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10.1 Conclusiones

El área del proyecto está constituida por las dos zonas fronterizas de Ecuador y Colombia en la Cuenca Amazónica, con una extensión de 47 307 km2 aproximadamente y una población estimada para 1986 en 267 744 habitantes, lo que significa una densidad media aparente de 6 hab/km2, mientras que la media nacional en el Ecuador es de 35 hab/km2 y en Colombia de 24 hab/km2.

Esta región ha experimentado un proceso de elevada inmigración y colonización en las últimas décadas. En los últimos quince años las tasas de crecimiento anual poblacional han sido de 7,3% en Napo y de 5,2% en Putumayo, tres veces superiores al promedio nacional respectivo (2,5% en Ecuador y 1,6% en Colombia) e implican una duplicación de la población cada 10 y 14 anos, respectivamente.

Aun cuando en el proceso de colonización ha sido similar en ambas zonas, las causas de ese proceso y los patrones de desarrollo de cada una, difieren considerablemente. Si bien es cierto que en ambas regiones el descubrimiento y explotación de petróleo jugó un rol fundamental en el desarrollo de las mismas, el proceso de colonización y de explotación agrícola parece relacionarse mucho más con el desarrollo de vías de transporte o de alternativas productivas rentables que con el auge petrolero mismo.

Esta interpretación se basa en el examen de los procesos de explotación petrolera y de construcción de vías, que fueron diferentes en cada región. En Colombia, la explotación petrolera se inició en 1963 y alcanzó su producción más alta en 1971 (82 000 barriles diarios); luego se estancó y, en 1977, empezó a bajar abruptamente hasta estabilizarse en el nivel presente de 17 000 barriles diarios. En Ecuador, en cambio, la producción masiva se inició en 1970 (1, 4 millones de barrilles) y se ha expandido continuamente desde entonces (alrededor de 100 millones de barriles en 1986, o sea unos 275 000 barriles/día).

La respuesta al auge petrolero en términos de construcción vial fue dispar. En Ecuador se construyó una importante red de caminos de penetración a la zona petrolera, paralelos en gran parte a los oleoductos principal y secundarios, rutas que no sólo dieron acceso a la red vial principal del país, sino que también atravesaron, por una coincidencia feliz, las tierras con mejor aptitud agropecuaria de la zona. En Colombia, en cambio, las mejoras viales fueron mucho más modestas. El oleoducto se construyó con salida directa al Puerto de Tumaco, sin carretera paralela; el acceso a la región se hizo mayormente por vías existentes, fragmentadas y con bajas especificaciones; no hubo una auténtica integración de la zona a la red troncal del país. La vía principal de acceso, que es la Pasto-Mocoa, presenta serias dificultades para el tránsito y sufre deslizamientos periódicos que ha aislado a la zona por extensos periodos.

El desarrollo del sector agropecuario reflejó ese dispar desarrollo vial. En Ecuador, la producción agrícola creció rápidamente en el período posterior a la construcción del camino troncal de acceso, pasando la superficie sembrada y con pastos de 91 000 ha en 1974 a 167 000 ha en 1985 (5,5% de crecimiento anual promedio). Además, un buen número de cultivos se comercializan fuera de la región y constituyen un porcentaje significativo de la producción nacional (café 13%, palma africana 14%, naranjilla 30%).

En Colombia en cambio, la producción tradicional está siendo parcialmente reemplazada por la coca, que prospera más en regiones aisladas y sin carreteras de acceso que faciliten su control. Este cultivo ilegal está desplazando otra producción comercial y, aun, parte de los cultivos de subsistencia (maís, plátano, yuca, fréjol, papa, cana panelera, pastos) cuya producción alcanzó un porcentaje promedio inferior al 1% de la producción nacional.

La colonización ha sido rápida y espontánea, creando problemas serios y similares en ambas regiones:

- La ocupación territorial y explotación agrícola se ha hecho en forma desordenada y descontrolada, especialmente en el lado colombiano, donde no existen patrones de asentamiento estandarizados, como ocurre en Ecuador, y donde el desmonte ha resultado bastante más extendido.

- Dado que los ecosistemas amazónicos son marcadamente diferentes a los de otras regiones y que los colonos han recibido escasa asistencia técnica y apoyo a la producción, la explotación agrícola y forestal ha resultado muy deficiente y causante de extenso daño ambiental y a los recursos naturales.

- El dramático crecimiento poblacional ha creado críticas carencias de los servicios sociales esenciales, especialmente de agua potable, alcantarillado y salud. El crecimiento de algunos centros ha sido explosivo y sin planificación.

- Las comunidades indígenas nativas han sufrido el desplazamiento ejercido por colonos ansiosos de posesión de tierras, la deformación de sus valores y cultura ancestrales, la imposición de un sistema extraño de relación económica y la contaminación con enfermedades antes desconocidas.

Las criticas carencias de servicios sociales básicos y de servicios de apoyo a la producción se deben no tanto al explosivo aumento de la población, como a la falta de financiamiento para la provisión de esos servicios que provenga de las actividades económicas más importantes de esas regiones. Los retornos de la explotación petrolera van a las naciones como un todo, con sólo una fracción muy pequeña destinada al financimiento de inversiones en la región.

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