REPUBLlCA DE CHILE

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

 

PONENCIA DE CHILE EN ASAMBLEA GENERAL

DE OEA SOBRE SEGURIDAD HEMISFERICA

 

EXPOSICION DE CANCILLER MARIA SOLEDAD AL VEAR

VALENZUELA

 

·        El sistema interamericano fue construido sobre la base de una realidad internacional y hemisférica que ha cambiado sustancialmente.

 

·        Si bien es cierto que sus principales instrumentos como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), el Pacto de Bogotá y la propia OEA en lo que a la seguridad regional se refiere, fueron elaborados para proteger la seguridad del continente en otro contexto, aún pueden servir de marco para respuestas regionales a ciertas amenazas, como lo han demostrado los acontecimiento recientes.

 

·        Una visión moderna de la seguridad hemisférica debe ampliarse a los riesgos no tradicionales y construir respuestas funcionales (militares y no militares) que permitan reaccionar colectivamente frente a estas nuevas amenazas. Han surgido otros elementos que atentan contra la seguridad: el terrorismo internacional, el tráfico de drogas, las actividades delictivas transnacionales, el deterioro de la seguridad ciudadana, el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras, y la explotación ilícita de los recursos naturales, y en el caso de los pequeños estados insulares del Caribe, los fenómenos naturales. La reflexión que está haciendo la OEA debe recoger estas realidades.

 

·        Las preocupaciones especiales de seguridad de los Pequeños Estados Insulares determinan su propia percepción de las amenazas que afectan su seguridad. Los Estados insulares son más vulnerables al tráfico de drogas, el VHI/SIDA, los desastres naturales, sensibles a los cambios ecológicos, y sus economías, en muchos casos, están basadas en la producción de algunos pocos bienes básicos. Así podemos observar cómo a partir de la Declaración de Santiago sobre Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad de 1995, esta materia cobró un impulso particular en el marco de la OEA.

 

·        El transporte de desechos nucleares es un tema de particular sensibilidad para el Caribe y que Chile comparte. Es necesario complementar las normas existentes para fortalecer el régimen internacional sobre la seguridad de estos transportes para establecer un ordenamiento jurídico más efectivo en esta materia. Por nuestra parte, hemos planteado estas necesidades en los diversos foros competentes, y más recientemente, cuando Chile fue país coordinador del Grupo de Río, impulsamos una declaración, aprobada en la reunión de Cancilleres celebrada en Santiago en marzo de 2001, y que se hizo circular como documento oficial de la 560 Asamblea General de las Naciones Unidas.

 

·        Chile también comparte las preocupaciones respecto a la delincuencia transnacional organizada y su relación con el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras. Al respecto, Chile, como coordinador del Grupo de Río el año pasado, impulsó la aprobación en marzo de 2001 de una Declaración de los Cancilleres acerca de la gravedad de este tema, que fue circulada como documento oficial de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en Todos sus Aspectos de julio, de 2001.

 

·        La Cumbre de las Américas ha impulsado un proceso de revisión de nuestros conceptos y ha llamado a una Conferencia Especial sobre Seguridad.

 

·        Es necesario reforzar el respaldo político al trabajo de las instituciones y la adecuación de los instrumentos para que nuestra organización pueda ser un espacio eficiente para enfrentar fenómenos como el terrorismo, que afectan la seguridad de las personas, la paz y seguridad global. El trabajo que se está efectuando en el CICTE, en las áreas de controles fronterizos y financieros, es una contribución de nuestra región a un proceso que preocupa al mundo.

 

·        La firma de la Convención Interamericana contra el Terrorismo forma parte también de nuestra respuesta en la búsqueda de una mayor seguridad ampliada.

 

·        Finalmente, una mirada renovada sobre los conceptos tradicionales de seguridad debe ser complementada por un enfoque centrado en las personas, como el que se está desarrollando bajo la noción de seguridad humana.

 

·        Frente a los escenarios de crecientes inseguridades y tensiones que debe enfrentar el ser humano, ha surgido un esfuerzo concertado para crear una Red de Seguridad Humana que impulsa un nuevo enfoque en el análisis de las situaciones de riesgo e inseguridad cotidiana. Se trata de un concepto emergente cuyo valor principal reside en trasladar la preocupación de la seguridad, desde la percepción tradicional del Estado, hacia una perspectiva centrada en las necesidades del individuo.

 

·        Con ello se introduce una sensibilidad distinta en el tratamiento de la seguridad ya que se promueve una aproximación comprensiva, que incluye su carácter multidimensional.

 

·        Dichos escenarios inciden directamente en la gobernabilidad de los Estados, y en consecuencia, en su integridad como nación y estabilidad bajo parámetros democráticos.

 

·        Según el enfoque de la seguridad humana, en la medida en que disminuyan los niveles objetivos y subjetivos de inseguridad individual, se fortalece la estabilidad social interna y, en virtud de los mecanismos de cooperación e integración, la seguridad en la región.

 

PROPUESTA POLÍTICA SOBRE EL DESARROLLO FUTURO DEL SEGURIDAD HEMISFÉRICA

 

·        Reconociendo la magnitud de los nuevos problemas que enfrentamos y la necesidad de concebir soluciones hemisféricas, podría incorporarse en la reflexión que se esta llevando a cabo en la Comisión de Seguridad Hemisférica, elementos que conduzcan a un compromiso político activo sobre esta materia.

 

·        Una declaración política, en este sentido, que refleje este desarrollo progresivo, podría hacernos transitar, tarde o temprano, hacia una "Carta para la Seguridad Hemisférica en las Américas". Así podríamos responder a los principios y valores que hoy se encuentran en peligro debido a la emergencia de las mencionadas amenazas y establecería los mecanismos de cooperación política, armonización jurídica y capacidad operativa necesarios para hacerles frente. Se complementarían así dos conceptos indisolubles para la sociedad contemporánea: democracia y seguridad.