General Assembly mandate to the General
Secretariat contained in the resolution "Support for the Committee
on Hemispheric Security", AG/RES. 1645 (XXIX-O/99), operative
paragraph 3:
"To request the General Secretariat to
compile, organize, and update files and databases on confidence- and
security-building measures in the Hemisphere ... To request also that
the General Secretariat study and disseminate in a timely manner
various aspects and studies related to these topics."
The texts have been copied faithfully from the
electronic (cd-rom) record of the Third Defense Ministerial made
available to the Committee Secretariat by the former Committee Chair,
Ambassador Carlos Portales Cifuentes, Permanent Representative of Chile,
who participated in that meeting.
For uniformity and in order to conform to OAS
document style, some format adjustments have been made. The Secretariat
regrets that it cannot accept responsibility for any errors and
omissions there might be in the texts themselves.
TABLE OF CONTENTS
Explanatory Note
*
- Saludo de Bienvenida Ministro de Defensa de Colombia *
- Palabras del Señor Presidente de la República de Colombia en la
Sesión de Apertura
*
- Statement by Minister Henderson Simon of Antigua and Barbuda *
- Palabras del Señor Ministro de Defensa de la República Argentina *
- Statement by The Honourable Frank Watson, MP, Minister of National
Security
and Public Utilities of the Commonwealth of The Bahamas *
- Statement by Mr. Lionel Nurse, Permanent Secretary in the Office
of the Attorney-
General, Barbados *
- Statement by Brigadier General Roberty S. Garcia, Belize *
- Intervención del Lic. Fernando Kieffer G., Ministro de Defensa
Nacional de Bolivia *
- Palavras do Chefe da Delegação Brasileira
*
- Statement by Ambassador C. William Ross, Canadian Ambassador to
Colombia *
- Exposición Conjunta Argentina-Chile *
- Palabras del Señor Ministro de Defensa Nacional de Colombia *
- Palabras del Ministro de Seguridad Pública de Costa Rica *
- Palabras del Señor General José Gallardo Román, Ministro de
Defensa Nacional
de la República del Ecuador *
- Palabras del Señor Jaime Guzmán Morales, General de División,
Ministro de la
Defensa Nacional de la República de El Salvador *
- Statement by Lt. Col. Nestor A. Ogilvie of Grenada *
- Palabras del General de Brigada Héctor Barrios Celada, Presidente
del Consejo Superior
de la Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC) de
Guatemala *
- Presentation by Honorable Charles R. Ramson S.C. M.P. Attorney
General and
Minister of Legal Affairs of Guyana *
- Palabras del Embajador Claude Heller Jefe de la Delegación
Observadora de México *
- Palabras del Representante de Panamá *
- Palabras de José F. Segovia B., Ministro de Defensa, Paraguay *
- Palabras de Don Julio Salazar Monroe, Ministro de Defensa y
General de Ejército
del Perú *
- Palabras de Hernán Disla González, Mayor General, Ejército
Nacional de la República Dominicana *
- Statement by Delano F. Bart, Honourable Attorney General of St.
Christopher and Nevis *
- Statement by the Representative of Saint Lucia *
- Presentatie Door De Heer Ramon Achmat Dwarka-Panday, Minister Van
Befensie De Surinaamse *
- Statement by the Representative of Trinidad and Tobago *
- Statement by William S. Cohen, Secretary of Defense of the United
States of America *
- Palabras del Representante de Uruguay *
- Palabras del Vicealmirante Tito Manlio Rincón Bravo, Ministro de
la Defensa
de Venezuela *
SALUDO
DE BIENVENIDA
MINISTRO DE DEFENSA DE COLOMBIA
Es una feliz coincidencia que la Tercera Cumbre de
Ministros de Defensa de las Américas se reúna en Colombia, una Nación
que enfrenta las más diversas formas de violencia pero que lucha, con
decisión, por alcanzar una paz justa y duradera.
Y digo que es circunstancia afortunada porque de
alguna manera, de esa compleja realidad colombiana, surgen muchos de los
temas de esta conferencia, que son, a la vez, los grandes retos del
futuro: la creación de un sistema de seguridad colectiva, las amenazas
que surgen del terrorismo y el narcotráfico, la plena vigencia de los
derechos humanos y la contribución de las Fuerzas Militares al
desarrollo y el bienestar de nuestros pueblos.
Cartagena de Indias, la ciudad heróica que resistió
durante la época colonial todos los embates de las potencias europeas y
luego en la independencia, libró batallas contra la dominación española,
se viste de gala para recibirlos.
Estas murallas, escenario de épicas jornadas, deben
hoy inspirar nuestro trabajo y la visión de una América fuerte y unida.
Colombia, bajo el liderazgo firme y renovador de
nuestro Presidente Andrés Pastrana Arango, quien hoy inaugura este histórico
encuentro, se siente honrada con su visita.
Bienvenidos, señores Ministros y Delegados a la
Tercera Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas.
PALABRAS
DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
EN LA SESIÓN DE APERTURA
Pocos lugares tan apropiados para la celebración de
una cumbre hemisférica sobre temas de defensa y seguridad como nuestra
Cartagena de Indias. Sitiada en varias oportunidades por los ingleses
durante los siglos XVII y XVIII; por los españoles durante nuestra
Gesta de Independencia y por nosotros mismos en 1885, Cartagena se
convirtió en baluarte inexpugnable gracias a las fortificaciones,
producto de la industria y el tesón de los ingenieros militares españoles.
Su ubicación geográfica en una bahía amplia y
segura permitió su desarrollo fundamental como puerto de zarpe de la
"Armada de Las Galeones" que, anualmente, surcaba el Atlántico
llevando las riquezas del Nuevo Mundo hacia la metrópoli. Para proteger
ese comercio, a través de los años, se diseñaron las fortificaciones
de Cartagena de Indias que resistieron los sitios del inglés Vernon,
del español Morillo y del colombiano Gaitán Obeso.
La cuidadosa estrategia implícita en las murallas
solo fue derrotada por el fragor implacable del progreso que demolió
sin piedad algunos de sus sectores más característicos. Pero una buena
parte de ellas sobrevivió para que el escritor cartagenero Eduardo
Lemaitre llamara "el Corralito de Piedra" a la ciudad que
hasta ese momento llevaba el título de "Heroica" por el papel
que jugaron sus murallas en la defensa de los criollos.
En el mundo moderno el Estado y sus instituciones
deben adaptarse a la nueva agenda global en la medida en que su
modernización es esencial para su preservación y para que pueda
cumplir adecuadamente con las legítimas aspiraciones de la comunidad.
Las Américas Continentales y el Caribe no pueden ser
la excepción. Sus instituciones deben evolucionar para que la capacidad
de respuesta del Estado avance sin rezagos y deben hacerlo en relación
con todos y cada uno de los distintos temas que son neurálgicos para
nuestro desarrollo. El empleo, la lucha contra la pobreza, el ingreso,
la productividad, la competitividad, la participación, la globalización,
la libertad de prensa y los derechos humanos, entre otros, son siempre
una responsabilidad primordial de los gobiernos.
La historia reciente ha demostrado con certeza que,
los estados democráticos deben contar con esquemas que le permitan
protegerse adecuadamente. Por ello el tema de la seguridad es de vital
importancia en cada una de nuestras sociedades. Hoy estamos aquí, en
esta reunión de Ministros de Defensa de las Américas, para reafirmar
nuestra voluntad de darle a la democracia este soporte necesario.
Durante la guerra fría las naciones del hemisferio
estaban influidas por el concepto de la defensa nacional. Fue así, como,
en el afán de protegernos de los regímenes totalitarios marxistas, se
generó una visión de Estado en la cual las instituciones, se
encaminaban a la defensa del orden vigente. Era el Estado al servicio de
la seguridad nacional que, en no pocas ocasiones y como uno de sus
mayores inconvenientes, condujo a una inconsciente dependencia de la
propia democracia a estos objetivos.
El fin de la confrontación bipolar nos muestra un
panorama muy distinto, que necesariamente debe reflejarse en un cambio
en la visión de la seguridad y la defensa. Así lo han venido haciendo
con empeño creador los señores Ministros de Defensa. Es igualmente
claro que la región enfrenta dos importantes realidades: la consolidación
del sistema democrático, por el que tanto hemos luchado, y la integración
hemisférica.
A su vez, ahora, los vecinos nos entendemos y
trabajamos de una manera muy distinta al pasado. Nos vemos como socios,
no como rivales. Para todos, son temas de permanente análisis: la
cooperación, la globalización y la interdependencia. El fomento y la
adopción de medidas de la confianza mutua es un excelente ejemplo, a
tal punto que ha permitido que, en nuestras relaciones, se pase de
situaciones de tensión constante, a la de aliados en diversos aspectos.
Debemos avanzar entonces en la nueva agenda de la
seguridad y la defensa para que vaya acorde con los retos del nuevo
siglo. Temas como el terrorismo, el problema mundial de las drogas, la
paz, los derechos humanos, el tráfico ilegal de armas, el medio
ambiente y los desastres naturales, entre otros, son los que hoy y en
las próximas décadas se constituyen en desafíos para nuestras
sociedades. En su tratamiento y discusión, el respeto al Derecho
Internacional y la cooperación, entre las naciones serán elementos
esenciales para obtener consensos en nuestra acción colectiva.
Permítanme, a continuación, detenerme en algunos
temas de esta nueva agenda.
Quienes hemos tenido que padecer, como ciudadanos o
como gobernantes, los embates feroces de la violencia indiscriminada, de
la muerte y del dolor que causa el terrorismo sabemos que no es posible
ahorrar un solo esfuerzo en su prevención y control. Colombia desea
reafirmar ante ustedes su indeclinable voluntad de combatir el
terrorismo.
La reciente Conferencia Interamericana, que se celebró
en Mar de Plata, representa un paso significativo en la elaboración de
un programa hemisférico que permita prevenir y reprimir la ocurrencia
de este tipo de hechos. Para Colombia es de sumo interés, por ejemplo,
el fortalecimiento de una plena coordinación en materia de inteligencia
que permita detectar con prontitud la presencia de redes internacionales
de terroristas en nuestro continente.
Nuestros países y particularmente Colombia han sido
severamente afectados por el problema mundial de las drogas, bien sea
por los efectos de su comercio ilícito o por las devastadoras secuelas
que el consumo de la droga deja en nuestros jóvenes.
El mundo entero conoce la importancia que como
Presidente de mi país le he dado a la lucha contra este flagelo.
Es que el daño producido no es cualquiera. Por eso
nuestro impulso indeclinable en el ámbito hemisférico y mundial para
que se entienda que la responsabilidad y la activa cooperación son la
clave para lograr soluciones definitivas.
Colombia y otros Estados del Continente hemos cargado
el lastre del comercio ilícito de drogas. Después de muchos años
perdidos en prevenciones y mutuas inculpaciones, comenzamos a ver
renacer nuestras esperanzas de superar este flagelo. Yo confío en la
cooperación internacional, porque con ella ganaremos la batalla de la
droga y le abriremos distintas oportunidades de subsistencia a los
cultivadores de plantas prohibidas.
También le damos la mayor importancia a las
negociaciones que se llevan a cabo en el seno de la CICAD para diseñar
y poner en práctica el mecanismo Multilateral de Evaluación y
Seguimiento de los esfuerzos y políticas nacionales contra las drogas.
Creemos que este mecanismo, basado en la transparencia y en la aplicación
de instrumentos objetivos de medición para todas las naciones,
significará un gran avance en el hemisferio.
Mi gobierno presentó recientemente la Estrategia
Integral de Lucha contra las Drogas, en la cual se definen la combinación
de diversos elementos complementarios entre sí, que nos permitan
combatir efectivamente este flagelo. Erradicar y sustituir los cultivos,
prevenir el consumo, combatir el tráfico de drogas, avanzar en el
desarrollo de cultivos alternativos y fortalecer la cooperación
judicial son los principales elementos de este plan que pongo a la
disposición de ustedes.
Para este propósito quiero traer a colación el
esfuerzo que realizaremos en el montaje y puesta en marcha del proyecto
que hemos denominado "Plan Colombia". Este tiene como base la
constitución de un Fondo de Inversiones para la Paz. Su objetivo es
hacerse presente en zonas olvidadas por el resto del país y hoy
azotadas por la violencia para realizar un ataque frontal a la pobreza.
No solo buscamos sustituir los cultivos ilícitos, sino fortalecer la
sociedad con educación, salud e infraestructura. También tenemos que
reconstruir el tejido social con la promoción de la participación
ciudadana en la vida democrática de la Nación.
La primera prioridad de mi Gobierno es la paz. Sé
que para conseguirla se requiere tanto de una férrea determinación
como de mucha paciencia. Tantos años de conflicto violento en mi país
no pueden eliminarse de la noche a la mañana. Avanzamos dentro del propósito
de construir un proceso en el que, a partir del diálogo, logremos una
solución política negociada. Este, a su vez, debe revertir en el
fortalecimiento de las instituciones democráticas.
Para ello estamos actuando con discreción,
responsabilidad y prudencia. Necesitamos del apoyo y la comprensión de
la comunidad internacional. Bajo el concepto de Diplomacia para la Paz,
hemos iniciado una serie de gestiones, destinadas a difundir nuestro
compromiso y nuestra tarea de conseguir la convivencia pacífica. A
ustedes, señores Ministros de Defensa de las Américas, les reitero el
mensaje: en función de la búsqueda de la paz en Colombia, necesitamos
contar de manera permanente con el apoyo del concierto de naciones.
Conozco el interés de los países aquí
representados en mi política de paz. Con generosidad hemos creado los
espacios de confianza que permitan el diálogo para encontrar a través
de la solución política el camino que le ponga fin a tantos años de
conflicto. Mi propuesta para lograr una paz estable y duradera la
impulsaré enmarcada siempre dentro del cumplimiento de la Constitución
que juré defender.
Desde mi primer encuentro, con el secretariado de las
FARC en las montañas de Colombia, mantengo la esperanza de construir la
paz que tanto reclaman mis compatriotas. Mi propósito fue crear la
confianza mutua que permita un diálogo directo. En esa dirección,
hemos avanzado. Tengo la convicción de que las condiciones para iniciar
ya las primeras conversaciones están dadas. Este es un anhelo de todos
los colombianos y también de la comunidad internacional.
Convoco a los grupos alzados en armas para que
avancemos en el proceso. Nada se logra intentando negociar antes de
iniciar el verdadero proceso de negociaciones o enfrascándose en
discusiones sin verdadero fondo. Es hora ya de emprender estos diálogos.
Encontremos la mejor alternativa con hechos de paz y no con retórica de
paz. Los invito a decretar un cese al fuego; o a devolver los
secuestrados; o a parar cualquier acto de violencia en contra de la
población civil. Pero, en todo caso, los convoco a tener una Navidad en
medio de la reflexión y no de la guerra. De esa manera podremos hacer
realidad la preferencia expresada por los propios insurgentes de hacer
la paz en paz y no en guerra. Si ello es aceptado, cualquier obstáculo
es superable para mi gobierno.
Otro de los grandes temas de la agenda es el de los
derechos humanos. Quiero compartir con ustedes una reflexión que les
presenté hace unos pocos días a los oficiales que se graduaron de los
distintos cursos de nuestra Escuela Superior de Guerra. La defensa y
protección de los derechos humanos así como el respeto cabal de los
principios y las normas del Derecho Internacional Humanitario se
constituyen en un ejercicio de pleno cumplimiento, vital para todo
Estado. Como los militares han recibido de sus respectivas naciones el
derecho legítimo de portar las armas, tienen una gran responsabilidad
legal y moral de respetar el estado de derecho. Quiero ser enfático:
nada justifica una violación a los derechos humanos.
En este campo, es necesario reconocer, y estoy seguro
que la comunidad internacional así lo hará, el enorme avance que las
Fuerzas Armadas de Colombia han realizado y siguen haciendo en materia
de protección de los derechos humanos. Sé que en cada operación de
nuestras Fuerzas Armadas está siempre presente el respeto a los
derechos de la población.
Señores Ministros, un tema de especial interés para
Colombia en relación con la nueva agenda de seguridad y defensa en
nuestro continente es el del tamaño de las Fuerzas Militares. Es lógico
que se afirme que los roles de las fuerzas Militares sean compatibles
con el desarrollo social, político y económico de nuestras sociedades.
Es lógico también que en función del nuevo siglo se estimule un
debate sobre el tamaño y la misión de estas fuerzas dentro de una
sociedad que cada día estará más integrada.
Pero de igual manera, es lógico que esta evaluación
se haga teniendo en cuenta las particularidades de cada Nación. Muchos
analistas y no pocos medios de comunicación, regularmente comparan el
tamaño de nuestras Fuerzas Militares o la magnitud del gasto en defensa
con el Producto Interno Bruto, con la extensión geográfica o con la
población.
Sin embargo, la situación es muy distinta si se
hacen otras comparaciones. Por ejemplo, si se compara la magnitud de
nuestras Fuerzas Militares con la realidad interna que vivimos. Debemos
tener en cuenta las cifras de soldados y policías muertos y heridos,
las cifras de secuestros, de desplazamientos masivos, de actividades de
narcotráfico y de los ataques a bases militares y a puestos de policía.
La agenda de las Fuerzas Militares de mi país es muy
especial. Sus retos no tienen parangón en toda América. Por eso mi
propósito como gobernante es buscar una reestructuración que responda
a las inquietudes de la sociedad y a los retos actuales y futuros. Su
fundamento no será establecer si habrá mas o menos hombres o más o
menos armamento. Se trata de preparar mejor a los hombres, fortalecer el
respaldo a su accionar tanto en lo logístico como en lo legal, integrar
más a la Institución con la comunidad y ser modelo de eficiencia y
eficacia.
Al hablar de la reestructuración de las Fuerzas
Militares de Colombia, estoy hablando implícitamente de un análisis
que nos permita modificar lo que no está dando el resultado esperado, y
de la misma manera, mantener y fortalecer lo que sí funciona.
En todo caso, en materia armamentista, el Hemisferio
siempre debería tener presente la necesidad de lograr un balance entre
una prudente concepción de la defensa Continental y las necesidades de
orden público interno de cada Nación.
Deseo así mismo, invitar a los señores Ministros de
Defensa a realizar esfuerzos para controlar el tráfico ilegal de armas.
Tenemos que avanzar, con imaginación, para establecer mecanismos
eficientes que garanticen que nuestros estados tengan el monopolio de
las armas. Colombia quiere reiterar el papel que la O.E.A. puede y debe
jugar frente a este tema pues ayudaría a disminuir los altos índices
de violencia en nuestras ciudades y constituiría un eficaz obstáculo
para los fines de la delincuencia organizada.
Esta Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas
debe servir, adicionalmente, para dar un paso adelante en el proceso de
conocimiento mutuo. Todos necesitamos saber que no estamos solos y que
somos conscientes de los retos que enfrentamos.
Por eso saludo que el objetivo central de la
Conferencia sea buscar que la seguridad y la defensa en esta parte del
planeta se fortalezca, a través de mecanismos interamericanos, con el
propósito de fomentar el desarrollo y promover la democracia, dentro de
un marco de confianza y transparencia.
La seguridad hemisférica es un compromiso de toda la
región, el cual debe evidenciarse con una participación activa en
espacios de discusión e intercambio como el que hoy nos congrega.
Quiero resaltar el trabajo que, en esta dirección, adelanta la Comisión
de Seguridad Hemisférica de la O.E.A.
Nuestro Hemisferio en materia de seguridad colectiva
ha tenido desafíos que ha sabido cumplir. Así lo hizo en la reunión
de consulta de Río de Janeiro a los pocos días del ataque japonés a
Pearl Harbour. De allí surgió, de alguna manera una política conjunta
dentro de sus limitaciones, al objetivo común de la defensa contra la
agresión militarista y nacista. Así lo hizo igualmente en la Reunión
de Consulta de Washington con ocasión de los sucesos de Corea.
La solidaridad americana no es solo fruto de la
geografía o de la conveniencia política. Surge del convencimiento
sobre una serie de principios que debemos preservar sin vacilaciones. La
solidaridad debe tener un propósito común, porque esa es la razón de
ser del sistema Interamericano. Ustedes tienen, señores ministros, una
gran responsabilidad para preservarlo. Debemos recuperar la tradición,
como señaló Alberto Lleras, de que cada resolución interamericana sea
una lección de historia y una reafirmación de nuestros principios. La
solidaridad se expresa en momentos difíciles como los que ha tenido que
vivir la región centroamericana con ocasión del desastre natural
ocasionado por el paso del Huracán Mitch.
Es cierto, el mundo ha cambiado, pero nuestra vocación
pacifista y la solución negociada de nuestras diferencias debe ser la
preocupación de los estados del continente para ayudarnos a superar los
problemas que conjuntamente tenemos. Nuestro consenso sobre estos temas
será una base fundamental para hacer más amable y digna la vida de los
ciudadanos de las Américas.
Muchas gracias y éxitos en las deliberaciones.
STATEMENT BY MINISTER
HENDERSON SIMON OF
ANTIGUA AND BARBUDA
Ministers, Excellencies, Leaders of the Armed Forces
of the countries of the Americas and the Caribbean, Ladies and
Gentlemen.
The delegation of Antigua and Barbuda is very pleased
to be present and participating in this important meeting of the
Ministers of Defense of all the countries in the Americas and the
Caribbean. We are even more pleased to be here in Cartagena, the
historical gateway to South America from the Caribbean.
Cartagena and Antigua and Barbuda have much in
common, even today. We both rely upon tourism to fuel our economic
growth; we share the beauty and majesty of the Caribbean Sea, our
conmmon patrimony, and our people have boundless faith in the future.
Yet, there is another aspect of our shared and common
history which binds us and which brings the countries of the "new
world" together today. I refer to our everlasting search for
security. The walled city within this city stands as testimony to a
bygone era when walls were sufficient to provide protection from rival
navies and armies.
Twenty-six of these fortresses were built on my
Antigua and Barbuda, in the 18th century, in order to make it
impregnable. The navy of the most powerful monarch of that century was
headquartered on Antigua; had Antigua fallen into the hands of a rival,
the balance of power in Europe would have shifted. Today, many of those
ancient forts on Antigua have been turned into restaurants, museums, a
hotel and even a jail.
Security can no longer be achieved by merely building
walls or forts. The very large and the very small states of this
hemisphere have found that security, in an age of globalization, is
rather complex. Security includes the traditional-notions of yesteryear,
but today, security must now be extended, in the case of the
small-island state, to encompass several non-traditional aspects.
Natural disasters, for example, pose a greater threat to our security
than does the loss of national territory to an enemy.
Particularly injurious to our security is the peril
posed by global warming. The emission of more than 30 billion tons of
carbon dioxide and other greenhouse gases into the earth’s atmosphere,
each year, undermine our security and our well-being. Most harmful are
the ferocious summer storms and hurricanes which form in the Atlantic,
fuel their fury with the ocean’s warm waters, and which come ashore to
destroy. Their frequency and their, ferocity are, we believe, an
expression of the global warming phenomenon.
I would Like to share with this meeting some very
persuasive statistics. Between 1920 and 1940, the Caribbean witnessed 70
storms and hurricanes, or an average of 3.5 storms and hurricanes per
year. Between 1944 and 1980, a thirty-six year period, the Caribbean
bore the fury of 216 storms and hurricanes, or an average of 6 of these
extreme weather events each year. The decade of the 1980s is the warmest
on record; and 1995 is the warmest year in recorded human history. In
that year, 1995, the Caribbean was pummeled by 17 storms and hurricanes,
including hurricane Luis. Its massive winds extended outward for more
than 450 miles; its sustained winds blew at 140 miles per hour; its
gusts exceeded 200 miles per hour. In 1996, the year after Luis, the
Caribbean bore the brunt of 19 storms and hurricanes. In 1997, 12 storms
and hurricanes were forecast, only six arrived thanks to the dampening
effects of the El Nino. In 1998, 13 storms and hurricanes were
predicted, thirteen arrived including hurricanes Georges and Mitch.
We wish to express our condolences to the peoples and
Governments of St. Kitts and Nevis, Haiti -and the Dominican Republic
for the loss which they suffered as a result of hurricane Georges, in
the third week of September. We express equally our sympathy and
solidarity with Honduras, Nicaragua, El Salvador and Guatemala for the
loss of life, property and security which hurricane Mitch caused four
weeks ago.
The images from Honduras, which the global news media
have flashed around the world, tell the story of destruction for which
hurricanes are known. The winds and rain combine to destroy our homes,
schools, churches, hotels, beaches, coral reefs . fish , stocks, trees,
crops, birds, livestock. Hurricanes kill and maim, destroy the
infrastructure, set back development, and undermine security. We believe
that they are made more frequent and more fierce by our consumption and
disposal habits. Hence, we include them on our list of security threats.
Another threat to our security comes from the illicit
trafficking in drugs and illegal arms. Our enemies are non-state actors.
There is no state in this or any hemisphere which regards Antigua and
Barbuda as its enemy. The days of conquest and conquistadors are over.
The states in this hemisphere have all agreed to abide by the norms of
international law. criminals do not abide by the law. they break the
law.
We would wish, at this juncture, to congratulate Peru
and Ecuador for their historic agreement, three weeks ago, which settles
the border dispute between them. Antigua and Barbuda is of the view that
every effort should be made before the start of the new millennium to
resolve the territorial disputes which hang over Belize, Guyana, and the
Falklands/Malvinas Islands. All disputes must be settled peacefully, in
accord with the Charter of our Organization of American States and
public international law.
Illicit drug trafficking, however, requires a joint
and coordinated effort among our 35 states -including Cuba. This
pernicious trade imperils our security and threatens to undermine our
sovereignty.
The special security concerns of the island-states of
the Caribbean are not a new topic within this Ministerial body nor
within the Summit of the Americas. We have frequently spoke of the
dangers which flow from the transportation of nuclear and hazardous
wastes through the Caribbean Sea; the harm to the environment which
global warming occasions; the undermining of good governance which
trans-national, criminal activity causes; and the spread of illegal arms
which make criminal outfits better armed than some governments. These
special security concerns will continue to engage us, and we will look
increasingly to these Ministerials to provide us with solutions.
At the Organization of American States, we have
proposed a series of solutions to each of these concerns. We note that
our neighbors have grown to embrace and to accept our very modest
proposals. We therefore wish to have this Meeting take note of the work
of the OAS’ Committee on Hemispheric Security and to act to implement
the commonsense objectives which are within our grasp.
I’m closing, Mr. Chairman, my delegation wishes to
thank the government of Canada for providing transportation to our join
Cartagena to Miami.
The president, government and people of Colombia for
bating this conference. The mayor and people of Cartagena for having us
as their guest and to the Ministry of Defense for the Excellent
conference facilities and accommodation.
Thank you very much.
PALABRAS DEL SEÑOR MINISTRO
DE DEFENSA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Es para mi un motivo de especial satisfacción
encontrarme con todos ustedes, una vez más, en este importante foro
para el debate de las principales oportunidades y desafíos que
enfrentan las Américas en el campo de la seguridad y la defensa.
Junto a la vigencia del sistema democrático, el
respeto de los derechos humanos, y el vigor de los diversos procesos de
integración en marcha entre nuestros países, la paz y la seguridad son
elementos indispensables para asegurar la buena convivencia entre
vecinos y el bienestar de los pueblos.
Desde la realización de la primera Reunión de
Ministros de Defensa, en 1995, nuestra región ha logrado impresionantes
avances que la ubican frente a la comunidad internacional como una de
las áreas más estables y pacíficas del planeta. En efecto, y por
citar algunos ejemplos:
No puedo dejar de mencionar, en primer término, el
reciente acuerdo entre Ecuador y Perú. Este resultado, alcanzado con el
concurso de los países garantes del Protocolo de Río, es un símbolo
elocuente de la madurez de los pueblos y los gobiernos de ambos países
que supieron, con espíritu constructivo, superar sus diferencias y
mirar juntos al futuro. Y es, además, la demostración más cabal de
que nuestra región es capaz de generar sus propias soluciones:
Por otra parte, luego de tres décadas del tratado de
Tlatelolco, América Latina y el Caribe se han convertido en la primera
zona habitada en el mundo libre de armas nucleares, al tiempo que
integran también el área del mundo que, en promedio, tiene e menor
nivel de gastos en adquisición de armamentos.
Así mismo, el proceso de adopción de medidas de
fomento de la confianza identificadas en la Conferencia de Santiago y
reforzadas en San Salvador ha probado ser un camino adecuado que debemos
seguir recorriendo para el logro de una mayor transparencia.
En el Cono Sur, a través de la "DECLARACION DEL
MERCOSUR, BOLIVIA Y CHILE COMO ZONA DE PAZ", Los países miembros
destacamos que la paz es un elemento esencial para la continuidad y
desarrollo del proceso de integración, a la vez que perseguimos el
fortalecimiento y progresiva articulación de los mecanismos de consulta
y cooperación sobre temas de seguridad y defensa.
La Argentina, en particular, forma parte de una red
de instrumentos políticos que la vinculan en nuestro continente, con
Bolivia, Brasil, Chile, Estados Unidos y Paraguay, en tanto que con el
Uruguay ya existe una propuesta de entendimiento mutuo que esperamos que
próximamente arribe a buen término.
Consideramos que la cooperación militar debe ser un
componente destacado en estas relaciones y por ello hemos incrementado
significativamente los ejercicios combinados entre nuestras fuerzas
Armadas y las de los países de la región buscando además alcanzar la
habilidad para la conducción de operaciones de mantenimiento de la paz
y el desarrollo de mejores condiciones de interoperatividad.
Así mismo, las Armadas y las fuerzas Aéreas
Argentinas y Chilenas han efectuado este año, por primera vez en décadas,
sendos ejercicios de búsqueda, salvamento y patrulla antártica, como
parte de un programa de actividades combinadas.
Todos estos alentadores resultados son producto de
una renovada y creciente convicción regional que acompañando los
cambios en el orden internacional, nos demuestra que la cooperación es
la via más adecuada para diseñar un nuevo sistema de seguridad hemisférica.
Pero pese a los avances registrados, es mucho lo que
queda por hacer. No puedo dejar de mencionar la desdichada situación de
nuestros hermanos centroamericanos a raíz del Huracán que devastara
sus países con gran pérdida de vidas humanas y daños materiales, así
como las inundaciones que afectaran a mi país al comienzo de este año.
Estas críticas situaciones ilustran la importancia de la misión de
asistencia de las Fuerzas Armadas en caso de desastres naturales, y
recuerda la necesidad de contar con una mejor coordinación regional
para enfrentar estas circunstancias.
Sobre la base de valores compartidos, el desarrollo
de la seguridad cooperativa permite a los Estados prevenir y neutralizar
potenciales conflictos, al tiempo que les facilita el accionar común
frente a los desafíos transnacionales que, si bien previos, han tomado
nuevo impulso por el fenómeno de la globalización y el fin de la
Guerra Fría.
Por estas razones es que la Argentina fue sede de la
segunda reunión de Ministros de Defensa y apoya con firmeza la
continuación de estos encuentros.
Es cierto que el tratamiento de los muchos temas
pendientes en nuestra agenda de seguridad –tienen- y deben continuar
teniendo" un tratamiento paralelo a este foro en otros ámbitos
como la OEA y su Comisión Permanente de Seguridad Hemisférica, la
cumbre de las Américas y en los distintos entendimientos regionales y
bilaterales existentes.
Pero la reunión de Ministros es el foro por
excelencia para coordinar, evaluar e impulsar posibles alternativas para
la conformación de un moderno sistema de seguridad hemisférica, la
promoción de funciones complementarias de las FFAA en sociedades democráticas
y la cooperación para luchar contra las amenazas comunes que exceden el
ámbito de nuestras respectivas fronteras.
Estoy convencido de que esta tercera reunión –ejemplo
en si misma de transparencia y confianza entre todos los países
participantes-, contribuirá a profundizar el diálogo directo y franco
entre nosotros y a dar el necesario impulso político al proceso en el
cual estamos embarcados.
Finalmente y antes de concluir, quisiera destacar, en
nombre del Presidente de la Nación Dr. CARLOS SAUL MENEM, y en el mio
propio, los esfuerzos del pueblo y autoridades colombianas en pos de la
paz y la concordia Y además, hacerles llegar nuestro agradecimiento por
su generosa hospitalidad y por hacernos sentir como en nuestra propia
casa.
MUCHAS GRACIAS
STATEMENT BY THE HONOURABLE
FRANK WATSON, MP
MINISTER OF NATIONAL SECURITY AND PUBLIC UTILITIES
OF THE COMMONWEALTH OF THE BAHAMAS
Mr. Chairman, my first and pleasant duty is to extend
congratulations and thanks to the Government and people of Columbia for
hosting this important meeting and for the gracious hospitality that has
been extended to me and my delegation. I would also like to thank the
Government of Canada for assisting the Delegations of the Caribbean and
Central America and for transporting us from Miami to Cartagena of the
Indias for this meeting. We appreciate this kind cooperation and
assistance greatly.
Mr. Chairman, this is the third Conference of
Ministers of Defence of the Americas at which the Bahamas has been
present. This is an indication that the Government of the Bahamas values
greatly these gatherings and the interaction and exchange of views on
matters of mutual concern which it fosters. We are a peaceful people and
the pursuit of international peace and stability and security is one of
the highest priorities of our foreign policy. We recognize that
prosperity and the economic well-being of our people rest on peace and
stability in the region.
Mr. Chairman, like our sister Caribbean States, the
Bahamas has no military tradition. We believe that the military ought to
be under civilian control. We believe too that such an arrangement is
democratic. It is the model which has the best chance of success as a
form of governance.
Mr. Chairman, the Agenda before this III Defence
Ministerial of the Americas includes items which are of particular
concern to the Bahamas. These include issues of trafficking in narcotics
and illegal guns, migration, natural disaster, and the environment. We
continue to fight the drug war and take this opportunity to urge
hemispheric partners to intensify collaborative efforts to bring this
scourge under control.
Thank you Mr. Chairman.
STATEMENT BY MR. LIONEL NURSE,
PERMANENT SECRETARY
IN THE OFFICE OF THE ATTORNEY-GENERAL
HEAD OF DELEGATION OF BARBADOS
Opening Ceremony of the Third Defense Ministerial
Thank you, Mr. Chairman. I will, of course, follow
your instructions to dispense with the usual courtesies as a time-saving
measure and to increase the time available for our substantive work.
Mr. Chairman, the Prime Minister has instructed me to
convey his greetings and best wishes. As Minister of Defense of Barbados
he recognizes the importance of this meeting as a forum in which we will
state our intentions on the way forward for hemispheric security into
the regrets that he cannot join in the deliberations of this
distinguished group but is bound by his domestic agenda, including the
activities of the celebration of Barbados’s 26th
anniversary of independence which coincides with the opening day of the
conference.
Mr. Chairman, the three broad themes under which we
will consider the security issues of the hemisphere provide good
framework within which we can discuss more specifically the many and
diverse ....... that affect us all, as individual nations on a regional
basis.
The delegation of Barbados believes that special
attention should be accorded to the vulnerability of small island States
and small economies resulting from natural disasters and threats ......
from human action, such as drug-trafficking, terrorism and illegal arms
transfers.
This issue, with its far-reaching implications, is
vital importance to the Government of Barbados and is in keeping with
the necessity for the organization to redefine the definition of
security to accord to new realities as part of a process of
revitalization.
My delegation supports the efforts toward
confidence-building measures and strengthening of mutual understanding
as a means of improving security in the hemisphere. We consider that
military and law enforcement exchanges provide will play a significant
role in this regard. In the Caribbean, the Regional Security System,
which has its headquarters in Barbados, is an effective form of
collaboration on security issues among the OECS countries and Barbados.
Mr. Chairman my delegation will interview further on
specific matter work of the committees.
Before I close I wish to reiterate the sympathy and
support of the Government to the Sister Caribbean and Central American
States which recently suffered damage and loss of life during the recent
hurricanes and floods.
I also wish to thank the Government of Colombia for
its very warm welcome and hospitality in this splendid city, Cartagena.
Thank-You, Mr. Chairman.
STATEMENT BY BRIGADIER GENERAL
ROBERTY S. GARCIA
BELIZE
Doctor Andrés Pastrana Arango, President of the
Republic of Colombia, Doctor Rodrigo Lloreda Caicedo, National Defence
Minister of Colombia and also in your capacity as the Director General
of the Third Defence Ministerial Conference of the Americas, honourable
ministers of defense, heads of delegation, representatives, observers -
on behalf of the government of Belize, the minister of national security
and immigration of Belize the honourable Jorge Espat who sends his
special greetings, it’s indeed an honour and privilege for us, Belize,
to be represented here.
My government, which was installed in August 1998 in
its manifesto pledge on security says "the people’s united party
vision is for a safe and secure Belize - a nation at peace with itself
and with the world; a state with secure borders respected by its
neighbors, where all citizens are assured that their lives and property
are safe and their human rights respected, where laws and institutions
are honoured, government is accountable and harmony reigns in its
multi-cultured society..." to accomplish this mission statement,
Belize as a country continues to find ways to improve and to develop new
relationships.
In consideration of the three themes of this
conference, I report that Belize is a participant in the regional
security system and cooperates fully with its Caribbean neighbors. We
have developed greater ties with Mexico and Central America especially
with regards to the sharing of information, intelligence and other
physical effort. Additionally, a number of confidence building measures
as for example senior-level meetings by the security forces of Belize,
Mexico and Guatemala and the establishment of communication links which
have led to an improved cooperative effort on security matter that have
transcended our borders.
The role of our nation’s security force is
constantly under review and indeed it is my government’s insistence
that there is a place for the force in not only the development of the
nation but in providing support in the region. A testament to the latter
is our current involvement in Honduras as a result of hurricane Mitch.
The impact of illegal activities; drugs, arms and
other areas of concern within Belize and the region has locally,
encouraged us to develop a strong multi-agency approach in looking for
resolutions. Externally, Belize is a keen participant in various
groupings. We are a member of the Central American association of
police, Caribbean commissioners of police association and is the
secretariat of the Caribbean regional intelligence network. Our security
forces, with the Belize police force being the national focal point
works daily with the central American joint intelligence agency with
emphasis on narcotics and major crime. We have developed a close working
relationship with the Colombian anti-narcotics unit and indeed have
other bi-laterals with Guatemala, Mexico and the United States. The
upcoming Caribbean chief of staff conference at which Belize will be a
participant is yet another step towards fostering multi-national,
hemispheric relationship.
The Prime Minister of Belize, the honourable Said
Musa in his recent address to the 53rd regular session of the united
nations general assembly said, "a world free of the curse of drugs,
liberated from the affliction of poverty, blessed with freedom and
democracy when people’s human rights can be pursued in peace is what
we ape all striving for. "... elsewhere in his address he spoke
about the requirement for; values, policies, the respect for
sovereignty, social factors, and especially at this time financial
factors that all influence - in his words - "what are all striving
for..." and therefore must be considered if indeed we are really
concerned about hemispheric cooperation and security. For sure which
Belize has recognized and is conducting vigorous reforms at the domestic
level.
In closing, I look forward to an exciting conference
and you will permit me if I quote from the honourable Rodrigo Lloreda
Caicedo "this conference, I am sure, will redound in a special
manner on the integration of our military..." and here I
add-security, institutions.
INTERVENCIÓN
DEL LIC. FERNANDO KIEFFER G., MINISTRO DE
DEFENSA NACIONAL DE BOLIVIA, DURANTE LA
TERCERA CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
CARTAGENA DE INDIAS, COLOMBIA
NOVIEMBRE DE 1998
MEDIDAS DE FOMENTO DE CONFIANZA MUTUA:
AVANCES Y PERSPECTIVAS PARA LA PAZ Y LA SEGURIDAD
HEMISFÉRICA EN DEMOCRACIA
I. EL CONTEXTO HEMISFÉRICO Y REGIONAL
El colapso de la Unión Soviética y la Guerra del
Golfo Pérsico, a fines de los ochenta y principios de los noventa
pusieron fin a la doctrina de seguridad que durante más de 40 años
privilegió el mantenimiento del orden político anticomunista en América
Latina. La principal función de las Fuerzas Armadas, FFAA, durante todo
este tiempo superpuso el combate contra el "enemigo interno"
con relación a la función defensiva de la soberanía e integridad
territorial. Esta situación derivó en el protagonismo político de la
institución militar cuyas consecuencias aún permanecen y tensionan la
memoria de la sociedad.
Hoy día, la región latinoamericana se caracteriza
por una saludable combinación entre estabilidad política democrática,
un notable avance en la integración económica y comercial y una firme
tendencia a la cooperación en materia de seguridad. Estamos libres de
amenazas nucleares y gozamos de un clima de paz en ausencia de
conflictos armados entre estados. La democratización, la integración y
las economías abiertas han mejorado en general las perspectivas de la
paz regional y la competencia hegemónica se ha desplazado del campo
ideológico a la arena productiva, comercial y tecnológica.
Desde principios de los ochenta la restauración de
gobiernos democráticos, consecuentemente, el retorno del control civil
sobre las FFAA constituye el marco adecuado para tratar asuntos de
seguridad, que en el pasado, estuvo restringido al ámbito castrense.
Paralelamente, constatamos que en los distintos foros políticos, económicos
y comerciales de la región como son el Grupo de Río, la Cumbre de las
Américas, la Cumbre Iberoamericana, MERCOSUR, Comunidad Andina de
Naciones, CAN, y en el CARICOM, emergen planteamientos que intentan
afirmar la confianza regional mediante compromisos de paz, estabilidad y
desarme.
La OEA, el MERCOSUR y últimamente la Comunidad
Andina de Naciones están comprometidos para aplicar oportunamente la
denominada "cláusula democrática" con el objetivo de
mantener y garantizar la estabilidad política en el hemisferio y la
región. Los gobiernos han convenido en sancionar y/o vetar cualquier
forma de ruptura del orden y legitimidad democrática. Se trata de una
nueva fórmula diplomática donde la democracia constituye un valor
transversal en las relaciones internacionales.
En el nuevo contexto hemisférico, el control sobre
el trafico ilícito de armas, lucha contra el terrorismo, desminado, Fomento
de Medidas de la Confianza Mutua, control sobre gastos de defensa y las
propuestas de paz, configuran los ejes temáticos que enriquecen más la
interlocución entre los lideres Políticos de la región en materia de
seguridad.
El fecundo diálogo político efectuado hasta hoy ha
permitido transformar el MERCOSUR en una Zona de Paz con el objeto de
alejar toda forma de amenaza y proscribir el empleo de las armas
nucleares y de destrucción masiva. En la Cumbre de las Américas e
iberoamericana también se ha asumido el reto de impulsar compromisos
para fortalecer la paz y la seguridad. La OEA ha recibido el mandato de
traducir estos compromisos políticos en acciones practicas. En este
sentido, observamos que actualmente su esfuerzo está volcado a mejorar
la comprensión y el diálogo sobre las Medidas de Fomento de Confianza
como componente gravitante de la política de seguridad hemisférica.
En este escenario, la posibilidad de veto militar
como alternativa a los conflictos políticos y sociales que confrontan
las sociedades latinoamericanas tiende a decrecer. Protagonizamos
relaciones interestatales maduras, somos testigos de procesos plausibles
de negociación de acuerdos internos de paz, como en el caso de nuestros
anfitriones, y estamos avanzando con firmeza en la relación entre
Estado y sociedad civil para garantizar la gobernabilidad. En el
hemisferio la paz y la estabilidad están afirmando su condición de
puentes estratégicos para permitir transitar hacia el desarrollo
equitativo, la integración y la compaginación de intereses recíprocos.
No obstante lo avanzado hasta hoy, la actual situación
estratégica se caracteriza por una cierta "híbridez", como
suele pasar en todo ciclo de transición. En ella caben viejas temáticas
de orden interno, defensa territorial, soberanía y contenciosos
fronterizos. Pese al permanente debate y discusión que se lleva a cabo
para esclarecer y definir un nuevo marco conceptual de seguridad, todavía
no existe una definición precisa sobre los limites de las nuevas
funciones militares, el tipo de organización que se requiere, la
dimensión de su estructura, así como los umbrales, máximos y mínimos,
del gasto en defensa.
Nuestro mapa de seguridad regional es todavía
ambiguo. Coexisten, por una parte, tendencias positivas que facilitan la
estabilidad y por otra, subsisten políticas que continúan
privilegiando hipótesis de conflicto que tienen un peso importante en
la confrontación militar. Dicho de otra manera, en el ámbito de la
seguridad el hemisferio ha transitado con relativa firmeza hacia un
Horizonte de estabilidad pero no deja de lado la posibilidad de apelar,
aunque excepcionalmente, a la fuerza como patrón de solución de
conflictos.
Los regímenes democráticos y los gobiernos civiles
están demostrando que existen menos posibilidades de conflicto y
mejores opciones para negociar salidas concertadas a conflictos del
pasado, particularmente conflictos territoriales como lo sucedido con el
Perú y Ecuador. Al respecto, nuevas formas de diplomacia, como el caso
de los Garantes del Protocolo de Río de Janeiro de 1942 han
demostrado tener éxito cuando las fórmulas de solución pasan por el
diálogo político y la negociación concertada. Por lo mismo, las
posibilidades de conflictos armados entre estados es cada vez menor.
Los diferendos territoriales o problemas vinculados a
la soberanía territorial, que se arrastran en algunos casos desde el
siglo pasado, constituye uno de los mayores obstáculos que impide una
adecuada combinación de integración y seguridad en democracia. En
otros, postergan condiciones de desarrollo económico. En la región, y
excepcionalmente fuera de ella, pero que igualmente nos afecta, existen
conflictos territoriales pendientes que es necesario contribuir a
resolver.
Si bien, los problemas territoriales pendientes
obstaculizan la integración regional, el mayor peligro latente proviene
de la retroalimentación de logicas nacionalistas y territorialistas que
pueden otorgar a las FFAA mayor poder del que necesitan y a su vez,
servir de pretexto para continuar ejerciendo control sobre los sistemas
políticos democráticos. Por otra parte, la propia competencia política
interna en los estados enfrenta la posibilidad de activar viejas heridas
instrumentalizando negativamente la fuerza simbólica del territorio y
la soberanía. Por ello, una de las tareas más importantes para
transitar hacia el siglo XXI es tratar de desmontar la rigidez
reinvindicativa y territorialista de la lógica militar tradicional y
los usos político-instrumentales en torno a los contenciosos
fronterizos en la región.
II. CONTRIBUCIÓN NACIONAL Y HEMISFÉRICA A LA PAZ Y
LA SEGURIDAD
En el umbral del siglo XXI uno de nuestros mayores
desafíos reside en construir un clima armónico y estable que permita
desterrar la ambigüedad doctrinaria de la seguridad, afirmar la
certidumbre estratégica y proyectar escenarios de paz entre los estados,
la región y el hemisferio. De ahí que nuestra agenda debería avanzar
paralela y simultáneamente en tres niveles: por una parte, redefiniendo
nuestros intereses nacionales en un contexto de consolidación democrática
y de consenso interno. En segundo lugar, superando las vallas históricas
jalonadas por problemas limítrofes y fronterizos. En tercer lugar,
mejorando las condiciones de la integración hemisférica pero a su vez
reduciendo las asimetrías tradicionales entre América Latina y los
Estados Unidos.
Creemos que la paz y la estabilidad es posible de
lograr a través de una atmósfera de integración civil-militar democrática
que posea la capacidad de ubicar las cuestiones de la seguridad en la
agenda pública. El soporte constitutivo de una cultura estratégica
democrática se funda en la construcción pluralista de una Comunidad de
Seguridad y Defensa Nacional que a su turno transparente el resultado de
un nuevo pacto social en torno a la seguridad democrática del Estado.
En un contexto de mundialización creciente y donde
la soberanía del estado es cada vez más reducida e interdependiente,
el papel de los actores sociales y políticos de los pueblos adquieren
mayor preponderancia. En correspondencia con ello, se ha hecho necesario
un mayor protagonismo y acceso de actores no tradicionales a decisiones
claves en cuestiones de seguridad y defensa como una forma de fortalecer
el Estado de Derecho. En este sentido es necesario mejorar las
condiciones de la ciudadanía militar pero también proteger los
Derechos Humanos dentro de las FFAA como durante su desempeño en tareas
constitutivas. La búsqueda de legitimidad de la fuerza pública
requiere de estos dos elementos para impedir el desborde de la fuerza
pero al mismo tiempo para educar a la sociedad respecto a sus limites
frente a terceros y al Estado.
Desmilitarizar la seguridad creando nuevos espacios y
códigos de participación ciudadana ayudara a que el tratamiento de los
problemas de seguridad se democraticen y logren transparencia. El
denominador común para lograr este resultado es una relación armónica
entre partidos políticos parlamento y sociedad civil que a su turno
posean una Concepción de la Defensa Nacional como un Bien Público.
Una nueva cultura cívica que trastoque, enmiende y
resignifique la conflictiva relación civil-militar del pasado por un vínculo
democrático es lo que necesitan nuestros pueblos para borrar sus
heridas y avanzar hacia el futuro.
Configurar nacionalmente un triángulo virtuoso en
torno al Estado, las FFAA y la sociedad para la definición de una Política
de Seguridad y Defensa Nacional como Política Pública debiera
constituir un objetivo gravitante. Esta articulación democrática entre
civiles y militares y una agenda pública de seguridad labrada en base
al consenso constituye el camino adecuado para facilitar una
constructiva relación vecinal.1
En segundo lugar, es fundamental tratar en el
escenario diplomático y en base a un diálogo franco, nuestras
diferencias o problemas pendientes respecto a los contenciosos
fronterizos. Si una de las mayores fuentes de amenaza tradicional
proviene de problemas territoriales pendientes, creemos que la mejor
forma de vencer la racionalidad militar inherente a este problema reside
en superarlo a través del diálogo político y una activa diplomacia
preventiva.2
El empleo de la exitosa Formula de los Garantes, que
ha permitido vencer un conflicto histórico latente por más de 40 años
entre el Perú y Ecuador, sin duda constituye un ejemplo. Resulta también
digno de emular la decisión del Brasil frente a su vecino Colombia.
Reconocer y enmendar el irregular trazado fronterizo, en un acto de fe
estatal, es sin duda un acto ejemplar a seguir en el futuro. En este
sentido, creemos que la subsistencia de amenazas territoriales o de hipótesis
de conflicto vecinales, además de impedir la construcción de un clima
de confianza mutua, obstruyen el proyecto bolivariano de la unidad
regional y la plena integración hemisférica.
Finalmente, la conjugación y armonización de los
distintos intereses nacionales y regionales permitirá proyectar
condiciones de estabilidad y paz hemisférica. Esta paz no sería
posible de lograr si antes no resolvemos pacífica y armoniosamente
nuestras diferencias vecinales. En un mundo globalizado política y económicamente,
cualquier diferencia vecinal o subregional significa reducir nuestra
capacidad competitiva, postergar nuestro desarrollo y prolongar las
asimetrías existentes. En este sentido, la seguridad hemisférica para
ser tal, deberá amortizar las asimetrías tradicionales, los prejuicios
y las visiones unilaterales. Un decoroso respeto a las soberanías y la
dignificación del Derecho Internacional permitirá superar la distancia
entre unos y otros.
- INTEGRACIÓN REGIONAL Y PREVENCIÓN DE CONFLICTOS: FÓRMULAS PARA
INSTITUCIONALIZAR LAS MEDIDAS DE FOMENTO DE CONFIANZA
America Latina está viviendo estos últimos años
uno de los mayores ciclos históricos de interdependencia regional en
medio de un clima de paz. La mayor amenaza de conflicto armado entre dos
estados, Ecuador-Perú, ha sido superada gracias a la exitosa mediación
de los países Garantes del Protocolo de Río. El promedio de gasto
militar en la región es el más bajo del mundo, 1.3% respecto al PIB.
Con relación a los gastos del gobierno central, el presupuesto militar
de 1996 alcanzó en promedio sólo el 8%. Igualmente, la proporción
población/dotación militar de soldados no superó el 2.6% por cada mil
en valor ponderado (Revista CEPAL, agosto 1998).
El diálogo político regional así como el dinámico
proceso de integración económica y comercial están transformando la lógica
tradicional de rivalidad por la de cooperación. Una mirada al mapa de
estos acuerdos proyecta la sensación de una América Latina cada vez
menos distante, dispersa y heterogénea. Por el contrario, a diferencia
del ciclo de la Guerra Fría, este proceso de ensamble y agregación
entre estados se asume más que como una estrategia defensiva, como un
recurso que tiende a mejorar la inserción internacional y disminuir las
asimetrías históricas respecto a otras regiones del mundo.
Los desafíos de la globalización y la necesidad de
competir entre bloques más que entre naciones ha obligado a la región
asumir conceptual y pragmáticamente la estrategia del regionalismo
abierto. De igual modo, en la última década se ha producido un dinámico
acercamiento y convergencia de intereses cuyo denominador común es la
democratización regional.
Las condiciones del crecimiento sostenido se han
visto favorecidas por ambos procesos. Estos han creado un ambiente de
confianza y complementación económica intraregional fortaleciendo
acuerdos existentes y en otros casos impulsando su reforma, modemización
e institucionalización de cara al siglo XXI.
La integración regional en América Latina y el
Caribe, además de otros factores ha significado el crecimiento dinámico
del volumen de exportaciones. De un 5% registrado en 1990, la CEPAL
estimó que para 1997 este indicador ascendería al 12%. De igual modo,
la diversificación de las exportaciones de manufacturas tradicionales y
no tradicionales escaló del 18% en 1980 al 22% en 1996. A su vez, la
producción de bienes primarios se redujo sustantivamente del 51% al 28%
en este mismo tiempo (CEPAL, Globalización y su impacto en las economías
y el comercio, Ocampo, J. A., marzo de 1998).
Así pues, la tendencia del regionalismo abierto
mejoró la situación de las exportaciones intraregionales del 13% al
21% entre 1990 y 1996. Dicho proceso favoreció significativamente el
crecimiento del comercio intraregional entre los países del MERCOSUR,
la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y con menores resultados en el
Mercado Común Centroamericano (MCCA). El crecimiento anual promedio
entre 1992 y 1996 para el MERCOSUR fue del 24%, en la CAN del 25%, en la
ALADI 19% y en el Mercado Común Centroamericano del 13%, según las
estadísticas de la CEPAL.
Como se podrá advertir, la integración regional
tuvo un impacto favorable en el crecimiento económico, en el activo
intercambio comercial además de canalizar y alentar la Inversión
Extranjera Directa (IED). Respecto a los países en desarrollo las
entradas netas anuales de Inversión a América Latina alcanzó en 1996
el 30% (UNCTAD, World Investment Report, 1997).
La integración ha revalorizado la construcción de
un clima de estabilidad política y de pacificación y está
sedimentando una fuerte tendencia a la negociación y superación de
diferencias. Por otra parte, sus efectos positivos han permitido allanar
el camino para el tratamiento de la seguridad y la confianza entre 1os
estados. El caso centroamericano y la realidad que hoy representa el
Cono Sur son ejemplos ilustrativos de este proceso.3
El MERCOSUR y la Comunidad Andina de Naciones son
otros ejemplos que combinan armoniosamente procesos de integración,
seguridad, certidumbre política y una tendencia cada vez mayor a la
resolución pacífica de conflictos. El MERCOSUR constituye el modelo de
integración de mayor potencialidad en la región que está alcanzando
logros no sólo en el plano económico sino también en el político y
el militar. Este nuevo mercado unificado representa la emergencia de una
nueva realidad regional y una nueva forma de inserción internacional.
Con un mercado potencial de 200 millones de personas y con un PIB
equivalente a la mitad del producto de América Latina, el MERCOSUR se
ha convertido en el tercer conglomerado económico mundial y uno de los
que representa mayores perspectivas de crecimiento.
El MERCOSUR se ha transformado en el nuevo actor
internacional. Con un peso específico importante genera nuevas formas
de interlocución de la región con el mundo. A su vez está
transformando las tradicionales percepciones de amenaza entre los socios
de hoy que en el pasado se consideraban rivales. Por cierto, los
principales avances en este sentido se circunscriben fundamentalmente a
los cambios de percepción entre Brasil y Argentina, los socios
comerciales más importantes que jalonan y armonizan la integración
regional.
En el plano político vinculado a la seguridad el
MERCOSUR ha logrado dotarse de dos instrumentos valiosos. Por una parte,
el Compromiso Democrático, suscrito en Salta, Argentina, en 1996, a
través del cual los países miembros se comprometieron a garantizar la
plena vigencia de las instituciones democráticas como requisito para la
cooperación, así como el establecimiento de mecanismos de consulta en
caso de alteración al orden democrático.
El segundo logro constituye la Declaración del
MERCOSUR-Bolivia y Chile, como Zona de Paz, rubricado en
Argentina en julio de 1998. En esta declaración se reafirman los propósitos
de paz y los principios establecidos en la Carta de la Organización de
los Estados Americanos y las Naciones Unidas. Además de ratificar su
apoyo a las Conferencias sobre Medidas de Fomento de Confianza y sus
recomendaciones, los países miembros declararon al MERCOSUR como una
zona libre de armas nucleares. Asimismo, comprometieron su apoyo
internacional al perfeccionamiento de los instrumentos y mecanismos de
no proliferación de armas nucleares y de destrucción en masa,
consagrando la región como una zona libre de armas terrestres
antipersonales. De igual manera reafirmaron su compromiso para
transferir información al Registro de Armas Convencionales de las
Naciones Unidas y establecer una metodología uniforme para informar
sobre el gasto militar con miras al aumento de transparencia.
Ambas Declaraciones constituyen de modo implícito
mecanismos asociativos que tienden a fortalecer la integración y
otorgar umbrales de confianza mutua dirigidos a prevenir riesgos o
neutralizar amenazas contra el estato quo militar. Pese a que el
MERCOSUR tampoco dispone de mecanismos explícitos de prevención de
conflictos, ambas declaraciones tienden a construir una plataforma en
este sentido. Por lo demás, la cooperación en materia de seguridad ha
corrido paralela al proceso de integración. Los países vecinos
observamos con beneplácito el desmontaje de la tradicional lógica de
rivalidad entre Brasil y Argentina, y la construcción de una nueva
arquitectura de cooperación militar que nos provoca una sana envidia.
La densificación de mecanismos de confianza mutua,
operativos conjuntos e intercambios técnicos y académicos entre las
FFAA del MERCOSUR auguran un ciclo de estabilidad pero también una
geografía de paz. Por cierto, nuevos actores protagónicos de este
proceso, como el capital privado, están contribuyendo a esta nueva
configuración política, económica, y militar.
La armonización que se espera de los modelos de
integración entre el MERCOSUR y la Comunidad Andina de Naciones posee
una inestimable potencialidad para la seguridad hemisférica. Existen
negociaciones avanzadas para que ambas subregiones puedan integrarse a
principios del siglo XXI. De ser esto posible su empalme sinérgico
permitirá articular y modelar un gran mercado común en América del
Sur. A partir de este suceso, podremos trazar una gran arco democrático
de seguridad bajo el ceño bolivariano. Frente a este proceso se espera
que los diálogos políticos como los del Grupo de Río, el Parlamento
Latinoamericano, el Parlamento Andino o el Centroamericano, tiendan
puentes para cristalizar el sueño emancipatorio.
A mediano plazo esperamos que el proceso de integración
regional converja y propicie el desarrollo doctrinario de la seguridad
cooperativa, la construcción de un régimen común de seguridad, la
proscripción real de armas de destrucción masiva, sistemas de control
de armas, pero al mismo tiempo, la construcción de mecanismos de
prevención de conflictos para superar las lógicas de rivalidad,
problemas territoriales pendientes y por supuesto, desarrollar
capacidades de reacción oportuna, manejo de crisis y resolución pacífica
y negociada de conflictos.
El denominador común de todo este proceso sugiere el
fortalecimiento de nuestras democracias y por lo mismo, el pleno
ejercicio del control y supremacía civil sobre el instituto militar. A
su vez, una mayor apertura de la sociedad a la agenda de la seguridad.
3.1 AVANCES RESPECTO A LAS MEDIDAS DE FOMENTO DE
CONFIANZA: EL ENTORNO VECINAL
El debate sobre las Medidas de Fomento de Confianza
Mutua en la región está generando interacciones e iniciativas diplomáticas
y militares de gran relevancia. En los distintos foros internacionales
se ha convenido respaldar su implementación a través de un conjunto
de mandatos. Al respecto, la OEA ha comprendido que su papel en torno
a esta temática resulta clave para avanzar hacia un clima de
seguridad concurrente con la integración económica política y
comercial.
La Cumbre de las Américas de Santiago de Chile
encomendó a este organismo reflexionar sobre un nuevo marco
conceptual compartido de seguridad, llevar a cabo estudios sobre la
homologación de indicadores de gasto militar, acciones de desminado,
canalizar el Registro de Armas Convencionales y la ejecución de una
Conferencia Especial de Seguridad.
Consecuente con el debate iniciado en Buenos Aires
en 1995 y en Santiago de Chile en 1996, este año se ha Ilevado a cabo
la III Conferencia Regional sobre Medidas de Fomento de Confianza
en el Salvador organizada, por la Comisión Hemisférica de
Seguridad de la OEA. En este evento se han emitido varias
recomendaciones como las siguientes: 1) Estimular contactos entre
legisladores sobre MFC, 2) Extender programas educativos en centros
tanto militares como diplomáticos sobre MFC, desarme y otros temas
vinculados a la paz y la seguridad hemisférica, 3) Promover acciones
cooperativas en zonas fronterizas, 4) Promover el intercambio de
información, 5) Estimular la realización de estudios para lograr una
metodología común que facilite la comparación del gasto militar, 7)
Desarrollar un programa de cooperación para atender problemas de
transporte marítimo sobre deshechos nucleares, 8) Continuar la
cooperación a los Estados insulares frente a sus problemas especiales
de seguridad vinculados a la economía y control del medio ambiente,
9) Mejorar y ampliar la información que se remite al Registro de
Armas Convencionales de la ONU y 10) Continuar con las consultas e
intercambio de ideas para avanzar en la limitación y control de armas
convencionales en la región.
En este contexto, en los últimos años Bolivia ha
venido implementando activamente un conjunto de Medidas de Fomento de
Confianza Mutua con su vecinos, aspecto que ha mejorado la interlocución
y fluidez en la relación militar vecinal. Con las FFAA del Perú y
Paraguay nuestro país realiza conferencias bilaterales en el área de
la inteligencia, efectúa intercambio de personal militar en
actividades de entrenamiento e instrucción y reuniones de carácter
profesional entre los comandantes de las guarniciones y zonas navales
fronterizas.
Igualmente, impulsan actividades protocolares, de
recreación artísticas y deportiva conjunta y comparten publicaciones
de interés común además de propiciar programas de cooperación técnica
y logística en las zonas fronterizas.
Desde 1992 Bolivia y Perú llevan a cabo las
Rondas de Conversaciones entre los Altos Mandos. Este año se ha
efectuado la VII Ronda cuya agenda permitió compartir experiencias en
materia de formación, capacitación y entrenamiento de personal
femenino en el Ejercito, el empleo de pequeñas unidades en el control
medioambiental, así como la transferencia de información sobre la
intervención de la Fuerza Aérea en la formación de técnicos aeronáuticos
civiles.
Con el Paraguay hemos transitado hacia un nuevo
modelo de relación bilateral que ha abandonado la tradicional lógica
de rivalidad enraizada en el conflicto del Chaco. La devolución de
trofeos de guerra en 1993 y el reencuentro de excombatientes de ambos
países ha permitido cerrar este capítulo histórico y traumático en
nuestras memorias nacionales.
Nuestras percepciones de amenaza signadas por una
cruenta guerra actualmente han sido superadas. Estamos fortaleciendo
una dinámica cooperativa y complementaria que desde el plano
comercial se expande al vínculo militar y la construcción de un
clima de paz. El proyecto para la construcción de una ciudad
binacional y el desarrollo conjunto de la hidrovía Paraguay-Paraná
es una demostración de un nuevo espíritu vecinal. No nos anima ningún
balance de poder y juntos procuraremos relanzar una nueva agenda de
trabajo para 1999. El próximo año celebraremos la IV Ronda de
Conversaciones en la que se tratarán cuestiones inherentes al trafico
de drogas y la participación militar.
Aunque no se ha logrado poner en marcha las Rondas
de Conversaciones con la República Argentina, el escenario para una
futura relación institucionalizada está abonado con la firma del
Acuerdo para el Fortalecimiento de la Cooperación en Materia de
Defensa y Seguridad Internacionales entre ambos países que data de
1996. Este Acuerdo prevé el establecimiento de un Comité. Permanente
de Seguridad con el propósito de fortalecer este vínculo con
representación tripartita entre Cancillerías, Ministerios de Defensa
y Fuerzas Armadas.
Asimismo, el Protocolo Complementario a dicho
Acuerdo considera la participación conjunta de miembros de las
Fuerzas Armadas en Operaciones de Mantenimiento de la Paz dispuestas
por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Al amparo de este
protocolo, muchos de nuestros oficiales reciben entrenamiento y
preparación militar en el Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto
para Operaciones de Paz (CAECOPAZ).
Finalmente, este año, la esfera de la cooperación
militar ha recibido un nuevo impulso a través de la realización del
I Congreso Sudamericano de Inteligencia Estratégica, efectuado en
abril, en este país amigo que hoy nos acoge.
3.2. PROPUESTAS PARA LA INSTITUCIONALIZACIO’N
DE LAS MEDIDAS DE FOMENTO DE CONFLANZA MUTUA
Nuestro gobierno considera que la creativa y fructífera
aproximación bilateral y multilateral orientada a configurar un clima
de estabilidad y confianza mutua requiere ser institucionalizado.
Creemos que de esta manera los sucesivos avances en torno a las
Medidas de Fomento de Confianza podrían afirmar sus objetivos y
alcance pero al mismo tiempo transformarse en políticas de Estado.
Dicha institucionalización, sin duda, requiere
acompañarse de una política preventiva de conflictos como el marco
adecuado para combinar armónicamente integración y seguridad
regional. En este sentido, nuestra región requiere dotarse de un
importante grado de certidumbre estratégica a través de mecanismos
que permitan proyectar conductas defensivas predictibles.
Consecuentes con esta idea propusimos la necesidad
de crear un Centro de Prevención de Conflictos en el marco del Grupo
de Río, así como la construcción de un agenda de seguridad en el
marco del Tratado de Cooperación Amazónica. Sin duda, ambas
propuestas requieren un marco de reflexión, consenso y
compatibilización de intereses, pero fundamentalmente requieren el
aporte pluralista y generoso de todos nosotros.
4.1 EL CENTRO DE PREVENCIÓN DE CONFLICTOS EN EL MARCO DEL GRUPO DE
RÍO
Nuestro empeño por crear este Centro atiende la
necesidad de contribuir al diseño y estructuración de una moderna y
creativa diplomacia de defensa que permita desplegar adecuadamente y
en base al consenso, iniciativas que consoliden y proyecten la paz y
la estabilidad regionales. Por ello, su premisa fundacional postula la
construcción de un mecanismo esencialmente preventivo y predictivo
que contribuya a identificar con anticipación factores de riesgo que
limiten la integración, interfieran el progreso democrático o
reduzcan el perfil cooperativo en materia de seguridad.
El Centro de Prevención de Conflictos pretende
constituir un espacio académico multidisciplinario y representativo
entre los países miembros, con el objeto de desarrollar trabajos de
diagnóstico, programas de investigaci6n, capacitación de recursos
humanos que provean apoyo técnico a sus gobiernos y tareas de
asesoramiento permanente al Grupo de Río sobre cuestiones vinculadas
a la seguridad e integración, políticas de defensa regionales y
Fuerzas Armadas.
Asimismo, se busca constituir un espacio
interactivo de diálogo y conocimiento reciproco entre civiles,
militares, diplomáticos y políticos de la región con el ánimo de
fomentar una cultura estratégica de paz y seguridad, intentando en la
medida de lo posible, traducir nuestros esfuerzos bilaterales o
multilaterales en Políticas Públicas.
El proyecto prevé la posibilidad de centralizar,
procesar e intercambiar información horizontal en la región,
articulando redes de investigación académica tanto oficiales como
privadas. Estas puedan operar en condición de núcleos u
observatorios de análisis estratégico nacional otorgando al Centro
de Prevención la posibilidad de ampliar su perspectiva de análisis,
cotejar la producción de información, acceder a diversidad de
fuentes, producir y mejorar el panorama de consulta e intercambio de
información.4
De igual manera, dicho Centro podría operar como
un mecanismo de alerta temprana con posibilidad de identificar
factores de inestabilidad interna con efecto en las relaciones
vecinales o subregionales. No se trata de introducir una agenda de
conflictos tradicionales para resolverlos sino mas bien de prevenir y
anticipar su posibilidad de ocurrencia. Sensiblemente, en la región
existen muy pocas instituciones con capacidad de desarrollar
seguimiento, investigación y estudios prospectivos al respecto. A su
turno, el desarrollo de programas conjuntos de investigación podría
contribuir a identificar ámbitos cooperativos para estrechar nuestras
relaciones, así como diseñar agendas interactivas que ayuden a
superar percepciones tradicionales de amenaza entre nuestros estados o
nuestras fuerzas de seguridad y defensa.
En suma, lo que se pretende con la creación de un
Centro de Prevención de Conflictos es avanzar hacia el siglo XXI
abonando el camino del entendimiento recíproco, contribuir al diálogo
permanente y fortalecer nuestros Estados de Derecho ejerciendo
plenamente la primacía del orden constitucional y el respeto al
Derecho Internacional. Por otra parte, resulta fundamental en este
momento de transición, apelar a fórmulas preventivas para mejorar y
fortalecer nuestra vocación pacífica regional.
4.2 LA AMPLIACIÓN DE LA AGENDA DE SEGURIDAD EN EL
MARCO DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA (TCA)
En septiembre de 1998 ha surgido un nuevo escenario
que augura un importante ciclo de cooperación y confianza regional a
futuro. Se trata de la I Reunión de Ejércitos Amazónicos convocado
por el Estado Mayor Brasileño, efectuado con el ánimo de explorar
canales y mecanismos de cooperación militar amazónicos. En aquella
oportunidad, el Ministerio de Defensa de Bolivia no sólo participó
del evento, sino que comprometió su más firme apoyo para consolidar
este nuevo escenario de integración militar.
En este contexto, hemos propuesto la necesidad de
incorporar una agenda de seguridad al Tratado de Cooperación Amazónica
(TCA). Creemos que dicho Tratado ofrece condiciones para crear una
Comisión Especial de Seguridad. En efecto, junto a las
Comisiones Especiales de Salud, Medio Ambiente, Asuntos Indígenas,
Turismo, Transportes y Comunicaciones y Ciencia y Tecnología, hace
falta la buena compañía de una Comisión Especial de Seguridad. Esta
permitiría ampliar el horizonte y el alcance del Tratado. De esta
forma, esperamos fortalecer su funcionamiento, incorporar Políticas
de Seguridad Comunes e insertar nuestras Fuerzas Armadas en la defensa
armoniosa y cooperativa de la soberanía de nuestros respectivos pisos
ecológicos amazónicos.
Así pues, el Tratado de Cooperación abre nuevas
perspectivas y oportunidades para concordar objetivos de desarrollo
amazónico conjunto a través de una mayor empatía en la integración
fronteriza. A su vez, nos permitiría compartir democrática y
solidariamente componentes científico-tecnológicos y usar
creativamente nuestras potencialidades institucionales. Por lo mismo,
una agenda de seguridad cooperativa entre nuestras Fuerzas Armadas,
que comparten roles de protección soberana de la amazonía, podrá a
futuro contribuir a mejorar nuestra comprensión sobre problemas
comunes en esta región.
Creemos que esta iniciativa se inscribe en el espíritu
constructivo de la seguridad regional, así como en la formulación y
diseño de escenarios institucionales para el despliegue de Medidas de
Fomento de la Confianza Mutua entre nuestros pueblos y sus
instituciones armadas.
Asimismo, creemos que los resultados de esta
iniciativa pueden dar lugar a la creación, como mecanismo operativo
de la Comisión Especial de Seguridad, de un Foro Permanente de Seguridad
Amazónica con el objeto de dotarle a dicha Comisión de una
agenda de trabajo.
Provisoriamente este Foro podría cumplir las
siguientes tareas: 1) Constituir un espacio de negociación y consenso
para el desarrollo de una activa diplomacia de defensa amazónica, 2)
Contribuir a la solución pacífica y concertada de controversias, al
manejo, prevención y gestión de conflictos, así como al diseño de
sistemas de alerta temprana frente a desastres naturales y/o crisis de
seguridad militar.
Con el tiempo, este Foro estaría en condiciones de
servir de plataforma para la promoción e institucionalización de
Medidas de Fomento de Confianza Mutua en América Latina.
PALAVRAS DO CHEFE DA DELEGAÇÃO
BRASILEIRA
Excelentíssimo Senhor Doutor Rodrigo Lloreda
Caicedo, Ministro de Defesa Nacional da Colômbia;
Senhores Ministros;
Senhores Embaixadores;
Senhores Oficiais-Generais;
Senhores Oficiais;
Senhoras e Senhores
Em nome da Delegação Brasileira à III Conferência
de Ministros da Defesa das Américas, agradeço a calorosa recepção
que nos foi oferecida pelo Ministério da Defesa Nacional desse grande
país irmão.
O estabelecimento de um diálogo multilateral na área
da defesa continental originou-se em 1991, no âmbito da Comissão de
Segurança Hemisférica da OEA e, posteriormente, nos trabalhos de
preparação da Primeira Cúpula das Américas.
Na Reunião de Williamsburg, os Estados Unidos,
como anfitrião, emitiram comunicado final em que se alinharam os
chamados "PRINCÍPIOS DE WILLIAMSBURG" , princípios
esses que deveriam nortear as atividades regionais na matéria.
Na prática, a Reunião de Williamsburg significou
muito mais a apresentação de uma oportunidade de um intercâmbio de
idéias entre autoridades dos países do Hemisfério, com atuação e
responsabilidade na área de defesa, do que o estabelecimento de um
foro de consultas sobre a matéria.
Ademais, a cooperação internacional e as relações
cívico-militares já ocupavam em nossos países papel de reconhecida
relevância.
A Reunião seguinte (1996), em Bariloche,
representaria oportunidade adicional de intercâmbio e fortalecimento
da confiança mútua. Na oportunidade, foi debatida a posição de que
as "Reuniões Ministeriais de Defesa" deveriam evitar
duplicidade de funções e de propósitos já estabelecidos por outros
foros institucionalizados como a Junta Interamericana de Defesa (JID),
o Colégio Interamericano de Defesa(CID) e a Comissão de Segurança
Hemisférica da OEA, a par de Acordos bilaterais e multilaterais
vigentes.
As conclusões gerais registram que a consolidação
dos processos democráticos representava requisito e pilar do
desenvolvimento e da estabilidade regionais e que o papel básico das
Forças Armadas continuava a ser o da defesa da soberania nacional, de
acordo com os marcos legais fixados nos respectivos diplomas
constitucionais.
Da mesma forma que as reuniões anteriores, a
"Reunião de Cartagena" deverá propiciar a retomada do diálogo
multilateral regional nos campos da defesa e da solidariedade hemisférica.
Esse diálogo tem se mostrado extremamente eficaz,
comprovando ser possível retirar de tais oportunidades resultados
objetivos em prol da paz em nosso hemisfério.
Foi assim que, em Williamsburg, a Delegação
Brasileira teve o grande prazer e a honra de anunciar, àquela época,
a aceitação, por parte do Equador e do Peru, de uma zona
desmilitarizada e da denominada área ALFA- passos decisivos para um
processo de entendimento que seria coroado de êxito.
Êxito que nesta terceira reunião de Cartagena de
Índias nos sentimos imensamente felizes de registrar com a assinatura
dos acordos finais de paz entre os dois países irmãos.
Os registros se encaixam perfeitamente no objetivo
geral fixado pelo Exmo. Senhor Doutor Rodrigo Lloreda Caicedo, digníssimo
Ministro da Defesa Nacional da Colômbia, para o encontro que hoje
iniciamos:
"Buscar que a segurança e a defesa regionais
se fortaleçam, por meio de mecanismos interamericanos, com o propósito
de fomentar o desenvolvimento e promover a democracia, dentro de um
clima de confiança e transparência."
A nossa união tem prevalecido nos momentos de
dificuldade, como aconteceu também na recente catástrofe que se
abateu sobre a América Central, na qual a destruição e a morte não
conseguiram reduzir abater a vontade de lutar e vencer dessa brava
gente.
Assim sendo, a Delegação Brasileira chega a esse
encontro com o firme propósito de contribuir para que todos os seus
objetivos sejam plenamente alcançados.
Anima-nos a certeza que ele servirá para estreitar
ainda mais os laços de cooperação entre os países americanos,
diante dos desafios que a chegada do Terceiro Milênio já pronuncia.
Unidos em nossos propósitos será mais fácil vencê-los.
Muito obrigado!!!
STATEMENT BY AMBASSADOR C.
WILLIAM ROSS
CANADIAN AMBASSADOR TO COLOMBIA
AT THE OPENING SESSION
On behalf of the Honourable Art Eggleton,
Canada’sMinister of National Defence, I’m honoured to participate
in the Third Defence Ministerial of the Americas Conference. Me
gustaria agradecer a las autoridades Colombianas por su calurosa
recepcion y la eficiente organizacion tan evidente durante la reunión
técnica en Bogotá y aqui mismo. It is fitting that this meeting,
focussing on peace and security, is taking place in Colombia. We
applaud recent peace initiatives by President Pastrana and his
government, and we note the key role that you and your department, Mr.
Minister, will play in this process of reconciliation.
The second Defence Ministerial in San Carlos de
Bariloche, Argentina was an important milestone in collective
consultations on hemispheric security. It gave our countries an
opportunity to discuss, at a senior level, a wide range of security
issues, to share our expertise and experience and to develop
strategies for the future.
Earlier this year during his visit to Chile, Prime
Minister Chrétien summed up the Canadian perspective on the Americas
when he said, "our hemispheric identity is an active state of
mind and a vital link to our future". We are becoming, he said,
"una gran familia".
By this he was referring to Canada’s ties
throughout the Americas which, over the last decade in particular,
have widened and deepened so that we have, indeed, become a family of
nations. Cette famille est composeé de diverses cultures, diverses
langues et une vaste gamme de races, mais elle est en mëme temps unie
par toute une série de valeurs et de buts partagés.
Indeed, Canada sees itself as a country of the
Americas. At home in Canada, we are enriched by the contributions made
by immigrants from throughout the hemisphere -- people who represent
an important part of Canada’s cultural mosaic.
Our sense of community and solidarity led us to
recently send men and women of the Canadian Forces to work
side-by-side in Central America with local defence forces and those
affected by the devastation caused by Hurricanes Georges and Mitch.
One illustration of the practical role militaries play in disaster
relief was the ability of the Canadian Forces Disaster Assistance
Response Team to deploy quickly to anchor subsequent relief efforts.
Another is our support for the OAS-led mission to assess the impact of
Hurricane Mitch and devise new mine action programmes. This continuing
tragedy underscores the importance of ratification by signatories of
the Ottawa Treaty on landmines.
On the trade front, too, our relations are strong
and, for a country like Canada that is dependent upon trade, this is
very important. While we have enjoyed a long history of commercial
relations with the countries of the Americas, in recent years we have
been at the forefront in promoting freer trade throughout the
hemisphere. The North American Free Trade Agreement and our Free Trade
Agreement with Chile symbolize this belief, but this is just the
beginning. We have thrown our support behind the concept of a
free-trade area of the Americas and are determined to realize that by
the year 2005. We are honoured to have been chosen to Chair the first
round of negotiations in support of this effort.
But it is not only in the area of trade where our
countries have grown closer together.
In keeping with our 1994 Defence White Paper, we
have expanded our bilateral and multilateral military activities in
this region. These include joint training, personnel exchanges and
participation in a number of high level conferences. The Canadian
naval frigate HMCS Winnipeg, for example, just returned to Canada from
South America, where she took part in the UNITAS naval exercises.
We also believe in expanding our involvement
through multilateral fora such as this one and service- specific
conferences such as the Conference of the Armies of the Americas, the
Inter-American Naval Conference and the System for Cooperation Among
the Air Forces of the Americas. And, since joining the Organization of
American States in 1990, we have focused our efforts within that
organization as a means through which to advance our broader security
objectives of economic prosperity, stability and democratic
development among our hemispheric partners.
We have also fostered closer relationships with
hemispheric partners. We have focused our efforts on training in
peacekeeping and civil-military relations. For example, regional
peacekeeping training, seminars in Buenos Aires, Argentina, and
Kingston, Jamaica, have illustrated our common interest in
contributing to stability and durable peace. As well, through training
provided under the Police Training Assistance Program, through which
we have endeavoured to promote stable democratic growth or countries
in the region.
Of course, the countries of the Americas have come
together on the global stage, where we have benefitted from
cooperating in many areas. In particular, we are cooperating more
closely with our hemispheric defence and police partners in peace
support operations in this region and throughout the world.
Strengthening our dialogue on peace and security issues assumes even
greater importance as we prepare to take our seat on the UN Security
Council on January 1, 1999.
All of these initiatives are important because the
world we live in is a turbulent one. Over the next few days, we have
an opportunity to continue working towards our common objectives –
by sharing our knowledge and experience on a wide range of issues and
by coordinating more of our respective efforts in the security sphere.
We warmly embrace this opportunity and look forward
to working closely with all the nations participating in this
Ministerial.
EXPOSICIÓN CONJUNTA
ARGENTINA-CHILE
Medidas de Confianza Mutua
Los cambios que han afectado al sistema de
Seguridad Regional desde el término de la Guerra fría, han sido
objeto de múltiples análisis y disquisiciones que -a su vez- han
producido una serie de discusiones a nivel mundial, regional,
subregional y bilateral entre los estados. A partir de ello, en el
Sistema Interamericano se ha ido estructurando una nueva Agenda de
Seguridad, con miras a superar las deficiencias que mostraba el
multilateralismo vigente hasta ese entonces.
Con ese marco de referencia, Argentina y Chile han
ido adoptando, en forma creciente, enfoques similares respecto de los
desafíos que presenta este nuevo escenario internacional.
El amplio contexto de la relación bilateral,
marcado por la vecindad y un proceso de integración en marcha, ha
fortalecido la confianza y la amistad entre ambos países. El proceso
de integración física, impulsado desde hace más de dos décadas,
les ha facilitado acogerse hoy a los beneficios del desarrollo,
marcado por un incremento en los vínculos comerciales y una red de
inversiones recíprocas, hechos ciertos que sustentan una cooperación
interestatal cada vez más real y eficiente, la que, junto a otras
situaciones y hechos de carácter político, cultural y social, han
contribuido en un mejor conocimiento mutuo. El Mercosur se transforma,
entonces, en una buena expresión de esta comunidad de intereses que
va mostrando la evolución de las relaciones chileno-argentinas.
Este cuadro no habría sido posible, sin haberse
dado en condiciones de paz y estabilidad, un patrimonio común que es
necesario preservar a través del ejercicio de la democracia, el
desarrollo económico y pleno respeto a los Derechos Humanos.
Se puede decir que la voluntad política de
complementación ha presidido la relación entre Argentina y Chile,
entendiendo que la nueva situación internacional los ha motivado a
multiplicar las instancias de dialogo, para abordar conjuntamente las
complejidades del sistema.
En ese contexto los temas tales como la Seguridad y
la Defensa ocupan un lugar relevante. Ellos son aproximados por ambos
Gobiernos a tres niveles. El político propiamente tal, el político-estratégico
y el puramente estratégico. Los tres teniendo como referencia la
necesidad de implementar un proceso de estimulo a la Confianza Mutua,
a nivel bilateral primero, pero con irradiación al ámbito
subregional y regional. Así, junto con participar activamente en el
ámbito de la Organización de Estados Americanos (OEA) en pos de tal
objetivo, han sido capaces de impulsar una cantidad de Medidas de
Fomento de la Confianza Mutua, principalmente aquellas de carácter
militar que permiten allanar el camino para superar diferencias y
disipar aprehensiones en el ámbito de la defensa y la seguridad,
fortaleciendo, por ende, una relación política cada vez más rica y
pródiga en acontecimientos de importancia.
A partir de 1990 se inició una nueva fase en las
relaciones, lo que posibilitó la solución de la totalidad de las
diferencias territoriales sobre la base del diálogo y las
compensaciones mutuas. Paralelamente, se comenzaron a
institucionalizar las relaciones entre las ramas de las Fuerzas
Armadas de los dos partes y entre el Estado Mayor Conjunto Argentino y
el Estado Mayor de la Defensa de Chile, adquiriendo todas densidad y
profundidad.
Así, del amplio Catastro de Medidas de Confianza
de carácter militar existente, los Estados Mayores y Altos Mandos,
con la refrendación de los Ministros de Defensa respectivos,
establecieron un Reglamento de 8 Medidas, a saber:
Medida N° 1
"Ejercicios Combinados entre Fuerzas Armadas"
Medida N° 2
"Conferencias Bilaterales de Inteligencia"
Medida N° 3
"Intercambio de personal militar en actividades de Instrucción y
Entrenamiento y otras de carácter Profesional"
Medida N° 4
"Reuniones de carácter Profesional y de Inteligencia entre
Comandantes de Guarniciones y de Zonas Navales fronterizas"
Medida N° 5
"Invitación recíproca a participar en efemérides históricas y
en eventos de carácter protocolar, social, cultural, artístico y
deportivo, tanto en el ámbito nacional como fronterizo"
Medida N° 6
"Intercambio de Revistas y Publicaciones de interés para las
Fuerzas Armadas"
Medida N° 7
"Facilidades de bienestar para el personal militar de ambos países"
Medida N° 8
"Cooperación Científico-Técnico en materias de interés común"
Todas ellas, para avanzar en la aplicación de
caminos de entendimiento que son centrales en la aplicación de la
diplomacia preventiva que permite, a su vez, ir estableciendo un
proceso acumulativo de transparencia que, amén de la puesta en marcha
de estas medidas específicas, desarrolla un código de conducta
destinado a prevenir situaciones de crisis y conflicto.
Conjuntamente con la aplicación de estas medidas,
Argentina y Chile han establecido mecanismos de concertación política
de alto nivel gubernamental, expresados en reuniones regulares de los
Cancilleres y Ministros de Defensa para tratar en una Agenda abierta
diversos temas relacionados con la Seguridad y la Defensa, tanto en el
ámbito bilateral como hemisférico. Las reuniones de Zapallar en
Chile y Campo de Mayo en Argentina, el año pasado y éste
respectivamente, han sido ocasiones propicias para desarrollar marcos
conceptuales comunes e impulsar iniciativas de especial impacto para
la vinculación bilateral. La realización de ejercicios militares
combinados surgieron efectivamente de estos encuentros, como así
también la idea de solicitar conjuntamente a la CEPAL el estudio de
una metodología común para medir el Gasto en Defensa.
Hoy se puede exhibir, ante este distinguido
auditorio, la realización de Ejercicios Combinados e entre las
Armadas y las Fuerzas Aéreas de los dos países, que hace unos pocos
años Aparecían como muy lejanos. También se destaca los estudios
para iniciar próximamente algunos en terreno entre los Ejércitos de
los dos países. En ese mismo orden de ideas, si bien con un
referentes y objetivo distinto, pero siempre en el marco de la
integración, la Gendarmería Argentina y Carabineros de Chile han
realizado intercambios y realizado ejercicios a ambos lados de la
frontera.
Respecto del tema del Gasto en Defensa, la acción
conjunta emprendida, pionera en la región, esté orientada a
perfeccionar la transparencia, lo que resulta enteramente compatible
con la decisión de los dos países de explicitar sus políticas de
defensa, bajo propias modalidades. En efecto, tanto las Directivas
Presidenciales de Gobierno Argentino como el Libro de la Defensa de
Chile, son contribuciones concretes a la nueva Agenda de Seguridad
Regional. Si a esto se le suma la Declaración del Mercosur como Zona
de Paz suscrita este año por los países del Bloque, mas sus
asociados, como es el caso de Chile, se esté en presencia de avances
sustanciales en el dialogo y la comunicación tan necesarios para
profundizar la Confianza Mutua.
Dentro de los compromisos e iniciativas llevadas
adelante, cabe incluir la conformación del Comité Permanente de
Seguridad Argentino-Chileno (CONVERSEG), escenario hacia el cual
convergen los estamentos políticos, fuerzas armadas y académicos de
los dos países, orientados a ‘establecer una interlocución
sintonizada en materias de Seguridad y Defensa. Desde noviembre de
1995, fecha de su creación, hasta hoy ha sesionado en cinco
oportunidades, altemadamente en Buenos Aires y Santiago, sobre la base
de una Agenda acordada que incluye aspectos de la Seguridad
Internacional, así como temas bilaterales que se derivan de una dinámica
vinculación.
La iniciativa de crear este Comité, que congrega a
Cancillerías y Ministerios de Defensa, surgió en Buenos Aires en
1994, con ocasión de una Reunión de Expertos de la región, que
buscaban establecer medidas más sustantivas para lograr un ambiente
pacifico y más estable en la región conforme los desafíos de la
modernidad y el desarrollo, donde las perspectivas de cooperación y
dialogo en materias de defensa no podían separarse de los procesos de
integración política y económica que se incrementaban
vertiginosamente.
Con este marco de referencia, los dos países
trabajaron también para contribuir a darle vida a la Ia. Conferencia
Regional sobre Medidas de Fomento de la Confianza y Seguridad, que se
celebr6 en Santiago en noviembre de 1995, con la concurrencia de todos
los países de la región y que tuvo un seguimiento reciente este año
en El Salvador en la Iª Conferencia sobre la material cuyas
resoluciones y recomendaciones estén en pleno proceso de implementación
en ambas capitales.
La determinación de compartir una visión conjunta
de estos desafíos, teniendo como núcleo la democracia, el progreso y
la Paz, ha seguido dando frutos en lo que a la relación
argentino-chilena se refiere. Así, se llegó a la IIa. Reunión de
Ministros de Defensa celebrada en Bariloche, donde los Gobiernos
sintonizaron posiciones, amparados en un marco de confianza y de
percepciones similares, acordaron previamente a esa Conferencia acotar
el espíritu de Williamsburg en una Agenda más precisa, que recogiera
tanto temas de interés universal, como serian, por ejemplo, la
participación de los países de la región en Operaciones de Paz y
otras iniciativas importantes en el ámbito de la Seguridad, destacándose
el tratamiento de las Minas Antipersonal, como un asunto de prioridad
subregional y de alcance planetaria.
Hoy se llega a Cartagena de Indias por un carril más
estructurado, además de reconocido por los propios Mandatarios del
Continente en la II Cumbre Hemisférica, realizada este año en
Santiago, cuyo Plan de Acción contempla un capitulo dedicado a la
Seguridad y a las Medidas Para fomentar la Confianza Mutua, en el cual
las Cancillerías y autoridades de Defensa tienen un trabajo que
cumplir. Este evento en Cartagena de Indias es un ambiente propicio
para empujar los lineamientos y tareas expresa os en la Declaración
de Santiago. Es propio destacar el tratamiento riguroso que le han
dado los Ministerios de Defensa de Chile y Argentina a los objetivos
que la región se ha trazado en materia de Seguridad.
Argentina y Chile, desean entregar hoy un
testimonio de cooperación, basado en un trabajo conjunto largo y
complejo que ha significado traspasar muchas barreras, derribar
algunos mitos y perseverar en la transparencia, que sea el fiel
reflejo de una voluntad con fin de concretar acciones comunes. Nuestra
región en general y nuestros países en particular están atravesados
por una transformación profunda de sus relaciones inter-estatales,
atizadas por una corriente económica y de comercio que dinamiza la
vinculación, produciendo un flujo de informaciones e intercambio de
diferente tipo que alcanza niveles que sobrepasan largamente la Agenda
Histórica que ha marcado la relación entre los países, lo que en el
caso de Chile y Argentina llegó, muchas veces, a estar sobrecargada
de tensiones. Hoy la convergencia entre ambos afortunadamente no solo
es política sino que abarca muchos otros aspectos, cuyas dinámicas
reclaman, naturalmente, un involucramiento más amplio y de todos los
sectores de las respectivas sociedades, conforme el curso de los
acontecimientos que se suceden en los distintos ámbitos. De ahí, el
interés reciproco de chilenos y argentinos por fomentar la
participación de los estamentos académicos, empresariales y de la
prensa en la discusión de los temas de Seguridad y Defensa. El punto
de inflexión de una relación centenaria e institucional vinculación
esté más determinado, entonces, por el mayor nivel de interlocución
y percepción de confianza que pueda existir entre los estamentos
militares de los dos países. Si todavía este no se ha logrado,
estamos trabajando afanosa y transparentemente, a través de tantas y
variadas iniciativas que cubren temas disimiles y de sensibilidad para
la formulación de las políticas de defensa. La ciencia y la tecnología,
la formación de civiles en el ámbito de la defensa y la cooperación
militar son algunas de ellas.
Ambos Agobiemos están dando muestra, a través de
todas estas acciones reselladas, que están en condiciones de abordar
conjuntamente los temas de Seguridad, en distintos niveles y ámbitos.
No caben dudas y renuncios. La cooperación es vital, principalmente
cuando ambos países son parte de una subregión, donde la inclusión
de este tema resulta insoslayable, si se considera el marco de
transformaciones políticas y económicas que se suceden y que
corresponde enfrentar adecuadamente y con criterios renovadores.
La re-conceptualización de la Seguridad en el ámbito
regional, a la luz de las circunstancias actuales, es una tarea que ya
se inició y que merece ser terminada prontamente, atendido que los
mecanismos existentes no están respondiendo a las demandas de los países
en estas materias. El Sistema Interamericano en si necesita ser
re-adecuado de cara a las circunstancias y desafíos que conlleva
transitar hacia un nuevo milenio. Las relaciones entre los Estados de
la región se presenta muy demandante en cuanto a obtener respuestas
adecuadas para satisfacer las inquietudes y los riesgos emergentes en
un ambiente de paz y seguridad. Chile ha postulado la idea de
buscarlas en nuestro propio entono y de acuerdo con nuestras propias
capacidades: La realización de una Conferencia Especial en el marco
de la OEA para abordar el tema de la Seguridad Regional, es una buena
alternativa que ya ha encontrado eco. Argentina, por su parte, ha
aplaudido e impulsado esta y cualquier otra iniciativa en beneficio de
enfrentar tal desafío. De ahí que lo que avancen los dos países
conjuntamente, será fundamental para construir un real y eficaz
cuadro de confianza.
Los poetas le han cantado a O’Higgins y San Martín,
teniendo como referencia la historia confirma que ambos contribuyeron,
decisivamente, a escribir. Los dos fueron ciudadanos de América antes
que de sus países. En otras palabras, como tantas veces se ha dicho:
Fueron cruzados de la independencia americana. En ambos lados de la
Cordillera se ha tomado su ejemplo para fortalecer la Confianza Mutua
entre argentinos y chilenos.
PALABRAS DEL SEÑOR MINISTRO
DE DEFENSA NACIONAL DE COLOMBIA
Las últimas décadas han sido trascendentales para
nuestro hemisferio, pues pasamos de una situación de conflicto y
polarización como la que vivimos en los años 80 en Centroamérica a
una relación de cooperación e intensificación de los procesos de
integración, los cuales, con la voluntad de nuestros gobiernos, nos
llevarán a la construcción de la Zona de Libre Comercio antes del
2005.
Nos encontramos en las puertas del nuevo siglo con
una perspectiva diferente, la perspectiva de la paz y la seguridad
regional. Este hecho no es gratuito, es el producto de la reflexión,
del trabajo arduo y principalmente de la voluntad de nuestros Estados
de crear un hemisferio donde predomine la amistad y la convivencia,
condiciones indispensables para promover el desarrollo económico y
social de nuestros pueblos.
En el ámbito americano se está viviendo un fenómeno
que ha implicado la adecuación del papel de las Fuerzas Militares en
la vida institucional de las naciones, siendo ellas parte importante y
fundamental de la preservación del sistema democrático.
Esto se ha logrado, a través del compromiso que
hemos adquirido en las instancias regionales, subregionales y
bilaterales, como son las Cumbres de las Américas de Miami y Santiago
de Chile, las Conferencias de Ministros de Defensa de Williamsburg y
San Carlos de Bariloche, entre otras.
Es por ello que la región ha direccionado su
esfuerzo hacia la creación de medios de confianza, instancia
fundamental para el mantenimiento de la paz. Gracias a ese nuevo espíritu
registramos con satisfacción cómo dos países hermanos consolidan un
proceso de paz, que les permitirá enfrentar los retos y desafíos del
próximo milenio de manera conjunta y coordinada; me refiero, por
supuesto, al Tratado que suscribieron los gobiernos de Ecuador y Perú
hace apenas unas semanas cuya implementación pondrá fin a una
dispuesta territorial de más de treinta años.
Es loable también, el proceso de construcción de
confianza entre Argentina y Chile. Estos dos Estados han logrado la
solución de sus disputas territoriales por medio del diálogo y las
compensaciones mutuas, pero también mediante la institucionalización
de sus relaciones en el plano militar.
En el área centroamericana, es preciso resaltar
los logros e integración de las Fuerzas Militares a través de la
Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas "CFAC".
A través de este mecanismo subregional de naturaleza militar, se ha
logrado crear un clima de confianza y se mantienen esfuerzos
permanentes de cooperación, coordinación y apoyo mutuo para
contribuir a la seguridad, al desarrollo y a la integración regional.
Con los países del área andina, Colombia ha
logrado importantes avances de cooperación militar.
En el caso del Perú se desarrolla con éxito el
mecanismo de las Rondas de Conversaciones entre los Altos Mandos
Militares. Es un mecanismo que permite el conocimiento personal y el
intercambio de información, experiencias, intereses y objetivos. La más
reciente reunión culmina la semana pasada en Medellín.
Venezuela y Colombia han implementado también en
los últimos años mecanismos prácticos de cooperación . La Fuerza Pública
Colombiana y las Fuerzas Armadas de Venezuela operan coordinadamente
para enfrentar la delincuencia en la extensa zona de frontera. Esta
coordinación no sólo compromete a los Ministros y a los Mandos
Militares, sino que se extiende al más alto nivel de mando, hasta el
más bajo, es decir las tropas que operan en las bases y puestos
fronterizos.
Sobre el nuevo papel que deben asumir nuestras
Fuerzas Militares en las sociedades democráticas, es importante que
intensifiquen su participación activa en el desarrollo económico y
social de nuestros pueblos. Todos los aquí presentes tenemos
experiencias con respecto al compromiso de nuestros ejércitos para el
mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente en
las áreas más alejadas, inhóspitas y pobres de nuestras naciones.
Esta participación se refleja especialmente en vías de comunicación,
educación y salud.
No podemos clausurar este encuentro sin referirnos
a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, temas
que están adquiriendo cada vez mayor preponderancia en el ámbito
universal.
Los Estados y por ende las Fuerzas Militares, son
conscientes de su responsabilidad frente a este sensible tema. Es por
ello que las conductas por acción o por omisión que los vulneren,
deben ser censuradas, investigadas y sancionadas con absoluto rigor
sin consideración de las calidades personales, políticas, económicas
o sociales del agresor o del agredido. La legimidad de la Fuerza Pública
depende en alto grado del compromiso que tenga con el respeto a los
derechos humanos.
En el tema de los desastres naturales, quiero
aprovechar esta oportunidad que me brindan mis colegas del hemisferio
para enviar un saludo de solidaridad a nombre de los Ministros de
Defensa de las Américas, a nuestros hermanos de Centroamérica y El
Caribe que se vieron afectados por la devastadora acción de los
huracanes George y Mitch.
Frente a estas tregedias es necesario que nuestro
hemisferio, proyecte la creación, bien en el ámbito de la Organización
de Estados Americanos o en el Banco Interamericano de Desarrollo, de
un fondo que prevenga y alivie las dificultades que se presenten por
los embates de la naturaleza, así como para aliviar las angustias de
Estados, que por su tamaño o condición económica, no pueden
enfrentar los daños que causan.
Y un asunto final: el tema de la cooperación
hemisférica en la lucha contra el terrorismo, las drogas ilícitas y
el tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos.
En relación con el terrorismo, es importante, como
señalaba el día de ayer el Señor Secretario de Defensa de los
Estados Unidos, William Cohen, que debemos identificar las diversas
etapas de este delito. De una parte, las medidas preventivas a través
del intercambio de información, precisa y oportuna. Y en una segunda
fase, la capacidad de reacción después de un ataque terrorista, con
los recursos necesarios para enfrentar los efectos inmediatos y
subsecuentes de esas acciones criminales.
Con respecto al tema de la drogas ilícitas, es
preciso que este tema sea abordado de manera conjunta y con la
participación de toda la Comunidad y Internacional, pues es un mal
que afecta por igual a los países productores y consumidores. Debemos
enfrentar este flagelo en forma decidida. Así lo hemos hecho en
Colombia. A la fecha, durante 1998, se han fumigado más de 60 mil
hectáreas de cultivos ilícitos, se han incautado más de 315
toneladas de hoja de coca, 50 toneladas de base, más de 45 toneladas
de marihuana y casi 500 kilos de morfina y heroína.
Quiero ser reiterativo en torno a la decisión de
mi gobierno de enfrentar decididamente el narcotráfico, lo hacemos
por convicción y no por obligación. El daño que ha causado a
nuestros países es incalculable.
Antes de terminar, considero importante mencionar
la necesidad de combatir también el tráfico ilícito de armas
municiones y explosivos, delito íntimamente relacionado con el
comercio ilícito de drogas, pues con el dinero del narcotráfico se
compran las armas para asesinar a los soldados y policías de mi país.
Señores Ministros y Jefes de Delegación: Gracias
por su presencia en Colombia. Esta reunión va más allá de los
documentos y las conclusiones, ha sido un foro para reafirmar la
amistad perdurable de nuestros pueblos.
PALABRAS DEL MINISTRO DE
SEGURIDAD PÚBLICA DE COSTA RICA
Al cumplirse hoy el 50 aniversario de la abolición
del Ejercito en Costa Rica, la legislación faculta al Ministerio de
Seguridad Pública para que a través de la Fuerza Pública garantice
de aseguramiento de la soberanía e integridad territorial y el
mantenimiento del orden público. Ambas funciones combinadas
repercuten en la seguridad ciudadana.
La justificación de nuestra participación en esta
reunión radica en los problemas comunes entre algunas naciones
americanas, tales como: el trasiego ilícito de drogas, de armas
prohibidas, susceptibilidad a los desastres naturales, el terrorismo,
toda forma de violación a los derechos humanos, el problema de las
minas antipersonales, el robo internacional de vehículos, el problema
de migraciones ilegales y la destrucción del ambiente, entre otros.
Para combatir estos males consideramos oportuno la
integración de los países en frentes comunes y coordinar acciones
para amalgamar el conocimiento, la experiencia, el recurso humano y
económico, tendientes a militarlos o erradicarlos.
Deseamos manifestar nuestro apoyo al Gobierno y
pueblo de Colombia que han hecho insignes esfuerzos para lograr la
anhelada paz que merecen.
Felicitamos al los Gobiernos de Ecuador y Perú por
los acuerdos y conversaciones tendientes a resolver sus problemas limítrofes
pacíficamente y que nos dan una muestra del entendimiento entre
naciones vecinas.
Finalmente agradecemos el Sr. Ministro de Defensa,
a la Fuerza Pública y pueblo de Colombia; permitirnos participar en
un evento histórico como también lo es la Ciudad de Cartagena de
Indias y lo que representa.
Muchas gracias.
PALABRAS DEL SEÑOR GENERAL
JOSÉ GALLARDO ROMÁN
MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR
Apoyo de las Fuerzas Militares en el Desarrollo Económico
y Social de las Naciones
Respondiendo al tema propuesto para esta
conferencia por el Ministerio de Defensa de mi país, me es grato
mencionar algunas experiencias de las Fuerzas Armadas del Ecuador en
el apoyo económico y social de la nación.
La aspiración de toda familia de disfrutar de
educación, asistencia médica, servicios básicos y un techo propio,
se frustra año tras año, porque los padres carecen hasta de un
puesto de trabajo seguro.
El éxodo creciente del campo a la ciudad de
personas que buscan mejores condiciones de vida o simplemente una
oportunidad para trabajar, va ampliando los cinturones de miseria y
desesperanza. Así, a la pobreza de las áreas rurales se suma la del
suburbio.
No es necesario repetir las estadísticas de esta
tragedia, porque son perfectamente conocidas.
Las actividades que realizan los diferentes
organismos del Estado para fortalecer la economía y crear los
recursos necesarios para solucionar tantas carencias acumuladas, no
producen resultados inmediatos y los reclamos legítimos aumentan y
las tensiones sociales se vuelven explosivas.
Las Fuerzas Armadas, al igual que las otras
instituciones del Estado y toda la sociedad, tienen el deber de
colaborar, con los medios disponibles, al desarrollo social y económico.
En el caso del Ecuador, la Constitución Política
del Estado dispone que "La ley determinará la colaboración que
la Fuerza Pública, sin menoscabo de sus funciones específicas,
prestará para el desarrollo social y económico del país".
En cumplimiento de la norma constitucional y de las
leyes correspondientes, las Fuerzas Armadas realizan, a favor de la
población, las siguientes actividades.
- Atención médica y odontológica gratuita, pero en forma
limitada debido a la falta de recursos económicos.
- Campañas de saneamiento ambiental, vacunación y desparasitación
en colaboración con el Ministerio de Salud y diversas
instituciones públicas y privadas.
- Orientación y entrenamiento de la población para que obtenga
el mayor provecho de los productos y alimentos existentes en el área.
- Construcción y repararación, en conjunto con la comunidad, de
aulas escolares, casas comunales, dispensarios médicos, caminos
vecinales, pequeños puentes, canales de riego, conduciones de
agua para uso humano, alcantarillado y letrinas.
- Construcción de vivienda popular en las áreas rurales, con la
participación de los beneficiarios y utilizando materiales del
lugar.
- Establecimiento de tiendas y farmacias comunitarias, en lugares
donde la comercialización es deficiente.
- Asignación de profesores militares en poblaciones remotas, que
no reciben este servicio del Ministerio de Educación.
- Realización de cursos:
- De primeros auxilios.
- De preparación agropecuaria.
- De producción de plántulas y reforestación.
- De formación de guardias forestales.
- De hilado y tejido con el propósito que los indígenas
confeccionen su vestuario.
Esta labor, que ha consitado la gratitud de la
población, ha hecho posible controlar, sin derramamiento de sangre,
de fuertes levantamientos indígenas en sectores donde son mayoría.
Para estas actividades, se asignan pequeños
recursos presupuestarios, los que se multiplican gracias a la
disciplina, organización y equipamiento de las Fuerzas Armadas.
Las Fuerzas Armadas también refuerzan el control
de los parques naturales con el propósito de evitar daños al medio
ambiente, realizar salvataje en caso de accidentes y proteger a los
turistas contra la delincuencia.
Llevan a cabo programas de reforestación,
actividad en las que son pioneras.
Para coadyuvar a la Educación han establecido 19
unidades educativas, a las que asisten alrededor de 20.000 niños y
adolescentes. Imparten instrucción superior en la Escuela Politécnica
del Ejército a 7.559 alumnos, de los cuales el 95% son civiles, y
proporcionan educación a distancia a 5.424 alumnos que, en un 20%,
son civiles. Adscritos a la Escuela Politécnica, funcionan el
Instituto Agropecuario Andino y el Instituto Tecnológico Superior.
La acción de educar con claros valores éticos y cívicos,
las Fuerzas Armadas además la proporcionan a través de la instrucción
de las Fuerzas de Cooperación Cívica que se realiza los días sábados
con aproximadamente 40.000 estudiantes de los cuales el 35% son
mujeres. En esta instrucción se imparte conocimientos de primeros
auxilios, ayuda en desastres y actividades de apoyo al desarrollo de
la población marginada.
Basado en la disposición constitucional, que dice:
"Las Fuerzas Armadas podrán participar en actividades económicas
relacionadas con la defensa nacional", el Ejército organizó una
Dirección de Industrias, cuyas empresas generan alrededor de 5.000
puestos de trabajos directos; la Fuerza Naval estableció los
Artilleros Navales, que emplean a 700 personas; la Fuerza Aérea creó
la Dirección de Industrias Aeronaúticos que actualmente repara
aviones comerciales del país y de otros países.
Una institución muy útil en la constucción vial
y en la reconstrucción en casos de desastres es el Cuerpo de
Ingenieros del Ejército.
Para atender los requerimientos de levantamientos
cartográficos, el Ejército dispone del Instituto Geográfico
Militar, al cual se halla adscrito el Centro de Levantamiento
Integrado de Recursos Naturales por Sensores Remotos, que trabaja
mediante rastreo satelital.
Para la investigación oceanográfica, geofísica y
del medio ambiente, la Fuerza Naval cuenta con el Instituto Oceanográfico
que, entre otras actividades, opera una estación de investigación en
la Antártida.
En el sector del transporte, la Fuerza Naval opera
la Flota Petrolera Ecuatoriana, y la Fuerza Aérea los transportes Aéreos
Militares que sirven a 34 poblaciones.
En las actividades de carácter económico, las
empresas de las Fuerzas Armadas no tienen exoneraciones tributarias ni
otras ventajas que perjudique a las empresas privadas.
Actúan en zonas geográficas y en actividades
donde, cuando se crearon, no habían empresas privadas. Actualmente,
realizan una creciente integración con éstas.
Es indudable que las empresas militares han
permitido elevar el nivel tecnológico y ahorran al Ecuador un caudal
importante en divisas.
El trabajo conciente y entusiasta de las Fuerzas
Armadas, a favor del desarrollo económico y social, fortalece la fe
del pueblo en el Gobierno y crea confianza en los militares,
sentimientos sin los cuales no es posible la paz interna.
La paz acordada, permitirá que los pueblos de Perú
y Ecuador se beneficien del trabajo de sus Fuerzas Armadas.
Llegamos a la anhelada paz, gracias a la cooperación
de los países de nuestro continente, particularmente de Argentina,
Brasil, Chile y Estados Unidos de Norte América.
En nombre de mi patria agradezco la preocupación
generosa de los pueblos de América por la paz de dos pueblos
hermanos.
Creemos que las naciones de América estarán cada
vez mas unidas por el impulso de sus ideales y creencias comunes.
Estos ideales tienen un nombre: LA DIGNIDAD DEL
PUEBLO.
PALABRAS DE JAIME GUZMÁN
MORALES
GENERAL DE DIVISIÓN MINISTRO DE LA DEFENSA NACIONAL
REPÚBLICA DE EL SALVADOR
Señor Presidente de la Conferencia
Señores Ministros
Señores Delegados
Señores Observadores
Señoras y Señores
Permítaseme en primera instancia, agradecer al Señor
Ministro de Defensa Nacional, Doctor Rodrigo Lloreda Caicedo y al
noble pueblo colombiano, por la generosa hospitalidad que nos brindan,
en ocasión de la realización de esta trascendental Tercera
Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas que ahora se
inicia.
Consideramos que la temática de esta Conferencia,
debemos analizarla a la luz del fenómeno de la mundialización, el
cual está generando nuevas demandas y desactualizando otras.
Dentro de ese contexto, se están perfilando nuevas
concepciones de seguridad, entre ellas, la seguridad global, en la
cual las fuerzas armadas, tienen un papel decisivo, para coadyuvar al
desarrollo, la democracia, la restauración, el mantenimiento y la
construcción de la paz.
Este nuevo escenario, nos planteará cada vez
nuevos problemas a resolver y cuya solución, requerirá de un sistema
integral de seguridad, como también de la confianza, la transparencia
y la voluntad de cooperación.
El marco de esta Tercera Conferencia, es propicio
para recordar, que ésta tiene su fundamento en la Declaración de
Principios de la Cumbre de las Américas de 1994, en la que los líderes
del hemisferio, se comprometieron a fomentar las instituciones democráticas
y la seguridad del continente; de igual manera, en aquella histórica
Primera Reunión de los Ministros de Defensa celebrada en
Williamsburg, Virginia, en 1995; y que de acuerdo con el espíritu
filosófico de ella, cobran relevancia, la realización de la Segunda
Reunión en San Carlos de Bariloche, Argentina, y la que hoy
iniciamos; como también, las Conferencias Regionales sobre las
Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad, celebradas la
primera, en Santiago de Chile y la segunda, en San Salvador.
Dentro de ese ámbito, deseo expresarle que
Centroamérica está avanzado hacia la integración regional, la cual
ha forjado un nuevo modelo de seguridad que está contenido en el
Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica. Este
modelo, principalmente está fundamentado en la democracia, en el
fortalecimiento de sus instituciones, en el Estado de Derecho y en el
respeto a los derechos humanos.
Así, en materia de las medidas de fomento de la
confianza, relevancia particular, tiene la implantación del Plan
Anual de dichas medidas, por parte de la Comisión de Seguridad de
Centroamérica. De igual manera, el Tratado Marco, con respecto a la
cultura de paz, establece la promoción de la misma, y en ese ámbito,
nos complace expresar, que en coordinación con la UNESCO, se han
desarrollado dos foros militares centroamericanos en esa materia, el
primero en San Salvador, y el segundo en Guatemala.
Asimismo, en el marco de la integración regional,
en noviembre de 1997, los Presidentes de las Repúblicas de El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, crearon la Conferencia de
las Fuerzas Armadas Centroamericanas.
En la actualidad, Centroamérica vive una época de
cambios, de desafíos y de transiciones, orientada a convertirla en
una región plena de paz, libertad, democracia y desarrollo.
Pero también, al igual como en otras partes del
hemisferio, se visualizan amenazas, que tienen su origen entre otros,
en la pobreza, el deterioro del medio ambiente, la narcoactividad y en
las de carácter natural; tales como la del Huracán Mitch, cuyo curso
caprichoso cobró cantidad de vidas humanas, y ha resquebrajado el
proceso de desarrollo en la región.
Pese a lo anterior, permítaseme expresar que en el
caso de El Salvador, se está avanzando hacia la sociedad integral, en
la que prevalezca un ambiente de estabilidad, paz, desarrollo,
seguridad y democracia.
Desde esa perspectiva, nuestro Gobierno ha
elaborado y difundido la propuesta denominada "Bases para el Plan
de Nación", en la que expresa: «Aspiramos a un país
moderno..., queremos en resumidas cuentas, un país del que todos
podamos sentirnos orgullosos».
En congruencia con esa propuesta, el Ministerio de
la Defensa Nacional ha difundido el documento «La Nación Salvadoreña,
Su Defensa, Seguridad Y Desarrollo».
Este, ejemplifica la aplicación de una de las
medidas de confianza que está contenida en la Declaración de San
Salvador, referida a «Promover el intercambio de información, entre
otros, a través de la publicación de libros de defensa o documentos
oficiales según sea el caso, que permita una mayor transparencia en
materia de políticas de defensa de cada país...».
En términos generales, «La Nación Salvadoreña,
Su Defensa, Seguridad Y Desarrollo», representa el interés
institucional de la Fuerza Armada, por dar a conocer a la sociedad
salvadoreña, la importancia que tiene la Defensa Nacional, como función
primaria del Estado y su relación con la Seguridad y Desarrollo
Nacionales.
Además, describe la visión estratégica
institucional que está contenida en el Plan Arce 2000, como
instrumento que guía la modernización institucional de la Fuerza
Armada y la contribución de ésta, al desarrollo nacional mediante la
función social, la que excede lo estrictamente militar, y su obra
trasciende en el progreso del país, en las áreas de cultura de paz,
ecología, educación, salud, y operaciones humanitarias, entre otras.
Vale destacar que en relación con ésta última área,
la Fuerza Armada de los salvadoreños, como institución al servicio
de la Nación, está desempeñando una invaluable labor a nivel
nacional, para atender a la población afectada por los embates del
Huracán Mitch.
Ante los albores del próximo milenio, estamos
ciertos que en las Américas, tenemos un escenario político estratégico
que nos ofrece nuevas oportunidades, como también nuevas amenazas; y
que el binomio de las expresiones «seguridad hemisférica» y la «preservación
de la paz», constituirán siempre requisitos fundamentales para
fortalecer la democracia.
Desde esa perspectiva, con plena convicción,
consideramos que esta Conferencia, constituye una valiosa oportunidad,
para que todos los Ministros de Defensa de las Américas aquí
reunidos, desde una visión estratégica de la seguridad hemisférica,
formulemos acciones concretas para el fortalecimiento de las
instituciones militares y afrontar el encuentro con el futuro y las
tendencias predominantes de la nueva era, con fuerza y optimismo.
Concluimos nuestra exposición, con la frase citada
en la Conferencia Regional de Santiago de Chile, por parte del Doctor
César Gaviria, originario de esta hermana República de Colombia y
actual Secretario de la Organización de los Estados Americanos:
«La democracia debe aprender que necesita de sus
militares y que ellos son ante todo, una garantía constitucional
esencial para la integridad territorial, para la protección de los
derechos y las libertades ciudadanas y el Estado»
Muchas Gracias.
Cartagena –Colombia, 30 noviembre, 1998.
STATEMENT BY LT. COL. NESTOR
A. OGILVIE
OF GRENADA
My country is a very small state located about 100
miles of north eastern tip of Venezuela. We are bathed by the same
beautiful Caribbean which laps the shores of this impressive city of
Cartagena where we are privileged to be attending this very important
conference.
Mr. Chairman, I must word my profound thanks to the
Government and people of Colombia for having invited Grenada to be a
part of this most historic meeting and must also note that the
generosity and kindness you have displayed by undertaking to be
responsible for our every need whilst here in beautiful Colombia has
already been matched by the tactful demonstrated by every person I
have met so far and by the exquisitely tasteful accommodations and
provisions that have been lavished on us since my arrival. Thank you
Colombia, on my own behalf and on behalf of my prime minister and
minister of national security doctor the honorable Keith Mitchell who
is unable to be here at this time because of pressing matters at home
but who is totally committed to the democratic process and to the
deliberations which will take place here in Cartagena over the next
few days. He sends his greetings and best wishes to all for a
successful conference.
Mr. Chairman, it would be remiss of me if I failed
to acknowledge our Canadian brothers for having volunteered and
provided air transportation for many of us and to register my thanks
and that of my government.
Your Government, by hosting and being responsible
in every way for delegates, and the Government of Canada by making its
aircraft available to bring many of us here, have already sent a very
powerful message – that we are indeed our brothers keepers. My
prayer is that this theme of caring one for another will pervade all
of our deliberations and will be reflected in the conclusions we make
and recommend to our respective governments.
Mr. Chairman, in spite of the relative
insignificance of my very small nation, we too have concerns for the
security of our nation and our region and I make bold to lay before us
some of these concerns.
The scourge of illegal drugs passing through and
making landfall in our region requires not only a global response that
will deal with production areas, transit areas and consuming areas but
will also empower in every sense of the word, all independent nations
to deal with this evil.
The problems and suffering brought on by natural
disasters such as experienced (and continue to be experienced) by our
brothers as a result of hurricanes Mitch and George and by our
brothers in Monserrat as a result of the volcano are being responded
to, but I feel certain that the suffering and loss of life and wealth
that has and is being experienced could have been mitigated
significantly had we been adequately prepared. This conference must
look urgently at the need to mitigate the effect of such natural
phenomena and not simply respond after the event has occurred.
Equally affecting our people are the adverse
results of decisions taken in developing trade policies – the banana
issue is of critical relevance to many of us – and in formulating
economic policies which ignore social implications in small nations.
The effect of traditional criminals is no longer a
localized problem and we must, with urgency, develop procedures to
deal with the drug dealer and the money launderers as well as the
local and itinerant criminals who skip from country to country
terrorizing homes and businesses and making so many of our countries
unsafe for citizens and visitors alike.
There must be:
- Speedier sharing of information and intelligence.
- More assistance in developing local security forces not only
to fight illegal narcotics but to deal with every type of crime.
- An easier and faster extradition process between nations.
- Urgent improvement of court procedures and development of
prosecutors.
- A willingness to review current policies on deportation of
criminals to the territories of their birth a provision which
unwittingly unleashes fear and terror on countries whose law
enforcement agencies are both unprepared and ill-equipped to
cope.
Mr. Chairman, there are many other concerns which
affect or are likely to affect all of us adversely. I think of:
- the y2k phenomena;
- the problems associated with illegal immigrants;
- environmental concerns;
- the need for food security;
- the threat of oil spill to our tourism industry;
- international boundary disputes;
- the evils of poverty;
- the uncontrolled flow of illegal arms ammunitions and
munitions of war;
- the uncleared minefields in many of our countries;
–and Mr. Chairman the list can go on.
I am not terrified by these thoughts I know that
collectively we have the resources, the capacity and the intellect to
deal with these problems. Our presence here in Cartagena, indicates
that we are developing the resolve, the concern and the will to make
our region a much safer place in every respect.
I know that every one of our nations was founded on
Christian principles, and I am confident that if we would bring Christ
into our individual and national lives and into these deliberations we
will be far more successful at resolving many of our problems.
The Holy Scriptures tell us that unless the Lord
keeps the city, the watchman stays awake in vain (Psalm 27-1). We are
the watchmen but have we called on the Lord? Is He only to be
consulted in the privacy of our homes or churches? Should He not be
open consulted in for a such as these? I am sure that were we to
involve Him openly, He would respond to us openly and the security,
the human rights, the democracy and all the other issues that have
brought us together will be more effectively addressed.
May the Lord of the armies of heaven guide us in
our deliberations and bless each of our nations as we all pursue the
dream of making this world a better place. May the brotherly love
demonstrated by your country in hosting this conference and by our
Canadian friends who brought many of us here, continue during our
deliberations and when we depart from beautiful Cartagena.
Gracias.
PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL
MINISTRO DE LA DEFENSA NACIONAL DE
LA REPÚBLICA DE GUATEMALA, GENERAL DE BRIGADA
HÉCTOR MARIO BARRIOS CELADA, EN LA TERCERA CONFERENCIA
DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
Nuevas expectativas en la vida de las naciones, han
generado diferentes condicionantes en el mundo, tales como el
nacimiento de un nuevo ordenamiento mundial con tendencia a la
democratización global, la constitución de bloques económicos,
comerciales regionales, la sesión de algún grado de soberanía de
los países en contraposición al nacionalismo radical y el
fortalecimiento de la legislación internacional, estructura el
pensamiento y accionar político para enfrentar las amenazas que se
ciernen sobre la humanidad, tales como la pobreza, el crimen
organizado, la destrucción del entorno ecológico y calidad de vida,
así como los desastres naturales, conflictos étnicos y religiosos,
etc.
El advenimiento de la paz en nuestro Continente nos
ha permitido dirigir nuestro esfuerzo a elevar la dignidad humana a
través del respeto de los derechos del hombre y el fortalecimiento
del estado de derecho, como bases fundamentales que permiten la
expansión de una cultura de paz esencial para la solución negociada
de diferencias y conflictos.
El análisis y fortalecimiento de los organismos
interamericanos encargados de la seguridad y defensa hemisférica, se
plantea a través de la cooperación, el fomento de medidas de
confianza mutua y transparencia.
En este orden de ideas, y como producto de la
voluntad del pueblo y Gobierno de la República de Guatemala,
consignada en los acuerdos de paz, nuestro país ha salido del pasado
oscurantista de la confrontación armada y nos encontramos ahora
inmersos dentro de un proceso de afianzamiento del estado de derecho,
el cual nos lleva con paso firme, a la consolidación de nuestra
democracia.
Resaltan ahora los anhelos de un pueblo deseoso de
caminar en el sendero de una cultura de paz, fundamentada en la unidad
del esfuerzo nacional que propicie un clima de estabilidad para
facilitar el desarrollo material y espiritual de nuestro pueblo,
dentro de un marco de convivencia democrática, en el cual sobresalga
la renuncia generalizada y la violencia, el respeto a la justicia, los
derechos humanos, a la ley, y a las libertades fundamentales.
Estamos dirigiendo nuestros pasos hacia un
promisorio futuro, nuevas realidades y sus desafíos nos permiten
ahora la consolidación de una integración objetiva, realista y
efectiva de nuestra sociedad, con principios y propósitos precisos,
así como estructuras funcionales que están viabilizando el camino
hacia la consecución de nuestros objetivos nacionales.
Dentro de este entorno nacional, el ejercito de
Guatemala, se encuentra llevando a cabo un proceso de modernización
que le dará la capacidad para desenvolverse en el contexto de una
sociedad diferente, es decir: un proceso en el cual se están
fortaleciendo los indicadores de comunicación entre los actores
socio-políticos de la sociedad, ya que las grandes fuerzas de la vida
nacional se apoyan cada vez más en un permanente análisis abierto de
sus diferencias, el uso de estrategias de negociación, y el arte de
aprender a ceder en amparo al beneficio mutuo.
Este proceso evolutivo se caracteriza por
condicionantes tales como: una revisión del ordenamiento legal en el
que se fundamentan las funciones asignadas constitucionalmente, y una
revisión a la doctrina estratégica y operacional, ajustándola a los
requerimientos de una institución consciente del debido respeto a los
valores democráticos, los derechos humanos y la necesidad de códigos
ético-morales que norman la relación ejercito-sociedad.
Paralela a esta renovación interna, la institución
armada de Guatemala dentro del entorno internacional, forma parte del
esfuerzo que llevan a cabo las naciones del mundo libre para
desarrollar operaciones de mantenimiento de la paz y humanitarias, y a
la vez ha conformado con las fuerzas armadas centroamericanas una
distancia de mecanismo de seguridad y defensa que consecuente con el
esfuerzo político, económico y social, propende por la integración
regional, con el fin de promover, desarrollar y consolidar la
democracia en el istmo, en un ambiente de confianza y transparencia
entre nuestras fuerzas armadas.
Excelentísimo Señor Ministro de Defensa de
Colombia, considero un verdadero privilegio estar en este hermoso país,
desarrollando la actividad conducente para fortalecer la seguridad y
defensa regionales a través de los mecanismos interamericanos
creados, lo cual a la vez nos permite un intercambio provechoso con
nuestros colegas de América, en asuntos de interés recíproco.
Es por esta razón, que por comunión de ideas, el
objetivo de esta Tercera Reunión de Ministros de Defensa de las Américas,
tiene para el ejercito de Guatemala un sustento efectivo hacia el cual
volcamos nuestro esfuerzo y apoyo.
Para finalizar, permítanme expresar en nombre del
ejercito de Guatemala y en mi calidad de Presidente de la Coordinadora
Nacional para la Reducción de Desastres de mi país, un profundo
agradecimiento hacia todos los países y fuerzas armadas de América,
por la ayuda incondicional y múltiples muestras de solidaridad que
nos brindaron en ocasión del paso devastador del huracán
"Mitch" sobre nuestro país, las tragedias compartidas con
los amigos fortifican nuestro espíritu y se convierten en fortalezas.
Que la confianza y la transparencia sea el común
denominador del fomento de la democracia en nuestros pueblos.
Muchas gracias.
PRESENTATION BY HONORABLE
CHARLES R. RAMSON S.C.
M.P. ATTORNEY GENERAL AND MINISTER OF LEGAL AFFAIRS OF GUYANA
Distinguished Minister of Defense of Colombia Dr.
Lloreda Caicedo, Colleague Ministers, Ambassadors, others heads of
delegations, Commanders of the Armed, Air and Naval Forces, Mayor of
this beautiful city of Cartagena de lndias, delegates and others
participants, Invariably, the Modern Charter of Civil Society requires
that a participating State interface with its Social Partners. In
pursuit of its principles the State commits itself, inter alia, to
ensure respect for internationally recognized civil, political,
economic, social and cultural rights, to uphold the right of its
peoples to make political choices, and to eliminate, as far as
possible, social problems such as crime and the abuse of drugs and
other substances.; In doing so a social contract is executed,
resulting in the expression of participatory democracy and meaningful
governance.
A large number of countries in the region are small
States, with special characteristics - they are either physically
small or have populations of less than 1.5 million. They have similar
developmental, political, economic and socioeconomic circumstances,
making them vulnerable to the oppressive vagaries of the powerful and
the arrogant. Consequently, they all have common needs. Guyana is one
such State.
Given the dismantling of the infrastructure
assembled during the Cold War era, sophisticated technology and
resources have now become available to meet and promote the
stabilization of the economies of the poor and disadvantaged States,
neutralizing, in turn, the pull factor which the larger developed
States have on the population of these beneficiary States. To achieve
this objective, Guyana strongly believes that Civilian/Military
Collaboration at the national, regional and international levels must
be made a priority.
Urgent attention needs to be paid to this; external
support and guidance will go a far way in the furthering of our
national security THINK TANK. Financing of conferences and seminars
that would bring academics, civilian and military, to share their
experiences must be made available and strong support is needed in
bringing the military role and national security matters to
Parliament, where the military in national development and related
programmes can be fully and openly ventilated. Getting the financial
framework right is only the start, but the condition necessary for
sustainable development must be created simultaneously or with the
minimum of delay. Effective co-ordination of this developmental
process must also be given commensurable priority.
The Government of Guyana’s considered opinion is
that military involvement is essential not only in national security
matters, but in Law Enforcement and these areas of concern need to be
re-visited and reevaluated in the context of the ending of the Cold
War.
The Guyanese Government strongly believes that
attention is now overdue for these new and additional roles for the
Military, roles that would be structured in conjunction with civilian
agencies and civil society.
The traditional peace-keeping role of the military
ought to be invested with new dimensions; it must be accompanied from
the outset by a peace-building mechanism, allowed active involvement
in national development programmes, and increasingly, some inputs into
delivery of law enforcement and the social stability means in our
countries. We need not merely identify the symptoms but concern
ourselves with the causes of the social unease –the lack of justice
and democratic institutions and the disequilibrium in social and
educational opportunities.
At the bilateral and multilateral levels we have
come to recognize the increasing links between drugs and crime
resulting in instability in so many of our nation States. We must, in
a co-ordinated way, exorcise from the body politic the cancer of the
drugs chain, treating each link with equal severity.
The Caribbean unfortunately has now become the
beachhead of narcotransmission and transshipment and in its wake the
societies of the Region have been transformed into a graveyard for the
victims of illicit narco-trading. Crimes of violence, including
narco-terrorism, have escalated in geometric proportions and the
social well-being of certain States has been gravely compromised. We
must eliminate illicit crop cultivation, cut the supply lines and
seize the profits and assets of the drug dealers. We must use the
conventions already in place so that these narco-barons would have no
sanctuaries in which to reside and enjoy their illegally acquired
wealth.
It is hoped and expected that this multilateral
gathering will contribute greatly to a uniform security presence in
general and in CARICOM in particular, and optimize the level of
national security which can result from regional military
co-ordination. Of late, the Government of Guyana has publicly
announced its intention of promoting the expansion of the Regional
Security System of the OECS and Barbados to cover the entire CARICOM
region and will need to ruminate carefully on the views expressed
earlier today by his Excellency, President Pastrana and the Secretary
General of the OAS on this subject.
The current call for the establishment of a
Regional Military Chiefs Organization can only be seen in the context
of a regional military organization and the Government of Guyana would
view with caution an organization of military chiefs in the absence of
a concomitant movement on the creation of this regional body.
Colleagues and fellow Ministers, the essence of
this presentation must be seen in the broader contextual framework of
the Williamsburg Principles, one of which mandates the resolution of
outstanding disputes by negotiated settlement and widespread adoption
of confidence building measures (CBM’S) consistent with the pace of
hemispheric economic integration. The recent disengagement of the
Military in Peru and Ecuador may be said to be reflective of the
application of this principle and augurs well for the peaceful
resolution of all other outstanding neighboring territorial disputes
in this hemisphere. Discussion, debate and the confidence building
measures mentioned earlier (i.e. CBMS) must now be regarded as the
weapons of disengagement in place of the ICBMS of the atomic era. Tony
Blair, the Prime Minister of Britain in his speech to the 53rd
UN General Assembly in September last put it adequately:
"The problems of our modern world are too
pressing, their consequences are too immediate, their impact too
far-reaching for us to hesitate or to look away any longer. We are
being given a warning to act: to give purpose and direction in
resolving these challenges we face together, or pay the price. The
time to do it, to respond to that warning, is now".
I thank you for affording me this opportunity to be
part of this Defense Ministerial Conference.
PALABRAS DEL EMBAJADOR
CLAUDE HELLER
JEFE DE LA DELEGACIÓN OBSERVADORA DE MÉXICO
Excelentísimo Señor Ministro de Defensa de la República
de Colombia, Don Rodrigo Lloreda Caicedo;
Distinguidos Ministros y Jefes de Delegación;
Señoras y Señores:
Permítaseme en primer lugar transmitir a ustedes
el más cordial saludo de los Secretarios de Relaciones Exteriores y
de Defensa Nacional de México. Es un honor para mi delegación
encontrarnos en esta bella tierra colombiana y más aun en Cartagena,
ciudad que además de su riqueza cultural, evoca para muchos de
nosotros grandes momentos de la concertación diplomática regional
como lo fueron entre otros, hace más de una década, la creación del
Grupo de Apoyo a las gestiones de paz en Centroamérica y la adopción
del Protocolo de Reformas de la Carta de la Oganización de Estados
Americanos.
Señor Presidente:
México participa en este foro en calidad de
observador tal como lo hizo en las reuniones de Williamsburg y
Bariloche. Seguiremos con particular interés y atención las
deliberaciones en torno a los distintos temas que integran la agenda
de esta conferencia, cuyos resultados serán evaluados en su
oportunidad por las autoridades de mi gobierno. Quisiera, señor
Presidente, aprovechar la ocasión que se me ofrece para presentar
brevemente la perspectiva del gobierno de México sobre los asuntos
que nos ocupan.
En abril pasado, en la Segunda Cumbre de las Américas,
celebrada en Santiago de Chile, nuestros Jefes de Estado y de Gobierno
se comprometieron a estimular el diálogo regional con miras a
revitalizar y fortalecer las instituciones del Sistema Interamericano,
a la luz de los profundos cambios ocurridos en el hemisferio y en sus
subregiones, así como a procurar un mayor clima de confianza y
seguridad entre los Estados.
Afortunadamente diversas circunstancias han
concurrido a modificar favorablemente el panorama regional en los últimos
tiempos. La solución negociada de conflictos armados en diversos países,
la renuncia expresa a la proliferación nuclear con otros fines que
los pacíficos, y los avances logrados en la superación definitiva de
diversas controversias bilaterales con los hechos más significativos.
Hace apenas unas semanas, la comunidad
internacional fue testigo de la firma del Acta de Brasilia que pone
fin al conflicto que separó durante décadas a Ecuador y Perú.
Nuestro profundo reconocimiento a los gobiernos de los Presidentes
Fujimori y Mahuad por el éxito alcanzado, así como a los gobiernos
de los países garantes, quienes con paciencia y perseverancia,
contribuyeron de manera decisiva a la distensión regional. Esperamos
que ello sirva de ejemplo para que, por medio del diálogo y del
respeto a las normas fundamentales del derecho internacional,
encuentren solución a todas aquellas controversias de diversa
naturaleza, pendientes en la agenda de las relaciones interamericanas.
Señor Presidente:
En la Asamblea General de la OEA, celebrada en
Caracas en junio pasado, México planteó la necesidad de definir un
concepto de seguridad regional en la consonancia con los profundos
cambios ocurridos tanto en el escenario internacional como en el
contexto hemisférico. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca,
el único que contiene una definición de seguridad continental, ha
perdido su sentido y es un instrumento obsoleto en las actuales
circunstancias. Por lo menos desde un punto de vista formal, la
seguridad hemisférica aún en un esquema de seguridad colectiva que
probó su ineficacia y que ahora resulta a todas luces anacrónico. No
podremos aplazar por mucho tiempo una decisión en torno a la vigencia
de dicho instrumento jurídico así como tampoco la revisión del
papel de otras entidades como la Junta Interamericana de Defensa.
En el nuevo contexto regional debemos mencionar los
siguientes logros en el plano multilateral:
- En primer lugar, la consolidación del régimen desnuclearizado
de América Latina y el Caribe, consagrado en el Tratado de
Tlatelolco. Incluso Cuba firmó en 1995 dicho instrumento
multilateral, estando pendiente de su ratificación.
- En segundo lugar, la negociación y adopción de medidas de
fomento de la confianza, en las reuniones celebradas en Chile y El
Salvador en 1995 y 1998, respectivamente.
Los avances logrados en esta materia han
contribuido a profundizar el diálogo en torno a una concepción más
amplia de la seguridad hemisférica, si bien parecería que su mayor
utilidad práctica se concretará a nivel subregional. En opinión del
Gobierno de México, la confianza se deriva de la interacción normal
entre los Estados y no se limita exclusivamente al ámbito militar.
- En tercer lugar, el desminado de Centroamérica que requiere ser
intensificado a la luz de las consecuencias devastadoras del Huracán
Mitch que enlutó a la región. México promovió con Canadá y
otros países, la iniciativa que desembocó en la adopción del único
instrumento de proscripción total de las minas antipersonal. En
el ámbito regional, México ha estado a la cabeza de los
esfuerzos en la OEA por convertir al hemisferio en una zona libre
de minas antipersonal.
La existencia en nuestro continente de cientos de
miles de minas antipersonal, cuya eliminación resulta indispensable
por razones humanitarias, ha llevado a mi gobierno a organizar,
conjuntamente con Canadá, un seminario en la Ciudad de México en
enero próximo con el objetivo de promover la ratificación de la
Convención de Ottawa por parte de los países del hemisferio.
- En cuarto lugar, la búsqueda de transparencia en materia de
adquisición de armamentos y el perfeccionamiento del Registro de
Armas Convencionales de Naciones Unidas, como pasos importantes en
el fomento de la confianza entre los países. El ejemplo más
reciente de lo anterior es la propuesta de Brasil y de Estados
Unidos de negociar, en el marco de la Organización de Estados
Americanos, una conversación sobre la notificación de las
adquisiciones de armas contempladas en dicho registro.
Esta iniciativa debe verse acompañada por el
compromiso de negociar medidas orientadas hacia la limitación y
reducción de los armamentos convencionales en la región, teniendo
obviamente en cuenta las legítimas necesidades de defensa de los
Estados, y con el propósito de dedicar mayores recursos al desarrollo
económico y social. De no ser éste el caso, estaríamos frente a una
iniciativa que se inscribe en el contexto de las medidas de fomento de
la confianza que, por definición, tienen carácter voluntario.
Señor Presidente:
Se ha destacado, y así se reconoce en la agenda de
esta conferencia, que las mayores amenazas para la seguridad de las
naciones del hemisferio no son de naturaleza tradicional como son el
tráfico ilícito de armas, el narcotráfico y el terrorismo. La
atención prioritaria que requieren estos temas ha sido debidamente
reconocida por los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la II
Cumbre de las Américas, y por los órganos políticos de la OEA en
cumplimiento de los mandatos que le fueron encomendados en Santiago de
Chile.
Por ello, México promueve y respalda, en los foros
regionales competentes, iniciativas concretas sobre el particular.
A este respecto, conviene recordar que en 1996 el
Presidente de México, Ernesto Zedillo, presentó dos iniciativas en
la Décima Cumbre del Grupo de Río, celebrada en Cochabamba, Bolivia,
relativas al inicio de consultas sobre el establecimiento de límites
en la adquisición de armas ofensivas, y a la negociación de un
acuerdo en materia de prohibición de la producción y el tráfico ilícitos
de armas de fuego.
Mientras que la primera iniciativa ha sido objeto
de consultas preliminares, dada la complejidad y sensibilidad del
tema, la negociación sobre la segunda avanzó rápidamente, a tal
grado que en noviembre de 1997 fue firmada en la OEA la Convención en
contra de la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego,
Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados, en presencia
de los Presidentes de Estados Unidos de América y de México.
La Convención, la primera de carácter vinculante
en el mundo, fija claras responsabilidades a los Estados en los campos
legislativo, judicial y policial, partiendo del reconocimiento de que
la producción y el tráfico ilícitos de armas son fenómenos de carácter
transnacional, por lo que deben ser objeto de cooperación
internacional y de asistencia jurídica y técnica entre los países.
Este nuevo instrumento jurídico multilateral
responde a la necesidad de fomentar la cooperación hemisférica para
enfrentar una problemática estrechamente vinculada con el crimen
organizado y el narcotráfico. Como se recordará, la convención
establece un conjunto de obligaciones par los Estados Parte que van
desde el compromiso de tipificar en sus legislaciones nacionales como
delitos la fabricación y el tráfico ilícitos, hasta el marcaje de
las armas de fuego para facilitar la identificación, rastreo y la
posterior confiscación en caso de tráfico ilícito. En su artículo
noveno, tal vez el más innovador, la Convención establece la
obligación para los Estados Parte –exportadores, importadores y de
tránsito– de expedir las licencias o autorizaciones previas al
traslado o envío de armas de fuego, municiones, explosivos o
materiales relacionados, medida que contribuirá de manera
significativa a la reducción de flujos ilícitos de los materiales
comprendidos en el acuerdo.
Un papel central le corresponderá desempeñar al
Comité Consultivo, integrado por un representante de cada Estado
Parte, con la responsabilidad de promover medidas que faciliten la
aplicación de este nuevo instrumento jurídico multilateral. Si bien
la Convención ya está en vigor al haber sido ratificada por tres
Estados, es importante acelerar el proceso, en virtud de que dicho
comité Consultivo podrá celebrar su primera reunión hasta que se
haya depositado el décimo instrumento de ratificación. México hace
un llamado a todos los Estados para que den los pasos necesarios que
garanticen el funcionamiento pleno de este mecanismo, que fortalecerá
la cooperación hemisférica en tan prioritaria materia.
Por lo que respecta a la lucha contra el problema
de las drogas, aunado a sus ineludibles responsabilidades y a los
esfuerzos internos desplegados, el Gobierno de México ha
intensificado la cooperación bilateral con aquellos gobiernos
involucrados en una u otra fase de tan terrible flagelo. México ha
promovido igualmente la acción multilateral. Testimonio de ello fue
la reciente Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de las
Naciones Unidas, convocada por iniciativa del gobierno del Presidente
Zedillo, misma que ha permitido establecer nuevas metas para la
comunidad internacional con una visión integral que supere la geografía
de las culpas y de las recriminaciones mutuas.
En nuestro contexto regional, México realiza
diversas acciones encaminadas a lograr la plena aplicación de la
Estrategia Antidrogas en el Hemisferio, que contiene medidas específicas
para combatir la producción, el tráfico y el consumo ilícitos de
estupefacientes y sicotrópicos. En el marco de la Comisión
Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, el Gobierno de México
contribuye activamente al diseño del llamado Mecanismo de Evaluación
Multilateral, como la única vía legítima y objetiva para dar
seguimiento al progreso individual y colectivo de todos los países
sin excepción en el tratamiento de las diversas manifestaciones del
problema.
En lo que toca al terrorismo, hace apenas unos días
en Mar de Plata, la Segunda Conferencia Especializada de la OEA,
convocada a instancias del gobierno argentino, recomendó la creación
de un Comité Interamericano Integrado por las autoridades competentes
de nuestros países, que se ocuparía de promover la cooperación
bilateral, subregional y multilateral para prevenir y combatir dicho
fenómeno.
Al diseñar las estrategias para enfrentar éstos y
otros asuntos prioritarios de la agenda hemisférica, los Estados
miembros hemos reconocido que ellas deben necesariamente fundamentarse
en los principios fundamentales del derecho internacional, consagrados
en la Carta de las Naciones Unidas y de la OEA, y en el respeto de los
mandatos y facultades que le corresponden a los distintos órganos que
integran el sistema interamericano.
En este contexto, la Cumbre de Santiago asignó
importantes mandatos a la Comisión de Seguridad Hemisférica de la
OEA, orientados a desarrollar un nuevo enfoque de los conceptos de
seguridad internacional en el hemisferio incluyendo el desarme y el
control de armamentos. México apoya los trabajos de dicho órgano,
considerándolo como el foro apropiado para emitir las recomendaciones
pertinentes sobre dichos asuntos.
Señor Presidente:
Superadas las confrontaciones estériles de la
Guerra Fría que debilitaron las posibilidades de acción concertada,
nuestro hemisferio tiene ante sí la difícil tarea de diseñar
estrategias efectivas de cooperación ante problemas comunes de
alcance transnacional que en determinadas circunstancias pueden
efectivamente vulnerar la estabilidad y seguridad regional.
El desarrollo económico y social, así como la
superación de la pobreza extrema, son prerrequisitos fundamentales de
la seguridad hemisférica. Sólo nuestros más decididos esfuerzos
para alcanzar dichos objetivos permitirán consolidar un entorno
regional caracterizado por la estabilidad, la cooperación y la plena
vigencia del derecho internacional.
PALABRAS DEL REPRESENTANTE
DE PANAMÁ
Señores Ministros;
Señores Delegados;
Señores Invitados;
Resulta inexcusable para la Delegación de Panamá
ante esta Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, dejar
de consignar las razones que nos han hecho sentir especialmente
honrados. En primer término y la más humana ha sido la especial
distinción y el cálido recibimiento de parte de los hermanos
colombianos. En verdad, la calidad humana de este pueblo se refleja en
esa intachable hospitalidad que recibimos.
En segundo lugar, para los panameños, la realización
de esta Tercera Conferencia significa un firme avance en el esfuerzo
conjunto, consensuado y solidario para hacer frente a los serios desafíos
del continente americano, en asuntos relacionados con la libertad, la
paz, la consolidación de la democracia y la seguridad de nuestro
hemisferio.
Nuestra delegación participa con optimismo de este
evento y mantiene en su debida jerarquía de importancia todos los
temas que serán objeto de debates, ya que tenemos la certeza de que
los resultados de este foro crearán las condiciones para que las
naciones de América, guardado el respeto y dignidad de cada Estado,
suscriban y cumplan las declaraciones inspiradas en la obtención de
mejor calidad de vida para nuestros pueblos.
Panamá no ha dejado de asistir a las Conferencias
de Ministros de Defensa, a pesar de que no tenemos ejército. Pero
tenemos especial interés en el mantenimiento de la seguridad
continental por razón de la existencia del Canal de Panamá, y porque
dentro de doce meses esa vía acuática quedará bajo la soberanía
panameña, así como los cielos, las aguas y tierras adyacentes.
Con el debido respeto que se merecen los señores
Ministros y Delegados, consideramos necesario manifestar que a Panamá
le agradaría y sentiría más cómoda, si de ahora en adelante se
cambiara la denominación de las próximas conferencias de esta
naturaleza. Pensamos en una denominación que también comprenda a los
países que como el nuestro, carecen de fuerzas militares, pero que
tiene interés en participar en la preservación de la paz, el fomento
de la confianza mutua y el afianzamiento de la democracia.
Por último, Panamá desea anunciar que apoya
cualquier propuesta dirigida a continuar estos diálogos entre tan
importantes componentes de las naciones americanas.
Muchas gracias.
PALABRAS DE JOSÉ F. SEGOVIA
B.
MINISTRO DE DEFENSA
PARAGUAY
Ministro de Defensa Nacional de Colombia, Dr. Rodrigo Lloreda Caicedo;
Señores Ministros de Defensa de las Américas;
Señoras y Señores:
Asisto a esta tercera conferencia de las Américas
que se realiza en este bello país, de gentes tan cálidas y
acogedoras.
Cartagena, cuna de las emancipaciones de Colombia.
Trayendo los saludos del gobierno y pueblo
paraguayo, al gobierno y pueblo de la hermana república de Colombia;
y a las hermanas repúblicas de las Américas aquí representadas por
sus ministros de defensa, y en un fraterno abrazo y cariños del
presidente de la República, ingeniero Raúl Cubas Grau; quien augura
que las deliberaciones de los señores ministros, rindan los frutos
que contribuyan a acrecentar aun más la búsqueda de un mayor
bienestar de nuestros respectivos países en el marco de desarrollo y
seguridad; y de nuestra bella América.
Al agradecer al gobierno y pueblo colombiano por
permitirnos esta oportunidad, espero que nuestras deliberaciones se
desarrollen en la más franca camaradería y mutua comprensión y
arribemos a felices conclusiones.
Muchas felicidades. Que dios os guarde.
PALABRAS DE DON JULIO
SALAZAR MONROE
MINISTRO DE DEFENSA Y GENERAL DE EJÉRCITO
DEL PERÚ
Señores:
Deseo expresar en esta ocasión, el saludo del
Gobierno y el pueblo peruano, a esta magna representación hemisférica,
deseando que los diversos teman que se abordaran, permitan alcanzar a
cabalidad, los objetivos que se han previsto.
La Conferencia de Ministros de Defensa del
Hemisferio, como en las dos ocasiones anteriores, tiene como objetivo
primordial "buscar que la seguridad y las defensas regionales, se
fortalezcan a través de los mecanismos interamericanos, con el propósito
de fomentar el desarrollo y promover la democracia, dentro de un marco
de confianza y transparencia". Y es en ese sentido que la
delegación peruana ha venido a participar porque consideramos que la
experiencia obtenida en el Perú en la lucha contra el terrorismo,
control de insumos químicos, así como en materia de medidas de
fomento de confianza, nos permiten aportar y compartirla con todos los
presentes, para obtener las conclusiones perfeccionadas que permitan
la colaboración y participación mancomunada.
El desarrollo del tema especifico que se nos ha
asignado, relativo a la "cooperación hemisférica en la lucha
contra el fenómeno de las drogas ilícitas", constituye una
propuesta basada de la experiencia concreta de varios años de lucha,
donde la estabilidad jurídico-política del país se encontraba en
peligro, por la colusión, entre el narcotráfico y el terrorismo.
La presentación, que en las sesiones de trabajo se
hará sobre el problema de las drogas, se orienta a alcanzar los
siguientes objetivos:
- Describir la naturaleza de la amenaza que representa para los
estados del hemisferio, el fenómeno de las drogas ilícitas.
- Explicar los objetivos, políticas y estrategias diseñados por
el estado peruano para enfrentar el fenómeno de las drogas ilícitas.
La estrategia del gobierno peruano para combatir al
narcotráfico, partió de una decisión política convencida de
enfrentarlo, utilizo a las fuerzas armadas de modo directo, modifico
las leyes para sancionar drásticamente a los infractores, incorporo
delitos conexos, rompió el nexo con el terrorismo y propicia el
desarrollo económico en las zonas cocaleras.
El éxito alcanzado, viene posibilitando que el Perú
intensifique su lucha contra la economía de la coca y las drogas,
obteniéndose en los dos últimos años logros sustanciales, que se
reflejan en una reducción del 40% del área de producción de coca.
Sin embargo, estos logros podrían ser revertidos
de no mediar un proceso sostenido de consolidación, que asegure
definitivamente la eliminación de la oferta de cocaína de origen
peruano en los mercados de los países desarrollados, principalmente
el de Norteamérica y en forma creciente los de Europa y Asia.
Esta consolidación exige promover el desarrollo
socioeconómico de las zonas cocaleras que asegure un medio de vida
licito y productivo, a las miles de familias que dependen de la coca.
Para tal fin, el Gobierno peruano ha diseñado una
estrategia integral y realista, que comprende acciones encaminadas a
la lucha contra la pobreza, el desarrollo productivo, el manejo
sostenible de los recursos naturales, la preservación del medio
ambiente, la interdicción aérea y fluvial, así como la prevención
del creciente consumo de drogas en el Perú y la rehabilitación del
adicto.
Existen recientes programas integrales para áreas
cocaleras priorizadas con potencial productivo. Asimismo, se están
preparando programas para la prevención del consumo de drogas y
rehabilitación. Estos programas integrales están siendo coordinados
con la población beneficiaria y con las autoridades locales. El Perú
esta realizando un gran esfuerzo para implementar dicha estrategia,
pero sus capacidades económicas son limitadas, por lo que el gobierno
peruano, ha conseguido recientemente de la comunidad internacional el
apoyo económico para la lucha contra las drogas ilícitas, bajo el
principio de responsabilidad compartida.
Señores:
No puedo desaprovechar esta ocasión, para reiterar
a la comunidad de defensa del hemisferio, lo que viene significando
para el Perú, el giro que ha tomado haber llegado a la firma de la
paz definitiva con el país vecino del ecuador. a partir de esa fecha,
las fuerzas armadas vienen volcando sus mayores
Esfuerzos a brindar la seguridad y apoyar el
desarrollo interno de nuestro país, así como, a participar
coordinadamente en la solución de problemas y amenazas que se ciernen
sobre nuestro continente.
Antes de concluir, deseo expresar mi saludo cordial
al pueblo colombiano, a sus autoridades, especialmente a su ministro
de defensa, anfitrión que nos convoca en esta bellísima e histórica
ciudad y permite el dialogo abierto y transparente sobre los problemas
de seguridad del continente. Tengo la certeza que, cuando culmine esta
conferencia, muchas de nuestras inquietudes habrán sido solucionadas
con el aporte efectivo de cada una de las delegaciones del hemisferio.
Muchas gracias.
PALABRAS DE HERNÁN DISLA
GONZÁLEZ
MAYOR GENERAL, EJÉRCITO NACIONAL
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Primero queremos agradecer a los países que nos
ofrecieron su ayuda tanto moral como humanitaria tras el paso del
Huracán George por la República Dominicana y colocarnos hombro con
hombro con los países Centro Americanos que tan inmisericordemente
azotó el Huracán Mitch.
Sin poderlo evitar la humanidad se dirige
inexorablemente hacia el Siglo XXI al próximo milenio al cruzar el
umbral atrás al siglo XX que sin lugar a duda es el siglo donde con
mayor dedicación el mayor depredador que ha pisado el planeta.
El hombre ha hecho sus mejores esfuerzos para
destruir a sus homólogos y el Eco Sistema.
Dos guerras mundiales, millones de guerras
regionales, cientos de guerras pequeñas, étnicas y religiosas no nos
dejan mentir. Además de los adelantos de las armas de destrucción en
masa y las nuevas amenazas que ya no son tan nuevas.
Aunque los problemas hemisféricos parecen comunes,
siempre sus soluciones serán diferentes.
Tenemos la fe y la esperanza de que nuestras
generaciones futuras no estén de acuerdo con la máxima "El
Tiempo Pasado fue Mejor".
La República Dominicana siempre hemos estado,
estamos y estaremos dispuestos a escuchar, ayudar, combatir, cooperar
en la búsqueda de las soluciones para mantener la Paz y sostener la
democracia de los pueblos.
Gracias.
STATEMENT BY DELANO F. BART
HONOURABLE ATTORNEY GENERAL
OF ST. CHRISTOPHER AND NEVIS
Salutations:
Mister Chairman I wish to start by thanking the
Canadian Government and it’s delegation for providing the St Kitts
and Nevis delegation with transportation to this conference and back.
By so doing they have contributed substantially to our national budget
as we will not have to find funds to cover the expenditure involved in
getting us here for that part of the journey.
I wish to thank also the Colombian Government for
the excellent hospitality that they have provided. I will have fond
memories of the city of Cartagena as for me it certainly has provided
the longest red carpet I have ever had the privilege to stride.
I wish also to apologise for the absence of the
Minister of National Security, the Honourable Prime Minister Dr.
Denzil Douglas who could not be here as he continues to oversee the
recovery process that is taking place after the visit of Hurricane
George on the Federation. As if that was not enough we have
information (as a result of hemispheric co-operation by the United
States) that in the past two days the Federation has been affected by
rain, producing flooding loss of life and loss of property. You will
agree with me that these are ample good reasons for him not to be
here.
We are pleased to be here because the people and
government of St. Kitts and Nevis have committed themselves to peace,
security and freedom in this hemisphere.
We are the smallest independent member of this
hemisphere. We have no war planes, no submarines, no war ships: only a
defence force and coastguard, but we continue to play our role in the
defence of this hemisphere. For us, we recognise the threat and the
dangers of the narcotics trade and we will continue to play our part
in this fight.
The defence of this hemisphere is as strong as
it’s weakest link. We are the smallest and might be your weakest
link. Hence it is incumbent upon the larger members with resources to
assist to recognise the Achilles Heel of the hemisphere and through
the process of co-operation not only address it but ensure that weak
links are strengthened.
For us the issue of security is that of
sustainability of the economic and political achievements we have
made. We are extremely vulnerable not as a result of armed conflict,
cross border incursions or wars but as a result of drugs and natural
disasters.
There is no doubt that in the area of drug
interdiction we do receive quite valuable assistance. Almost anything
we request we receive. We cannot complain.
However, in the area of natural disaster relief the
picture is not the same.
We are happy to see the assistance that countries
like Honduras and Guatemala received after being struck by Hurricane
Mitch.
However, just weeks before, we were struck by
Hurricane George. It damaged over 85% of our housing stock and totally
destroyed 10% of homes. It reduced our hospital and health care
facilities to less than 10% of it’s former capacity. Yet because of
a lack of hemispheric co-operation in this area, whilst we received
some assistance, it fell short of what is actually needed. We would
have received much more assistance if there was in existence a
structured co-ordination and co-operation system. Perhaps Honduras and
Guatemala would have benefited more if such a structure was in place.
There is no doubt that the security forces of the region in time of
peace , if properly coordinated can be used to assist countries like
my own with human resources and support systems that are so urgently
needed after a hurricane.
The danger is that if countries of the hemisphere
do not co-operate to assist each other, countries like my own cannot
sustain the economic and political advancement that we have achieved.
It is therefore necessary for us all to look at the bigger picture, as
a failure to co-operate, in the area of natural disaster relief makes
island states vulnerable to narcotic traffickers, thereby endangering
the security of this hemisphere.
Mister Chairman, my contribution has been
considerably assisted by the excellent statements of my colleagues
from the Island States and as a result I need not repeat the points
they have made.
I therefore wish to thank you and members of
delegations for affording me the opportunity to make this
contribution.
STATEMENT BY THE
REPRESENTATIVE OF SAINT LUCIA
Your Excellency, Minister of National Defense of
Colombia;
Ministers of Defense;
Heads of Delegations;
Participants in the III Defense Ministerial of the Americas;
Your Excellencies, Heads of the Diplomatic Corps accredited in
Colombia.
President of the Inter American Defense Board;
Commanders of the Armed Forces;
Commanding Generals and Admirals;
General Director of the National Police:
Governors of the Department of Bolívar;
Mr. Mayor of the City of Cartagena de Indias;
General and Admirals;
Vice Ministers;
Members of delegations, colleagues;
Distinguished Ladies and Gentlemen;
Ladies and Gentlemen:
On behalf of the Government and people of St. Lucia
it affords me a great pleasure to be here and to participate in this
Third Conference of Defense Ministers of this Hemisphere.
Considering what presently obtains in the region of
the Americas, particularly in terms of the issues of drugs, their
illicit proliferation and use, and intra-regional conflicts, economic
subversion that in ranging degrees pose a threat to the quality of
life of our people and our democratic institutions, then there is
indeed cause for concern at this juncture in time for these
institutions that constitute the basis upon which the continuance of
civilized society is predicated.
However, before delving into the fabric of my
presentation it behooves me to note and to cordially convey to you,
Your Excellencies and people of Cartagena, my perception of the beauty
that constitute Cartagena. It has been said that beauty lies in the
mind the contemplates it: but that sublime contemplation in some
instances, is derivative of the sensory impressions that emanate from
the physical environment, that in rather abstruse manner is reflective
or our finest sensibilities as a people created in the like men and
image of god. From my limited viewpoint, and it is a limitation
couched between temporal and spatial parameters, and from my
particular key-hole, I must confess that I was indeed overwhelmed by a
paroxysm of awe of the unintellectual, physical and natural
pulchritude of Cartagena. It is indeed a beautiful city and since
beauty cannot stand alone in sterile vacuity, but in plenitude and
sublime wholesomeness, then one must of existential necessity be drawn
to the ineluctable conclusion that the people of Cartagena constitute
the genesis, the alpha and the omega of that which y go sublimely
contemplate. Beauty lies in the mind that contemplates it: and so in
this fair land of yours, I contemplate the beauty of your city, the
beauty of your people and for the activity of the soul, I thank you.
It is indeed fitting that this conference is being
held here, in Cartagena, at this juncture in time: where there is
beauty, there is hope - eternal hope. I am from the small Island State
of St. Lucia. Like my sister islands –geographical expressions that,
like pearls, adorn the Caribbean Sea. We are indeed a small nation
–23,839 miles of population of approx. 150.000 –conscious of its
pristine beauty, but also conscious of the threats presently posed to
our very existence.
Fortunately for us, the thread of territorial
disputes on possible invasion from our neighboring sister islands,
does not exist. This is one of the virtues of life in the Caribbean
community. The territorial imperative, in junctioral and committed
equilibrium with territorial integrity.
In the 15th century, because of our strategic
location, the island was used as a pawn in the territorial war games
by the then super-powers –the British and the French– and in the
ensuing conflict St. Lucia changed hands 14 times between these two
powers. From the fires and military wrath emerged the beauty that is
now referred to as the Helen of the west –the face that launched a
thousand ships.
Today our strategic location is no longer important
to the super-powers, but history has strange way of repeating itself;
perhaps not in factual exactitude, but in manner that imports certain
principles of a bygone era.
Once again St. Lucia, due to that strategic
location, is at the center of a war: an economic war, the centerpiece
of which is the drug trade. It is a war that subverts our institutions
of freedom and democracy. It is a war that threatens the economic,
political and social life of our countries. It is a war that tears
apart the fabric of our societies. It is a war that does violence to
human spirit and ideals. Oh Cartagena, beautiful Cartagena, where are
your defenses? Who are your defenders? You cannot stand alone; we
cannot stand alone. For the menace that we face, individually and
collectively, is insatiable in its greed; is perverse in its
motivation; is rooted in its venality, and obsessed with a malevolent
desire to conquer, and oppress. It ........ a morbid symbiosis with
civilized society which if actualized will lead to the paralysis of
our institution and the eventual and consequential demise of our
people faced with this monumental threat to our collective existence
Colombia cannot stand alone; we cannot stand alone----- for alone we
perish, and that is the ......... reality. We must of necessity, seek
each other, hold on to each other support, embrace each other and
mobilize and fight together.
It is a scenario that reminds me of John Donne in
his verse upon emergent occasion, where he so poetically waxed:
"No man is on island entire of itself,
every man’s death diminishes me
because I am involved in my land
and therefore never send to know, for whom the bell
tolls. It tolls for thee."
And so this Third Conference of Ministers of
Defense is at this time crucial: and it is crucial in terms of its
raison d´etre, which is to strengthen regional security and defense,
through the inter-American mechanism, with a view to foster the
development and promotion of democracy within a framework of trust and
transparency.
As I pondered on the objective of this Conference
and the phrase "foster development and promotion of democracy
within a framework of trust and transparency" it reinforced my
perception that this objective is critical to the existence of my
island home and the region generally.
For in this new war, this fight against the dreaded
drug menace with its attendant and malodorous emanations, such as arms
trafficking, money laundering, etc., St. Lucia has achieved a ........
prominence, exacerbated not only by its geographical location in the
Caribbean, but also by our fairly developed air and sea port
infrastructure that facilitates the trans-shipment of drugs to us,
Canada and Europe.
The situation as we see it is critical: a spate of
law- -------drug related –is giving us cause for serious concern.
The lifestyle of the drug barons with all of its
goody materialistic trafficking enjoys the attention of our youth in a
manner and on a level that insidiously is eroding our laudable social
and economic achievements, gained trough honest industry, toil and
planning over the years.
In recent times we have seen the proliferation of
drugs in our country; we are witnessing the seemingly unbridled growth
of the drug trade, and we are seeing an increase in the incidence of
the drug-related crimes. And again in recent times we have seen and
are seeing the apprehension, the concern and even palpable ----- on
the faces of our people.
They, our enemies are not constrained by laws, due
process, rules and regulations, and are very well armed. It is an
arrogant display of indifference to our weapons and limited efforts at
containment, and so the shooting ........... and the proliferation
increase in the face of all of this.
I have had cause only last week to direct our SSU
to increase their police operations against the growing drug
trafficking and effectuated strategic operations with the creation of
.......... .
But in all of this our resources are limited and we
are in need of assistance. The fight is humanity’s: not yours, not
mine; it’s ours. We have the political will to prosecute this war in
our sector but we need assistance for our resources are limited.
The time has come for all of us here to act and to
act concretely. High-sounding phrases, platitudes and fulsome praise
and intentions should not characterize this Conference. Relevant and
realistic proposals need to be formulated so that their implementation
in this universe of cooperation will only be a matter of realistic
time.
Within the context of St. Lucia’s problems of
survival, it must be made abundantly clear that we now face a very
real threat of economic destabilization and therefore and thereby
societal dislocation by postures being assumed by regional and
non-regional elements as regards the banana industry in the OECS
countries in particular, and the ACP countries generally. In very
recent times our Prime Minister spoke of the economic terrorism that
poses a threat to our banana industry, and which, as we see it, is
being brought about by imprudent policies on the part of some
countries in the conduct of their economic affairs.
As I see it, there can be no security for St. Lucia
if their is no security for its banana industry. For it is an industry
of more than half of this island’s population, as it is a major and
regular source of their income. The same can be said for most of the
countries of the OECS and so when we speak of security we must view
this condition of life and secretly living holistically. There is a
relational nexus between that industry and the drug trade. The
evidence points to the conclusion that the destabilization of the
banana industry has a direct and consequential relationship to
increase in the production and trade of illegal drugs.
In spite of our efforts at natural economic
diversification and the emerging prominence of our tourist industry,
our survival at this time depends heavily on agriculture and so the
ruling of the world trade organization and the clamoring of other
countries, if relentlessly and ruthlessly pursued can have a
devastating effect on our economy, our security and our people.
As I see it, there must be a diplomatic solution to
the banana problem in a manner that ensures the essential dignity of
my people and the continuance of civilized society in our region. We
are a link in the chain of concerns that bind us a nation, as a region
and as a people.
And if we are to become our brothers’ keepers,
then the issue of trust and transparency alluded to earlier, is a
necessary but insufficient condition.
It is imperative that there be the very human
elements of compassion, empathy and solidarity with our brothers’
economics circumstances and realities. While we are aware that
criminals and scrupulous profit seekers and natural disasters threaten
our security, we also aware that the peace and democratic tranquility
of our island state, depend on trades, economic developments, currency
stability, regional cooperation and security. And so, the conference
and security and defense has a lot to do with St. Lucia’s survival,
not only from the strategic and military perspectives, but also from
the economic and national productivity perspectives. As part of the
Americas we are members of the OAS. This institution plays a critical
role in preserving the independence and freedom of the weakest states
of the hemisphere. If the efforts of the OAS and this third conference
of ministers of defense are to be meaningful, it must be recognized by
this conference that security and national economies’ viability walk
hand-in-hand.
This Conference must call on all OAS states to
recognize the rights of economic survival of all members’ states, as
an indispensable aspect of true security and democracy. There can only
be trust and transparency if there is an atmosphere of tranquility and
peaceful coexistence, based upon the understanding and respect for the
principle of the right of all nations to economic survival and
prosperity.
In conclusion and perhaps on a philosophical and
existential level, peace and tranquility can only really be achieved
and sustained, when we can share and enjoy the beauty we are so
privileged to have, to know and to create.
Sustainable peace, confronting security,
exhilarating tranquility can only really be achieved when your
children and mine can hold hands and embrace each other in an
atmosphere of mutual trust and love.
And so the bridges must be crossed; our people must
meet each other and share and participate in the ordinary events that
constitute human life, human society.
The beauty of Cartagena must be mine and that of my
children. And the beauty of Saint Lucia and its Pitons must be yours
and that of your children. For it is only in this salubrious
environment of human solidarity and brotherhood that the ills of
society can be effectively and definitively dealt with, and the drugs
and other menaces relegated to the trash map of historical additives.
Let there be peace, let there be security.
In 44 b.c., it was the old roman senator, Sennaca
who passed this question; "What is the good life?"
And across the centuries Thomas Jefferson answered
"Tranquility."
Let us therefore strive individually and
collectively for tranquility in our region.
Good afternoon, Ladies and Gentlemen.
PRESENTATIE DOOR DE HEER
RAMON ACHMAT DWARKA-PANDAY
MINISTER VAN BEFENSIE DE SURINAAMSE
Mr. Chairman, Ladies and Gentlemen:
As Minister of Defense, I want to express, also on
behalf of the people and government of the Republic of Suriname, many
thanks and much appreciation to the people and the government of the
Republic of Columbia, in particular Minister of Defense, Mr. Rodrigo
L. Caicedo, for hosting this significant and momentous Third Defense
Ministerial of the Americas.
I also want to use this opportunity to express my
appreciation to the delegation from Canada. The Canadian delegation
was, in particular, very forthcoming in its generosity to provide us,
along with other delegations from the Caricom with the means of air
transportation in order to join our Latin American and U.S. colleagues
and friends in this magnificent setting, here in Cartagena de
Colombia. We f eel that the gesture by the Canadian Defense
Organization towards the Caricom is a fine example of the spirit of
our time that calls for cooperative efforts as the way of the future.
A final word of recognition is that of the Caricom
delegation to the United States, f or its recently renewed efforts to
work out prevailing obstacles and differences with the Island Republic
of Cuba.
We are all very hopeful that Cuba will soon be able
to retake its formal position in the workings of the inter-American
system, particularly in the discussions concerning the making of new
security arrangements for the Western Hemisphere.
Mr. Chairman,
Beginning with the historic conference in
Williamsburg-U.S.A, which was followed by the equally successful
conference in Bariloche-Argentina, it is fair to say that the personal
and institutional means with regard to enhanced dialogue and
engagement amongst the hemispheric defense ministers have continued to
move along very constructive lines and in a very positive direction.
This is all the more significant today as changes
in the geopolitical and geo-economic world map are requiring of
nation-states that they be engaging in an all-out ef fort towards
redirecting their national strategic orientations along new lines of
thinking, and new lines of practices. Particularly, as is the case
today, now that the formerly unifying concept of ‘security", as
it prevailed for the past fifty years, or so, is put into question and
diminished in relevancy.
A major exercise during the previous two defense
Ministerial meetings, Williamsburg and Bariloche, have been unique in
testing out new ideas and methodologies with regard to the contours
for a new and updated framework for enhancing regional security.
In light of multiple and simultaneous efforts in
our region towards forging a new consensus for dealing, in particular,
with non-traditional security challenges and threats, it is
instructive to be able to reassert that we are still finding ourselves
on the path of constructive engagement. Here in we are reaffirming
once more our commitment towards dialogue, communication and the
exchange of ideas, and to evaluate the security system of the Western
Hemisphere and the institutionalized arrangements needed in order to
give relevance for new arrangements as to the contours of the
Inter-american defense system.
Mr. Chairman,
The Caribbean hemispheric status comes from a
reality, which is quite different from that of Latin America. This is
primarily due to the nature and duration of colonial rule, and the
ongoing presence of certain extra-hemispheric designs that desire to
reinvent themselves in the making of a new security regime in this
part of the world.
Against this background, and after carefully
evaluating and re-evaluating the subject matter and the themes on the
menu of this Third Defense Ministerial, and after consultations in a
broader setting, we would like to contribute with a number of
observations and conclude with some recommendations. Recommendations,
we feel, which will be relevant for the working group sessions.
When all has been said, we on our part will remain
confident that some of it can serve as contributing factor in the call
for a transformation or restructuring of the prevailing regional
defense arrangements.
I think it will serve this setting best when I make
my comments about the evaluation of the security system and its
mechanisms along the lines of four observations-.
First, that it is important to distinguish within
the overall umbrella of the Inter-American defense system between the
status and involvement of Latin America and the U.S. on the one hand,
and the status of the Caribbean and peripheral involvement the other
hand.
Second, that the Inter-American defense system has
its origin in military cooperation between the U.S. and Latin America.
An extensive program of arms transfer established alongside the
creation of a number of formal treaties, such as the Rio Treaty of
1947, the Mutual Defense Act of 1949, and the Mutual Security Act of
1951. These arrangements were deemed crucial to the defense of the
Western Hemisphere, in the face of Soviet Communist Aggression. during
the 1960s U.S. military resources were further extended to promote
internal security, i.e. combating communist subversion or insurgency
from within.
Third, that (quoting from the annual report of the
OAS 1996-1997) the Inter-American Defense Board, established in 1942,
still serves as the hemisphere’s formal and premi’ere multilateral
mechanism for promoting peace and security. The Board acts as military
technical advisory organ within the inter-American system and as as
organization for mutual confidence building in the America. The
Inter-American Defense Defense College offers academic programs.
Fourth, that the Meeting of Consultation of
Ministers of Foreign Affairs, and the Advisory Defense Committee....
In brief, the inter-American system of defense and
the multilateral arrangement, operate mostly in the framework of U.S.
- Latin American cooperation that has been with us now for over fifty
years. This framework is based on traditional notions of security.
Even further, it is based predominantly on U.S. and European historic
experiences and concerns about the nature of military threats to
territorial integrity and physical safety posed by extra-hemispheric
communist aggression. These assertions have limited relevance to the
post cold war realities and needs of the Western Hemisphere.
1. MAATREGELEN TER BEVORDERING VAN
VERTROUWEN EN VEILIGHEID
Mr. Chairman,
The institutional arrangements and mechanism that
are described previously, and whose revision we are now seeking,
begins by taking into account new realities of national, regional and
international dynamics. In this is also the situation that the new
global dynamics makes it possible, for the first time, to deal openly
with security issues, not only military but also non-military, in a
rapidly transforming regional context.
After discussions with different delegation members
we offer you the challenge about an idea pertaining to the
institutionalization of these hemispheric meetings of defense
ministers--- which so far has serves us well as a system of close
contact and regular consultation mechanism---into a Council for
Hemispheric Defense Ministers.
Such a Council for Hemispheric Defense Ministers
would be unlike what this region has ever had before.
Yet in some form it is common in Europe, where they
have the Western European Security Cooperation Council, and the Asian
Pacific Rim, where there is ASEAN. Such Councils often serve as a
forum, that stands on its own as a multilateral mechanism concerned
with matters of regional defense and security.
We feel it prudent to link our mechanism under the
umbrella of the Organization of American States.
A number of advantages of this new umbrella
mechanism can be listed as follows:
- The Council for Hemispheric Defense Ministers will serve as a
forum enabling Caribbean Defense Ministers the same forum as their
Latin American, Canadian, and U.S. counterparts.
- The Council will allow us to reinvent ourselves, translate our
vision for cooperation in order to enhance peace, development and
prosperity, and to preventing, in an atmosphere of mutual gain,
festering issues from either erupting or spilling over.
- The Council should not serve as a military alliance, but as
comprehensive regional security regime, with arrangements, which
are intended in the broadest sense to promote inclusive thinking
and participation. Thus everybody will share in the responsibility
for securing peace and promoting prosperity in the region on the
basis of the principle of peaceful co-existence, equality, mutual
respect and mutual benefit, not as an appendage of outside actors,
but one that reflects our own needs and requirements.
- Integrating our defense efforts must be gradual, systematic and
realistic, and must allow for all members to adjust themselves.
The implications for existing mechanisms for dealing with
traditional defense issues should undergo a similar process of
reinventing and redirecting. This goes in particular for the
defense-related mechanisms that are functioning under the OAS
umbrella.
2. DE INVLOED VAN DE PROCESSEN VAN
INTEGRATE OP VEILIGHEID OP HET HALFROND
Mr. Chairman,
As the region as a whole is moving to higher levels
of political and economic integration, it is imperative that the
defense organizations of the region should parallel these efforts,
with equal vigor and by seeking to institutionalize their commitment
towards cooperation. Only then will it be possible to translate
political and economic progress into concrete and lasting benefits for
all our peoples.
The entire structure of how we do business in this
region is changing fast. While we hope to capitalize on economic
opportunities, we are mindful that the weight and pace of changes is
also unleashing the heightened appearance of instability and
uncertainty. Some who are antagonistic will seek to capitalize on that
and exploit it to their own benefit.
3. BESTUDERING VAN DE FUNCTIES VAN DE GEWAPENDE
MACHTEN IN DE
DEMOCRATISCHE MAATSCHAPPIJEN OF MAATSCHAPPIJEN DlE IN EEN
OVERGANGSFASE VERKEREN
Mr. Chairman,
Whether we discuss the role of the Armed Forces in
the context of the established democracies, or in the context of
developing countries whose societies are in a phase of transition, the
primary challenge is for the democratic civilian leadership to ensure
that the Armed Forces remain a constructive and contributing factor in
enhancing the viability of their societies in the ongoing process of
social transformation. The challenges in consolidating participatory
democracy, and to imbue it with meaning and substance, is an ongoing
challenge from which the Armed Forces cannot be disengaged from.
As Ministers of Defense our responsibility lies in
being knowledgeable about the challenges we as part of the national
social organism are faced with, and to be pro-active in ensuring that
the Armed Forces will continually be part in the overall
transformation.
Furthermore, that it will do so in accordance with
the prevailing norms and values of the society that imbues it with
legitimacy and a sense of purpose.
Mr. Chairman,
Not since the dawning of the system of governance
as we have come to know and live by it, have so much pressure been
brought to bear to wreak havoc to the structures that have regulated
our relations as states within and with each other. At an
unprecedented and astonishing rate we watch as new actors emerge from
the ‘shadow of extra-constitutional realms", as new challenges
are coming to the fore. To these, the state and its traditional
mechanism find themselves more often wanting in its ability to respond
accordingly.
This state of affairs is seemingly being
exacerbated due to the scale of economic activities and rising
disparities on a world scale, and the price we are paying in terms of
ecological mischief’s and environment degradation. While scientists
may argumentatively debate the degree of impact of economic progress,
albeit for some, or the lack thereof f or others, on the level and
degree of disaster, such as hurricanes, leaving as we have witnessed
in its aftermath, a wave of destruction.
The fact of the matter is that the dominant
paradigm underwriting the state should not be discarded due to the
dynamics of !globalization.
Mr. Chairman,
Transformation is a matter that implies us all, and
in no lesser sense the Armed Forces as one of the guardians of the
state, against threats and challenges.
One thing we must strive for is the establishment
of a more effective and integrated civilian-military relations, as the
key to democratic strengthening en enhanced security. The role of the
Armed Forces is to integrate its mission capabilities common
challenges, safeguarding human rights, helping in protecting the
environment, containing conflict over access to natural resources,
particularly in areas of remoteness, which are being preyed upon by
actors who operate outside the scope and realm of state supervision
and responsibilities.
The Armed Forces will, in the foreseeable future,
continue to fulfill their traditional tasks.
Mr. Chairman,
In our region, most all the countries have had
experience with military type rule, and then during the 1970s and
1980s the transition back to democracy and civilian rule. This
transition, inspite major successes in terms of institutionalizing
civilian rule has not been easy.
The tension is mainly one of mutual understanding
between civilians and the military about the role of each in the
contours of the ever-changing dynamics of social systems in the
complexities of our changing geopolitical and geoeconomic relations.
New challenges and opportunities affect the manner in which either
civilian or military realm is expanding or diminishing, and where
budgets are driving policy, affect the way each relate to one another
and to the whole of the social organism to which they belong, and
whose interests are to be preserved.
Fortunately, these tensions have been largely
overcome due in large part to the emergence of a new consensus about
for adaptation of the whole social organism to the dynamics of the
newly emerging world order, an order in which the functioning of
democratic !government, economic reform, amidst international
uncertainties, have effect on everyone.
Mr. Chairman,
Civil-Military, or even liberal-corporatist
differences aside, we are seeing the coming together of national and
regional efforts in the face of new challenges. This is already a
positive trend.
4. COOPERATION AGAINST TERRORISM
Mr. Chairman,
There is a real need today to address the issue of
terrorism, and concomitant the requirement for enhanced cooperation in
order to effectively counter this menace to our democracies, peace and
stability. The subject of terrorism continues to draw attention in our
day and age, in particular given the symbiosis between terrorism, the
scourges of drug trafficking, the illicit trade in small arms, and the
trade in chemical substances.
In the context of national and regional security
concerns, they are now to be addressed as different fascets of a
complex, albeit interlinked wave of a new and highly sophisticated
cross border network of criminal enterprises.
Mr. Chairman,
While the risk of organized war has been
perpetually reduced overall, we now find that the threat of externally
sponsored, or motivated armed aggression, or terrorism, linked at
times directly to particular groups of outlaws has increased.
We know, f or example, of cases where weapons from
within and outside our region are finding their way to groups and
actors bent on hostile confrontation with the legitimate authorities
of the state. Troublesome, yet undeniable, is the fact that many of
these weapons are coming from suppliers who are based in countries of
the industrialized world.
Globalization as a multi-dynamic process has in
many ways served as a facilitator, allowing unrestrained the merging
of hostile actors, while offering to them multiple avenues and
opportunities to combine their forces in an ever-broadening network of
destruction.
Mr. Chairman,
We in Suriname are not oblivious to the realities
of the phenomenon of armed aggression. It is therefore well in our
interest to advocate enhanced bilateral and multilateral co-operation
for controlling these kinds of transactions.
STATEMENT BY THE
REPRESENTATIVE OF TRINIDAD AND TOBAGO
Mr Chairman, Honourable Ministers, Distinguished
Delegates, Ladies Gentlemen, I have the honour to bring you greetings
from the Government and people of Trinidad and Tobago. I extend our
congratulations to the Government, the military of Colombia and the
City of Cartagena for the efficient organisation of this conference
and for so graciously extending the kind courtesies and excellent
hospitality to the delegation from Trinidad and Tobago. I take the
opportunity to thank the Canadian Government for their generous act in
providing transportation for our delegation from Miami to Cartagena
and back.
With respect to this conference, my country is
pleased to note the emphasis being given to the central theme of
security and we have observed that the distinguished speakers at the
inaugural session this morning recognised that the Caribbean island
states remain a vital entity to security, peace and stability in our
hemisphere.
In my humble assessment, the hemisphere has
certainly benefited from the implementation of the principles of
Williamsburg and Bariloche with specific focus on the strengthening of
democratic institutions and the development of multilateral
cooperation in defence and security. In this regard, graduates from my
country of the course this year at the Centre for Hemispheric Studies
are already providing the institutional strengthening in the Ministry
responsible for the security forces.
We have observed with growing concern the effects
of the emerging threat of cyberterrorism which, because of the global
dependence on information technology, has exposed the world to website
crime as a contributor to international criminal syndicates. It is
therefore pleasing to note its inclusion in discussions in Mar del
Plata.
Mr Chairman, the heroic and historic city of
Cartagena has much in common with my country. Like you, we have
endured the colonization experience of the Spanish and the British.
And like you, we have emerged as an independent nation concerned about
our sovereignty. The pernicious drug trade presents a grave threat to
governance and security of our nations. This, together with the
associated criminal activities of money laundering, and illicit
trafficking in arms, continues to plague our hemisphere. We cannot
defeat this menace in isolation. We need the cooperation and
assistance of our neighbours in the hemisphere as together we attempt
to achieve peace and stability. This forum is a suitable platform for
the type of cooperation required, and I urge all countries in the
hemisphere to give it their support.
Another concern of my country is the effect of
natural disasters on the economies of the hemisphere. This brings to
the fore the concerns of the Caribbean island states which in the last
decade have suffered annually from such natural phenomenon as
hurricanes and volcanic eruptions, some of which paralyze already
fragile economies. At this point, I wish extend my country’s
condolences to the relatives of the victims of Hurricanes Georges and
Mitch.
I have heard the Most Distinguished President of
the Republic of Colombia speak about the restructuring of the military
forces to meet challenges ahead. Mr. Chairman, we in Trinidad and
Tobago have also realised the need to restructure our Defence Force in
keeping with the changing nature of the threats to security and we are
in the process of doing what is necessary to have the military work
more closely with the civilian population.
Mr. Chairman, these issues which I have introduced
will be further elaborated upon tomorrow in our presentation on
"Security of the Caribbean States".
Finally, Trinidad and Tobago wishes to reiterate
its commitment to the process of developing greater cooperation in the
hemisphere, and to the continued effort towards harmony and security.
We look forward to working with our hemispheric colleagues in this
quest.
I will also embrace this opportunity to wish fellow
delegates and all present a productive conference and hope that this
forum will generate further progress towards peace, stability and
friendship.
I thank you.
STATEMENT BY WILLIAM S.
COHEN, SECRETARY OF DEFENSE
OF THE UNITED STATES OF AMERICA
Thank you very much. I am honored to be here with
all of my colleagues from across the Americas in this ancient and
beautiful city that is at the edge of the sea and the center of our
hemisphere. And I would like to pay tribute to our hosts, President
Pastrana and Minister Lloreda and the people of Colombia. All of us
have been impressed with the tremendous warmth and hospitality that
you have provided for each of us. There is an old expression that,
"everything that needs to be said has been said, but not
everybody has said it," so with that in mind let me proceed.
I must say that I am a bit at odds here when I
found there was going to be a time limitation imposed on the speakers.
I spent eighteen years as a member of the United States Senate in
which body there is no time limitation on speech. One can speak for
hours. I was also a member of the House of Representatives in which we
had a five minute limitation on speech. So the Minister said let me
compromise Colombia style: you have seven minutes, instead of the
unlimited time, and I will not take advantage, Mister Minister of this
gathering because all of you have made such powerful presentations,
and you know, Mister Minister, that you’ve given me tomorrow to
inflict a much longer speech upon our colleagues, which I will do.
Pablo Neruda has said that, "the world is small, is scarcely
larger than an apple." I think all of us have come to realize
that. Technology has indeed reduced and compressed the size of this
globe; technology and trade. And when we talk about cooperation it’s
not simply a nicety, it’s actually a moral necessity. And that was
manifested as each of the colleagues who have spoken earlier have
indicated. It was manifested in our reaction to the tragedies of
George and also of Mitch. Working together we showed our capacity for
compassion but we showed something else, we also showed how our
military, militaries, conserve society. And that to me was perhaps the
most impressive demonstration of how all of our communities in our
countries were able to come together in such a very short period of
time to bring relief to so many thousands of people, people who lost
their loved ones, lost their homes, had lost entire villages.
And while we are fond of talking about how we
promote and indeed are dedicated to having civilian control over the
military, let me take this opportunity to express my sincere and deep
appreciation to all of the militaries who are represented here today,
for your professionalism, for your sacrifice and your service. And I
would particularly like to single out General Wilhelm who is the
Commander-in-Chief of our Southern Command, for his extraordinary
leadership both in peace time and also in times of turbulence. General
Wilhelm--thank you for the leadership you have shown in your position.
Mister Minister we have had a good opportunity, you
and I, to talk during the last evening and also this morning and at
lunch as well. And we talked about the need for transparency. It’s a
word that we toss around quite easily, but all of us understand that
when there is a lack of transparency then it breeds distrust and
suspicion and competition. And what has been, I think, one of the most
positive developments of these ministerials has been the dedication to
becoming more open, to open up our processes, to make them plain to
our fellow neighbors, to show that there is nothing to hide. That if
one is developing its national security it should not be seen as a
threat to its neighbor, and the more openness we can promote the more
secure all of us will feel. And so transparency is not simply a word
that ought to be in vogue, but we ought to do our level best to
institutionalize these confidence-building measures which we can talk
about perhaps tomorrow at greater length.
I think this hemisphere is a model of peaceful
understanding. Minister Domínguez and General Lionel and others have
talked about the extraordinary success of the relationship between
Ecuador and Peru, and how they were able to end a long history of
difference of opinion, certainly, and the potential for great conflict
in a peaceful and honorable fashion. And we all understand that our
democratic ideals and our constitutional ideals have been achieved
despite these kind of economic and political pressures. And I think
one of the most successful institutions coming out of our ministerials
has been the creation of the Center for Hemispheric Studies. In just
two short years, roughly 150 leaders have passed through that
center--leaders who have gotten to know one another, who will build
and have built bonds of friendship, and who will touch the lives of
thousands other people, and thus multiply their own experience. It is
through that kind of conduct, and that kind of exchange of views and
interpersonal relationships that the foundation for peace and
stability can be built for the future.
Let me just conclude with an observation about our
foreign policies. Foreign policies basically are formulated and
predicated upon self interest. Each country looks at its foreign
policy out of its own self interest. But every one of us have a self
interest in defeating terrorism. Each country understands the
consequences of bombs going off be they in Oklahoma City or be they in
the embassies in east Africa, or wherever. All of us understand the
consequences of that. We have a self interest in working together to
prevent the spread of terrorism.
The same with narcotrafficking of illegal drugs; it
destroys the fabric of every society. So we have a common self
interest in fighting against illegal drug trafficking. We have a
common interest against instability, we have a common interest against
the spread of weapons of mass destruction. And so while we can
understand that our foreign policies are based upon self interest we
have a regional self interest. And that is something that I think we
can spend more time to talk about tomorrow.
I would hope that at the conclusion of this
ministerial, that we would greet the new century as a region that is
united, that is open in our friendship, that’s transparent in our
dealings, and is bound together by a common commitment to freedom and
democracy. And in so doing I think we can make our way along the path
that Mexican poet, Octavio Paz, called "the path through the
wilderness of the days to come," joined together as equals,
seeking peace, strengthening democracy, living up to our great promise
in the days and years to come.
So, Mister Minister, thank you for giving me the
seven minutes. I tried not to extend beyond it. And I hope that
tomorrow I will not inflict too much more of the speech upon your very
patient ears. Thank you very much.
PALABRAS DEL REPRESENTANTE
DE URUGUAY
La República Oriental del Uruguay arriba a esta
tercera Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas que
comienza a desarrollarse en la hospitalaria tierra de nuestra hermana
República de Colombia, en el entorno cautivante de esta Cartagena de
Indias, tan llena de historia, tan exuberante de recuerdos y memorias,
tan bella en su arquitectura y en la sencillez de su gente, con la
firme esperanza de que en estos días los responsables políticos de
la Defensa de nuestro hemisferio seamos capaces de avanzar con paso
firme y decidido en la construcción conceptual e institucional de la
Seguridad Americana.
Decimos avanzar, pues este proceso no es nuevo sino
que reconoce antecedentes conceptuales y fácticos cuyo hito inicial
puede fijarse en la reflexión que en el mundo académico, en los
sistemas políticos y al interior de las Fuerzas Armadas de nuestros
países, provocó la implosión del sistema de socialismo real y la caída
del muro de Berlín.
En cierto sentido, podría afirmarse que en aquel
momento experimentamos la maravillosa sensación de ser inundados por
la libertad. Todo parecía posible en aquellos primeros días y mese
que siguieron a la finalización del mundo bipolar propio de la Guerra
Fría. Un nuevo Orden Internacional basado en la vigencia y extensión
del régimen democrático de gobierno y de la economía de mercado
parecía al alcance de la mano. Una comunidad de naciones a nivel
planetario, conviviendo pacífica y armónicamente bajo la vigencia
del Derecho Internacional era por entonces el sueño compartido por
muchos de nosotros.
Los responsables políticos del hemisferio
estimulados por esa visión se abocaron a construir un nuevo diseño
de seguridad y defensa que incluyera nuevas metodologías, nuevos
conceptos, nuevas perspectivas y una nueva arquitectura institucional.
Los Presidentes se reúnen en la Cumbre de Miami
(1994) y Santiago de Chile (1998). Los Ministros de Defensa hacen lo
propio en Williamsburg (1995), San Carlos de Bariloche (1996) y hoy en
Cartagena de Indias nuevamente nos reunimos para continuar el proceso.
Los Comandantes en Jefe de las FF.AA. De nuestros
países han perseguido con su esquema de reuniones especializadas de
cada Fuerza y el mundo de la academia conjuntamente con la diligencia
político militar ha convocado un sin número de reuniones que bajo la
forma de conferencias, simposios, seminarios, paneles etc., han
colaborado con la tarea emprendida a nivel continental.
La experiencia se encargó de hacernos ver que
aquello que al comienzo parecía tan fácil de alcanzar: un mundo pacífico,
democrático y cooperador, constituía en realidad duna tarea ardua y
dificultosa.
En el plano internacional nuevas amenazas, múltiples
y completas, tanto en su causalidad como en su desarrollo y
posteriores efectos han hecho su aparición en un escenario
caracterizado por la incertidumbre la velocidad de los cambios, la
volatilidad de las situaciones, la imprecisión de ciertos sujetos
estratégicos y la dificultad de alcanzar niveles aceptables de
previsibilidad.
De ellas destacamos: la explosión demográfica, el
deterioro del ambiente, el desarrollo vertiginoso de la ciencia y la
tecnología que por un lado, como Jano, nos muestra su cara liberadora
de las potencialidades humanas, y por el otro, el posible
ensanchamiento de la brecha que separa a las economías de los países
desarrollados de aquellos en vías de desarrollo. La revolución en
las finanzas internacionales, en las comunicaciones y la expansión
siempre creciente de las empresas trasnacionales, al tiempo que
achican al mundo transformándolo en la aldea global, acotan los márgenes
de decisión de los Estados más pequeños y menos desarrollados.
El Estado Nacional no se ve libre de estos desafíos,
presionado desde abajo por múltiples afanes localistas o
independentistas, y hacia arriba por la tendencia general a
desprenderse de porciones cada vez mayores de asuntos hasta entonces
considerados como de interés doméstico, hacia entidades y órganos
supranacionales. El panorama se complica aún más cuando se incluye
en la lista de los desafíos estratégicos los conflictos étnicos,
religiosos, culturales y aún los ideológicos, vástagos tardíos, éstos
últimos, de la Guerra Fría, cuya finalización la rígida estructura
mental de los grupos que lo sustentan parecen ignorar.
La pobreza extrema, el narcotráfico, el terrorismo
y las migraciones ilegales completan el panorama de nuevos riesgos
para la seguridad y la defensa nacional.
Al interior de cada uno de los Estados Nacionales,
también se han producido fenómenos conflictivos, derivados algunos
de la acción de los antagonismos externos a los que hacíamos
referencia y presentando otros, raíces profundas en la realidad
propia de cada acontecer nacional. Hemos asistido a una vasta y hasta
cierto punto estéril polémica sobre la existencia y misiones de
nuestras Fuerzas Armadas, episodio éste, que a la fecha parece
relativamente superado en vías de definitiva y consensuada
explicitación.
Si el Estado es aquella asociación humana que
reivindica exitosamente el monopolio del uso legítimo de la fuerza en
un territorio determinado, parece obvio que la existencia de Fuerzas
Armadas es consustancial a la misma idea de la asociación política
plasmada en el Estado Nacional.
También se van definiendo con claridad los roles
principales y subsidiarios de las Fuerzas Armadas. Entre los primeros
sigue figurando, como no podía ser de otra forma, la defensa militar
externa, esto es, del territorio, la soberanía, la integridad
territorial, la independencia y las instituciones de cada Nación.
Ente los segundos se destacan la defensa militar
interna y el control del orden público en las ocasiones en que la
fuerza policial se ve desbordada en su accionar represivo, el apoyo al
desarrollo de nuestras comunidades sin entrar en competencia con el
sector privado o con otros órganos del Estado, la asistencia a la
población en caso de desastres y calamidades naturales y la
participación en misiones de mantenimiento (aunque no de imposición)
de la paz en el contexto del sistema de Naciones Unidas.
El establecimiento de un marco conceptual y orgánico
para las relaciones civil-militares en el campo de la defensa, que
permita utilizar la totalidad del potencial nacional a esos efectos,
sin otros límites que los que surgen del mandato de la Constitución
y de la Ley, constituye en nuestro concepto otro fenómeno positivo
que se ha venido desarrollando al interior de nuestras Naciones.
En el plano internacional toda la línea de
desarrollos teóricos y prácticos en materia de medidas para el
fomento de la seguridad y de la confianza mutua constituye, junto con
los esfuerzos en el área del control y limitación de armamentos,
logros de significativa importancia, que contrarrestan la visión
tantas veces excesivamente pesimista que surge de la enumeración del
catálogo de las amenazas a que ya hemos hechos referencia.
De la misma manera debe valorarse el esfuerzo de la
comunidad internacional por prevenir y/o hacer cesar los conflictos bélicos
inter o intra-estales a través de las ya mencionadas operaciones de
paz.
Nuestro país reitera, una vez más, su
incondicional adhesión al principio de la soberanía de los Estados
como base de la convivencia pacífica y de las relaciones e amistad y
respeto mutuo entre ellos en el marco del Derechos Internacional. Por
ello afirma la vigencia del principio de la competencia territorial de
las Leyes y Tribunales de los Estados particularmente en el ámbito
Penal y su rechazo a cualquier atribución de competencia
extraterritorial de un Juez o tribunal de un Estado respecto de
acciones cometidas en el territorio de otro Estado.
Todo ello con prescindencia de las personas
involucradas y en consonancia con el invariable apoyo que el Gobierno
del Uruguay ha dado y seguirá dando el pleno goce de los derechos
humanos cuya protección efectiva se realizará siempre a través del
marco jurídico aplicable.
La República Oriental del Uruguay espera y anhela
fervientemente que durante estos días de trabajo y reflexión
conjunta sobre los temas de la Seguridad y la Defensa Regional, sea
posible constatar avances concretos y precios para el control de las
amenazas mencionadas y para la consolidación de los valores de la
libertad, la justicia y la paz en cada uno de nuestros países y en el
sistema interamericano en su conjunto.
PALABRAS DEL VICEALMIRANTE
TITO MANLIO RINCÓN BRAVO
MINISTRO DE LA DEFENSA DE VENEZUELA
Señor Presidente:
Señores Ministros de la Defensa:
Señores Delegados:
Como hombre de uniforme y en ejercicio pleno de la
profesión militar, constituye para mi un privilegio poder compartir
esta excepcional oportunidad, que permite reunir en un mismo recinto a
las distinguidas personalidades que dirigen las políticas de defensa
en 34 países de nuestro hemisferio.
La patria de Simón Bolívar, pionero de la
integración americana, no podría estar ausente de este trascendental
evento, el cual reconocemos como parte de una de las iniciativas más
importantes que se hayan dado últimamente en el contexto regional y
que define su norte, de cara al siglo XXI, en la búsqueda de una
transparencia hemisférica generadora de un clima de estabilidad
regional, que sirva de motor propulsor al desarrollo de nuestros
pueblos.
En este contexto, y desde los mismos albores de la
Cumbre de Presidentes de Miami, el gobierno venezolano asumió el
compromiso de cooperar activamente con la puesta en marcha de esta
iniciativa, de forma tal que, para la fecha de la reunión de
Williamsburg, nuestras Fuerzas Armadas ya habían adelantado gestiones
con algunas naciones vecinas en la búsqueda de una integración que
permitiría unir esfuerzos para el diagnóstico y solución de
problemas transfronterizos en materia de defensa y seguridad.
Es así como la expresión "medidas de
transparencia y confianza mutua", acuñada en esa importante
reunión de 1995, tomó un sentido muy amplio para el sector castrense
venezolano, debido a que, extendiéndose más allá de lo propuesto en
el cuarto principio de Williamsburg, le dio una clara dirección y una
orientación precisa a las relaciones militares de Venezuela con sus
vecinos, proponiéndonos entonces a lograr un diálogo transparente
con nuestros interlocutores, constituyéndose este propósito en el
fundamento de cualquier iniciativa de cooperación actual o futura.
Baste con señalar la relativamente exitosa
experiencia obtenida por la Comisión Binacional Fronteriza
(COOMBIFRON), establecida de mutuo acuerdo por las Fuerzas Militares
de Colombia y nuestras Fuerzas Armadas, con el propósito de enfrentar
los flagelos que amenazan la integridad de las poblaciones
fronterizas, afectadas por la acción devastadora de distintos actores
generadores de violencia, quienes, ante la unión de esfuerzos de
nuestras organizaciones militares y policiales han tenido que refrenar
su accionar dentro del territorio venezolano.
En el ámbito de esta Comisión Binacional, el
intercambio de información a todos los niveles militares y policiales
se ha convertido en una efectiva herramienta de trabajo diario, lo
cual nos ha llevado a las autoridades de ambos países a proponer y
diseñar un novísimo instrumento de intercambio de información
denominado Banco Binacional de Datos, el cual permitirá la
interconexión electrónica de los comandos militares y policiales
fronterizos de los dos países, y la disponibilidad inmediata de
información para la planificación y ejecución coordinada de
procedimientos policiales y operaciones militares destinadas a
enfrentar las amenazas que, como el narcotráfico y la acción de la
narcoguerrilla, afectan a la población fronteriza.
Pero nuestro empeño no se ha resumido en la búsqueda
de una cooperación efectiva con nuestros vecinos. La tradición
democrática de nuestro país y la vocación de paz de nuestro pueblo,
nos lleva a solidarizarnos íntimamente con el Acuerdo de Santiago y
con los compromisos contraídos en Managua y Miami, asumiendo una línea
de conducta con estricto apego al mandato constitucional y,
paralelamente, transitando un camino de apertura e interrelación con
los más diversos actores, organizaciones e instituciones civiles, en
los ámbitos nacional e internacional, en la búsqueda de un diálogo
franco, permanente y abierto que nutra y enriquezca a la organización
militar venezolana.
Hoy día, el gasto anual de defensa nacional, el
tamaño y composición de nuestras fuerzas y la relación general de
las armas convencionales que mantenemos en los inventarios, está no
solamente en manos de nuestro Congreso soberano, sino de organismos e
instituciones internacionales, como la Organización de las Naciones
Unidas, la Organización de Estados Americanos y el Instituto de
Estudios para la Paz de Estocolmo, y, próximamente, su difusión
logrará una máxima amplitud, al ser colocada en la llamada autopista
de la información mediante la página web del Ministerio de la
Defensa de Venezuela.
Así mismo, a pesar de las limitaciones naturales
de un país con unas fuerzas armadas relativamente pequeñas y con un
limitado presupuesto para gastos de defensa, participamos activamente
en misiones de desminado en la América Central y en operaciones de
paz, bajo la bandera de la Organización de las Naciones Unidas, en
los continentes africano, europeo y en el Medio Oriente, sin
descuidar, y contando este aspecto con una altísima prioridad,
nuestro aporte a la asistencia humanitaria en casos de desastres
naturales y otras catástrofes que pudieran afectar a pueblos amigos.
Asi mismo, en el ambito nacional, las Fuerzas
Armadas Venezolanas han puesto un muy especial interes en la promocion
de los Derechos Humanos, creando una Division , adscrita al Estado
Mayor Conjunto, encargada de un programa de educacion que, en
asociacion con universidades e instituciones privadas, incorpora esta
importante materia desde el adiestramiento elemental de la tropa,
hasta cursos de post-grado abiertos a civiles y militares.
Como podemos apreciar, el Gobierno Venezolano y sus
Fuerzas Armadas están conscientes de las nuevas demandas que hoy se
plantean a las organizaciones militares modernas y, sin abandonar
nuestros roles y obligaciones tradicionales, resumidos en nuestra misión
primordial, fundamentada en la defensa de la soberanía e integridad
territorial, tal y como lo establece nuestra Constitución Nacional,
avanzamos, de cara al futuro, imbuidos en la imperiosa necesidad de
cumplir con un cúmulo de nuevas tareas que debemos afrontar.
Estamos plenamente convencidos que la cooperación
en materia de defensa permitirá hacer más eficientes a nuestras
organizaciones, con un menor esfuerzo y con un mayor índice de
productividad, y que uniendo esfuerzos, bajo el esquema de la
transparencia y confianza mutua, y con el empuje que generan las
fuerzas de la Globalización, podremos contribuir con la construcción
de una América mejor para los americanos.
En ocasión de la II Conferencia de Bariloche, mi
antecesor señalaba "la necesidad de aunar voluntades con el
fin de superar las dificultades que nos aquejan." En esta
nueva Conferencia, puedo asegurarles con satisfacción, que las
Fuerzas Armadas Venezolanas no se han limitado a la simple formulación
de propósitos: estamos ciertamente reafirmando nuestros compromisos,
pero a través de la acción dinámica que se deriva de directrices
oficiales de estricto cumplimiento, que día a día, nos permiten
avanzar con los brazos extendidos hacia una mayor cooperación
regional.
Al extenderles un cordial saludo en nombre del Dr.
Rafael Caldera, Presidente Constitucional de la República de
Venezuela y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales, hago
votos por el éxito de esta reunión y por el fortalecimiento de las
relaciones entre las fuerzas armadas del hemisferio.
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1.
Mientras no logremos superar el aislamiento de la sociedad respecto a la
cultura estratégica que requiere el país, es poco probable avanzar en
la construcción de relaciones armónicas con nuestros vecinos puesto
que toda vez que nos aproximemos a ellos enfrentamos el riesgo de la
interpelación ciudadana. Para superar este obstáculo es fundamental
tejer una red de vínculos sociales horizontales y democráticos entre
FFAA y sociedad, reconociendo a las Universidades y Centros de
Investigación Académica un papel vital como mediadores de esta nueva
cultura cívica.
2. Al
respecto, resulta fundamental asumir una nueva concepción e instrumentación
de la negociación diplomática. Las formas tradicionales y la
explusividad de las Cancillerías en el tratamiento de los problemas de
soberanía y otros, como lo demuestra la historia, no siempre han dado
buenos resultados. Hace falta enriquecer una nueva forma de encarar los
conflictos que puede estar sustentada en la "diplomacia
ciudadana". Es decir, deberíamos avanzar en tareas de participación
y compromiso activo de diversos actores no tradicionales en la configuración
de relaciones múltiples entre nuestros estados y sociedades como es el
caso del mundo artístico, histórico, universario y cultural.
3. La puesta en marcha
del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en 1991 así como la
suscripción de la "Alianza para el Desarrollo" (ALIDES) en
1994, constituyen mecanismos para garantizar la paz, la democracia y el
desarrollo desde una óptica de la seguridad humana. Al amparo de este
proceso se logró suscribir el Tratado Mutuo de Seguridad Democrática en
1995, con el objetivo de integrar Centroamérica, desarrollar un modelo de
seguridad único e indivisible, lograr la supremacía civil, superar
conjuntamente la pobreza y reorientar los dividendos de la paz en favor de
la inversión social. Complementariamente, en 1997 se creó la Conferencia
de las FFAA de Centroamérica (COFACA) con el objeto de solucionar por vía
pacífica las controversias, garantizar la paz y la seguridad a través de
la renuncia a la amenaza del uso de la fuerza y asumir la seguridad como
una responsabilidad compartida.
Si bien la pacificación, la reducción
de fuerzas y los recortes sustanciales en el gasto militar contribuyeron a
mejorar la integración, han quedado pendientes problemas de definición
territorial que requieren ser urgentemente tratados. Con el tiempo, éstos
pueden activar conflictos fronterizos frente a los cuales aún no se ha
logrado desarrollar mecanismos institucionales de prevención, manejo de
crisis, sistemas de alerta temprana o recursos que permitan resolver de
manera negociada las diferencias territoriales.
4. Las universidades públicas,
y privadas así como los Centros de Investigación independientes, podrían
constituir un buen armazón de trabajo, consulta y socializaci6n de una
cultura estratégica que desde el plano nacional ayude a desarrollar una
cultura de paz regional.
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