PERMANENT COUNCIL OF THE
ORGANIZATION OF AMERICAN STATES
COMMITTEE ON HEMISPHERIC SECURITY
|
OEA/Ser. G
CP/CSH-265/00 corr.1
21 March 2000
Textual |
STATEMENTS DELIVERED AT THE THIRD
DEFENSE MINISTERIAL CARTAGENA DE INDIAS, COLOMBIA NOVEMBER 1998
EXPLANATORY NOTE
This document has been
compiled by the General Secretariat at the instruction of the Chair of
the Committee on Hemispheric Security, Ambassador Flavio Darío Espinal,
Permanent Representative of the Dominican Republic. The compilation
and circulation of this document represents one of the initiatives by
the Secretariat to comply with the General Assembly mandate to the
General Secretariat contained in the resolution “Support for the
Committee on Hemispheric Security”, AG/RES. 1645 (XXIX-O/99),
operative paragraph 3:
“To request the General
Secretariat to compile, organize, and update files and databases on
confidence- and security-building measures in the Hgemisphere ... To
request also theat the General Secretariat study and disseminate in a
timely manner various aspects and studies related to these topics.”
The texts have been copied
faithfully from the electronic (cd-rom) record of the Third Defense
Ministerial made available to the Committee Secretariat by the former
Committee Chair, Ambassador Carlos Portales Cifuentes, Permanent
Representative of Chile, who participated in that meeting.
For uniformity and in
order to conform to OAS document style, some format adjustments have
been made. The Secretariat regrets that it cannot accept
responsibility for any errors and omissions there might be in the
texts themselves.
TABLE OF CONTENTS
Page
1. Explanatory Note iii 2.
Saludo de Bienvenida Ministro de Defensa de Colombia 1 3. Palabras del
Señor Presidente de la República de Colombia en la Sesión de Apertura
3 4. Statement by Minister Henderson Simon of Antigua and Barbuda 9 5.
Palabras del Señor Ministro de Defensa de la República Argentina 13 6.
Statement by The Honourable Frank Watson, MP, Minister of National
Security and Public Utilities of the Commonwealth of The Bahamas 15 7.
Statement by Mr. Lionel Nurse, Permanent Secretary in the Office of
the Attorney- General, Barbados 17 8. Statement by Brigadier General
Roberty S. Garcia, Belize 19 9. Intervención del Lic. Fernando Kieffer
G., Ministro de Defensa Nacional de Bolivia 21 10. Palavras do Chefe
da Delegação Brasileira 33 11. Statement by Ambassador C. William
Ross, Canadian Ambassador to Colombia 35 12. Exposición Conjunta
Argentina-Chile 37 13. Palabras del Señor Ministro de Defensa Nacional
de Colombia 43 14. Palabras del Ministro de Seguridad Pública de Costa
Rica 47 15. Palabras del Señor General José Gallardo Román, Ministro
de Defensa Nacional de la República del Ecuador 49 16. Palabras del
Señor Jaime Guzmán Morales, General de División, Ministro de la
Defensa Nacional de la República de El Salvador 53 17. Statement by
Lt. Col. Nestor A. Ogilvie of Grenada 57 18. Palabras del General de
Brigada Héctor Barrios Celada, Presidente del Consejo Superior de la
Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC) de
Guatemala 61 19. Presentation by Honorable Charles R. Ramson S.C. M.P.
Attorney General and Minister of Legal Affairs of Guyana 63 20.
Palabras del Embajador Claude Heller Jefe de la Delegación Observadora
de México 65 21. Palabras del Representante de Panamá 71 22. Palabras
de José F. Segovia B., Ministro de Defensa, Paraguay 73 23. Palabras
de Don Julio Salazar Monroe, Ministro de Defensa y General de Ejército
del Perú 75 24. Palabras de Hernán Disla González, Mayor General,
Ejército Nacional de la República Dominicana 77 25. Statement by
Delano F. Bart, Honourable Attorney General of St. Christopher and
Nevis 79 26. Statement by the Representative of Saint Lucia 81 27.
Presentatie Door De Heer Ramon Achmat Dwarka-Panday, Minister Van
Befensie De Surinaamse 87 28. Statement by the Representative of
Trinidad and Tobago 93 29. Statement by William S. Cohen, Secretary of
Defense of the United States of America 95 30. Palabras del
Representante de Uruguay 97 31. Palabras del Vicealmirante Tito Manlio
Rincón Bravo, Ministro de la Defensa de Venezuela 101
SALUDO DE BIENVENIDA
MINISTRO DE DEFENSA DE COLOMBIA
Es una feliz coincidencia
que la Tercera Cumbre de Ministros de Defensa de las Américas se reúna
en Colombia, una Nación que enfrenta las más diversas formas de
violencia pero que lucha, con decisión, por alcanzar una paz justa y
duradera.
Y digo que es
circunstancia afortunada porque de alguna manera, de esa compleja
realidad colombiana, surgen muchos de los temas de esta conferencia,
que son, a la vez, los grandes retos del futuro: la creación de un
sistema de seguridad colectiva, las amenazas que surgen del terrorismo
y el narcotráfico, la plena vigencia de los derechos humanos y la
contribución de las Fuerzas Militares al desarrollo y el bienestar de
nuestros pueblos.
Cartagena de Indias, la
ciudad heróica que resistió durante la época colonial todos los
embates de las potencias europeas y luego en la independencia, libró
batallas contra la dominación española, se viste de gala para
recibirlos.
Estas murallas, escenario
de épicas jornadas, deben hoy inspirar nuestro trabajo y la visión de
una América fuerte y unida.
Colombia, bajo el
liderazgo firme y renovador de nuestro Presidente Andrés Pastrana
Arango, quien hoy inaugura este histórico encuentro, se siente honrada
con su visita.
Bienvenidos, señores
Ministros y Delegados a la Tercera Conferencia de Ministros de Defensa
de las Américas.
PALABRAS DEL SEÑOR
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA EN LA SESIÓN DE APERTURA
Pocos lugares tan
apropiados para la celebración de una cumbre hemisférica sobre temas
de defensa y seguridad como nuestra Cartagena de Indias. Sitiada en
varias oportunidades por los ingleses durante los siglos XVII y XVIII;
por los españoles durante nuestra Gesta de Independencia y por
nosotros mismos en 1885, Cartagena se convirtió en baluarte
inexpugnable gracias a las fortificaciones, producto de la industria y
el tesón de los ingenieros militares españoles.
Su ubicación geográfica en
una bahía amplia y segura permitió su desarrollo fundamental como
puerto de zarpe de la “Armada de Las Galeones” que, anualmente,
surcaba el Atlántico llevando las riquezas del Nuevo Mundo hacia la
metrópoli. Para proteger ese comercio, a través de los años, se
diseñaron las fortificaciones de Cartagena de Indias que resistieron
los sitios del inglés Vernon, del español Morillo y del colombiano
Gaitán Obeso.
La cuidadosa estrategia
implícita en las murallas solo fue derrotada por el fragor implacable
del progreso que demolió sin piedad algunos de sus sectores más
característicos. Pero una buena parte de ellas sobrevivió para que el
escritor cartagenero Eduardo Lemaitre llamara “el Corralito de Piedra”
a la ciudad que hasta ese momento llevaba el título de “Heroica” por
el papel que jugaron sus murallas en la defensa de los criollos.
En el mundo moderno el
Estado y sus instituciones deben adaptarse a la nueva agenda global en
la medida en que su modernización es esencial para su preservación y
para que pueda cumplir adecuadamente con las legítimas aspiraciones de
la comunidad.
Las Américas Continentales
y el Caribe no pueden ser la excepción. Sus instituciones deben
evolucionar para que la capacidad de respuesta del Estado avance sin
rezagos y deben hacerlo en relación con todos y cada uno de los
distintos temas que son neurálgicos para nuestro desarrollo. El empleo,
la lucha contra la pobreza, el ingreso, la productividad, la
competitividad, la participación, la globalización, la libertad de
prensa y los derechos humanos, entre otros, son siempre una
responsabilidad primordial de los gobiernos.
La historia reciente ha
demostrado con certeza que, los estados democráticos deben contar con
esquemas que le permitan protegerse adecuadamente. Por ello el tema de
la seguridad es de vital importancia en cada una de nuestras
sociedades. Hoy estamos aquí, en esta reunión de Ministros de Defensa
de las Américas, para reafirmar nuestra voluntad de darle a la
democracia este soporte necesario.
Durante la guerra fría las
naciones del hemisferio estaban influidas por el concepto de la
defensa nacional. Fue así, como, en el afán de protegernos de los
regímenes totalitarios marxistas, se generó una visión de Estado en la
cual las instituciones, se encaminaban a la defensa del orden vigente.
Era el Estado al servicio de la seguridad nacional que, en no pocas
ocasiones y como uno de sus mayores inconvenientes, condujo a una
inconsciente dependencia de la propia democracia a estos objetivos.
El fin de la confrontación
bipolar nos muestra un panorama muy distinto, que necesariamente debe
reflejarse en un cambio en la visión de la seguridad y la defensa. Así
lo han venido haciendo con empeño creador los señores Ministros de
Defensa. Es igualmente claro que la región enfrenta dos importantes
realidades: la consolidación del sistema democrático, por el que tanto
hemos luchado, y la integración hemisférica.
A su vez, ahora, los
vecinos nos entendemos y trabajamos de una manera muy distinta al
pasado. Nos vemos como socios, no como rivales. Para todos, son temas
de permanente análisis: la cooperación, la globalización y la
interdependencia. El fomento y la adopción de medidas de la confianza
mutua es un excelente ejemplo, a tal punto que ha permitido que, en
nuestras relaciones, se pase de situaciones de tensión constante, a la
de aliados en diversos aspectos.
Debemos avanzar entonces
en la nueva agenda de la seguridad y la defensa para que vaya acorde
con los retos del nuevo siglo. Temas como el terrorismo, el problema
mundial de las drogas, la paz, los derechos humanos, el tráfico ilegal
de armas, el medio ambiente y los desastres naturales, entre otros,
son los que hoy y en las próximas décadas se constituyen en desafíos
para nuestras sociedades. En su tratamiento y discusión, el respeto al
Derecho Internacional y la cooperación, entre las naciones serán
elementos esenciales para obtener consensos en nuestra acción
colectiva.
Permítanme, a continuación,
detenerme en algunos temas de esta nueva agenda.
Quienes hemos tenido que
padecer, como ciudadanos o como gobernantes, los embates feroces de la
violencia indiscriminada, de la muerte y del dolor que causa el
terrorismo sabemos que no es posible ahorrar un solo esfuerzo en su
prevención y control. Colombia desea reafirmar ante ustedes su
indeclinable voluntad de combatir el terrorismo.
La reciente Conferencia
Interamericana, que se celebró en Mar de Plata, representa un paso
significativo en la elaboración de un programa hemisférico que permita
prevenir y reprimir la ocurrencia de este tipo de hechos. Para
Colombia es de sumo interés, por ejemplo, el fortalecimiento de una
plena coordinación en materia de inteligencia que permita detectar con
prontitud la presencia de redes internacionales de terroristas en
nuestro continente.
Nuestros países y
particularmente Colombia han sido severamente afectados por el
problema mundial de las drogas, bien sea por los efectos de su
comercio ilícito o por las devastadoras secuelas que el consumo de la
droga deja en nuestros jóvenes.
El mundo entero conoce la
importancia que como Presidente de mi país le he dado a la lucha
contra este flagelo.
Es que el daño producido
no es cualquiera. Por eso nuestro impulso indeclinable en el ámbito
hemisférico y mundial para que se entienda que la responsabilidad y la
activa cooperación son la clave para lograr soluciones definitivas.
Colombia y otros Estados
del Continente hemos cargado el lastre del comercio ilícito de drogas.
Después de muchos años perdidos en prevenciones y mutuas inculpaciones,
comenzamos a ver renacer nuestras esperanzas de superar este flagelo.
Yo confío en la cooperación internacional, porque con ella ganaremos
la batalla de la droga y le abriremos distintas oportunidades de
subsistencia a los cultivadores de plantas prohibidas.
También le damos la mayor
importancia a las negociaciones que se llevan a cabo en el seno de la
CICAD para diseñar y poner en práctica el mecanismo Multilateral de
Evaluación y Seguimiento de los esfuerzos y políticas nacionales
contra las drogas. Creemos que este mecanismo, basado en la
transparencia y en la aplicación de instrumentos objetivos de medición
para todas las naciones, significará un gran avance en el hemisferio.
Mi gobierno presentó
recientemente la Estrategia Integral de Lucha contra las Drogas, en la
cual se definen la combinación de diversos elementos complementarios
entre sí, que nos permitan combatir efectivamente este flagelo.
Erradicar y sustituir los cultivos, prevenir el consumo, combatir el
tráfico de drogas, avanzar en el desarrollo de cultivos alternativos y
fortalecer la cooperación judicial son los principales elementos de
este plan que pongo a la disposición de ustedes.
Para este propósito quiero
traer a colación el esfuerzo que realizaremos en el montaje y puesta
en marcha del proyecto que hemos denominado “Plan Colombia”. Este
tiene como base la constitución de un Fondo de Inversiones para la
Paz. Su objetivo es hacerse presente en zonas olvidadas por el resto
del país y hoy azotadas por la violencia para realizar un ataque
frontal a la pobreza. No solo buscamos sustituir los cultivos ilícitos,
sino fortalecer la sociedad con educación, salud e infraestructura.
También tenemos que reconstruir el tejido social con la promoción de
la participación ciudadana en la vida democrática de la Nación.
La primera prioridad de mi
Gobierno es la paz. Sé que para conseguirla se requiere tanto de una
férrea determinación como de mucha paciencia. Tantos años de conflicto
violento en mi país no pueden eliminarse de la noche a la mañana.
Avanzamos dentro del propósito de construir un proceso en el que, a
partir del diálogo, logremos una solución política negociada. Este, a
su vez, debe revertir en el fortalecimiento de las instituciones
democráticas.
Para ello estamos actuando
con discreción, responsabilidad y prudencia. Necesitamos del apoyo y
la comprensión de la comunidad internacional. Bajo el concepto de
Diplomacia para la Paz, hemos iniciado una serie de gestiones,
destinadas a difundir nuestro compromiso y nuestra tarea de conseguir
la convivencia pacífica. A ustedes, señores Ministros de Defensa de
las Américas, les reitero el mensaje: en función de la búsqueda de la
paz en Colombia, necesitamos contar de manera permanente con el apoyo
del concierto de naciones.
Conozco el interés de los
países aquí representados en mi política de paz. Con generosidad hemos
creado los espacios de confianza que permitan el diálogo para
encontrar a través de la solución política el camino que le ponga fin
a tantos años de conflicto. Mi propuesta para lograr una paz estable y
duradera la impulsaré enmarcada siempre dentro del cumplimiento de la
Constitución que juré defender.
Desde mi primer encuentro,
con el secretariado de las FARC en las montañas de Colombia, mantengo
la esperanza de construir la paz que tanto reclaman mis compatriotas.
Mi propósito fue crear la confianza mutua que permita un diálogo
directo. En esa dirección, hemos avanzado. Tengo la convicción de que
las condiciones para iniciar ya las primeras conversaciones están
dadas. Este es un anhelo de todos los colombianos y también de la
comunidad internacional.
Convoco a los grupos
alzados en armas para que avancemos en el proceso. Nada se logra
intentando negociar antes de iniciar el verdadero proceso de
negociaciones o enfrascándose en discusiones sin verdadero fondo. Es
hora ya de emprender estos diálogos. Encontremos la mejor alternativa
con hechos de paz y no con retórica de paz. Los invito a decretar un
cese al fuego; o a devolver los secuestrados; o a parar cualquier acto
de violencia en contra de la población civil. Pero, en todo caso, los
convoco a tener una Navidad en medio de la reflexión y no de la guerra.
De esa manera podremos hacer realidad la preferencia expresada por los
propios insurgentes de hacer la paz en paz y no en guerra. Si ello es
aceptado, cualquier obstáculo es superable para mi gobierno.
Otro de los grandes temas
de la agenda es el de los derechos humanos. Quiero compartir con
ustedes una reflexión que les presenté hace unos pocos días a los
oficiales que se graduaron de los distintos cursos de nuestra Escuela
Superior de Guerra. La defensa y protección de los derechos humanos
así como el respeto cabal de los principios y las normas del Derecho
Internacional Humanitario se constituyen en un ejercicio de pleno
cumplimiento, vital para todo Estado. Como los militares han recibido
de sus respectivas naciones el derecho legítimo de portar las armas,
tienen una gran responsabilidad legal y moral de respetar el estado de
derecho. Quiero ser enfático: nada justifica una violación a los
derechos humanos.
En este campo, es
necesario reconocer, y estoy seguro que la comunidad internacional así
lo hará, el enorme avance que las Fuerzas Armadas de Colombia han
realizado y siguen haciendo en materia de protección de los derechos
humanos. Sé que en cada operación de nuestras Fuerzas Armadas está
siempre presente el respeto a los derechos de la población.
Señores Ministros, un tema
de especial interés para Colombia en relación con la nueva agenda de
seguridad y defensa en nuestro continente es el del tamaño de las
Fuerzas Militares. Es lógico que se afirme que los roles de las
fuerzas Militares sean compatibles con el desarrollo social, político
y económico de nuestras sociedades. Es lógico también que en función
del nuevo siglo se estimule un debate sobre el tamaño y la misión de
estas fuerzas dentro de una sociedad que cada día estará más integrada.
Pero de igual manera, es
lógico que esta evaluación se haga teniendo en cuenta las
particularidades de cada Nación. Muchos analistas y no pocos medios de
comunicación, regularmente comparan el tamaño de nuestras Fuerzas
Militares o la magnitud del gasto en defensa con el Producto Interno
Bruto, con la extensión geográfica o con la población.
Sin embargo, la situación
es muy distinta si se hacen otras comparaciones. Por ejemplo, si se
compara la magnitud de nuestras Fuerzas Militares con la realidad
interna que vivimos. Debemos tener en cuenta las cifras de soldados y
policías muertos y heridos, las cifras de secuestros, de
desplazamientos masivos, de actividades de narcotráfico y de los
ataques a bases militares y a puestos de policía.
La agenda de las Fuerzas
Militares de mi país es muy especial. Sus retos no tienen parangón en
toda América. Por eso mi propósito como gobernante es buscar una
reestructuración que responda a las inquietudes de la sociedad y a los
retos actuales y futuros. Su fundamento no será establecer si habrá
mas o menos hombres o más o menos armamento. Se trata de preparar
mejor a los hombres, fortalecer el respaldo a su accionar tanto en lo
logístico como en lo legal, integrar más a la Institución con la
comunidad y ser modelo de eficiencia y eficacia.
Al hablar de la
reestructuración de las Fuerzas Militares de Colombia, estoy hablando
implícitamente de un análisis que nos permita modificar lo que no está
dando el resultado esperado, y de la misma manera, mantener y
fortalecer lo que sí funciona.
En todo caso, en materia
armamentista, el Hemisferio siempre debería tener presente la
necesidad de lograr un balance entre una prudente concepción de la
defensa Continental y las necesidades de orden público interno de cada
Nación.
Deseo así mismo, invitar a
los señores Ministros de Defensa a realizar esfuerzos para controlar
el tráfico ilegal de armas. Tenemos que avanzar, con imaginación, para
establecer mecanismos eficientes que garanticen que nuestros estados
tengan el monopolio de las armas. Colombia quiere reiterar el papel
que la O.E.A. puede y debe jugar frente a este tema pues ayudaría a
disminuir los altos índices de violencia en nuestras ciudades y
constituiría un eficaz obstáculo para los fines de la delincuencia
organizada.
Esta Conferencia de
Ministros de Defensa de las Américas debe servir, adicionalmente, para
dar un paso adelante en el proceso de conocimiento mutuo. Todos
necesitamos saber que no estamos solos y que somos conscientes de los
retos que enfrentamos.
Por eso saludo que el
objetivo central de la Conferencia sea buscar que la seguridad y la
defensa en esta parte del planeta se fortalezca, a través de
mecanismos interamericanos, con el propósito de fomentar el desarrollo
y promover la democracia, dentro de un marco de confianza y
transparencia.
La seguridad hemisférica
es un compromiso de toda la región, el cual debe evidenciarse con una
participación activa en espacios de discusión e intercambio como el
que hoy nos congrega. Quiero resaltar el trabajo que, en esta
dirección, adelanta la Comisión de Seguridad Hemisférica de la O.E.A.
Nuestro Hemisferio en
materia de seguridad colectiva ha tenido desafíos que ha sabido
cumplir. Así lo hizo en la reunión de consulta de Río de Janeiro a los
pocos días del ataque japonés a Pearl Harbour. De allí surgió, de
alguna manera una política conjunta dentro de sus limitaciones, al
objetivo común de la defensa contra la agresión militarista y nacista.
Así lo hizo igualmente en la Reunión de Consulta de Washington con
ocasión de los sucesos de Corea.
La solidaridad americana
no es solo fruto de la geografía o de la conveniencia política. Surge
del convencimiento sobre una serie de principios que debemos preservar
sin vacilaciones. La solidaridad debe tener un propósito común, porque
esa es la razón de ser del sistema Interamericano. Ustedes tienen,
señores ministros, una gran responsabilidad para preservarlo. Debemos
recuperar la tradición, como señaló Alberto Lleras, de que cada
resolución interamericana sea una lección de historia y una
reafirmación de nuestros principios. La solidaridad se expresa en
momentos difíciles como los que ha tenido que vivir la región
centroamericana con ocasión del desastre natural ocasionado por el
paso del Huracán Mitch.
Es cierto, el mundo ha
cambiado, pero nuestra vocación pacifista y la solución negociada de
nuestras diferencias debe ser la preocupación de los estados del
continente para ayudarnos a superar los problemas que conjuntamente
tenemos. Nuestro consenso sobre estos temas será una base fundamental
para hacer más amable y digna la vida de los ciudadanos de las
Américas.
Muchas gracias y éxitos en
las deliberaciones.
STATEMENT BY MINISTER
HENDERSON SIMON OF ANTIGUA AND BARBUDA
Ministers, Excellencies,
Leaders of the Armed Forces of the countries of the Americas and the
Caribbean, Ladies and Gentlemen.
The delegation of Antigua
and Barbuda is very pleased to be present and participating in this
important meeting of the Ministers of Defense of all the countries in
the Americas and the Caribbean. We are even more pleased to be here in
Cartagena, the historical gateway to South America from the Caribbean.
Cartagena and Antigua and
Barbuda have much in common, even today. We both rely upon tourism to
fuel our economic growth; we share the beauty and majesty of the
Caribbean Sea, our conzmon patrimony, and our people have boundless
faith in the future.
Yet, there is another
aspect of our shared and common history which binds us and which
brings the countries of the “new world” together today. I refer to our
everlasting search for security. The walled city within this city
stands as testimony to a bygone era when walls were sufficient to
provide protection from rival navies and armies.
Twenty-six of these
fortresses were built on my Antigua and Barbuda, in the 18th century,
in order to make it impregnable. The navy of the most powerful monarch
of that century was headquartered on Antigua; had Antigua fallen into
the hands of a rival, the balance of power in Europe would have
shifted. Today, many of those ancient forts on Antigua have been
turned into restaurants, museums, a hotel and even a jail.
Security can no longer be
achieved by merely building walls or forts. The very large and the
very small states of this hemisphere have found that security, in an
age of globalization, is rather complex. Security includes the
traditional-notions of yesteryear, but today, security must now be
extended, in the case of the small-island state, to encompass several
non-traditional aspects. Natural disasters, for example, pose a
greater threat to our security than does the loss of national
territory to an enemy.
Particularly injurious to
our security is the peril posed by global warming. The emission of
more than 30 billion tons of carbon dioxide and other greenhouse gases
into the earth’s atmosphere, each year, undermine our security and our
well-being. Most harmful are the ferocious summer storms and
hurricanes which form in the Atlantic, fuel their fury with the
ocean’s warm waters, and which come ashore to destroy. Their frequency
and their,ferocity are, we believe, an expression of the global
warming phenomenon.
I would Like to share with
this meeting some very persuasive statistics. Between 1920 and 1940,
the Caribbean witnessed 70 storms and hurricanes, or an average of 3.5
storms and hurricanes per year. Between 1944 and 1980, a thirty-six
year period, the Caribbean bore the fury of 216 storms and hurricanes,
or an average of 6 of these extreme weather events each year. The
decade of the 1980s is the warmest on record; and 1995 is the warmest
year in recorded human history. In that year, 1995, the Caribbean was
pummeled by 17 storms and hurricanes, including hurricane Luis. Its
massive winds extended outward for more than 450 miles; its sustained
winds blew at 140 miles per hour; its gusts exceeded 200 miles per
hour. In 1996, the year after Luis, the Caribbean bore the brunt of 19
storms and hurricanes. In 1997, 12 storms and hurricanes were
forecast, only six arrived thanks to the dampening effects of the El
Nino. In 1998, 13 storms and hurricanes were predicted, thirteen
arrived including hurricanes Georges and Mitch.
We wish to express our
condolences to the peoples and Governments of St. Kitts and Nevis,
Haiti -and the Dominican Republic for the loss which they suffered as
a result of hurricane Georges, in the third week of September. We
express equally our sympathy and solidarity with Honduras, Nicaragua,
El Salvador and Guatemala for the loss of life, property and security
which hurricane Mitch caused four weeks ago.
The images from Honduras,
which the global news media have flashed around the world, tell the
story of destruction for which hurricanes are known. The winds and
rain combine to destroy our homes, schools, churches, hotels, beaches,
coral reefs . fish , stocks, trees, crops, birds, livestock.
Hurricanes kill and maim, destroy the infrastructure, set back
development, and undermine security. We believe that they are made
more frequent and more fierce by our consumption and disposal habits.
Hence, we include them on our list of security threats.
Another threat to our
security comes from the illicit trafficking in drugs and illegal arms.
Our enemies are non-state actors. There is no state in this or any
hemisphere which regards Antigua and Barbuda as its enemy. The days of
conquest and conquistadors are over. The states in this hemisphere
have all agreed to abide by the norms of international law. criminals
do not abide by the law. they break the law.
We would wish, at this
juncture, to congratulate Peru and Ecuador for their historic
agreement, three weeks ago, which settles the border dispute between
them. Antigua and Barbuda is of the view that every effort should be
made before the start of the new millennium to resolve the territorial
disputes which hang over Belize, Guyana, and the Falklands/Malvinas
Islands. All disputes must be settled peacefully, in accord with the
Charter of our Organization of American States and public
international law.
Illicit drug trafficking,
however, requires a joint and coordinated effort among our 35 states
-including Cuba. This pernicious trade imperils our security and
threatens to undermine our sovereignty.
The special security
concerns of the island-states of the Caribbean are not a new topic
within this Ministerial body nor within the Summit of the Americas. We
have frequently spoke of the dangers which flow from the
transportation of nuclear and hazardous wastes through the Caribbean
Sea; the harm to the environment which global warming occasions; the
undermining of good governance which trans-national, criminal activity
causes; and the spread of illegal arms which make criminal outfits
better armed than some governments. These special security concerns
will continue to engage us, and we will look increasingly to these
Ministerials to provide us with solutions.
At the Organization of
American States, we have proposed a series of solutions to each of
these concerns. We note that our neighbors have grown to embrace and
to accept our very modest proposals. We therefore wish to have this
Meeting take note of the work of the OAS’ Committee on Hemispheric
Security and to act to implement the commonsense objectives which are
within our grasp.
I’m closing, Mr. Chairman,
my delegation wishes to thank the government of Canada for providing
transportation to our join Cartagena to Miami.
The president, government
and people of Colombia for bating this conference. The mayor and
people of Cartagena for having us as their guest and to the Ministry
of Defense for the Excellent conference facilities and accommodation.
Thank you very much.
PALABRAS DEL SEÑOR
MINISTRO DE DEFENSA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Es para mi un motivo de
especial satisfacción encontrarme con todos ustedes, una vez más, en
este importante foro para el debate de las principales oportunidades y
desafíos que enfrentan las Américas en el campo de la seguridad y la
defensa.
Junto a la vigencia del
sistema democrático, el respeto de los derechos humanos, y el vigor de
los diversos procesos de integración en marcha entre nuestros países,
la paz y la seguridad son elementos indispensables para asegurar la
buena convivencia entre vecinos y el bienestar de los pueblos.
Desde la realización de la
primera Reunión de Ministros de Defensa, en 1995, nuestra región ha
logrado impresionantes avances que la ubican frente a la comunidad
internacional como una de las áreas más estables y pacíficas del
planeta. En efecto, y por citar algunos ejemplos:
No puedo dejar de
mencionar, en primer término, el reciente acuerdo entre Ecuador y Perú.
Este resultado, alcanzado con el concurso de los países garantes del
Protocolo de Río, es un símbolo elocuente de la madurez de los pueblos
y los gobiernos de ambos países que supieron, con espíritu
constructivo, superar sus diferencias y mirar juntos al futuro. Y es,
además, la demostración más cabal de que nuestra región es capaz de
generar sus propias soluciones:
Por otra parte, luego de
tres décadas del tratado de Tlatelolco, América Latina y el Caribe se
han convertido en la primera zona habitada en el mundo libre de armas
nucleares, al tiempo que integran también el área del mundo que, en
promedio, tiene e menor nivel de gastos en adquisición de armamentos.
Así mismo, el proceso de
adopción de medidas de fomento de la confianza identificadas en la
Conferencia de Santiago y reforzadas en San Salvador ha probado ser un
camino adecuado que debemos seguir recorriendo para el logro de una
mayor transparencia.
En el Cono Sur, a través
de la “DECLARACION DEL MERCOSUR, BOLIVIA Y CHILE COMO ZONA DE PAZ”,
Los países miembros destacamos que la paz es un elemento esencial para
la continuidad y desarrollo del proceso de integración, a la vez que
perseguimos el fortalecimiento y progresiva articulación de los
mecanismos de consulta y cooperación sobre temas de seguridad y
defensa.
La Argentina, en
particular, forma parte de una red de instrumentos políticos que la
vinculan en nuestro continente, con Bolivia, Brasil, Chile, Estados
Unidos y Paraguay, en tanto que con el Uruguay ya existe una propuesta
de entendimiento mutuo que esperamos que próximamente arribe a buen
término.
Consideramos que la
cooperación militar debe ser un componente destacado en estas
relaciones y por ello hemos incrementado significativamente los
ejercicios combinados entre nuestras fuerzas Armadas y las de los
países de la región buscando además alcanzar la habilidad para la
conducción de operaciones de mantenimiento de la paz y el desarrollo
de mejores condiciones de interoperatividad. Así mismo, las Armadas y
las fuerzas Aéreas Argentinas y Chilenas han efectuado este año, por
primera vez en décadas, sendos ejercicios de búsqueda, salvamento y
patrulla antártica, como parte de un programa de actividades
combinadas.
Todos estos alentadores
resultados son producto de una renovada y creciente convicción
regional que acompañando los cambios en el orden internacional, nos
demuestra que la cooperación es la via más adecuada para diseñar un
nuevo sistema de seguridad hemisférica.
Pero pese a los avances
registrados, es mucho lo que queda por hacer. No puedo dejar de
mencionar la desdichada situación de nuestros hermanos
centroamericanos a raíz del Huracán que devastara sus países con gran
pérdida de vidas humanas y daños materiales, así como las inundaciones
que afectaran a mi país al comienzo de este año. Estas críticas
situaciones ilustran la importancia de la misión de asistencia de las
Fuerzas Armadas en caso de desastres naturales, y recuerda la
necesidad de contar con una mejor coordinación regional para enfrentar
estas circunstancias.
Sobre la base de valores
compartidos, el desarrollo de la seguridad cooperativa permite a los
Estados prevenir y neutralizar potenciales conflictos, al tiempo que
les facilita el accionar común frente a los desafíos transnacionales
que, si bien previos, han tomado nuevo impulso por el fenómeno de la
globalización y el fin de la Guerra Fría.
Por estas razones es que
la Argentina fue sede de la segunda reunión de Ministros de Defensa y
apoya con firmeza la continuación de estos encuentros.
Es cierto que el
tratamiento de los muchos temas pendientes en nuestra agenda de
seguridad –tienen- y deben continuar teniendo” un tratamiento paralelo
a este foro en otros ámbitos como la OEA y su Comisión Permanente de
Seguridad Hemisférica, la cumbre de las Américas y en los distintos
entendimientos regionales y bilaterales existentes.
Pero la reunión de
Ministros es el foro por excelencia para coordinar, evaluar e impulsar
posibles alternativas para la conformación de un moderno sistema de
seguridad hemisférica, la promoción de funciones complementarias de
las FFAA en sociedades democráticas y la cooperación para luchar
contra las amenazas comunes que exceden el ámbito de nuestras
respectivas fronteras.
Estoy convencido de que
esta tercera reunión –ejemplo en si misma de transparencia y confianza
entre todos los países participantes-, contribuirá a profundizar el
diálogo directo y franco entre nosotros y a dar el necesario impulso
político al proceso en el cual estamos embarcados.
Finalmente y antes de
concluir, quisiera destacar, en nombre del Presidente de la Nación Dr.
CARLOS SAUL MENEM, y en el mio propio, los esfuerzos del pueblo y
autoridades colombianas en pos de la paz y la concordia Y además,
hacerles llegar nuestro agradecimiento por su generosa hospitalidad y
por hacernos sentir como en nuestra propia casa.
MUCHAS GRACIAS
STATEMENT BY THE
HONOURABLE FRANK WATSON, MP MINISTER OF NATIONAL SECURITY AND PUBLIC
UTILITIES OF THE COMMONWEALTH OF THE BAHAMAS
Mr. Chairman, my first and
pleasant duty is to extend congratulations and thanks to the
Government and people of Columbia for hosting this important meeting
and for the gracious hospitality that has been extended to me and my
delegation. I would also like to thank the Government of Canada for
assisting the Delegations of the Caribbean and Central America and for
transporting us from Miami to Cartagena of the Indias for this
meeting. We appreciate this kind cooperation and assistance greatly.
Mr. Chariman, this is the
third Conference of Ministers of Defence of the Americas at which the
Bahamas has been present. This is an indication that the Government of
the Bahamas values greatly these gatherings and the interaction and
exchange of views on matters of mutual concern which it fosters. We
are a peaceful people and the pursuit of international peace and
stability and security is one of the highest priorities of our foreign
policy. We recognize that prosperity and the economic well-being of
our people rest on peace and stability in the region.
Mr. Chairman, like our
sister Caribbean States, the Bahamas has no military tradition. We
believe that the military ought to be under civilian control. We
believe too that such an arrangement is democratic. It is the model
which has the best chance of success as a form of governance.
Mr. Chairman, the Agenda
before this III Defence Ministerial of the Americas includes items
which are of particular concern to the Bahamas. These include issues
of trafficking in narcotics and illegal guns, migration, natural
disaster, and the environment. We continue to fight the drug war and
take this opportunity to urge hemispheric partners to intensify
collaborative efforts to bring this scourge under control.
Thank you Mr. Chairman.
STATEMENT BY MR. LIONEL
NURSE, PERMANENT SECRETARY IN THE OFFICE OF THE ATTORNEY-GENERAL HEAD
OF DELEGATION OF BARBADOS
Opening Ceremony of the
Third Defense Ministerial
Thank you, Mr. Chairman. I
will, of course, follow your instructions to dispense with the usual
courtesies as a time-saving measure and to increase the time available
for our substantive work.
Mr. Chairman, the Prime
Minister has instructed me to convey his greetings and best wishes. As
Minister of Defense of Barbados he recognizes the importance of this
meeting as a forum in which we will state our intentions on the way
forward for hemispheric security into the regrets that he cannot join
in the deliberations of this distinguished group but is bound by his
domestic agenda, including the activities of the celebration of
Barbados’s 26th anniversary of independence which coincides with the
opening day of the conference.
Mr. Chairman, the three
broad themes under which we will consider the security issues of the
hemisphere provide good framework within which we can discuss more
specifically the many and diverse ....... that affect us all, as
individual nations on a regional basis.
The delegation of Barbados
believes that special attention should be accorded to the
vulnerability of small island States and small economies resulting
from natural disasters and threats ...... from human action, such as
drug-trafficking, terrorism and illegal arms transfers.
This issue, with its
far-reaching implications, is vital importance to the Government of
Barbados and is in keeping with the necessity for the organization to
redefine the definition of security to accord to new realities as part
of a process of revitalization.
My delegation supports the
efforts toward confidence-building measures and strengthening of
mutual understanding as a means of improving security in the
hemisphere. We consider that military and law enforcement exchanges
provide will play a significant role in this regard. In the Caribbean,
the Regional Security System, which has its headquarters in Barbados,
is an effective form of collaboration on security issues among the
OECS countries and Barbados.
Mr. Chairman my delegation
will interview further on specific matter work of the committees.
Before I close I wish to
reiterate the sympathy and support of the Government to the Sister
Caribbean and Central American States which recently suffered damage
and loss of life during the recent hurricanes and floods.
I also wish to thank the
Government of Colombia for its very warm welcome and hospitality in
this splendid city, Cartagena.
Thank-You, Mr. Chairman.
STATEMENT BY BRIGADIER
GENERAL ROBERTY S. GARCIA BELIZE
Doctor Andrés Pastrana
Arango, President of the Republic of Colombia, Doctor Rodrigo Lloreda
Caicedo, National Defence Minister of Colombia and also in your
capacity as the Director General of the Third Defence Ministerial
Conference of the Americas, honourable ministers of defense, heads of
delegation, representatives, observers - on behalf of the government
of Belize, the minister of national security and immigration of Belize
the honourable Jorge Espat who sends his special greetings, it’s
indeed an honour and privilege for us, Belize, to be represented here.
My government, which was
installed in August 1998 in its manifesto pledge on security says “the
people’s united party vision is for a safe and secure Belize - a
nation at peace with itself and with the world; a state with secure
borders respected by its neighbors, where all citizens are assured
that their lives and property are safe and their human rights
respected, where laws and institutions are honoured, government is
accountable and harmony reigns in its multi-cultured society...” to
accomplish this mission statement, Belize as a country continues to
find ways to improve and to develop new relationships.
In consideration of the
three themes of this conference, I report that Belize is a participant
in the regional security system and cooperates fully with its
Caribbean neighbors. We have developed greater ties with Mexico and
Central America especially with regards to the sharing of information,
intelligence and other physical effort. Additionally, a number of
confidence building measures as for example senior-level meetings by
the security forces of Belize, Mexico and Guatemala and the
establishment of communication links which have led to an improved
cooperative effort on security matter that have transcended our
borders.
The role of our nation’s
security force is constantly under review and indeed it is my
government’s insistence that there is a place for the force in not
only the development of the nation but in providing support in the
region. A testament to the latter is our current involvement in
Honduras as a result of hurricane Mitch.
The impact of illegal
activities; drugs, arms and other areas of concern within Belize and
the region has locally, encouraged us to develop a strong multi-agency
approach in looking for resolutions. Externally, Belize is a keen
participant in various groupings. We are a member of the Central
American association of police, Caribbean commissioners of police
association and is the secretariat of the Caribbean regional
intelligence network. Our security forces, with the Belize police
force being the national focal point works daily with the central
American joint intelligence agency with emphasis on narcotics and
major crime. We have developed a close working relationship with the
Colombian anti-narcotics unit and indeed have other bi-laterals with
Guatemala, Mexico and the United States. The upcoming Caribbean chief
of staff conference at which Belize will be a participant is yet
another step towards fostering multi-national, hemispheric
relationship.
The Prime Minister of
Belize, the honourable Said Musa in his recent address to the 53rd
regular session of the united nations general assembly said, “a world
free of the curse of drugs, liberated from the affliction of poverty,
blessed with freedom and democracy when people’s human rights can be
pursued in peace is what we ape all striving for. “... elsewhere in
his address he spoke about the requirement for; values, policies, the
respect for sovereignty, social factors, and especially at this time
financial factors that all influence - in his words - “what are all
striving for...” and therefore must be considered if indeed we are
really concerned about hemispheric cooperation and security. For sure
which Belize has recognized and is conducting vigorous reforms at the
domestic level.
In closing, I look forward
to an exciting conference and you will permit me if I quote from the
honourable Rodrigo Lloreda Caicedo “this conference, I am sure, will
redound in a special manner on the integration of our military...” and
here I add-security, institutions.
INTERVENCIÓN DEL LIC.
FERNANDO KIEFFER G., MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL DE BOLIVIA, DURANTE
LA TERCERA CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
CARTAGENA DE INDIAS,
COLOMBIA
NOVIEMBRE DE 1998
MEDIDAS DE FOMENTO DE
CONFIANZA MUTUA: AVANCES Y PERSPECTIVAS PARA LA PAZ Y LA SEGURIDAD
HEMISFÉRICA EN DEMOCRACIA
I. EL CONTEXTO HEMISFÉRICO
Y REGIONAL
El colapso de la Unión
Soviética y la Guerra del Golfo Pérsico, a fines de los ochenta y
principios de los noventa pusieron fin a la doctrina de seguridad que
durante más de 40 años privilegió el mantenimiento del orden político
anticomunista en América Latina. La principal función de las Fuerzas
Armadas, FFAA, durante todo este tiempo superpuso el combate contra el
“enemigo interno” con relación a la función defensiva de la soberanía
e integridad territorial. Esta situación derivó en el protagonismo
político de la institución militar cuyas consecuencias aún permanecen
y tensionan la memoria de la sociedad.
Hoy día, la región
latinoamericana se caracteriza por una saludable combinación entre
estabilidad política democrática, un notable avance en la integración
económica y comercial y una firme tendencia a la cooperación en
materia de seguridad. Estamos libres de amenazas nucleares y gozamos
de un clima de paz en ausencia de conflictos armados entre estados. La
democratización, la integración y las economías abiertas han mejorado
en general las perspectivas de la paz regional y la competencia
hegemónica se ha desplazado del campo ideológico a la arena productiva,
comercial y tecnológica.
Desde principios de los
ochenta la restauración de gobiernos democráticos, consecuentemente,
el retorno del control civil sobre las FFAA constituye el marco
adecuado para tratar asuntos de seguridad, que en el pasado, estuvo
restringido al ámbito castrense. Paralelamente, constatamos que en los
distintos foros políticos, económicos y comerciales de la región como
son el Grupo de Río, la Cumbre de las Américas, la Cumbre
Iberoamericana, MERCOSUR, Comunidad Andina de Naciones, CAN, y en el
CARICOM, emergen planteamientos que intentan afirmar la confianza
regional mediante compromisos de paz, estabilidad y desarme.
La OEA, el MERCOSUR y
últimamente la Comunidad Andina de Naciones están comprometidos para
aplicar oportunamente la denominada “cláusula democrática” con el
objetivo de mantener y garantizar la estabilidad política en el
hemisferio y la región. Los gobiernos han convenido en sancionar y/o
vetar cualquier forma de ruptura del orden y legitimidad democrática.
Se trata de una nueva fórmula diplomática donde la democracia
constituye un valor transversal en las relaciones internacionales.
En el nuevo contexto
hemisférico, el control sobre el trafico ilícito de armas, lucha
contra el terrorismo, desminado, Fomento de Medidas de la Confianza
Mutua, control sobre gastos de defensa y las propuestas de paz,
configuran los ejes temáticos que enriquecen más la interlocución
entre los lideres Políticos de la región en materia de seguridad.
El fecundo diálogo
político efectuado hasta hoy ha permitido transformar el MERCOSUR en
una Zona de Paz con el objeto de alejar toda forma de amenaza y
proscribir el empleo de las armas nucleares y de destrucción masiva.
En la Cumbre de las Américas e iberoamericana también se ha asumido el
reto de impulsar compromisos para fortalecer la paz y la seguridad. La
OEA ha recibido el mandato de traducir estos compromisos políticos en
acciones practicas. En este sentido, observamos que actualmente su
esfuerzo está volcado a mejorar la comprensión y el diálogo sobre las
Medidas de Fomento de Confianza como componente gravitante de la
política de seguridad hemisférica.
En este escenario, la
posibilidad de veto militar como alternativa a los conflictos
políticos y sociales que confrontan las sociedades latinoamericanas
tiende a decrecer. Protagonizamos relaciones interestatales maduras,
somos testigos de procesos plausibles de negociación de acuerdos
internos de paz, como en el caso de nuestros anfitriones, y estamos
avanzando con firmeza en la relación entre Estado y sociedad civil
para garantizar la gobernabilidad. En el hemisferio la paz y la
estabilidad están afirmando su condición de puentes estratégicos para
permitir transitar hacia el desarrollo equitativo, la integración y la
compaginación de intereses recíprocos.
No obstante lo avanzado
hasta hoy, la actual situación estratégica se caracteriza por una
cierta “híbridez”, como suele pasar en todo ciclo de transición. En
ella caben viejas temáticas de orden interno, defensa territorial,
soberanía y contenciosos fronterizos. Pese al permanente debate y
discusión que se lleva a cabo para esclarecer y definir un nuevo marco
conceptual de seguridad, todavía no existe una definición precisa
sobre los limites de las nuevas funciones militares, el tipo de
organización que se requiere, la dimensión de su estructura, así como
los umbrales, máximos y mínimos, del gasto en defensa.
Nuestro mapa de seguridad
regional es todavía ambiguo. Coexisten, por una parte, tendencias
positivas que facilitan la estabilidad y por otra, subsisten políticas
que continúan privilegiando hipótesis de conflicto que tienen un peso
importante en la confrontación militar. Dicho de otra manera, en el
ámbito de la seguridad el hemisferio ha transitado con relativa
firmeza hacia un Horizonte de estabilidad pero no deja de lado la
posibilidad de apelar, aunque excepcionalmente, a la fuerza como
patrón de solución de conflictos.
Los regímenes democráticos
y los gobiernos civiles están demostrando que existen menos
posibilidades de conflicto y mejores opciones para negociar salidas
concertadas a conflictos del pasado, particularmente conflictos
territoriales como lo sucedido con el Perú y Ecuador. Al respecto,
nuevas formas de diplomacia, como el caso de los Garantes del
Protocolo de Río de Janeiro de 1942 han demostrado tener éxito cuando
las fórmulas de solución pasan por el diálogo político y la
negociación concertada. Por lo mismo, las posibilidades de conflictos
armados entre estados es cada vez menor.
Los diferendos
territoriales o problemas vinculados a la soberanía territorial, que
se arrastran en algunos casos desde el siglo pasado, constituye uno de
los mayores obstáculos que impide una adecuada combinación de
integración y seguridad en democracia. En otros, postergan condiciones
de desarrollo económico. En la región, y excepcionalmente fuera de
ella, pero que igualmente nos afecta, existen conflictos territoriales
pendientes que es necesario contribuir a resolver.
Si bien, los problemas
territoriales pendientes obstaculizan la integración regional, el
mayor peligro latente proviene de la retroalimentación de logicas
nacionalistas y territorialistas que pueden otorgar a las FFAA mayor
poder del que necesitan y a su vez, servir de pretexto para continuar
ejerciendo control sobre los sistemas políticos democráticos. Por otra
parte, la propia competencia política interna en los estados enfrenta
la posibilidad de activar viejas heridas instrumentalizando
negativamente la fuerza simbólica del territorio y la soberanía. Por
ello, una de las tareas más importantes para transitar hacia el siglo
XXI es tratar de desmontar la rigidez reinvindicativa y
territorialista de la lógica militar tradicional y los usos
político-instrumentales en torno a los contenciosos fronterizos en la
región.
II. CONTRIBUCIÓN NACIONAL
Y HEMISFÉRICA A LA PAZ Y LA SEGURIDAD
En el umbral del siglo XXI
uno de nuestros mayores desafíos reside en construir un clima armónico
y estable que permita desterrar la ambigüedad doctrinaria de la
seguridad, afirmar la certidumbre estratégica y proyectar escenarios
de paz entre los estados, la región y el hemisferio. De ahí que
nuestra agenda debería avanzar paralela y simultáneamente en tres
niveles: por una parte, redefiniendo nuestros intereses nacionales en
un contexto de consolidación democrática y de consenso interno. En
segundo lugar, superando las vallas históricas jalonadas por problemas
limítrofes y fronterizos. En tercer lugar, mejorando las condiciones
de la integración hemisférica pero a su vez reduciendo las asimetrías
tradicionales entre América Latina y los Estados Unidos.
Creemos que la paz y la
estabilidad es posible de lograr a través de una atmósfera de
integración civil-militar democrática que posea la capacidad de ubicar
las cuestiones de la seguridad en la agenda pública. El soporte
constitutivo de una cultura estratégica democrática se funda en la
construcción pluralista de una Comunidad de Seguridad y Defensa
Nacional que a su turno transparente el resultado de un nuevo pacto
social en torno a la seguridad democrática del Estado.
En un contexto de
mundialización creciente y donde la soberanía del estado es cada vez
más reducida e interdependiente, el papel de los actores sociales y
políticos de los pueblos adquieren mayor preponderancia. En
correspondencia con ello, se ha hecho necesario un mayor protagonismo
y acceso de actores no tradicionales a decisiones claves en cuestiones
de seguridad y defensa como una forma de fortalecer el Estado de
Derecho. En este sentido es necesario mejorar las condiciones de la
ciudadanía militar pero también proteger los Derechos Humanos dentro
de las FFAA como durante su desempeño en tareas constitutivas. La
búsqueda de legitimidad de la fuerza pública requiere de estos dos
elementos para impedir el desborde de la fuerza pero al mismo tiempo
para educar a la sociedad respecto a sus limites frente a terceros y
al Estado.
Desmilitarizar la
seguridad creando nuevos espacios y códigos de participación ciudadana
ayudara a que el tratamiento de los problemas de seguridad se
democraticen y logren transparencia. El denominador común para lograr
este resultado es una relación armónica entre partidos políticos
parlamento y sociedad civil que a su turno posean una Concepción de la
Defensa Nacional como un Bien Público.
Una nueva cultura cívica
que trastoque, enmiende y resignifique la conflictiva relación civil-militar
del pasado por un vínculo democrático es lo que necesitan nuestros
pueblos para borrar sus heridas y avanzar hacia el futuro.
Configurar nacionalmente
un triángulo virtuoso en torno al Estado, las FFAA y la sociedad para
la definición de una Política de Seguridad y Defensa Nacional como
Política Pública debiera constituir un objetivo gravitante. Esta
articulación democrática entre civiles y militares y una agenda
pública de seguridad labrada en base al consenso constituye el camino
adecuado para facilitar una constructiva relación vecinal.
En segundo lugar, es
fundamental tratar en el escenario diplomático y en base a un diálogo
franco, nuestras diferencias o problemas pendientes respecto a los
contenciosos fronterizos. Si una de las mayores fuentes de amenaza
tradicional proviene de problemas territoriales pendientes, creemos
que la mejor forma de vencer la racionalidad militar inherente a este
problema reside en superarlo a través del diálogo político y una
activa diplomacia preventiva.
El empleo de la exitosa
Formula de los Garantes, que ha permitido vencer un conflicto
histórico latente por más de 40 años entre el Perú y Ecuador, sin duda
constituye un ejemplo. Resulta también digno de emular la decisión del
Brasil frente a su vecino Colombia. Reconocer y enmendar el irregular
trazado fronterizo, en un acto de fe estatal, es sin duda un acto
ejemplar a seguir en el futuro. En este sentido, creemos que la
subsistencia de amenazas territoriales o de hipótesis de conflicto
vecinales, además de impedir la construcción de un clima de confianza
mutua, obstruyen el proyecto bolivariano de la unidad regional y la
plena integración hemisférica.
Finalmente, la conjugación
y armonización de los distintos intereses nacionales y regionales
permitirá proyectar condiciones de estabilidad y paz hemisférica. Esta
paz no sería posible de lograr si antes no resolvemos pacífica y
armoniosamente nuestras diferencias vecinales. En un mundo globalizado
política y económicamente, cualquier diferencia vecinal o subregional
significa reducir nuestra capacidad competitiva, postergar nuestro
desarrollo y prolongar las asimetrías existentes. En este sentido, la
seguridad hemisférica para ser tal, deberá amortizar las asimetrías
tradicionales, los prejuicios y las visiones unilaterales. Un decoroso
respeto a las soberanías y la dignificación del Derecho Internacional
permitirá superar la distancia entre unos y otros.
III. INTEGRACIÓN REGIONAL
Y PREVENCIÓN DE CONFLICTOS: FÓRMULAS PARA INSTITUCIONALIZAR LAS
MEDIDAS DE FOMENTO DE CONFIANZA
America Latina está
viviendo estos últimos años uno de los mayores ciclos históricos de
interdependencia regional en medio de un clima de paz. La mayor
amenaza de conflicto armado entre dos estados, Ecuador-Perú, ha sido
superada gracias a la exitosa mediación de los países Garantes del
Protocolo de Río. El promedio de gasto militar en la región es el más
bajo del mundo, 1.3% respecto al PIB. Con relación a los gastos del
gobierno central, el presupuesto militar de 1996 alcanzó en promedio
sólo el 8%. Igualmente, la proporción población/dotación militar de
soldados no superó el 2.6% por cada mil en valor ponderado (Revista
CEPAL, agosto 1998).
El diálogo político
regional así como el dinámico proceso de integración económica y
comercial están transformando la lógica tradicional de rivalidad por
la de cooperación. Una mirada al mapa de estos acuerdos proyecta la
sensación de una América Latina cada vez menos distante, dispersa y
heterogénea. Por el contrario, a diferencia del ciclo de la Guerra
Fría, este proceso de ensamble y agregación entre estados se asume más
que como una estrategia defensiva, como un recurso que tiende a
mejorar la inserción internacional y disminuir las asimetrías
históricas respecto a otras regiones del mundo.
Los desafíos de la
globalización y la necesidad de competir entre bloques más que entre
naciones ha obligado a la región asumir conceptual y pragmáticamente
la estrategia del regionalismo abierto. De igual modo, en la última
década se ha producido un dinámico acercamiento y convergencia de
intereses cuyo denominador común es la democratización regional.
Las condiciones del
crecimiento sostenido se han visto favorecidas por ambos procesos.
Estos han creado un ambiente de confianza y complementación económica
intraregional fortaleciendo acuerdos existentes y en otros casos
impulsando su reforma, modemización e institucionalización de cara al
siglo XXI.
La integración regional en
América Latina y el Caribe, además de otros factores ha significado el
crecimiento dinámico del volumen de exportaciones. De un 5% registrado
en 1990, la CEPAL estimó que para 1997 este indicador ascendería al
12%. De igual modo, la diversificación de las exportaciones de
manufacturas tradicionales y no tradicionales escaló del 18% en 1980
al 22% en 1996. A su vez, la producción de bienes primarios se redujo
sustantivamente del 51% al 28% en este mismo tiempo (CEPAL,
Globalización y su impacto en las economías y el comercio, Ocampo, J.
A., marzo de 1998).
Así pues, la tendencia del
regionalismo abierto mejoró la situación de las exportaciones
intraregionales del 13% al 21% entre 1990 y 1996. Dicho proceso
favoreció significativamente el crecimiento del comercio intraregional
entre los países del MERCOSUR, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y
con menores resultados en el Mercado Común Centroamericano (MCCA). El
crecimiento anual promedio entre 1992 y 1996 para el MERCOSUR fue del
24%, en la CAN del 25%, en la ALADI 19% y en el Mercado Común
Centroamericano del 13%, según las estadísticas de la CEPAL.
Como se podrá advertir, la
integración regional tuvo un impacto favorable en el crecimiento
económico, en el activo intercambio comercial además de canalizar y
alentar la Inversión Extranjera Directa (IED). Respecto a los países
en desarrollo las entradas netas anuales de Inversión a América Latina
alcanzó en 1996 el 30% (UNCTAD, World Investment Report, 1997).
La integración ha
revalorizado la construcción de un clima de estabilidad política y de
pacificación y está sedimentando una fuerte tendencia a la negociación
y superación de diferencias. Por otra parte, sus efectos positivos han
permitido allanar el camino para el tratamiento de la seguridad y la
confianza entre 1os estados. El caso centroamericano y la realidad que
hoy representa el Cono Sur son ejemplos ilustrativos de este proceso.
El MERCOSUR y la Comunidad
Andina de Naciones son otros ejemplos que combinan armoniosamente
procesos de integración, seguridad, certidumbre política y una
tendencia cada vez mayor a la resolución pacífica de conflictos. El
MERCOSUR constituye el modelo de integración de mayor potencialidad en
la región que está alcanzando logros no sólo en el plano económico
sino también en el político y el militar. Este nuevo mercado unificado
representa la emergencia de una nueva realidad regional y una nueva
forma de inserción internacional. Con un mercado potencial de 200
millones de personas y con un PIB equivalente a la mitad del producto
de América Latina, el MERCOSUR se ha convertido en el tercer
conglomerado económico mundial y uno de los que representa mayores
perspectivas de crecimiento.
El MERCOSUR se ha
transformado en el nuevo actor internacional. Con un peso específico
importante genera nuevas formas de interlocución de la región con el
mundo. A su vez está transformando las tradicionales percepciones de
amenaza entre los socios de hoy que en el pasado se consideraban
rivales. Por cierto, los principales avances en este sentido se
circunscriben fundamentalmente a los cambios de percepción entre
Brasil y Argentina, los socios comerciales más importantes que jalonan
y armonizan la integración regional.
En el plano político
vinculado a la seguridad el MERCOSUR ha logrado dotarse de dos
instrumentos valiosos. Por una parte, el Compromiso Democrático,
suscrito en Salta, Argentina, en 1996, a través del cual los países
miembros se comprometieron a garantizar la plena vigencia de las
instituciones democráticas como requisito para la cooperación, así
como el establecimiento de mecanismos de consulta en caso de
alteración al orden democrático.
El segundo logro
constituye la Declaración del MERCOSUR-Bolivia y Chile, como Zona de
Paz, rubricado en Argentina en julio de 1998. En esta declaración se
reafirman los propósitos de paz y los principios establecidos en la
Carta de la Organización de los Estados Americanos y las Naciones
Unidas. Además de ratificar su apoyo a las Conferencias sobre Medidas
de Fomento de Confianza y sus recomendaciones, los países miembros
declararon al MERCOSUR como una zona libre de armas nucleares.
Asimismo, comprometieron su apoyo internacional al perfeccionamiento
de los instrumentos y mecanismos de no proliferación de armas
nucleares y de destrucción en masa, consagrando la región como una
zona libre de armas terrestres antipersonales. De igual manera
reafirmaron su compromiso para transferir información al Registro de
Armas Convencionales de las Naciones Unidas y establecer una
metodología uniforme para informar sobre el gasto militar con miras al
aumento de transparencia.
Ambas Declaraciones
constituyen de modo implícito mecanismos asociativos que tienden a
fortalecer la integración y otorgar umbrales de confianza mutua
dirigidos a prevenir riesgos o neutralizar amenazas contra el estato
quo militar. Pese a que el MERCOSUR tampoco dispone de mecanismos
explícitos de prevención de conflictos, ambas declaraciones tienden a
construir una plataforma en este sentido. Por lo demás, la cooperación
en materia de seguridad ha corrido paralela al proceso de integración.
Los países vecinos observamos con beneplácito el desmontaje de la
tradicional lógica de rivalidad entre Brasil y Argentina, y la
construcción de una nueva arquitectura de cooperación militar que nos
provoca una sana envidia.
La densificación de
mecanismos de confianza mutua, operativos conjuntos e intercambios
técnicos y académicos entre las FFAA del MERCOSUR auguran un ciclo de
estabilidad pero también una geografía de paz. Por cierto, nuevos
actores protagónicos de este proceso, como el capital privado, están
contribuyendo a esta nueva configuración política, económica, y
militar.
La armonización que se
espera de los modelos de integración entre el MERCOSUR y la Comunidad
Andina de Naciones posee una inestimable potencialidad para la
seguridad hemisférica. Existen negociaciones avanzadas para que ambas
subregiones puedan integrarse a principios del siglo XXI. De ser esto
posible su empalme sinérgico permitirá articular y modelar un gran
mercado común en América del Sur. A partir de este suceso, podremos
trazar una gran arco democrático de seguridad bajo el ceño bolivariano.
Frente a este proceso se espera que los diálogos políticos como los
del Grupo de Río, el Parlamento Latinoamericano, el Parlamento Andino
o el Centroamericano, tiendan puentes para cristalizar el sueño
emancipatorio.
A mediano plazo esperamos
que el proceso de integración regional converja y propicie el
desarrollo doctrinario de la seguridad cooperativa, la construcción de
un régimen común de seguridad, la proscripción real de armas de
destrucción masiva, sistemas de control de armas, pero al mismo tiempo,
la construcción de mecanismos de prevención de conflictos para superar
las lógicas de rivalidad, problemas territoriales pendientes y por
supuesto, desarrollar capacidades de reacción oportuna, manejo de
crisis y resolución pacífica y negociada de conflictos.
El denominador común de
todo este proceso sugiere el fortalecimiento de nuestras democracias y
por lo mismo, el pleno ejercicio del control y supremacía civil sobre
el instituto militar. A su vez, una mayor apertura de la sociedad a la
agenda de la seguridad.
3.1 AVANCES RESPECTO A LAS
MEDIDAS DE FOMENTO DE CONFIANZA: EL ENTORNO VECINAL
El debate sobre las
Medidas de Fomento de Confianza Mutua en la región está generando
interacciones e iniciativas diplomáticas y militares de gran
relevancia. En los distintos foros internacionales se ha convenido
respaldar su implementación a través de un conjunto de mandatos. Al
respecto, la OEA ha comprendido que su papel en torno a esta temática
resulta clave para avanzar hacia un clima de seguridad concurrente con
la integración económica política y comercial.
La Cumbre de las Américas
de Santiago de Chile encomendó a este organismo reflexionar sobre un
nuevo marco conceptual compartido de seguridad, llevar a cabo estudios
sobre la homologación de indicadores de gasto militar, acciones de
desminado, canalizar el Registro de Armas Convencionales y la
ejecución de una Conferencia Especial de Seguridad.
Consecuente con el debate
iniciado en Buenos Aires en 1995 y en Santiago de Chile en 1996, este
año se ha Ilevado a cabo la III Conferencia Regional sobre Medidas de
Fomento de Confianza en el Salvador organizada, por la Comisión
Hemisférica de Seguridad de la OEA. En este evento se han emitido
varias recomendaciones como las siguientes: 1) Estimular contactos
entre legisladores sobre MFC, 2) Extender programas educativos en
centros tanto militares como diplomáticos sobre MFC, desarme y otros
temas vinculados a la paz y la seguridad hemisférica, 3) Promover
acciones cooperativas en zonas fronterizas, 4) Promover el intercambio
de información, 5) Estimular la realización de estudios para lograr
una metodología común que facilite la comparación del gasto militar,
7) Desarrollar un programa de cooperación para atender problemas de
transporte marítimo sobre deshechos nucleares, 8) Continuar la
cooperación a los Estados insulares frente a sus problemas especiales
de seguridad vinculados a la economía y control del medio ambiente, 9)
Mejorar y ampliar la información que se remite al Registro de Armas
Convencionales de la ONU y 10) Continuar con las consultas e
intercambio de ideas para avanzar en la limitación y control de armas
convencionales en la región.
En este contexto, en los
últimos años Bolivia ha venido implementando activamente un conjunto
de Medidas de Fomento de Confianza Mutua con su vecinos, aspecto que
ha mejorado la interlocución y fluidez en la relación militar vecinal.
Con las FFAA del Perú y Paraguay nuestro país realiza conferencias
bilaterales en el área de la inteligencia, efectúa intercambio de
personal militar en actividades de entrenamiento e instrucción y
reuniones de carácter profesional entre los comandantes de las
guarniciones y zonas navales fronterizas.
Igualmente, impulsan
actividades protocolares, de recreación artísticas y deportiva
conjunta y comparten publicaciones de interés común además de
propiciar programas de cooperación técnica y logística en las zonas
fronterizas.
Desde 1992 Bolivia y Perú
llevan a cabo las Rondas de Conversaciones entre los Altos Mandos.
Este año se ha efectuado la VII Ronda cuya agenda permitió compartir
experiencias en materia de formación, capacitación y entrenamiento de
personal femenino en el Ejercito, el empleo de pequeñas unidades en el
control medioambiental, así como la transferencia de información sobre
la intervención de la Fuerza Aérea en la formación de técnicos
aeronáuticos civiles.
Con el Paraguay hemos
transitado hacia un nuevo modelo de relación bilateral que ha
abandonado la tradicional lógica de rivalidad enraizada en el
conflicto del Chaco. La devolución de trofeos de guerra en 1993 y el
reencuentro de excombatientes de ambos países ha permitido cerrar este
capítulo histórico y traumático en nuestras memorias nacionales.
Nuestras percepciones de
amenaza signadas por una cruenta guerra actualmente han sido superadas.
Estamos fortaleciendo una dinámica cooperativa y complementaria que
desde el plano comercial se expande al vínculo militar y la
construcción de un clima de paz. El proyecto para la construcción de
una ciudad binacional y el desarrollo conjunto de la hidrovía
Paraguay-Paraná es una demostración de un nuevo espíritu vecinal. No
nos anima ningún balance de poder y juntos procuraremos relanzar una
nueva agenda de trabajo para 1999. El próximo año celebraremos la IV
Ronda de Conversaciones en la que se tratarán cuestiones inherentes al
trafico de drogas y la participación militar.
Aunque no se ha logrado
poner en marcha las Rondas de Conversaciones con la República
Argentina, el escenario para una futura relación institucionalizada
está abonado con la firma del Acuerdo para el Fortalecimiento de la
Cooperación en Materia de Defensa y Seguridad Internacionales entre
ambos países que data de 1996. Este Acuerdo prevé el establecimiento
de un Comité. Permanente de Seguridad con el propósito de fortalecer
este vínculo con representación tripartita entre Cancillerías,
Ministerios de Defensa y Fuerzas Armadas.
Asimismo, el Protocolo
Complementario a dicho Acuerdo considera la participación conjunta de
miembros de las Fuerzas Armadas en Operaciones de Mantenimiento de la
Paz dispuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Al
amparo de este protocolo, muchos de nuestros oficiales reciben
entrenamiento y preparación militar en el Centro Argentino de
Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz (CAECOPAZ).
Finalmente, este año, la
esfera de la cooperación militar ha recibido un nuevo impulso a través
de la realización del I Congreso Sudamericano de Inteligencia
Estratégica, efectuado en abril, en este país amigo que hoy nos acoge.
3.2. PROPUESTAS PARA LA
INSTITUCIONALIZACIO’N DE LAS MEDIDAS DE FOMENTO DE CONFLANZA MUTUA
Nuestro gobierno considera
que la creativa y fructífera aproximación bilateral y multilateral
orientada a configurar un clima de estabilidad y confianza mutua
requiere ser institucionalizado. Creemos que de esta manera los
sucesivos avances en torno a las Medidas de Fomento de Confianza
podrían afirmar sus objetivos y alcance pero al mismo tiempo
transformarse en políticas de Estado.
Dicha institucionalización,
sin duda, requiere acompañarse de una política preventiva de
conflictos como el marco adecuado para combinar armónicamente
integración y seguridad regional. En este sentido, nuestra región
requiere dotarse de un importante grado de certidumbre estratégica a
través de mecanismos que permitan proyectar conductas defensivas
predictibles.
Consecuentes con esta idea
propusimos la necesidad de crear un Centro de Prevención de Conflictos
en el marco del Grupo de Río, así como la construcción de un agenda de
seguridad en el marco del Tratado de Cooperación Amazónica. Sin duda,
ambas propuestas requieren un marco de reflexión, consenso y
compatibilización de intereses, pero fundamentalmente requieren el
aporte pluralista y generoso de todos nosotros.
4.1. EL CENTRO DE
PREVENCIÓN DE CONFLICTOS EN EL MARCO DEL GRUPO DE RÍO
Nuestro empeño por crear
este Centro atiende la necesidad de contribuir al diseño y
estructuración de una moderna y creativa diplomacia de defensa que
permita desplegar adecuadamente y en base al consenso, iniciativas que
consoliden y proyecten la paz y la estabilidad regionales. Por ello,
su premisa fundacional postula la construcción de un mecanismo
esencialmente preventivo y predictivo que contribuya a identificar con
anticipación factores de riesgo que limiten la integración,
interfieran el progreso democrático o reduzcan el perfil cooperativo
en materia de seguridad.
El Centro de Prevención de
Conflictos pretende constituir un espacio académico multidisciplinario
y representativo entre los países miembros, con el objeto de
desarrollar trabajos de diagnóstico, programas de investigaci6n,
capacitación de recursos humanos que provean apoyo técnico a sus
gobiernos y tareas de asesoramiento permanente al Grupo de Río sobre
cuestiones vinculadas a la seguridad e integración, políticas de
defensa regionales y Fuerzas Armadas.
Asimismo, se busca
constituir un espacio interactivo de diálogo y conocimiento reciproco
entre civiles, militares, diplomáticos y políticos de la región con el
ánimo de fomentar una cultura estratégica de paz y seguridad,
intentando en la medida de lo posible, traducir nuestros esfuerzos
bilaterales o multilaterales en Políticas Públicas.
El proyecto prevé la
posibilidad de centralizar, procesar e intercambiar información
horizontal en la región, articulando redes de investigación académica
tanto oficiales como privadas. Estas puedan operar en condición de
núcleos u observatorios de análisis estratégico nacional otorgando al
Centro de Prevención la posibilidad de ampliar su perspectiva de
análisis, cotejar la producción de información, acceder a diversidad
de fuentes, producir y mejorar el panorama de consulta e intercambio
de información.
De igual manera, dicho
Centro podría operar como un mecanismo de alerta temprana con
posibilidad de identificar factores de inestabilidad interna con
efecto en las relaciones vecinales o subregionales. No se trata de
introducir una agenda de conflictos tradicionales para resolverlos
sino mas bien de prevenir y anticipar su posibilidad de ocurrencia.
Sensiblemente, en la región existen muy pocas instituciones con
capacidad de desarrollar seguimiento, investigación y estudios
prospectivos al respecto. A su turno, el desarrollo de programas
conjuntos de investigación podría contribuir a identificar ámbitos
cooperativos para estrechar nuestras relaciones, así como diseñar
agendas interactivas que ayuden a superar percepciones tradicionales
de amenaza entre nuestros estados o nuestras fuerzas de seguridad y
defensa.
En suma, lo que se
pretende con la creación de un Centro de Prevención de Conflictos es
avanzar hacia el siglo XXI abonando el camino del entendimiento
recíproco, contribuir al diálogo permanente y fortalecer nuestros
Estados de Derecho ejerciendo plenamente la primacía del orden
constitucional y el respeto al Derecho Internacional. Por otra parte,
resulta fundamental en este momento de transición, apelar a fórmulas
preventivas para mejorar y fortalecer nuestra vocación pacífica
regional.
4.2. LA AMPLIACIÓN DE LA
AGENDA DE SEGURIDAD EN EL MARCO DEL TRATADO DE COOPERACIÓN AMAZÓNICA (TCA)
En septiembre de 1998 ha
surgido un nuevo escenario que augura un importante ciclo de
cooperación y confianza regional a futuro. Se trata de la I Reunión de
Ejércitos Amazónicos convocado por el Estado Mayor Brasileño,
efectuado con el ánimo de explorar canales y mecanismos de cooperación
militar amazónicos. En aquella oportunidad, el Ministerio de Defensa
de Bolivia no sólo participó del evento, sino que comprometió su más
firme apoyo para consolidar este nuevo escenario de integración
militar.
En este contexto, hemos
propuesto la necesidad de incorporar una agenda de seguridad al
Tratado de Cooperación Amazónica (TCA). Creemos que dicho Tratado
ofrece condiciones para crear una Comisión Especial de Seguridad. En
efecto, junto a las Comisiones Especiales de Salud, Medio Ambiente,
Asuntos Indígenas, Turismo, Transportes y Comunicaciones y Ciencia y
Tecnología, hace falta la buena compañía de una Comisión Especial de
Seguridad. Esta permitiría ampliar el horizonte y el alcance del
Tratado. De esta forma, esperamos fortalecer su funcionamiento,
incorporar Políticas de Seguridad Comunes e insertar nuestras Fuerzas
Armadas en la defensa armoniosa y cooperativa de la soberanía de
nuestros respectivos pisos ecológicos amazónicos.
Así pues, el Tratado de
Cooperación abre nuevas perspectivas y oportunidades para concordar
objetivos de desarrollo amazónico conjunto a través de una mayor
empatía en la integración fronteriza. A su vez, nos permitiría
compartir democrática y solidariamente componentes
científico-tecnológicos y usar creativamente nuestras potencialidades
institucionales. Por lo mismo, una agenda de seguridad cooperativa
entre nuestras Fuerzas Armadas, que comparten roles de protección
soberana de la amazonía, podrá a futuro contribuir a mejorar nuestra
comprensión sobre problemas comunes en esta región.
Creemos que esta
iniciativa se inscribe en el espíritu constructivo de la seguridad
regional, así como en la formulación y diseño de escenarios
institucionales para el despliegue de Medidas de Fomento de la
Confianza Mutua entre nuestros pueblos y sus instituciones armadas.
Asimismo, creemos que los
resultados de esta iniciativa pueden dar lugar a la creación, como
mecanismo operativo de la Comisión Especial de Seguridad, de un Foro
Permanente de Seguridad Amazónica con el objeto de dotarle a dicha
Comisión de una agenda de trabajo.
Provisoriamente este Foro
podría cumplir las siguientes tareas: 1) Constituir un espacio de
negociación y consenso para el desarrollo de una activa diplomacia de
defensa amazónica, 2) Contribuir a la solución pacífica y concertada
de controversias, al manejo, prevención y gestión de conflictos, así
como al diseño de sistemas de alerta temprana frente a desastres
naturales y/o crisis de seguridad militar.
Con el tiempo, este Foro
estaría en condiciones de servir de plataforma para la promoción e
institucionalización de Medidas de Fomento de Confianza Mutua en
América Latina.
PALAVRAS DO CHEFE DA
DELEGAÇÃO BRASILEIRA
Excelentíssimo Senhor
Doutor Rodrigo Lloreda Caicedo, Ministro de Defesa Nacional da
Colômbia; Senhores Ministros; Senhores Embaixadores; Senhores
Oficiais-Generais; Senhores Oficiais; Senhoras e Senhores
Em nome da Delegação
Brasileira à III Conferência de Ministros da Defesa das Américas,
agradeço a calorosa recepção que nos foi oferecida pelo Ministério da
Defesa Nacional desse grande país irmão.
O estabelecimento de um
diálogo multilateral na área da defesa continental originou-se em
1991, no âmbito da Comissão de Segurança Hemisférica da OEA e,
posteriormente, nos trabalhos de preparação da Primeira Cúpula das
Américas.
Na Reunião de
Williamsburg, os Estados Unidos, como anfitrião, emitiram comunicado
final em que se alinharam os chamados “PRINCÍPIOS DE WILLIAMSBURG” ,
princípios esses que deveriam nortear as atividades regionais na
matéria. Na prática, a Reunião de Williamsburg significou muito mais a
apresentação de uma oportunidade de um intercâmbio de idéias entre
autoridades dos países do Hemisfério, com atuação e responsabilidade
na área de defesa, do que o estabelecimento de um foro de consultas
sobre a matéria.
Ademais, a cooperação
internacional e as relações cívico-militares já ocupavam em nossos
países papel de reconhecida relevância.
A Reunião seguinte (1996),
em Bariloche, representaria oportunidade adicional de intercâmbio e
fortalecimento da confiança mútua. Na oportunidade, foi debatida a
posição de que as “Reuniões Ministeriais de Defesa” deveriam evitar
duplicidade de funções e de propósitos já estabelecidos por outros
foros institucionalizados como a Junta Interamericana de Defesa (JID),
o Colégio Interamericano de Defesa(CID) e a Comissão de Segurança
Hemisférica da OEA, a par de Acordos bilaterais e multilaterais
vigentes.
As conclusões gerais
registram que a consolidação dos processos democráticos representava
requisito e pilar do desenvolvimento e da estabilidade regionais e que
o papel básico das Forças Armadas continuava a ser o da defesa da
soberania nacional, de acordo com os marcos legais fixados nos
respectivos diplomas constitucionais.
Da mesma forma que as
reuniões anteriores, a “Reunião de Cartagena” deverá propiciar a
retomada do diálogo multilateral regional nos campos da defesa e da
solidariedade hemisférica.
Esse diálogo tem se
mostrado extremamente eficaz, comprovando ser possível retirar de tais
oportunidades resultados objetivos em prol da paz em nosso hemisfério.
Foi assim que, em Williamsburg, a Delegação Brasileira teve o grande
prazer e a honra de anunciar, àquela época, a aceitação, por parte do
Equador e do Peru, de uma zona desmilitarizada e da denominada área
ALFA- passos decisivos para um processo de entendimento que seria
coroado de êxito.
Êxito que nesta terceira
reunião de Cartagena de Índias nos sentimos imensamente felizes de
registrar com a assinatura dos acordos finais de paz entre os dois
países irmãos.
Os registros se encaixam
perfeitamente no objetivo geral fixado pelo Exmo. Senhor Doutor
Rodrigo Lloreda Caicedo, digníssimo Ministro da Defesa Nacional da
Colômbia, para o encontro que hoje iniciamos:
“Buscar que a segurança e
a defesa regionais se fortaleçam, por meio de mecanismos
interamericanos, com o propósito de fomentar o desenvolvimento e
promover a democracia, dentro de um clima de confiança e transparência.”
A nossa união tem
prevalecido nos momentos de dificuldade, como aconteceu também na
recente catástrofe que se abateu sobre a América Central, na qual a
destruição e a morte não conseguiram reduzir abater a vontade de lutar
e vencer dessa brava gente.
Assim sendo, a Delegação
Brasileira chega a esse encontro com o firme propósito de contribuir
para que todos os seus objetivos sejam plenamente alcançados.
Anima-nos a certeza que
ele servirá para estreitar ainda mais os laços de cooperação entre os
países americanos, diante dos desafios que a chegada do Terceiro
Milênio já pronuncia. Unidos em nossos propósitos será mais fácil
vencê-los.
Muito obrigado!!!
STATEMENT BY AMBASSADOR C.
WILLIAM ROSS CANADIAN AMBASSADOR TO COLOMBIA AT THE OPENING SESSION
On behalf of the
Honourable Art Eggleton, Canada’sMinister of National Defence, I’m
honoured to participate in the Third Defence Ministerial of the
Americas Conference. Me gustaria agradecer a las autoridades
Colombianas por su calurosa recepcion y la eficiente organizacion tan
evidente durante la reunión técnica en Bogotá y aqui mismo. It is
fitting that this meeting, focussing on peace and security, is taking
place in Colombia. We applaud recent peace initiatives by President
Pastrana and his government, and we note the key role that you and
your department, Mr. Minister, will play in this process of
reconciliation.
The second Defence
Ministerial in San Carlos de Bariloche, Argentina was an important
milestone in collective consultations on hemispheric security. It gave
our countries an opportunity to discuss, at a senior level, a wide
range of security issues, to share our expertise and experience and to
develop strategies for the future.
Earlier this year during
his visit to Chile, Prime Minister Chrétien summed up the Canadian
perspective on the Americas when he said, “our hemispheric identity is
an active state of mind and a vital link to our future”. We are
becoming, he said, “una gran familia”.
By this he was referring
to Canada’s ties throughout the Americas which, over the last decade
in particular, have widened and deepened so that we have, indeed,
become a family of nations. Cette famille est composeé de diverses
cultures, diverses langues et une vaste gamme de races, mais elle est
en mëme temps unie par toute une série de valeurs et de buts partagés.
Indeed, Canada sees itself
as a country of the Americas. At home in Canada, we are enriched by
the contributions made by immigrants from throughout the hemisphere --
people who represent an important part of Canada’s cultural mosaic.
Our sense of community and
solidarity led us to recently send men and women of the Canadian
Forces to work side-by-side in Central America with local defence
forces and those affected by the devastation caused by Hurricanes
Georges and Mitch. One illustration of the practical role militaries
play in disaster relief was the ability of the Canadian Forces
Disaster Assistance Response Team to deploy quickly to anchor
subsequent relief efforts. Another is our support for the OAS-led
mission to assess the impact of Hurricane Mitch and devise new mine
action programmes. This continuing tragedy underscores the importance
of ratification by signatories of the Ottawa Treaty on landmines.
On the trade front, too,
our relations are strong and, for a country like Canada that is
dependent upon trade, this is very important. While we have enjoyed a
long history of commercial relations with the countries of the
Americas, in recent years we have been at the forefront in promoting
freer trade throughout the hemisphere. The North American Free Trade
Agreement and our Free Trade Agreement with Chile symbolize this
belief, but this is just the beginning. We have thrown our support
behind the concept of a free-trade area of the Americas and are
determined to realize that by the year 2005. We are honoured to have
been chosen to Chair the first round of negotiations in support of
this effort. But it is not only in the area of trade where our
countries have grown closer together.
In keeping with our 1994
Defence White Paper, we have expanded our bilateral and multilateral
military activities in this region. These include joint training,
personnel exchanges and participation in a number of high level
conferences. The Canadian naval frigate HMCS Winnipeg, for example,
just returned to Canada from South America, where she took part in the
UNITAS naval exercises.
We also believe in
expanding our involvement through multilateral fora such as this one
and service- specific conferences such as the Conference of the Armies
of the Americas, the Inter-American Naval Conference and the System
for Cooperation Among the Air Forces of the Americas. And, since
joining the Organization of American States in 1990, we have focused
our efforts within that organization as a means through which to
advance our broader security objectives of economic prosperity,
stability and democratic development among our hemispheric partners.
We have also fostered
closer relationships with hemispheric partners. We have focused our
efforts on training in peacekeeping and civil-military relations. For
example, regional peacekeeping training, seminars in Buenos Aires,
Argentina, and Kingston, Jamaica, have illustrated our common interest
in contributing to stability and durable peace. As well, through
training provided under the Police Training Assistance Program,
through which we have endeavoured to promote stable democratic growth
or countries in the region.
Of course, the countries
of the Americas have come together on the global stage, where we have
benefitted from cooperating in many areas. In particular, we are
cooperating more closely with our hemispheric defence and police
partners in peace support operations in this region and throughout the
world. Strengthening our dialogue on peace and security issues assumes
even greater importance as we prepare to take our seat on the UN
Security Council on January 1, 1999.
All of these initiatives
are important because the world we live in is a turbulent one. Over
the next few days, we have an opportunity to continue working towards
our common objectives – by sharing our knowledge and experience on a
wide range of issues and by coordinating more of our respective
efforts in the security sphere.
We warmly embrace this
opportunity and look forward to working closely with all the nations
participating in this Ministerial.
EXPOSICIÓN CONJUNTA
ARGENTINA-CHILE
Medidas de Confianza Mutua
Los cambios que han
afectado al sistema de Seguridad Regional desde el término de la
Guerra fría, han sido objeto de múltiples análisis y disquisiciones
que -a su vez- han producido una serie de discusiones a nivel mundial,
regional, subregional y bilateral entre los estados. A partir de ello,
en el Sistema Interamericano se ha ido estructurando una nueva Agenda
de Seguridad, con miras a superar las deficiencias que mostraba el
multilateralismo vigente hasta ese entonces.
Con ese marco de
referencia, Argentina y Chile han ido adoptando, en forma creciente,
enfoques similares respecto de los desafíos que presenta este nuevo
escenario internacional.
El amplio contexto de la
relación bilateral, marcado por la vecindad y un proceso de
integración en marcha, ha fortalecido la confianza y la amistad entre
ambos países. El proceso de integración física, impulsado desde hace
más de dos décadas, les ha facilitado acogerse hoy a los beneficios
del desarrollo, marcado por un incremento en los vínculos comerciales
y una red de inversiones recíprocas, hechos ciertos que sustentan una
cooperación interestatal cada vez más real y eficiente, la que, junto
a otras situaciones y hechos de carácter político, cultural y social,
han contribuido en un mejor conocimiento mutuo. El Mercosur se
transforma, entonces, en una buena expresión de esta comunidad de
intereses que va mostrando la evolución de las relaciones
chileno-argentinas.
Este cuadro no habría sido
posible, sin haberse dado en condiciones de paz y estabilidad, un
patrimonio común que es necesario preservar a través del ejercicio de
la democracia, el desarrollo económico y pleno respeto a los Derechos
Humanos.
Se puede decir que la
voluntad política de complementación ha presidido la relación entre
Argentina y Chile, entendiendo que la nueva situación internacional
los ha motivado a multiplicar las instancias de dialogo, para abordar
conjuntamente las complejidades del sistema.
En ese contexto los temas
tales como la Seguridad y la Defensa ocupan un lugar relevante. Ellos
son aproximados por ambos Gobiernos a tres niveles. El político
propiamente tal, el político-estratégico y el puramente estratégico.
Los tres teniendo como referencia la necesidad de implementar un
proceso de estimulo a la Confianza Mutua, a nivel bilateral primero,
pero con irradiación al ámbito subregional y regional. Así, junto con
participar activamente en el ámbito de la Organización de Estados
Americanos (OEA) en pos de tal objetivo, han sido capaces de impulsar
una cantidad de Medidas de Fomento de la Confianza Mutua,
principalmente aquellas de carácter militar que permiten allanar el
camino para superar diferencias y disipar aprehensiones en el ámbito
de la defensa y la seguridad, fortaleciendo, por ende, una relación
política cada vez más rica y pródiga en acontecimientos de importancia.
A partir de 1990 se inició
una nueva fase en las relaciones, lo que posibilitó la solución de la
totalidad de las diferencias territoriales sobre la base del diálogo y
las compensaciones mutuas. Paralelamente, se comenzaron a
institucionalizar las relaciones entre las ramas de las Fuerzas
Armadas de los dos partes y entre el Estado Mayor Conjunto Argentino y
el Estado Mayor de la Defensa de Chile, adquiriendo todas densidad y
profundidad.
Así, del amplio Catastro
de Medidas de Confianza de carácter militar existente, los Estados
Mayores y Altos Mandos, con la refrendación de los Ministros de
Defensa respectivos, establecieron un Reglamento de 8 Medidas, a
saber:
Medida N° 1 “Ejercicios
Combinados entre Fuerzas Armadas”
Medida N° 2 “Conferencias
Bilaterales de Inteligencia”
Medida N° 3 “Intercambio
de personal militar en actividades de Instrucción y Entrenamiento y
otras de carácter Profesional”
Medida N° 4 “Reuniones de
carácter Profesional y de Inteligencia entre Comandantes de
Guarniciones y de Zonas Navales fronterizas”
Medida N° 5 “Invitación
recíproca a participar en efemérides históricas y en eventos de
carácter protocolar, social, cultural, artístico y deportivo, tanto en
el ámbito nacional como fronterizo”
Medida N° 6 “Intercambio
de Revistas y Publicaciones de interés para las Fuerzas Armadas”
Medida N° 7 “Facilidades
de bienestar para el personal militar de ambos países”
Medida N° 8 “Cooperación
Científico-Técnico en materias de interés común”
Todas ellas, para avanzar
en la aplicación de caminos de entendimiento que son centrales en la
aplicación de la diplomacia preventiva que permite, a su vez, ir
estableciendo un proceso acumulativo de transparencia que, amén de la
puesta en marcha de estas medidas específicas, desarrolla un código de
conducta destinado a prevenir situaciones de crisis y conflicto.
Conjuntamente con la
aplicación de estas medidas, Argentina y Chile han establecido
mecanismos de concertación política de alto nivel gubernamental,
expresados en reuniones regulares de los Cancilleres y Ministros de
Defensa para tratar en una Agenda abierta diversos temas relacionados
con la Seguridad y la Defensa, tanto en el ámbito bilateral como
hemisférico. Las reuniones de Zapallar en Chile y Campo de Mayo en
Argentina, el año pasado y éste respectivamente, han sido ocasiones
propicias para desarrollar marcos conceptuales comunes e impulsar
iniciativas de especial impacto para la vinculación bilateral. La
realización de ejercicios militares combinados surgieron efectivamente
de estos encuentros, como así también la idea de solicitar
conjuntamente a la CEPAL el estudio de una metodología común para
medir el Gasto en Defensa.
Hoy se puede exhibir, ante
este distinguido auditorio, la realización de Ejercicios Combinados e
entre las Armadas y las Fuerzas Aéreas de los dos países, que hace
unos pocos años Aparecían como muy lejanos. También se destaca los
estudios para iniciar próximamente algunos en terreno entre los
Ejércitos de los dos países. En ese mismo orden de ideas, si bien con
un referentes y objetivo distinto, pero siempre en el marco de la
integración, la Gendarmería Argentina y Carabineros de Chile han
realizado intercambios y realizado ejercicios a ambos lados de la
frontera.
Respecto del tema del
Gasto en Defensa, la acción conjunta emprendida, pionera en la región,
esté orientada a perfeccionar la transparencia, lo que resulta
enteramente compatible con la decisión de los dos países de explicitar
sus políticas de defensa, bajo propias modalidades. En efecto, tanto
las Directivas Presidenciales de Gobierno Argentino como el Libro de
la Defensa de Chile, son contribuciones concretes a la nueva Agenda de
Seguridad Regional. Si a esto se le suma la Declaración del Mercosur
como Zona de Paz suscrita este año por los países del Bloque, mas sus
asociados, como es el caso de Chile, se esté en presencia de avances
sustanciales en el dialogo y la comunicación tan necesarios para
profundizar la Confianza Mutua.
Dentro de los compromisos
e iniciativas llevadas adelante, cabe incluir la conformación del
Comité Permanente de Seguridad Argentino-Chileno (CONVERSEG),
escenario hacia el cual convergen los estamentos políticos, fuerzas
armadas y académicos de los dos países, orientados a ‘establecer una
interlocución sintonizada en materias de Seguridad y Defensa. Desde
noviembre de 1995, fecha de su creación, hasta hoy ha sesionado en
cinco oportunidades, altemadamente en Buenos Aires y Santiago, sobre
la base de una Agenda acordada que incluye aspectos de la Seguridad
Internacional, así como temas bilaterales que se derivan de una
dinámica vinculación.
La iniciativa de crear
este Comité, que congrega a Cancillerías y Ministerios de Defensa,
surgió en Buenos Aires en 1994, con ocasión de una Reunión de Expertos
de la región, que buscaban establecer medidas más sustantivas para
lograr un ambiente pacifico y más estable en la región conforme los
desafíos de la modernidad y el desarrollo, donde las perspectivas de
cooperación y dialogo en materias de defensa no podían separarse de
los procesos de integración política y económica que se incrementaban
vertiginosamente.
Con este marco de
referencia, los dos países trabajaron también para contribuir a darle
vida a la Ia. Conferencia Regional sobre Medidas de Fomento de la
Confianza y Seguridad, que se celebr6 en Santiago en noviembre de
1995, con la concurrencia de todos los países de la región y que tuvo
un seguimiento reciente este año en El Salvador en la Iª Conferencia
sobre la material cuyas resoluciones y recomendaciones estén en pleno
proceso de implementación en ambas capitales.
La determinación de
compartir una visión conjunta de estos desafíos, teniendo como núcleo
la democracia, el progreso y la Paz, ha seguido dando frutos en lo que
a la relación argentino-chilena se refiere. Así, se Ilegó a la Ila.
Reunión de Ministros de Defensa celebrada en Bariloche, donde los
Gobiernos sintonizaron posiciones, amparados en un marco de confianza
y de percepciones similares, acordaron previamente a esa Conferencia
acotar el espíritu de Williamsburg en una Agenda más precisa, que
recogiera tanto temas de interés universal, como serian, por ejemplo,
la participación de los países de la región en Operaciones de Paz y
otras iniciativas importantes en el ámbito de la Seguridad,
destacándose el tratamiento de las Minas Antipersonal, como un asunto
de prioridad subregional y de alcance planetaria.
Hoy se llega a Cartagena
de Indias por un carril más estructurado, además de reconocido por los
propios Mandatarios del Continente en la II Cumbre Hemisférica,
realizada este año en Santiago, cuyo Plan de Acción contempla un
capitulo dedicado a la Seguridad y a las Medidas Para fomentar la
Confianza Mutua, en el cual las Cancillerías y autoridades de Defensa
tienen un trabajo que cumplir. Este evento en Cartagena de Indias es
un ambiente propicio para empujar los lineamientos y tareas expresa os
en la Declaración de Santiago. Es propio destacar el tratamiento
riguroso que le han dado los Ministerios de Defensa de Chile y
Argentina a los objetivos que la región se ha trazado en materia de
Seguridad.
Argentina y Chile, desean
entregar hoy un testimonio de cooperación, basado en un trabajo
conjunto largo y complejo que ha significado traspasar muchas barreras,
derribar algunos mitos y perseverar en la transparencia, que sea el
fiel reflejo de una voluntad con fin de concretar acciones comunes.
Nuestra región en general y nuestros países en particular están
atravesados por una transformación profunda de sus relaciones inter-estatales,
atizadas por una corriente económica y de comercio que dinamiza la
vinculación, produciendo un flujo de informaciones e intercambio de
diferente tipo que alcanza niveles que sobrepasan largamente la Agenda
Histórica que ha marcado la relación entre los países, lo que en el
caso de Chile y Argentina llegó, muchas veces, a estar sobrecargada de
tensiones. Hoy la convergencia entre ambos afortunadamente no solo es
política sino que abarca muchos otros aspectos, cuyas dinámicas
reclaman, naturalmente, un involucramiento más amplio y de todos los
sectores de las respectivas sociedades, conforme el curso de los
acontecimientos que se suceden en los distintos ámbitos. De ahí, el
interés reciproco de chilenos y argentinos por fomentar la
participación de los estamentos académicos, empresariales y de la
prensa en la discusión de los temas de Seguridad y Defensa. El punto
de inflexión de una relación centenaria e institucional vinculación
esté más determinado, entonces, por el mayor nivel de interlocución y
percepción de confianza que pueda existir entre los estamentos
militares de los dos países. Si todavía este no se ha logrado, estamos
trabajando afanosa y transparentemente, a través de tantas y variadas
iniciativas que cubren temas disimiles y de sensibilidad para la
formulación de las políticas de defensa. La ciencia y la tecnología,
la formación de civiles en el ámbito de la defensa y la cooperación
militar son algunas de ellas.
Ambos Agobiemos están
dando muestra, a través de todas estas acciones reselladas, que están
en condiciones de abordar conjuntamente los temas de Seguridad, en
distintos niveles y ámbitos. No caben dudas y renuncios. La
cooperación es vital, principalmente cuando ambos países son parte de
una subregión, donde la inclusión de este tema resulta insoslayable,
si se considera el marco de transformaciones políticas y económicas
que se suceden y que corresponde enfrentar adecuadamente y con
criterios renovadores.
La re-conceptualización de
la Seguridad en el ámbito regional, a la luz de las circunstancias
actuales, es una tarea que ya se inició y que merece ser terminada
prontamente, atendido que los mecanismos existentes no están
respondiendo a las demandas de los países en estas materias. El
Sistema Interamericano en si necesita ser re-adecuado de cara a las
circunstancias y desafíos que conlleva transitar hacia un nuevo
milenio. Las relaciones entre los Estados de la región se presenta muy
demandante en cuanto a obtener respuestas adecuadas para satisfacer
las inquietudes y los riesgos emergentes en un ambiente de paz y
seguridad. Chile ha postulado la idea de buscarlas en nuestro propio
entono y de acuerdo con nuestras propias capacidades: La realización
de una Conferencia Especial en el marco de la OEA para abordar el tema
de la Seguridad Regional, es una buena alternativa que ya ha
encontrado eco. Argentina, por su parte, ha aplaudido e impulsado esta
y cualquier otra iniciativa en beneficio de enfrentar tal desafío. De
ahí que lo que avancen los dos países conjuntamente, será fundamental
para construir un real y eficaz cuadro de confianza.
Los poetas le han cantado
a O’Higgins y San Martín, teniendo como referencia la historia
confirma que ambos contribuyeron, decisivamente, a escribir. Los dos
fueron ciudadanos de América antes que de sus países. En otras
palabras, como tantas veces se ha dicho: Fueron cruzados de la
independencia americana. En ambos lados de la Cordillera se ha tomado
su ejemplo para fortalecer la Confianza Mutua entre argentinos y
chilenos.
PALABRAS DEL SEÑOR
MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL DE COLOMBIA
Las últimas décadas han
sido trascendentales para nuestro hemisferio, pues pasamos de una
situación de conflicto y polarización como la que vivimos en los años
80 en Centroamérica a una relación de cooperación e intensificación de
los procesos de integración, los cuales, con la voluntad de nuestros
gobiernos, nos llevarán a la construcción de la Zona de Libre Comercio
antes del 2005.
Nos encontramos en las
puertas del nuevo siglo con una perspectiva diferente, la perspectiva
de la paz y la seguridad regional. Este hecho no es gratuito, es el
producto de la reflexión, del trabajo arduo y principalmente de la
voluntad de nuestros Estados de crear un hemisferio donde predomine la
amistad y la convivencia, condiciones indispensables para promover el
desarrollo económico y social de nuestros pueblo.
En el ámbito americano se
está viviendo un fenómeno que ha implicado la adecuación del papel de
las Fuerzas Militares en la vida institucional de las naciones, siendo
ellas parte importante y fundamental de la preservación del sistema
democrático.
Esto se ha logrado, a
través del compromiso que hemos adquirido en las instancias regionales,
subregionales y bilaterales, como son las Cumbres de las Américas de
Miami y Santiago de Chile, las Conferencias de Ministros de Defensa de
Williamsburg y San Carlos de Bariloche, entre otras.
Es por ello que la región
ha direccionado su esfuerzo hacia la creación de medios de confianza,
instancia fundamental para el mantenimiento de la paz. Gracias a ese
nuevo espíritu registramos con satisfacción cómo dos países hermanos
consolidan un proceso de paz, que les permitirá enfrentar los retos y
desafíos del próximo milenio de manera conjunta y coordinada; me
refiero, por supuesto, al Tratado que suscribieron los gobiernos de
Ecuador y Perú hace apenas unas semanas cuya implementación pondrá fin
a una dispuesta territorial de más de treinta años.
Es loable también, el
proceso de construcción de confianza entre Argentina y Chile. Estos
dos Estados han logrado la solución de sus disputas territoriales por
medio del diálogo y las compensaciones mutuas, pero también mediante
la institucionalización de sus relaciones en el plano militar.
En el área centroamericana,
es preciso resaltar los logros e integración de las Fuerzas Militares
a través de la Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas “CFAC”.
A través de este mecanismo subregional de naturaleza militar, se ha
logrado crear un clima de confianza y se mantienen esfuerzos
permanentes de cooperación, coordinación y apoyo mutuo para contribuir
a la seguridad, al desarrollo y a la integración regional.
Con los países del área
andina, Colombia ha logrado importantes avances de cooperación militar.
En el caso del Perú se
desarrolla con éxito el mecanismo de las Rondas de Conversaciones
entre los Altos Mandos Militares. Es un mecanismo que permite el
conocimiento personal y el intercambio de información, experiencias,
intereses y objetivos. La más reciente reunión culmina la semana
pasada en Medellín. Venezuela y Colombia han implementado también en
los últimos años mecanismos prácticos de cooperación . La Fuerza
Pública Colombiana y las Fuerzas Armadas de Venezuela operan
coordinadamente para enfrentar la delincuencia en la extensa zona de
frontera. Esta coordinación no sólo compromete a los Ministros y a los
Mandos Militares, sino que se extiende al más alto nivel de mando,
hasta el más bajo, es decir las tropas que operan en las bases y
puestos fronterizos.
Sobre el nuevo papel que
deben asumir nuestras Fuerzas Militares en las sociedades democráticas,
es importante que intensifiquen su participación activa en el
desarrollo económico y social de nuestros pueblos. Todos los aquí
presentes tenemos experiencias con respecto al compromiso de nuestros
ejércitos para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos,
especialmente en las áreas más alejadas, inhóspitas y pobres de
nuestras naciones. Esta participación se refleja especialmente en vías
de comunicación, educación y salud.
No podemos clausurar este
encuentro sin referirnos a los derechos humanos y al derecho
internacional humanitario, temas que están adquiriendo cada vez mayor
preponderancia en el ámbito universal.
Los Estados y por ende las
Fuerzas Militares, son conscientes de su responsabilidad frente a este
sensible tema. Es por ello que las conductas por acción o por omisión
que los vulneren, deben ser censuradas, investigadas y sancionadas con
absoluto rigor sin consideración de las calidades personales,
políticas, económicas o sociales del agresor o del agredido. La
legimidad de la Fuerza Pública depende en alto grado del compromiso
que tenga con el respeto a los derechos humanos.
En el tema de los
desastres naturales, quiero aprovechar esta oportunidad que me brindan
mis colegas del hemisferio para enviar un saludo de solidaridad a
nombre de los Ministros de Defensa de las Américas, a nuestros
hermanos de Centroamérica y El Caribe que se vieron afectados por la
devastadora acción de los huracanes George y Mitch.
Frente a estas tregedias
es necesario que nuestro hemisferio, proyecte la creación, bien en el
ámbito de la Organización de Estados Americanos o en el Banco
Interamericano de Desarrollo, de un fondo que prevenga y alivie las
dificultades que se presenten por los embates de la naturaleza, así
como para aliviar las angustias de Estados, que por su tamaño o
condición económica, no pueden enfrentar los daños que causan.
Y un asunto final: el tema
de la cooperación hemisférica en la lucha contra el terrorismo, las
drogas ilícitas y el tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos.
En relación con el
terrorismo, es importante, como señalaba el día de ayer el Señor
Secretario de Defensa de los Estados Unidos, William Cohen, que
debemos identificar las diversas etapas de este delito. De una parte,
las medidas preventivas a través del intercambio de información,
precisa y oportuna. Y en una segunda fase, la capacidad de reacción
después de un ataque terrorista, con los recursos necesarios para
enfrentar los efectos inmediatos y subsecuentes de esas acciones
criminales.
Con respecto al tema de la
drogas ilícitas, es preciso que este tema sea abordado de manera
conjunta y con la participación de toda la Comunidad y Internacional,
pues es un mal que afecta por igual a los países productores y
consumidores. Debemos enfrentar este flagelo en forma decidida. Así lo
hemos hecho en Colombia. A la fecha, durante 1998, se han fumigado más
de 60 mil hectáreas de cultivos ilícitos, se han incautado más de 315
toneladas de hoja de coca, 50 toneladas de base, más de 45 toneladas
de marihuana y casi 500 kilos de morfina y heroína.
Quiero ser reiterativo en
torno a la decisión de mi gobierno de enfrentar decididamente el
narcotráfico, lo hacemos por convicción y no por obligación. El daño
que ha causado a nuestros países es incalculable.
Antes de terminar,
considero importante mencionar la necesidad de combatir también el
tráfico ilícito de armas municiones y explosivos, delito íntimamente
relacionado con el comercio ilícito de drogas, pues con el dinero del
narcotráfico se compran las armas para asesinar a los soldados y
policías de mi país.
Señores Ministros y Jefes
de Delegación: Gracias por su presencia en Colombia. Esta reunión va
más allá de los documentos y las conclusiones, ha sido un foro para
reafirmar la amistad perdurable de nuestros pueblos.
PALABRAS DEL MINISTRO DE
SEGURIDAD PÚBLICA DE COSTA RICA
Al cumplirse hoy el 50
aniversario de la abolición del Ejercito en Costa Rica, la legislación
faculta al Ministerio de Seguridad Pública para que a través de la
Fuerza Pública garantice de aseguramiento de la soberanía e integridad
territorial y el mantenimiento del orden público. Ambas funciones
combinadas repercuten en la seguridad ciudadana.
La justificación de
nuestra participación en esta reunión radica en los problemas comunes
entre algunas naciones americanas, tales como: el trasiego ilícito de
drogas, de armas prohibidas, susceptibilidad a los desastres naturales,
el terrorismo, toda forma de violación a los derechos humanos, el
problema de las minas antipersonales, el robo internacional de
vehículos, el problema de migraciones ilegales y la destrucción del
ambiente, entre otros.
Para combatir estos males
consideramos oportuno la integración de los países en frentes comunes
y coordinar acciones para amalgamar el conocimiento, la experiencia,
el recurso humano y económico, tendientes a militarlos o erradicarlos.
Deseamos manifestar
nuestro apoyo al Gobierno y pueblo de Colombia que han hecho insignes
esfuerzos para lograr la anhelada paz que merecen.
Felicitamos al los
Gobiernos de Ecuador y Perú por los acuerdos y conversaciones
tendientes a resolver sus problemas limítrofes pacíficamente y que nos
dan una muestra del entendimiento entre naciones vecinas.
Finalmente agradecemos el
Sr. Ministro de Defensa, a la Fuerza Pública y pueblo de Colombia;
permitirnos participar en un evento histórico como también lo es la
Ciudad de Cartagena de Indias y lo que representa.
Muchas gracias.
PALABRAS DEL SEÑOR GENERAL
JOSÉ GALLARDO ROMÁN MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL
ECUADOR
Apoyo de las Fuerzas
Militares en el Desarrollo Económico y Social de las Naciones
Respondiendo al tema
propuesto para esta conferencia por el Ministerio de Defensa de mi
país, me es grato mencionar algunas experiencias de las Fuerzas
Armadas del Ecuador en el apoyo económico y social de la nación.
La aspiración de toda
familia de disfrutar de educación, asistencia médica, servicios
básicos y un techo propio, se frustra año tras año, porque los padres
carecen hasta de un puesto de trabajo seguro.
El éxodo creciente del
campo a la ciudad de personas que buscan mejores condiciones de vida o
simplemente una oportunidad para trabajar, va ampliando los cinturones
de miseria y desesperanza. Así, a la pobreza de las áreas rurales se
suma la del suburbio.
No es necesario repetir
las estadísticas de esta tragedia, porque son perfectamente conocidas.
Las actividades que
realizan los diferentes organismos del Estado para fortalecer la
economía y crear los recursos necesarios para solucionar tantas
carencias acumuladas, no producen resultados inmediatos y los reclamos
legítimos aumentan y las tensiones sociales se vuelven explosivas.
Las Fuerzas Armadas, al
igual que las otras instituciones del Estado y toda la sociedad,
tienen el deber de colaborar, con los medios disponibles, al
desarrollo social y económico.
En el caso del Ecuador, la
Constitución Política del Estado dispone que “La ley determinará la
colaboración que la Fuerza Pública, sin menoscabo de sus funciones
específicas, prestará para el desarrollo social y económico del país”.
En cumplimiento de la
norma constitucional y de las leyes correspondientes, las Fuerzas
Armadas realizan, a favor de la población, las siguientes actividades.
Atención médica y
odontológica gratuita, pero en forma limitada debido a la falta de
recursos económicos. Campañas de saneamiento ambiental, vacunación y
desparasitación en colaboración con el Ministerio de Salud y diversas
instituciones públicas y privadas. Orientación y entrenamiento de la
población para que obtenga el mayor provecho de los productos y
alimentos existentes en el área. Construcción y repararación, en
conjunto con la comunidad, de aulas escolares, casas comunales,
dispensarios médicos, caminos vecinales, pequeños puentes, canales de
riego, conduciones de agua para uso humano, alcantarillado y letrinas.
Construcción de vivienda popular en las áreas rurales, con la
participación de los beneficiarios y utilizando materiales del lugar.
Establecimiento de tiendas y farmacias comunitarias, en lugares
donde la comercialización es deficiente. Asignación de profesores
militares en poblaciones remotas, que no reciben este servicio del
Ministerio de Educación. Realización de cursos: • De primeros
auxilios. • De preparación agropecuaria. • De producción de plántulas
y reforestación. • De formación de guardias forestales. • De hilado y
tejido con el propósito que los indígenas confeccionen su vestuario.
Esta labor, que ha
consitado la gratitud de la población, ha hecho posible controlar, sin
derramamiento de sangre, de fuertes levantamientos indígenas en
sectores donde son mayoría.
Para estas actividades, se
asignan pequeños recursos presupuestarios, los que se multiplican
gracias a la disciplina, organización y equipamiento de las Fuerzas
Armadas.
Las Fuerzas Armadas
también refuerzan el control de los parques naturales con el propósito
de evitar daños al medio ambiente, realizar salvataje en caso de
accidentes y proteger a los turistas contra la delincuencia.
Llevan a cabo programas de
reforestación, actividad en las que son pioneras.
Para coadyuvar a la
Educación han establecido 19 unidades educativas, a las que asisten
alrededor de 20.000 niños y adolescentes. Imparten instrucción
superior en la Escuela Politécnica del Ejército a 7.559 alumnos, de
los cuales el 95% son civiles, y proporcionan educación a distancia a
5.424 alumnos que, en un 20%, son civiles. Adscritos a la Escuela
Politécnica, funcionan el Instituto Agropecuario Andino y el Instituto
Tecnológico Superior.
La acción de educar con
claros valores éticos y cívicos, las Fuerzas Armadas además la
proporcionan a través de la instrucción de las Fuerzas de Cooperación
Cívica que se realiza los días sábados con aproximadamente 40.000
estudiantes de los cuales el 35% son mujeres. En esta instrucción se
imparte conocimientos de primeros auxilios, ayuda en desastres y
actividades de apoyo al desarrollo de la población marginada.
Basado en la disposición
constitucional, que dice: “Las Fuerzas Armadas podrán participar en
actividades económicas relacionadas con la defensa nacional”, el
Ejército organizó una Dirección de Industrias, cuyas empresas generan
alrededor de 5.000 puestos de trabajos directos; la Fuerza Naval
estableció los Artilleros Navales, que emplean a 700 personas; la
Fuerza Aérea creó la Dirección de Industrias Aeronaúticos que
actualmente repara aviones comerciales del país y de otros países.
Una institución muy útil
en la constucción vial y en la reconstrucción en casos de desastres es
el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.
Para atender los
requerimientos de levantamientos cartográficos, el Ejército dispone
del Instituto Geográfico Militar, al cual se halla adscrito el Centro
de Levantamiento Integrado de Recursos Naturales por Sensores Remotos,
que trabaja mediante rastreo satelital.
Para la investigación
oceanográfica, geofísica y del medio ambiente, la Fuerza Naval cuenta
con el Instituto Oceanográfico que, entre otras actividades, opera una
estación de investigación en la Antártida.
En el sector del
transporte, la Fuerza Naval opera la Flota Petrolera Ecuatoriana, y la
Fuerza Aérea los transportes Aéreos Militares que sirven a 34
poblaciones.
En las actividades de
carácter económico, las empresas de las Fuerzas Armadas no tienen
exoneraciones tributarias ni otras ventajas que perjudique a las
empresas privadas.
Actúan en zonas
geográficas y en actividades donde, cuando se crearon, no habían
empresas privadas. Actualmente, realizan una creciente integración con
éstas.
Es indudable que las
empresas militares han permitido elevar el nivel tecnológico y ahorran
al Ecuador un caudal importante en divisas.
El trabajo conciente y
entusiasta de las Fuerzas Armadas, a favor del desarrollo económico y
social, fortalece la fe del pueblo en el Gobierno y crea confianza en
los militares, sentimientos sin los cuales no es posible la paz
interna.
La paz acordada, permitirá
que los pueblos de Perú y Ecuador se beneficien del trabajo de sus
Fuerzas Armadas.
Llegamos a la anhelada paz,
gracias a la cooperación de los países de nuestro continente,
particularmente de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de Norte
América.
En nombre de mi patria
agradezco la preocupación generosa de los pueblos de América por la
paz de dos pueblos hermanos.
Creemos que las naciones
de América estarán cada vez mas unidas por el impulso de sus ideales y
creencias comunes.
Estos ideales tienen un
nombre: LA DIGNIDAD DEL PUEBLO.
PALABRAS DE JAIME GUZMÁN
MORALES GENERAL DE DIVISIÓN MINISTRO DE LA DEFENSA NACIONAL REPÚBLICA
DE EL SALVADOR
Señor Presidente de la
Conferencia Señores Ministros Señores Delegados Señores Observadores
Señoras y Señores
Permítaseme en primera
instancia, agradecer al Señor Ministro de Defensa Nacional, Doctor
Rodrigo Lloreda Caicedo y al noble pueblo colombiano, por la generosa
hospitalidad que nos brindan, en ocasión de la realización de esta
trascendental Tercera Conferencia de Ministros de Defensa de las
Américas que ahora se inicia.
Consideramos que la
temática de esta Conferencia, debemos analizarla a la luz del fenómeno
de la mundialización, el cual está generando nuevas demandas y
desactualizando otras.
Dentro de ese contexto, se
están perfilando nuevas concepciones de seguridad, entre ellas, la
seguridad global, en la cual las fuerzas armadas, tienen un papel
decisivo, para coadyuvar al desarrollo, la democracia, la restauración,
el mantenimiento y la construcción de la paz. Este nuevo escenario,
nos planteará cada vez nuevos problemas a resolver y cuya solución,
requerirá de un sistema integral de seguridad, como también de la
confianza, la transparencia y la voluntad de cooperación.
El marco de esta Tercera
Conferencia, es propicio para recordar, que ésta tiene su fundamento
en la Declaración de Principios de la Cumbre de las Américas de 1994,
en la que los líderes del hemisferio, se comprometieron a fomentar las
instituciones democráticas y la seguridad del continente; de igual
manera, en aquella histórica Primera Reunión de los Ministros de
Defensa celebrada en Williamsburg, Virginia, en 1995; y que de acuerdo
con el espíritu filosófico de ella, cobran relevancia, la realización
de la Segunda Reunión en San Carlos de Bariloche, Argentina, y la que
hoy iniciamos; como también, las Conferencias Regionales sobre las
Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad, celebradas la
primera, en Santiago de Chile y la segunda, en San Salvador.
Dentro de ese ámbito,
deseo expresarle que Centroamérica está avanzado hacia la integración
regional, la cual ha forjado un nuevo modelo de seguridad que está
contenido en el Tratado Marco de Seguridad Democrática en
Centroamérica. Este modelo, principalmente está fundamentado en la
democracia, en el fortalecimiento de sus instituciones, en el Estado
de Derecho y en el respeto a los derechos humanos.
Así, en materia de las
medidas de fomento de la confianza, relevancia particular, tiene la
implantación del Plan Anual de dichas medidas, por parte de la
Comisión de Seguridad de Centroamérica. De igual manera, el Tratado
Marco, con respecto a la cultura de paz, establece la promoción de la
misma, y en ese ámbito, nos complace expresar, que en coordinación con
la UNESCO, se han desarrollado dos foros militares centroamericanos en
esa materia, el primero en San Salvador, y el segundo en Guatemala.
Asimismo, en el marco de
la integración regional, en noviembre de 1997, los Presidentes de las
Repúblicas de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, crearon la
Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericanas.
En la actualidad,
Centroamérica vive una época de cambios, de desafíos y de transiciones,
orientada a convertirla en una región plena de paz, libertad,
democracia y desarrollo.
Pero también, al igual
como en otras partes del hemisferio, se visualizan amenazas, que
tienen su origen entre otros, en la pobreza, el deterioro del medio
ambiente, la narcoactividad y en las de carácter natural; tales como
la del Huracán Mitch, cuyo curso caprichoso cobró cantidad de vidas
humanas, y ha resquebrajado el proceso de desarrollo en la región.
Pese a lo anterior,
permítaseme expresar que en el caso de El Salvador, se está avanzando
hacia la sociedad integral, en la que prevalezca un ambiente de
estabilidad, paz, desarrollo, seguridad y democracia.
Desde esa perspectiva,
nuestro Gobierno ha elaborado y difundido la propuesta denominada
“Bases para el Plan de Nación”, en la que expresa: «Aspiramos a un
país moderno..., queremos en resumidas cuentas, un país del que todos
podamos sentirnos orgullosos».
En congruencia con esa
propuesta, el Ministerio de la Defensa Nacional ha difundido el
documento «La Nación Salvadoreña, Su Defensa, Seguridad Y Desarrollo».
Este, ejemplifica la
aplicación de una de las medidas de confianza que está contenida en la
Declaración de San Salvador, referida a «Promover el intercambio de
información, entre otros, a través de la publicación de libros de
defensa o documentos oficiales según sea el caso, que permita una
mayor transparencia en materia de políticas de defensa de cada país...».
En términos generales, «La
Nación Salvadoreña, Su Defensa, Seguridad Y Desarrollo», representa el
interés institucional de la Fuerza Armada, por dar a conocer a la
sociedad salvadoreña, la importancia que tiene la Defensa Nacional,
como función primaria del Estado y su relación con la Seguridad y
Desarrollo Nacionales.
Además, describe la visión
estratégica institucional que está contenida en el Plan Arce 2000,
como instrumento que guía la modernización institucional de la Fuerza
Armada y la contribución de ésta, al desarrollo nacional mediante la
función social, la que excede lo estrictamente militar, y su obra
trasciende en el progreso del país, en las áreas de cultura de paz,
ecología, educación, salud, y operaciones humanitarias, entre otras.
Vale destacar que en
relación con ésta última área, la Fuerza Armada de los salvadoreños,
como institución al servicio de la Nación, está desempeñando una
invaluable labor a nivel nacional, para atender a la población
afectada por los embates del Huracán Mitch.
Ante los albores del
próximo milenio, estamos ciertos que en las Américas, tenemos un
escenario político estratégico que nos ofrece nuevas oportunidades,
como también nuevas amenazas; y que el binomio de las expresiones «seguridad
hemisférica» y la «preservación de la paz», constituirán siempre
requisitos fundamentales para fortalecer la democracia.
Desde esa perspectiva, con
plena convicción, consideramos que esta Conferencia, constituye una
valiosa oportunidad, para que todos los Ministros de Defensa de las
Américas aquí reunidos, desde una visión estratégica de la seguridad
hemisférica, formulemos acciones concretas para el fortalecimiento de
las instituciones militares y afrontar el encuentro con el futuro y
las tendencias predominantes de la nueva era, con fuerza y optimismo.
Concluimos nuestra
exposición, con la frase citada en la Conferencia Regional de Santiago
de Chile, por parte del Doctor César Gaviria, originario de esta
hermana República de Colombia y actual Secretario de la Organización
de los Estados Americanos:
«La democracia debe
aprender que necesita de sus militares y que ellos son ante todo, una
garantía constitucional esencial para la integridad territorial, para
la protección de los derechos y las libertades ciudadanas y el Estado»
Muchas Gracias.
Cartagena –Colombia, 30
noviembre, 1998.
STATEMENT BY LT. COL.
NESTOR A. OGILVIE OF GRENADA
My country is a very small
state located about 100 miles of north eastern tip of Venezuela. We
are bathed by the same beautiful Caribbean which laps the shores of
this impressive city of Cartagena where we are privileged to be
attending this very important conference.
Mr. Chairman, I must word
my profound thanks to the Government and people of Colombia for having
invited Grenada to be a part of this most historic meeting and must
also note that the generosity and kindness you have displayed by
undertaking to be responsible for our every need whilst here in
beautiful Colombia has already been matched by the tactful
demonstrated by every person I have met so far and by the exquisitely
tasteful accommodations and provisions that have been lavished on us
since my arrival. Thank you Colombia, on my own behalf and on behalf
of my prime minister and minister of national security doctor the
honorable Keith Mitchell who is unable to be here at this time because
of pressing matters at home but who is totally committed to the
democratic process and to the deliberations which will take place here
in Cartagena over the next few days. He sends his greetings and best
wishes to all for a successful conference.
Mr. Chairman, it would be
remiss of me if I failed to acknowledge our Canadian brothers for
having volunteered and provided air transportation for many of us and
to register my thanks and that of my government.
Your Government, by
hosting and being responsible in every way for delegates, and the
Government of Canada by making its aircraft available to bring many of
us here, have already sent a very powerful message – that we are
indeed our brothers keepers. My prayer is that this theme of caring
one for another will pervade all of our deliberations and will be
reflected in the conclusions we make and recommend to our respective
governments.
Mr. Chairman, in spite of
the relative insignificance of my very small nation, we too have
concerns for the security of our nation and our region and I make bold
to lay before us some of these concerns.
The scourge of illegal
drugs passing through and making landfall in our region requires not
only a global response that will deal with production areas, transit
areas and consuming areas but will also empower in every sense of the
word, all independent nations to deal with this evil.
The problems and suffering
brought on by natural disasters such as experienced (and continue to
be experienced) by our brothers as a result of hurricanes Mitch and
George and by our brothers in Monserrat as a result of the volcano are
being responded to, but I feel certain that the suffering and loss of
life and wealth that has and is being experienced could have been
mitigated significantly had we been adequately prepared. This
conference must look urgently at the need to mitigate the effect of
such natural phenomena and not simply respond after the event has
occurred.
Equally affecting our
people are the adverse results of decisions taken in developing trade
policies – the banana issue is of critical relevance to many of us –
and in formulating economic policies which ignore social implications
in small nations. The effect of traditional criminals is no longer a
localized problem and we must, with urgency, develop procedures to
deal with the drug dealer and the money launderers as well as the
local and itinerant criminals who skip from country to country
terrorizing homes and businesses and making so many of our countries
unsafe for citizens and visitors alike.
There must be:
a. Speedier sharing of
information and intelligence. b. More assistance in developing local
security forces not only to fight illegal narcotics but to deal with
every type of crime. c. An easier and faster extradition process
between nations. d. Urgent improvement of court procedures and
development of prosecutors. e. A willingness to review current
policies on deportation of criminals to the territories of their birth
a provision which unwittingly unleashes fear and terror on countries
whose law enforcement agencies are both unprepared and ill-equipped to
cope.
Mr. Chairman, there are
many other concerns which affect or are likely to affect all of us
adversely. I think of:
• the y2k phenomena; • the
problems associated with illegal immigrants; • environmental concerns;
• the need for food security; • the threat of oil spill to our tourism
industry; • international boundary disputes; • the evils of poverty; •
the uncontrolled flow of illegal arms ammunitions and munitions of
war; • the uncleared minefields in many of our countries;
–and Mr. Chairman the list
can go on.
I am not terrified by
these thoughts I know that collectively we have the resources, the
capacity and the intellect to deal with these problems. Our presence
here in Cartagena, indicates that we are developing the resolve, the
concern and the will to make our region a much safer place in every
respect.
I know that every one of
our nations was founded on Christian principles, and I am confident
that if we would bring Christ into our individual and national lives
and into these deliberations we will be far more successful at
resolving many of our problems.
The Holy Scriptures tell
us that unless the Lord keeps the city, the watchman stays awake in
vain (Psalm 27-1). We are the watchmen but have we called on the Lord?
Is He only to be consulted in the privacy of our homes or churches?
Should He not be open consulted in for a such as these? I am sure that
were we to involve Him openly, He would respond to us openly and the
security, the human rights, the democracy and all the other issues
that have brought us together will be more effectively addressed.
May the Lord of the armies
of heaven guide us in our deliberations and bless each of our nations
as we all pursue the dream of making this world a better place. May
the brotherly love demonstrated by your country in hosting this
conference and by our Canadian friends who brought many of us here,
continue during our deliberations and when we depart from beautiful
Cartagena.
Gracias.
PALABRAS PRONUNCIADAS POR
EL MINISTRO DE LA DEFENSA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA,
GENERAL DE BRIGADA HÉCTOR MARIO BARRIOS CELADA, EN LA TERCERA
CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
Nuevas expectativas en la
vida de las naciones, han generado diferentes condicionantes en el
mundo, tales como el nacimiento de un nuevo ordenamiento mundial con
tendencia a la democratización global, la constitución de bloques
económicos, comerciales regionales, la sesión de algún grado de
soberanía de los países en contraposición al nacionalismo radical y el
fortalecimiento de la legislación internacional, estructura el
pensamiento y accionar político para enfrentar las amenazas que se
ciernen sobre la humanidad, tales como la pobreza, el crimen
organizado, la destrucción del entorno ecológico y calidad de vida,
así como los desastres naturales, conflictos étnicos y religiosos,
etc.
El advenimiento de la paz
en nuestro Continente nos ha permitido dirigir nuestro esfuerzo a
elevar la dignidad humana a través del respeto de los derechos del
hombre y el fortalecimiento del estado de derecho, como bases
fundamentales que permiten la expansión de una cultura de paz esencial
para la solución negociada de diferencias y conflictos.
El análisis y
fortalecimiento de los organismos interamericanos encargados de la
seguridad y defensa hemisférica, se plantea a través de la cooperación,
el fomento de medidas de confianza mutua y transparencia.
En este orden de ideas, y
como producto de la voluntad del pueblo y Gobierno de la República de
Guatemala, consignada en los acuerdos de paz, nuestro país ha salido
del pasado oscurantista de la confrontación armada y nos encontramos
ahora inmersos dentro de un proceso de afianzamiento del estado de
derecho, el cual nos lleva con paso firme, a la consolidación de
nuestra democracia.
Resaltan ahora los anhelos
de un pueblo deseoso de caminar en el sendero de una cultura de paz,
fundamentada en la unidad del esfuerzo nacional que propicie un clima
de estabilidad para facilitar el desarrollo material y espiritual de
nuestro pueblo, dentro de un marco de convivencia democrática, en el
cual sobresalga la renuncia generalizada y la violencia, el respeto a
la justicia, los derechos humanos, a la ley, y a las libertades
fundamentales.
Estamos dirigiendo
nuestros pasos hacia un promisorio futuro, nuevas realidades y sus
desafíos nos permiten ahora la consolidación de una integración
objetiva, realista y efectiva de nuestra sociedad, con principios y
propósitos precisos, así como estructuras funcionales que están
viabilizando el camino hacia la consecución de nuestros objetivos
nacionales.
Dentro de este entorno
nacional, el ejercito de Guatemala, se encuentra llevando a cabo un
proceso de modernización que le dará la capacidad para desenvolverse
en el contexto de una sociedad diferente, es decir: un proceso en el
cual se están fortaleciendo los indicadores de comunicación entre los
actores socio-políticos de la sociedad, ya que las grandes fuerzas de
la vida nacional se apoyan cada vez más en un permanente análisis
abierto de sus diferencias, el uso de estrategias de negociación, y el
arte de aprender a ceder en amparo al beneficio mutuo.
Este proceso evolutivo se
caracteriza por condicionantes tales como: una revisión del
ordenamiento legal en el que se fundamentan las funciones asignadas
constitucionalmente, y una revisión a la doctrina estratégica y
operacional, ajustándola a los requerimientos de una institución
consciente del debido respeto a los valores democráticos, los derechos
humanos y la necesidad de códigos ético-morales que norman la relación
ejercito-sociedad.
Paralela a esta renovación
interna, la institución armada de Guatemala dentro del entorno
internacional, forma parte del esfuerzo que llevan a cabo las naciones
del mundo libre para desarrollar operaciones de mantenimiento de la
paz y humanitarias, y a la vez ha conformado con las fuerzas armadas
centroamericanas una distancia de mecanismo de seguridad y defensa que
consecuente con el esfuerzo político, económico y social, propende por
la integración regional, con el fin de promover, desarrollar y
consolidar la democracia en el istmo, en un ambiente de confianza y
transparencia entre nuestras fuerzas armadas.
Excelentísimo Señor
Ministro de Defensa de Colombia, considero un verdadero privilegio
estar en este hermoso país, desarrollando la actividad conducente para
fortalecer la seguridad y defensa regionales a través de los
mecanismos interamericanos creados, lo cual a la vez nos permite un
intercambio provechoso con nuestros colegas de América, en asuntos de
interés recíproco.
Es por esta razón, que por
comunión de ideas, el objetivo de esta Tercera Reunión de Ministros de
Defensa de las Américas, tiene para el ejercito de Guatemala un
sustento efectivo hacia el cual volcamos nuestro esfuerzo y apoyo.
Para finalizar, permítanme
expresar en nombre del ejercito de Guatemala y en mi calidad de
Presidente de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres
de mi país, un profundo agradecimiento hacia todos los países y
fuerzas armadas de América, por la ayuda incondicional y múltiples
muestras de solidaridad que nos brindaron en ocasión del paso
devastador del huracán “Mitch” sobre nuestro país, las tragedias
compartidas con los amigos fortifican nuestro espíritu y se convierten
en fortalezas.
Que la confianza y la
transparencia sea el común denominador del fomento de la democracia en
nuestros pueblos.
Muchas gracias.
PRESENTATION BY HONORABLE
CHARLES R. RAMSON S.C. M.P. ATTORNEY GENERAL AND MINISTER OF LEGAL
AFFAIRS OF GUYANA
Distinguished Minister of
Defense of Colombia Dr. Lloreda Caicedo, Colleague Ministers,
Ambassadors, others heads of delegations, Commanders of the Armed, Air
and Naval Forces, Mayor of this beautiful city of Cartagena de lndias,
delegates and others participants, Invariably, the Modern Charter of
Civil Society requires that a participating State interface with its
Social Partners. In pursuit of its principles the State commits
itself, inter alia, to ensure respect for internationally recognized
civil, political, economic, social and cultural rights, to uphold the
right of its peoples to make political choices, and to eliminate, as
far as possible, social problems such as crime and the abuse of drugs
and other substances.; In doing so a social contract is executed,
resulting in the expression of participatory democracy and meaningful
governance.
A large number of
countries in the region are small States, with special characteristics
- they are either physically small or have populations of less than
1.5 million. They have similar developmental, political, economic and
socioeconomic circumstances, making them vulnerable to the oppressive
vagaries of the powerful and the arrogant. Consequently, they all have
common needs. Guyana is one such State.
Given the dismantling of
the infrastructure assembled during the Cold War era, sophisticated
technology and resources have now become available to meet and promote
the stabilization of the economies of the poor and disadvantaged
States, neutralizing, in turn, the pull factor which the larger
developed States have on the population of these beneficiary States.
To achieve this objective, Guyana strongly believes that
Civilian/Military Collaboration at the national, regional and
international levels must be made a priority.
Urgent attention needs to
be paid to this; external support and guidance will go a far way in
the furthering of our national security THINK TANK. Financing of
conferences and seminars that would bring academics, civilian and
military, to share their experiences must be made available and strong
support is needed in bringing the military role and national security
matters to Parliament, where the military in national development and
related programmes can be fully and openly ventilated. Getting the
financial framework right is only the start, but the condition
necessary for sustainable development must be created simultaneously
or with the minimum of delay. ffective co-ordination of this
developmental process must also be given commensurable priority.
The Government of Guyana’s
considered opinion is that military involvement is essential not only
in national security matters, but in Law Enforcement and these areas
of concern need to be re-visited and reevaluated in the context of the
ending of the Cold War.
The Guyanese Government
strongly believes that attention is now overdue for these new and
additional roles for the Military, roles that would be structured in
conjunction with civilian agencies and civil society.
The traditional
peace-keeping role of the military ought to be invested with new
dimensions; it must be accompanied from the outset by a peace-building
mechanism, allowed active involvement in national development
programmes, and increasingly, some inputs into delivery of law
enforcement and the social stability means in our countries. We need
not merely identify the symptoms but concern ourselves with the causes
of the social unease –the lack of justice and democratic institutions
and the disequilibrium in social and educational opportunities.
At the bilateral and
multilateral levels we have come to recognize the increasing links
between drugs and crime resulting in instability in so many of our
nation States. We must, in a co-ordinated way, exorcise from the body
politic the cancer of the drugs chain, treating each link with equal
severity.
The Caribbean
unfortunately has now become the beachhead of narcotransmission and
transshipment and in its wake the societies of the Region have been
transformed into a graveyard for the victims of illicit narco-trading.
Crimes of violence, including narco-terrorism, have escalated in
geometric proportions and the social well-being of certain States has
been gravely compromised. We must eliminate illicit crop cultivation,
cut the supply lines and seize the profits and assets of the drug
dealers. We must use the conventions already in place so that these
narco-barons would have no sanctuaries in which to reside and enjoy
their illegally acquired wealth.
It is hoped and expected
that this multilateral gathering will contribute greatly to a uniform
security presence in general and in CARICOM in particular, and
optimize the level of national security which can result from regional
military co-ordination. Of late, the Government of Guyana has publicly
announced its intention of pro moting the expansion of the Regional
Security System of the OECS and Barbados to cover the entire CARICOM
region and will need to ruminate carefully on the views expressed
earlier today by his Excellency, President Pastrana and the Secretary
General of the OAS on this subject.
The current call for the
establishment of a Regional Military Chiefs Organization can only be
seen in the context of a regional military organization and the
Government of Guyana would view with caution an organization of
military chiefs in the absence of a concomitant movement on the
creation of this regional body.
Colleagues and fellow
Ministers, the essence of this presentation must be seen in the
broader contextual framework of the Williamsburg Principles, one of
which mandates the resolution of outstanding disputes by negotiated
settlement and widespread adoption of confidence building measures (CBM’S)
consistent with the pace of hemispheric economic integration. The
recent disengagement of the Military in Peru and Ecuador may be said
to be reflective of the application ofthis principle and augurs well
for the peaceful resolution of all other outstanding neighboring
territorial disputes in this hemisphere. Discussion, debate and the
confidence building measures mentioned earlier (i.e. CBMS) must now be
regarded as the weapons of disengagement in place of the ICBMS of the
atomic era. Tony Blair, the Prime Minister of Britain in his speech to
the 53rd UN General Assembly in September last put it adequately:
“The problems of our
modern world are too pressing, their consequences are too immediate,
their impact too far-reaching for us to hesitate or to look away any
longer. We are being given a warning to act: to give purpose and
direction in resolving these challenges we face together, or pay the
price. The time to do it, to respond to that warning, is now”.
I thank you for affording
me this opportunity to be part of this Defense Ministerial Conference.
PALABRAS DEL EMBAJADOR
CLAUDE HELLER JEFE DE LA DELEGACIÓN OBSERVADORA DE MÉXICO
Excelentísimo Señor
Ministro de Defensa de la República de Colombia, Don Rodrigo Lloreda
Caicedo; Distinguidos Ministros y Jefes de Delegación; Señoras y
Señores:
Permítaseme en primer
lugar transmitir a ustedes el más cordial saludo de los Secretarios de
Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional de México. Es un honor
para mi delegación encontrarnos en esta bella tierra colombiana y más
aun en Cartagena, ciudad que además de su riqueza cultural, evoca para
muchos de nosotros grandes momentos de la concertación diplomática
regional como lo fueron entre otros, hace más de una década, la
creación del Grupo de Apoyo a las gestiones de paz en Centroamérica y
la adopción del Protocolo de Reformas de la Carta de la Oganización de
Estados Americanos.
Señor Presidente:
México participa en este
foro en calidad de observador tal como lo hizo en las reuniones de
Williamsburg y Bariloche. Seguiremos con particular interés y atención
las deliberaciones en torno a los distintos temas que integran la
agenda de esta conferencia, cuyos resultados serán evaluados en su
oportunidad por las autoridades de mi gobierno. Quisiera, señor
Presidente, aprovechar la ocasión que se me ofrece para presentar
brevemente la perspectiva del gobierno de México sobre los asuntos que
nos ocupan.
En abril pasado, en la
Segunda Cumbre de las Américas, celebrada en Santiago de Chile,
nuestros Jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a estimular
el diálogo regional con miras a revitalizar y fortalecer las
instituciones del Sistema Interamericano, a la luz de los profundos
cambios ocurridos en el hemisferio y en sus subregiones, así como a
procurar un mayor clima de confianza y seguridad entre los Estados.
Afortunadamente diversas
circunstancias han concurrido a modificar favorablemente el panorama
regional en los últimos tiempos. La solución negociada de conflictos
armados en diversos países, la renuncia expresa a la proliferación
nuclear con otros fines que los pacíficos, y los avances logrados en
la superación definitiva de diversas controversias bilaterales con los
hechos más significativos.
Hace apenas unas semanas,
la comunidad internacional fue testigo de la firma del Acta de
Brasilia que pone fin al conflicto que separó durante décadas a
Ecuador y Perú. Nuestro profundo reconocimiento a los gobiernos de los
Presidentes Fujimori y Mahuad por el éxito alcanzado, así como a los
gobiernos de los países garantes, quienes con paciencia y
perseverancia, contribuyeron de manera decisiva a la distensión
regional. Esperamos que ello sirva de ejemplo para que, por medio del
diálogo y del respeto a las normas fundamentales del derecho
internacional, encuentren solución a todas aquellas controversias de
diversa naturaleza, pendientes en la agenda de las relaciones
interamericanas.
Señor Presidente:
En la Asamblea General de
la OEA, celebrada en Caracas en junio pasado, México planteó la
necesidad de definir un concepto de seguridad regional en la
consonancia con los profundos cambios ocurridos tanto en el escenario
internacional como en el contexto hemisférico. El Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca, el único que contiene una
definición de seguridad continental, ha perdido su sentido y es un
instrumento obsoleto en las actuales circunstancias. Por lo menos
desde un punto de vista formal, la seguridad hemisférica aún en un
esquema de seguridad colectiva que probó su ineficacia y que ahora
resulta a todas luces anacrónico. No podremos aplazar por mucho tiempo
una decisión en torno a la vigencia de dicho instrumento jurídico así
como tampoco la revisión del papel de otras entidades como la Junta
Interamericana de Defensa.
En el nuevo contexto
regional debemos mencionar los siguientes logros en el plano
multilateral:
En primer lugar, la
consolidación del régimen desnuclearizado de América Latina y el
Caribe, consagrado en el Tratado de Tlatelolco. Incluso Cuba firmó en
1995 dicho instrumento multilateral, estando pendiente de su
ratificación.
En segundo lugar, la
negociación y adopción de medidas de fomento de la confianza, en las
reuniones celebradas en Chile y El Salvador en 1995 y 1998,
respectivamente.
Los avances logrados en
esta materia han contribuido a profundizar el diálogo en torno a una
concepción más amplia de la seguridad hemisférica, si bien parecería
que su mayor utilidad práctica se concretará a nivel subregional. En
opinión del Gobierno de México, la confianza se deriva de la
interacción normal entre los Estados y no se limita exclusivamente al
ámbito militar.
En tercer lugar, el
desminado de Centroamérica que requiere ser intensificado a la luz de
las consecuencias devastadoras del Huracán Mitch que enlutó a la
región. México promovió con Canadá y otros países, la iniciativa que
desembocó en la adopción del único instrumento de proscripción total
de las minas antipersonal. En el ámbito regional, México ha estado a
la cabeza de los esfuerzos en la OEA por convertir al hemisferio en
una zona libre de minas antipersonal.
La existencia en nuestro
continente de cientos de miles de minas antipersonal, cuya eliminación
resulta indispensable por razones humanitarias, ha llevado a mi
gobierno a organizar, conjuntamente con Canadá, un seminario en la
Ciudad de México en enero próximo con el objetivo de promover la
ratificación de la Convención de Ottawa por parte de los países del
hemisferio.
En cuarto lugar, la
búsqueda de transparencia en materia de adquisición de armamentos y el
perfeccionamiento del Registro de Armas Convencionales de Naciones
Unidas, como pasos importantes en el fomento de la confianza entre los
países. El ejemplo más reciente de lo anterior es la propuesta de
Brasil y de Estados Unidos de negociar, en el marco de la Organización
de Estados Americanos, una conversación sobre la notificación de las
adquisiciones de armas contempladas en dicho registro.
Esta iniciativa debe verse
acompañada por el compromiso de negociar medidas orientadas hacia la
limitación y reducción de los armamentos convencionales en la región,
teniendo obviamente en cuenta las legítimas necesidades de defensa de
los Estados, y con el propósito de dedicar mayores recursos al
desarrollo económico y social. De no ser éste el caso, estaríamos
frente a una iniciativa que se inscribe en el contexto de las medidas
de fomento de la confianza que, por definición, tienen carácter
voluntario.
Señor Presidente:
Se ha destacado, y así se
reconoce en la agenda de esta conferencia, que las mayores amenazas
para la seguridad de las naciones del hemisferio no son de naturaleza
tradicional como son el tráfico ilícito de armas, el narcotráfico y el
terrorismo. La atención prioritaria que requieren estos temas ha sido
debidamente reconocida por los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos
en la II Cumbre de las Américas, y por los órganos políticos de la OEA
en cumplimiento de los mandatos que le fueron encomendados en Santiago
de Chile.
Por ello, México promueve
y respalda, en los foros regionales competentes, iniciativas concretas
sobre el particular.
A este respecto, conviene
recordar que en 1996 el Presidente de México, Ernesto Zedillo,
presentó dos iniciativas en la Décima Cumbre del Grupo de Río,
celebrada en Cochabamba, Bolivia, relativas al inicio de consultas
sobre el establecimiento de límites en la adquisición de armas
ofensivas, y a la negociación de un acuerdo en materia de prohibición
de la producción y el tráfico ilícitos de armas de fuego.
Mientras que la primera
iniciativa ha sido objeto de consultas preliminares, dada la
complejidad y sensibilidad del tema, la negociación sobre la segunda
avanzó rápidamente, a tal grado que en noviembre de 1997 fue firmada
en la OEA la Convención en contra de la Fabricación y el Tráfico
Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales
Relacionados, en presencia de los Presidentes de Estados Unidos de
América y de México.
La Convención, la primera
de carácter vinculante en el mundo, fija claras responsabilidades a
los Estados en los campos legislativo, judicial y policial, partiendo
del reconocimiento de que la producción y el tráfico ilícitos de armas
son fenómenos de carácter transnacional, por lo que deben ser objeto
de cooperación internacional y de asistencia jurídica y técnica entre
los países.
Este nuevo instrumento
jurídico multilateral responde a la necesidad de fomentar la
cooperación hemisférica para enfrentar una problemática estrechamente
vinculada con el crimen organizado y el narcotráfico. Como se
recordará, la convención establece un conjunto de obligaciones par los
Estados Parte que van desde el compromiso de tipificar en sus
legislaciones nacionales como delitos la fabricación y el tráfico
ilícitos, hasta el marcaje de las armas de fuego para facilitar la
identificación, rastreo y la posterior confiscación en caso de tráfico
ilícito. En su artículo noveno, tal vez el más innovador, la
Convención establece la obligación para los Estados Parte –exportadores,
importadores y de tránsito– de expedir las licencias o autorizaciones
previas al traslado o envío de armas de fuego, municiones, explosivos
o materiales relacionados, medida que contribuirá de manera
significativa a la reducción de flujos ilícitos de los materiales
comprendidos en el acuerdo.
Un papel central le
corresponderá desempeñar al Comité Consultivo, integrado por un
representante de cada Estado Parte, con la responsabilidad de promover
medidas que faciliten la aplicación de este nuevo instrumento jurídico
multilateral. Si bien la Convención ya está en vigor al haber sido
ratificada por tres Estados, es importante acelerar el proceso, en
virtud de que dicho comité Consultivo podrá celebrar su primera
reunión hasta que se haya depositado el décimo instrumento de
ratificación. México hace un llamado a todos los Estados para que den
los pasos necesarios que garanticen el funcionamiento pleno de este
mecanismo, que fortalecerá la cooperación hemisférica en tan
prioritaria materia.
Por lo que respecta a la
lucha contra el problema de las drogas, aunado a sus ineludibles
responsabilidades y a los esfuerzos internos desplegados, el Gobierno
de México ha intensificado la cooperación bilateral con aquellos
gobiernos involucrados en una u otra fase de tan terrible flagelo.
México ha promovido igualmente la acción multilateral. Testimonio de
ello fue la reciente Sesión Extraordinaria de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, convocada por iniciativa del gobierno del
Presidente Zedillo, misma que ha permitido establecer nuevas metas
para la comunidad internacional con una visión integral que supere la
geografía de las culpas y de las recriminaciones mutuas.
En nuestro contexto
regional, México realiza diversas acciones encaminadas a lograr la
plena aplicación de la Estrategia Antidrogas en el Hemisferio, que
contiene medidas específicas para combatir la producción, el tráfico y
el consumo ilícitos de estupefacientes y sicotrópicos. En el marco de
la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, el
Gobierno de México contribuye activamente al diseño del llamado
Mecanismo de Evaluación Multilateral, como la única vía legítima y
objetiva para dar seguimiento al progreso individual y colectivo de
todos los países sin excepción en el tratamiento de las diversas
manifestaciones del problema.
En lo que toca al
terrorismo, hace apenas unos días en Mar de Plata, la Segunda
Conferencia Especializada de la OEA, convocada a instancias del
gobierno argentino, recomendó la creación de un Comité Interamericano
Integrado por las autoridades competentes de nuestros países, que se
ocuparía de promover la cooperación bilateral, subregional y
multilateral para prevenir y combatir dicho fenómeno.
Al diseñar las estrategias
para enfrentar éstos y otros asuntos prioritarios de la agenda
hemisférica, los Estados miembros hemos reconocido que ellas deben
necesariamente fundamentarse en los principios fundamentales del
derecho internacional, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas
y de la OEA, y en el respeto de los mandatos y facultades que le
corresponden a los distintos órganos que integran el sistema
interamericano.
En este contexto, la
Cumbre de Santiago asignó importantes mandatos a la Comisión de
Seguridad Hemisférica de la OEA, orientados a desarrollar un nuevo
enfoque de los conceptos de seguridad internacional en el hemisferio
incluyendo el desarme y el control de armamentos. México apoya los
trabajos de dicho órgano, considerándolo como el foro apropiado para
emitir las recomendaciones pertinentes sobre dichos asuntos.
Señor Presidente:
Superadas las
confrontaciones estériles de la Guerra Fría que debilitaron las
posibilidades de acción concertada, nuestro hemisferio tiene ante sí
la difícil tarea de diseñar estrategias efectivas de cooperación ante
problemas comunes de alcance transnacional que en determinadas
circunstancias pueden efectivamente vulnerar la estabilidad y
seguridad regional.
El desarrollo económico y
social, así como la superación de la pobreza extrema, son
prerrequisitos fundamentales de la seguridad hemisférica. Sólo
nuestros más decididos esfuerzos para alcanzar dichos objetivos
permitirán consolidar un entorno regional caracterizado por la
estabilidad, la cooperación y la plena vigencia del derecho
internacional.
PALABRAS DEL REPRESENTANTE
DE PANAMÁ
Señores Ministros; Señores
Delegados; Señores Invitados;
Resulta inexcusable para
la Delegación de Panamá ante esta Conferencia de Ministros de Defensa
de las Américas, dejar de consignar las razones que nos han hecho
sentir especialmente honrados. En primer término y la más humana ha
sido la especial distinción y el cálido recibimiento de parte de los
hermanos colombianos. En verdad, la calidad humana de este pueblo se
refleja en esa intachable hospitalidad que recibimos.
En segundo lugar, para los
panameños, la realización de esta Tercera Conferencia significa un
firme avance en el esfuerzo conjunto, consensuado y solidario para
hacer frente a los serios desafíos del continente americano, en
asuntos relacionados con la libertad, la paz, la consolidación de la
democracia y la seguridad de nuestro hemisferio.
Nuestra delegación
participa con optimismo de este evento y mantiene en su debida
jerarquía de importancia todos los temas que serán objeto de debates,
ya que tenemos la certeza de que los resultados de este foro crearán
las condiciones para que las naciones de América, guardado el respeto
y dignidad de cada Estado, suscriban y cumplan las declaraciones
inspiradas en la obtención de mejor calidad de vida para nuestros
pueblos.
Panamá no ha dejado de
asistir a las Conferencias de Ministros de Defensa, a pesar de que no
tenemos ejército. Pero tenemos especial interés en el mantenimiento de
la seguridad continental por razón de la existencia del Canal de
Panamá, y porque dentro de doce meses esa vía acuática quedará bajo la
soberanía panameña, así como los cielos, las aguas y tierras
adyacentes.
Con el debido respeto que
se merecen los señores Ministros y Delegados, consideramos necesario
manifestar que a Panamá le agradaría y sentiría más cómoda, si de
ahora en adelante se cambiara la denominación de las próximas
conferencias de esta naturaleza. Pensamos en una denominación que
también comprenda a los países que como el nuestro, carecen de fuerzas
militares, pero que tiene interés en participar en la preservación de
la paz, el fomento de la confianza mutua y el afianzamiento de la
democracia.
Por último, Panamá desea
anunciar que apoya cualquier propuesta dirigida a continuar estos
diálogos entre tan importantes componentes de las naciones americanas.
Muchas gracias.
PALABRAS DE JOSÉ F.
SEGOVIA B. MINISTRO DE DEFENSA PARAGUAY
Ministro de Defensa
Nacional de Colombia, Dr. Rodrigo Lloreda Caicedo; Señores Ministros
de Defensa de las Américas; Señoras y Señores:
Asisto a esta tercera
conferencia de las Américas que se realiza en este bello país, de
gentes tan cálidas y acogedoras.
Cartagena, cuna de las
emancipaciones de Colombia.
Trayendo los saludos del
gobierno y pueblo paraguayo, al gobierno y pueblo de la hermana
república de Colombia; y a las hermanas repúblicas de las Américas
aquí representadas por sus ministros de defensa, y en un fraterno
abrazo y cariños del presidente de la República, ingeniero Raúl Cubas
Grau; quien augura que las deliberaciones de los señores ministros,
rindan los frutos que contribuyan a acrecentar aun más la búsqueda de
un mayor bienestar de nuestros respectivos países en el marco de
desarrollo y seguridad; y de nuestra bella América.
Al agradecer al gobierno y
pueblo colombiano por permitirnos esta oportunidad, espero que
nuestras deliberaciones se desarrollen en la más franca camaradería y
mutua comprensión y arribemos a felices conclusiones.
Muchas felicidades. Que
dios os guarde.
PALABRAS DE DON JULIO
SALAZAR MONROE MINISTRO DE DEFENSA Y GENERAL DE EJÉRCITO DEL PERÚ
Señores:
Deseo expresar en esta
ocasión, el saludo del Gobierno y el pueblo peruano, a esta magna
representación hemisférica, deseando que los diversos teman que se
abordaran, permitan alcanzar a cabalidad, los objetivos que se han
previsto.
La Conferencia de
Ministros de Defensa del Hemisferio, como en las dos ocasiones
anteriores, tiene como objetivo primordial “buscar que la seguridad y
las defensas regionales, se fortalezcan a través de los mecanismos
interamericanos, con el propósito de fomentar el desarrollo y promover
la democracia, dentro de un marco de confianza y transparencia”. Y es
en ese sentido que la delegación peruana ha venido a participar porque
consideramos que la experiencia obtenida en el Perú en la lucha contra
el terrorismo, control de insumos químicos, así como en materia de
medidas de fomento de confianza, nos permiten aportar y compartirla
con todos los presentes, para obtener las conclusiones perfeccionadas
que permitan la colaboración y participación mancomunada.
El desarrollo del tema
especifico que se nos ha asignado, relativo a la “cooperación
hemisférica en la lucha contra el fenómeno de las drogas ilícitas”,
constituye una propuesta basada de la experiencia concreta de varios
años de lucha, donde la estabilidad jurídico-política del país se
encontraba en peligro, por la colusión, entre el narcotráfico y el
terrorismo.
La presentación, que en
las sesiones de trabajo se hará sobre el problema de las drogas, se
orienta a alcanzar los siguientes objetivos:
• Describir la naturaleza
de la amenaza que representa para los estados del hemisferio, el
fenómeno de las drogas ilícitas.
• Explicar los objetivos,
políticas y estrategias diseñados por el estado peruano para enfrentar
el fenómeno de las drogas ilícitas.
La estrategia del gobierno
peruano para combatir al narcotráfico, partió de una decisión política
convencida de enfrentarlo, utilizo a las fuerzas armadas de modo
directo, modifico las leyes para sancionar drásticamente a los
infractores, incorporo delitos conexos, rompió el nexo con el
terrorismo y propicia el desarrollo económico en las zonas cocaleras.
El éxito alcanzado, viene
posibilitando que el Perú intensifique su lucha contra la economía de
la coca y las drogas, obteniéndose en los dos últimos años logros
sustanciales, que se reflejan en una reducción del 40% del área de
producción de coca.
Sin embargo, estos logros
podrían ser revertidos de no mediar un proceso sostenido de
consolidación, que asegure definitivamente la eliminación de la oferta
de cocaína de origen peruano en los mercados de los países
desarrollados, principalmente el de Norteamérica y en forma creciente
los de Europa y Asia.
Esta consolidación exige
promover el desarrollo socioeconómico de las zonas cocaleras que
asegure un medio de vida licito y productivo, a las miles de familias
que dependen de la coca.
Para tal fin, el Gobierno
peruano ha diseñado una estrategia integral y realista, que comprende
acciones encaminadas a la lucha contra la pobreza, el desarrollo
productivo, el manejo sostenible de los recursos naturales, la
preservación del medio ambiente, la interdicción aérea y fluvial, así
como la prevención del creciente consumo de drogas en el Perú y la
rehabilitación del adicto.
Existen recientes
programas integrales para áreas cocaleras priorizadas con potencial
productivo. Asimismo, se están preparando programas para la prevención
del consumo de drogas y rehabilitación. Estos programas integrales
están siendo coordinados con la población beneficiaria y con las
autoridades locales. El Perú esta realizando un gran esfuerzo para
implementar dicha estrategia, pero sus capacidades económicas son
limitadas, por lo que el gobierno peruano, ha conseguido recientemente
de la comunidad internacional el apoyo económico para la lucha contra
las drogas ilícitas, bajo el principio de responsabilidad compartida.
Señores:
No puedo desaprovechar
esta ocasión, para reiterar a la comunidad de defensa del hemisferio,
lo que viene significando para el Perú, el giro que ha tomado haber
llegado a la firma de la paz definitiva con el país vecino del ecuador.
a partir de esa fecha, las fuerzas armadas vienen volcando sus mayores
Esfuerzos a brindar la seguridad y apoyar el desarrollo interno de
nuestro país, así como, a participar coordinadamente en la solución de
problemas y amenazas que se ciernen sobre nuestro continente.
Antes de concluir, deseo
expresar mi saludo cordial al pueblo colombiano, a sus autoridades,
especialmente a su ministro de defensa, anfitrión que nos convoca en
esta bellísima e histórica ciudad y permite el dialogo abierto y
transparente sobre los problemas de seguridad del continente. Tengo la
certeza que, cuando culmine esta conferencia, muchas de nuestras
inquietudes habrán sido solucionadas con el aporte efectivo de cada
una de las delegaciones del hemisferio.
Muchas gracias.
PALABRAS DE HERNÁN DISLA
GONZÁLEZ MAYOR GENERAL, EJÉRCITO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Primero queremos agradecer
a los países que nos ofrecieron su ayuda tanto moral como humanitaria
tras el paso del Huracán George por la República Dominicana y
colocarnos hombro con hombro con los países Centro Americanos que tan
inmisericordemente azotó el Huracán Mitch.
Sin poderlo evitar la
humanidad se dirige inexorablemente hacia el Siglo XXI al próximo
milenio al cruzar el umbral atrás al siglo XX que sin lugar a duda es
el siglo donde con mayor dedicación el mayor depredador que ha pisado
el planeta.
El hombre ha hecho sus
mejores esfuerzos para destruir a sus homólogos y el Eco Sistema.
Dos guerras mundiales,
millones de guerras regionales, cientos de guerras pequeñas, étnicas y
religiosas no nos dejan mentir. Además de los adelantos de las armas
de destrucción en masa y las nuevas amenazas que ya no son tan nuevas.
Aunque los problemas
hemisféricos parecen comunes, siempre sus soluciones serán diferentes.
Tenemos la fe y la
esperanza de que nuestras generaciones futuras no estén de acuerdo con
la máxima “El Tiempo Pasado fue Mejor”.
La República Dominicana
siempre hemos estado, estamos y estaremos dispuestos a escuchar,
ayudar, combatir, cooperar en la búsqueda de las soluciones para
mantener la Paz y sostener la democracia de los pueblos.
Gracias.
STATEMENT BY DELANO F.
BART HONOURABLE ATTORNEY GENERAL OF ST. CHRISTOPHER AND NEVIS
Salutations:
Mister Chairman I wish to
start by thanking the Canadian Government and it’s delegation for
providing the St Kitts andNevis delegation with transportation to this
conference and back. By so doing they have contributed substantially
to our national budget as we will not have to find funds to cover the
expenditure involved in getting us here for that part of the journey.
I wish to thank also the
Colombian Government for the excellent hospitality that they have
provided. I will have fond memories of the city of Cartagena as for me
it certainly has provided the longest red carpet I have ever had the
privilege to stride.
I wish also to apologise
for the absence of the Minister of National Security, the Honourable
Prime Minister Dr. Denzil Douglas who could not be here as he
continues to oversee the recovery process that is taking place after
the visit of Hurricane George on the Federation. As if that was not
enough we have information (as a result of hemispheric co-operation by
the United States) that in the past two days the Federation has been
affected by rain, producing flooding loss of life and loss of
property. You will agree with me that these are ample good reasons for
him not to be here.
We are pleased to be here
because the people and government of St. Kitts and Nevis have
committed themselves to peace, security and freedom in this
hemisphere.
We are the smallest
independent member of this hemisphere. We have no war planes, no
submarines, no war ships: only a defence force and coastguard, but we
continue to play our role in the defence of this hemisphere. For us,
we recognise the threat and the dangers of the narcotics trade and we
will continue to play our part in this fight.
The defence of this
hemisphere is as strong as it’s weakest link. We are the smallest and
might be your weakest link. Hence it is incumbent upon the larger
members with resources to assist to recognise the Achilles Heel of the
hemisphere and through the process of co-operation not only address it
but ensure that weak links are strengthened.
For us the issue of
security is that of sustainability of the economic and political
achievements we have made. We are extremely vulnerable not as a result
of armed conflict, cross border incursions or wars but as a result of
drugs and natural disasters.
There is no doubt that in
the area of drug interdiction we do receive quite valuable assistance.
Almost anything we request we receive. We cannot complain.
However, in the area of
natural disaster relief the picture is not the same.
We are happy to see the
assistance that countries like Honduras and Guatemala received after
being struck by Hurricane Mitch.
However, just weeks
before, we were struck by Hurricane George. It damaged over 85% of our
housing stock and totally destroyed 10% of homes. It reduced our
hospital and health care facilities to less than 10% of it’s former
capacity. Yet because of a lack of hemispheric co-operation in this
area, whilst we received some assistance, it fell short of what is
actually needed. We would have received much more assistance if there
was in existence a structured co-ordination and co-operation system.
Perhaps Honduras and Guatemala would have benefited more if such a
structure was in place. There is no doubt that the security forces of
the region in time of peace , if properly coordinated can be used to
assist countries like my own with human resources and support systems
that are so urgently needed after a hurricane.
The danger is that if
countries of the hemisphere do not co-operate to assist each other,
countries like my own cannot sustain the economic and political
advancement that we have achieved. It is therefore necessary for us
all to look at the bigger picture, as a failure to co-operate, in the
area of natural disaster relief makes island states vulnerable to
narcotic traffickers, thereby endangering the security of this
hemisphere.
Mister Chairman, my
contribution has been considerably assisted by the excellent
statements of my colleagues from the Island States and as a result I
need not repeat the points they have made.
I therefore wish to thank
you and members of delegations for affording me the opportunity to
make this contribution.
STATEMENT BY THE
REPRESENTATIVE OF SAINT LUCIA
Your Excellency, Minister
of National Defense of Colombia; Ministers of Defense; Heads of
Delegations; Participants in the III Defense Ministerial of the
Americas; Your Excellencies, Heads of the Diplomatic Corps accredited
in Colombia. President of the Inter American Defense Board; Commanders
of the Armed Forces; Commanding Generals and Admirals; General
Director of the National Police: Governors of the Department of
Bolívar; Mr. Mayor of the City of Cartagena de Indias; General and
Admirals; Vice Ministers; Members of delegations, colleagues;
Distinguished Ladies and Gentlemen; Ladies and Gentlemen:
On behalf of the
Government and people of St. Lucia it affords me a great pleasure to
be here and to participate in this Third Conference of Defense
Ministers of this Hemisphere.
Considering what presently
obtains in the region of the Americas, particularly in terms of the
issues of drugs, their illicit proliferation and use, and
intra-regional conflicts, economic subversion that in ranging degrees
pose a threat to the quality of life of our people and our democratic
institutions, then there is indeed cause for concern at this juncture
in time for these institutions that constitute the basis upon which
the continuance of civilized society is predicated.
However, before delving
into the fabric of my presentation it behooves me to note and to
cordially convey to you, Your Excellencies and people of Cartagena, my
perception of the beauty that constitute Cartagena. It has been said
that beauty lies in the mind the contemplates it: but that sublime
contemplation in some instances, is derivative of the sensory
impressions that emanate from the physical environment, that in rather
abstruse manner is reflective or our finest sensibilities as a people
created in the like men and image of god. From my limited viewpoint,
and it is a limitation couched between temporal and spatial
parameters, and from my particular key-hole, I must confess that I was
indeed overwhelmed by a paroxysm of awe of the unintellectual,
physical and natural pulchritude of Cartagena. It is indeed a
beautiful city and since beauty cannot stand alone in sterile vacuity,
but in plenitude and sublime wholesomeness, then one must of
existential necessity be drawn to the ineluctable conclusion that the
people of Cartagena constitute the genesis, the alpha and the omega of
that which y go sublimely contemplate. Beauty lies in the mind that
contemplates it: and so in this fair land of yours, I contemplate the
beauty of your city, the beauty of your people and for the activity of
the soul, I thank you.
It is indeed fitting that
this conference is being held here, in Cartagena, at this juncture in
time: where there is beauty, there is hope - eternal hope. I am from
the small Island State of St. Lucia. Like my sister islands
–geographical expressions that, like pearls, adorn the Caribbean Sea.
We are indeed a small nation –23,839 miles of population of approx.
150.000 –conscious of its pristine beauty, but also conscious of the
threats presently posed to our very existence.
Fortunately for us, the
thread of territorial disputes on possible invasion from our
neighboring sister islands, does not exist. This is one of the virtues
of life in the Caribbean community. The territorial imperative, in
junctioral and committed equilibrium with territorial integrity.
In the 15th century,
because of our strategic location, the island was used as a pawn in
the territorial war games by the then super-powers –the British and
the French– and in the ensuing conflict St. Lucia changed hands 14
times between these two powers. From the fires and military wrath
emerged the beauty that is now referred to as the Helen of the west
–the face that launched a thousand ships.
Today our strategic
location is no longer important to the super-powers, but history has
strange way of repeating itself; perhaps not in factual exactitude,
but in manner that imports certain principles of a bygone era.
Once again St. Lucia, due
to that strategic location, is at the center of a war: an economic
war, the centerpiece of which is the drug trade. It is a war that
subverts our institutions of freedom and democracy. It is a war that
threatens the economic, political and social life of our countries. It
is a war that tears apart the fabric of our societies. It is a war
that does violence to human spirit and ideals. Oh Cartagena, beautiful
Cartagena, where are your defenses? Who are your defenders? You cannot
stand alone; we cannot stand alone. For the menace that we face,
individually and collectively, is insatiable in its greed; is perverse
in its motivation; is rooted in its venality, and obsessed with a
malevolent desire to conquer, and oppress. It ........ a morbid
symbiosis with civilized society which if actualized will lead to the
paralysis of our institution and the eventual and consequential demise
of our people faced with this monumental threat to our collective
existence Colombia cannot stand alone; we cannot stand alone----- for
alone we perish, and that is the ......... reality. We must of
necessity, seek each other, hold on to each other support, embrace
each other and mobilize and fight together.
It is a scenario that
reminds me of John Donne in his verse upon emergent occasion, where he
so poetically waxed:
“No man is on island
entire of itself, every man’s death diminishes me because I am
involved in my land and therefore never send to know, for whom the
bell tolls. It tolls for thee.”
And so this Third
Conference of Ministers of Defense is at this time crucial: and it is
crucial in terms of its raison d´etre, which is to strengthen regional
security and defense, through the inter-American mechanism, with a
view to foster the development and promotion of democracy within a
framework of trust and transparency.
As I pondered on the
objective of this Conference and the phrase “foster development and
promotion of democracy within a framework of trust and transparency”
it reinforced my perception that this objective is critical to the
existence of my island home and the region generally.
For in this new war, this
fight against the dreaded drug menace with its attendant and
malodorous emanations, such as arms trafficking, money laundering,
etc., St. Lucia has achieved a ........ prominence, exacerbated not
only by its geographical location in the Caribbean, but also by our
fairly developed air and sea port infrastructure that facilitates the
trans-shipment of drugs to us, Canada and Europe.
The situation as we see it
is critical: a spate of law- -------drug related –is giving us cause
for serious concern.
The lifestyle of the drug
barons with all of its goody materialistic trafficking enjoys the
attention of our youth in a manner and on a level that insidiously is
eroding our laudable social and economic achievements, gained trough
honest industry, toil and planning over the years.
In recent times we have
seen the proliferation of drugs in our country; we are witnessing the
seemingly unbridled growth of the drug trade, and we are seeing an
increase in the incidence of the drug-related crimes. And again in
recent times we have seen and are seeing the apprehension, the concern
and even palpable ----- on the faces of our people.
They, our enemies are not
constrained by laws, due process, rules and regulations, and are very
well armed. It is an arrogant display of indifference to our weapons
and limited efforts at containment, and so the shooting ...........
and the proliferation increase in the face of all of this.
I have had cause only last
week to direct our SSU to increase their police operations against the
growing drug trafficking and effectuated strategic operations with the
creation of .......... .
But in all of this our
resources are limited and we are in need of assistance. The fight is
humanity’s: not yours, not mine; it’s ours. We have the political will
to prosecute this war in our sector but we need assistance for our
resources are limited.
The time has come for all
of us here to act and to act concretely. High-sounding phrases,
platitudes and fulsome praise and intentions should not characterize
this Conference. Relevant and realistic proposals need to be
formulated so that their implementation in this universe of
cooperation will only be a matter of realistic time.
Within the context of St.
Lucia’s problems of survival, it must be made abundantly clear that we
now face a very real threat of economic destabilization and therefore
and thereby societal dislocation by postures being assumed by regional
and non-regional elements as regards the banana industry in the OECS
countries in particular, and the ACP countries generally. In very
recent times our Prime Minister spoke of the economic terrorism that
poses a threat to our banana industry, and which, as we see it, is
being brought about by imprudent policies on the part of some
countries in the conduct of their economic affairs.
As I see it, there can be
no security for St. Lucia if their is no security for its banana
industry. For it is an industry of more than half of this island’s
population, as it is a major and regular source of their income. The
same can be said for most of the countries of the OECS and so when we
speak of security we must view this condition of life and secretly
living holistically. There is a relational nexus between that industry
and the drug trade. The evidence points to the conclusion that the
destabilization of the banana industry has a direct and consequential
relationship to increase in the production and trade of illegal drugs.
In spite of our efforts at
natural economic diversification and the emerging prominence of our
tourist industry, our survival at this time depends heavily on
agriculture and so the ruling of the world trade organization and the
clamoring of other countries, if relentlessly and ruthlessly pursued
can have a devastating effect on our economy, our security and our
people.
As I see it, there must be
a diplomatic solution to the banana problem in a manner that ensures
the essential dignity of my people and the continuance of civilized
society in our region. We are a link in the chain of concerns that
bind us a nation, as a region and as a people.
And if we are to become
our brothers’ keepers, then the issue of trust and transparency
alluded to earlier, is a necessary but insufficient condition.
It is imperative that
there be the very human elements of compassion, empathy and solidarity
with our brothers’ economics circumstances and realities. While we are
aware that criminals and scrupulous profit seekers and natural
disasters threaten our security, we also aware that the peace and
democratic tranquility of our island state, depend on trades, economic
developments, currency stability, regional cooperation and security.
And so, the conference and security and defense has a lot to do with
St. Lucia’s survival, not only from the strategic and military
perspectives, but also from the economic and national productivity
perspectives. As part of the Americas we are members of the OAS. This
institution plays a critical role in preserving the independence and
freedom of the weakest states of the hemisphere. If the efforts of the
OAS and this third conference of ministers of defense are to be
meaningful, it must be recognized by this conference that security and
national economies’ viability walk hand-in-hand.
This Conference must call
on all OAS states to recognize the rights of economic survival of all
members’ states, as an indispensable aspect of true security and
democracy. There can only be trust and transparency if there is an
atmosphere of tranquility and peaceful coexistence, based upon the
understanding and respect for the principle of the right of all
nations to economic survival and prosperity.
In conclusion and perhaps
on a philosophical and existential level, peace and tranquility can
only really be achieved and sustained, when we can share and enjoy the
beauty we are so privileged to have, to know and to create.
Sustainable peace,
confronting security, exhilarating tranquility can only really be
achieved when your children and mine can hold hands and embrace each
other in an atmosphere of mutual trust and love.
And so the bridges must be
crossed; our people must meet each other and share and participate in
the ordinary events that constitute human life, human society.
The beauty of Cartagena
must be mine and that of my children. And the beauty of Saint Lucia
and its Pitons must be yours and that of your children. For it is only
in this salubrious environment of human solidarity and brotherhood
that the ills of society can be effectively and definitively dealt
with, and the drugs and other menaces relegated to the trash map of
historical additives.
Let there be peace, let
there be security.
In 44 b.c., it was the old
roman senator, Sennaca who passed this question; “What is the good
life?”
And across the centuries
Thomas Jefferson answered “Tranquility.”
Let us therefore strive
individually and collectively for tranquility in our region.
Good afternoon, Ladies and
Gentlemen.
PRESENTATIE DOOR DE HEER
RAMON ACHMAT DWARKA-PANDAY MINISTER VAN BEFENSIE DE SURINAAMSE
Mr. Chairman, Ladies and
Gentlemen:
As Minister of Defense, I
want to express, also on behalf of the people and government of the
Republic of Suriname, many thanks and much appreciation to the people
and the government of the Republic of Columbia, in particular Minister
of Defense, Mr. Rodrigo L. Caicedo, for hosting this signif icant and
momentous Third Defense Ministerial of the Americas.
I also want to use this
opportunity to express my appreciation to the delegation from Canada.
The Canadian delegation was, in particular, very forthcoming in its
generosity to provide us, along with other delegations from the
Caricom with the means of air transportation in order to join our
Latin American and U.S. colleagues and friends in this magnificent
setting, here in Cartagena de Colombia.We f eel that the gesture by
the CanadianDefense Organization towards the Caricom isa fine example
of the spirit of our time that calls for cooperative efforts as the
way of the f uture.
A final word of
recognition is that of the Caricom delegation to the United States, f
or its recently renewed efforts to work out prevailing obstacles and
dif f erences with the Island Republic of Cuba.
We are all very hopeful
that Cuba will soon be able to retake its formal position in the
workings of the inter-American system, particularly in the discussions
concerning the making of new security arrangements for the Western
Hemisphere.
Mr. Chairman,
Beginning with the
historic conference in Williamsburg-U.S.A, which was followed by the
equally successf ul conference in Bariloche-Argentina, it is fair to
say that the personal and institutional means with regard to enhanced
dialogue and engagement amongst the hemispheric defense ministers have
continued to move along very constructive lines and in a very positive
direction.
This is all the more
significant today as changes in the geopolitical and geo-economic
world map are requiring of nation-states that they be engaging in an
all-out ef fort towards redirecting their national strategic
orientations along new lines of thinking, and new lines of practices.
Particularly, as is the case today, now that the formerly unifying
concept of ‘security”, as it prevailed for the past fifty years, or
so, is put into question and diminished in relevancy.
A major exercise during
the previous two befense Ministerial meetings, Williamsburg and
Bariloche, have been unique in testing out new ideas and methodologies
with regard to the contours for a new and updated f ramework for
enhancing regional security.
In light of multiple and
simultaneous efforts in our region towards f orging a new consensus
for dealing, in particular, with non-traditional security challenges
and threats, it is instructive to be able to reassert that we are
still finding ourselves on the path of constructive engagement. Here
in we are reaffirming once more our commitment towards dialogue,
communication and the exchange of ideas, and to evaluate the security
system of the Western Hemisphere and the institutionalized
arrangements needed in order to give relevance for new arrangements as
to the contours of the Inter-american defense system.
Mr. Chairman,
The Caribbean hemispheric
status comes from a reality, which is quite different from that of
Latin America. This is primarily due to the nature and duration of
colonial rule, and the ongoing presence of certain extra-hemispheric
designs that desire to reinvent themselves in the making of a new
security regime in this part of the world.
Against this background,
and after carefully evaluating and re-evaluating the subject matter
and the themes on the menu of this Third Def ense Ministerial, and
after consultations in a broader setting, we would like to contribute
with a number of observations and conclude with some recommendations.
Recommendations, we feel, which will be relevant for the working group
sessions.
When all has been said, we
on our part will remain conf ident that some of it can serve as
contributing factor in the call for a transformation or restructuring
of the prevailing regional defense arrangements.
I think it will serve this
setting best when I make my comments about the evaluation of the
security system and its mechanisms along the lines of four
observations-.
First, that it is
important to distinguish within the overall umbrella of the
Inter-American defense system between the status and involvement of
Latin America and the U.S. on the one hand, and the status of the
Caribbean and peripheral involvement the other hand.
Second, that the
Inter-American defense system has its origin in military cooperation
between the U.S. and Latin America. An extensive program of arms
transfer established alongside the creation of a number of f ormal
treaties, such as the Rio Treaty of 1947, the Mutual Defense Act of
1949, and the Mutual Security Act of 1951. These arrangements were
deemed crucial to the defense of the Western Hemisphere, in the face
of Soviet Communist Aggression. during the 1960s U.S. military
resources were further extended to promote internal security, i.e.
combating communist subversion or insurgency from within.
Third, that (quoting from
the annual report of the OAS 1996-1997) the Inter-American Defense
Board, established in 1942, still serves as the hemisphere’s formal
and premi’ere multilateral mechanism for promoting peace and security.
The Board acts as military technical advisory organ within the
inter-American system and as as organization for mutual confidence
building in the America. The Inter-American Defense Defense College
offers academic programs.
Fourth, that the Meeting
of Consultation of Ministers of Foreign Affairs, and the Advisory
Defense Committee....
In brief, the
inter-American system of defense and the multilateral arrangement,
operate mostly in the framework of U.S. - Latin American cooperation
that has been with us now for over f if ty years. This framework is
based on traditional notions of security. Even further, it is based
predominantly on U.S. and European historic experiences and concerns
about the nature of military threats to territorial integrity and
physical safety posed by extra-hemispheric communist aggression. These
assertions have limited relevance to the post cold war realities and
needs of the Western Hemisphere.
1. MAATREGELEN TER
BEVORDERING VAN VERTROUWEN EN VEILIGHEID
Mr. Chairman,
The institutional
arrangements and mechanism that are described previously, and whose
revision we are now seeking, begins by taking into account new
realities of national, regional and international dynamics. In this is
also the situation that the new global dynamics makes it possible, for
the first time, to deal openly with security issues, not only military
but also non-military, in a rapidly transforming regional context.
After discussions with
different delegation members we offer you the challenge about an idea
pertaining to the institutionalization of these hemispheric meetings
of defense ministers--- which so far has serves us well as a system of
close contact and regular consultation mechanism---into a Coucil for
Hemispheric Defense Ministers.
Such a Council for
Hemispheric Defense Ministers would be unlike what this region has
ever had before.
Yet in some form it is
common in Europe, where they have the Western European Security
Cooperation Council, and the Asian Pacific Pim, where there is ASEAN.
Such Councils often serve as a forum, that stands on its own as a
multilateral mechanism concerned with matters of regional defense and
security.
We feel it prudent to link
our mechanism under the umbrella of the Organization of American
States.
A number of advantages of
this new umbrella mechanism can be listed as follows:
1. The Council for
Hemispheric Defense Ministers will serve as a forum enabling Caribbean
Defense Ministers the same forum as their Latin American, Canadian,
and U.S. counterparts.
2. The Council will allow
us to reinvent ourselves, translate our vision for cooperation in
order to enhance peace, development and prosperity, and to preventing,
in an atmosphere of mutual gain, festering issues from either erupting
or spilling over.
3. The Council should not
serve as a military alliance, but as comprehensive regional security
regime, with arrangements, which are intended in the broadest sense to
promote inclusive thinking and participation. Thus everybody will
share in the responsibility for securing peace and promoting
prosperity in the region on the basis of the principle of peaceful
co-existence, equality, mutual respect and mutual benef it, not as an
appendage of outside actors, but one that ref lects our own needs and
requirements.
4. Integrating our defense
efforts must be gradual, systematic and realistic, and must allow for
all members to adjust themselves. The implications for existing
mechanisms for dealing with traditional defense issues should undergo
a similar process of reinventing and redirecting. This goes in
particular for the defense-related mechanisms that are functioning
under the OAS umbrella.
2. DE INVLOED VAN DE
PROCESSEN VAN INTEGRATE OP VEILIGHEID OP HET HALFROND
Mr. Chairman,
As the region as a whole
is moving to higher levels of political and economic integration, it
is imperative that the defense organizations of the region should
parallel these efforts, with equal vigor and by seeking to
institutionalize their commitment towards cooperation. Only then will
it be possible to translate political and economic progress into
concrete and lasting benefits for all our peoples.
The entire structure of
how we do business in this region is changing fast. While we hope to
capitalize on economic opportunities, we are mindful that the weight
and pace of changes is also unleashing the heightened appearance of
instability and uncertainty. Some who are antagonistic will seek to
capitalize on that and exploit it to their own benef it.
3. BESTUDERING VAN DE
FUNCTIES VAN DE GEWAPENDE MACHTEN IN DE DEMOCRATISCHE MAATSCHAPPIJEN
OF MAATSCHAPPIJEN DlE IN EEN OVERGANGSFASE VERKEREN
Mr. Chairman,
Whether we discuss the
role of the Armed Forces in the context of the established
democracies, or in the context of developing countries whose societies
are in a phase of transition, the primary challenge is for the
democratic civilian leadership to ensure that the Armed Forces remain
a constructive and contributing factor in enhancing the viability of
their societies in the ongoing process of social transformation. The
challenges in consolidating participatory democracy, and to imbue it
with meaning and substance, is an ongoing challenge from which the
Armed Forces cannot be disengaged from.
As Ministers of Defense
our responsibility lies in being knowledgeable about the challenges we
as part of the national social organism are faced with, and to be
pro-active in ensuring that the Armed Forces will continually be part
in the overall transf ormation.
Furthermore, that it will
do so in accordance with the prevailing norms and values of the
society that imbues it with legitimacy and a sense of purpose.
Mr. Chairman,
Not since the dawning of
the system of governance as we have come to know and live by it, have
so much pressure been brought to bear to wreak havoc to the structures
that have regulated our relations as states within and with each
other. At an unprecedented and astonishing rate we watch as new actors
emerge from the ‘shadow of extra-constitutional realms”, as new
challenges are coming to the fore. To these, the state and its
traditional mechanism find themselves more often wanting in its
ability to respond accordingly.
This state of affairs is
seemingly being exacerbated due to the scale of economic activities
and rising disparities on a world scale, and the price we are paying
in terms of ecological mischief’s and environment degradation. While
scientists may argumentatively debate the degree of impact of economic
progress, albeit for some, or the lack thereof f or others, on the
level and degree of disaster, such as hurricanes, leaving as we have
witnessed in its aftermath, a wave of destruction.
The fact of the matter is
that the dominant paradigm underwriting the state should not be
discarded due to the dynamics of !globalization.
Mr. Chairman,
Transformation is a matter
that implies us all, and in no lesser sense the Armed Forces as one of
the guardians of the state, against threats and challenges.
One thing we must strive
for is the establishment of a more effective and integrated
civilian-military relations, as the key to democratic strengthening en
enhanced security. The role of the Armed Forces is to integrate its
mission capabilities common challenges, safeguarding human rights,
helping in protecting the environment, containing conf lict over
access to natural resources, particularly in areas of remoteness,
which are being preyed upon by actors who operate outside the scope
and realm of state supervision and responsibilities.
The Armed Forces will, in
the foreseeable future, continue to f ulf ill their traditional tasks.
Mr. Chairman,
In our region, most all
the countries have had experience with military type rule, and then
during the 1970s and 1980s the transition back to democracy and
civilian rule. This transition, inspite major successes in terms of
institutionalizing civilian rule has not been easy.
The tension is mainly one
of mutual understanding between civilians and the military about the
role of each in the contours of the ever-changing dynamics of social
systems in the complexities of our changing geopolitical and
geoeconomic relations. New challenges and opportunities affect the
manner in which either civilian or military realm is expanding or
diminishing, and where budgets are driving policy, affect the way each
relate to one another and to the whole of the social organism to which
they belong, and whose interests are to be preserved.
Fortunately, these
tensions have been largely overcome due in large part to the emergence
of a new consensus about for adaptation of the whole social organism
to the dynamics of the newly emerging world order, an order in which
the functioning of democratic !government, economic reform, amidst
international uncertainties, have ef f ect on everyone.
Mr. Chairman,
Civil-Military,or even
liberal-corporatist differences aside, we are seeing the coming
together of national and regional efforts in the face of new
challenges. This is already a positive trend.
4. COOPERATION AGAINST
TERRORISM
Mr. Chairman,
There is a real need today
to address the issue of terrorism, and concomitant the requirement for
enhanced cooperation in order to effectively counter this menace to
our democracies, peace and stability. The subject of terrorism
continues to draw attention in our day and age, in particular given
the symbiosis between terrorism, the scourges of drug trafficking, the
illicit trade in small arms, and the trade in chemical substances. In
the context of national and regional security concerns, they are now
to be addressed as different fascets of a complex, albeit interlinked
wave of a new and highly sophisticated cross border network of
criminal enterprises.
Mr. Chairman,
While the risk of
organized war has been perpetually reduced overall, we now find that
the threat of externally sponsored, or motivated armed aggression, or
terrorism, linked at times directly to particular groups of outlaws
has increased.
We know, f or example, of
cases where weaponsf rom within and outside our region are finding
their way to groups and actors bent on hostile confrontation with the
legitimate authorities of the state. Troublesome, yet undeniable, is
the fact that many of these weapons are coming from suppliers who are
based in countries of the industrialized world.
Globalization as a
multi-dynamic process has in many ways served as a facilitator,
allowing unrestrained the merging of hostile actors, while offering to
them multiple avenues and opportunities to combine their forces in an
ever-broadening network of destruction.
Mr. Chairman,
We in Suriname are not
oblivious to the realities of the phenomenon of armed aggression. It
is therefore well in our interest to advocate enhanced bilateral and
multilateral co-operation for controlling these kinds of transactions.
STATEMENT BY THE
REPRESENTATIVE OF TRINIDAD AND TOBAGO
Mr Chairman, Honourable
Ministers, Distinguished Delegates, Ladies Gentlemen, I have the
honour to bring you greetings from the Government and people of
Trinidad and Tobago. I extend our congratulations to the Government,
the military of Colombia and the City of Cartagena for the efficient
organisation of this conference and for so graciously extending the
kind courtesies and excellent hospitality to the delegation from
Trinidad and Tobago. I take the opportunity to thank the Canadian
Government for their generous act in providing transportation for our
delegation from Miami to Cartagena and back.
With respect to this
conference, my country is pleased to note the emphasis being given to
the central theme of security and we have observed that the
distinguished speakers at the inaugural session this morning
recognised that the Caribbean island states remain a vital entity to
security, peace and stability in our hemisphere.
In my humble assessment,
the hemisphere has certainly benefited from the implementation of the
principles of Williamsburg and Bariloche with specific focus on the
strengthening of democratic institutions and the development of
multilateral cooperation in defence and security. In this regard,
graduates from my country of the course this year at the Centre for
Hemispheric Studies are already providing the instituitional
strengthening in the Ministry responsible for the security forces.
We have observed with
growing concern the effects of the emerging threat of cyberterrorism
which, because of the global dependence on information technology, has
exposed the world to website crime as a contributor to international
criminal syndicates. It is therefore pleasing to note its inclusion in
discussions in Mar del Plata.
Mr Chairman, the heroic
and historic city of Cartagena has much in common with my country.
Like you, we have endured the colonization experience of the Spanish
and the British. And like you, we have emerged as an independent
nation concerned about our sovereignty. The pernicious drug trade
presents a grave threat to governance and security of our nations.
This, together with the associated criminal activities of money
laundering, and illicit trafficking in arms, continues to plague our
hemisphere. We cannot defeat this menace in isolation. We need the
cooperation and assistance of our neighbours in the hemisphere as
together we attempt to achieve peace and stability. This forum is a
suitable platform for the type of cooperation required, and I urge all
countries in the hemisphere to give it their support.
Another concern of my
country is the effect of natural disasters on the economies of the
hemisphere. This brings to the fore the concerns of the Caribbean
island states which in the last decade have suffered annually from
such natural phenomenon as hurricanes and volcanic eruptions, some of
which paralyze already fragile economies. At this point, I wish extend
my country’s condolences to the relatives of the victims of Hurricanes
Georges and Mitch.
I have heard the Most
Distinguished President of the Republic of Colombia speak about the
restructuring of the military forces to meet challenges ahead. Mr
Chairman, we in Trinidad and Tobago have also realised the need to
restructure our Defence Force in keeping with the changing nature of
the threats to security and we are in the process of doing what is
necessary to have the military work more closely with the civilian
population.
Mr Chairman, these issues
which I have introduced will be further elaborated upon tomorrow in
our presentation on “Security of the Caribbean States”.
Finally, Trinidad and
Tobago wishes to reiterate its committment to the process of
developing greater cooperation in the hemisphere, and to the continued
effort towards harmony and security. We look forward to working with
our hemispheric colleagues in this quest.
I will also embrace this
opportunity to wish fellow delegates and all present a productive
conference and hope that this forum will generate further progress
towards peace, stability and friendship.
I thank you.
STATEMENT BY WILLIAM S.
COHEN, SECRETARY OF DEFENSE OF THE UNITED STATES OF AMERICA
Thank you very much. I am
honored to be here with all of my colleagues from across the Americas
in this ancient and beautiful city that is at the edge of the sea and
the center of our hemisphere. And I would like to pay tribute to our
hosts, President Pastrana and Minister Lloreda and the people of
Colombia. All of us have been impressed with the tremendous warmth and
hospitality that you have provided for each of us. There is an old
expression that, “everything that needs to be said has been said, but
not everybody has said it,” so with that in mind let me proceed.
I must say that I am a bit
at odds here when I found there was going to be a time limitation
imposed on the speakers. I spent eighteen years as a member of the
United States Senate in which body there is no time limitation on
speech. One can speak for hours. I was also a member of the House of
Representatives in which we had a five minute limitation on speech. So
the Minister said let me compromise Colombia style: you have seven
minutes, instead of the unlimited time, and I will not take advantage,
Mister Minister of this gathering because all of you have made such
powerful presentations, and you know, Mister Minister, that you’ve
given me tomorrow to inflict a much longer speech upon our colleagues,
which I will do. Pablo Neruda has said that, “the world is small, is
scarcely larger than an apple.” I think all of us have come to realize
that. Technology has indeed reduced and compressed the size of this
globe; technology and trade. And when we talk about cooperation it’s
not simply a nicety, it’s actually a moral necessity. And that was
manifested as each of the colleagues who have spoken earlier have
indicated. It was manifested in our reaction to the tragedies of
George and also of Mitch. Working together we showed our capacity for
compassion but we showed something else, we also showed how our
military, militaries, conserve society. And that to me was perhaps the
most impressive demonstration of how all of our communities in our
countries were able to come together in such a very short period of
time to bring relief to so many thousands of people, people who lost
their loved ones, lost their homes, had lost entire villages.
And while we are fond of
talking about how we promote and indeed are dedicated to having
civilian control over the military, let me take this opportunity to
express my sincere and deep appreciation to all of the militaries who
are represented here today, for your professionalism, for your
sacrifice and your service. And I would particularly like to single
out General Wilhelm who is the Commander-in-Chief of our Southern
Command, for his extraordinary leadership both in peace time and also
in times of turbulence. General Wilhelm--thank you for the leadership
you have shown in your position.
Mister Minister we have
had a good opportunity, you and I, to talk during the last evening and
also this morning and at lunch as well. And we talked about the need
for transparency. It’s a word that we toss around quite easily, but
all of us understand that when there is a lack of transparency then it
breeds distrust and suspicion and competition. And what has been, I
think, one of the most positive developments of these ministerials has
been the dedication to becoming more open, to open up our processes,
to make them plain to our fellow neighbors, to show that there is
nothing to hide. That if one is developing its national security it
should not be seen as a threat to its neighbor, and the more openness
we can promote the more secure all of us will feel. And so
transparency is not simply a word that ought to be in vogue, but we
ought to do our level best to institutionalize these
confidence-building measures which we can talk about perhaps tomorrow
at greater length.
I think this hemisphere is
a model of peaceful understanding. Minister Domínguez and General
Lionel and others have talked about the extraordinary success of the
relationship between Ecuador and Peru, and how they were able to end a
long history of difference of opinion, certainly, and the potential
for great conflict in a peaceful and honorable fashion. And we all
understand that our democratic ideals and our constitutional ideals
have been achieved despite these kind of economic and political
pressures. And I think one of the most successful institutions coming
out of our ministerials has been the creation of the Center for
Hemispheric Studies. In just two short years, roughly 150 leaders have
passed through that center--leaders who have gotten to know one
another, who will build and have built bonds of friendship, and who
will touch the lives of thousands other people, and thus multiply
their own experience. It is through that kind of conduct, and that
kind of exchange of views and interpersonal relationships that the
foundation for peace and stability can be built for the future.
Let me just conclude with
an observation about our foreign policies. Foreign policies basically
are formulated and predicated upon self interest. Each country looks
at its foreign policy out of its own self interest. But every one of
us have a self interest in defeating terrorism. Each country
understands the consequences of bombs going off be they in Oklahoma
City or be they in the embassies in east Africa, or wherever. All of
us understand the consequences of that. We have a self interest in
working together to prevent the spread of terrorism.
The same with
narcotrafficking of illegal drugs; it destroys the fabric of every
society. So we have a common self interest in fighting against illegal
drug trafficking. We have a common interest against instability, we
have a common interest against the spread of weapons of mass
destruction. And so while we can understand that our foreign policies
are based upon self interest we have a regional self interest. And
that is something that I think we can spend more time to talk about
tomorrow.
I would hope that at the
conclusion of this ministerial, that we would greet the new century as
a region that is united, that is open in our friendship, that’s
transparent in our dealings, and is bound together by a common
commitment to freedom and democracy. And in so doing I think we can
make our way along the path that Mexican poet, Octavio Paz, called
“the path through the wilderness of the days to come,” joined together
as equals, seeking peace, strengthening democracy, living up to our
great promise in the days and years to come.
So, Mister Minister, thank
you for giving me the seven minutes. I tried not to extend beyond it.
And I hope that tomorrow I will not inflict too much more of the
speech upon your very patient ears. Thank you very much.
PALABRAS DEL REPRESENTANTE
DE URUGUAY
La República Oriental del
Uruguay arriba a esta tercera Conferencia de Ministros de Defensa de
las Américas que comienza a desarrollarse en la hospitalaria tierra de
nuestra hermana República de Colombia, en el entorno cautivante de
esta Cartagena de Indias, tan llena de historia, tan exuberante de
recuerdos y memorias, tan bella en su arquitectura y en la sencillez
de su gente, con la firme esperanza de que en estos días los
responsables políticos de la Defensa de nuestro hemisferio seamos
capaces de avanzar con paso firme y decidido en la construcción
conceptual e institucional de la Seguridad Americana.
Decimos avanzar, pues este
proceso no es nuevo sino que reconoce antecedentes conceptuales y
fácticos cuyo hito inicial puede fijarse en la reflexión que en el
mundo académico, en los sistemas políticos y al interior de las
Fuerzas Armadas de nuestros países, provocó la implosión del sistema
de socialismo real y la caída del muro de Berlín.
En cierto sentido, podría
afirmarse que en aquel momento experimentamos la maravillosa sensación
de ser inundados por la libertad. Todo parecía posible en aquellos
primeros días y mese que siguieron a la finalización del mundo bipolar
propio de la Guerra Fría. Un nuevo Orden Internacional basado en la
vigencia y extensión del régimen democrático de gobierno y de la
economía de mercado parecía al alcance de la mano. Una comunidad de
naciones a nivel planetario, conviviendo pacífica y armónicamente bajo
la vigencia del Derecho Internacional era por entonces el sueño
compartido por muchos de nosotros.
Los responsables políticos
del hemisferio estimulados por esa visión se abocaron a construir un
nuevo diseño de seguridad y defensa que incluyera nuevas metodologías,
nuevos conceptos, nuevas perspectivas y una nueva arquitectura
institucional.
Los Presidentes se reúnen
en la Cumbre de Miami (1994) y Santiago de Chile (1998). Los Ministros
de Defensa hacen lo propio en Williamsburg (1995), San Carlos de
Bariloche (1996) y hoy en Cartagena de Indias nuevamente nos reunimos
para continuar el proceso.
Los Comandantes en Jefe de
las FF.AA. De nuestros países han perseguido con su esquema de
reuniones especializadas de cada Fuerza y el mundo de la academia
conjuntamente con la diligencia político militar ha convocado un sin
número de reuniones que bajo la forma de conferencias, simposios,
seminarios, paneles etc., han colaborado con la tarea emprendida a
nivel continental.
La experiencia se encargó
de hacernos ver que aquello que al comienzo parecía tan fácil de
alcanzar: un mundo pacífico, democrático y cooperador, constituía en
realidad duna tarea ardua y dificultosa.
En el plano internacional
nuevas amenazas, múltiples y completas, tanto en su causalidad como en
su desarrollo y posteriores efectos han hecho su aparición en un
escenario caracterizado por la incertidumbre la velocidad de los
cambios, la volatilidad de las situaciones, la imprecisión de ciertos
sujetos estratégicos y la dificultad de alcanzar niveles aceptables de
previsibilidad.
De ellas destacamos: la
explosión demográfica, el deterioro del ambiente, el desarrollo
vertiginoso de la ciencia y la tecnología que por un lado, como Jano,
nos muestra su cara liberadora de las potencialidades humanas, y por
el otro, el posible ensanchamiento de la brecha que separa a las
economías de los países desarrollados de aquellos en vías de
desarrollo. La revolución en las finanzas internacionales, en las
comunicaciones y la expansión siempre creciente de las empresas
trasnacionales, al tiempo que achican al mundo transformándolo en la
aldea global, acotan los márgenes de decisión de los Estados más
pequeños y menos desarrollados.
El Estado Nacional no se
ve libre de estos desafíos, presionado desde abajo por múltiples
afanes localistas o independentistas, y hacia arriba por la tendencia
general a desprenderse de porciones cada vez mayores de asuntos hasta
entonces considerados como de interés doméstico, hacia entidades y
órganos supranacionales. El panorama se complica aún más cuando se
incluye en la lista de los desafíos estratégicos los conflictos
étnicos, religiosos, culturales y aún los ideológicos, vástagos
tardíos, éstos últimos, de la Guerra Fría, cuya finalización la rígida
estructura mental de los grupos que lo sustentan parecen ignorar.
La pobreza extrema, el
narcotráfico, el terrorismo y las migraciones ilegales completan el
panorama de nuevos riesgos para la seguridad y la defensa nacional.
Al interior de cada uno de
los Estados Nacionales, también se han producido fenómenos
conflictivos, derivados algunos de la acción de los antagonismos
externos a los que hacíamos referencia y presentando otros, raíces
profundas en la realidad propia de cada acontecer nacional. Hemos
asistido a una vasta y hasta cierto punto estéril polémica sobre la
existencia y misiones de nuestras Fuerzas Armadas, episodio éste, que
a la fecha parece relativamente superado en vías de definitiva y
consensuada explicitación.
Si el Estado es aquella
asociación humana que reivindica exitosamente el monopolio del uso
legítimo de la fuerza en un territorio determinado, parece obvio que
la existencia de Fuerzas Armadas es consustancial a la misma idea de
la asociación política plasmada en el Estado Nacional.
También se van definiendo
con claridad los roles principales y subsidiarios de las Fuerzas
Armadas. Entre los primeros sigue figurando, como no podía ser de otra
forma, la defensa militar externa, esto es, del territorio, la
soberanía, la integridad territorial, la independencia y las
instituciones de cada Nación.
Ente los segundos se
destacan la defensa militar interna y el control del orden público en
las ocasiones en que la fuerza policial se ve desbordada en su
accionar represivo, el apoyo al desarrollo de nuestras comunidades sin
entrar en competencia con el sector privado o con otros órganos del
Estado, la asistencia a la población en caso de desastres y
calamidades naturales y la participación en misiones de mantenimiento
(aunque no de imposición) de la paz en el contexto del sistema de
Naciones Unidas.
El establecimiento de un
marco conceptual y orgánico para las relaciones civil-militares en el
campo de la defensa, que permita utilizar la totalidad del potencial
nacional a esos efectos, sin otros límites que los que surgen del
mandato de la Constitución y de la Ley, constituye en nuestro concepto
otro fenómeno positivo que se ha venido desarrollando al interior de
nuestras Naciones.
En el plano internacional
toda la línea de desarrollos teóricos y prácticos en materia de
medidas para el fomento de la seguridad y de la confianza mutua
constituye, junto con los esfuerzos en el área del control y
limitación de armamentos, logros de significativa importancia, que
contrarrestan la visión tantas veces excesivamente pesimista que surge
de la enumeración del catálogo de las amenazas a que ya hemos hechos
referencia.
De la misma manera debe
valorarse el esfuerzo de la comunidad internacional por prevenir y/o
hacer cesar los conflictos bélicos inter o intra-estales a través de
las ya mencionadas operaciones de paz.
Nuestro país reitera, una
vez más, su incondicional adhesión al principio de la soberanía de los
Estados como base de la convivencia pacífica y de las relaciones e
amistad y respeto mutuo entre ellos en el marco del Derechos
Internacional. Por ello afirma la vigencia del principio de la
competencia territorial de las Leyes y Tribunales de los Estados
particularmente en el ámbito Penal y su rechazo a cualquier atribución
de competencia extraterritorial de un Juez o tribunal de un Estado
respecto de acciones cometidas en el territorio de otro Estado.
Todo ello con
prescindencia de las personas involucradas y en consonancia con el
invariable apoyo que el Gobierno del Uruguay ha dado y seguirá dando
el pleno goce de los derechos humanos cuya protección efectiva se
realizará siempre a través del marco jurídico aplicable.
La República Oriental del
Uruguay espera y anhela fervientemente que durante estos días de
trabajo y reflexión conjunta sobre los temas de la Seguridad y la
Defensa Regional, sea posible constatar avances concretos y precios
para el control de las amenazas mencionadas y para la consolidación de
los valores de la libertad, la justicia y la paz en cada uno de
nuestros países y en el sistema interamericano en su conjunto.
PALABRAS DEL VICEALMIRANTE
TITO MANLIO RINCÓN BRAVO MINISTRO DE LA DEFENSA DE VENEZUELA
Señor Presidente: Señores
Ministros de la Defensa: Señores Delegados:
Como hombre de uniforme y
en ejercicio pleno de la profesión militar, constituye para mi un
privilegio poder compartir esta excepcional oportunidad, que permite
reunir en un mismo recinto a las distinguidas personalidades que
dirigen las políticas de defensa en 34 países de nuestro hemisferio.
La patria de Simón
Bolívar, pionero de la integración americana, no podría estar ausente
de este trascendental evento, el cual reconocemos como parte de una de
las iniciativas más importantes que se hayan dado últimamente en el
contexto regional y que define su norte, de cara al siglo XXI, en la
búsqueda de una transparencia hemisférica generadora de un clima de
estabilidad regional, que sirva de motor propulsor al desarrollo de
nuestros pueblos.
En este contexto, y desde
los mismos albores de la Cumbre de Presidentes de Miami, el gobierno
venezolano asumió el compromiso de cooperar activamente con la puesta
en marcha de esta iniciativa, de forma tal que, para la fecha de la
reunión de Williamsburg, nuestras Fuerzas Armadas ya habían adelantado
gestiones con algunas naciones vecinas en la búsqueda de una
integración que permitiría unir esfuerzos para el diagnóstico y
solución de problemas transfronterizos en materia de defensa y
seguridad.
Es así como la expresión
“medidas de transparencia y confianza mutua”, acuñada en esa
importante reunión de 1995, tomó un sentido muy amplio para el sector
castrense venezolano, debido a que, extendiéndose más allá de lo
propuesto en el cuarto principio de Williamsburg, le dio una clara
dirección y una orientación precisa a las relaciones militares de
Venezuela con sus vecinos, proponiéndonos entonces a lograr un diálogo
transparente con nuestros interlocutores, constituyéndose este
propósito en el fundamento de cualquier iniciativa de cooperación
actual o futura.
Baste con señalar la
relativamente exitosa experiencia obtenida por la Comisión Binacional
Fronteriza (COOMBIFRON), establecida de mutuo acuerdo por las Fuerzas
Militares de Colombia y nuestras Fuerzas Armadas, con el propósito de
enfrentar los flagelos que amenazan la integridad de las poblaciones
fronterizas, afectadas por la acción devastadora de distintos actores
generadores de violencia, quienes, ante la unión de esfuerzos de
nuestras organizaciones militares y policiales han tenido que refrenar
su accionar dentro del territorio venezolano.
En el ámbito de esta
Comisión Binacional, el intercambio de información a todos los niveles
militares y policiales se ha convertido en una efectiva herramienta de
trabajo diario, lo cual nos ha llevado a las autoridades de ambos
países a proponer y diseñar un novísimo instrumento de intercambio de
información denominado Banco Binacional de Datos, el cual permitirá la
interconexión electrónica de los comandos militares y policiales
fronterizos de los dos países, y la disponibilidad inmediata de
información para la planificación y ejecución coordinada de
procedimientos policiales y operaciones militares destinadas a
enfrentar las amenazas que, como el narcotráfico y la acción de la
narcoguerrilla, afectan a la población fronteriza.
Pero nuestro empeño no se
ha resumido en la búsqueda de una cooperación efectiva con nuestros
vecinos. La tradición democrática de nuestro país y la vocación de paz
de nuestro pueblo, nos lleva a solidarizarnos íntimamente con el
Acuerdo de Santiago y con los compromisos contraídos en Managua y
Miami, asumiendo una línea de conducta con estricto apego al mandato
constitucional y, paralelamente, transitando un camino de apertura e
interrelación con los más diversos actores, organizaciones e
instituciones civiles, en los ámbitos nacional e internacional, en la
búsqueda de un diálogo franco, permanente y abierto que nutra y
enriquezca a la organización militar venezolana.
Hoy día, el gasto anual de
defensa nacional, el tamaño y composición de nuestras fuerzas y la
relación general de las armas convencionales que mantenemos en los
inventarios, está no solamente en manos de nuestro Congreso soberano,
sino de organismos e instituciones internacionales, como la
Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados
Americanos y el Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo, y,
próximamente, su difusión logrará una máxima amplitud, al ser colocada
en la llamada autopista de la información mediante la página web del
Ministerio de la Defensa de Venezuela.
Así mismo, a pesar de las
limitaciones naturales de un país con unas fuerzas armadas
relativamente pequeñas y con un limitado presupuesto para gastos de
defensa, participamos activamente en misiones de desminado en la
América Central y en operaciones de paz, bajo la bandera de la
Organización de las Naciones Unidas, en los continentes africano,
europeo y en el Medio Oriente, sin descuidar, y contando este aspecto
con una altísima prioridad, nuestro aporte a la asistencia humanitaria
en casos de desastres naturales y otras catástrofes que pudieran
afectar a pueblos amigos.
Asi mismo, en el ambito
nacional, las Fuerzas Armadas Venezolanas han puesto un muy especial
interes en la promocion de los Derechos Humanos, creando una Division
, adscrita al Estado Mayor Conjunto, encargada de un programa de
educacion que, en asociacion con universidades e instituciones
privadas, incorpora esta importante materia desde el adiestramiento
elemental de la tropa, hasta cursos de post-grado abiertos a civiles y
militares.
Como podemos apreciar, el
Gobierno Venezolano y sus Fuerzas Armadas están conscientes de las
nuevas demandas que hoy se plantean a las organizaciones militares
modernas y, sin abandonar nuestros roles y obligaciones tradicionales,
resumidos en nuestra misión primordial, fundamentada en la defensa de
la soberanía e integridad territorial, tal y como lo establece nuestra
Constitución Nacional, avanzamos, de cara al futuro, imbuidos en la
imperiosa necesidad de cumplir con un cúmulo de nuevas tareas que
debemos afrontar.
Estamos plenamente
convencidos que la cooperación en materia de defensa permitirá hacer
más eficientes a nuestras organizaciones, con un menor esfuerzo y con
un mayor índice de productividad, y que uniendo esfuerzos, bajo el
esquema de la transparencia y confianza mutua, y con el empuje que
generan las fuerzas de la Globalización, podremos contribuir con la
construcción de una América mejor para los americanos.
En ocasión de la II
Conferencia de Bariloche, mi antecesor señalaba “la necesidad de aunar
voluntades con el fin de superar las dificultades que nos aquejan.” En
esta nueva Conferencia, puedo asegurarles con satisfacción, que las
Fuerzas Armadas Venezolanas no se han limitado a la simple formulación
de propósitos: estamos ciertamente reafirmando nuestros compromisos,
pero a través de la acción dinámica que se deriva de directrices
oficiales de estricto cumplimiento, que día a día, nos permiten
avanzar con los brazos extendidos hacia una mayor cooperación
regional.
Al extenderles un cordial
saludo en nombre del Dr. Rafael Caldera, Presidente Constitucional de
la República de Venezuela y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas
Nacionales, hago votos por el éxito de esta reunión y por el
fortalecimiento de las relaciones entre las fuerzas armadas del
hemisferio.