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DISCURSOS

 

A CONTINUACION SE TRANSCRIBE DISCURSO DEL SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES
EXTERIORES DEL URUGUAY, DR. DIDIER OPERTTI, PRONUNCIADO EN LA "VIGESIMO
TERCERA REUNION DE CONSULTA DE MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES" DE OEA.

 

SEÑOR PRESIDENTE

SEÑOR SECRETARIO GENERAL

SEÑORES CANCILLERES

SEÑORAS, SEÑORES

Podríamos sumar a los discursos ya efectuados todos válidos, todos

convincentes uno más, escrito, formulado para el record de esta sesión. Sin

embargo hemos optado por formular algunas reflexiones no en el ánimo o en el

intento de aportar nuevos elementos significativos sino apenas formular

algunos subrayados, algunos énfasis.

Este ataque a los EE. UU ha mostrado la globalidad del terrorismo, el

terrorismo también integra este cuadro de la globalidad. Porque su ataque no

solo ha envuelto a un país victimizándolo, penalizándolo, castigándolo

injustamente sino que además ha afectado a cientos de personas y decenas

de nacionalidades de la comunidad internacional. Hay pues una globalización

del terrorismo.

El terrorismo es el grado superior de intolerancia, el terrorismo

es el aislamiento, es la clandestinidad, el terrorismo es la no sujeción a

reglas o instituciones, el terrorismo es la exclusión y no la integración,

el terrorismo es en definitiva la negación del carácter gregario del ser

humano de su condición esencial; por eso no es solo un fenómeno político. Si

fuera solo un fenómeno político, podríamos asumirlo con reglas, responderle

con instituciones, responderle con concertaciones o coordinación de actos.

Es mucho más que un fenómeno de naturaleza política, es un fenómeno que

nace en el espíritu, en la mente del ser humano, nace en un lugar, al cual

para llegar será necesario ingeniarse, crear nuevas formulas de aproximación

que no nos coloquen en la posición tradicional de luchar contra el

terrorismo mediante los mecanismos convencionales que los hombres y los

Estados hemos creado para luchar contra otros flagelos que atacan la paz o

la seguridad.

Por eso creo que el lenguaje de nuestras decisiones de hoy deben

satisfacernos pero no deben agotar nuestra batería defensiva contra el

terrorismo, cada uno de nosotros en el fenómeno de la educación, en el

fenómeno de la comunicación, en el fenómeno del ejercicio político, en el

fenómeno de la vida cotidiana, debe testimoniar con su conducta y sus actos

en una actitud de tolerancia, en una actitud de comprensión , en una actitud

en la cual el ser humano reciba aunque mas no sea por osmosis el mensaje

diario de que no es mediante la violencia que se consigue instalar en el

alma de la gente las ideas de las que no se participa o el pensamiento

religioso que no se profesa.

Estamos pues ante un momento en que, de este dolor colectivo, de esta

agresión tan fuerte tan violenta, expansiva, de esta situación que todavía

hoy nos conmueve, como si estuviera sucediendo en este mismo instante

debemos extraer lecciones. Es un momento ideal para ello y lo es porque

todos tenemos o participamos de un mismo sentimiento. Este sentimiento hoy

tiene una expresión regional, mañana tendrá una expresión universal

seguramente en el futuro nos seguirá convocando a todos.

Por eso señor presidente y solo para concluir yo diría que estas reuniones

de hoy tanto las del TIAR como la de Consulta de Ministros, demuestran que

los pueblos que, hemos acordado juntarnos, reunirnos, comprometernos en

esta organización, creemos en la justicia regulada, creemos en la

concertación prevista, creemos en el orden jurídico internacional, creemos

en los derechos humanos, no creemos en la agresión, no creemos en los medios

de la violencia y naturalmente tampoco creemos en la vieja formula de la

venganza. Justicia y no venganza.

Eso es los que nos separa y nos distingue de los que utilizan la fuerza

como un medio de agresión y no como un sistema para comprometer la solución

de las controversias. Ese es el punto en el cual hoy todos los que aquí

estamos debemos situarnos, pensar que lo que hagamos nos tendrá que seguir

encontrándonos juntos, unidos, masivamente unidos, fuertemente unidos,

galvanizados por la razón, alentados por el derecho e inspirados por la

justicia.

Este el mensaje que a nombre de mi Gobierno y en particular del Presidente

de la Republica Dr. Jorge Batlle quería yo transmitir a ustedes en la

mañana de hoy.

Muchas gracias.

Washington DC, 21 de setiembre 2001.


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