DISCURSO DEL
EMBAJADOR HUMBERTO DE LA CALLE,
REPRESENTANTE
PERMANENTE DE COLOMBIA ANTE LA OEA,
SOBRE SEGURIDAD
HEMISFÉRICA
Barbados, 3 de
junio de 2002
Excelentísimos señores Ministros de Relaciones
Exteriores
Señores Jefes de Delegación
Señores Delegados
Señor Secretario General de la Organización de Estados
Americanos
Señoras y Señores:
Hace un año en San José de Costa Rica, en
la Asamblea General, nos ocupábamos, entre otro temas, de los trabajos
adelantados con miras a la adopción de la Carta Democrática, de las medidas
necesarias para fortalecer el Sistema Interamericano de Protección y Promoción
de los Derechos Humanos y de la creación de un Mecanismo de Seguimiento a la
implementación de la Convención Interamericana contra la corrupción.
Estos asuntos, unidos al proceso de
fortalecimiento de nuestra Organización y a la ejecución de los mandatos
emanados de la Cumbre de Québec, tales como comercio e integración en las
Américas, agenda social y aumento de la participación de la sociedad civil,
entre otros, parecían constituir una sólida carta de navegación para nuestro
hemisferio en los años por venir.
Sin embargo, los atroces sucesos del 11 de
septiembre, que cobraron la vida de más de 2000 personas, entre ellos
ciudadanos de la mayoría de nuestros países, nos sorprendieron a todos y nos
mostraron una cruda realidad: no basta con definir expresamente los pilares de
la democracia y hacer exigible a los Estados de nuestro hemisferio la
observancia del Derecho de los pueblos de América a la democracia. La
democracia, con respeto por los derechos fundamentales, con justicia social,
con participación de los ciudadanos en las tomas de decisiones, con la decisión
de gobernantes y gobernados de luchar frontalmente contra el flagelo de la
corrupción, tiene enemigos. Enemigos poderosos que es necesario combatir si
queremos preservar las instituciones democráticas y las libertades de nuestros
ciudadanos.
La Carta Democrática fue adoptada por
nuestros Estados el mismo día de la terrible tragedia. Ella es la respuesta de
nuestros países a las amenazas, viejas y nuevas, que gravitan sobre nuestras
democracias. En efecto, transcurrida la época en que proliferaron las dictaduras
en el hemisferio, gozamos hoy de un ambiente plenamente democrático en la casi
totalidad de su territorio. Pero esta afortunada circunstancia no debe ocultar
que nuestras democracias enfrentan una grave situación de pobreza, que genera
insatisfacción en la población y favorece la desinstitucionalización. La
aparición de sonados casos de corrupción, cuya difusión adquiere mayor
dimensión, precisamente gracias a la existencia de libertades civiles, genera,
en muchos casos, oleadas de rechazo, no contra los corrupto s, sino contra el
sistema político en general.
La volatilidad de capitales, que afecta a
países y sistemas financieros de la noche a la mañana, empaña los propósitos
que al respecto prevé la globalización y pone en riesgo la solidez de los regímenes
democráticos. Así mismo, la inseguridad creciente que se apodera de nuestras
ciudades genera también inquietudes en la población, las cuales se revierten
necesariamente, con razón o sin ella, en contra de los gobiernos y del sistema
político.
Se hacía necesario, pues, modernizar los
instrumentos jurídicos destinados a preservar la democracia en el sistema
interamericano. La Carta de la OEA, el Compromiso de Santiago y el Protocolo de
Washington requerían ser puestos a tono con las nuevas realidades del
hemisferio, y ser agrupados en un solo instrumento que otorgara seguridad
política y jurídica. Estos eran los retos que teníamos frente a nosotros y que
encaramos felizmente con la Carta Democrática, que tras intensas labores de
nuestra Organización fue adoptada por aclamación el11 de septiembre pasado.
La Carta Democrática nos sirve hoy de guía
y de guarda para evitar que el hemisferio pierda el rumbo en la tarea
permanente de consolidar la democracia. Su pertinencia fue bien pronto puesta a
prueba. Los hechos acaecidos en la hermana República Bolivariana de Venezuela
los días 11 y 12 de abril activaron los mecanismos previstos en ella. Hoy
podemos decir con satisfacción que, primero los Estados Miembros -en este caso
los integrantes del Grupo de Río -y luego el Consejo Permanente, el Secretario
General y la Asamblea General, cumplieron todos con su cometido y aseguraron la
pronta aplicación de los mecanismos de defensa y preservación de la democracia
previstos en la Carta.
En el momento mismo de los hechos nuestra
Organización rechazó sin ambages la alteración del orden constitucional,
convocó a un Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General y
encomendó al Secretario General investigar los hechos ocurridos y emprender las
gestiones necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la más pronta
normalización de la institucionalidad democrática. En la Asamblea General,
habiéndose resuelto ya la alteración que le dio origen, los Estados Americanos
expresaron su satisfacción por el reestablecimiento del orden constitucional y
del gobierno democráticamente elegido y manifestaron su determinación de seguir
aplicando, con estricto apego a la letra, y sin distinción, los mecanismos
previstos por la Carta. Nos parece claro que, a futuro, el papel central de la
OEA en la defensa de la democracia sera insustituible.
Pero la aplicación y difusión del rico
inventario de principios consagrados en la Carta es también una tarea a futuro.
Varias veces hemos discutido en el Consejo un repertorio de ideas, algunas de
ellas en buena hora presentadas por el Secretario General, dirigidas no solo a
difundir la Carta como un texto más, sino a lograr la internalización de sus
valores en la cultura de los pueblos de América a través de diversas formas de
comunicación, entre ellas, el propio sistema educativo formal.
En relación con el Mecanismo de
Seguimiento a la implementación de la Convención Interamericana contra la
Corrupción, instituido en el marco de la pasada Asamblea General, los
resultados no pueden ser más positivos. En efecto, se ha constituido ya el
Comité de Expertos, el cual se ha reunido en un par de ocasiones, ha elaborado
su reglamento e instrumentos y en enero próximo iniciará la Primera Ronda de
evaluación. El Gobierno de Colombia considera de la mayor importancia estos
avances y ha solicitado ser evaluado en la reunión de la Primera Ronda de
Análisis.
En materia de fortalecimiento del Sistema
Interamericano de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, hemos tenido
también avances significativos. Durante este año la. Comisión Interamericana y
la Corte han aplicado sus nuevos reglamentos. Con ellos se espera agilizar y
ordenar sus procedimientos, ampliar la participación de las víctimas y evitar
la duplicación de procedimientos. Así mismo, como resultado del trabajo
realizado en la sede de nuestra Organización en Washington, tenemos hoy ante
nosotros dos proyectos de resolución que exhortan al Consejo Permanente a
presentar un proyecto de Presupuesto para el año 2004 en el que se realice un incremento
de los recursos asignados a la Comisión y a la Corte, a la lUz de las
necesidades y metas señaladas por esos órganos.
Pero como lo indiqué al comienzo de mi
intervención, la agenda que nos habíamos trazado en San José se vio alterada
por los terribles sucesos del 11 de septiembre. Resulta satisfactorio ver hoy
como, sin desmedro de los objetivos trazados entonces, la Organización se ocupó
de manera prioritaria de la lucha contra el terrorismo. Los resultados son
evidentes: una Convención Interamericana contra el Terrorismo que ha sido
puesta a consideración de esta Asamblea y que mi país ha venido dispuesto a
flrnlar. Ella nos dota de algunas herramientas de cooperación para que el
Hemisferio responda a ese terrible flagelo. Justamente con el propósito de
fortalecer estas herramientas en el terreno operativo, la delegación de
Colombia ha circulado un Proyecto de Resolución en el cual se le encomiendan
unas tareas específicas al CICTE, iniciativa que esperamos sea recibida
positivamente por ustedes.
Decididos a contribuir con el
fortalecimiento de la lucha hemisférica contra el Terrorismo, estamos
proponiendo que el CICTE elabore una lista de grupos, organizaciones o
individuos que cometen actos terroristas en el hemisferio, con el fin de dotar
al Comité de herramientas de cooperación y asistencia jurídica que faciliten un
intercambio de información efectivo en la prevención de nuevos actos
terroristas, el debilitamiento de las fmanzas y el tránsito de individuos
relacionados con grupos y actividades terroristas.
Es importante subrayar que, esta propuesta
encuentra antecedentes en el marco de nuestra Organización. En el Plan de
Acción sobre Cooperación Hemisférica para Prevenir, Combatir y Eliminar el
Terrorismo, aprobado durante la 1 Conferencia Especializada Interamericana
sobre el Terrorismo, celebrado en Lima en 1996, los Estados Miembros acordaron
"intercambiar información relativa a individuos, grupos y actividades
terroristas" con el fin de prevenir actos terroristas, y hoy, con la red
interamericana de datos que el CICTE ha propuesto desarrollar en el marco de su
Plan de Trabajo, tenemos la oportunidad de hacer efectiva esa cooperación. Pero
también hay precedentes en el ámbito internacional. En el año 2000, en el marco
de las Naciones Unidas se identificó a reconocidas organizaciones terroristas
con el fin de evitar que sus miembros encontraran refugio en los países
miembros. Estas medidas generaron resultados: ha sido possible congelar
recursos financieros y las autoridades migratorias de diversos países han
podido verificar que los terroristas han transitado por sus territorios y
algunos han sido detenidos.
De esta manera, estamos seguros que una
vez elaborada y distribuida entre las autoridades competentes de los Estados
Miembros, esta lista se convertirá en un valioso instrumento de cooperación
jurídica y de intercambio de información operativa y de inteligencia en el
hemisferio.
Pero los avances en la materia no se
circunscriben únicamente a la Convención. Es necesario destacar también los
importantes trabajos adelantados durante este año por el CICTE. Entre ellos,
los realizados por el Grupo de Trabajo sobre Controles Financieros, que bajo la
Presidencia de Colombia, contribuyó con la identificación de medidas
específicas para controlar el flujo de recursos que facilitan la acción de los
Grupos Terroristas y elaboró una serie de valiosas recomendaciones a ser
adoptadas por los Estados Miembros con el fm de fortalecer sus mecanismos de
control y sus marcos legislativos para eliminar la financiación del terrorismo.
Colombia desea reiterar su decidido
compromiso en la lucha contra el terrorismo. Su prevención y eliminación ha
sido y sigue siendo una prioridad para el Estado Colombiano. Reconocemos que
hoy por hoy la principal amenaza a la seguridad regional e internacional la
constituye el Crimen Trasnacional Organizado, llámese terrorismo, tráfico
ilícito de drogas o de armas o lavado de activos. Estamos seguros de que es
necesaria la acción internacional integral, coordinada y concertada para enfrentar
estas amenazas de manera eficaz.
Estamos convencidos, de que, en el marco
del combate al problema mundial de las drogas, las políticas de erradicación de
cultivos ilícito s deben continuar aplicándose de manera coordinada con
políticas sociales de desarrollo alternativo que ofrecen opciones de ingresos
lícitos a las comunidades campesinas afectadas por este problema. Creemos que
en el contexto de la responsabilidad compartida, la comunidad internacional
está llamada a contribuir con la sostenibilidad de estos programas, facilitando
la comercialización de los productos provenientes de tales proyectos en los
mercados internacionales.
Una vez más, Colombia quiere llamar la
atención de esta Asamblea sobre los efectos perniciosos que tiene el tráfico
ilícito de armas pequeñas en la región, el cual constituye un factor de
profunda desestabilización y que, como dolorosamente hemos podido constatar los
colombianos, contribuye a aumentar la intensidad de los conflictos. La triste
realidad de nuestro Continente es que, si bien, afortunadamente, no existen
conflictos armados entre países, grupos violentos que cometen actos
terroristas, como los que abiertamente le han declarado la guerra a la sociedad
colombiana y a sus instituciones democráticas, no tienen mayores problemas para
abastecerse de armas letales. Además, como se da la circunstancia de que
cuentan con la sustancial liquidez que les proporcionan los ingresos derivados
de actividades no sólo ilegales, sino moralmente repudiables, como el narcotráfico,
la extorsión y el secuestro de personas, pueden acceder fácilmente a las redes
de los traficantes de armas, que derivan enormes ganancias de este siniestro
comercio. Mi país hace un llamado urgente a que las hermanas Naciones del
hemisferio adopten todas las medidas a su alcance para prevenir y reprimir el
desvío de armas que puedan tener como destino final los grupos armados al
margen de la ley que cometen actos terroristas en Colombia y se compromete a
hacer lo propio en todas las esferas que sea necesario.
Para terminar, deseo manifestar al pueblo
de Barbados y a su distinguido Gobierno el apoyo de Colombia a la celebración
de la Segunda Reunión de Alto Nivel sobre Preocupaciones Especiales de
Seguridad de los Pequeños Estados Insulares. Mi país es consciente de la
necesidad de considerar seriamente las muy justas preocupaciones de seguridad
que enfrentan los Estados del Caribe, las cuales comprometen su estabilidad y
desarrollo. Por ello hemos ofrecido la cooperación de mi país en uno de los asuntos
en que poseemos amplia experiencia: la Prevención y Atención de Desastres
Naturales. Estamos poniendo a disposición de dicho foro, la metodología que
hemos desarrollado en materia de Planes Locales de Emergencia y Contingencia y
asesoría sobre el funcionamiento de los Fondos Nacionales de Calamidades.
Finalmente, y si ustedes me lo permiten,
deseo renovar la invitación hecha por la Ministra de Cultura de mi país a sus
homólogos a participar activamente en la la Primera Reunión de Ministros o
Máximas Autoridades Gubernamentales de Cultura, que tendrá lugar el 12 y 13 de
julio del presente año en la ciudad de Cartagena de Indias y en la que, en
cumplimiento de un mandato de la Cumbre de Québec, se abordará en particular
uno de los haberes más valiosos con que cuentan los países de nuestro
hemisferio: la Diversidad Cultural
Muchas Gracias