Fortaleciendo el compromiso democrático

La Carta Democrática Interamericana declara de manera sencilla y directa: "Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla". En sus 28 artículos, este documento históricoadoptado el 11 de septiembre de 2001 detalla de qué se trata la democracia y especifica cómo debería ser defendida contra amenazas. La Carta Democrática otorga a los gobiernos del hemisferio una nueva brújula para guiar su acción colectiva cuando la democracia enfrenta peligros.

¿Porqué es importante la Carta Democrática Interamericana?

--Refleja la voluntad política actual de 34 naciones democráticas. La Carta Democrática responde directamente a un mandato de los presidentes y primeros ministros de las Américas, quienes dijeron hace pocos meses en la ciudad de Quebec que el hemisferio necesitaba mejorar su capacidad de respuesta a las amenazas a la democracia.

--Define, por primera vez, lo que los países miembros de la OEA consideran los elementos esenciales de la democracia.

--Establece procedimientos para seguir no solamente cuando la democracia se interrumpe totalmente, como en un golpe de Estado, sino cuando el orden democrático ha sido seriamente alterado y la democracia está en riesgo. Los elementos esenciales democráticos acordados por los gobiernos, sirven de base para evaluar las desviaciones.

--Fortalece las bases jurídicas de la democracia en el hemisferio. Junto con los principios y prácticas que han evolucionado en el marco de la OEA, la Carta Democrática ofrece otra herramienta para utilizar en la defensa de la democracia.

Evolución de la Carta

La propuesta inicial para una Carta Democrática Interamericana fue presentada en abril por el gobierno de transición de Perú, poco antes de la Tercera Cumbre de las Américas, realizada en abril de 2001. En la Declaración de Quebec, los presidentes y primeros ministros afirmaron que el compromiso compartido de respetar la democracia y el estado de derecho es “una condición esencial” para la participación en el proceso de las Cumbres. Los líderes enfatizaron la necesidad de fortalecer la capacidad del hemisferio de responder cuando la democracia es amenazada e instruyeron a sus cancilleres a preparar una Carta Democrática "que refuerce los instrumentos de la OEA para la defensa activa de la democracia representativa".

Luego de la Cumbre, representantes ante la OEA elaboraron un documento de trabajo para la consideración de la Asamblea General de la OEA, que celebró su última sesión ordinaria del 3 al 5 de junio en San José, Costa Rica. La Asamblea General aprobó un borrador y encomendó al Consejo Permanente que lo ampliara y fortaleciera antes de terminar el mes de septiembre. Un grupo de trabajo del Consejo, encabezado por el Embajador de Colombia ante la OEA, Humberto de la Calle, negoció el texto final, tomando en cuenta opiniones escritas presentadas por gobiernos y por ciudadanos en los países de las Américas. La OEA invitó a la sociedad civil a que contribuyera con sus ideas y opiniones sobre el tema, a través de un sitio de Internet creado para ese propósito.

El 6 de septiembre, el Consejo Permanente aprobó un borrador final, que fue presentado a los cancilleres de la región durante una sesión extraordinaria de la Asamblea General en Lima, Perú. Los 34 países democráticos de las Américas firmaron la Carta Democrática Interamericana el 11 de septiembre. 

Historia: Defensa de la democracia

La Carta de la OEA afirma como propósito esencial de la Organización "promover y consolidar la democracia representativa". La OEA ha asumido un papel activo en la defensa de la democracia de los países miembros, al tiempo que respeta el principio de no intervención establecido en dicha Carta constituyente. Las respuestas de la OEA ante amenazas a la democracia han variado dependiendo de la situación. En algunos casos, más recientemente en Ecuador y Paraguay, el Consejo Permanente de la OEA condenó rápidamente las acciones contra los gobiernos y participó en el proceso de restablecimiento del orden democrático. En Perú, el problema no involucraba una amenaza armada sino un proceso electoral controvertido. Por invitación del gobierno, la Asamblea General de la OEA del año 2000 envió una misión especial a Perú para coordinar un diálogo de gran alcance sobre reforma democrática. En Haití, la OEA ha procurado promover el diálogo desde las controvertidas elecciones de mayo de 2000.

Durante la última década, la OEA ha creado herramientas para responder a las crisis que afectan a los países miembros. En 1991 adoptó la Resolución 1080 que, ante una interrupción de la democracia, prevé la convocatoria de una reunión inmediata de los ministros de relaciones exteriores del hemisferio para tomar decisiones relativas a acciones colectivas específicas. La Resolución 1080 ha sido un instrumento clave para controlar las diversas crisis democráticas del hemisferio. La misma ha sido invocada en cuatro oportunidades: Haití (1991), Perú (1992), Guatemala (1993) y Paraguay (1996).

El Protocolo de Washington ofrece otra herramienta para la defensa de la democracia. En virtud del Protocolo, que introdujo reformas a la Carta de la OEA, la Organización tiene el derecho de suspender a cualquier Estado miembro cuyo gobierno democráticamente electo haya sido derrocado por la fuerza. El Protocolo de Washington entró en vigencia en septiembre de 1997, luego de la ratificación de dos tercios de los Estados signatarios.

En Quebec, los líderes del hemisferio quisieron fortalecer aún más la democracia incluyendo en la Declaración una fuerte “cláusula democrática” e instruyendo a la Asamblea General la preparación de una Carta Democrática Interamericana. En Lima, los cancilleres cumplieron con este mandato, así fortaleciendo aun más el compromiso de la región con la democracia.