A CONTINUACION SE TRANSCRIBE DISCURSO DEL
SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES
SEÑOR PRESIDENTE SEÑOR SECRETARIO GENERAL SEÑORES CANCILLERES SEÑORAS, SEÑORES Podríamos sumar a los discursos ya efectuados todos válidos, todos convincentes uno más, escrito, formulado para el record de esta sesión. Sin embargo hemos optado por formular algunas reflexiones no en el ánimo o en el intento de aportar nuevos elementos significativos sino apenas formular algunos subrayados, algunos énfasis. Este ataque a los EE. UU ha mostrado la globalidad del terrorismo, el terrorismo también integra este cuadro de la globalidad. Porque su ataque no solo ha envuelto a un país victimizándolo, penalizándolo, castigándolo injustamente sino que además ha afectado a cientos de personas y decenas de nacionalidades de la comunidad internacional. Hay pues una globalización del terrorismo. El terrorismo es el grado superior de intolerancia, el terrorismo es el aislamiento, es la clandestinidad, el terrorismo es la no sujeción a reglas o instituciones, el terrorismo es la exclusión y no la integración, el terrorismo es en definitiva la negación del carácter gregario del ser humano de su condición esencial; por eso no es solo un fenómeno político. Si fuera solo un fenómeno político, podríamos asumirlo con reglas, responderle con instituciones, responderle con concertaciones o coordinación de actos. Es mucho más que un fenómeno de naturaleza política, es un fenómeno que nace en el espíritu, en la mente del ser humano, nace en un lugar, al cual para llegar será necesario ingeniarse, crear nuevas formulas de aproximación que no nos coloquen en la posición tradicional de luchar contra el terrorismo mediante los mecanismos convencionales que los hombres y los Estados hemos creado para luchar contra otros flagelos que atacan la paz o la seguridad. Por eso creo que el lenguaje de nuestras decisiones de hoy deben satisfacernos pero no deben agotar nuestra batería defensiva contra el terrorismo, cada uno de nosotros en el fenómeno de la educación, en el fenómeno de la comunicación, en el fenómeno del ejercicio político, en el fenómeno de la vida cotidiana, debe testimoniar con su conducta y sus actos en una actitud de tolerancia, en una actitud de comprensión , en una actitud en la cual el ser humano reciba aunque mas no sea por osmosis el mensaje diario de que no es mediante la violencia que se consigue instalar en el alma de la gente las ideas de las que no se participa o el pensamiento religioso que no se profesa. Estamos pues ante un momento en que, de este dolor colectivo, de esta agresión tan fuerte tan violenta, expansiva, de esta situación que todavía hoy nos conmueve, como si estuviera sucediendo en este mismo instante debemos extraer lecciones. Es un momento ideal para ello y lo es porque todos tenemos o participamos de un mismo sentimiento. Este sentimiento hoy tiene una expresión regional, mañana tendrá una expresión universal seguramente en el futuro nos seguirá convocando a todos. Por eso señor presidente y solo para concluir yo diría que estas reuniones de hoy tanto las del TIAR como la de Consulta de Ministros, demuestran que los pueblos que, hemos acordado juntarnos, reunirnos, comprometernos en esta organización, creemos en la justicia regulada, creemos en la concertación prevista, creemos en el orden jurídico internacional, creemos en los derechos humanos, no creemos en la agresión, no creemos en los medios de la violencia y naturalmente tampoco creemos en la vieja formula de la venganza. Justicia y no venganza. Eso es los que nos separa y nos distingue de los que utilizan la fuerza como un medio de agresión y no como un sistema para comprometer la solución de las controversias. Ese es el punto en el cual hoy todos los que aquí estamos debemos situarnos, pensar que lo que hagamos nos tendrá que seguir encontrándonos juntos, unidos, masivamente unidos, fuertemente unidos, galvanizados por la razón, alentados por el derecho e inspirados por la justicia. Este el mensaje que a nombre de mi Gobierno y en particular del Presidente de la Republica Dr. Jorge Batlle quería yo transmitir a ustedes en la mañana de hoy. Muchas gracias. Washington DC, 21 de setiembre 2001.
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